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Cuba: La revolución revis(it)ada

2010
978-3-8233-7617-0
Gunter Narr Verlag 
Andrea Gremels
Roland Spiller

Keine andere Revolution hat so viel Hoffnungen geweckt und enttäuscht wie die kubanische. Allein die Tatsache, dass sich das Castro-Regime trotz innerer und äußerer Widerständeein halbes Jahrhundert halten konnte, wirft viele Fragen auf. Grund genug, sich mit der problematischen und widersprüchlichen Situation auf Kuba auseinanderzusetzen und eine Revision der kubanischen Revolution vorzunehmen, die bis heute anderen lateinamerikanischen Staaten als Modell dient. Unter dem Motto der revis(it)ierten Revolution bietet dieses Buch eine kritische Bestandsaufnahme, in der Historiker, Politologen, Literatur- und Kulturwissenschaftler und kubanische Schriftsteller aus interdisziplinärer, transkultureller und polilogischer Sicht die Debatte um die kubanische Revolution bereichern.

Andrea Gremels / Roland Spiller (Eds.) Cuba: La Revolución revis(it)ada Frankfurter Studien zur Iberoromania und Frankophonie Frankfurter Studien zur Iberoromania und Frankophonie · 3 FFrraannkkffuurrtteerr SSttuuddiieenn zzuurr IIbbeerroorroommaanniiaa uunndd FFrraannkkoopphhoonniiee Herausgegeben von Roland Spiller und Sabine Hofmann Andrea Gremels / Roland Spiller (Eds.) Cuba: La Revolución revis(it)ada Bibliografische Information der Deutschen Nationalbibliothek Die Deutsche Nationalbibliothek verzeichnet diese Publikation in der Deutschen Nationalbibliografie; detaillierte bibliografische Daten sind im Internet über http: / / dnb.d-nb.de abrufbar. Coverabbildung: Humberto Calzada: Naufragio de una Isla. Gentileza del pintor. © 2010 · Narr Francke Attempto Verlag GmbH + Co. KG Dischingerweg 5 · D-72070 Tübingen Das Werk einschließlich aller seiner Teile ist urheberrechtlich geschützt. Jede Verwertung außerhalb der engen Grenzen des Urheberrechtsgesetzes ist ohne Zustimmung des Verlages unzulässig und strafbar. Das gilt insbesondere für Vervielfältigungen, Übersetzungen, Mikroverfilmungen und die Einspeicherung und Verarbeitung in elektronischen Systemen. Gedruckt auf chlorfrei gebleichtem und säurefreiem Werkdruckpapier. Internet: http: / / www.narr.de E-Mail: info@narr.de Satz: typoscript GmbH, Walddorfhäslach Printed in Germany ISSN 1868-1174 ISBN 978-3-8233-6617-1 Índice Andrea Gremels / Roland Spiller Prólogo: La Revolución revis(it)ada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Revis(itac)iones históricas, políticas y culturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Ottmar Ette (Potsdam) Mitologías de medio milenio y de media centuria: Cuba o el mundo como archipiélago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Michael Zeuske (Colonia) Cuba 1959 - 2010: Historia y sistema político. Apuntes de un historiador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 Günther Maihold (Berlín) Los legados de la revolución cubana para la izquierda latinoamericana de hoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69 Karl Buck (Bruselas) EU co-operation with Cuba: how can the EU contribute to reforms and better living conditions in Cuba? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 Barbara Dröscher (Rostock) Espacios in-between, notas sobre las dinámicas culturales en la Cuba actual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 Yvette Sánchez (San Gallen) Relevo generacional en Miami: del sustrato cubano a nuevas capas latinas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 Revis(itac)iones literarias e intermediales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 Gesine Müller (Potsdam) Del pueblo al público o la revolución cubana revis(it)ada por parte de los autores del boom . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139 Teresa Basile (Córdoba, Argentina) Confines y sinfines de la revolución cubana. Reflexiones de un escritor impolítico: Antonio José Ponte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151 Frauke Gewecke (Heidelberg) La “ nueva ” novela policial cubana: Leonardo Padura Fuentes, Amir Valle, Lorenzo Lunar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171 Claudia Hammerschmidt (Tréveris) Escribir (d)el exilio o La literatura como experimento ecológico de Guillermo Cabrera Infante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191 Andrea Gremels (Fráncfort del Meno) “ No rompas mi silencio de isla remota ” : El tema del silencio en la poesía cubano-parisina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203 Roland Spiller (Fráncfort del Meno) “ Nuestra isla se hunde ” : naufragio con espectadores o como d/ escribir el fracaso del castrismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213 Marta Muñoz-Aunión (Fráncfort del Meno) Viendo las cosas como son Preludio 11 / Operación Cucaña. Una coproducción del ICAIC y la DEFA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231 Revis(itac)iones de los escritores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241 Miguel Sales (París) Revolución, cultura y libertad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243 Daína Chaviano (Miami) La fantasía y la ciencia ficción como espacios de libertad . . . . . . . . . . . . . 249 Eyda Machín (París) Pasarelas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259 William Navarrete (París) II [Pigalle, París] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269 XII [Biscayne, Miami] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271 XIV [Overtown, Miami] . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272 6 Índice Antonio José Ponte (Madrid) Tres poemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273 Reseñas biográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277 Índice 7 Andrea Gremels / Roland Spiller Prólogo: La Revolución revis(it)ada Durante el año 2009, los 50 años de la revolución cubana dieron lugar a muchos actos de conmemoración. En la historia de las conmemoraciones salta a la vista la casi total ausencia de festividades en la Isla misma. Esto es un hecho que no necesita ser comentado: “ La Revolución ya no es lo que era ” . 1 Anteriormente, a los cuarenta, treinta y veinte años de la revolución hubo grandes actos y movilizaciones públicos. 2 ¿Cómo conmemorar una revolución perpetuada por medio siglo? Nos hemos decidido por revis(it)ar la revolución cubana, por recapitular la historia conflictiva de la lucha por la independencia, la autonomía y la liberación de un pueblo. Esta revis(itac)ión sólo puede ser realizada dentro del marco macrohistórico de la independencia del hemisferio sur. En el año 2010 se conmemora también la independencia de la mayoría de los países sudamericanos. Esta sí, se festeja en el mundo entero y también en la propia América Latina. La independencia de un pueblo y de una nación es, por razones históricas, casi sinónimo de modernidad. Sin embargo, la independencia latinoamericana no puede considerarse como acabada. Su realización sigue siendo un proyecto. En América Latina la independencia es sinónimo de revolución. Si pensamos en esta dimensión latinoamericana, la tarea que nos hemos propuesto exige el plural: revis(it)ar las revoluciones. 3 El impacto histórico de la revolución cubana solamente es comparable con la haitiana. Por supuesto también las revoluciones en México y en Nicaragua son intentos de lograr la independencia. En todos estos casos se destaca la ironía de la historia: ningún sistema revolucionario logró la liberación del pueblo, todos sustituyeron una dependencia por otra. 1 Cf. el título del estudio publicado por Henri Lefèbvre junto con Catherine Regulier (1978): La révolution n'est plus ce qu'elle était. París: Libres-Hallier. 2 Baste pensar p.ej. en la charla de la conmemoración del 8 enero de 1989 con Fidel Castro con una paloma blanca sobre el hombro; véase al respecto H.-A. Steger (1989): Weltzivilisation und Regionalkultur. Wege zur Entschlüsselung kultureller Identitäten. Múnich: Eberhardt, aquí: 267. 3 Una revisión de la revolución, ahora en singular, a comienzos del tercer milenio puede ser pensada en un marco ecológico de sobrevivencia del planeta y en el marco geopolítico como convivencia en el sistema global. Véase al respecto Samir Amin (1990): Transforming the revolution: social movements and the world-system. (Nueva York: Monthly Review Press). En cuanto a los saberes de la convivencia véase Hanns-Albert Steger (1989: 243 - 267) y más recientemente los estudios de Ottmar Ette (2010) accesible como trilogía: Überlebenswissen, t. I-III, Berlín: Kadmos. Cuando el 1 de enero de 1959, un ejército de rebeldes bajo el mando de Fidel Castro, Che Guevara y Camilio Cienfuegos entró en la ciudad de La Habana recibido con júbilo del pueblo, Cuba también parecía haber logrado por fin su independencia. Cayó el dictador Fulgencio Batista. Latinoamérica entera celebró la victoria sobre el aliado de los Estados Unidos como una superación de las estructuras neocoloniales en tiempos de la independencia. Ninguna otra revolución ha suscitado tanta esperanza, tanta fe, tanta expectativa y al mismo tiempo tanto desencanto, tanto desengaño y frustración. Un mundo más justo y más humano parecía posible. David puede vencer a Goliat. Calibán venció a Próspero. La proyección del “ hombre nuevo ” parecía realizarse. Estas esperanzas fueron frustradas porque los revolucionarios abusaron de su poder ya desde los principios de los años sesenta estableciendo una censura rígida, expulsando a los intelectuales de la Isla y cometiendo crímenes contra lesa humanidad. El hecho de que el régimen castrista se haya podido mantener durante medio siglo contra resistencias internas y externas, plantea muchas preguntas y da lugar a múltiples discursos y polémicas, a menudo ideologizados, en los que se destaca la situación problemática y contradictoria de Cuba. Estas discusiones persistentes muestran la importancia de enfrentar el debate sobre la revolución castrista, que aún sirve como modelo a otros estados latinoamericanos, como Venezuela, Bolivia y Ecuador. Fidel Castro, que se ha convertido en un mito en vida, está todavía omnipresente a pesar de su salida de la palestra política. El “ Máximo Líder ” desapareció completamente del escenario público por su enfermedad, cediendo el poder a su hermano Raúl en 2006. Las escasas imágenes oficiales que circularon mostraron a un hombre gravemente enfermo. En las imágenes inoficiales del Internet, en cambio, se veía a Fidel en el lecho de la muerte. Ahora, en el mes de agosto de 2010, reapareció con un discurso político. Mientras que Fidel evoca el pasado glorioso y elogia el marxismo en Cuba, Raúl anuncia que se permitirá más iniciativa privada en la economía. Del 19 al 21 de noviembre de 2009, discutieron dentro del marco de un congreso internacional en el Instituto de Letras y Lenguas Románicas de la Universidad Goethe en Fráncfort del Meno renombrados historiadores, sociólogos, politólogos, críticos literarios y culturales, escritores cubanos y sus traductoras para revis(it)ar la revolución cubana. Con respecto al desarrollo político después de la muerte de Fidel Castro, los referentes concordaron sobre la volubilidad de la situación política en Cuba y las implicaciones que tendría para Latinoamérica: Las perspectivas futuras de la Isla afectan tanto el hemisferio del norte como del sur porque conciernen las relaciones de poder asimétricas entre Latinoamérica, Europa y los EE. UU. En este contexto, hay que tener en cuenta que a partir del fin de la Guerra Fría, Cuba sirve también - otra ironía de la historia - como ejemplo para la disolución de relaciones bipolares del poder. El legado de la revolución cubana se gestiona en el marco geopolítico de la globalización acelerada. ¿Existen todavía las fronteras rígidas 10 Prólogo: La Revolución revis(it)ada dentro y fuera de la Isla? Es indispensable enfrentarse con esta pregunta cuando se trata el tema de la producción cultural cubana situada en un ambiente global y transcultural, ya que su cultura y literatura no se produce solamente dentro de Cuba sino en un proceso continuo de desterritorialización y reterritorialización por el hecho de que numerosos artistas cubanos viven en Europa y los Estados Unidos. Se ha formado una diáspora marcada por la heterogeneidad: por una parte, se deshacen las fronteras, no pocos de los emigrantes van y vienen de Cuba. Por otra parte, hay exilados cubanos que viven todavía con fronteras impuestas que les impiden el regreso a la Isla. En la diáspora, tanto fuera como dentro de la Isla, existen discursos, prácticas y posiciones multipolares que se entremezclan. A lo largo de los tres días del coloquio, se debatió el fracaso en la realización de los ideales de la Revolución y el desarrollo político, económico, social y cultural de Cuba desde una perspectiva transcultural. Asistieron al congreso enriqueciendo el debate con su presencia: los poetas Eyda Machín, William Navarrete y Miguel Sales de París, Daína Chaviano de Miami y Antonio José Ponte. Este último no sólo es uno de los escritores más importantes de la literatura contemporánea cubana sino también un intermediario intelectual central de la diáspora heterogénea. Gracias a la participación de las traductoras Sabine Giersberg y Silke Kleemann que dialogaron con “ sus ” escritores se podía captar el proceso creativo y la vida interior de los libros. 4 Les agradecemos a los escritores de haber contribuido con ensayos, narrativas y poemas que incluimos en la tercera parte de esta publicación, Revis(itac)iones de los escritores. Además, el libro se divide en dos capítulos, uno Revis(itac)iones históricas, políticas y culturales y otro, Revis(itac)iones literarias e intermediales. El primer capítulo está introducido por Ottmar Ette (Potsdam) que representa la revolución en el contexto de la lógica insular y archipiélago. A través de José Martí explicita la pregunta central de un convivir logrado en el mundo globalizado. Este convivir está marcado por la tensión entre procesos de inclusión y exclusión. En su concepción del mundo como isla y de la isla como archipiélago de lógicas multirrelacionales, Ette propone la polilógica en vez del monólogo impuesto por el estado. El historiador Michael Zeuske (Colonia) detecta estructuras coloniales en el sistema político de Cuba. En su artículo muestra la permanencia de algunos aspectos en la cultura política como el racismo, el elitismo y el paternalismo. Su análisis enfoca el sistema político del régimen revolucionario y las posibilidades de participación en el sistema electoral. Resulta difícil de categorizar el 4 Sabine Giersberg tradujo La fiesta vigilada de Antonio José Ponte al alemán: Der Ruinenwächter von Havanna. Múnich: Antje Kunstmann, 2008. La isla de los amores infinitos de Daína Chaviano fue traducido por Silke Kleemann: Insel der unendlichen Liebe. Múnich: Diana, 2008. Andrea Gremels / Roland Spiller 11 sistema: ¿Se trata de una dictadura de mando único o se puede hablar de una “ democracia participativa con un perfil autoritario ” ? Günther Maihold (Berlín) analiza la revolución cubana y sus legados ideológicos, autoritarios, político-organizativos en la “ nueva izquierda latinoamericana ” que quiere desarrollar una alternativa al neoliberalismo y que busca caminos para empujar cambios sociales. En este contexto Cuba representa la “ izquierda vieja ” que sirve como referente para la “ nueva izquierda ” sin formar parte de la misma como articulador. El politólogo Karl Buck (Bruselas) evalúa la relación entre Cuba y la Unión Europea. Si la base de una cooperación consiste en el respeto de los derechos humanos, ¿cómo se puede cooperar con Cuba en el momento en que 75 disidentes son detenidos arbitrariamente, lo que fue el caso en 2003? En este contexto, las ayudas de la Unión Europea pueden ser consideradas como estabilizador del dictador. El tema tiene una gran actualidad, ya que Raúl Castro decidió liberar 52 de los presos políticos en julio de 2010, lo que podría originar una distensión en la relación entre Cuba y la Unión Europea. Barbara Dröscher (Rostock) también toca el tema de los presos políticos, pero del lado de los escritores cubanos dentro y fuera de Cuba. Así, ella documenta la aplicación de la censura en la Isla. No obstante, observa que con la existencia del Internet y la aceleración con que se pueden promover las informaciones, se han formado nuevos movimientos de resistencia civil que ya no pueden ser suprimidos completamente por el régimen castrista. La globalización y los nuevos medios de comunicación generan múltiples espacios in-between en los que se manifiestan varios discursos sociales y culturales entrelazados. Desde la perspectiva cultural, Yvette Sánchez (San Gallen) presenta los movimientos transculturales en el enclave cubano de Miami. Las metáforas teóricas de las identidades plurales - el mangle, el móvil de Calder, el péndulo y la cinta de Moebius - sirven para comprobar que la tercera generación de cubanos en Miami, el centro del hype latino, se ha transformado en “ hyphenated Cubans ” , actuantes de una identidad transcultural. El capítulo Revis(itac)iones literarias e intermediales comienza con el artículo de Gesine Müller (Potsdam) que focaliza las posiciones controvertidas de los autores del boom, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y José Donoso, con respecto a la revolución cubana. Su enfoque explicita cómo los autores del boom se han despolitizado con el tiempo. En vez de posiciones ideológicas, se destaca un cierto oportunismo y una integración al establishment, que Müller justifica con una desilusión política que ha causado una orientación de los escritores hacia la opinión pública. Al oportunismo político le sigue el rechazo político de Antonio José Ponte, investigado por Teresa Basile (Córdoba, Argentina). Este rechazo va acompañado dialécticamente por un predominio de lo político en la escritura del “ ruinólogo ” Ponte lo que Basile ilustra a través de sus cuentos y su novela La 12 Prólogo: La Revolución revis(it)ada fiesta vigilada. Los textos de Ponte revelan una crítica profunda a la revolución cubana y sus discursos a un nivel teleológico, existencial, social y filosófico. Basile enfatiza que Ponte busca un espacio autónomo mediante la escritura. Así, la literatura se comprende también como un espacio de resistencia, fuera del control estatal. El desencanto con la revolución cubana se expresa también en el género de la “ nueva ” novela policial cubana que surgió en los años noventa durante el “ período especial en tiempos de paz ” . Frauke Gewecke (Heidelberg) fija la atención en las tradiciones, las técnicas narrativas y las características estilísticas del género, las que compara en las novelas policiales de Leonardo Padura, Amir Valle y Lorenzo Lunar. A pesar de las diferencias destacadas entre los escritores, éstos se sirven de los casos criminales para subvertir el discurso revolucionario oficial y contar el deterioro de las ciudades, el tiempo de escasez y los márgenes sociales. Los artículos de Claudia Hammerschmidt, Andrea Gremels y Roland Spiller tratan las revis(itac)iones literarias de escritores exiliados. El exilio siempre significa pérdida por un lado y ganancia por el otro porque el desplazamiento brinda la oportunidad de multiplicar las perspectivas. Claudia Hammerschmidt (Tréveris) observa este fenómeno en la escritura de Guillermo Cabrera Infante, en que la ausencia - experiencia esencial, filosófica y estética del exilio - se convierte dialécticamente en presencia a través de la palabra poética. Las parodias, juegos de palabra, experimentos formales y gramaticales bien conocidos del escritor cubano constituyen así un “ experimento ecológico ” , ejercido para poder retornar siempre al mismo lugar perdido, la isla de Cuba. Hammerschmidt muestra como se superponen y entrelazan presencia y ausencia así como escritura y vida en la(s) escritura(s) de Cabrera Infante. Los fenómenos contradictorios de pérdida y ganancia desempeñan un papel importante también en el artículo de Andrea Gremels (Fráncfort del Meno) que enfoca la dialéctica entre voz y silencio en la poesía cubanoparisina. Ejemplificada a través de los poemas de William Navarrete y Miguel Sales, Gremels analiza como la voz perdida - y además la voz frustrada - en el exilio está rescatada en un contexto transcultural. Roland Spiller (Fráncfort del Meno) explora el tema del naufragio, que constituye junto con la ruina la metáfora destacada en la literatura cubana contemporánea. Utilizada para representar el fracaso del castrismo, Spiller lo asocia con la utopía. Partiendo del filósofo alemán Hans Blumenberg y su estudio Naufragio con espectadores, examina las variantes intermediales del tema en textos, cuadros y en la música punk. Desde el fenómeno de la ekphrasis en los ensayos de William Navarrete llega al análisis de las concomitancias intermediales en los videoclips de Porno para Ricardo. Este grupo punk cubano realiza una crítica implacable, radical y paródica del régimen castrista utilizando una estética hipercursi que transculturaliza los motivos clásicos Andrea Gremels / Roland Spiller 13 del fracaso y del naufragio. Con la música punk se transmite una energía vital que anuncia ya la época postcastrista. Marta Muñoz-Aunión (Fráncfort del Meno) continúa con un análisis intermedial ya que enfoca el cine revolucionario de Cuba en sus comienzos. Trata la película Preludio 11 u Operación Cucaña de 1964, una coproducción entre Cuba y la RDA que se dedica a la causa revolucionaria. Frente a la falta de material y tecnología, ¿cómo lograr la meta de “ descolonizar las pantallas ” y crear un cine independiente? Muñoz-Aunión destaca ante todo que la mirada extranjera sobre la Cuba revolucionaria no se ha descolonizado. El discurso fílmico construye una imagen esquemática y exótica del “ otro ” y más bien de la “ otra ” , como se observa ejemplarmente en la figura principal femenina de la película. Los artículos aquí compilados muestran las contradicciones insolubles y cierta complejidad de las perspectivas múltiples que trae consigo la discusión sobre la revolución cubana. Agradecemos a todos los autores por su participación en estas Actas del Coloquio que entregamos ahora al lector. Gracias también a Gunter Narr que hace posible la segunda publicación en castellano de la serie Frankfurter Beiträge zur Iberoromania und Frankophonie y a Amelie Sareika por sus consejos editoriales. La realización del coloquio no hubiera sido posible sin el apoyo generoso de la asociación Freunde und Förderer de la Universidad Goethe y de los vicepresidentes Prof. Dr. Rainer Klump y Prof. Dr. Mathias Lutz-Bachmann. A Eva Dorn, Celinda Muro y Analía Salerno- Petersen les agradecemos su ayuda incansable y siempre alegre tan indispensable para la realización del congreso. Además, agradecemos a Sergio Abad por su traducción del artículo de Michael Zeuske y a Analía Salerno- Petersen (una vez más) y Martin Diz-Vidal, los ojos avizores, tan imprescindibles para la corrección y el formateo de los artículos. ¡Muchas gracias a todos ellos! Fráncfort del Meno, 12 de octubre de 2010 14 Prólogo: La Revolución revis(it)ada Revis(itac)iones históricas, políticas y culturales Ottmar Ette (Potsdam) Mitologías de medio milenio y de media centuria: Cuba o el mundo como archipiélago Cinco décadas: del ser histórico a su transformación en lo histórico A cincuenta años de la expulsión del dictador Fulgencio Batista y del triunfo de la revolución cubana, en un momento en el que aún no se logra probar contundentemente la mortalidad de Fidel Castro, tal y como se podría formular con un guiño de ojo tomando en cuenta el poder inherente al mito en la historia cubana, resulta difícil formarse una idea del decurso de aquel medio siglo de historia, cultura y literatura cubanas, en la que no se repitiesen los clichés y cartografías archiconocidos de dicha nación y se recayese en aquellas lógicas binarias, de las que resulta tan difícil liberarse. Desde mediados del siglo XX se han expuesto en muchas ocasiones, quizás en demasiadas, las siempre idénticas periodizaciones de la historia cubana: se comienza con los inicios eufóricos después del ‘ triunfo de la Revolución ’ con la entrada de los barbudos en la Habana, las primeras nacionalizaciones, las primeras olas de fugitivos y la campaña de alfabetización. Se destaca el ascenso de Cuba hasta su transformación en modelo ejemplar de un cambio cultural, social y político en América Latina, con los enardecidos debates acerca del futuro camino que debía encauzar la Revolución más allá de la Guerra Fría entre el bloque occidental y oriental, con la coacción a intelectuales y artistas en el traspaso a un ‘ quinquenio gris ’ que durará mucho más de cinco años y los tímidos intentos de entablar un diálogo más allá de las fronteras ideológicas y económicas que desembocan en las olas de fuga masiva, los reiterados torrentes de turistas que inundan la isla, el derrumbe económico del ‘ período especial en tiempos de paz ’ en el contexto de la quiebra económica del bloque oriental y su consecuente liquidación, la dolarización y subsiguiente desdolarización de un estado que desde hace tiempo se encuentra en bancarrota y se finaliza con una fase tardía de la comercialización y subasta de los mitos de exportación cubanos de una isla vacacional cheguevarizada que no sólo es de interés para el portador de divisas europeo-occidental. ¿Es que es posible que, con su historia del pasado de media centuria, esta “ isla de los extremos ” (Zeuske 2004) trascienda en mucho las aquí mencionadas cadenas de acontecimientos? ¿Y qué es lo que queremos decir cuando hablamos de la isla de Cuba? En vista del sinnúmero de estudios e investigaciones que también desde el punto de vista alemán han tratado de abarcar el torrente de publicaciones y asimismo efectuar una especie de balance sobre el desarrollo de Cuba desde que ocurriera el asalto al cuartel Moncada 1 , cabe preguntarse si hay realmente alguna posibilidad de realizar algo más que sólo leves y cuidadosas correcciones en una imagen desde hace tanto tiempo inamovible, cuyos tintes quizás aún puedan cambiar, pero cuyos perfiles y contornos en apariencia son inalterables. Surge el interrogante, si el ser histórico (historisches Gewordensein) de la Revolución no se ha transformado ya desde tiempo atrás en un algo histórico (Historisch-Gewordensein), cuestionado ya sólo por unos cuantos, pero sin lugar a dudas incuestionable. La misma frase de que la Revolución ha envejecido al parecer se ha ido desgastando a lo largo de los años. ¿De qué forma, pues, seguirá? La espera de nuevas respuestas a las preguntas, ¿no habrá comenzado ya desde hace cinco, quince o veinticinco años? ¿Se habrán parado los relojes cubanos y la hora que muestran es un tiempo insular que no hay y no podrá haber en ningún otro lado? Desde que a los inextirpables clichés cubanos de las jóvenes mulatas que estrechan con lascivia sus cuerpos contra las piezas cromadas de legendarios automóviles norteamericanos les fueron agregados los movimientos rítmicos de los veteranos de la música que componen el grupo Buena Vista Social Club y las imágenes no menos conocidas de un hombre anciano y enfermo que ha sustituido su traje de combate color verde oliva por un traje de gimnasia marca Adidas, aquel persistente dejo de nostalgia ha cedido el lugar a una sensación de finiquito que en última instancia no puede o no quiere aceptar que ha llegado el final. No olvidemos que las barbas de los barbudos han encanecido, pero los ancianos que se nos muestran dentro y fuera de los muros de hospitales y asilos y a quienes aún llaman compañeros, siguen siendo dueños y señores de una isla que desde siempre ha cultivado una percepción del tiempo y un cálculo temporal contrario al devenir actual. En el espejo retrovisor los objetos muchas veces aparentan encontrarse más lejos de lo que realmente están. Después de haberle dedicado varias décadas al estudio de la revolución cubana y a su tan particular reino de los signos, he aprendido que los análisis que se refieren específicamente a los datos y factores políticos, económicos o sociales, por regla general no logran abarcar todo. Así por ejemplo se predijo después del éxodo de Mariel, cuando más de 125 000 cubanos abandonaron la isla después de haber ocupado allí la embajada del Perú, que iba a haber una implosión en la sociedad cubana y, para mencionar un ejemplo más, que la economía cubana iba a colapsar después del derrumbe de la ayuda soviética. No sólo en los impertérritos nichos del cubanismo se desconfiaba de un análisis de tal índole sobre Cuba. 1 Véase entre otros el estudio de Ette/ Franzbach (2001), que también contiene una extensa bibliografía sobre el tema. 18 Mitologías de medio milenio y de media centuria Y de hecho, nada de lo augurado se cumplió. Únicamente aquel que tiene en la mira las especificidades culturales de la isla y sobre todo su longue durée cultural como componente esencial, podrá entender el desarrollo de Cuba y los más diversos segmentos de su tan compleja realidad. Pero aquel que sólo se ocupe de la revolución cubana no logrará ni siquiera comprender lo que en sí es la revolución cubana. Cuba y ‘ su ’ revolución por lo tanto es más que la simple acumulación de variables y datos económicos, financieros, sociológicos o políticos; por eso para el análisis de la revolución cubana es de excepcional importancia el parámetro, de que es una cultura específicamente transcultural, que además goza de una enorme autonomía en el ámbito de lo nacional y de lo cultural. De otro modo no se podría explicar por qué, a diferencia de otras revoluciones en el continente americano, la revolución cubana pudo ‘ sobrevivir ’ por tanto tiempo y festejar ahora su quincuagésimo aniversario. Se pronosticó con demasiada frecuencia el pronto desmoronamiento del poder político cubano como para que en la actualidad aún se crea en ello. ¿Podrá perpetuarse esta transformación en lo histórico (Historisch-Gewordensein) o sólo se encuentra a la espera de la siguiente argucia de la historia, a la espera de la fiel contra-temporalidad de la ‘ siempre fiel isla de Cuba ’ ? Si intentamos tomar en cuenta la pasada media centuria partiendo de esta premisa - según la cual ni siquiera son capaces de explicar el desarrollo económico de Cuba los que se ocupan diariamente de los ‘ datos ’ económicos - y la contemplamos desde otro ángulo, para así poder acercarnos más a Cuba, entonces también en el ámbito de la cultura y la literatura nos encontramos frente al problema de que muchas de nuestras teorías y epistemologías, de que casi toda nuestra terminología y nuestros procedimientos descriptivos se concentran demasiado en ese espacio y al parecer son excesivamente estáticos para poder abarcar los desarrollos y procesos altamente dinámicos que le subyacen. Aún parece prevalecer el consenso de considerar la literatura cubana (para dar sólo un ejemplo) según los modelos nacionalistas desarrollados en la Europa Central y Occidental del siglo XIX y como tal, vincularla sólo al territorio de la isla de Cuba. Sin poder profundizar aquí en esta problemática, que he intentado desarrollar en otro momento (Ette 2005), quisiera poner de relieve que el mayor desafío en el futuro radicará en lograr el paso de una historia del espacio a una historia del movimiento. Aquel que se quiera acercar a la historia cubana - y también a la historia de la revolución cubana - a través de una perspectiva meramente territorial o histórico-espacial, tendrá serios problemas para poder comprender los desarrollos y procesos tanto a corto como a largo plazo. Exagerando un poco, se podría comparar un procedimiento de esta índole con el intento de efectuar estudios climatológicos que en sí van interrelacionados con los desarrollos del clima global apoyándose en datos exclusivamente locales. Ottmar Ette 19 Sabemos que la creación de una poética del movimiento que no sólo se limite al ámbito literario y su postrer ajuste a una historia del movimiento no es tarea fácil. Pero tal dificultad no debe impedir que nos opongamos a una comprensión anacrónica del llamado spatial turn y le allanemos el camino al reto que significa la comprensión vectorial de los procesos históricos y culturales. Sólo así lograremos entender las dinámicas pasadas y futuras en la historia (política, económica, cultural y literaria) de Cuba y sentar prospectivamente las bases para las evaluaciones que se realicen en el futuro. El estudio de la literatura y del saber almacenado dinámicamente en ella podría ser una contribución esencial a ello. También y precisamente con miras a Cuba me parece muy oportuno el momento para repensar los conceptos en su mayoría estáticos, porque las imágenes globalizadas del anciano líder revolucionario apuntan al mismo tiempo hacia el presente de la historia y su transitoriedad, a la presencia del mito y su agotamiento, su cansancio en un presente que se abre hacia un futuro cuya silueta apenas se perfila en el horizonte. El atractivo de estos cincuenta años de revolución cubana radica en el entrelazamiento paradójico del presente y la presencia bajo el signo de la transformación en lo histórico (Historisch-Gewordensein) y lo venidero, porque a diferencia del ser humano los mitos no siempre son mortales. Cinco centurias: de la historia espacial a la historia del movimiento En el momento en que se nos dificulte crear una nueva percepción desde el punto de vista de la historia del movimiento, y por tanto móvil, para considerar los pasados cincuenta años de historia y cultura cubana, deberíamos aliarnos a un interlocutor a quien también se le considera difícil por su forma no siempre sencilla de escribir: el cubano José Lezama Lima. Ya las palabras introductorias de la primera ponencia de las cinco que expondría el poeta, novelista y ensayista los días 16, 18, 22, 23 y 26 de enero de 1957 en el Centro de Altos Estudios del Instituto Nacional de Cultura con sede en la Habana, aborda con arrojo el tema de lo que causa esfuerzo: Sólo lo difícil es estimulante; sólo la resistencia que nos reta es capaz de enarcar, suscitar y mantener nuestra potencia de conocimiento, pero en realidad, ¿qué es lo difícil? ¿lo sumergido, tan sólo, en las maternales aguas de lo oscuro? ¿lo originario sin causalidad, antítesis o logos? Es la forma en devenir en que un paisaje va hacia un sentido, una interpretación o una sencilla hermenéutica, para ir después hacia su reconstrucción, que es en definitiva lo que marca su eficacia o desuso, su fuerza ordenancista o su apagado eco, que es su visión histórica. (Lezama Lima 1969: 9) En este íncipit que introduce los textos de las ponencias, que el propio Lezama Lima recoge bajo el título La expresión americana, de una estructura nada sencilla, sale a relucir en el nivel gramatical y estilístico, así como también en el 20 Mitologías de medio milenio y de media centuria temático y el argumentativo, que lo que destaca en un paisaje es lo que está en movimiento y en devenir y no su composición o estatismo; elementos que gracias a su franqueza y apertura sensual y semántica atraen más al ensayista de Confluencias (1988). El término paisaje se repite una y otra vez desde las primeras páginas de La expresión americana, de tal manera que conforma un paisaje de la teoría en movimiento que no quiere sujetar ni a Cuba ni al continente americano ni tampoco el transcurrir histórico del pasado y su eco, la visión histórica. Es más, nace una forma de ver tanto transhistórica que cruza diferentes tiempos e historias, como también transespacial, esto es, que traspasa los más diversos espacios, cuyo alto y sorprendente coeficiente de movimiento resulta del entrecruzamiento espacio-temporal y que no se deja detener por fronteras fijas; sería, tal y como se dice al final del ensayo del que proviene el título, la línea de un horizonte que constantemente se encuentra en movimiento: Dichosos los efímeros que podemos contemplar el movimiento como imagen de la eternidad y seguir absortos la parábola de la flecha hasta su enterramiento en la línea del horizonte. (Lezama Lima 1969: 429) Así, en La expresión americana se trata de poner en marcha una potencia de conocimiento que sólo se puede desenvolver y acelerar si se logran vincular los más diversos objetos y si se une esta infatigable actividad de ‘ enarcar ’ con las más diversas culturas y horizontes. La expresión americana es, en el sentido de la obra fundacional que Fernando Ortiz lanzara en 1940, Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (1978), un libro decididamente transcultural, porque la expresión americana al parecer sólo se puede transmitir por medio de esta forma que cruza las más diversas culturas. Las famosas enunciaciones del antropólogo cubano podrán dar testimonio de cuán compleja es la referencia de la metafórica del movimiento implícita aquí en un paisaje: No hubo factores humanos más trascendentes para la cubanidad que esas continuas, radicales y contrastantes transmigraciones geográficas, económicas y sociales de los pobladores, que esa perenne transitoriedad de los propósitos y que esa vida siempre en desarraigo de la tierra habitada, siempre en desajuste con la sociedad sustentadora. Hombres, economías, culturas y anhelos todo aquí se sintió foráneo, provisional, cambiadizo, ‘ aves de paso ’ sobre el país, a su costa, a su contra y a su malgrado. (Ortiz 1978: 95) Lo territorial aparece a la luz de la teoría de la transculturación ortizeana como un espacio de movimientos (para las ‘ aves de paso ’ ), un espacio vinculador (para los marineros) y como un espacio para vivir, en el que el desarraigo, la falta de una residencia fija, aquello que proviene del exterior, lo siempre transitorio, no logra reterritorializarse y con ello inmovilizarse. A fin de cuentas, “ esa vida siempre en desarraigo ” (Ortiz 1978: 95) es símbolo de un saber vivir, que como saber se alimenta de la propia experiencia de la vida y asimismo le devuelve ese imperecedero movimiento al propio saber de y en la vida. Ottmar Ette 21 El proceso histórico determinante para la creación de un saber vivir y un saber sobre/ vivir es el de la conquista, aquella primera fase de globalización acelerada que, en palabras de Fernando Ortiz fue una especie de Big Bang, el choque de las culturas en el llamado ‘ Nuevo Mundo ’ : Si estas Indias de América fueron Nuevo Mundo para los pueblos europeos, Europa fue Mundo Novísimo para los pueblos americanos. Fueron dos mundos que recíprocamente se descubrieron y entrechocaron. El contacto de las dos culturas fue terrible. (Ortiz 1978: 94) Este choque, esta destructora colisión determina la especificidad del continente americano en general y en especial medida, de Cuba. La dimensión vectorial de este choque, esto es, el almacenamiento de los derroteros históricos del movimiento que, viniendo de América y Europa y más tarde también de África y Asia se entrecruzan y colisionan, desarrolla su poder acuñador a partir de este choque y marca todas las demás fases de globalización acelerada a partir de las postrimerías del siglo XV después de Cristo. Se estableció una asimetría de las relaciones que se mantendrá a lo largo de los siglos, y Cuba se encontró en medio de este huracán. También Lezama Lima conoce aquel choque, sabe acerca de la colisión que él denomina “ el choque de viejas culturas ” (Lezama Lima 1969: 68). Aunque está lejos de religarlo todo con el choque de 1492, para él los movimientos de los siguientes cinco siglos siguen marcados por aquellas fuerzas y dinámicas que había desatado aquella colisión. Su propia escritura y su pensamiento extrae de esto aquellas energías que convierten a este poeta de la calle Trocadero en la Habana en uno de los líricos más importantes no sólo de toda la literatura cubana sino también del movimiento, independientemente del hecho de que después de un viaje al continente americano su creciente volumen físico le impidiera cada vez más desplazarse. Y La expresión americana ¿no es precisamente esto: la búsqueda de una poética latinoamericana del movimiento? Sin lugar a dudas se puede considerar toda la obra poética de José Lezama Lima y en especial el acertijo de La expresión americana una poética del movimiento y asimismo una poética de la relación, similar a aquella que desarrollara algunas décadas más tarde el poeta y ensayista caribeño, Edouard Glissant en su Poétique de la relation (1990) desde el punto de vista del ámbito francófono. Es una relacionalidad siempre vectorial en el sentido arriba mencionado, que le facilita a los fenómenos generalmente desvinculados entre sí su dinámica que se permuta e incrementa recíprocamente. Así, Lezama Lima hace hincapié, sirviéndose de Klages y encontrándose en medio de la red intertextual que ha extendido, en lo siguiente: Si me noticio que los fósforos fueron invencionados en 1832, consigue apuntalar una capa más al olvido. Pero si lo acompaño con la fecha igual que la muerte de Goethe, y su frase ¡más luz! , es difícil que se me vuelva a escapar la diminuta alabanza dática 22 Mitologías de medio milenio y de media centuria del hallazgo del fósforo. No en balde, los alemanes consideran los procedimientos para memorizar como formas del ‘ witz ’ , del ingenio. (Lezama Lima 1969: 23) Lo ingenioso de esta relacionalidad que Lezama Lima pone en escena en los más diversos niveles de La expresión americana radica en que el autor cubano construye sus paisajes (literarios) ayudándose de relacionalidades asimismo multiformes y sorprendentes. El momento singular en su calidad de momento en movimiento es imprescindible para la poética de Lezama. Para él, recurriendo a Ernst Robert Curtius (y también aquí se nos revela, cuánto le debía él a la labor de difusión que ejerciera José Ortega y Gasset con la influyente Revista de Occidente 2 ) se encuentra en primer lugar la obligación de reconstruir e inventar de nuevo los viejos mitos, para que estos mitos nos muestren siempre caras nuevas, ya que “ la ficción de los mitos son nuevos mitos, con nuevos cansancios y terrores ” (Lezama Lima 1969: 20). Si en su primera ponencia, que aparece bajo el título “ Mitos y cansancio clásico ” , Lezama Lima presenta como elemento esencial de su método la transformación de mitos cansados y agotados por medio del hallazgo o del invento de nuevos mitos, entonces tiene presente que también estos nuevos mitos pueden hundirse en el cansancio, si a las relaciones recíprocas no se les mantiene en constante movilidad y transformación. Esto vale especialmente para el paisaje que no aparece como el objeto de la cultura, sino como su generador: “ Lo único que crea cultura es el paisaje y eso lo tenemos de maestra monstruosidad, sin que nos recorra el cansancio de los crepúsculos críticos ” (Lezama Lima 1969: 27). Y agrega, con miras al poder generador y creador de los habitantes de estos paisajes americanos: Además de la función y el órgano, hay que crear la necesidad de incorporar ajenos paisajes, de utilizar sus potencias generatrices, de movilizarse para adquirir piezas de soberbia y áurea soberanía. (Lezama Lima 1969: 35) Así el antídoto contra el cansancio, el abatimiento será la incorporación, la apropiación de paisajes ajenos, en tanto la relacionalidad introducida se convierte en motor de un movimiento que incluye los viejos puntos de referencia, los viejos mitos en sus nuevas y cambiantes filiaciones. La fuerza creativa de un paisaje (de la teoría) hace surgir un laborar constantemente renovado en el mito. Con esto no quedó sólo descrito y trasladado a una dimensión histórica el procedimiento poético quizás medular de José Lezama Lima, sino que también se ha delineado un paisaje de la teoría que logra establecer, a lo largo de toda La expresión americana, relaciones universales cada vez novedosas entre las diversas islas en estas cartografías y coreografías mentales de las culturas universales. Una y otra vez, el paisaje (americano) se convierte en punto de 2 Véase para ello el hermoso estudio de Segio Ugalde Quintana (2006). Ottmar Ette 23 partida de una multirrelacionalidad polilógica y abarcadora de todo el mundo, de la que no han desaparecido los mitos, sino que se encuentran en busca de vínculos siempre nuevos, de inventos siempre nuevos. Un espacio no se constituye por su territorialidad estable, sino que aparece en su condición de espacio universal en movimiento, un espacio-libre (Spiel-Raum), en el que la relacionalidad se convierte en móvil de una potencialidad y fuerza generadora, que no se agota y cansa mientras no se fijen y territorialicen los mitos. A diferencia del modelo dinámico y abierto de Lezama Lima, la revolución cubana de una vez por todas ha sujetado y fijado espacial y semánticamente los mitos por ella creados. Sin embargo, los mitos, inalterables en su sentido, se cansan y esto en el doble sentido de la palabra. Cincuenta mil millares de años: del archipiélago a la isla y de regreso Las conferencias dictadas por Lezama Lima en enero de 1957 se llevaron a cabo en la capital de Cuba y tuvieron como telón de fondo la guerra de guerrillas de los revolucionarios agrupados alrededor de los dos hermanos Castro y del Che Guevara en la Sierra Maestra y la valiente lucha de agrupaciones estudiantiles e izquierdistas contra la dictadura de Batista. Al culminar su conferencia el 22 de enero de 1957 con una semblanza lírica del poeta, ensayista y revolucionario cubano José Martí, el gran poeta del grupo Orígenes habla sustancialmente de “ la poesía como preludio del asedio a la ciudad ” (Lezama Lima 1969: 116), intercala de una forma polisémica y artística los diarios de guerra de este hombre que iniciara en 1895 la guerra e inmediatamente fuera víctima de ella, en la larga historia de los afanes independentistas americanos y en un último giro sobre Martí (autor de Nuestra América, al que se habían referido durante su Centenario en 1953 casi todos los actores políticos desde Fulgencio Batista hasta Fidel Castro) pasa a recitar una frase que, por encontrarse en una posición sobresaliente al final del texto, ha sido interpretada frecuentemente como una leve reverencia ante los revolucionarios contemporáneos: “ para la estrella que anuncia el acto naciente ” (Lezama Lima 1969: 117). Asimismo, las declaraciones que le siguen insinúan que el origenista inicialmente veía una relación entre la revolución de Martí y la de Castro (Ugalde Quintana 2006: 288). Hay indicios de que aquí el mito en ciernes de la nueva fuerza generadora de un grupo de decididos revolucionarios (no se ha cesado de aludir al número apostólico de los mismos) se incluye en un devenir histórico, en el que se inscriben ejemplarmente un Simón Rodríguez, un Simón Bolívar y asimismo un Fray Servando Teresa de Mier o un Francisco Miranda (Lezama Lima 1969: 116); y un personaje como Hugo Chávez que trata con todo empeño de adscribirse a una relación mítica con el Libertador. ¿Será posible que aquí se esté dando un reinvento de viejos mitos que se configuraron en el entorno de la 24 Mitologías de medio milenio y de media centuria Independencia y que, por no haber caído en el agotamiento, en el cansancio, aparecen ahora en el atuendo de mitos nuevos? Sin lugar a dudas se puede ver instalado en el discurso de Lezama Lima un bricolage mítico de tal índole bajo el signo de la estrella (cubana). No importa de qué manera se quiera interpretar este corto pasaje; lo que carecería de fundamento sería el intento de estilizar a José Lezama Lima y convertirle en un correligionario de Castro y un apologista del modelo social construido por la revolución cubana. El vínculo entre el 95 y el 59 reverbera por breves instantes para volver a desaparecer. Es más, el autor de Paradiso fue víctima de una marginación que iba en aumento desde fines de los sesenta, desde el giro intelectual de una política cultural cada vez más opresora, aunque la segregación no fuera tan radical como la que sufriera Virgilio Piñera. La edad de oro de la política cultural abierta proclamada por la Revolución era historia a más tardar desde fines de 1968. A diferencia de José Lezama Lima, quien a pesar del terrible acoso no se dejó ahuyentar de la isla, Guillermo Cabrera Infante desde temprano se había exiliado y desde allí comenzó a diseñar con cierta obsesión y desde perspectivas cambiantes, un cuadro de su isla tropical, de mea Cuba, valiéndose siempre del juego de palabras. Así por ejemplo, el principio y el final de aquella serie de microrrelatos que reuniera en 1974 bajo el título Vista del amanecer en el trópico, se pueden interpretar como la historia de una expansión europea observada desde la perspectiva caribeña; expansión que le produjo profundas heridas a la naturaleza. Desde el inicio nos dan a entender que Cuba no es una isla, sino un archipiélago; una apreciación que como tal no es sorprendente, porque todos los alumnos cubanos han sido instruidos de que no viven en una isla, sino en un archipiélago. Sin embargo, la idea de Cabrera Infante no quiere poner de relieve la dimensión nacional; es mucho más enigmática. Ya desde el inicio de estas vistas del trópico emergen primero las islas y los islotes del mar tropical para conformar pieza por pieza el archipiélago (cubano): Las islas surgieron del océano, primero como islotes aislados, luego los cayos se hicieron montañas y las aguas bajas, valles. Más tarde las islas se reunieron para formar una gran isla que pronto se hizo verde donde no era dorada o rojiza. Siguieron surgiendo al lado las islitas, ahora hechas cayos y la isla se convirtió en un archipiélago: una isla larga junto a una gran isla redonda rodeada de miles de islitas, islotes y hasta otras islas. Pero como la isla larga tenía una forma definida dominaba el conjunto y nadie ha visto el archipiélago, prefiriendo llamar a la isla isla y olvidarse de los miles de cayos, islotes, isletas que bordean la isla grande como coágulos de una larga herida verde. Ahí está la isla todavía surgiendo de entre el océano y el golfo: ahí está. (Cabrera Infante 1984: 15) El íncipit de este volumen delinea la génesis de un mundo en formación y perpetuo cambio, con un sinnúmero de islas e islitas, cuya estructura espacial Ottmar Ette 25 iría a ser fijada y centralizada artificialmente por el hombre. ¿Este proceso se habrá realizado en el terciario, esto es, hace aproximadamente 50 mil millares de años o apenas en el pleistoceno, que comenzó hace millón y medio de años? Pregunta vana. Para nuestro texto sólo importa que la evolución se diera en un momento anterior a la aparición del hombre en esta región de la tierra. El invento de una isla principal es producto del ser humano: Cuba emerge del mar de la historia como la isla más grande de las Antillas, surgida del océano como una constelación de poder bajo el signo de una herida. El microrrelato presentado no da lugar a dudas: el orden así creado concentra todo en una isla cuyos contornos aparentemente la dejan aparecer de dicha forma, pero que se conforma por un sinnúmero de islitas y subordina todos los demás islotes del archipiélago en formación a esta lógica centrada y centradora. En esta visión de Cabrera Infante, la aparición de Cuba en el escenario de la historia se vincula desde un principio con la construcción de poder y violencia, aunque este ligamiento sea sólo de ‘ naturaleza ’ definitoria, esto es, de índole cartográfica. Comienza una génesis con la expulsión del paraíso y la metamorfosis en un infierno tropical, antes de que al final del volumen, después de muchas escenas lóbregas de la historia de Cuba, el hombre vuelve a desaparecer de la faz de la tierra y las islas recobran su eterna belleza refulgente. Aquí se nos devela el carácter enigmático con el que Vista del amanecer en el trópico nos presenta el paraíso tropical isleño situado en medio del hemisferio americano. El texto además pone de manifiesto la manera en que ya desde el inicio de la historia se introduce un doble error en el sistema: por un lado todo se centra en una territorialidad dominante, que niega la multirrelacionalidad móvil de un archipiélago perturbador en su inconclusa movilidad. Una historia del espacio que se limita a lo espacial no permite que surja y se desenvuelva una historia del movimiento que apunta hacia lo dinámico. Por el otro lado, se abandona la estructuración abierta de un archipiélago en favor de una clara división entre isla principal e islas secundarias desdeñables, mediante un orden poderosamente jerarquizador. Hace olvidar que asimismo la isla principal, ahora una larga cicatriz verde, es en sí misma producto de una agrupación de islas e islitas. En este caso, una multirrelacionalidad compleja sólo importuna. A lo largo de todo el microtexto de Cabrera Infante, la forma de la isla encarna por lo tanto la herida causada por una historia llena de dominios y en el futuro también sabrá imponer sus demandas a la fuerza. La isla aparentemente uniforme, casi monolítica por ende, tampoco es un territorio homogéneo, sino una unión de elementos insulares de diversa índole, por lo que a la isla principal quizás se le pueda ver como una isla de islas, como una isla conformada por las más diversas islas. El espacio homogéneo, estático demuestra ser falaz. La estructuración móvil profundamente heterogénea se desatiende en favor de una homogenización territorializadora e incluso se la suprime. De esta manera, se fija con violencia aquello que se encuentra constantemente en 26 Mitologías de medio milenio y de media centuria movimiento, aquello que, como el mismo mar, adopta formas y colores siempre nuevos: puede dar comienzo una historia del espacio de una vez por todas centrada. Y es ésta la historia que narra la novela de Reinaldo Arenas, Otra vez el mar. Es, tal y como lo presenta contundentemente Vista del amanecer en el trópico de Guillermo Cabrera Infante, la historia de totalitarismos, cuya dialéctica de inclusiones y exclusiones se desvela a través de un sinnúmero de tropismos microtextuales. El hombre se ha adueñado de un paisaje que se ha ido creando a lo largo de miles de millares de años y lo ha subyugado, en perjuicio de aquel. En un microrrelato que lleva el título “ Diario de campaña ” se da un ejemplo de la historia sangrienta de Cuba, en tanto se condensa la escena en la que los propios generales de José Martí le desbancan en La Mejorana, lo cual le lleva en última instancia a la muerte: El diario de campaña del hombrecito de grandes bigotes y casi calvo no dice qué ocurrió en la reunión que tuvieron él y el mayor general con el fornido general negro. Se han hecho muchas conjeturas, hasta se ha dicho que el general negro llegó a abofetear al hombrecito de los grandes bigotes en una discusión sobre el mando militar o civil de la insurrección. El hecho es que manos piadosas arrancaron las páginas del diario que hablaban de la reunión y ayudaron a convertir la reunión en un chisme histórico. (Cabrera Infante 1984: 77) El giro determinante de la guerra de independencia de Cuba, en el que una orientación civil de carácter democrático tuvo que cederle el lugar a una de carácter militar y autocrática se explaya aquí frente a nuestros ojos a través del ejemplo del diario de campaña de José Martí y de otra forma a como nos la presentara Lezama Lima: el hecho histórico, comprobable, de que han sido arrancadas aquellas hojas del diario que se referían a la reunión en La Mejorana, devela en una mise en abyme de qué manera ha sido maltratada Cuba a lo largo de su historia y en el sentido literal de la palabra le ha sido arrancada una página de la democracia. Esto no tiene como consecuencia, tal y como podremos comprobar más adelante, que Martí, quien de hecho fuera un hombre de estatura baja, hubiera desaparecido de la historia cubana después de su muerte. Más bien se cumple su propia profecía poética, según la cual apenas después de su muerte iba a alcanzar su verdadera dimensión histórica: “ Mi verso crecerá: bajo la yerba/ Yo también creceré ” (Martí 1985: 126). Así en Cabrera Infante surge una conclusio muy interesante desde el punto de vista de la historia de la recepción, que alude al juego de palabras del apellido con el mártir: Con el tiempo este cadáver se convirtió en una enorme carga de la conciencia revolucionaria. Hecho mártir el hombrecito creció y creció hasta que finalmente no se podía con la carga y todos invocaban su nombre, hablando de un muerto grande - aunque cuando lo enterraron medía apenas cinco pies y cinco pulgadas. (Cabrera Infante 1984: 78) Ottmar Ette 27 La génesis del mito Martí, que en el transcurso del siglo XX ha logrado impactar en la historia y ha acuñado profundamente la historia de Cuba, aquí es relacionada con aquella página robada de un diario de campaña cuyas cualidades poéticas le fascinaran tanto a José Lezama Lima. El lugar de la página literaria robada, de la página sustraída que contenía una apertura democrática, lo ocupa ahora la historia de aquellos que se refieren a Martí por conveniencia, para poder justificar, a través de esta legitimación, por qué los otros deberían de desocupar el escenario político: la historia de las marginaciones, de una falta de saber con/ vivir tiene rasgos cada vez más brutales. Por eso, a muchos les queda sólo la alternativa de la fuga, de abandonar la isla. Esto se muestra quizás de la manera más contundente en un microrrelato que almacena la cantidad de historias de intentos fallidos de fuga: Cuando el avión aterrizó cinco mil kilómetros y ocho horas más tarde, un ovillo semicongelado cayó de entre las ruedas. Era el polizón con suerte. El polizón sin suerte fue la luz roja que se encendió en el control del tren de aterrizaje y se mató cayendo en el mar o en algún descampado de la isla que los dos querían abandonar a todo trance. (Cabrera Infante 1984: 217) Desde hace tiempo la isla se ha convertido en el espacio de una lógica binaria y una mecánica de exclusión e inclusión, de una separación tajante entre aquello que cuenta y aquello que no cuenta y por lo tanto puede ser eliminado. Esto nos lo insinúa la literatura hasta aquí analizada. Sin embargo, el texto de Guillermo Cabrera Infante se rebela en contra de un mundo donde prevalece lo monolítico por medio de su particular estructuración en el nivel de la expresión, ya que el volumen se podría describir desde el punto de vista nanofilológico (Ette 2008) como una sucesión de textos insulares micronarrativos, que en su interior ponen en escena una estructura abierta, fractal. Cada microrrelato programa y genera una y otra vez este carácter abierto. En cuanto al devenir de la lectura de estas islas textuales y de estos textos insulares se les puede integrar en las más diversas secuencias y direcciones y siempre se configurarán de distinta manera. Estos textos insulares han generado un paisaje; un paisaje literario de la teoría que a la vez contiene un saber sobre las posibilidades de una convivencia pacífica en la diferencia. No será necesario hacer hincapié en que en el transcurso de los diversos microrrelatos, que asimismo conforman algo similar a un texto-archipiélago en este volumen, se perfile una historia de violencia y opresión, de marginación y destierro, de persecuciones y asesinatos. En este plano no se diferencian mucho las imágenes históricas que proyecta Guillermo Cabrera Infante, a quien Chris Bongie (1998) llama ex-islado, de las de otros escritores del exilio y esto podría demostrarse con facilidad si se analizasen los textos de Reinaldo Arenas. A todos ellos la isla ya no les ofrecía ninguna posibilidad de movimiento y margen para desenvolverse: para ellos se había convertido en una isla-prisión, ya sea virtual o muy concreta. 28 Mitologías de medio milenio y de media centuria Vista del amanecer en el trópico de Guillermo Cabrera Infante expone la imagen de una isla que al parecer no ha podido desarrollar en ningún momento un saber convivir respetando todas las diferencias étnicas, culturales o sociopolíticas. Por eso en el futuro el destino de la isla sólo podrá ser el de una isla deshabitada, liberada de los hombres al final de una despiadada historia de la humanidad. Los espacios temporales naturales, los geológicos, vuelven a recobrar sus derechos: la isla triste, infeliz y larga podrá disfrutar otra vez de su naturaleza tropical cuando el último indígena, el último español, el último africano, el último americano y finalmente el último cubano la haya abandonado: “ Y ahí estará [. . .], sobreviviendo a todos los naufragios y eternamente bañada por la corriente del golfo: bella y verde, imperecedera, eterna ” (Cabrera Infante 1984: 229). La historia del hombre ha llegado a su fin: la isla se ha convertido una vez más en archipiélago abierto. Cinco / dos siglos: del hallazgo hasta el invento de Cuba Un análisis preciso, basado en fuentes escritas y cartográficas, demuestra que la aparición del archipiélago tropical de Cuba y de todo el espacio caribeño en la historia es un ingreso a la historia del movimiento europeo a escala mundial, que se materializó con enorme ímpetu en el paso de la Edad Media al Renacimiento. Esto lo ponen de relieve no solamente los manuscritos de los primeros historiadores de este movimiento, entre otros Pietro Martire d ’ Anghiera, quien trabajara en España y redactara sus libros en latín, sino también el papel cada vez mayor que jugara el mapa en los siglos XV y XVI, o bien, la velocidad en que se transformaron los mapamundis europeos tan diferentes entre sí. Es precisamente en el plano de una imagen del mundo occidental que se modificaba a gran velocidad, en el que hay desarrollos de gran envergadura no solamente en cuanto a los cambiantes contornos de continentes e islas. La determinación del ecuador (cartográfico) y la especificación de la perspectiva central (Belting 2008), (ambos basados seguramente en fundamentos árabes) son inventos casi simultáneos del Renacimiento en el arte y la cartografía, en la arquitectura, la pintura y la geografía. Ellos se globalizarán con rapidez y tenacidad. Estas ficciones artísticas y cartográficas fundamentadas en las matemáticas, se realizan desde Occidente y para Occidente. Ambos inventos nos parecen hoy en día y, claro está, desde la perspectiva occidental, como algo natural, esto es, de la misma forma como solemos difundir las fotografías de nuestra tierra desde el espacio ‘ naturalmente ’ en cierto orden. Sin embargo, una mirada comparativa hacia otras culturas nos muestra que estas redes cartográficas y estas focalizaciones cuidadosamente construidas son codifi- Ottmar Ette 29 caciones culturales que tienen su historia muy propia y sus particulares condiciones de producción. Si dejamos de lado aquel escudo de Cristóbal Colón, en el que el almirante no olvidó plasmar la imagen estilizada de una aglomeración de islas grandes y pequeñas por él halladas e inventadas, el primer registro cartográfico de Cuba se da en el famoso mapamundi de Juan de la Cosa, quien destacara como piloto de la flota española en las expediciones de Colón y de Américo Vespucio 3 . Este mapa del año 1500, que apenas reapareciera en el siglo XIX, logra enlazar de forma deslumbradora una imagen cartográfica sorprendentemente exacta de los continentes y archipiélagos conocidos en aquel entonces y las imágenes occidentales del mundo extraeuropeo que se había heredado de la Antigüedad. 4 Además no sólo diseña una imagen cartográfica llena de detalles sobre las Antillas y algunos contornos de tierra firme circumcaribeños, sino que devela asimismo la importancia geoestratégica de esta región en el centro del continente americano (Cerezo Martínez 1994: 82 - 83). Los signos de dominación impuestos en la carta lo muestran con exactitud: el Caribe se convirtió muy pronto para los españoles en punto estratégico militar desde donde efectuaron sus triunfales conquistas hacia el norte, el centro y el sur del continente americano. De aquí se realizó la traslación de la historia del movimiento de la expansión española o europea. El mapamundi de Juan de la Cosa, que hoy se encuentra en el Museo Naval de Madrid ofrece la imagen cartográfica seguramente más avanzada de la tierra que se tuviera en 1500. En él se encuentra delineada por primera vez la posición geográfica correcta de la línea ecuatorial y del trópico de cáncer y se logran distinguir con precisión los contornos de la isla de Cuba con sus islas e islitas situadas delante de ella. Sin lugar a dudas, al inicio de la temprana modernidad se imbrican los mundos de imágenes cartográficas modernas con las imágenes heredadas de la Antigüedad bajo el signo de la demanda de dominio europeo. La preeminencia de la posición de la isla caribeña más extensa hace reconocer la enorme importancia que Cuba iría a ocupar a escala mundial en el hemisferio del Nuevo Mundo. En el hallazgo se inscribe criptográficamente el invento: se pone de relieve un triángulo dentro del cual se unen lo hallado y lo inventado en el plano de la vivencia y la experiencia de lo ya vivido. Por lo tanto, la obra maestra de la cartografía de la temprana edad moderna realizada por Juan de la Cosa no solamente nos lega una primera imagen fascinante del hemisferio americano en el contexto global, porque descansa en las experiencias propias del gran piloto. Además incorpora, aunque muy cerca de las costas que él bordeara en el Occidente, las tierras de Gog y Magog y delinea una instantánea de la historia de la expansión ibérica, que ya devela las 3 Ambos mapas se encuentran en Humboldt (2009/ II), figuras 19 y 20. 4 Véase para estas imágenes las ilustraciones en Rojas Mix (1992). 30 Mitologías de medio milenio y de media centuria probables líneas de desarrollo futuras de una historia europea del movimiento. Ante este telón de fondo no me parece una casualidad que la primera representación cartográfica de la isla de Cuba reproduzca esta ínsula, la más grande de las Antillas a escala mundial y eso apenas ocho años después del llamado descubrimiento por Cristóbal Colón. El mapamundi de Juan de la Cosa hace surgir la isla de Cuba, que todavía se ha dibujado más al norte del trópico de cáncer y por eso fuera del trópico, por primera vez como una isla potencialmente global. Es muy interesante observar, que la primera representación cartográfica de Cuba sola, es una invención libre realizada en 1528 y, a diferencia de la de Juan de la Cosa, sin los contornos de la isla que aún hoy día podemos reconocer como tales. Más de tres décadas después del primer viaje de Colón, el veneciano Benedetto Bordone se imaginó en su famoso islario 5 (Bordone 1528) una Cuba, que seguramente tenía poco que ver con lo que en aquel tiempo ya se conocía, pero por motivos estratégicos no era accesible. En el Libro di Benedetto Bordone nel qual si ragiona de tutte l ’ Isole del mondo aparece una isla, cuyos litorales esquemáticamente zigzageados y con entrantes, inventan la imagen cartografiada de una ínsula, en cuyo centro se pueden apreciar serranías y lomas, bosques y sembradíos y granjas de toque italiano. El islario como imaginario: desde siempre los mapas han sido proyecciones cartográficas de lo otro en lo particular, y sobre todo de lo particular en lo otro. Si se comparan los contornos del mapa de Cuba hecho por Bordone con los de un mapamundi aparecido en el mismo año 1528 6 , se logra apreciar que Bordone no incluyó entre los contornos extremadamente imprecisos, aunque reconocibles, de los continentes, una isla en el espacio caribeño, que hubiera correspondido ya sea a los litorales cercanos a la realidad del mapamundi de Juan de la Cosa o los contornos inventados por él en su propio mapa de islas. El mapamundi de Bordone, que exhibe la red de mapas que Europa había arrojado sobre el globo terráqueo y proyecta, gracias a la precisa ubicación de ambos trópicos y de la línea ecuatorial, la perspectiva centralizadora de Occidente, se somete a otras lógicas que el Isolario 7 , aquel género que él mismo había inventado. En la representación por separado de la isla no se trata 5 Libro di Benedetto Bordone (1528): Nel qual si raciona de tutte l ’ isole del mondo . . . Vinegria: Zoppino. En la bella exposición “ Faszination Kuba ” , la curadora, Birgit Oberhausen, con toda razón colocó este mapa en el centro. La exposición se presentó en la Württembergischen Landesbibliothek Stuttgart del 4 de marzo al 19 de mayo de 2007 y reinaugurada en la Universidad de Saarland en Saarbrücken el 23 de abril de 2009. Véase el catálogo de la exposición de Oberhausen (2007). 6 Este mapa ya apareció impreso en el “ Unsichtbarer Atlas ” de la edición de Humboldt (2009: fig. 28). 7 La referencia a este género se lo debo a las explicaciones de Oberhausen (2007: 22). Ottmar Ette 31 de un hallazgo, sino de un invento de Cuba - y a diferencia de lo que sucede con Juan de la Cosa, nace una imagen estática de una isla que bien podría encontrarse localizada en otras latitudes geográficas. Dejemos de lado el rastreo de representaciones cartográficas a lo largo de la historia y atrevámonos a adelantarnos tres siglos. Los dos mapas de la isla de Cuba, que Alexander von Humboldt le agregara a su obra cartográfica Atlas géographique et physique des régions équinoxiales du Nouveau Continent, también nos presentan el fragmento cuadrado de una isla, que ha sido recortada del entorno de las islas caribeñas y los litorales de tierra firme y funge como representación por separado. Fueron añadidos al Essai politique sur l ’ ile de Cuba que apareciera por primera vez publicado en dos tomos en 1826, independiente del relato original de su viaje exploratorio en compañía de Aimé Bonpland, la Relation historique, del cual había conformado el tercer tomo. A continuación habrá que considerar este vínculo inconotextual, esta relación entre imagen y texto. La evidente similitud genérica entre los títulos del Essai politique sur l ’ île de Cuba y el Essai politique sur le royaume de la Nouvelle-Espagne, publicado entre 1808 y 1811, seguramente puede derivarse, dejando de lado las razones científicas, epistemológicas y literarias, del hecho de que el erudito prusiano sabía muy bien que muchos de sus lectores y en especial también los hispanoamericanos, iban a considerar su primer Essai politique como una especie de partida o acta de nacimiento de un México independiente que le había sido puesto literalmente en la cuna al emergente estado nacional. Cuando se imprime década y media más tarde el Ensayo sobre Cuba de Humboldt, la fundación del joven estado mexicano aún estaba en ciernes y acompañada de muchas turbulencias, pero ya se había convertido en un hecho histórico que Humboldt había tomado en consideración, ya que el relato americano había acompañado las revoluciones de independencia en las colonias españolas en el transcurso de los años esenciales. El hecho de que acompañara su Essai politique sur l ’ île de Cuba (1826) de representaciones cartográficas que reflejaran una colonia española en el sentido de la palabra desligada de sus contextos geográficos y topográficos, puede considerarse un indicio de que Humboldt comprendiera y presentara esta isla cada vez más importante para el comercio europeo como una unidad protonacional. Si comparamos los dos mapas de Cuba del Atlas géographique et physique con las representaciones cartográficas que entre otros le añadiera Guillaume- Thomas Raynal a la Histoire philosophique et politique des établissements et du commerce des Européens dans les deux Indes, aquella enorme enciclopedia que se convertiría en bestseller después de su primera edición de 1770, es evidente el enorme progreso que mostraban los mapas de Humboldt de 1820 y 1826 en cuanto a la técnica de representación, a la precisión de sus mediciones astronómicas y a la mención de ciudades, así como también a la exactitud de su visualización cartográfica. 32 Mitologías de medio milenio y de media centuria Si Humboldt dejó que le siguiera a su primer mapa de Cuba con fecha de 1820 un segundo en el año 1826, seguramente lo hizo porque le era fiel a su principio de crear un work in progress e intentaba siempre perfeccionar su texto y añadirle otros materiales a su Opus Americanum. Los evidentes cambios en el trayecto de las cordilleras, las correcciones de anotaciones erróneas o las leves rectificaciones de las mediciones astronómicas que Humboldt pudo incluir gracias a referencias adicionales y mediciones y correcciones de otros, hacen emanar la imagen de una isla de Cuba que, incluyendo las numerosas islas grandes y pequeñas que la rodean, sin dejar fuera la Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud que le sirviera en aquel entonces a Tomás Moro como punto de referencia para su Utopía, tiene gran similitud con las representaciones cartográficas actuales. Gracias a que incluyera mediciones propias y ajenas y utilizara las técnicas cartográficas más avanzadas, Alexander von Humboldt había creado la imagen de una Cuba moderna y la había inventado como un estado insular independiente, debido a la representación cartográfica por separado. Además logra ya en el plano cartográfico la reconciliación de las dos líneas de tradición que se desprendían por un lado de Juan de la Cosa y por el otro de Benedetto Bordone y restarle estatismo a las representaciones cartográficas mutiladas agregándoles una multitud de puertos y, al añadir a los mapas de 1820 y 1826 un plano muy detallado del puerto de la Habana, logra integrar a Cuba en la historia del movimiento universal. Porque, ¿no fue este puerto que antaño recibiera toda la flota española, el que hizo que a Cuba, siendo parte de una historia del movimiento dominada por Europa desde la primera fase de globalización acelerada, se le considerara una isla global? Es de enorme trascendencia que Alexander von Humboldt haya colocado precisamente al inicio de sus voluminosas exposiciones sobre Cuba un cuadro literario muy vivo del famoso puerto de La Habana. Así recrea en el capítulo 28 de su Relation historique, cuya estructura itineraria se convierte en descriptiva y discursiva después de este importante pasaje del diario de viaje, el espacio portuario desde el movimiento, desde un travelling literario (Ette 2001 a: 33 - 55); aquel puerto en movimiento que había visto por primera vez el 19 de diciembre de 1800 y en el que se entrecruzan los más diversos caminos, los más distintos movimientos: El aspecto de la Habana, cuando uno arriba al puerto, es uno de los más alegres y pintorescos del que se puede gozar en el litoral de la América equinoccial, al norte del ecuador. Este sitio, celebrado por los viajeros de todas las naciones, no presenta el lujo de la vegetación que adorna los bordes de la ribera del Guayaquil, ni la salvaje majestad de las costas rocosas de Río de Janeiro, dos puertos del hemisferio austral: pero es la gracia, la que nos embellece en estos climas las escenas de la naturaleza cultivada, mezclada con la majestad de las formas vegetales, del vigor orgánico que caracteriza la zona tórrida. Absorbido por impresiones tan dulces, el europeo olvida los peligros que le amenazan en el corazón de las ciudades pobladas de las Antillas; él busca asir los diversos elementos de un vasto paisaje, contemplar los fuertes que Ottmar Ette 33 coronan las rocas en oriente, este bajo interno rodeado de pueblos y rancherías, estas palmeras que se elevan a una altura prodigiosa, esta ciudad, medio escondida tras el bosque de mástiles y las velas de las naves. (Humboldt 1970: 348) Como en una mise en abyme literaria y siempre fiel a aquella escritura fractal, gracias a la que Humboldt densifica una y otra vez las interacciones y entramados relacionales más sorprendentes en una estructura narrativa fundamentalmente compleja, el puerto descrito cartográficamente es puesto en movimiento desde el punto de vista estético y escenificado como parte de una historia global del movimiento. Es evidente aquí el vínculo con la representación cartográfica, porque al contrastarlo con otros puertos del Nuevo Mundo se pretende explicar el puerto y la ciudad como un espacio intermedio dinámico que asimila y transmite los movimientos tanto en dirección norte-sur como oeste-este. En el puerto de la Habana se entrecruzan las condiciones climáticas de la zona templada y la ‘ naturaleza cultivada ’ del norte por un lado con la ‘ majestad ’ de las plantas tropicales, que caracterizan la zona tórrida. Así aparece el puerto de la Habana en este plano como un espacio del intercambio, de una circulación que manifiestamente une, en una construcción hemisférica, el norte con el sur y asimismo, dentro de una traslación transatlántica, Europa con América. Este fascinante pasaje y muchas otras partes ponen de relieve que la isla no se concibe desde su territorialidad, desde su superficie estática, sino a partir de su dinámica históricamente acumulada: el espacio apenas surge por los movimientos que le cruzan en los distintos planos. Aquí se trata en esencia de una forma de construcción transareal. A la mezcla de climas y plantas le corresponde un ‘ agolpamiento ’ de impresiones tan dulces y agradables que hacen que el viajero europeo con sus sentidos perturbados se olvide de los peligros que surgen de la circulación en estas ciudades antillanas tan densamente pobladas. El mundo tropical representa para Humboldt la plenitud (Fülle) que, siguiendo la imagen occidental del trópico, se puede convertir en una trampa (Falle). Los contrastes de la naturaleza y la cultura, de la ciudad y el campo, de aguas móviles y rocas sólidas se entraman y mezclan cuidadosamente, para desarrollar así una escenografía en movimiento y asimismo conmovedora, que perspectiva la isla tropical desde el puerto de la Habana. A Cuba sólo se le puede comprender desde la perspectiva de la historia del movimiento. Con el puerto en su calidad de patrón fractal, Humboldt pone en escena la isla de Cuba como parte integrante de una historia global del movimiento, dentro de la que entran en interacción los más diversos climas, formas vegetales, ciudades y pueblos. En el contexto de las migraciones de los más diversos seres vivientes (vegetales, animales o humanos) comienza una circulación de saberes, de mercancías y hombres - también de hombres 34 Mitologías de medio milenio y de media centuria como mercancía, ya que desde muy temprano se confronta el público lector con los “ malheureux esclaves ” (Humboldt 1970/ III: 350) - de culturas y lenguas, de tradiciones e ideas, que apenas hicieron surgir lo que a continuación se analizará. La calidad epistemológica y asimismo programática de este pasaje es manifiesta: en contra de cualquier tipo de perspectiva estático-territorializadora, los más diversos fenómenos son referidos e intercambiados constantemente gracias a aquella “ perspectiva del océano diseminado por doquier, en movimiento y unificador de países ” (Humboldt 1987: 36). El puerto de La Habana y con él toda la isla, es un espacio del tránsito, que sólo se puede comprender desde su relacionalidad móvil y no desde su territorialidad fijada, definida estáticamente. ¿Se podría retratar de otro modo la isla de Cuba, que ha jugado un papel tan trascendental tanto en la primera como en la segunda y en la tercera fase de globalización acelerada, que representándola como una isla ubicada en el espacio del movimiento transoceánico? La plenitud tropical de las palmeras en tierra tiene su equivalente en los bosques de los mástiles, que con sus velas representan la plenitud de las formas de circulación iniciadas por el ser humano. El mundo no sólo ha llegado al archipiélago, se ha convertido en un archipiélago. Así, Cuba es retratada como parte importante de una relacionalidad universal móvil, en la que todo parece estar vinculado con todo. También la esclavitud, que reprueba Humboldt una y otra vez en su Essai politique, la considera un producto de estas relaciones de intercambio globales, de una globalización, cuyos efectos negativos señala más de una vez de forma muy precisa. Por eso, con miras a la revolución haitiana que entra en su fase final mientras Humboldt se encuentra en la isla de Cuba, él apunta cuán importante iban a ser la abolición de la esclavitud y el inicio de nuevas formas de convivencia entre diferentes culturas, etnias, religiones y lenguas para el futuro no sólo del continente americano. Ante el telón de fondo de los sucesos revolucionarios en Santo Domingo, la colonia europea de las Antillas, antaño más rica y asimismo por la revolución francesa y sus propias vivencias en el París revolucionario, Humboldt sabía con qué velocidad se podían modificar las estructuras en esencia estables bajo la influencia de ideas puestas en circulación. ¿No había él revolucionado ya la forma de ver el Nuevo Mundo? Al inventar Cuba, Humboldt incluyó en todos los niveles los procesos y los cambios dinámicos. Su diseño tanto cartográfico como literario de una isla que también se encontraba, como las demás colonias españolas en el continente, aunque con cierto retraso y la característica contra-temporalidad cubana, preparando la emancipación, proyectó con toda conciencia el futuro espacio de una Cuba independiente como un espacio de movimiento transareal. En el proyecto de la otra modernidad de Humboldt, inconcluso hasta el día de hoy, que descansara en estructuras multipolares y no centralistas, era inconcebible y absurda una insularidad encerrada en sí misma y aislada de afuera; una isla Ottmar Ette 35 mundo, que diferencia tajantemente entre un adentro y un afuera. Su invento de una isla antillana, que en un futuro se independizaría, hacía hincapié en los movimientos fundamentales que habían incluido a Cuba en el contexto universal desde la aparición de las primeras velas españolas y sobre todo, las banderas en sus costas, tal y como las había detallado Juan de la Cosa, tan consciente del poder que simbolizaban. Estos movimientos no podían ser detenidos por un estado nacional, sino que tenían que ser configurados con conciencia universal y con confianza en sí mismos. Cuba tenía como misión, después de haber sido abolida la esclavitud, de inventar nuevas formas de saber con/ vivir bajo las circunstancias perfiladas. 95 / 59: Visiones de una isla global Cuando Alexander von Humboldt casi nonagenario fallece el 6 de mayo de 1859 en Berlín, José Martí, nacido en la Habana, apenas tiene seis años. La repulsión que Martí sintiera por cualquier forma de esclavitud y colonialismo se hizo patente desde muy temprano y seguirá jugando un papel primordial durante toda su vida. Al abrir su diario el 5 de mayo de 1895 en plena campaña y anotar su altercado con el General Antonio Maceo, se había convertido, después de largos años de exilio entre otros en España, México, Guatemala, Venezuela y sobre todo, los Estados Unidos, en la gran figura líder del Partido Revolucionario Cubano, fundado por él y era la fuerza motriz de aquella guerra que acabaría con el poder colonial español de más de cuatro siglos sobre Cuba y Puerto Rico. Pero su liderazgo no era del todo aceptado; los viejos generales que ya habían luchado en contra de España en la guerra de diez años de 1868 a 1878 querían desplazar esta autoridad civil al segundo plano y, si fuera posible, devolverlo a Nueva York. Eso tuvo que desembocar en un primer altercado: En la mesa, opulenta y premiosa, de gallina y lechón, vuélvese al asunto: me hiere y me repugna: comprendo que he de sacudir el cargo, con que se me intenta marcar, de defensor ciudadanesco de las trabas hostiles al movimiento militar. Mantengo, rudo: el Ejército, libre, - y el país, como país y con toda su dignidad representado. Muestro mi descontento de semejante indiscreta y forzada conversación, a mesa abierta, con la prisa de Maceo por partir. Que va a caer la noche sobre Cuba, y ha de andar seis horas. (Martí 1975: 229) De hecho, la noche iba a caer sobre Cuba; porque aquel poeta, que en sus famosos versos entretejiera estrechamente la noche y Cuba ( “ Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche. / ¿O son una las dos? ” Martí 1985: 127), iba a ser relegado por los generales a ser el representante del futuro gobierno civil de una Cuba libre. Las notas de aquel encuentro fatal del 6 de mayo de 1895 en La Mejorana fueron arrancadas del Diario de campaña y el remolino iniciado por Martí, del que habló José Lezama Lima en aquella inolvidable formulación, comenzó a 36 Mitologías de medio milenio y de media centuria girar cada vez más y arrastró al pensador que escribía sin tregua: el destino de Martí era “ crear el remolino que lo destruye ” (Lezama Lima 1969: 116). De aquí en adelante comenzó a cambiar considerablemente el tono en el diario de campaña de Martí. Inolvidable la descripción del fusilamiento de un delator el 8 de mayo ordenado por el Generalísimo Máximo Gómez; Martí había logrado salvar en último momento a dos condenados: “ Lo arrodillan, al hombre, espantado, que aún, en aquella rapidez, tiene tiempo, sombrero en mano para volver la cara dos o tres veces ” (Martí 1975: 233). Vuelve la mirada dos o tres veces poco antes de su muerte hacia “ el vasto paisaje del río amado ” (Martí 1975: 234), del Río Cauto que en las descripciones líricas de la naturaleza se convierte en un paisaje de ensueño, antes de que se condense de una vez por todas en un paisaje de la muerte, en el paisaje de su muerte: “ está muy turbia el agua crecida del Contramaestre ” (Martí 1975: 243) podemos leer dos días antes de su muerte el día 19 de mayo de 1895. José Martí, el fundador del PRC y un estratega con experiencia en la contienda política, pronostica la importancia del “ poder moral para resistir el peligro que de años atrás preveo ” (Martí 1975: 240). Y de hecho, se impondrán las fuerzas autoritarias que no respetan las reglas del juego democráticas, de las que soñaba Martí. Con su muerte juega el último naipe: saca el as, aunque los comandantes y los generales sigan alternándose en el poder. José Martí se ha convertido en un mito que se renueva constantemente y no se agota. La lógica de José Martí era una lógica de la inclusión, no de la exclusión. En el discurso que pronunciara el 26 de noviembre de 1891 frente a los trabajadores del tabaco en Tampa y que posteriormente se conociera con el título “ Con todos y para el bien de todos ” , Martí quería subrayar su posición ética: “ la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre ” (Martí 1975 a: 270). En su discurso literariamente pulido, de cuyos elementos retóricos se servirá en un futuro un personaje como Fidel Castro, Martí pone énfasis en la necesidad de integrar en una sociedad que en un futuro gozará de plena libertad política, a los españoles residentes en la isla y asimismo a los esclavos negros que hacía poco habían sido liberados; una sociedad que debía obedecer a una “ fórmula de amor triunfante ” : “‘ Con todos y para el bien de todos ’” (Martí 1975 a: 279). De forma un poco distinta, Martí formulará su famosa declaración de guerra en el ‘ Manifiesto de Montecristi ’ , que contiene las bases éticas de la guerra por él desencadenada. Por encima de la fuerza integradora que emanaría de la revolución por él liderada y que era para el bien de una convivencia pacífica en Cuba, Martí también delinea metas que rebasan en mucho el contexto cubano: La guerra de independencia de Cuba, nudo del haz de islas donde se ha de cruzar, en plazo de pocos años, el comercio de los continentes, es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la Ottmar Ette 37 firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo. Honra y conmueve pensar que cuando cae en tierra de Cuba un guerrero de la independencia, abandonado tal vez por los pueblos incautos o indiferentes a quienes se inmola, cae por el bien mayor del hombre, la confirmación de la república moral en América, y la creación de un archipiélago libre donde las naciones respetuosas derramen las riquezas que a su paso han de caer sobre el crucero del mundo: ¡apenas podría creerse que con semejantes mártires, y tal porvenir, hubiera cubanos que atasen a Cuba a la monarquía podrida y aldeana de España, y a su miseria inerte y viciosa! (Martí 1985 a: 26 - 28) Si a Alexander von Humboldt se le puede considerar el gran teórico de la primera y de la segunda fase de globalización acelerada, José Martí es sin duda el pensador más visionario de la tercera fase de globalización acelerada, a la que pudo entrever mucho antes que los demás desde la perspectiva de su exilio neoyorquino y sus múltiples viajes por el continente americano y el archipiélago caribeño. Esto explica su reclamo de hacer manar de la revolución, de la eliminación del colonialismo español en Cuba y Puerto Rico un movimiento liberador “ en servicio de la humanidad ” (Martí 1985: 28), que incluyera todo el archipiélago caribeño y el hemisferio americano que desde Cuba estuviera en condiciones de enfrentarse no sólo al expansionismo europeo sino frenar asimismo con eficacia la ambición de poder que perfilaran ya los Estados Unidos. No en balde Martí utilizó en el manifiesto de Montecristi, redactado en la vecina isla La Española, las metaforologías del “ nudo de islas ” y del “ archipiélago ” , porque a través de estos paisajes de la teoría podía desvelar plásticamente sus concepciones de una relacionalidad universal, que predestinaban al Caribe a ser el punto de cruce de todo el planeta. Esta sobreestima de una posición geoestratégica sin duda privilegiada se podrá considerar un poco desmesurada con miras a Cuba, aunque esta nación la incluya hasta hoy simbólicamente en su emblema, pero no podía corresponder a la importancia regional y limitada de un estado insular que con mucha dificultad se trataba de liberar de sus cadenas colonialistas. Sin embargo, Martí tenía presente que Cuba no sólo había jugado un papel importante en la primera y la segunda fase de la globalización acelerada; estaba convencido, y hoy vemos que tenía razón, que la isla del Caribe iba a tener un rol como global player en el último tercio del siglo XIX. La guerra por él concebida debía finiquitar el imperio colonial español en las Américas y hacer emerger una constelación política nueva, en la que iba a ser posible un desarrollo autónomo de todos aquellos que Martí había subsumido bajo la denominación de ‘ Nuestra América ’ . Por eso Martí le confirió a su patria isleña no sólo una relevancia especial dentro de una nueva construcción hemisférica en el continente, sino asimismo en el plano de un archipiélago caribeño y universal. Sin embargo, a raíz de la intervención de los Estados Unidos en la guerra de liberación cubana en el año 38 Mitologías de medio milenio y de media centuria 1898, surgió una constelación política de poder, que el autor de Nuestra América hubiera querido evitar; una nueva dependencia del vecino imperial del norte que gracias al veloz incremento de su flota marina, logró hacer trizas la poco potente flota española frente a las costas de Santiago de Cuba y Manila y, merced a la militarización de su política exterior, logró ascender hasta convertirse en la primera potencia extraeuropea del siglo XX. Cuba había jugado un papel muy importante en este proceso, aunque no fuera el que Martí le había asignado a su isla natal: ser isla global. Este revés, sin embargo, fue del todo productivo. Por lo menos en los años sesenta del siglo XX, muchos elementos del pensamiento de Martí encontraron cabida en la filosofía y en la política exterior de la revolución cubana. En la estrategia tricontinental, la Cuba revolucionaria trataba de extender su protagonismo exportando su revolución hacia tierras americanas y otros continentes y, por medio de su política de alianzas, contra el amenazador vecino del norte que, después de la fracasada invasión, trataba de aislar y bloquear el desarrollo de esta isla, en la que Fidel Castro gobernaba con un estilo cada vez más autocrático. No obstante, Cuba estaba decidida a seguir ocupando su papel de isla global durante la fase de la Guerra Fría y los movimientos que se estaban formando en aquello que se comenzaba a denominar el ‘ Tercer Mundo ’ . El hecho de que el joven líder revolucionario hubiera aceptado sin chistar una tercera guerra mundial por el bien de sus ideas, pone de relieve cuán peligrosas pueden ser las visiones de tal índole. En este escenario geopolítico delineado someramente y que por tanto sólo perfila algunas continuidades que se dieron entre las visiones de José Martí y la temprana fase de la revolución cubana (aunque no debemos olvidar que el modelo social ideado por Martí poco tenía que ver con la instauración de un régimen autoritario y concentrado en la persona de Fidel Castro), la política cultural cubana ocupó un lugar muy importante (por lo menos hasta el momento del llamado ‘ caso Padilla ’ ). A la literatura se le confirió una destacada importancia tanto a nivel nacional como internacional. Para comprender adecuadamente este complejo proceso y la descomunal importancia que se le adjudicara a la literatura cubana del siglo XX a lo largo de varias décadas, es necesario comprender la especificidad del desarrollo histórico de la misma. Hay que tomar en consideración que el desenvolvimiento de una literatura nacional cubana no sólo se adelanta casi un siglo a la independencia política cubana sino que su estructura es una muy propia y profundamente transareal. La literatura nacional de Cuba puede considerarse en su desarrollo histórico y asimismo en sus formas actuales una literatura sin residencia fija. Y es precisamente en este hecho en que descansan buena parte de las razones que explican su extraordinario despliegue, casi desproporcionado en comparación con el tamaño de la propia Cuba. ¿Pero qué es lo que se entiende por literaturas sin residencia fija? Ottmar Ette 39 En varios aspectos, el poeta y ensayista José Martí representa la enorme importancia que se le atribuye a la literatura en el desarrollo político, social y cultural de Cuba y además el ejemplo de los que produjeron la gran literatura cubana del siglo XIX en gran parte fuera de la isla. En su exilio en Europa, en América del Norte y del Sur se densifica en el poeta y revolucionario un desarrollo que ha acuñado el siglo colonial tan largo que fue el XIX. La vasta obra lírica de José María Heredia por ejemplo, se creó entre Cuba y su exilio mexicano y la creación narrativa de Cirilo Villaverde y en especial su novela Cecilia Valdés, convertida en épica nacional, se sitúa entre Cuba y los Estados Unidos. El nombre de Gertrudis Gómez de Avellaneda ocupa un lugar privilegiado tanto en las historias de la literatura hispanoamericana como cubana. Y aún hay más. Para el siglo XX serán representativos entre otros los nombres de escritores como Nicolás Guillén, Alejo Carpentier, Lydia Cabrera, Guillermo Cabrera Infante, Severo Sarduy, Reinaldo Arenas o Jesús Díaz y sus obras tan distintas entre sí, para subrayar el hecho de que sería absurdo limitar la literatura cubana a aquello que se piensa, se escribe y se publica en una isla, dentro de Cuba. Si quisiéramos incluir las coreografías de los escritores aquí mencionados en un mapamundi, pronto nos daríamos cuenta que al lado de los Estados Unidos, que sin duda habían aceptado a la mayor parte de los exiliados cubanos de abolengo del siglo XIX encontraremos un sinnúmero de países latinoamericanos y asimismo Francia, España o Inglaterra, en los que se densifican de especial manera las actividades literarias de autores/ as cubano/ as. También Alemania cuenta entre las islas cubanas de un archipiélago universal, aunque muestra la particularidad de que la caída del muro de Berlín ha reunificado las vidas de aquellos cubanos que vivían aquende y allende del muro. Hay indicios que revelan que en esta comunidad duplicada ha sido más sencillo extirpar el muro de sus cabezas que en la sociedad alemana. Tiempo ha que se está escribiendo la literatura cubana no sólo en tres continentes, sino en todos los continentes, de preferencia en español pero también se la encuentra desde hace mucho, en el plano translingüe, escrita en las lenguas de los países de residencia o países de tránsito. Ha surgido un archipiélago universal que extrae la riqueza de la literatura cubana, en el sentido de las líneas de tradición aquí mencionadas, de la riqueza de los contextos culturales más variados. Las aves de paso, de las que alguna vez hablaba Fernando Ortiz, han multiplicado y entramado sus rutas de vuelo desde que se iniciara la cuarta fase de globalización acelerada, sin tener que parar necesariamente en la ‘ isla principal ’ . Desde hace tiempo se ha hecho evidente que no se logra comprender sólo desde el territorio de la isla de Cuba, lo que constituye la literatura cubana en su desarrollo transcultural como literatura sin residencia fija. Incluso la división, razonable, entre la literatura cubana, la del exilio y la de la diáspora 40 Mitologías de medio milenio y de media centuria ofusca la mirada a causa de su pensar en gavetas, que tanto desde la terminología como desde la metodología sería demasiado estático y muy poco relacional. La visión de Guillermo Cabrera Infante de una Cuba que antes de la llegada del ser humano se componía de un gran número de islas e islitas, se ha vuelto realidad en el terreno de la literatura. Las interrelaciones mundiales han hecho que Cuba sea un archipiélago configurado, y precisamente por ser una isla de islas polilógica y heterotópica ha prolongado y proseguido la línea del azar que la determina como isla global. Una vez más cinco décadas: entre isla-mundo y mundo de islas Sin lugar a dudas habrá habido un sinnúmero de intentos de impedir la ‘ archipelización ’ de Cuba a nivel mundial que hemos venido delineando y reducir el mundo de islas, comprendido como un mundo compuesto de islas que se encuentran en una relacionalidad recíproca, a un mundo-isla, entendido como una isla que pone en el centro su propio entorno, que se basta a sí misma y les impone ese mundo aislado de forma voluntaria u obligada a sus habitantes (Ette 2005: 135 - 180). No causa sorpresa que estos intentos se han ido intensificando desde el comienzo de la Revolución y la paulatina edificación de las estructuras autoritarias del poder. Las famosas ‘ Palabras a los intelectuales ’ que expresara Fidel Castro servirán aquí como dilucidador ejemplo, porque aquí se hizo el intento de deslindar un interior de la Revolución de todo aquello que se podía interpretar como contrarrevolucionario y se le apartaba ya sea por inclusión (esto es, por medio del encarcelamiento de ‘ intelectuales ’ impopulares en prisiones o en los tristemente célebres campos de concentración que eufemísticamente se designaban ‘ Unidades Militares de Ayuda a la Producción ’ ) o bien por exclusión (en el sentido de un exilio forzado). El I Congreso de Educación y Cultura celebrado en abril de 1971 dictaba, junto con otras medidas represivas, la nueva política cultural de la revolución cubana y puede considerarse un paso decisivo rumbo al disciplinazo y a la vigilancia total de los escritores, artistas e intelectuales. Además de los simulacros de procesos, las forzadas inculpaciones públicas propias o ajenas y una censura más violenta, se institucionalizaba una lógica de exclusión del ‘ otro ’ definido siempre en otros términos y todo esto no ha dejado de perder su peligrosidad. El hecho de que después de tantas décadas de establecido este desarrollo se haya podido entablar cierto discurso crítico en la isla, tal y como lo vemos en algunas actividades del Centro Teórico-Cultural Criterios, inspirado por Desiderio Navarro y asimismo en estos momentos en una conferencia de Norge Espinosa que se distribuyó por la Internet el 20 de enero de 2009 con el tema del Teatro cubano durante el quinquenio gris en los años 70 (Espinosa 2009), es algo alentador y encomiable, pero no lo deberíamos sobrevalorar. La razón es Ottmar Ette 41 que por un lado aquí no se trata de un fenómeno realmente novedoso, porque siempre habrá momentos en que el aparato estatal permitirá - aunque de forma controlada - algunos discursos críticos, en tanto que estas exteriorizaciones pueden fungir en ciertos momentos como elemento estabilizador. Por otro lado, sería tarea fácil revocar ciertas formulaciones que puedan escaparse a las fórmulas expresivas de la Revolución y se les podría disciplinar, ajustar. Así por ejemplo se sustituye en el discurso mencionado la fórmula rigurosa del ‘ triunfo de la revolución ’ entre otros por la formulación “ arribo revolucionario de 1959 ” (Espinosa 2009: 2). La reglamentación de la lengua sigue tan presente como su dueño: Fidel Castro sigue siendo simplemente Fidel, siempre cerca e intocable. Sin duda existen espacios/ intersticios (Spiel-Räume) en los campos literarios e intelectuales de Cuba; las reglas del juego (Hart Dávalos 1983) quizás han experimentado interpretaciones más flexibles o más rígidas en el transcurso de las décadas pasadas, pero al determinarse sus lindes han sido sujetados. Todavía puede suceder que de pronto se encuentre uno fuera del juego (Padilla 1971). Tampoco faltan los intentos por parte de la Cuba revolucionaria de re-centrar la(s) historia(s) de la literatura tanto desde el punto de vista nacional como territorial. Que José Antonio Portuondo, conocido y temido por sus patrones de interpretación ortodoxos, no sólo haya querido poner en línea a los autores y a las escritoras contemporáneo/ as, sino que culpara un siglo después a Gertrudis Gómez de Avellaneda de falta de nacionalismo (Espinosa 2009: 27), en tanto le recriminaba en 1968 sus cavilaciones entre Cuba y España, nos podrá parecer hoy ciertamente candoroso. Sin embargo, esto corresponde perfectamente a aquella lógica de exclusión que había sido desarrollada por la revolución cubana: un definir para poder borrar practicado a partir de la dominación del territorio; excluir y silenciar todo aquello que podría ser sospechoso. ¡Fuera! : quien abandonaba la isla o caía en desgracia, desaparecía de las fotografías y de las enciclopedias, un procedimiento que se ha podido observar asimismo fuera del ámbito de la revolución cubana en una inversión simétrica. Me parece que la lógica a largo plazo de esta lógica apenas se logra develar cuando uno se percate de que insistir en un mundo-isla en calidad de una insularización y a-isla-miento dominado por los mecanismos de inclusión y exclusión paradójicamente acelera el desenvolvimiento de un mundo de islas. La archipelización polilógica de la literatura y de la cultura cubana es un hecho que por suerte no se podrá controlar ni desde la Habana, ni desde Miami. ¿Un ardid de la historia? Seguramente. La revolución cubana, y esto se perfila a la distancia de cinco décadas, ha perseguido un proyecto de modernización si no tomamos en cuenta ciertas paradojas en su política cultural del exterior; proyecto basado en una estática del estado nacional y de un control del poder de un territorio y la centralización interrumpida en un solo comandante autocrático. La homogenización que acompaña un territorio que ha sido subyugado al propio poder, del que de 42 Mitologías de medio milenio y de media centuria múltiples formas se excluye lo otro, se expulsa o se liquida, ha creado un mundo-isla, que desde su interior tiene pocas posibilidades para crear un saber con/ vivir. No tiene cabida aquí el modelo de la otra modernidad que defendiera Humboldt, que precisamente con miras a Cuba comprendía y concebía un espacio a partir de los movimientos que lo cruzaban y entrecruzaban y, tal y como lo veía José Martí, no apostaba en una lógica de la exclusión sino de la inclusión. Tampoco caben aquí los planteamientos vinculados a éstos, que ven la cultura, la literatura y la enseñanza como partícipes en la creación de un saber que se ha puesto como meta esencial una convivencia en paz y el mayor respeto (no sólo tolerancia) del otro. Si hay por tanto una lógica en la historia de Cuba, entonces es la de una isla global, la de una archipelización en el sentido de una relacionalidad universal, que permite desenvolver lógicas relacionales. El paisaje de la teoría expuesta en la literatura cubana, en especial en La expresión americana de Lezama Lima, que en la multirrelacionalidad del archipiélago había desarrollado la teoría de una modelación política, social, económica y cultural futura de Cuba, excluyendo los campos-archipiélago UMAP o GULAG, sigue siendo un desafío a cincuenta años de la triunfante entrada de los barbudos en La Habana; un reto para el que se requieren ganar muchos adeptos y correligionarios tanto dentro como fuera del estado nacional de Cuba, porque siempre está muy cerca la recaída en binarismos como medida de ahorro intelectual. El recurso al saber complejo de la literatura impediría la recaída a los esquemas infructuosos que han acuñado la historia de Cuba hasta el final del período colonial y asimismo en el transcurso del turbulento siglo XX. En contra de su voluntad, la revolución cubana ha acelerado el proceso de creación de dos, tres, muchas Cubas literarias y nosotros deberíamos ver como una enorme oportunidad este proceso emergido de la tradición de la literatura cubana en su calidad de literatura sin residencia fija. Las diversas islas de la literatura cubana en última instancia han creado un saber vivir y un saber con/ vivir, que será imprescindible para la supervivencia en aquella fase venidera de cambios fundamentales. Retomemos una vez más la pregunta de los mitos de la revolución cubana. En el horizonte de los procesos de larga duración que hemos puesto de relieve aquí, no hay duda de que desde hace mucho están cansados y agotados. Tiempo ha que se les remata comercialmente y mantienen, como si fuesen seguros de vida, a los ancianos, los señores. La revolución cubana ha fundado su propio mito; y ha llevado a término el trabajo que se efectúa con él - en el sentido que le diera Blumenberg (1979). El mito de José Martí, en cambio, no ha llegado a su fin y seguirá actuando sobre la historia cubana por mucho tiempo más. La futura Cuba podrá prescindir de Castro, pero no de Martí. Pero, ¿no se ha convertido asimismo el discurso de la isla global en un mito agotado? Si nos fijamos en los horizontes del primer territorio libre de América por el momento tan limitados y regularizados estatalmente o contemplamos el Ottmar Ette 43 puerto tantas veces vacío de La Habana, podríamos creer de hecho en el agotamiento de este mito. Pero sería un error si limitásemos nuestro punto de vista a la isla principal del archipiélago cubano. No sólo cuando apreciamos la literatura o la música, la pintura o el baile nos damos cuenta que uno de los malos entendidos más longevos en cuestiones cubanas radica en que consideramos Cuba una sola isla con límites y contornos territoriales perfectamente definidos. Las cartografías de Cuba deberían contener mediciones locales y determinación de lugares lo más precisas posibles; pero estos datos son materia muerta sin la cartografía móvil e histórica de los movimientos de los puertos, de las relaciones y de los movimientos, sin la cual, tal y como lo vaticina la imagen final de Vista del amanecer en el trópico, el hombre está pronto por desaparecer. El trabajo con el mito de la isla global de Cuba podrá pasar en este siglo a una nueva fase creativa: una fase, en la que Cuba con su archipiélago se convierta en parte del archipiélago transareal y asimismo se transforme en símbolo de la expresión americana. El mundo como archipiélago: sobre la base de las relaciones simétricas desarrolla las lógicas relacionales que en el proceso de una ‘ globalización de la sociedad ’ (Verweltgesellschaftung) son tan esenciales para la supervivencia. El saber vivir de la literatura que se ha venido densificando desde siglos atrás nos podrá ayudar a reflexionar de un modo novedoso sobre el mundo. Porque lo que se necesita es inventar una relacionalidad polilógica para el siglo XXI y deshacernos de las asimetrías. Traducción: Rosa María S. de Maihold Bibliografía Belting, Hans (2008): Florenz und Bagdad. Eine westöstliche Geschichte des Blicks. München: Beck. Bongie, Chris (1998): Islands and Exiles. The Creole Identities of Post / Colonial Literature. Stanford: Stanford University Press. Bordone, Benedetto (1528): Libro di Benedetto Bordone. Nel qual si ragiona de tutte l'Isole del mondo . . . Vinegria: Zoppino. Blumenberg, Hans (1979): Arbeit am Mythos. Frankfurt am Main: Suhrkamp. Cabrera Infante, Guillermo (1984): Vista del amanecer en el trópico. Barcelona: Plaza & Janés Editores. Cerezo Martínez, Ricardo (1994): La Cartografía Náutica Española de los Siglos XIV, XV y XVI. Madrid: Centro Superior de Investigaciones Científicas. 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Apuntes de un historiador Fidel Castro - la figura más importante en la historia de Cuba, sin excluir de esta afirmación a todo el “ panteón heroico ” de las guerras de independencia - es ineludible para cualquier estudio de la política de Cuba, pero lo analíticamente interesante, punto que merece ser reiterado, es que no ha gobernado sólo. (Domínguez 2006: 19) En 1825 se implementaron facultades omnímodas (poderes ilimitados) para el gobernador y el capitán general como así también para el jefe de la administración y de las fuerzas armadas. Hasta el año 1878 dominó en la más grande de las Antillas una dictadura militar colonial basada en la esclavitud y el contrabando de personas en una isla escasamente habitada por campesinos, mercaderes y ganaderos. El mercado de esclavos del Atlántico fue prohibido oficialmente en 1820. Sin embargo, se continuó ejerciendo ilegalmente hasta 1878 (Zeuske 2010 b). Debido al comercio del azúcar, los impuestos, las tasas, los precios y las aduanas, Cuba se convirtió en la gallina de los huevos de oro del imperio español después de 1830. El perfeccionamiento de las formas representativas políticas y del régimen electoral propulsado por el liberalismo transcurrió en España después de 1834. En 1837 un desarrollo similar fue reprimido en Cuba por miedo a las ambiciones de autonomía y separatismo representativas de las elites criollas locales. Cuba se transformó en una verdadera colonia - hasta entonces la identidad cubana de las elites era la de ser españoles (Fradera 2008). Infraestructural, técnica y tecnológicamente, la parte occidental de la isla, donde vivía la mayoría de los amos y sus esclavos, la Cuba grande, estaba más avanzada en lo concerniente a las ideas de modernidad y progreso que España. La Habana se convirtió en la capital azucarera del mundo atlántico; el ingreso por cabeza de los habitantes de la isla era - sin contar medio millón de esclavos en 1841 (con aproximadamente un millón de habitantes en total) - uno de los más altos del mundo. Con relación a la representación política formal y al régimen electoral, Cuba era, como he mencionado anteriormente, desde 1825 una dictadura militar colonial dirigida por capitanes generales españoles. “ Elecciones ” , si se las puede llamar así, tenían lugar sólo en los ayuntamientos oligárquicos y otros Cabildos. Los Cabildos de las ciudades tradicionales de Cuba estaban dominados desde siglos por municipios oligárquicos de criollos conservadores. A partir de 1850 ascendió el número de los capitanes generales reclutados de entre los liberales españoles, que a la vez ocupaban el cargo de gobernador en la administración cívica más alta de Cuba. Contraían matrimonio frecuentemente con las grandes familias criollas de la oligarquía de Cuba, las cuales poseían esclavos. Por otro lado, la corona española comenzó a apoyarse cada vez más en las elites extremadamente católicas y conservadoras que se dedicaban al mercado de esclavos (negreros) y operaban de forma transatlántica, tanto en España y en Cuba como también con frecuencia en los lugares financieros internacionales y en los puertos esclavistas africanos. Debido a la masiva inmigración (comercio/ contrabando de esclavos y libre inmigración) la población de Cuba sufrió en el siglo XIX una explosión demográfica (entre 1800 y 1900 se incrementó el número de habitantes de 200 000 a dos millones aproximadamente). Paralelamente se fue instaurando en los cabildos de las nuevas ciudades una administración cada vez más centralista. Políticos colonistas y militares españoles, en la mayoría de los casos capitanes generales dimitidos, intentaron entre 1866 y 1868 poner en marcha reformas del sistema colonial que aspiraban a introducir nuevas formas políticas de representación. Estas reformas fracasaron. En 1868 estallaron revoluciones tanto en España como en Cuba. En Cuba, la Revolución desembocó al mismo tiempo en una prolongada guerra anticolonial con España (Guerra de los Diez años 1868 - 1878, Guerra chiquita 1878 - 1880, Guerra grande 1895 - 1898, cf. Schmidt-Nowar 1999/ Zeuske 2004: 21 - 35). Los separatistas e independentistas cubanos establecieron en su estado itinerante, la República en Armas, las bases para un sistema político participativo con estructuras básicamente militares. Desde el comienzo se apostó fuertemente por el centralismo y la prioridad del ejecutivo como también por la conducción militar, como pasa en toda revolución, que al mismo tiempo era una guerra y que tampoco podía ser de otra manera. Durante la elaboración de la primera constitución de Cuba como estado independiente (Guaimaro, abril 1869), Ana Betancourt Agramonte apeló por el voto femenino: “ Ciudadanos: aquí todo era esclavo; la cuna, el color y el sexo. Vosotros queréis destruir la esclavitud de la cuna peleando hasta morir. Habéis destruido la esclavitud del color emancipando al siervo. Llegó el momento de libertar a la mujer ” (citada en: Sarabia 1970: 59). Los delegados del congreso constitucional no pudieron impugnar de forma inmediata, a pesar de los intensos debates durante las guerras de independencia, ni el voto femenino ni el derecho real de votar para los libertos. 1 En las comisiones políticas y en las asambleas constitucionales, donde se buscaban 1 Formalmente en la constitución (10 de abril 1869): “ Todos los ciudadanos de la República son completamente libres ” (Artículo 24). Esta aclaración fue refutada de inmediato mediante el Reglamento de Libertos (5 de julio de 1868) en donde los esclavos “ libres ” estaban obligados a cumplir para el ejército servicios inferiores y ejercer trabajos forzados para sus ex amos, el Estado y la República. Véase: Pichardo 1973: I, 380 - 382. 48 Cuba 1959 - 2010: Historia y sistema político nuevas formas institucionales de representación política para una Cuba independiente, se reunieron principalmente hombres “ blancos ” del sector anticolonial de la elite esclavista (quienes muchas veces habían liberado a sus propios esclavos). Una democratización verdadera, la posibilidad de lograr estatus y estándar para todos los nacidos en Cuba y para todos los que viven como “ cubanos ” (la mayoría de los esclavos eran de origen africano), se cumplimentó para los antiguos esclavos y para los hombres de color libres, en el primer ejército transracial del mundo occidental, el Ejército Libertador Cubano (ELC). En este ejército había una gran cantidad de antiguos esclavos como así negros libres y hombres de color (a su vez representaban los negros y los hombres de color más del 60 % de la población total). Estos lograban en la mayoría de los casos alcanzar altos puestos oficiales en la interminable lista de rangos de los militares cubanos, como por ejemplo, Antonio Maceo, un hombre de color libre proveniente de Santiago de Cuba, quien asumió el segundo rango detrás del comandante general, Máximo Gómez. Las relaciones y las representaciones políticas estaban caracterizadas en las fuerzas armadas por la fama, el carisma, el éxito militar, las posiciones de mando y en cierto sentido también por las relaciones de clientela (interpretado en Cuba desde siempre como amistad). Generales y oficiales de altos rangos tenían una legitimidad carismática y una gran clientela entre los oficiales que les daban prioridad como así también entre los oficiales de rangos inferiores y los soldados. A pesar de ello o justamente por eso, los hombres negros y de color de las clases bajas ( “ subalternas ” ) y también los antiguos esclavos, pudieron progresar, sobre todo dentro del ejército en los tiempos difíciles de la prolongada guerra, e intervenir activamente en política. Esta tendencia creció aún más durante la guerra de independencia en 1895 - 1898. Con ello se implementaron en la historia de Cuba, en el modo de acción y en la función de la representación política, modelos básicos que como formas de comportamiento perduran hasta hoy y que fueron y serán activados continuamente: dentro de las máximas de la conducta política se consideraban la igualdad, la ambición de independencia, el patriotismo y la unidad como así también la abnegación por la “ Cuba cubana ” (no la Cuba española ni la Cuba afrocubana ni la Cuba (norte-)americana). En los treinta años de guerras anticoloniales y revoluciones surgió una cultura política de “ escribir la nación ” en Cuba, basada en una amplia cultura oral (musical) (cf. Ferrer 1999: 112 - 139). Los valores principales eran igualdad y unidad. Estas virtudes se materializaron, por un lado en una República (cuyo modelo era “ la democracia ” en EE. UU.) y por el otro, en el ejemplo personal de los grandes líderes (Máximo Gómez, Antonio Maceo, José Martí) y en especial en el mito del ejército libertador, que se sacrificó por Cuba y el cual transmitía la ilusión de que en función del servicio y según el mérito cualquiera puede superarse “ democráticamente ” y lograr un estándar (Kapcia 2000: 1 - 35). Las huellas del culto a los héroes patrios pueden visitarse aún hoy en cada pueblo de Cuba Michael Zeuske 49 (tanto héroes locales como también héroes provinciales y nacionales). A esto hay que añadir que Cuba era una isla relativamente “ pequeña ” pero a la vez el “ continente ” entre las islas de las Antillas y un centro mundial de comunicaciones (puerto de La Habana). El proceso acelerado de formación nacional comenzó en una isla, cuyas élites creyeron que con La Habana y su puerto tendrían el control sobre un punto histórico global y estratégico. Esta conciencia insular y a la vez global, así como el rol estratégico de La Habana en el Atlántico, aclaran algunas de las peculiaridades de la historia de Cuba y de la mentalidad de los cubanos de sentirse los elegidos (Kuethe 1986: 123 - 138). Los independentistas fueron quienes designaron las bases de la constitución escrita, sin embargo, la mayoría de las asambleas nacionales estaban marcadas por las élites civiles blancas y por los intelectuales de la oligarquía y las clases medias criollas, también blancos, que frecuentemente estaban en contra de los militares y líderes carismáticos democráticos. La discordancia a nivel estructural como mental de los políticos de las clases altas (y los intelectuales) entre los democráticos formales y los federales, los doctores y los jefes militares, algunos extremadamente carismáticos, que protegían su legitimidad mediante sus sacrificios por la “ pequeña Cuba ” (en contra de la Cuba grande y de los grandes poderes imperialistas) quedó al descubierto. En especial los militares radicales, a la vez enemigos de la esclavitud y del comercio de esclavos, pudieron movilizar la masa de los independentistas cubanos. En realidad se trataba de un pre-modelo histórico del llamado “ centralismo democrático ” , unido a formas carismáticas de dominio y poder basado en aspiraciones incisivas de igualdad. Dentro de las experiencias negativas de la guerra anticolonialista no hay que olvidar los daños causados debido a la falta de un mando único. El poder colonial debió reaccionar. Después de La Gloriosa en España, uno de los comienzos de la revolución democrática (1868 - 1876), y el efecto que causó la guerra de los Diez Años en Cuba, España intentó institucionalizar un nuevo sistema político, autorizar partidos bajo la condición que no tuvieran aspiraciones de independencia (por ejemplo, el Partido Autónomo Liberal), crear nuevas provincias y nuevos municipios, abolir paulatinamente y por completo en 1886 la esclavitud e integrar lo antes posible a los antiguos esclavos y a los hombres de color libres en un nuevo régimen electoral. De esta manera, se constituyó un sistema político que para ese momento del colonialismo era sorprendentemente abierto, dinámico y en cierta medida relativamente formal y participativo. Debido al movimiento popular de los hombres de color que se encontraban bajo el mando de Juan Gualberto Gómez, la corona se vio obligada en 1893 a anular formalmente las diferencias raciales en textos oficiales, padrones electorales y en discursos oficiales. Hasta ese momento cada hombre negro o de color estaba registrado en textos oficiales o en listas, como por ejemplo, en los padrones electorales, bajo 50 Cuba 1959 - 2010: Historia y sistema político “ pardo ” (de color) o “ moreno ” (negro), y en otros documentos oficiales también con el correspondiente género femenino (parda, morena). Con la abolición de la esclavitud (1886) se instituyó el registro civil, en donde antiguos esclavos, hombres y mujeres, fueron registrados en el sistema como ciudadanos (cf. Helg 1995; Fuente 1999: 39 - 73; Fuente 2000/ 2001; Zeuske 2008; García Martínez 2008). La intransigencia de los independentistas carismáticos por un lado, el poder colonial y el español colonialista por el otro, las tasas altas, el ingenio intelectual y comunicativo del poeta revolucionario José Martí y las dificultades de las exportaciones de la agricultura azucarera, que seguía siendo la mejor y la más eficiente a nivel mundial, condujeron en 1895 a la guerra anticolonialista, en donde los EE. UU. interfirieron dando así lugar a la Guerra Hispano-Estadounidense (1898), por algunos llamados “ la primera guerra imperialista ” . Las iniciativas políticas del poder colonial obligaron a los independentistas a abrir más su sistema político. En la última constitución previa a la intervención de los EE. UU. (Yaya 1897) existía, teniendo en cuenta la pronta victoria por la parte cubana, un aval muy importante para el derecho a voto universal: “ El derecho electoral se regulará por el Gobierno sobre la base del sufragio universal [todos los hombres, sin límite de edad establecido - M. Z.; en realidad a partir de los 16 años] ” (Pichardo 1973, I: 500 - 507, 502). Al mismo tiempo, después de años de una guerra de subsistencia y llena de carencias y teniendo en cuenta que la intervención de los EE. UU. se encontraba pronta a ejecutar (abril 1898), ascendía el número de “ blancos ” de las clases superiores que se alistaban en el Ejército Libertador, los cuales nunca lucharon realmente, pero sí querían pertenecer al grupo de los victoriosos y pretendían ocupar puestos políticos en una Cuba que perfilaba ser independiente. Este desplazamiento de los cimientos sociales del ejército anticolonial, cuyo núcleo original continuaba siendo transracial, condujo en las Asambleas a debates sobre la “ cultura ” de los candidatos como condición para ocupar cargos oficiales; tanto a militares negros o de color como a personas pertenecientes a las clases inferiores, y aquí nos encontramos históricamente en un momento culminante del pensamiento racista, se les denegó poseer la “ cultura necesaria ” para desempeñar altos cargos políticos (cf. Ferrer 1998: 228 - 249; Ferrer 1999: 39 - 73; Ferrer 2001: 141 - 162). En este preciso momento, los EE. UU. ocuparon Cuba por primera vez, luego de la victoria contra España y del tratado de paz de París (1898). Los EE. UU. “ robaron ” la victoria a los cubanos después de treinta años de fuertes luchas, y establecieron una política de transición pactada por autonomistas, cubanos españoles (quienes temían la venganza de los cubanos de las clases inferiores) como así también por los separatistas cooperadores voluntarios y algunos independentistas (cf. Zeuske 1996: 131 - 148). Aunque los americanos no pudieron asumir de inmediato el control sobre la agricultura azucarera que Michael Zeuske 51 operaba eficientemente a nivel mundial, ya que las élites cubano-españolas dominaban fuertemente este sector, conservaron casi todas las infraestructuras (incluso las economías de los puertos y los transportes de flota) y se hicieron cargo de una modernización del país. A Cuba llevaron también su ideología sobre la separación de razas, la cual se fue mezclando discretamente entre las clases superiores hispanas y racistas (cf. Scott 2005: 189 - 215). La cultura política del sacrificio y rescate para Cuba, discurso repetido por José Martí y los discursos martianos, se expandió aún más. La Isla, manejada por la política de Platt y por contratos de reciprocidad, se convirtió en un protectorado de los EE. UU. (Antonio Annino) (Suter 1996: 11 - 70). Como núcleo principal de este sistema político institucionalizado, los ocupantes establecieron un nuevo régimen electoral que contenía tres criterios de exclusión: social (mujeres), racista-cultural (analfabetos, refiriéndose a los antiguos esclavos y los hombres de color de las clases subalternas) y económico (poseer un capital de 250 dólares). La exepción la formaban los soldier clause - todos los hombres consignados en los roles oficiales del ejército (Roloff 1901 2 ) que lucharon en la guerra, gozaban del derecho a voto sin tener que cumplir condición alguna. Cuando los cubanos en 1902 asumieron el poder en su propio país intentaron un nuevo comienzo democrático aprobando el derecho al voto universal para todos los hombres a partir de los 21 años y una constitución moderna (1901). El racismo real existente se intensificó por el extenso vínculo con los EE. UU., por la inmigración española (entre otros, la vuelta a Cuba del padre de Fidel Castro, Ángel, quien había sido deportado como soldado del ejército colonizador español), y por las estructuras de la producción azucarera que se expandía y prosperaba cada vez más en latifundios y centrales (las fábricas de azúcar más grandes del mundo). Debido a la soldier clause los municipios locales se enrobustecieron de antiguos independentistas, en especial de capitanes y coroneles del ELC. El nuevo comienzo implosionó ya en 1905, debido especialmente a los conflictos entre el ala civil-conservadora y el ala militar-liberal y carismático de los antiguos separatistas e independentistas. Las dos partes propagaron una democracia “ de las razas ” , ambas tenían conos de participación negra en altos cargos oficiales (Martín Morúa Delgado del lado de los liberales y Juan Gualberto Gómez del lado de los conservadores). Todas las oficinas públicas y municipios de las provincias estaban a cargo casi exclusivamente de antiguos oficiales del ELC quienes fueron elegidos por su carisma militar, a estos se les sumaron algunos civiles 2 Véase: Yndice Alfabético y Defunciones del Ejército Libertador de Cuba. Datos compilados y ordenados por el Ynspector General del Ejército Libertador Mayor General Carlos Roloff y Mialofsky, ayudado del Jefe del Despacho, Comandante de Estado Mayor Gerardo Forrest, Editado oficialmente por disposición del General Leonard Wood, Gobernador Militar de Cuba. Habana: Ymprenta de Rambla y Bouza, 1901. Disponible también en Internet. Véase: http: / / www.dloc.com/ ufdc/ ? a=dloc1/ m=hd1J/ i=202347, (08/ 08/ 2010). 52 Cuba 1959 - 2010: Historia y sistema político independentistas con los que los líderes y algunos autonomistas antiguos pudieron llegar a un acuerdo en 1901 (como el primer presidente Tomás Estrada Palma). Las líneas antiguas de los separatistas que durante la guerra y la lucha contra los españoles permanecieron cubiertas - sobre todo la del tipo socio-cultural (racismo), político-representativo (militares/ civiles) y socioeconómico (grandes propietarios/ pequeños campesinos) - , salieron a flote. El antiguo sistema de clientela ocultado durante el periodo del ejército bajo estructuras militares, funcionaba perfectamente. El estado se convirtió en una instancia de distribución para cada cliente “ amigo ” y devoto. Ya en las primeras elecciones presidenciales, bajo control cubano (1905), hubo fraude en las votaciones. El presidente Estrada Palma formó de facto un partido conservador con sus clientelas que ocupaban cargos oficiales. Los perdedores liberales, por tradición de guerra, tomaron las armas (guerrita de Agosto 1906) (cf. Zeuske 1999: 127 - 156). Los EE. UU. se vieron obligados (debido al Platt- Amendment) a intervenir y a ocupar nuevamente Cuba desde 1906 a 1909. Durante la nueva ocupación, los EE. UU. se preocuparon de estabilizar formalmente el sistema, pero no pudieron eliminar las bases extra-institucionales y tampoco quisieron debido a las estructuras económicas, sociales, de razas, coloniales y neocoloniales ni tampoco por las relaciones con su propio estado. Hasta 1930 y finalmente hasta la revolución de 1933 no pudieron borrarse las dos oposiciones principales del sistema político cubano. Por un lado, existía dentro de las “ bases normativas del sistema político [. . .] un amplio espectro de [. . .] posibilidades de participación y representación [. . .], como así también una relativamente alta estabilidad [. . .] a una democracia realizada teóricamente, lo cual constituía un fuerte contraste con la inestabilidad [y la injusticia] real de la política cubana formando su carácter exclusivista durante mucho tiempo ” (Suter 1996: 37). 3 A esto hay que añadirle, que a la estructura económica, social neocolonial, que de facto se expandía, se le implementó un modelo de democracia “ de razas ” . Esto condujo a un realzamiento extremo de las formas antiinstitucionales políticas, lo cual se refleja, especialmente, en las candidaturas dentro del sistema institucionalizado. Como candidatos sólo tenían chance los que habían participado en la guerra de la independencia y los militares legitimados por el ejército o sus civiles aliados. De 1902 a 1933 rigieron exclusivamente presidentes que tuvieron alguna participación en la guerra de la independencia; los gobernadores de provincia y los políticos comunales eran casi todos oficiales del ejército retirados. Una vez elegidos, abastecían a sus inferiores y clientes con recursos. El estado nacional y las administraciones provinciales se convirtieron en donantes de puestos y en agencias de distribución. En segundo lugar, los campesinos se rebelaban cada vez más en contra de las estructuras políticas sublevándose bajo la tradición de las guerras anticolonialistas. Las acciones 3 Traducción de la cita por Sergio L. Abad. Michael Zeuske 53 más directas utilizaban los discursos tradicionales de los independentistas o apelaban a la herencia de José Martí. En los años veinte del siglo pasado cambió tanto el estado físico de estos movimientos revolucionarios democráticos que, con el crecimiento de la propia economía y la prestación de servicios, con las nuevas generaciones de políticos, nuevos partidos y movimientos de masa, el eje prioritario ya no sólo se encontraba en el campo sino también en las ciudades (Hatzky 2008: 225 - 254). En 1933 se originó una revolución de masas que entre otras cosas logró establecer el voto femenino. Entre los años 1933 y 1935, luego de un moderado intermezzo radical-democrático social bajo las órdenes del médico Grau San Martín, se impuso nuevamente un militar carismático, Fulgencio Batista. Batista fue el primer presidente en Latinoamérica de color y de clase inferior. La contradicción básica del sistema político se mantuvo: “ un modelo de democracia de razas ” formal y teórico (con una de las constituciones más progresistas del mundo 1940) que fue implementado en una estructura económica y social extremadamente injusta y jerárquica fomentada por capitales de los EE. UU., como así también las acciones directas continuas de diferentes políticos que intentaban canalizar el descontento del 70 % de los negros y hombres de color de las clases subalternas para conseguir sus objetivos. A esto se le sumaron las diferencias entre la ciudad y el campo, especialmente entre la capital mundana La Habana con sus trabajadores relativamente bien pagados, quienes ejercían oficios libres y rendían prestación de servicios formando la clase media, y el interior, las provincias del campo. Para disminuir el conflicto entre realidad y constitución y representación social se gobernó bajo la influencia de la coalición anti hitleriana desde 1940 hasta 1948. Batista, que desde 1940 hasta 1944 fue presidente legítimamente elegido, cerró una alianza, entre otros, con los comunistas, que luego se convirtieron en un partido sindicalista. Entre 1944 y 1948 se eligieron presidentes civiles, cuya legitimación surgió mediante la revolución de 1933. Corrupción, clientelismo, amiguismo, organizaciones mafiosas y gangsterismo crecieron de forma gigantezca en esos tiempos. Hasta hoy en día eclipsan “ el único tiempo democrático de Cuba ” (Ameringer 2000 4 ). A esto se le sumó el comienzo de la guerra fría. Batista, quien había mantenido siempre su influencia en el ejército, logró en 1952 mediante un golpe militar sin sangre establecer una dictadura. Las constituciones y el derecho a voto volvieron a ser lo que siempre habían sido en la realidad cubana: un papel paciente. El grupo del joven abogado Fidel Castro (Zeuske 2009) logró su legitimación entre los pequeños grupos opositores de su generación gracias a la fama del valiente ataque efectuado al cuartel de la Moncada (el 27 de julio de 1953) y 4 Ameringer se refiere a la democracia “ burguesa ” representativa. 54 Cuba 1959 - 2010: Historia y sistema político formó un amplio frente anti-Batista movilizando una lucha armada en contra de la dictadura del mismo (Movimiento 26 de Julio). Durante la guerrilla contra la dictadura y el ejército de Batista (1957 - 1958) se formó el núcleo del sistema político que domina hasta hoy: el centro principal es un líder carismático fundador del movimiento, estratega y orador. A su alrededor se agrupan los primeros seguidores (en el caso de Castro, hasta su hermano Raúl Castro). El grupo reivindicó desde el comienzo la tradición cubana del independentismo militar (entre otras cosas con el aterrizaje exterior). Al principio no era una guerrilla sino un movimiento planeado por grupos urbanos (Frank País) e intelectuales y grupos de resistencia civil. La victoria militar tuvo lugar a finales de 1958 y principios de 1959 solidificando el mito del Ejército de los Rebeldes, un mito que todavía ocupa el centro de las idelogías políticas internas de la Cuba socialista (Kapcia 2000) y que hasta hoy opaca un poco los méritos de otros grupos, movimientos y organizaciones (Sweig 2004). En sus comienzos la revolución cubana no fue una revolución socialista sino una revolución hetereogénea nacional anti-imperialista que tenía como objetivo reformar la agricultura, incitar a la participación y eliminar las jerarquías sociales reales. El grupo de Castro y el movimiento revolucionario asumieron con la victoria la implementación del sistema formal de la constitución de 1940 y el sistema electoral. Pero en realidad hasta 1970 prefirieron la participación local mediante plebiscitos y asambleas de masas, conceder a los fieles militares los puestos más importantes, dejarse asesorar por especialistas civiles (doctores), optar por el armamento masivo (milicias a partir de octubre de 1959) y ampliar la organización del movimiento del 26 de julio. La reforma agraria de 1959 que fue relativamente moderada e inteligente (expropiación a partir de las 400 hectáreas) condujo a una fuerte oposición de los prepotentes Estados Unidos y consiguió una dinámica política convirtiendo a las clases altas cubanas en enemigo de Castro y de la parte más radical del M-26-7. Acción y reacción entre la nueva Cuba y la metrópoli prepotente condujeron al embargo comercial de los EE. UU. y a la estatalización de todas las pertenencias de los EE. UU. existentes en Cuba. Todo esto forzó el traspaso a una revolución de tipo leninista, pero con mentalidad cubana (destrucción del viejo aparato estatal, apropiación y exilio de las clases altas y partes de la clase media). La política neoimperialista de los EE. UU. provocó que la dirección revolucionaria se viera obligada a practicar cada vez más esta estrategia leninista bajo condiciones neocoloniales. Tenía que defenderse de enemigos armados apoyados por los EE. UU., de la oposición de la burguesía nacional y de partes de la clase media, así como del campesinado (guerra de guerrillas internas hasta 1966). Al desmantelamiento del caduco aparato estatal se unió la derogación de la Constitución. La escisión política y la desintegración del M-26-7, la prohibición y liquidación del resto de partidos políticos (menos el Michael Zeuske 55 viejo Partido Comunista y el Directorio Revolucionario, un movimiento estudiantil radical de izquierdas) produjeron un vacío político institucional que el gobierno de Castro intentó llenar más y más con organizaciones construidas desde arriba (organizaciones de masas, nuevas formaciones organizativas e institucionales). En realidad hay que reconocer que tampoco fueron tan lenistas, sino más bien cubanos en la tradición independentista - la organización del partido único llegó tarde y fue lento (1963 - 1975) (cf. Stahl 1996: 75). Entre 1959 y 1970 se llevaron a cabo profundas reformas que fueron en realidad revoluciones: la reforma agraria, la reforma urbana, la reforma universitaria, la proclamación del socialismo (1961) y la nacionalización de los bancos, del patrimonio norteamericano y de la industrias más importantes, una segunda reforma agraria (1963, limitada a 67 hectáreas 5 ), la estatalización del comercio y de los servicios y la casi completa desaparición de la propiedad privada. Formalmente se mantenía en vigor el sistema de 1940 pero se interrumpió o más bien no se puso en práctica. El sistema administrativo se llamó ‘ poder local ’ . El sistema político de Cuba se caracterizó hasta 1970 por un mínimo grado de institucionalización visible y un modo específico de dominio político informal (cf. Buchardt 1999: 55; Stahl 1996: 75), basado por completo en una organización casi militar de los fidelistas (milicias y aparatos armados). En 1960 no existía un sistema institucionalizado de construcción de voluntad política, tampoco había sistema en la elección del personal de los sucesivos gobiernos cambiantes. Castro los diseñaba y desmontaba según criterios de integridad revolucionaria, seguridad y lealtad a su persona (Stahl 1996: 76). La extendida idea de la igualdad le llegó a Castro gracias a la elección de personas de las clases menos privilegiadas hasta ese momento, aunque a esta nueva élite también pertenecían individuos de clase media, intelectuales e incluso miembros de las antiguas oligarquías terratenientes. Gracias a la relación de Castro con el pueblo (proletariado, partes de la clase media, estudiantes, intelectuales y campesinado pobre, cf. Grote 2004), organizado éste de forma autónoma a nivel local, se construyó un sistema paternalista que encuadraba la política y un universo discursivo fundamentados en las tradiciones de las guerras de independencia, el mito de Castro y la guerrilla existente aún hoy. Tanto a nivel provincial como nacional se crearon organizaciones desde arriba y cada vez se escenificaban más actos de concentración de masas. La idea cubana de democracia adquirió forma entre 1960 y 1970 e implica el ejercicio de una democracia directa, sobre todo en el ámbito local y en diálogo abierto entre el 5 A pesar de la, llamémosla dureza leninista en la lucha contra la contrarrevolución, no se dio apenas el fenómeno de colectivización forzosa frente a los agricultores. Aproximadamente un 20 % del suelo continuó siendo propiedad del pequeño agricultor, el resto fue transformado en granjas estatales. Véase Buchardt 1999: 55. 56 Cuba 1959 - 2010: Historia y sistema político líder y el pueblo según la línea independencia, revolución, patriotismo, castrismo (fidelismo), igualdad y sacrificio. Tras los éxitos políticos del grupo castrista en defensa de la Revolución (Playa Girón, 1961; crísis de los misiles, 1962) se desarrolló, a pesar o a causa de la eficaz escenificación pública y de la informalidad, un sistema de mando burocrático autoritario que descendía desde Castro pasando por el gobierno, la administración estatal hasta el partido único, en una pirámide de poder diseñada para Castro y definida como centralismo cubano-democrático. La clase alta cubana abandonó la Isla y la clase media se dividió: una parte se organizó sobre todo en los EE. UU., aunque también en otros países latinoamericanos y europeos, y otra apoya hasta hoy el castrismo. Según la noción cubana, el mando único era absolutamente necesario para el mantenimiento y la defensa de la independencia nacional frente a los EE. UU. y para la continuación del curso anticapitalista (acompañado de una serie de importantes cambios sociales y sociopolíticos), destinados a garantizar el valor primordial de la igualdad. Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), comités de vecinos fundados en 1960 para controlar las actividades contrarrevolucionarias (como todas las organizaciones de este tipo sin mandato político y con un equipo directivo impuesto), se convirtieron en la organización de masas más importante que mantiene desde entonces funciones de vigilancia. El período que abarca de 1960 a 1970 representa una década de intentos revolucionarios, con improvisaciones, ofensivas educativas y debates sobre el legado occidental de izquierda y progresista. La comunicación originalmente informal entre Castro y “ el pueblo ” fue adquiriendo de manera paulatina la función de aclamación, aunque debía mantenerse el aspecto informal (y a menudo funcionó así realmente). De forma paralela se extendieron la burocratización, los problemas de abastecimiento, el hambre y el caos administrativo así como la militarización del sistema político. Tras el fracaso del “ gran avance en Cuba ” (la imposible recolección de los 10 millones de azúcar), se creó un nuevo sistema político con una nueva constitución y un sistema electoral formalizado: el sistema del Poder Popular. Ante la crítica masiva contra la burocratización y el sistema de dominio autoritario se conformó, empezando con las elecciones sindicales de 1970 (las primeras desde 1959 celebradas libre y secretamente a nivel local), un nuevo modelo de participación política, formalizado a partir de 1974. Este sistema de la democracia cubana se define en el lenguaje de la politología universal como de “ participación controlada ” (Stahl 1996: 79). Entre 1976 y 1992 se basó en convocatorias electorales a nivel local relativamente abiertas 6 y sobre todo en elecciones dirigidas por el Partido 6 Hay algunos mecanismos funcionales de la democracia local, básicamente invisibles para los “ ojos imperialistas ” de los politólogos occidentales. En este nivel, por ejemplo, se da la mayor intersección entre los individuos pertenecientes a las religiones afrocubanas (p.ej. Michael Zeuske 57 Comunista de Cuba (PCC) en el resto de los ámbitos públicos, así como en un ejecutivo fuerte con un Máximo Líder legitimado que actuaba de manera informal. Los movimientos de masas antiautoritarios y antiburocráticos de 1970 no podían (y no querían) posicionarse contra Castro. La consecuencia a largo plazo, mencionada aquí pero de imposible análisis en estas páginas, fue el cambio radical en la composición social de la emigración cubana. En 1974, junto al establecimiento del sistema electoral, se llevó a cabo una reforma administrativa y espacial del poder en la que se realizó una nueva división del territorio de la Isla en 14 nuevas provincias en vez de las 6 provincias históricas. En una fase experimental se implantó el poder popular en Matanzas. Se presentó un proyecto constitucional para ser debatido por la organización de masas que fue aprobado en 1975 en el primer congreso del PCC, en el que también se fijaron las modalidades de la institucionalización. Con el referéndum y la elección de una nueva Asamblea Nacional del Poder Popular según la Ley Electoral de 1976 se concluyó el proceso institucional. Al mismo tiempo, en 1975 finalizó el llamado “ quinquenio gris ” en la política interior cubana y con él en cierto modo la época de la Revolución (cf. Stahl 1996: 81 - 87). Intelectuales, artistas y portavoces locales del movimiento de masas también estuvieron expuestos a represiones masivas. Entre 1970 y 1975 se expulsó a potenciales enemigos de la universidad y centros de enseñanza (la mayoría de ellos fueron rehabilitados a lo largo de los años ochenta y hoy vuelven a desempeñar un papel relevante), sobre todo la izquierda anticapitalista e internacionalista que había tenido un papel importante entre 1959 (o antes) y 1970 en la revolución no institucionalizada formalmente. Intelectuales, artistas y portavoces locales del movimiento de masas también estuvieron expuestos a represiones masivas entre 1970 y 1976. Entre 1976 (Ley Electoral 1976; revisión 1982) y 1992 (Ley Electoral 1992) el PCC participó directamente en la composición de las listas de candidatos para las elecciones de los órganos populares y para las de los órganos directivos de las organizaciones de masas. Con la nueva Ley Electoral de 1992 se limitaron los derechos de influencia electoral directa por parte del partido único y de los sindicatos. El sistema electoral cubano del poder popular se basa desde 1992 en los siguientes principios básicos: en todas las elecciones de delegados existe el derecho al voto libre, igualitario y secreto; todos los ciudadanos mayores de 16 años, incluidos los miembros del ejército, poseen derecho al voto activo y pasivo. Los diputados de la Asamblea Nacional tienen que tener un mínimo de 18 años. El proceso electoral es organizado y ejecutado por las mesas la santería) y los comunistas y los dignatarios de estas religiones desempeñan con frecuencia un papel muy activo en las organizaciones de masas y en los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Véase Rauhut 2009: 205. 58 Cuba 1959 - 2010: Historia y sistema político (comisiones electorales). Los miembros de la Comisión Nacional Electoral son elegidos a nivel nacional por el Consejo Estatal (Stahl 1996: 88). En las elecciones cubanas el dinero no influye en qué candidato o candidata concurre o quién gana. La participación en las elecciones es voluntaria; no se penaliza a quien no acuda a votar. Ningún delegado recibe dinero por desempeñar su cargo. Mantienen sus trabajos habituales. Formalmente no existe ventaja alguna para los delegados en ningún nivel, pero si una gran cantidad de trabajo añadido (Roman 2007). Las elecciones municipales son competitivas. No hay contienda electoral pero sí campañas. Los candidatos individuales no pueden realizar campaña electoral, eso queda reservado para el PCC y las organizaciones de masas. Los candidatos y las candidatas presentan únicamente sus biografías, abiertas al público. Son debatidos y elegidos en las asambleas de vecindad. Los candidatos y los delegados de las asambleas municipales tienen que vivir en su circunscripción electoral. Son los individuos, ciudadanas y ciudadanos de Cuba, y no el partido o las organizaciones, quienes proponen a los candidatos que serán elegidos posteriormente por mano alzada. El PCC (y su organización juvenil la Unión de Jóvenes Comunistas) no tienen por ley y en la práctica un papel relevante (Roman 2007). Las elecciones para elegir a los delegados de las asambleas municipales se celebran cada dos años y medio. Dependiendo del tamaño del distrito electoral se adjudican entre dos y ocho candidatos y candidatas. El día de las elecciones todos los convocados eligen a un presidente temporal y a un secretario de la mesa electoral que dirigen las elecciones. El principio de las elecciones es la votación mayoritaria absoluta. El candidato elegido es aquel que reune más del 50 % de los votos. Si en la primera vuelta ninguno de los candidatos consigue más del 50 %, en la segunda gana quien obtenga una mayoría simple. No existe límite de tiempo. No se contemplan listas independientes ni la competición entre conceptos políticos diferentes (cf. Harnecker 1979; Stahl 1996: 88 - 92). A nivel municipal sólo existen las circunscripciones; cada una dotada de un mandato. Cada municipio se divide según el número de habitantes en diversas circunscripciones de acuerdo con la partición político-admministrativa del país. La proporcionalidad según el número de habitantes y las reglas de la mayoría se aplican también a nivel provincial y nacional. Los Órganos Locales del Poder Popular u OLPP están compuestos por 169 asambleas municipales y nueve asambleas provinciales (Roman 2007: 69 - 87). Controlan y realizan actividades estatales, económicas y sociales en sus respectivos territorios. Tan sólo la Asamblea Nacional del Poder Popular o ANPP posee una función legislativa (ibíd). La Asamblea Nacional se compone de 609 delegados. El período legislativo se extiende cinco años. Antes de ser votados los candidatos han de pasar un proceso de selección (Roman 2005). Se presenta a los candidatos en sesiones Michael Zeuske 59 plenarias municipales, provinciales y nacionales de las organizaciones de masas oficiales y de los sindicatos, por ejemplo: Comités para la Defensa de la Revolución (CDR); Federación de Mujeres Cubanas (FMC); Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP); Federación de Estudiantes Universitarios (FEU); Federación de Estudiantes de Estudios Medios (FEEM); Central de Trabajadores Cubanos (CTC). Las comisiones, formadas en las organizaciones mencionadas y dirigidas por un representante del sindicato, redactan a nivel municipal, provincial y nacional una lista de candidatos a partir de los nombres propuestos. Las personas no pueden proponerse a si mismas ni a otras, así como el PCC y la UJC (Unión de Jóvenes Comunistas) o las organizaciones no gubernamentales (Roman 2007). Los candidatos que han de representar los 169 municipios tanto en los órganos provinciales como en la Asamblea Nacional, han de ser confirmados por la asamblea municipal. La relación cuantitativa y los principios electorales se mantienen igualmente para los diputados a las asambleas provinciales y a la Asamblea Nacional, del mismo modo que en las elecciones municipales (cf. Roman 2007: 69 - 87). El 50 % de los candidatos a diputado han de ser delegados de sus respectivos municipios (en los que también han de residir). Se trata de los candidatos de base. El otro grupo, el de los candidatos directos, no tiene que vivir en los municipios que representan. Este grupo engloba a los dirigentes de Cuba así como a aquellos que son elegidos para asegurar la representación de todos los sectores sociales (mujeres, juventud, líderes religiosos, trabajadores, médicos, agricultores, maestros, etc.). Los procesos de presentación, nominación y elección de los delegados en las representaciones provinciales se desarrollan simultáneamente a los de la Asamblea Nacional. Una persona puede ser al mismo tiempo candidato o candidata (y luego delegado o delegada) a una representación provincial y a la Asamblea Nacional. Ninguno de estos procesos de selección es competitivo o va unido a una representación negativa de los contrincantes. El número de candidatos propuestos ha de ser el doble que el de mandatos existentes a disposición, de manera tal que la cantidad real de candidatos elegidos se corresponda con la de puestos a ocupar. Se insta a los electores a votar la lista completa de candidatos tanto para las asambleas provinciales como para la Asamblea Nacional. Este procedimiento se llama voto unido (ibíd). En las elecciones de 2003 hubo 988 000 votos en blanco o nulos o en los que se marcaron candidatos sueltos, lo que representa al menos un 12 % de electores disconformes. Ricardo Alarcón, Presidente de la Asamblea Nacional, se refiere al voto unido en estos términos: “ This strategy makes possible to have black people, young people, or unknown people as representatives on this country ’ s legislative organ, with merits and capacity to occupy positions of such high responsibility ” (Trabajadores 2003, citado según: ibíd). Tanto en el discurso 60 Cuba 1959 - 2010: Historia y sistema político electoral general en las asambleas de los candidatos como en la prensa cubana se indica regularmente que el voto unido es una estrategia revolucionaria. Al respecto, Fidel Castro afirma que el voto unido “ is what makes possible the election of many of those who constitute our most modest and humble candidates, those lesser known despite their merits. To win more than half of the valid votes, a difficult requirement, is what they need and expect ” (ibíd.). Lo que piensa Fidel Castro sobre este “ modelo ” y esta frase en 2010, no se sabe. 7 La periodista cubana María Julia Mayoral resume los argumentos: Where but in Cuba can you find students, farmers, workers, municipal assembly delegates, and simple workers from the most diverse fields occupying a seat in parliament? To submit these persons to a direct popular election, in which they must obtain at least 20,000, 30,000 or more votes according to the number of constituents in the municipality or district, always creates a risk, because perhaps some people would be inclined not to support those they do not know or because they consider insignificant the biography of a young person who has not yet had the opportunity in his life to realize accomplishments comparable to other candidates (ibíd.). La elección de personas altamente cualificadas, que en otros sistemas electorales no se presentarían o no podrían ser elegidos por falta de proyección pública y dinero, es una de las características democráticas del sistema electoral cubano. Desde el punto de vista cubano se trata de “ igualdad de posibilidades ” . Así al menos lo describe el politólogo Peter Roman desde una óptica antropológica y nominalista (Roman 2003: 134 - 38). La politóloga Karin Stahl, con una perspectiva universalista y centrada en la crítica textual, argumenta por el contrario que la preelección de los candidatos definitivos a las asambleas provinciales y a la Asamblea Nacional en las asambleas municipales se realiza como un procedimiento no secreto. A partir de una lista provisional (dos veces más extensa) se eligen tantos candidatos o candidatas como mandatos a ocupar haya. La Ley Electoral de 1992 mantiene todavía la merma en la elección de candidatos independientes a través de las comisiones de candidatos y de la “ preelección ” (Stahl 1996: 90). Recurriendo a su influencia en las organizaciones de masas y los sindicatos, el PCC puede continuar controlando de manera indirecta la elección de los candidatos (Stahl 1996: 91). Aunque el PCC, con aproximadamente 600 000 miembros representa tan sólo un 5 % de la población total (de más o menos 11 millones de inhabitantes), entre los delegados de la Asamblea Nacional se advierte un porcentaje de casi un 100 % de pertencia al PCC (ibíd). El politbüro del PCC, los hermanos de Castro y una gran parte del Comité Central del PCC son miembros elegidos de la Asamblea Nacional (ibíd.). Ésta 7 Véase la entrevista de Fidel Castro con Jeffrey Goldberg en la revista The Atlantic (junto con Julia Sweig), disponible en: http: / / www.theatlantic.com/ international/ archive/ 2010/ 09/ fidel-cuban-model-doesnt-even-work-for-us-anymore/ 62602/ ,(12/ 09/ 2010). Michael Zeuske 61 posee poder legislativo y constitutivo. Elige al Consejo Estatal, órgano máximo del Estado, compuesto por 31 miembros (ibíd). La Asamblea Nacional nombra a propuesta del Consejo Estatal el Consejo Ministerial, máximo órgano ejecutivo y administrativo, el Tribunal Supremo y la Fiscalía General (ibíd: 81 s). No obstante, la Asamblea Nacional sólo se reúne dos veces al año en La Habana. Sus funciones las realiza de facto el Consejo Estatal, que le debe formalmente explicación y cuyas decisiones pueden ser revocadas por la Asamblea Nacional. Sin embargo, ésto no ha sucedido nunca y se ve impedido por la concentración de poder en el ejecutivo. El sobrepeso del mismo se asegura sobre todo gracias a la unión personal entre el Presidente del Estado y el Primer Ministro del Gobierno (Castro), cementada en la Constitución, y la concentración de competencias en el Presidente del Estado (puede asumir varios puestos ministeriales y es al mismo tiempo Comandante en jefe de las fuerzas armadas). De este modo, según Karin Stahl, la Asamblea Nacional se convierte básicamente en un acto de aclamación del Consejo Estatal y del Consejo Ministerial (ibíd: 82). La fortaleza del ejecutivo equivale a la tradición de la historia colonial de Cuba (contra la que lucharon los independentistas); el mando único del Comandante en jefe y la primacía del ejecutivo, en el que se hallan muchos militares, se corresponde con la estimada acción directa de muchos opositores a la politiquería de la época entre 1902 y 1958 y con la tradición militar democrática del independentismo cubano y se sigue fomentando aún hoy a través de la concepción de la Historia y de su representación, de los medios, la cultura y los discursos (Kapcia 2000). Sin embargo, la primacía de los dirigentes y del ejecutivo se ve sobre todo incrementada por el bloqueo permanente de los EE. UU. La meta del sistema electoral cubano es la “ igualdad de oportunidades ” para los individuos de todos los sectores de la sociedad y los diputados y políticos cubanos lo realzan como algo “ singular ” . Sin duda los individuos de todos los grupos y clases de Cuba, sobre todo los de las más bajas (un concepto que no existe en la Isla), están mejor representados que en sistemas electorales en los que se necesita mucho dinero para la carrera de un candidato (o extensas biografías políticas en el partido). Pero el análisis de la composición de las oficinas políticas superiores y de los órganos del Estado pone de relieve que los trabajadores, los agricultores, los negros y las ocupaciones más bajas del sector servicios constituyen un porcentaje menor en las mismas (ibíd). La élite cubana del castrismo, cuyo centro está aún constituido por antiguos guerrilleros de las tropas de 1957 - 1958, reproduce su dominio a través del sistema electoral. Así ha quedado de manifiesto en el relevo de Fidel Castro por Raúl Castro (y su segundo) y en los cambios realizados en febrero de 2009 en los puestos de mando superiores. No obstante, un acercamiento nominal-antropológico al problema y no universal-cultural relativizante, muestra que esta política, el sistema electoral y 62 Cuba 1959 - 2010: Historia y sistema político el gobierno castrista puede contar con el apoyo del 70 % de la población cubana, sobre todo fuera de La Habana y en el campo. Hasta hoy, el sistema político cubano de la Revolución ha vivido cuatro fases: una primera fase de informalidad y de una institucionalización formal retardada al mismo tiempo que se procedía al establecimiento informal de nuevas estructuras (1959 - 1970); una fase de transición de la institucionalización con un aumento paralelo de la represión política (1970 - 1975); otra de liderato del PCC y del patriarcado así como de considerables y exitosos esfuerzos por establecer un estado social cubano (1976 - 1990); una apertura y extensión de la participación, paralela a la desaparición formal de los controles del PCC, unida a una fase de reformas (1993 - 1997) así como a una fase de recentralización (1997 - 2009). Como en cualquier sistema político, todas ellas sirvieron para mantener el orden y la legitimidad de los dirigentes que habían alcanzado el poder en 1958/ 59 a través de una revolución, entendida ésta por las grandes mayorías de los cubanos como un acto de soberanía nacional. Relacionando el actual sistema político con la experiencia histórica de las cubanas y los cubanos, la esfera local equilvadría al sentimiento de igualdad profundamente arraigado, la provincial correspondería a las expectativas del pueblo cubano respecto a un Estado patriarcal y protector y el ejecutivo, pero más las personas que mandan el sistema de dominación representarían la tradición histórica de un mando militar decidido. La excepcionalidad de la posición de Castro equivale a las demandas del mando único y a la mentalidad de sacrificio que se exigen del jefe máximo. Soy consciente de que la perspectiva histórica cubana independentista insiste precisamente en esta experiencia y de que sobre todo en los EE. UU., hay intentos por construir una perspectiva opuesta, que focalice las experiencias democráticas de la época 1940 - 1952 y las coloque en el centro. La excepcional posición de Castro se basa en la creencia de la mayoría de los cubanos en su sacrificio, sobre todo en el asalto a la Moncada, en la guerra de guerrillas y en su resistencia contra el Goliat que representan los EE. UU. (tantos y tantos cienes de atentados de la CIA). Esta excepcionalidad de Castro como núcleo interno del sistema político cubano se ha visto cuestionada sólo una vez hasta la fecha (según las mismas reglas del sacrificio y de la legitimidad revolucionaria). Ciertamente en un momento (1989/ 90) en el que Castro llevaba ya 30 años en el poder y debería haber renunciado al mismo. Un nuevo primer hombre podría haber otorgado renovada legitimidad al sistema. El Comandante en jefe de las tropas cubanas en Angola, veterano de la sierra y de las luchas de las guerrillas cubanas en Latinoamérica, el general Arnaldo Ochoa Sánchez (1930 - 1989, según la nomenclatura racial cubana, mulato) retornó de Angola tras la victoria de Cuito Cuanavale. Previamente se había declarado partidario de Gorbachov (Ochoa fue graduado en la academia militar soviética Frunse). Ante esta amenaza a su excepcionalidad, Castro sólo podía reaccionar de una manera: el Michael Zeuske 63 pelotón de fusilamiento con la acusación a Ochoa por haber organizado en África el tráfico ilegal y mantener relaciones con la mafia de la cocaína colombiana, en torno a Pablo Escobar (Eckstein 1994: 200). 8 No se puede decir aún si el sistema político cubano está diseñado básicamente sobre la excepcionalidad de la posición de Fidel Castro (Zeuske 2007: 226 - 234) o de su hermano Raúl Castro y se desmoronará cuando se quiebre el eje central por la muerte física de la persona principal, o si en Cuba se trata de un sistema autónomo de democracia participativa con un perfil autoritario, o si incluso el mito de un Castro muerto mantendrá el sistema en equilibrio. Pero se verá pronto. Si tras la muerte del líder se desintegrase el “ Sistema Castro ” , sería una evidencia histórica que demostaría que se trata de una dictadura. La historia decidirá. Traducción: Sergio L. Abad Bibliografía Ameringer, Charles D. (2000): The Cuban Democratic Experience: The Auténtico Years, 1944 - 1952. Gainesville, Fla.: University Press of Florida. Barrios, Harald; Suter, Jan (eds.) (1996): Politische Repräsentation und Partizipation in der Karibik. Kuba, Haiti, Dominikanische Republik im 19. und 20. Jahrhundert. Opladen: Leske + Budrich (Politische Organisation und Repräsentation in Amerika, ed. de Dieter Nohlen, t. 4). Burchardt, Hans-Jürgen (1999): Kuba. Im Herbst des Patriarchen. Stuttgart: Schmetterlings Verlag. Domínguez, Jorge I. (2006): “ Introducción ” , en: Domínguez (ed.): Cuba hoy. Analizando su pasado, imaginando su futuro. Madrid: Editorial Colibrí, 11 - 42. Eckstein, Susan Eva (1994): Back From the Future. Cuba under Castro. Princeton: Princeton University Press. 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Igualmente, hoy en día Cuba también sigue siendo la pantalla de proyección para muchos grupos de la izquierda que tratan de legitimar su accionar violento o no-violento con la experiencia histórica de aquella gesta que, a su vez, ha de formar a una generación entera de jóvenes a su alrededor. Por lo tanto, la revolución cubana sigue teniendo una característica de faro para las diferentes variantes de la izquierda que se han ido estableciendo en América Latina y el Caribe. Especialmente la gestión gubernamental bajo los impedimentos del embargo de EE. UU., la capacidad de resistencia y la sagacidad de poder sobrevivir las crisis, son los elementos que siguen atrayendo las miradas de admiración por parte de un público de izquierdas en todo el mundo (Hoffmann/ Whitehead 2007). Hoy en día, sin embargo, las experiencias de los recientes gobiernos de izquierdas o - a preferencia de otros - llamados “ gobiernos progresistas ” (Sader 2005: 35) han adquirido mayor importancia en la formación de la identidad de la izquierda en América Latina (Couriel 2007). Es evidente que las viejas fórmulas han encontrado sus límites ante la enorme heterogeneidad de las orientaciones ideológicas y la extensión de la red de las organizaciones correspondientes al establecimiento de izquierdas. Desde que el proyecto social demócrata en América Latina perdió su significado con el hundimiento de sus protagonistas, como p. ej. la venezolana Acción Democrática y sus referentes sindicales tradicionales en la región, no queda claro el panorama de izquierdas y sus identificadores en la misma (Paramio 1989, Becerra 2000). Han surgido nuevos actores como el PT en Brasil que asume representaciones diferentes de un nuevo sindicalismo, a veces caracterizados por el adjetivo de “ periféricos ” , pero aún así se está en la búsqueda de una fórmula que tenga el alcance de reunir bajo un mismo paraguas a las diferentes variantes de partidos que se consideran de izquierda en la región (Avritzer 2005). Mas allá de esta fórmula, se trata de ofrecer un denominador común para poder congregar en una plataforma a las diferentes fuerzas que se orienten en este concepto, a veces manejado hoy en día como la “ nueva izquierda ” (Rodríguez Garavito/ Barrett 2005). Es evidente que, desde los tiempos de la revolución cubana, las luchas sociales y sus objetivos esenciales han cambiado pasando del ámbito de la producción a objetivos de carácter “ secundario ” en la ortodoxia marxista, más identificados con temas de identidad y de reproducción social. Esta transformación de las reivindicaciones de la izquierda representa uno de los ejes centrales en la reorientación de su núcleo doctrinario y de lucha política, lo cual dificulta tremendamente la asignación de características de continuidad en esta corriente de pensamiento. 1 Aparte, también han cambiado los elementos de la subjetividad histórica que antes se presentaba bien delimitada a los grupos de trabajadores, mientras que hoy en día se ha ampliado la perspectiva a subjetividades “ de un mundo donde quepan todos los mundos ” (De Sousa Santos 2005: 442). 2 Por esta vía, las referencias sociales han sufrido una amplificación considerable, en la cual ya no se puede dictar una centralidad en el mundo del trabajo sino ofrecer una visión mucho más abierta hacia reivindicaciones de muy diversa índole. En este sentido, la izquierda hoy en día ya no “ juega sola ” , es decir, que ya no corresponde a una presencia propia claramente diferenciada frente a los demás actores sociales, sino que se engloba en relaciones de redes que articulan la presencia de identidades plurales en la acción social. En esta misma línea, Cuba ya no está sola en América Latina porque las diferentes corrientes siguen teniendo como referencia a la revolución caribeña, a pesar que hasta el día de hoy no tengan reivindicaciones que correspondan con esta experiencia histórica. Es a partir de la idea que el régimen cubano puede ubicarse en muy diferentes corrientes de pensamiento y desde esta posición reforzar la legitimidad de su gestión, de la cual, al mismo tiempo, las diferentes líneas de pensamiento latinoamericano de izquierdas pueden reivindicar las especificidades que ofrece esta gesta revolucionaria del 59. Cuba, por lo tanto, sigue siendo el referente obligatorio de características históricas, especialmente de la misma doctrina de la revolución cubana; sin embargo, ya no es el faro que da dirección y orientación a los planteamientos de la izquierda o de las izquierdas de hoy. Se ha dado una nueva relación entre teoría y práctica: por un lado se está detectando una subteorización de la práctica y un afán reconstructivo post factum, que viene a ser una amalgama 1 Cf. y para lo que sigue el capítulo sintético de Rodríguez Garavito/ Barrett 2005. 2 Esta frase corresponde a la ampliación del dicho del EZLN mexicano en su 4ª Declaración de la Selva Lacandona, donde rezaba “ un mundo donde quepan muchos mundos ” (Horat 2004). 70 Los legados de la revolución cubana teórica construida en función de las necesidades del momento (De Sousa Santos 2004: 437). Por otro, esta situación de tratar de lograr un alcance teórico de la práctica social en una perspectiva ex post, ubica a las izquierdas de hoy en una dinámica diferente a la posición tradicional de trasladar a la práctica aquellos planteamientos teóricos que se habían identificado en las reuniones doctrinarias (sea la internacional comunista o socialista). La meta de la revolución cubana Una revisión desde el punto de vista actual de los alcances de la revolución cubana en su propio desarrollo doctrinario deja muy claro que uno de sus deseos centrales fue alcanzar la invulnerabilidad ideológica, militar y económica del país. 3 Ésta se basaba en la defensa de la independencia y soberanía de la nación cubana y de su estado, el cual (en un recurso) ligado a la obra de José Martí (Font/ Quiroz 2006), estaba en una fase antiimperialista y tercermundista que identificaba a la política exterior de esta nación. Este planteamiento en la acción externa implicaba, al mismo tiempo, el intento por lograr una alianza exterior con otras fuerzas de la misma orientación para ampliar la base de lucha contra el hegemón y el poderío de EE. UU. en otras partes del mundo. Además, el proyecto de la revolución cubana se mantenía orientado hacia los valores patrios de corte nacionalista, de la equidad social y la solidaridad como aquellos anhelos que también iban a lograr la movilización de las masas en favor del esfuerzo revolucionario. Terminado el acto revolucionario, se pasó a la construcción de un régimen basado en un estado revolucionario y un orden institucional controlado por el partido comunista que mantenía la centralización de la decisión, así como de los recursos en las instituciones del estado. Con el tiempo, la presencia del partido comunista se vio mermada por un incremento del peso del aparato estatal que imprimía al proyecto partidista sus decisiones y definía el rumbo de la nación. La práctica del ejercicio gubernamental en Cuba, orientado en los objetivos socialistas y las demandas sociales, cambió por incidencias coyunturales y cambios de estrategia. En parte, esto se debió a la dependencia de los apoyos del exterior para la supervivencia de la Isla, lo que implicaba ajustar el desarrollo interno a las posibilidades de manutención del modelo económico y del abastecimiento de la población en sus necesidades básicas. Sin embargo, la caída del muro y la consiguiente transformación de la Europa Oriental, 3 Cf. Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en las conclusiones de la sesión constitutiva de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Palacio de las Convenciones, La Habana, 24 de febrero de 2008, “ Año 50 de la Revolución ” , en: http: / / www.granma.cubaweb.cu/ 2008/ 02/ 24/ nacional/ artic35.html, (08/ 08/ 2010). Günther Maihold 71 especialmente la desaparición de la URSS y la consolidación de una economía de corte capitalista en Rusia, implicaron para el régimen revolucionario de Cuba el reajuste de sus propios planteamientos y abrir espacios para la acción del mercado que no se habían previsto en el contexto original. La dirección colegiada basada en la discusión colectiva como estilo de gobierno fue afectada y limitada por el liderazgo de Fidel Castro, que con el paso de los años más bien sustituía el esfuerzo colectivo e imprimía su propia voluntad al régimen comunista. Así, la participación popular quedó reducida a los momentos de mando y ejecución de aquellas actividades que la propia dirección del partido consideraba de importancia para la profundización de su proyecto revolucionario, imprimiéndose al liderazgo el carácter carismático de la persona de Fidel Castro (Hoffmann 2009). De forma creciente, las movilizaciones han reemplazado a la participación popular en la toma de decisiones, lo cual ha provocado un incremento en la importancia de los esquemas internos de gestión del partido. A pesar de esto, el liderazgo histórico ha mantenido su función de arbitraje para lograr establecer los equilibrios internos del partido comunista y de las necesidades de gestión política y gubernamental. En este sentido, la figura del líder histórico ha jugado un papel central que no ha podido ser sustituido por el liderazgo del partido después de la retirada de sus funciones de Fidel Castro en el año 2008. Junto con estas dinámicas de desarrollo interno en el núcleo dirigente del partido, el régimen ha demostrado una manifiesta incapacidad de reforma ante situaciones recurrentes de crisis del sistema económico, las cuales aparecen con una continuidad esperada o con una continuidad cíclica en el desarrollo de la revolución cubana. Los legados de la revolución cubana Una revisión del legado ideológico de los cincuenta años (Pérez-Stable 1998) que ha logrado sobrevivir el régimen cubano muestra su capacidad de supervivencia y de recuperación ante las crisis que ha sufrido. De éstas, no solamente cabe mencionar las crisis producidas desde los mismos esquemas de una economía planificada, sino también aquellas originadas por catástrofes naturales que han azotado a la población, la cual ha demostrado su capacidad de resistencia frente a estos desastres que han afectado a la convivencia en la Isla. Un elemento clave, no solamente desde el punto de vista de la práctica social sino también del lugar ideológico, es el patrón mínimo de desigualdad social que ha tratado de mantener el régimen (Gratius 2008). A través de éste, se ha garantizando a la mayoría de la población el acceso a servicios básicos y abastecimiento mínimo, con lo cual se ha desarrollado una situación de manutención de la población en condiciones mucho más estables si se compara con otras sociedades latinoamericanas. Paralelamente a este elemento, que en los últimos años se ha visto afectado por los recortes provocados por la crisis 72 Los legados de la revolución cubana internacional, se mantiene la propiedad pública de los medios de producción, así como el esquema de una economía centralmente planificada, la cual se ha abierto sólo en determinados sectores económicos exclusivos a elementos de participación extranjera y de organización de segmentos de economía de mercado (Maihold 2009). Junto a estas limitaciones que afectan de nuevo a la flexibilidad que necesitaría desarrollar este esquema de manejo económico, hay que acreditar la política social de alcance universal que es uno de los elementos centrales de reivindicación internacional del régimen comunista. Éste ofrece a la mayoría de la población aquellos servicios de educación, salud, etc. que en muchos otros países de la región representan el primer elemento de exclusión social. Aunque la magnitud de las políticas sociales en Cuba todavía es difícil de evaluar ante la dificultad de acceso a los datos correspondientes, puede afirmarse que por lo menos a nivel ideológico, y también en gran parte a nivel de acceso real a estos servicios, Cuba tiene un historial importante con respecto a la manutención de la población cubana. Junto con el legado ideológico, que en cierta manera ha sufrido pérdidas en cuanto a su aceptación en la Isla y en el alcance mundial, existe el legado autoritario que ha caracterizado el desarrollo político en Cuba. Hay que mencionar el consumo racionado, que actualmente sigue siendo, con decreciente cobertura, un elemento clave para la manutención de la población pero, por otro lado, limita la productividad agrícola y de los servicios debido al control de precios que, entre otras cosas, no proporciona incentivos para que el productor aumente la producción del producto cosechado. Por otra parte y a pesar de las expectativas que se crearon con la transferencia del poder de Fidel a Raúl Castro, se han expandido las características de un estado vigilante que se ejerce a través del poder popular y las milicias. Éstos tratan de seguir impactando a la población con sus expresiones sociales, sus posibilidades de movilización y su expresión cultural. Estos elementos han sido criticados ampliamente por la comunidad internacional, especialmente en lo referente a los derechos humanos que siguen siendo el tema central de la crítica al régimen, frente a la cual Cuba no ha podido dar señales de apertura. En concreto, el reciente caso de la muerte de un disidente por falta de alimentación (huelga de hambre) han hecho aparecer de nuevo las voces críticas que resaltan la ausencia de una voluntad aperturista del régimen para crear espacios de expresión política y social necesarios para permitir la participación de aquellos grupos de la población que no se sienten identificados con el régimen comunista. Sin embargo y hasta la fecha, los espacios que el gobierno cubano está ofreciendo a estas partes de la población parecen ser bastante limitados y no presentan indicios de una mejoría a corto plazo. En relación al legado ideológico y autoritario, también cabe mencionar el legado político-organizativo (Valdés Paz 2008) que ha caracterizado a la revo- Günther Maihold 73 lución cubana en cuanto a los sistemas de organización de las masas en la defensa de la Revolución. Aunque bajo la tutela de Raúl Castro ya no se han repetido las movilizaciones masivas en favor del régimen dispuestas por el partido y sus organizaciones, sí se observa que la columna vertebral que sigue manteniendo a flote al régimen comunista, junto a las fuerzas armadas de la Revolución, son las organizaciones de masas. Además, hay que tener en cuenta la creación de medios propios de comunicación de masas que hasta la fecha han dominado los espacios públicos y mantenido una presencia de monopolio en las percepciones públicas. Es preciso remarcar esto, en especial, ante los intentos continuos por parte de emisoras estadounidenses de lograr una presencia en los medios electrónicos del país, tratando de influir en la visión que se tiene sobre el ámbito internacional y nacional del país. Igualmente se mantiene el principio de la unidad de poderes, el cual no permite una independencia de los diferentes poderes del estado, sino su unificación bajo el mando del partido comunista que es, por otro lado, el partido de vanguardia. Hasta la fecha no se observan señales que esta experiencia de gestionar un sistema de partido único pueda cambiarse y ofrecer espacios internos o externos de carácter pluralista. Más bien se han recuperado esquemas de control ante la ausencia e indecisión del liderazgo para ofrecer la plataforma de un nuevo congreso de partido que ya está pendiente desde hace trece años. 4 El legado que más impacto tiene sobre el medio internacional es el legado simbólico que ha logrado proyectar la revolución cubana. Dentro del cual se destaca la expansión de todas las formas de creación y de consumo de bienes culturales, que siguen alimentando la imagen del país en la región y más allá de ella basada en la creatividad de los canta-autores, del cine, de las Artes y Letras cubanas. Este capital simbólico es de suma importancia para la presencia de Cuba en América Latina porque es central para la identidad de la Isla y la de muchos creadores como así también para una gran parte de la población latinoamericana. La difusión del capital simbólico de la revolución cubana ha encontrado un aliado considerable en las iniciativas del presidente venezolano Hugo Chávez, que ha logrado proyectar no sólo la propia visión bolivariana de su proyecto de transformación, sino también la experiencia de Cuba como un norte para cualquier esfuerzo de concebir la izquierda en la región. Cuba, en este sentido, sigue siendo desde el punto de vista cultural el ejemplo emblemático al cual van a referirse tanto líderes socialdemócratas como representantes revolucionarios de las nuevas izquierdas latinoamericanas. Y esta posición se debe a una iconografía vacía o falsificada que no ha sido tema 4 El V. Congreso del PCC se celebró en 1997, desde entonces siempre se han encontrado nuevos argumentos para aplazar la muchas veces anunciada celebración del VI. Congreso. 74 Los legados de la revolución cubana de las identificaciones proyectadas por parte de algunos líderes de la región, aunque se está viendo con un enfoque más diferenciado lo que la revolución cubana ha ido logrando desarrollar en el campo cultural para la región. En lo que sigue, quisiera plantear algunas tesis para ubicar el tema que nos ocupa. La idea es ir acercándome a un planteamiento que logre relacionar la experiencia de la revolución cubana con los desarrollos de la izquierda latinoamericana de hoy. Seis tesis acerca de Cuba y las “ nuevas izquierdas ” de América Latina 1. No solamente en cuanto a estilo político, sino también con respecto a su discurso, hay que detectar una reorientación sustancial de la “ nueva izquierda ” con respecto a sus antecesores históricos en América Latina. 2. La “ nueva izquierda ” refleja la creciente heterogeneidad latinoamericana y no puede ser considerada como un movimiento unitario. 3. Cuba, la revolución cubana y las figuras emblemáticas del Che y de Fidel Castro representan una referencia obligatoria, pero han perdido su capacidad para orientar y dirigir las heterogéneas fuerzas sociales de la izquierda latinoamericana. 4. Las innovaciones políticas de la “ nueva izquierda ” en función gubernamental hasta la fecha, no han tenido un efecto multiplicador, mas bien predomina un corte nacionalista sin perspectivas más amplias. 5. La tendencia expansiva del modelo cubano, con la “ exportación ” de médicos y maestros a Venezuela, Bolivia y a otros países, parece corresponder más a intereses económicos que a la exportación de la “ ideología revolucionaria ” . 6. Cuba se convierte así en un mito para las izquierdas latinoamericanas, con capacidad de movilización de referencia histórica pero sin opción de dirigir y orientar sus destinos. El espectro de las izquierdas en América Latina es bastante amplio. Existen muchos intentos por calificar diferentes agrupaciones de izquierda en la región: Jorge Castañeda (2006) buscó la diferencia de una manera bipolar entre dos izquierdas, de las cuales una le parecía sumamente atractiva frente a la otra, que en su visión estaba causando mucho daño a las sociedades latinoamericanas; el electorado en su visión tenía que elegir entre dos izquierdas: una ‘ pragmática ’ , ‘ sensata ’ , ‘ realista ’ , ‘ moderna ’ y ‘ resignada ’ - representada por los gobiernos de Brasil, Chile y Uruguay - y otra ‘ demagógica ’ , ‘ nacionalista ’ , ‘ populista ’ , ‘ poco modernizada ’ y ‘ sin fundamentos Günther Maihold 75 ideológicos ’ , presente en Venezuela, Bolivia, Argentina y México. Kurt Weyland (2009) ha tratado de ubicar esta diferenciación en la dimensión del respecto a las limitaciones que se generan desde del capitalismo global, las posibilidades de realizar reformas en el mercado doméstico y el respeto a la democracia liberal y representativa. El venezolano Teodoro Petkoff (2005) por su lado ha opuesto la ‘ izquierda de reformismo avanzado ’ , que también integrarían los gobiernos de Panamá, República Dominicana y Guyana, a la ‘ izquierda borbónica ’ , representada por el eje Cuba-Venezuela y sus efectos sobre Bolivia, Nicaragua y El Salvador. Estos intentos de ganar una visión más clara en base a estas categorías no necesariamente deja sobre el panorama político una visión más convincente; más bien las agrupaciones que se conforman siempre reflejarán la heterogeneidad de sus componentes (Stolowicz 2008), como es visible en el caso del núcleo alrededor del grupo ALBA en el cual se han reunido Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Cuba y algunos países caribeños. En ALBA se pueden identificar elementos de una clara visión socialista y de economía gestionada por el estado, que es totalmente ajena a aquellos actores de la izquierda moderada que se han conocido en el caso de Tabaré Vázquez y José Mujica en Uruguay, Michèle Bachelet en Chile o Lula da Silva en Brasil. Asociado a estos líderes también se ha presentado el gobierno de Cristina Kirchner en Argentina, el cual, sin embargo, no presenta signos muy claros de un gobierno de izquierda sino que más bien se orienta a una corriente entre las muchas de la tradición peronista de su país (Novaro 2006). Para avanzar en el diagnóstico parece oportuno confrontar de alguna manera los signos esenciales que podríamos definir como la “ izquierda vieja ” y la “ nueva izquierda ” de América Latina. Para tal efecto hay que dejar claro que nos estamos sirviendo de elementos tipológicos con los cuales solamente pueden identificarse algunos elementos esenciales de los respectivos movimientos, sin poder abarcar en su totalidad las experiencias individuales de cada país o de cada movimiento en sí. De la “ izquierda vieja ” a la “ nueva izquierda ” La “ izquierda vieja ” tradicionalmente se ha visto enmarcada en el espacio temporal que va de 1959 a 1990, tomando como inicio la revolución cubana, pasando por el gobierno chileno de Salvador Allende de 1970 a 1973 y encontrando en la revolución nicaragüense de 1979 un tercer apogeo, el cual en 1990 encontró un declive muy rápido con la pérdida del poder por parte del sandinismo (Rodríguez Garavita/ Barrett 2005: 22ss). Éste es al mismo tiempo el punto final de un ciclo histórico que ha tenido su dinámica desde una lógica revolucionaria, especialmente de una revolución armada y la reforma que ha desembocado en movimientos de protesta popular. En este ciclo histórico es muy significativo la presencia de la guerrilla, la cual al lograr 76 Los legados de la revolución cubana en muy pocos casos alcanzar sus objetivos, ha tenido que asumir un proceso de integración en la vía político-partidaria o ir a buscar el acceso al poder por la vía electoral (Kruijt 2009). El norte de este tránsito de la lucha ha sido alcanzar la democracia y la equidad económica. Por otro lado, la “ nueva izquierda ” , cuyo inicio ha sido identificado en el año 1994 con su momento central en la irrupción en la escena política del EZLN en México, sigue desarrollándose hasta nuestros días. La fórmula inicial que desde 2002 ha sido utilizada para identificar este movimiento ha sido el llamado pink tide (Maihold 2005), que hizo hincapié en el surgimiento de gobiernos de izquierda en Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela y marcó una fase de giro a la izquierda en el subcontinente latinoamericano. Previo a esta dinámica de los gobiernos centrales, se tenía la experiencia de municipios de izquierda en las grandes metrópolis del subcontinente como en Bogotá, en la cuidad de México, en Montevideo, en Caracas y Belo Horizonte (Stolowicz 1999). Esta experiencia de gobierno por parte de los alcaldes y sus consejos municipales, con elementos innovadores en la gestión municipal, han ido agrandando la confianza dentro de la ciudadanía que cree que la izquierda es capaz de buscar la ampliación de la participación y el acceso a los servicios desde las instancias municipales y así, desarrollar la capacidad para la gestión a nivel central. Al mismo tiempo, esta “ nueva izquierda ” ha incluido nuevos movimientos sociales, sean estos grupos indígenas, especialmente en aquellos países en los que ha existido un movimiento mayoritario de indígenas como en Bolivia y Ecuador, el Movimiento Sem Terra en el caso de Brasil o las reivindicaciones sociales de los piqueteros como respuesta a la crisis argentina del 2001. Esta conjunción de nuevos actores implicó también una reorientación de la agenda de la izquierda que tuvo que ampliarse hacia los temas de la etnicidad, del género, de la autodeterminación de los pueblos y de la autonomía justamente de los mismos movimientos sociales que no querían verse cooptados por los gobiernos y sus sistemas de representación política. Igualmente se pueden identificar diferencias significativas en las formas organizativas que caracterizan a la “ vieja ” y la “ nueva izquierda ” . El ciclo histórico del 59 al 90 estaba marcado por los partidos políticos, en concreto por los partidos comunistas en la vanguardia y la presencia de una izquierda nacionalista y populista expresada en las personalidades tradicionales de Juan Domingo Perón, Getulio Vargas y Lázaro Cárdenas. Éstos iniciaron en sus respectivos países un nuevo estilo de hacer política y, al mismo tiempo, contribuyeron a la generación de unas clases trabajadoras con alta participación política e integradas al sistema nacional de representación política a través de los institutos partidistas. Además se desarrollaron partidos de reforma con una base amplia en cuanto a su membresía como es el caso de Acción Democrática en Venezuela o del Partido de Liberación Nacional en Costa Rica, que han dominado un ciclo histórico de su propio desarrollo y en el sistema partidista nacional. Günther Maihold 77 La base social de estos esfuerzos organizativos de la “ izquierda vieja ” han sido los movimientos sociales, con especial incidencia de los sindicatos, organizaciones campesinas y grupos de derechos humanos, que han dotado a estos partidos de una característica de organización cooperativa que implica un esquema de movilización social en base a estos compartimentos estancos de articulación política (Clearly 2006). Además, existían los movimientos guerrilleros con un alto perfil ideológico, influidos por la experiencia cubana y con un cierto nivel de capacidad para articular alianzas entre diferentes clases sociales que les hizo llegar, en determinados casos, a grupos importantes de las clases medias. Sin embargo, estos elementos que han dominado las formas organizativas de la “ izquierda vieja ” quedaron impactados por lo atractivo del esquema de la tercera vía identificada en la figura del “ blairismo tropical ” (Sader 2003). Este calificativo alude al giro de la socialdemocracia europea hacia el centro y posiciones atribuidas al planteamiento neoliberal, dejando atrás esquemas tradicionales corporativistas que ya no pudieron resistir la informalización de los actores sociales, en especial el sindicalismo, lo cual implicó la pérdida de las coordenadas tradicionales en la lucha por la reivindicación laboral. Al mismo tiempo, se gestaba la revisión del papel de la vanguardia del Partido que cedía terreno ante la emergencia de la sociedad civil como nuevo actor, sobre todo, ante la crisis de los partidos tradicionales ejemplificado en la crisis argentina con el lema “ que se vayan todos ” . Es por esta vía que se cierra el ciclo del desarrollo de sistemas partidistas que marcaron una etapa, y aparecen aquellos elementos que son más bien típicos para la “ izquierda nueva ” , donde se destaca la presencia de nuevos actores políticos como los grupos indígenas o comunidades campesinas y al mismo tiempo agrupaciones de desempleados, gente “ sin tierra ” y movimientos de mujeres (Álvarez/ Dagnino/ Escobar 1998). Esta irrupción de nuevos movimientos sociales que buscan una articulación política, implica una necesidad imperiosa de buscar un nuevo formato para configurar coaliciones sociales y encontrar formas muy amplias de “ coordinadoras ” y “ frentes amplios ” , que fueran capaces de reunir la inmensa cantidad de intereses diferenciados contenidos en estas fuerzas sociales, que a su vez se encuentran sujetas a dinámicas propias en el seno de su mismo movimiento. La nueva articulación política deja a un lado el formato tradicional de partido político y busca expresarse en redes que respeten, especialmente, la autonomía organizativa permitiendo a las fuerzas que las constituyan mantener sus propias dinámicas. Por otro lado, las características propias de estas redes facilitan su internacionalización a través de foros mundiales como el de Porto Alegre, hecho que les facilita la ocupación de múltiples espacios públicos de manera que logran transformar la ampliación de su base social en una agenda temática multidimensional. De esta manera gana mucho más prestigio el derecho a la diferencia, las “ pluralidades despolarizadas ” , que sustituyen a los enfrenta- 78 Los legados de la revolución cubana mientos de clases, y la búsqueda por definir puntos de contacto para poder articular desde ahí elementos comunes para los programas mínimos de acción (De Sousa Santos 2005). Así, el lema central de que “ en la política había algo más que el Estado ” (Weffort 1985: 83) se convierte en la identificación básica de una presencia llamada “ sociedad civil ” que logra ocupar espacios que antes se consideraban reservados para los partidos políticos. Por otra parte, los mismos movimientos sociales, a través de la atención que se les ha prestado por parte del espacio internacional, se han visto afectados por la tendencia de ser convertidos en ONG, no solamente desde el punto de vista del financiamiento, sino también de su propia concepción como organizaciones que buscan afiliarse internacionalmente a redes que se consideran más bien reivindicativas frente al estado. 5 En este sentido, la movilización - típico de los movimientos sociales de la región - adquiere una dinámica extra institucional y, como resultado, se logra promover conceptos de reforma política que van más allá de los espacios tradicionales de representación política. Al mismo tiempo, se da una doble ruptura de los restos de los grupos guerrilleros existentes en algunos países como Colombia, y de una orientación de conceptos anticuados del “ socialismo de estado ” que más bien se ven como un legado poco atractivo por parte de los promotores de una visión organizativa inmanente desde la sociedad civil. Los cambios del perfil ideológico Si existe algún elemento de transformación que salta a la vista en la confrontación entre la “ izquierda vieja ” y la “ nueva izquierda ” habría que mencionar el perfil ideológico que encuentra nuevos nortes en los recientes cambios de la orientación política. Es justamente en esta dimensión en la cual Cuba no puede jugar más el papel orientador para el desenvolvimiento de las izquierdas en América Latina, por haberse adentrado en un ciclo de reproducción dogmática de su propia historia. Aunque exista una referencia simbólica en los debates de la izquierda al caso de Cuba, este no refleja las dinámicas de la participación de movimientos sociales autónomos y organizaciones de la sociedad civil que buscan colocar sus inquietudes en una sociedad abierta. El tema dominante del surgimiento de la “ nueva izquierda ” radica en el interés de desarrollar alternativas frente al impacto del neoliberalismo que, en la forma del consenso de Washington, se había expandido como un remedio casi generalizado en la mayoría de los países de la región (Calvo Salazar 2009). Esa búsqueda se ha ido gestando en alianzas muy variadas, pero ha implicado un denominador común que se genera ex negativo para los diferentes grupos de pensamiento y de organización social como el rechazo del neoliberalismo y sus 5 Ezequiel Adamvosky (2007) por lo tanto habla de “ La Trampa de la ONGización ” . Günther Maihold 79 promotores en lo nacional y lo internacional. En el centro de esta búsqueda se encuentra el afán de lograr una mayor democratización de la política en la sociedad para lograr contravenir los efectos de exclusión social que han caracterizado la situación de ajuste estructural en América Latina. De ahí han florecido diferentes conceptos como por ejemplo el socialismo del siglo XXI en la corte chavista (Dieterich 2005), o el capitalismo andinoamazónico en la visión de Evo Morales en Bolivia (García Linera 2006), los cuales se mantienen con planteamientos sin una meta clara, aunque este hecho no haya mermado su aceptación en el público (internacional). Más bien dominan elementos de corte antropológico como la orientación en la economía familiar estructural y regímenes comunitaristas basados en conceptos procedimentales con aplicabilidad inmediata tales como el presupuesto participativo en el caso de Porto Alegre como un modelo de manejo municipal, lo cual por otro lado, deja muy claro que la “ nueva izquierda ” no tiene un destino fijo sino busca un acercamiento a sus objetivos desde una visión procedimental. Los elementos orientadores en esta búsqueda son conceptos ajustados al estado proactivo y a la participación de representantes y organizaciones de la sociedad civil, esenciales para lograr una alternativa al concepto de una representación política partidista tradicional que se ve como aniquilada por sus tradiciones de expresión poco atractivas para el público. Más bien se profesa la democracia radical en términos de una democracia directa con referéndums revocatorios y otros elementos, u otras vertientes de una democracia popular como ha sido identificado en el caso venezolano. El denominador común parece ser la confianza en que la movilización social y los mismos movimientos sociales sean la única fuerza capaz de inducir y empujar el cambio social, especialmente frente a la institucionalidad establecida que parece ser resistente al cambio. Así se podría resumir el planteamiento en términos que son solamente los movimientos que hacen resbalar a las instituciones, afirmación que evidencia que la política institucionalizada o manejada a través de las instituciones no es el norte que orienta necesariamente a las nuevas expresiones de la izquierda en América Latina (Borón 2005). Este confesionario se ve reflejado en la confianza que se deposita en la convergencia de los movimientos sociales que buscan sus expresiones en diferentes espacios públicos (Schuster 2005) y tratan de recuperarse del impacto de aquella corriente dominante de la década de los ochenta y noventa con sus efectos sociales individualizantes y excluyentes, una consecuencia del impacto del neoliberalismo en la región. El eje central se encuentra en el debate sobre las bases de las naciones latinoamericanas, especialmente en aquellos casos, en los cuales el pluralismo étnico por mucho tiempo no fue reconocido. La autoafirmación étnica se expresa en el rechazo del ideal de mestizaje como base de la nación, tal y como fue manejado en varios países de la región como expresión de ideología nacionalista en base a una construcción de asimétrica social y cultural (Maihold 80 Los legados de la revolución cubana 2010). Ésta encuentra en la reivindicación indígena y en un relanzamiento de sus valores en Ecuador y Bolivia su contra-modelo que busca asentar su anclaje en las dinámicas de poder de estas sociedades contemporáneas. Desde este nuevo perfil ideológico se identifican nuevas oportunidades para la gestión política: por un lado se abren espacios para la articulación política “ desde abajo ” de aquellos intereses considerados suprimidos o marginados, lo cual permite trascender los esquemas excluyentes de las fases anteriores y romper con el monopolio de representación que hayan tenido hasta la fecha los partidos políticos tradicionales. Además, se reconoce explícitamente la dimensión cultural de la democracia en América Latina, que no se había considerado por la dominante visión economicista, dejando así a un lado por décadas los planteamientos identitarios de los mismos grupos sociales e indígenas. Como esta dimensión de la identidad no había encontrado hasta la fecha un espacio de participación (Wieviorka 2003), es menester gestar posibilidades democráticas de nueva índole en reconocimiento de los planteamientos de estos actores excluidos, obligando a la sociedad en su conjunto a comprometerse con la comprensión de esta nueva realidad y adentrarse en el nuevo perfil ideológico de esta democracia culturalmente sensible como parte del ideario de la “ izquierda incluyente ” . Además se retoma el tema social considerado como irresuelto y se ataca la brecha en materia de la justicia social, atribuida a la ausencia de la solidaridad en los sistemas económicos y las deficientes políticas de distribución. Por ello se busca llevar a la práctica programas sociales como en el caso brasileño Fome Zero, o esfuerzos parecidos, que enfocan más bien el nivel municipal como escenario de políticas de compensación social, así como fue practicado en el caso de la cuidad de México por parte de los alcaldes pertenecientes al Partido de la Revolución Democrática (PRD). Ahí se fortalecen los esquemas de acción gubernamental que refuerzan los lazos de la solidaridad, tratando de revertir los efectos regresivos en cuanto a la distribución que hayan tenido etapas anteriores de gestión política. Además, se busca plantearse el cambio en base a la sustitución de las élites desgastadas, pertenecientes a las tecnocracias tradicionales e incapaces para la reforma por nuevos representantes de corte social. En los países con una transformación más profunda, como es el caso de Bolivia, Ecuador y Venezuela, se ha ido realizando un cambio casi completo de las élites en la gestión gubernamental y en la representación política. Por otro lado, los gobiernos de la nueva izquierda - con excepción de Venezuela - al parecer no están volviendo a un ejercicio de política económica populista de los ochenta, en la cual se manejó el tipo de cambio, la inflación y otros indicadores macroeconómicos con criterio político. Por el contrario, se sigue un camino de “ pragmatismo responsable ” , el cual es facilitado por la afluencia de fondos económicos, por el auge de la demanda y los precios de las materias primas de exportación en la economía internacional que favorecen a la mayoría de los países latinoamericanos. Günther Maihold 81 El nuevo perfil ideológico también encuentra su identificación en una relación instrumental con los EE. UU. que no trata de repetir experiencias pasadas de antiimperialismo, las cuales sólo se encuentran reflejadas a un nivel discursivo. La mayoría de los presidentes de la “ nueva izquierda ” tratan de establecer una relación de gestión equilibrada con los EE. UU. sin caer en provocaciones y polarizaciones. 6 Este comportamiento encuentra su correspondencia en una actitud bastante reservada de los EE. UU. por involucrarse en estos procesos de transformación que se dan especialmente en América del Sur. Así el gobierno del presidente Obama, sigue teniendo el interés de mantener buenas relaciones de trabajo sin querer colocar en primera línea diferencias de fondo. Indefiniciones y ambivalencias Aunque este nuevo perfil permitió una presencia políticamente productiva de la “ nueva izquierda ” en los países de la región, siguen estando presentes indefiniciones y ambivalencias. Entre ellas hay que resaltar el tema del sistema económico, el cual es de central importancia en el replanteamiento político con la finalidad de una transformación profunda sin que quede claro el destino final. Las implicaciones de las medidas tomadas no se configuran en una visión consistente, p. ej. con respecto a la pregunta si realmente las “ nuevas izquierdas ” están viendo terminados los tiempos de la “ ilusión del estado ” (Rodríguez Garavito/ Barrett 2005: 56), o más bien encuentran la solución en un fortalecimiento nuevo de la acción estatal. Lo mismo se puede decir sobre las bases políticas: hay que preguntarse si la antipolítica (frente a las estructuras partidistas y de representación tradicionales) es una base realista y suficiente para construir sobre ella un perfil propio. Sobre todo, esto vale para la conformación de los movimientos sociales en alianzas políticas que deban sostener el acceso al poder pero que parecen evidenciar coaliciones cambiantes. El caso de Ecuador refleja de forma especial esta situación, al igual que en Nicaragua y Bolivia donde quedan dudas abiertas de si la posición antipolítica inicial va a ser también en el futuro el argumento central para mantenerse en el poder. Con el afán de fortalecer y potenciar su propio reposicionamiento, los gobiernos de izquierda en Ecuador, Bolivia y Venezuela han realizado reformas constitucionales en base a la convocatoria de asambleas constituyentes para la refundación de sus respectivos estados y naciones. Por el momento no queda claro si estos esfuerzos corresponden más bien a la conocida “ pasión constitucional ” (Garzón Valdés 1999: 110) en América 6 Una excepción evidente de este comportamiento representa el actuar del presidente venezolano Hugo Chávez (cf. Maihold 2009), mientras que los demás miembros de la corriente del ALBA no han ido más allá de enfrentamientos puntuales con EE. UU. Por cierto también las provocaciones venezolanas no impiden la continuidad de la exportación del petróleo venezolano a EE. UU. 82 Los legados de la revolución cubana Latina, es decir una versión del manejo simbólico del poder, o si dominan intereses de buscar nuevos formatos para la estabilidad en el poder como se expresa en la corriente reeleccionista (Carey 2003) que caracteriza a las nuevas cartas magnas. Finalmente podría ser una expresión de un pseudo-debate que encubre con la insistencia en una reforma institucional un articulado afán de expandir la acción extra-institucional. En muchos de los movimientos del área se pueden encontrar paralelismos entre los esfuerzos de cambiar las reglas básicas de la política institucionalizada por un lado, y por otro un apoyo a la acción extra-institucional para mantener la presión sobre aquellas. Este paralelismo por el momento no permite una conclusión definitiva de hacia dónde se van a desarrollar en el futuro estos esquemas de gobernanza que a primera vista parecen poco fructíferos para el futuro. Debido a la situación que los movimientos de la “ nueva izquierda ” están basados en conceptos de redes y de alianzas multifacéticas, aparece la pregunta sobre qué es lo que las mantiene unida y qué es lo que separa a la “ izquierda nueva ” . Como ya se ha observado, existen movimientos que se han separado de sus respectivas tendencias buscando reforzar su autonomía, por ello, es válida la pregunta por las dinámicas centrífugas en estos organismos. Ante esta búsqueda de desarrollos autónomos internos de los movimientos de reivindicación de intereses particulares, se puede encontrar el germen que origine una pérdida de sustancia en los movimientos de izquierda incurriendo en debates o luchas internas poco fructíferas. Hasta la fecha, lo que ha mantenido unidos aquellos grupos, que han sido integrados por su dialéctica anti-sistema, son el personalismo y el hiper-presidencialismo (Penfold 2010). Este es el caso de Evo Morales y Hugo Chávez, por lo cual con el paso del tiempo el afán reeleccionista ha ganado presencia frente al reconocimiento de las prescripciones constitucionales que ocurre en el caso de Brasil, Chile y Uruguay. Aquí también se puede apreciar la separación entre aquellos representantes de la izquierda que buscan mantenerse alejados de las trampas del pasado, como lo son la tentación autoritaria y el afán de mantener el control sobre todas las expresiones sociopolíticas del país, incluyendo los mismos medios. La capacidad contestataria de los otros grupos sociales tradicionales, bastante limitada por cierto, ha sido mermada por la intervención policial y burocrática del gobierno venezolano, nicaragüense y boliviano. Esto pone en duda si realmente se está transitando hacia un proceso democrático o hacia una restricción en la representación de los intereses. Es en este punto donde las faltas del pasado podrían convertirse en trampas del presente, especialmente si se toma en consideración las tentaciones que origina el acceso a los fondos de rentas petroleras llevando a la corrupción y a la pérdida de una política sustanciosa de izquierdas. Recientemente y ante la pérdida de la Concertación en Chile en las elecciones de diciembre 2009, se ha empezado a plantear el debate de si este hecho se debe considerar el fin del pink tide, lo cual podría indicar que la “ nueva izquierda ” está sufriendo la maldición de su propio éxito. Sin embargo, Günther Maihold 83 el caso de la elección de José Mujica del Frente Amplio en Uruguay y la perspectiva que en Brasil también el PT podría salir victorioso en la sucesión de su propio presidente, Lula da Silva, indican que el auge de la izquierda en América Latina no parece ser una reminiscencia del inicio del siglo, sino que seguirá manteniendo una vigencia a medio plazo. A pesar de ello, en el mismo seno de la izquierda se está llamando la atención que no se debe caer en la trampa de considerar completado el proyecto político solamente en y desde la gestión gubernamental y dejar de lado la meta de la lucha popular con la cual se había encontrado un elemento central en el esquema de la participación. También se alerta sobre la ambigüedad de la relación entre el movimiento social y las instituciones que fue el punto de partida del proyecto de izquierda, corriendo el riesgo de inclinarse demasiado hacia el desarrollo institucional sin tomar en cuenta las necesidades de una preferencia clara para los actores sociales. En este punto se podría conectar también el debate de si el proyecto de la “ nueva izquierda ” ha logrado, con su pasión constitucionalista, poner las bases de un nuevo contrato social aunado a la recuperación de la disposición y el control nacional sobre los recursos naturales debido a su vocación anticapitalista, todo ello justamente a través de la gestión gubernamental. Estos son algunos puntos que están actualmente en debate y necesitan ser resituados en la futura ubicación de la izquierda, la cual ha sido criticada por una cierta tendencia chauvinista (Laurence Whitehead) producto de su excesiva identificación con el quehacer nacional y el reflejo de la nación en sus planteamientos. La “ nueva izquierda ” en función gubernamental Hay tres elementos esenciales que han caracterizado el ejercicio gubernamental de la “ nueva izquierda ” en la década pasada, en las cuales Cuba ha tenido solamente un papel relativamente marginal: El “ boom de los recursos naturales ” en la economía internacional, el cual ha logrado canalizar unos ingresos considerables hacia aquellos países de la región que disponen de recursos energéticos o mineros para la exportación. En este campo Cuba ha podido solamente aprovechar en parte la coyuntura con sus recursos estratégicos de níquel, sin embargo queda en materia de energía totalmente dependiente de los aportes solidarios de Venezuela. Con el auge de la demanda sobre los productos de exportación de América Latina, generada especialmente por China (Husar 2007), las economías nacionales han tenido un superávit considerable sin tener que endeudarse o estar expuestas a los efectos de la crisis económica generada en los centros financieros del norte. En este sentido, es importante resaltar la importancia de la creación de nuevos conceptos para establecer una relación solidaria en América Latina que sobre todo han sido adelantados por el presidente venezolano Hugo Chávez. Aquí 84 Los legados de la revolución cubana cabe mencionar la compra de títulos de la deuda argentina y la emisión de bonos conjunta sobre la misma entre Argentina y Venezuela; o los negocios Barter que se han ido desarrollando para solventar problemas de abastecimiento y de crisis energética entre aquellos países que forman parte del grupo ALBA (Altmann 2008). Este comercio solidario, que en el proyecto de ALBA está sustituyendo al libre comercio y se realiza sin recurrir al dólar estadounidense como moneda de valoración, trata de abrir el camino a una visión totalmente diferente de amistad a nivel sudamericano, que también se refleja en materia de seguridad con la redefinición de las relaciones interamericanas, con especial énfasis en UNASUR y el Consejo Sudamericano de Seguridad. También a nivel de seguridad energética se están dando nuevas dimensiones de integración sudamericana, ya sea a través del proyecto del gaseoducto del Sur, de la construcción conjunta de refinerías o de nuevos oleoductos cuyo desarrollo trata de reforzar la integración a nivel de infraestructuras entre los países de la región (Maihold/ Husar 2010). Se ha buscado introducir un mayor compromiso de nuevos actores extraregionales como es el caso de China, Rusia e Irán por medio de inversiones en el negocio energético y de apoyo al desarrollo social en los respectivos países que van más allá del grupo de ALBA e incluyen especialmente a Brasil. En este campo Cuba ha sido relativamente exitoso por lograr comprometer a estos poderes con su país y canalizar recursos de inversión a proyectos de envergadura para su desarrollo nacional. También en el espacio económico se ha tratado de fortalecer esta solidaridad a través del Banco del Sur. Éste trata de ofrecer posibilidades de crédito a países necesitados de la región y de encontrar esquemas de cooperación entre las empresas petroleras en Suramérica en el marco de PETROSUR. Finalmente, la emisora TELESUR se ha vuelto un actor de comunicación interregional que brinda una alternativa frente a los espacios ocupados por medios estadounidenses. Todas estas iniciativas han sido desarrolladas en base a un proyecto bolivariano bajo la orientación venezolana y han sido alimentadas a través de los fondos e ingresos que este país ha podido generar en base a la explotación de sus recursos energéticos. Todo ello da espacio a un nuevo tipo de populismo como fundamento de la “ nueva izquierda ” (Paramio 2006), especialmente con el regreso de la creencia que solamente las empresas estatales transnacionales son capaces de poder organizar el nuevo desarrollo económico de la región. Es aquí donde hay que resaltar de manera especial al grupo ALBA, mientras que otros países como Brasil, Uruguay y Chile se han mantenido a distancia de este esfuerzo orientado en la nueva cooperación sur-sur como eje central de la acción externa. En este punto aparece ALBA como un “ holding ideológico ” que logra aglutinar en su seno a aquellos países que buscan relacionarse de una manera innovadora frente al concepto tradicional de integración regional y, además, pretenden expandir su proyección externa hacia otras regiones del sur, especialmente África, Asia y los países árabes. Günther Maihold 85 El tema central para la valoración de la función gubernamental de la “ nueva izquierda ” en América Latina será sus reformas en materia de política social (Weyland/ Madrid/ Hunter 2010). Aquí hay que resaltar los éxitos que la política de izquierdas ha tenido a nivel local. Sin embargo, en algunos países se observa que frente a la acción del estado se están levantando estructuras paralelas que no coinciden con el interés que sea la misma estructura estatal la que preste los servicios básicos. En esta situación aparece una dualidad entre el planteamiento político y el planteamiento de interés de estabilidad en el poder, lo cual podría llevar a ciertos elementos de conflictos en el futuro ante la falta de coincidencia entre ambos planteamientos para llevar adelante las políticas sociales. Así dominan tendencias, como en el caso venezolano, de una militarización del estado, en el cual son justamente las estructuras del poder las que tratan de hacerse cargo del desarrollo endógeno y lograr de ahí conciliar el desarrollo con el control social. El reto: ¿Los viejos problemas de la izquierda azotan también a la nueva? O ¿Existe un nuevo escape de las tradiciones de la izquierda en América Latina? Finalmente hay que resaltar algunos elementos que podrían ubicar los retos actuales en los que se encuentra inmersa la “ nueva izquierda ” con especial énfasis al papel que se está adjudicando a Cuba en este contexto. Retomando las explicaciones del capítulo anterior, es evidente que existen inclinaciones hacia un nuevo clientelismo que no está exento de las tendencias de buscar la eficiencia en el ejercicio gubernamental. Seguramente aquí vale la pena hacer la diferenciación entre aquellos gobiernos que están enfrentándose a la sociedad con un planteamiento ideológico de corte bolivariano, frente a otros que han buscado reorientar la acción del estado de una manera innovadora y eficiente. Por otro lado, existen muchos elementos que pueden contribuir a la desorientación de la misma clientela de la nueva izquierda en tanto que proliferan socialismos discursivos que, al mismo tiempo, siguen tintes de corte muy nacional. Por lo tanto, la pregunta que se presenta es hasta qué punto la “ nueva izquierda ” corre el riesgo de ingresar en los viejos callejones sin salida de la “ izquierda vieja ” exponiéndose a las tentaciones del poder y a la ideología de izquierdas tradicionales. Es allí donde Cuba sigue siendo parte del panorama, en tanto trata siempre de nuevo de ofrecer la “ ilusión neocastrista ” (Tourraine 2006: 55) como solución doctrinaria. Sin embargo, a la mayoría de las fuerzas de izquierda les queda muy claro que este camino no presenta muchas ventajas y genera altos costos en la misma sociedad. En otro sentido, los planteamientos de un romanticismo revolucionario, y las poco fructíferas incursiones del bolivarismo y del ALBA hacen 86 Los legados de la revolución cubana emerger la pregunta de si un movimiento político puede sobrevivir exitosamente sin tener claro el fin último de su desarrollo. Otra cuestión será cómo la recuperación o posible recuperación de la derecha en América Latina podría afectar y ejercer cierta presión sobre los planteamientos de la izquierda en la región. Cuba no es un polo activo en este proceso, a pesar de ser un referente simbólico e histórico, y de alto nivel de apoyo recibido no sólo por el embargo, sino por ser punto de identificación. Con el traspaso del capital simbólico de la Revolución a Hugo Chávez, manifestado especialmente con la llegada de Raúl Castro al poder, está claro que Cuba ya no representa un elemento innovador sino más bien un capital que puede reforzar la posición de polo dentro de las “ nuevas izquierdas ” latinoamericanas. La continuidad del vínculo solidario con Cuba, sea a través del ALBA o basado en la disposición de recursos naturales a favor de la Revolución en la Isla, son elementos esenciales que hacen evidente que Cuba sigue siendo parte de un concepto de políticas de izquierda en la región, sin ser articulador de este movimiento. La mayor diversidad ideológica, más allá del pensamiento marxista o castrista, deja muy claro que actualmente Cuba ha perdido su importancia y autoridad para la definición de un proyecto de izquierdas. Es más, Cuba se ha convertido en acompañante de un proceso que puede alimentarlo con insumos doctrinarios del pasado y ofrece la prestación de servicios de maestros y médicos en los países que demuestran ser solidarios con el mismo régimen comunista. Sin embargo, el socialismo como proyecto cultural, uno de los elementos del capital social de Cuba, aún es un elemento importante que puede impactar en el futuro sobre el desarrollo de las izquierdas en la región, aunque no será el eje central sobre el cual se definirá el futuro de la “ nueva izquierda ” . Ésta más bien tiene que prestar mejores servicios en materias de política social y facilitar la participación sin exclusión de la población. Al igual que en los tiempos de la revolución cubana, hay que reiterar que el proyecto de la “ nueva izquierda ” en América Latina ha generado muchas expectativas y ahí vale el dicho de Eduardo Galeano: “ Los pecados contra la esperanza son los únicos que no tienen ni perdón ni redención ” . Bibliografía: Adamovsky, Ezequiel (2007): Más allá de la vieja izquierda. Seis ensayos para un nuevo anticapitalismo. Buenos Aires: Prometeo Libros. Altmann, Josette (2008): ALBA: An Alternative Project for Latin America? 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According to the Common Position of 1996 (CP), major objectives of the European Union in its relations with Cuba are to encourage a process of transition to pluralist democracy and respect for Human Rights and fundamental freedoms, as well as a sustainable recovery and improvement in the living standards of the Cuban people. 1 Bases, principles and procedures of EU co-operation 2 Especially since the 1990s, the EU co-operation has undergone various changes to adapt to new situations and challenges, but also to improve coordination with Member States (MS) and international donors, as notably set out in the “ European Development Consensus ” of 2006. Development aid officially became a common policy in 1993 in the wake of the Maastricht Treaty. According to art.177 ECT, the European Community (EC) shall foster sustainable economic and social development, smooth and gradual integration into the world economy and support the campaigns against poverty. It also shall contribute to consolidating Democracy and the rule of law, and respect of Human Rights and fundamental freedoms. Besides complementing the Member States ’ external assistance policies (art. 181 a ECT), it has as main guideline the UN Millennium Development Goals. The EU as a whole is the 1 See the text in Official Journal of the EU, series L.Nr. 322, 12/ 12/ 1996, 1. 2 Out of the numerous accessible documents, see for more details: European Commission, EC-LA development co-operation guide 2008 - 09; EP, The effectiveness of EU development co-operation with LA-assessment and perspectives. PE 385570, April 2008; Joint statement by the Council and the Representatives of the Governments of the member States meeting within the Council, the EP and the Commission on EU Development Policy - “ The European Consensus ” , Council doc. 14820/ 05 + Corrigenda; the various annual reports submitted by the Commission, as for example in Council doc. 11863/ 09 + ADD1REV1, or information on aid for trade as in Council doc. 8695/ 09 +ADD1, or on non-state actors ’ involvement in EC development assistance, as in Council doc. 10415/ 09. Such documents are in principle accessible, in accordance with the EU ’ s transparency regulation (EC) no.1049/ 2001, in: Official Journal L145 of 31/ 5/ 2001, which the EUCJ interprets in a very liberal way, including as concerns classified information. first global donor with 57 % of official development aid flows (ODA). The European Commission (COM) is mandated to manage the EC assistance budget of some € 7.5 billion per year, with an average of € 340 million for Latin America. Programming is done in close collaboration with beneficiary countries and regions, which retain full sovereignty in co-deciding on priorities and funding, including on changes at the mid-term review; the principle of their “ ownership ” of the whole process is essential. Member States are also involved by agreeing with qualified majority to EC projects above a threshold, and the European Parliament plays a decisive role in the fixing of overall funds for development assistance, in discussing focussed priorities and in the accountability procedure. The process is thus subject to complex decision, accountability and transparency rules - not comparable for example to personal, spontaneous decisions on aid by Venezuela ’ s President Chávez on the spot in, say, Bolivia ’ s indigenous regions. EU co-operation with Cuba until 2002 3 Mainly due to Cuba ’ s geographical situation, co-operation with Cuba has of course some particular features and fate due to its considerable political background. Collapse of communism had dramatic impact on Cuba ’ s economy and Cubans ’ daily life. Soviet aid to Cuba between 1960 and 1990 is estimated at $ 65 billion. It was practically free, only 39 % were loans and just 0.6 % was repaid. In addition to the debts towards Russia, the Club of Paris calculates the Cuban debt at 380 % of its exports, an unsustainable situation which cannot just be blamed on the US policy. 4 In this situation it is no wonder that humanitarian aid dominated early EU assistance. Between 1993 and 2002, the EC alone financed € 145 million of assistance measures, mostly in the field of humanitarian aid ( € 90 million). In 1996, Commissioner M. Marín was mandated by the Council to sound out the chances for contractual relations. These contacts were not fruitful. Marín was rebuffed by Fidel Castro and decided not to submit draft negotiating directives to the Council, reduced the so far generous humanitarian aid and took the competence for Cuba out of DG “ External relations ” to place it under DG “ Development ” . 5 Yet, in the mid-90s, following Cuban suggestions and 3 The following is based on a number of internal papers of the EU Commission or the EU Council, which in principle should now be accessible. Some of these internal papers are EU Council doc. 10736/ 96; Council AMLAT working group meeting documents 117/ 05, and 14/ 06. 4 For an overall picture see Mesa Lago, Carmelo (2008): “ La economía cubana en la encrucijada ” , in: Boletín Elcano 102. 5 Marín ’ s decision to place relations with Cuba in the DG DEV, may not only be seen as a downgrading and punishment. It could also have opened the way to establish contractual 92 EU co-operation with Cuba requests considerable EU projects were oriented to support reforms in management, labour law, fiscal reforms etc., in line with Raúl Castro ’ s limited opening measures which the EU wanted to encourage. Since 1998, the budget lines “ Co-financing of NGOs ” and “ Economic co-operation with Latin American countries ” have become more used for projects in Cuba, with funding reaching € 18.9 million and € 14.8 million respectively in the period between 1998 and 2000. Under the NGO co-financing scheme, projects and partners in a variety of sectors, including agriculture, health and education have been supported. The economic co-operation facility focused on projects contributing to economic and legal reform, promoting contacts between European and Cuban firms as well as enhancing the business administration skills of Cuban executives in charge of running companies. In 2000, Commissioner Nielson decided to phase out humanitarian aid since Cuba was no longer in a state of generalised emergency, and to prioritise projects promoting economic reform and civil society development. It is estimated that some 16 % of the total population in Cuba have benefited from this aid. The food security programme has been another important provider of funds especially in the first five years of EC assistance with some € 20 million altogether, targeting close to half a million people. In 2002, assistance focused on supporting fiscal and financial management, introducing and applying international accountancy standards in Cuban enterprises, strengthening the financial sector through capacity building at Central Bank and commercial bank level, assisting in urban waste management, and facilitating Cuba ’ s participation in a project supporting Caribbean fight against swine fever. Other co-operation programmes with Cuban participation were INCO (network of research institutes), ALFA (network of universities), URBAL (network of cities) and AL-INVEST. As of 2002, Cuban partners could also apply for support under the newly created @lis programme to support ICT (Information and Communication Technology) development in Latin American countries. Bilateral Member States co-operation with Cuba focused on social sector support, in particular health, education and scientific co-operation, social housing, urban and rural development and environmental protection, humanitarian and food aid and public administration support, and trade and investment promotion in a decreasing order of priority. Member States also give priority to cultural activities, scholarships and urban development. Member States support aiming at the strengthening of public administration relations with Cuba through the EU-ACP framework. Cuba was admitted into the ACP group in 2000, but it is not a signatory of the EU-ACP Cotonou Agreement. Again in 2004, some Member States rejected such a possibility, referring to the Human Rights and Democracy clause in it - not a convincing position in the light of the clearly worse situations in some ACP countries. Its request to assist EU-ACP negotiations as an observer also found no unanimity in the EU. Karl Buck 93 can be explained by the need to accompany “ focussed economic co-operation ” (as stated in the CP) through efforts targeting problems in the public sector system in Cuba. Successful economic reform and enhanced trade and investment flows clearly depend on an efficiently operating public service both at central and local levels. EU development assistance was thus spread fairly even across all major sectors with the majority of sector interventions being noted in sectors not explicitly covered by the Common Position (representing about 60 % in terms of sectors covered by MS and EC). Since a large amount of both bilateral and Community co-operation was channelled through international NGOs, the preference for social and rural sector support is not surprising. Over the years, European NGOs had developed particular know-how in these areas, not least because of the emergency situation in Cuba during the first half of the nineties. This also allowed them to build up local partner structures in these sectors. Given the problems in identifying relatively independent and competent actors amongst Cuba ’ s infant civil society organisations, most NGOs - also subject to EU accountability rules - preferred working with local partners they could trust and relate to. This became very difficult after 2003. In order to facilitate peaceful change in Cuba, the EU established dialogue with the Cuban authorities and, despite all obstacles, with all sectors of Cuban society, in particular the “ peaceful ” or “ democratic ” opposition. At these occasions, Cuban authorities were i. a. regularly reminded, both publicly and privately, of fundamental responsibilities regarding Human Rights, in particular freedom of speech and association. To complete the picture: the EU is Cuba's largest trading partner with a third of all trade, almost one half of foreign direct investment and more than half of all tourists coming from Europe. Cuba benefits from the Generalised System of Preferences in its trade exchanges with the EU. It grants unilaterally tax-free access for many products on the European market. The Common Position versus the US Helms-Burton law It is time to consider the CP already mentioned, to shortly explain its origin and differences with the US embargo legislation, as well as the evolution of EUinternal discussions on how to deal with Cuba. European Union relations with Cuba are based on the Common Position adopted by the Council in late 1996; it is a legal instrument of the CFSP (Common Foreign and Security Policy) binding all Member States. It was adopted by consensus - as all of its consecutive evaluations - , but with visible traces of different positions among Member States, long before the accession of ex-Communist states in Middle and East Europe. 94 EU co-operation with Cuba It is true that the initiative was launched jointly by the Spanish government under Aznar and US Ambassador Eisensztat, but the CP has many fathers and is altogether clearly different from the objectives, tone and means of the US Helms-Burton and related embargo laws. 6 A closer look at the CP shows, besides critique of some aspects of the internal situation in Cuba, the typical instruments of a soft power that needed not take into account strong internal interest groups like the Cuban diaspora in the USA: the prevalence of explicit non-interference, and the offer of dialogue and co-operation. Sanctions are not really part of the EU ’ s political culture; anyway, most sanctions have little effect. 7 6 See a comparison in El País, 17/ 11/ 1996. On both EU and US positions and the evolution of the debates, the numerous publications by Prof. Joaquín Roy are an indispensable source. He is co-director of the European Union Center of Excellence, Miami-Florida, and Jean Monnet, Professor of European Integration at the University of Miami. He has published over 200 academic articles and reviews, and he is the author, editor, or co-editor of 25 books. There are entire libraries of critical assessments of the “ Helms-Burton Act ” of 1996, the latest in a series of legislative initiatives since the US proclaimed a trade embargo against Cuba in 1962. See recently: Erikson, Daniel (2009): The Cuba Wars; Colvin, Jake (2009): The case for a new Cuba policy; Perl, Shoshana (2005): Transatlantic dispute settlement: two-level games and the Helms-Burton Act. LSE Ph.D. Inter alia, Helms Burton (a) allows US citizens to file lawsuits for damages against foreign companies investing in confiscated US (including Cuban-American) property in Cuba (Title III) and (b) requires the US Administration to refuse entry to the US of the key executives and shareholders of such companies (Title IV). The EU considered these measures as contrary to US obligations under the WTO Agreements, and notably rejects their extraterritorial effects in contradiction with international law. However, to resolve the dispute, at the 18 May 1998 EU-US Summit in London, the EU and the US reached an Understanding on a package of measures. In this Understanding, the EU suspends its WTO case, as long as the US abstain from taking action against EU companies or individuals, through waivers from Title IV (visa restrictions) and Title III (waivers from lawsuits against “ trafficking in expropriated property ” ). Successive waivers from Title III have regularly been granted, but neither a permanent waiver nor waivers from Title IV. The EU trusts that the US Government will continue to act in accordance with the commitments made at the London Summit. The EU has adopted legislative measures to protect its firms and citizens, in case. Concerns were raised with regard to recent US actions against some EU firms. On EU positions, see the study by the long-term representative of the European Commission in Cuba, Kühn von Burgsdorff, Sven (2008): Promoting democracy and respect for human rights in authoritarian regimeslessons for the CFSP policy of the EU, EU fellow 2008 at the University of Miami. 7 For a more general assessment on real EU sanctions elsewhere, see my colleague ’ s excellent study Hazelzet, Hadewijch (2001): Carrots or sticks? EU and US reactions to human rights violations (1989 - 2001). European University Institute PH.D. dissertation, Fiesole; and Kreutz, Joakim (2005): Hard measures by a soft power? Sanctions policy of the EU 1981 - 2004. Bonn International Centre for Conversion paper 45. Karl Buck 95 The CP stated: “ a transition would most likely be peaceful if the present regime were itself to initiate or permit such a process. ” It explicitly underlines that “ it is not European Union policy to bring about change by coercive means with the effect of increasing the economic hardship of the Cuban people. ” Only “ full ” co-operation is linked to, some say “ conditioned by ” , reforms and advance in Cuba - and what is less than “ full ” co-operation is a matter of definition. The CP avoids for example the term “ market economy ” and refers in a more neutral way to (indispensable) economic reforms. The CP was re-evaluated regularly since, with growing EU-internal difficulties due to, mainly but not only, the EU enlargement including countries which are closer to rightwing positions in the US about the way to bring about democratic transitions from communist experiences. At times, Cuba or its supporters in the EU seemed to deliberately antagonize some EU countries and their ministers, preferring a black-and-white argumentation to grey tones, which can be embarrassing to Cuban positions. The CP is flexible, but I think it would be exaggerated to call it “ a common position as expression of no common policies. ” 8 In this context it would be worth commenting that well-meaning analysts tend to overestimate Cuba ’ s importance for some European governments, or to underestimate their need to take into account internal pressure to do more for the liberties of Cuban people and notably the peaceful opposition. Cuba has not only become an issue of internal politics in the USA. In addition, policies are highly influenced by subjective interpretation of historic events, especially if related to dramatic events like a system change and transition. Some new EU Member States claimed that “ their ” transition process from Communism, and the US role in it were the best path to follow. In practice they meant privileging grass root contacts over official ones, which according to them were the essence of Brandt ’ s Ostpolitik. This is probably a simplistic view of history; some saw in such claims efforts by US radical sectors to weaken the substance of the CP. Such new member states were recalled that others like Spain, forerunner of contractual relations with Cuba, or Greece and Portugal had made their own very different and successful transition. At this point it makes sense to quote a former Cuban official of the Ministry of the Interior meanwhile teaching at an US university: “ historical analogies are an expression of intellectual laziness. If you want to analyze Castro, you analyze Castro in the context of his own unique features [. . .]. It ’ s wrong to compare him to Hitler or Stalin. ” 9 There is however another problem: the credibility of the EU has suffered from visibly inconsistent behaviour of some Member States on the bilateral 8 Criado Alonso, F. (2008): “ La política de democratización de la UE y el caso de Cuba ” , in: Revista de estudios politicos 142, 25. 9 Quoted in Erikson 2009: 302. 96 EU co-operation with Cuba and the EU-Cuba levels. Some with very tough positions on the EU level, trying to make the EU the attack dog, maintain(ed) well-functioning bilateral trade relations (e. g. the Netherlands, second trade partner among the EU). On the other hand, at some moments one had the impression that hardliners on both sides behaved in a way to provoke rupture; this failed so far. If some in the EU may have thought they can pull others into a crisis by claiming EU solidarity for the behaviour of citizens or officials in Cuba not really covered by the CP, they were frustrated. It is needless to repeat the common wisdom that neither the US embargo policy nor the EU ’ s critical engagement led to any substantial change. The rupture in 2003 From 2003 till early 2005, the Common Position was complemented by a political decision with rather mild, diplomatic “ measures ” . After the arrest and the summary, arbitrary and severe sentences against 75 dissidents to altogether 1800 years of imprisonment in spring of 2003 for simply expressing their different political ideas and claiming certain constitutional rights, on 5 June 2003 the EU Council adopted the following measures: l limit the bilateral high-level governmental visits l reduce the profile of Member States' participation in cultural events l invite Cuban dissidents at national days celebrations. It soon became evident that these measures were adopted without considering Clausewitz ’ warning “ before entering in a conflict, one should consider how and what to get out of it. ” Fidel had immediately retaliated and announced countermeasures: freezing any contact with Cuban authorities for those embassies who would invite the opposition to the celebration of National Days. The “ cocktail party war ” brought embassies in an embarrassing situation and paralysed their activities. The Council conclusions on the 13 th evaluation of the CP, adopted shortly after, stated: “ Funding should be channelled through governmental institutions only if a direct benefit for the population or meaningful contribution towards economic opening and reform in Cuba is ensured ” (Council document 11401/ 03). Fidel Castro (quoted to have said: “ tanto fastidio por tan poca plata ” [ “ so much trouble for such little money ” ]) reacted by unilaterally suspending practically all aid managed directly by the donor agencies or its representations from the EU (Commission and Member States), thus interrupting some 22 projects from EC alone. Only aid channelled through UN agencies, foundations, NGOs, solidarity movements, autonomous regions, local governments, private companies, etc. would be able to continue - if Karl Buck 97 Havana accepted so. In reality, very few selected EU countries known for a more “ cooperative behaviour ” were allowed to continue. The usual project visits were no longer possible. The Government refused to negotiate any development co-operation themes, programmes, projects or aspects with Member States or Commission representatives and only accepted to deal with NGOs. But it became nearly impossible to find NGOs daring to act or fulfilling EU legal norms for co-operation. A major impact of the decision of the Cuban authorities was the cancellation of the EC-DEADE project, which provided MBA courses through the University of Havana. It was one of the most successful projects that the Commission had developed in Cuba, managed by a consortium of European Business Schools (Barcelona, Paris, London, Madrid, Lisbon, Milan and Copenhagen). Cancelling it was likely to have an effect on Cuba alone . . . Already in the 1990 ’ s, Cuba had radically and without pre-warning changed its position on cooperating with European firms, by ending contracts with smaller firms. Such decisions are of course a sovereign right of a government, but one is entitled to wonder if it is in the interest of the citizens. The projects do certainly not merit the term “ injerencia ” (interference). They would undoubtedly have contributed to the wellbeing of citizens and the improvement of economic and administrative performance. The suspension of the 2003 measures in early 2005 In early 2005, following the intensive internal discussions on the impasse which altogether made it very difficult to pursue the objectives of the Common Position, including the intervening on behalf of political prisoners, Council took the political decision to suspend the measures to allow resuming normal business for which an embassy was established. Council also took note of the conditional release of a limited number of the 75 political prisoners, but continued to urge Cuban authorities to release unconditionally not only all of the 2003 group of 75, but all political prisoners still detained. On January 31 2005, the EU Council adopted conclusions notably with a view to develop more intense relations with the peaceful political opposition and broader layers of civil society in Cuba, through enhanced and more regular dialogue. Council decided the following: l All the measures taken on 5 June 2003 will be temporarily suspended. l At the occasion of high-level visits, the Human Rights situation and the position of the dissidents will be raised with the Cuban government and civil society. 98 EU co-operation with Cuba l Meetings with the peaceful opposition can be part of high-level visits. (This was at the discretion of visitors). l The suspension of the 2003 measures should be reviewed before July 2005, in the light of the evolution towards democratic pluralism and the respect of Human Rights in Cuba. A comment is necessary on the co-operation with the peaceful opposition: In some critical public comments and articles, a misplaced emphasis was put on the importance of this suspension of invitations of dissidents to National Day celebrations. These certainly more visible contacts should not overshadow the many other ways by which the EU holds contacts with the peaceful opposition. To avoid misinterpretations, and to make the real impact of enhanced EU support more visible, the embassies ’ Heads of Missions of the EU Member States agreed on guidelines for more regular and intense meetings: l Monthly meetings between the EU embassies ’ Human Rights Group and dissidents, as well as meetings with each EU Presidency. The fact that such meetings will be held would be made public. l Embassies will request access to prisons, improve access of dissidents to sources of information, reinforce relations with local independent media and libraries, and invite the peaceful opposition to certain cultural and social events. l Members of the peaceful opposition would be invited to Europe, and the EU would insist that Cuban authorities will not prohibit this, as occurred in the past. It must be stressed that the EU has always taken a strong stand on the situation in Cuba in the Commission on Human Rights, while it also regularly supported the annual resolution in the UNGA (United Nations General Assembly) against the Helms-Burton embargo - together with nearly all countries of the world of which only 2 - 4 tend to support the USA. The failure of a midand long-term strategy towards Cuba Efforts to establish a European “ midand long-term strategy ” which would have an impact on co-operation failed in 2006 - 07: as always when the Council working group deals with Cuba, “ confidential ” discussions were leaked to news agencies and Cuba with considerable details, at times even on the same day, and Cuba reacted with threats. Under such circumstances it made no sense to proceed. This failed effort can be seen as a reaction to US policy: The Commission for assistance to a free Cuba set up by President George W. Bush had previously made two reports with recommendations for measures in line Karl Buck 99 with tough US positions; the first looked rather like a shopping bag with sometimes absurd details and conclusions. 10 The way towards the resumption of dialogue and co-operation When Fidel stepped back and put in place his brother Raúl, from both sides signals were given that relations could improve and return to the previous situation with critical dialogue and co-operation. However, self-confident Cuba 11 first put forward various “ conditions ” to resume relations. Clearing the way from unnecessary propagandistic weeds has certainly helped preparing a less loaded terrain for real discussions. Some “ conditions ” were abandoned and “ obstacles ” removed, through patient but clear informal dialogue between diplomats and some EU officials undoing certain Cuban arguments as unjustified, unhelpful, double-edged or arbitrary. For example, “ respeto ” (respect) must be valid for both sides, and insulting the EU of being a “ lacayo ” (lackey) of the US is unhelpful. Or, if Cubans referred to alleged EU double standards in Human Rights by singling out Cuba, they were recalled the farce some countries, including Cuba, had made of the UN Council on Human Rights, or the absence of a Cuban UN resolution against the Zimbabwean regime. Since many analysts, parliamentarians, journalists and even some Commissioners “ copied ” Cuba in calling the 2003 diplomatic measures “ sanctions ” , it is worthwhile recalling that it is a normal practice for Cuban embassies in our countries to invite also opponents to the system to their receptions - without any protest by EU. It is worth underlining that, in a pragmatic way, Cubans apply different standards in this: the high US official Bisa Williams had no problem meeting with opponents at her recent visit - this was simply “ not negotiable ”- , whereas EU politicians and officials are requested to abstain from such actions. The days are forgotten when Fidel 10 The first report was submitted in May 2004, the second in July 2006. I made résumés of both; the first report included the expected saving of four endangered cave species after “ transition ” . 11 Cuba is very successfully engaged in world politics, and has outstanding international support. In 120 of the 192 member states of the UNO, Cuba has diplomatic representation, and there are 103 embassies accredited in Havana. It was elected member of the UN Council on Human Rights, and presidency of the 118-nation non-aligned movement, as well as member of the RIO Group. Its essential support to decolonisation in Africa and external aid are legendary in developing countries, and assures it globally strong and reliable support: more than 30 000 Cuban medical staff is present in 72 countries, and 20 000 foreign medical students are trained at no charge in Cuba. Within three years and with Venezuelan funds, Cuban doctors carried out 750 000 free operations, incl. eye operations in the LAC region. Keeping a blind eye on this is counterproductive. Also, we must keep in mind that Latin American countries with little exceptions were and are rather unwilling to engage in concrete discussions on improving the internal situation in Cuba. 100 EU co-operation with Cuba invited the first EU Troika to lunch in November 1995, immediately after they had met with the opposition. Also, Canada - whose position is similar to the EU - could open various information centres on the island, contrary to the EU or most Member States. Cuba insisted that the already suspended 2003 measures had to be eliminated definitely. This was indeed finally agreed in the context of EU Council conclusions in mid-2008. I admit this happened against my expectations because I considered the suspended measures as a “ political zombie ” which could neither die nor live: Cuba was perfectly aware that the suspended measures could never again be revived, since this would need approval by all Member States! The following is noteworthy: different Council procedures apply to modify or eliminate the legal instrument Common Position and the 2003 measures, which were a decision of political nature. For the latter Council needs consensus, i. e. all must approve, for the first the necessary “ unanimity ” can be reached by “ constructive abstention ” . Thus, the more far-reaching CP could, in principle, be more modified than the limited 2003 measures. Convincing or forcing the EU and its Member States to eliminate the 2003 measures was a victory on words, not really on behaviour. But Cuban diplomacy is also patiently working on words - to create a reference, which must be accepted as base for further steps. The Council Conclusions of 23 June 2008 took the decision to eliminate the diplomatic measures adopted in 2003, as “ a means to facilitate the political dialogue process ” . This dialogue “ should include the whole range of potential fields of co-operation including the political, Human Rights, economic, scientific and cultural spheres ” . The lifting of the 2003 diplomatic measures led to the relaunch of EU-Cuba political dialogue and the resumption of EC- Cuba development co-operation. The Council Conclusions of 15 June 2009 agreed that “ the political dialogue with Cuba should be pursued and deepened ” . Following contacts at ministerial level with the EU Troika and visits by Commissioners L. Michel and later K. de Gucht (both Belgian), resumption of co-operation was agreed in 2008, envisaging € 30 - 40 million. Raúl again acted in a more pragmatic way than Fidel, he saw necessity of some economic reforms and advantage in co-operation on environment, food security or agricultural reform. Despite being a tropical country, Cuba needs to import some 80 % of its food, and compares badly with a near desert state like Israel. In addition, co-operation shall also cover infrastructure reconstruction, disaster relief, and support to other reforms to improve efficiency and delivery to a frustrated population. Both sides also agreed to a co-operation on research and technology - a field where even center-right Laender governments like Bavaria saw advantage: it concluded co-operation agreements of more than € 300 million with the rather well developed Cuban research capacities, notably in biotech and medical technology. Karl Buck 101 Finally, the possibility of triangular co-operation in third countries is explicitly mentioned. It could add real value, but some may see it difficult to strengthen Cuba ’ s image even more with EU money. Emergency assistance of € 2 million was immediately made available to cover the most important humanitarian needs of the population affected by the hurricanes Gustav and Ike. In view of the scope of the damage caused by yet another hurricane (Paloma) in November, and the thereof resulting urgent and ongoing humanitarian needs, an additional humanitarian assistance of € 2 million was allocated by the Commission in January 2009. 12 An additional amount of € 36 million was committed in 2009 for co-operation in the fields of post-hurricane reconstruction and rehabilitation, food security, culture, climate change, renewable energy and business management. Co-operation on the management of prison systems to which Foreign Minister F. Pérez Roque had (somewhat surprisingly) agreed, was shortly after flatly rejected by his successor. 13 The way ahead As said, the CP and its consecutive regular evaluations allow some flexibility for Member States in dealing with Cuba. Behind sometimes twisted wording there is a serious effort to come together, and so far always successful effort to reach consensus. It has become fashionable recently, by Cuban and EU hardliners (les extrèmes se touchent) as well as by some European analysts favourable to closer relations 14 , to (mis-)interpret the CP as essentially “ conditioning ” , and thus as an obstacle or superfluous. Cuba and its “ frontline NGOs ” , with the support of many also within the EU, meanwhile request the elimination of the CP, in order to enter into negotiations on possible contractual relations. Sine ira et studio: an elimination of the CP probably does no harm in itself. But this would not solve any of the problems that have to be addressed later on. Let us consider three cases: l A simple trade agreement would neither fulfil mutual expectations nor correspond to the real potential of relations. Such a simple agreement might be flexible as it concerns the usual EU clause on Democracy and Human Rights - see EU discussions on South- 12 In October 2008, Cuba had also welcomed discussions on re-launching co-operation with any MS, but rejected humanitarian aid by the Czech Republic, with which relations are particularly sour. It is however noteworthy that Prague exerted its Council presidency in the first semester of 2009 with laudable neutrality. 13 He also refused twice to accept an EU list of political prisoners in poor health. 14 Out of various academic articles, see Gratius, Susanne (2006): “ ¿Es la posición común de la UE sobre Cuba una estrategía válida? ” , in: FRIDE. Madrid. 102 EU co-operation with Cuba Correa - but EU trade interests in Cuba are not comparable to those in South Correa. l For a more elaborate “ 3rd or 4th generation agreement ” covering political dialogue, co-operation, and trade (though probably not a free trade agreement), usually the EU must insist on a number of clauses which Cuba is unlikely to enter into or to fulfil. This wellestablished position to insist on a growing number of “ essential ” or “ fundamental ” positions has become more and more cumbersome in international negotiations, but changing it for Cuba is unlikely, the EU Council would need unanimity. Let us recall that some Member States already stopped a possible accession of Cuba to the EU-ACP Cotonou Agreement twice by referring to the necessary, yet unlikely complete and effective respect of such a clause - although arguably Cuba certainly does not worse than a number of ACP partners which however do not contribute to the wellbeing and development in many other countries as Cuba does in its cooperation! l Coverage by the EU ’ s GSP-Plus scheme: besides the fact that the scheme is unilaterally granted and therefore does not offer the long-term security for investors, as such not being the contractual scheme Cuba looks for, there would also be problems with the conditionality on the EU side of the ratification of numerous international conventions by beneficiary countries. Yet, in the light of unexpected EU flexibility on the 2003 measures, nothing can be excluded, and interim or gradual solutions may be imaginable. For the record: There was a rare moment in 2009 when all Member States from both extremes might have wished to abolish the CP: in the 2008 Council conclusions, hardliner Member States, to the surprise of many, had succeeded in adding a phrase at a ministers-only meeting by which the veto by one single member state could have stopped continuation of dialogue with Cuba in 2009. In a somewhat dramatic moment during discussions on the evaluation of the CP in 2009, experts pointed out that conditioning or ending political dialogue with Cuban authorities is inconsistent with the CP - it would need to be changed or eliminated to do so. Thus even hardliners might have seen advantage in abolishing the CP - but such considerations need time to sink in. Personal Conclusions Raúl Castro moves in a rather stable international and internal situation, despite the irrepressible needs for deep economic reforms, to start with. And with all their courage, the Cuban opposition is still divided, atomised, Karl Buck 103 infiltrated and cannot be compared to Solidarnos č or Charter 77 etc.; there are various protagonists, but there is no Lech Walesa. Partisans of a tougher line by the EU wanted to condition dialogue and co-operation with improvement of the Human Rights, fundamental liberties and Democracy. The Castros are no model, but some countries with which the EU maintains full relations - often for economic self-interest - do by no means better. 15 By the CP, the EU does indeed single out Cuba, and this makes it easy for Havana to denounce such a policy, notably at the international level where many countries reject moral (istic), norm-setting efforts by the West as interference with their national sovereignty. Some experts recommend to compare these situations more with the standards in the respective regions rather than with those of Europe 16 - and Europe is not exempt of worrying situations, neither. As concerns alleged EU-only double standards, I refer to my comments above under point 7. On the other hand, does the Cuban leadership do a favour to its own country by looking for the worst possible interpretation of a text or situation, or by setting always new “ obstacles ” or “ conditions ” ? In the light of recent considerable, even fundamentally divergent views within the EU, sub-optimal outcome like what I called “ mutual irrelevance ” and “ dedramatisation by bilateralisation ” are still possible. I think it is difficult to imagine that governments in the EU or the US are willing to jeopardise political support they may need on other policies, by alienating the necessary partners in Congress etc. through pushing controversial policies towards Cuba. If there still seems considerable space for interpretation and executive decision in the US, like for the US embargo approach, there are “ limits of constructive engagement ” in Cuba for the EU. 17 The Common Position ’ s fate is mostly in Cuba ’ s hands. 18 An exile Cuban analyst very favourable to critical engagement and dialogue points out: “ Cuba is not exactly a top EU priority. Cuba nonetheless struts around with an illusory sense of self-importance. ” 19 Cuba ’ s international support is a reality 15 Cp. Schlesinger, Arthur (2008): “ La baie des cochons-retour sur un échec parfait ” , in: Le Monde-Hors-série Archives, (février-mars 2008), 8 f. 16 On the relationship between International Relations theory and ethics see Smith, Steve (2004): “ Singing our world into existence - international relations theory and September 11 ” , in: International Studies Quarterly 48, 499 - 515; more general considerations in Wegner, Eva (2007): “ Inclusion or repression: the cost-benefit calculations of authoritarian rulers ” , in: Asseburg, Muriel (ed.): “ Moderate Islamists as reform actors ” , in: SWP Research Paper 4, (April 2007), 75 - 81. 17 See Erikson, Dan (2009): “ Europe ’ s Cuba problem - the limits of constructive engagement, Inter-American Dialogue Sept. 15, 2009. However, this article is not at ease: various recommendations are already a reality, others contradict each other or seem unrealistic. 18 Chancellor Merkel even said to Prime Minister Zapatero: “ exclusively ” , quoted in: Pérez- Stable, Marifeli (2010): “ Europe might take another step back ” , in: Miami Herald, Feb.11. 19 Ibid. 104 EU co-operation with Cuba without doubt, but it has the weakness of still being too much dependent on one major source, Venezuela ’ s president Chávez who supports Cuba with some $ 2 billion per year, partially in exchange for medical and educational services. 20 As M. Pérez-Stable underlines, [. . .] Vietnam accepted the democratic clause, taking in stride occasional reprove on human rights and even making some changes. [. . .] Ordinary Vietnamese have greatly benefited while economic interests, not ideological crusades, guide foreign policy. Cuba can ’ t or won ’ t do the same. Unlike Vietnam, Cuba offers little in terms of trade and investment. Insulting President Obama or the EU [. . .] may win plaudits in Caracas but not in too many other quarters. 21 As a conclusion: the EU is aware that co-operation with countries like Cuba can be interpreted as stabilising the authorities by improved internal production, administration and delivery - but we trust that economic development, influx of money, goods, ideas, does have a long-term impact favouring more democratic evolution. Finally, it is easy for analysts to make recommendations in subjunctive mood like “ the EU should, could, must . . . ” . Yet as B. Tuchman pointed out, “ The hypothetical has charm, but the actuality of government makes history. ” 22 Disclaimer: The views expressed are purely those of the writer and may not in any circumstances be regarded as stating an official position of the Council. Bibliography Criado Alonso, Fernando (2008): “ La política de democratización de la UE y el caso de Cuba ” , in: Revista de Estudios Políticos 142, 11 - 41. 20 However, Cuba succeeded recently in placing international bonds and in diversifying its sources of capital: without fanfare, Cuba ’ s Central Bank listed, so far as “ dry runs ” , two bonds of € 400 and 200 million at the London Stock exchange in 2006/ 07. For more see Morris, Emily (2008): “ Cuba ’ s new relationship with foreign capital: economic policymaking since 1990 ” , in: Journal of LA Studies 40, 769 - 792. This led analysts to question Cuba ’ s “ exceptionality ” , see Kapcia, Antoni (2008): “ Does Cuba fit yet or is it still ‘ exceptional ’ ? ” , in: Journal of LA Studies 40, 627 - 650, and Hoffmann, Bert/ Whitehead, Laurence (eds) (2008): Debating Cuban exceptionalism, London. China, Brazil, Iran and more offered credit lines (Lauper, Richard (2008): “ A revolution to repair ” , in: Financial Times 19, august 2008, 7.). This is one more reason to reject the recent Cuban term of an US- “ bloqueo ” which would imply successful full-blown isolation as during the missile crisis; “ embargo ” is adequate. 21 Pérez-Stable, ibid. 22 Tuchman, Barbara W. (1984): The march of folly-from Troy to Vietnam. New York, 230. Karl Buck 105 Erikson, Dan (2009): “ Europe ’ s Cuba problem - the limits of constructive engagement ” , in: Inter-American Dialogue Sept. 15, 2009. En: http: / / www.thedialogue.org/ page.cfm? pageID=32/ pubID=2102, (08/ 08/ 2010) Erikson, Dan (2009): The Cuba wars. Bloomsbury Press. Gratius, Susanne (2006): “ ¿Es la posición común de la UE sobre Cuba una estrategía válida? ” FRIDE, Madrid. Hazelzet, Hadewijch (2001): Carrots or sticks? EU and US reactions to human rights violations (1989 - 2001). European University Institute PH.D. dissertation. 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Quizás ese sea el mayor de sus pecados. Esa pasividad enfermiza que nos ha infiltrado. Esa minusvalía. ” (Julieta Campos, La forza del destino) El 16 de marzo de 2010 se publicó en la página web de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba el “ Pronunciamiento de la UNEAC y AHS: a los intelectuales y artistas del mundo ” . En éste se afirma: “ En la historia de la Revolución jamás se ha torturado a un prisionero. No ha habido un solo desaparecido. No ha habido una sola ejecución extrajudicial. ” 1 La frase no puede sino provocar a aquellos intelectuales que dos años antes se esforzaron en recuperar la memoria de la persecución estalinista sufrida en los años setenta y llamaron la atención sobre las estructuras totalitarias persistentes. La afirmación es tan absurda que cabe preguntar si se escribió para sacudir al sector intelectual, otra vez paralizado por el estancamiento político que se vive en Cuba desde la reorganización del poder en abril de 2008. 2 La provocación se produjo justamente en el momento de una nueva polarización dentro y fuera de la Isla respecto a los derechos humanos, que se desencadenó por la huelga de hambre y el fallecimiento de Orlando Zapata Tamayo, un prisionero que había protestado contra el tratamiento inhumano de los presos políticos en las cárceles cubanas. Su muerte provocó una ola de protesta internacional 3 y una 1 http: / / www.uneac.org.cu/ index.php? module=noticias/ act=detalle/ id=2937, (15/ 4/ 2010). 2 El estancamiento se manifiesta simbólicamente en que el siguiente enlace todavía aparece desde esta fecha como referencia central en el órgano central del PCC “ Granma ” : La “ Intervención de Raúl [Castro] en el VI Pleno del Comité Central del PCC, el 28 de abril de 2008 ” como si no hubiera nada nuevo que divulgar. En: http: / / www.granma.cubaweb.cu, (15/ 4/ 2010). 3 Hubo también una reacción fuerte en el Parlamento Europeo. Para más información sobre la reacción de la UE, véase el artículo de Karl Buck en este libro. No quiero profundizar mucho en la cuestión de la huelga de hambre, ni en la declaración de la UE. El hecho de que el gobierno cubano prefiere la muerte de una persona en vez de cumplir su demanda de poner en libertad a unos prisioneros políticos es inhumano y a la vez ridículo, porque demuestra la falta de soberanía del Estado cubano. Por otra parte, la reacción de la UE me diferenciación de posiciones dentro del espacio cultural in-between en el interior de la Isla. Hay que ver en el futuro, si esta polarización termina estrechando el espacio necesario para el desarrollo de un sector de la sociedad civil transversal a la binaridad de argumentos preponderantes o si finalmente consigue amplificarlo y dinamizarlo. Las siguientes anotaciones sobre la posibilidad de apertura de este espacio se basan en gran parte en mis observaciones durante mi estancia en Cuba desde el verano de 2006 hasta el verano de 2008. Desde entonces sigo observando el proceso desde afuera, dependiendo así de las informaciones que obtengo a través de conocidos o de Internet. Mientras estaba revisando mi material que se había aglomerado en los últimos cuatro años y pensando, debido a mis otros estudios, en la creolización y en borderlands, me he dado cuenta de que lo que durante mi estancia en Cuba más me había llamado la atención también se halla en lo que podemos calificar como espacios fronterizos: entre el sector institucional y el sector marginalizado, entre lo accesible y lo prohibido. Aunque para estudiar la cultura cubana es indudablemente necesario focalizar no sólo la Isla sino involucrar también a la Cuba-exterior, creo que, asumiendo una simple unión de estas dos partes supuestamente complementarias, se pierden de la vista los espacios que, siguiendo la teoría cultural, se pueden focalizar como “ espacios in-between ” . Para describir las posiciones y agendas que se manifiestan, que se asocian y compiten en estos espacios fronterizos y para captar las dinámicas que las (re) delimitan y transforman quiero presentar cinco notas sobre discursos literarios y culturales actuales en Cuba. Un factor esencial en la configuración del espacio actual es la transformación del espacio público por el Internet y, específicamente en Cuba, el papel importante de los blogs. Por esta razón, la primera nota se refiere al blog Generación Y de Yoani Sánchez 4 que ha adquirido una resonancia internacional incomparable y representa un factor central en la lucha por el poder discursivo. La segunda observación trata las diferentes agendas y posiciones en la polarización actual. Yoani Sánchez no es la única mujer que destaca por su valentía en este momento, también la autora Ena Lucía Portela toma posición. La tercera nota se dedica a esta última escritora y al escritor Reinaldo Montero, siendo estos dos, a mi parecer, los autores con las publicaciones más interesantes dentro del ámbito de la literatura cubana de los últimos años. En una cuarta nota contextualizo las observaciones anteriores sobre las tendencias literarias con algunas observaciones respecto a la censura. parece contraproducente y arrogante. Hubiera sido adecuado exigir derechos humanos fundamentales para una democracia en Cuba - como son los derechos de asociación y manifestación así como la libertad de prensa - pero demandar la transición al sistema pluripartidario y dictar así la forma de la democracia constituye una intromisión. 4 Véase: http: / / www.desdecuba.com/ generaciony/ . 108 Espacios in-between La quinta y última nota, enfoca el debate intelectual del año 2007 como momento clave en el cual el espacio in-between se amplificó, los discursos se transformaron y se dio un auge de memoria crítica. Los blogs y el espacio virtual Un efecto de la globalización medial es que el Internet y los medios de transmisión de datos - como el pen drive o el DVD - se han convertido en los medios más importantes del espacio in-between, medios que el sistema totalitario de Cuba no consigue suprimir. Por el contrario, el celular y la cámara integrada, que tuvieron un papel importante en las revueltas recientes en Irán como herramientas de acción directa, parece que en Cuba todavía no están teniendo tanto impacto. El Internet y los dispositivos de memoria han hecho posibles dos puestas en escena de voces transversales a las líneas de confrontación entre el sistema castrista y los grupos opositores excluidos. Éstas fueron, primero, el debate entre intelectuales en enero y febrero de 2007 sobre el así llamado “ quinquenio gris ” y, segundo, los blogs, entre los cuales destaca Generación Y de Yoani Sánchez. La primera aparición en Internet del blog de Yoani Sánchez se produjo en abril de 2007, y ya a principios de 2008 era reconocido internacionalmente. En el interior de la Isla la osada actuación de la autora recibió cada vez más atención. Un día que nos encontramos en julio de 2008 en un café en la Plaza Vieja de la Habana, pude observar yo misma que de la poca gente cubana que pasaba por esta zona de apartheid turístico, dos se dirigieron directamente a ella con gestos de reconocimiento y respeto. Aunque el acceso directo al blog era y es casi imposible en Cuba, en este momento el reconocimiento en el interior de la Isla ya había crecido tanto, que el mismo Fidel Castro, si bien suprimiendo el nombre de su contrincante, se refiere a Yoani Sánchez de manera discriminante en la introducción a “ Fidel, Bolivia y algo más . . . ” (Fernández/ Flores/ Ramírez 2008) - otro producto del culto personal en el sistema castrista, extensamente distribuido y alabado por las redes oficiales. De esta manera, él mismo se puso en escena como un ridículo y grotesco Goliat en lucha contra un valiente David. ¿Por qué ese blog, en el cual no se confronta de manera directa la política dominante, sino sólo se describe la experiencia cotidiana y se reflexiona sobre asuntos culturales y civiles, provoca tanto al sistema? A mi parecer, es porque afronta preguntas irritantes de manera radicalmente transversal. El blog construye una esfera de comunicación in-between en diferentes niveles. Los textos en el blog se constituyen más allá de la frontera entre cultura alta y popular, entre lo privado y lo público, entre ensayo y diario, entre columna y reportaje, entre ensayo y estudio científico (respecto a fenómenos sociales y/ o culturales, literarios). La autenticidad del sujeto de enunciación, verificada por la experiencia de la autora, posicionada en el espacio in-between, autoriza su Barbara Dröscher 109 discurso de manera extraordinaria y produce una audiencia más allá de la separación entre l@s cuban@s dentro y fuera, así como entre l@s cuban@s y el público internacional. La vulnerabilidad y precariedad de la posición del actor en el espacio inbetween se manifestó el 6 de noviembre de 2009 de una manera aterradora: Yoani Sánchez fue atacada y secuestrada por policías vestidos de paisano, que la amenazaron y golpearon brutalmente. Usar comandos clandestinos para oprimir voces críticas es una práctica conocida de regímenes dictatoriales. El sistema, resentido y celoso de lo subversivo y agudo de la intervención cultural de Yoani Sánchez, cuya voz no consigue suprimir, recurre otra vez a la violencia directa. Pero, por suerte, hoy en día un acto tan infame no queda sin respuesta. Una carta de protesta, que fue difundida por Internet después del acontecimiento, muestra que, a pesar de la opresión, existe un nuevo sector en la sociedad, ubicado en el espacio in-between, que sí se comunica y encuentra una manera de expresarse. El blog de Yoani Sánchez no es el único en Cuba. Se ha formado una red de blogs y, de esta manera, también se ha configurado un nuevo tejido cívico con una estructura de rizoma. En general, el blog y la comunicación por plataformas de Internet producen una nueva forma de escritura que, debido a la proliferación de textos y autores, a mi parecer transformará en poco tiempo de manera fundamental el concepto de literatura. Los textos se producen de modo recíproco en un proceso de comunicación y, en vez de quedarse en una recepción unilateral, recrean una comunicación directa, así que la relación entre oralidad y escritura se transforma. Parece que en Cuba esta nueva configuración del texto posee una carga política que así no se puede observar a nivel global. En este lugar específico, el blog como artefacto cultural se convierte en piedra de David contra el sistema totalitario. La polarización actual La situación que se vive en Cuba en abril 2010 (el momento en el cual escribo este artículo) me parece ejemplar y me da la oportunidad de explorar los mecanismos de posicionamiento en el espacio in-between cubano. Propongo detenernos un momento para observar la constelación presente: La campaña “ Yo acuso al gobierno cubano ” , ha adquirido un alcance inmenso, tanto a nivel internacional como dentro de Cuba. Por la red se difundió una carta de protesta, “ [p]or la libertad de los presos políticos cubanos ” 5 , que fue firmada por más de cuarenta mil personas, entre ellas 5 “ Por la libertad de los presos políticos cubanos. Por la excarcelación inmediata e incondicional de todos los presos políticos en las cárceles cubanas; por el respeto al 110 Espacios in-between más de trescientos intelectuales y actores culturales nacionales e internacionales. Firmaron algunos destacados representantes de la literatura actual latinoamericana, como Jorge Volpi y Carmen Boullosa, y también Pedro Almodóvar y Claus Leggewie se encuentran en la lista. La carta pretende impedir “ que el gobierno de Fidel y Raúl Castro continúe eliminando físicamente a sus críticos y opositores pacíficos ” . A mi parecer, el énfasis en el tratamiento represivo, no capta el carácter del sistema totalitario cubano. Éste puede captarse más bien en el proliferante susurro polifónico recogido por la autora mexicana-cubana Julieta Campos en su empeño de narrar la isla. 6 Sin embargo, el acto de firmar la carta es, para muchos, la única posibilidad de hacer pública su opinión en este momento sin seguir la demanda del poder de condenar los actores de la huelga. Como es documentado en el blog en un listado de “ figuras públicas ” 7 , en la campaña participa un gran número de escritores y artistas cubanos que, en su mayoría, no son representados por la institución oficial del sector intelectual cubano, la Unión de Escritores y Artistas Cubanos (UNEAC). En cambio, los iconos de la música cubana con fama “ revolucionaria ” , Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, tienen acceso a los medios de comunicación internacionales y se posicionan de manera independiente, comentando y distanciándose de la política actual del gobierno y demandando cambios fundamentales. ejercicio, la promoción y la defensa de los derechos humanos en cualquier parte del mundo; por el decoro y el valor de Orlando Zapata Tamayo, injustamente encarcelado y brutalmente torturado en las prisiones castristas, muerto en huelga de hambre denunciando estos crímenes y la falta de derechos y democracia en su país; por el respeto a la vida de quienes corren el riesgo de morir como él para impedir que el gobierno de Fidel y Raúl Castro continúe eliminando físicamente a sus críticos y opositores pacíficos, condenándolos a penas de hasta 28 años de cárcel por “ delitos ” de opinión; por el respeto a la integridad física y moral de cada persona; firmamos esta carta, y exhortamos a firmarla a todos los que han elegido defender su libertad y la libertad de los otros. ” En: http: / / orlandozapatatamayo.blogspot.com, (3/ 4/ 2010). 6 En las últimas semanas de mi estancia en Cuba leí la novela “ La forza del destino ” (2003) de Julieta Campos, cubana que ya antes de la Revolución residió en México, donde asumió un papel importante en el sector cultural y político en el contorno del PRD (Partido de la Revolución Democrática). En las primeras 58 páginas de su novela metahistoriográfica sobre la Isla recoge voces múltiples de dentro y fuera de la Isla. Quedé sorprendida por reencontrar en “ las voces que se derraman sobre el Malecón ” muchos comentarios que había oído más o menos en secreto durante mi estancia, y que había percibido como nuevos, auténticos y originales. ¿Cómo podía ser que en el transcurso de más de cinco años que pasaron entre la redacción de la novela y mi lectura no había cambiado nada? La pregunta fue el motivo de buscar voces diferentes. Ni las encontré en el Malecón, ni en las calles de La Habana, sino las encontré en el espacio virtual del Internet, en el lenguaje gestual de la danza contemporánea, en la música del grupo musical “ Interactivo ” , en algunos libros y en el teatro interactivo. 7 http: / / orlandozapatatamayo.blogspot.com/ p/ figuras-publicas.html, (15/ 4/ 2010). Barbara Dröscher 111 El primero de abril, dos semanas después del pronunciamiento provocador del secretario de la UNEAC, mencionado al inicio del artículo, la UNEAC publicó una carta contra la declaración de la UE, firmada, entre otros, por dos representantes del sector intelectual cubano, Roberto Fernández Retamar, presidente de La Casa de las Américas, y Miguel Barnet, presidente de la UNEAC. Primero se insiste en la libertad de todos los prisioneros políticos en el mundo - sin mencionar ni excluir a los cubanos. Después se expresa un pésame profundo respecto al “ fallecimiento del preso común Orlando Zapata ” , negándole de manera humillante el reconocimiento como preso político. En el centro del argumento se halla el terminante rechazo a la intervención europea. El caso evidencia el dilema de los dirigentes del sector intelectual: por un lado, muestran suficiente honestidad (¿o dignidad? ) para no repetir la negación de los crímenes contra los derechos humanos en Cuba. Por el otro, adoptan la actitud de pretender definir qué posturas representan una crítica legítima y cuáles no. Su estrategia discursiva se funda en constatar la unidad de todos aquellos que defienden la independencia de la Isla. El límite discursivo se establece, de esta manera, en relación a la posición de la UE. De este modo tratan de incluir sectores que critican el tratamiento en las cárceles cubanas, sin autorizar la posición de los prisioneros como crítica legítima. Se revela, en este sentido, una fina fisura que diferencia su discurso de la denunciación y exclusión de los firmantes de la carta de protesta, efectuada en la ‘ Pronunciación ’ del secretario de la UNEAC. La Pronunciación del secretario tiene que haber avergonzado a los miembros de la UNEAC que son críticos de la represión. No obstante, mi esperanza de conocer las reacciones de los críticos más destacados en el debate del 2007, que presentaré más abajo, se ha frustrado hasta el momento. Parece que hasta ahora, Ena Lucía Portela es la única escritora, miembro de la UNEAC, que se ha posicionado de manera diferente. El 2 de abril Cubaencuentro anunció: La escritora cubana Ena Lucía Portela, que reside en La Habana, ha suscrito la carta que pide la excarcelación de los presos políticos cubanos y el respeto de los derechos humanos por parte del régimen castrista [. . .]. Con esta decisión, Portela, que ganó el Premio Juan Rulfo de Cuento en 1999, se convierte en la primera integrante de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) que se desmarca de la línea oficial. 8 La valentía de Ena Lucía Portela corresponde a la rigurosidad de sus textos. 8 http: / / www.cubaencuentro.com/ es/ cuba/ noticias/ lucia-portela-firma-la-carta-por-lalibertad-de-los-presos-politicos-233122, (15/ 4/ 2010). 112 Espacios in-between Impresiones de la literatura actual a. Ena Lucía Portela, voz fuerte e irritante de la literatura cubana actual A veces la contingencia me sorprende. El día que me dispuse a seguir redactando la conferencia para el simposio Cuba 50 años después: la Revolución revis(it)ada, justo después de haber cerrado el libro en el cual Fidel Castro discrimina a Yoani Sánchez, recibí uno de estos frecuentes correos de un tal Pablo Agrest Berge en el cual nos presenta a los lectores hispanistas, con su diligencia infinita, autores y especialmente autoras de América Latina y sus obras. Precisamente ese día presentó a Ena Lucía Portela como “ recognized as one of the outstanding stars of recent Cuban fiction ” . 9 La autora nació en 1972 en Cuba y vive ahí, publica textos literarios y ensayos tanto dentro como fuera de la Isla. Como es de suponer, Ena Lucía Portela circuló en la Isla hasta hace poco todavía como “ autora del porvenir ” . Yo la conocí a través de la recomendación de una estudiante. Ella me facilitó el tomo de cuentos Una extraña entre las piedras (1999). La lectura puede producir escalofríos. A través del prisma de unas existencias extremamente marginalizadas que viven alrededor del cementerio Colón de La Habana, los cuentos presentan un panorama oscuro de los márgenes de la sociedad cubana. Es una revisión sin concesiones de la situación durante el período especial en el país. Mientras que este libro y otros cuentos fueron publicados en la Isla, la extraordinaria novela Cien botellas en la pared (2002) circula como mercancía de contrabando de mano en mano. Se publicó en Madrid con un tiraje muy reducido. A pesar de que recibió dos premios internacionales, el Premio Novela Jaén y el Prix Littéraire Deux Océans, el libro no se puede conseguir ni siquiera en España. En 2007, la recién fallecida crítica literaria cubana Nara Araujo se refiere a la novela públicamente en un número de la revista la Gaceta especialmente dedicado a mujeres novelistas. Afirma: El amplio registro lexical, la narratividad, el uso de humor, el sarcasmo, el tejido intertextual, el desarrollo de la anécdota, [. . .] un relato animoso, vibrante, que [. . .] combina lo monstruoso con lo jovial y usa la hipérbole, mostrando una inquietud ética: la denuncia de la violencia reinante. (Araujo 2007: 4) Tanto la simbología del lugar marginal como los materiales, así como la basura y el líquido corporal, la violación y el deseo, evocan en los dos libros la “ literatura sucia ” , así que cabe hacer aquí la comparación con Pedro Juan Gutiérrez. Aunque, desde mi punto de vista, su Trilogía sucia de La Habana (1998) se puede leer como deconstrucción del machismo y por ello como 9 Correo electrónico de Pablo Agrest Berge [mailto: pagrest@stockcero.com]. 3 de noviembre 2009, 10: 36: Nine short stories by dazzling young Cuban writer Ena Lucia Portela, annotated and US printed. Barbara Dröscher 113 alegoría del sistema castrista (muchas veces la crítica ignora esta cualidad), resulta aún más interesante la novela de Ena Lucía Portela. En el centro de la novela tenemos tres personajes principales: Moisés el déspota, delirante ex-funcionario alcohólico al borde de la esquizofrenia; Zeta, la gorda masoquista y narradora en primera persona, y Linda, la escritora feminista posestructuralista judía. A primera vista el triángulo del deseo que nos presenta la autora ya en el primer capítulo parece invitar a una lectura bajo el concepto de alegoría nacional. Moisés, que enuncia un discurso monológico penetrante, tiene un cuerpo masivo y es barbudo, evoca la imagen del Comandante en Jefe. Maltrata y satisface a su amante Zeta al mismo tiempo. Por el otro lado, Linda, la más querida amiga de Zeta, que busca con una postura intelectual transnacional el dominio ideológico, impone a Zeta su crítica radical al machismo. Zeta, la mujer objeto, se encuentra en medio de los dos protagonistas. De manera pícara se identifica frente a sus contrapartes como ingenua y como no intelectual, a pesar de que su discurso revela una educación sólida y la habilidad de desarrollar estrategias de supervivencia. En el transcurso de la convivencia, la historia de la destrucción del macho se desarrolla en dirección contraria al Entwicklungsroman de Zeta. Ella finamente alza la voz y escribe la historia de sus cuatro años y medio de lucha. De esta manera, espera poder asumir una posición autónoma y prepararse para el nacimiento de su hijo, fruto de la relación violenta. Sin embargo, la aparición de una cuarta protagonista, Alix, la joven amante de Linda y posterior compañera de vivienda de Zeta, cambia la escena y lleva a una resolución radical del conflicto, con la cual se decide la lucha por el poder. Alix promete solucionar el problema de Zeta. Moisés muere por una ‘ involuntaria ’ defenestración, con la cual mata a la vez grotescamente a un enemigo de Zeta. La alusión a la defenestración de Praga (27) señala un subtexto político. La alegoría nacional es subvertida y resulta ser transformada en un nuevo escenario con cuatro polos. La vasta ironía de la narración y la puesta en escena de los márgenes queer de La Habana se combina con el juego intertextual, interdiscursivo y la deconstrucción metatextual cervantina de la autoría en el libro. Las transgresiones culturales y la irreverencia respecto a posiciones fijas abren un espacio in-between dinámico, en el cual, por un lado, la consigna “ libertad o muerte ” se pone en práctica y, por el otro, Zeta queda felizmente embarazada. La narración que se desarrolla en una estructura compleja y altamente fragmentada está saturada de imágenes. La situación refleja la escasez y el desastre social de los años noventa. La voz narrativa homodiegética y autodiegética es muy cubana, y evoca a una mujer fuerte que lucha para sobrevivir en un espacio marginal. La narración se apropia a la vez de discursos globalizados y los localiza de manera sorprendente en el barrio de El Vedado de La Habana. Da cuenta de manera incondicional de crueldades y de lo grotesco, y también de amor, del deseo y del sado-masoquismo, de la 114 Espacios in-between atracción y aversión por diferencias del género, raciales, culturales y sociales. Los personajes, mujeres y hombres con identidades reventadas, heterosexuales y homosexuales, son de una u otra manera queer dentro de un ámbito intelectual, semi-marginalizado, de flujo y precariedad. En los cuerpos sexuados se inscriben la violación y el deseo. En este mundo cotidiano caótico y brusco se entretejen la memoria del holocausto con los proyectos humanos fracasados. Más allá de una lectura superficial que se fija en las referencias a la llamada literatura sucia o a la feminista, se puede presenciar un movimiento transversal de claim identities, que corresponde al concepto de la “ identidad relación ” de Glissant (1996). En la más reciente novela, Djuna y Daniel (2007), Ena Lucía Portela retoma la referencia a Djuna Barnes que ya aparece en Cien botellas en la pared. La narración se sitúa ahora en el París de los años veinte del siglo pasado. Al focalizar la pareja de interlocutores Djuna y Daniel, reescribe Nightwood de Djuna Barnes al modo de un ‘ palimpsesto borgesiano ’ . Mientras que la figura de Djuna se reclina estrechamente sobre la protagonista del hipotexto, a Daniel, figura grotesca, se le otorga un nuevo papel como protagonista y una historia personal mucho más vasta. Situando su novela, de esta manera, en un cronotopo forastero, la autora produce una superposición de discursos e imágenes provenientes de la bohème vanguardista con los de la Cuba actual. El fracaso de las relaciones solidarias, el desborde de pasiones crueles y las transgresiones satíricas se pueden leer como una proyección con aire cubano, desilusionada respecto a cuestiones de liberación y emancipación. Todas las personas son maltratadas por la dependencia y el desprecio. Es notable que esta novela, con su desterritorialización del discurso de la liberación y su desinterés por cierto discurso de la nación, fue una de las nuevas ediciones representadas en la feria del libro de 2008 en Cuba con un tiraje espectacularmente alto y por ello accesible. b. Reinaldo Montero, escenas de la transgresión de fronteras Reinaldo Montero es el segundo autor que me convenció por su escritura cuando yo buscaba acceso a la literatura actual, escrita en la Isla. El autor es reconocido en el sector intelectual cubano por sus obras de teatro y su narrativa. Aunque sus libros se presentan públicamente en el estante de nuevas adquisiciones de la Biblioteca Nacional, no son ampliamente distribuidos por las instituciones oficiales. Su novela corta Música de cámara (2004) trata de un traspaso de fronteras en un segmento no marginal de la sociedad. Dos parejas se desplazan durante un fin de semana a una cabaña de recreo en la Laguna del Tesoro con el propósito de “ gozar al margen de la satisfacción del deseo ” (41). Una de las parejas está integrada por un alto funcionario y su esposa ‘ macha ’ . La otra la componen un hombre letrado y desilusionado, subordinado al funcionario, y su mujer. A Barbara Dröscher 115 través del discurso indirecto libre, el autor nos permite observar la percepción de cada persona desde la experiencia transgresora. En los diálogos se entrelazan el escenario erótico de las relaciones sexuales y la confrontación de los discursos del funcionario del partido con los del intelectual. La culminación de este Kammerspiel con cuatro personas se da en la experiencia de una orgía sexual, exceso de lucha por el poder masculino en la cual se entreteje el poder discursivo con lo sexual. El experimento de este viaje de fin de semana a la heterotopía de un lugar en la selva ofrece una lectura alegórica: en el espacio fronterizo, en una situación altamente densa, cargada de energía sexual y violenta, las jerarquías resultan absurdas. Es la recuperación de la autodeterminación por parte de una de las mujeres lo que pone nuevos límites éticos y salva finalmente a la humanidad, representada por los demás personajes. Con la novela metahistoriográfica La Visita de la Infanta (2005) Reinaldo Montero pone el foco en una perspectiva exterior. A la manera de un libro de viajes, redactado por un forastero, un ayudante que acompaña a la “ Infanta ” en su visita a Cuba a finales del siglo XIX, se ofrece una imagen de Cuba que difiere bastante de los mitos tradicionales de la fundación de la nación. La fuerza del retrato multifacético del deseo en tiempos de crisis, las imágenes eróticas e irritantes y la virtuosidad del lenguaje resultan sumamente graciosas, y no tienen nada de moral hipócrita. Mediante unas pocas prolepsis, la narración se conecta con la situación actual en Cuba. La correspondencia entre las impresiones historiográficas poco respetuosas sobre corrupción, insuficiencia, caprichos personales y la situación actual resalta la crítica a la autoimagen y el discurso “ revolucionario ” oficiales. También este libro fue premiado en la Isla, recibió el Premio Alejo Carpentier. De cierta manera, la novela refleja la posición in-between que ocupa el autor mismo, que se mueve entre Cuba y Europa, especialmente Alemania, por razones familiares y profesionales. Es un actor en el intercambio cultural con alemanes y trabaja de manera estrecha con la fundación Ludwig, una ONG muy importante para el sector in-between en La Habana. Censura, cansancio y paradojas en el espacio cultural Desde mi punto de vista, los discursos y artefactos más interesantes se están produciendo en la actualidad en Cuba en la zona fronteriza entre censura y publicidad oficial, en una especie de espacio semi-público. Muchas veces, en los medios oficiales se hace referencia a nuevos textos o artefactos sin que aquellos fueran accesibles, sea por censura o por su escasa reproducción. Así están presentes de una manera paradójica. Los libros más interesantes circulan como mercancías de contrabando, más o menos clandestinamente, o son editados en un tiraje tan reducido que ni los más atentos logran obtener un 116 Espacios in-between ejemplar. Otros productos del sector, como las obras de la danza contemporánea, 10 en mi opinión uno de los eventos más espectaculares, o las del cine, por ejemplo las películas de los jóvenes realizadores, 11 se pueden ver sólo en una, dos, o máximo tres funciones y su efecto se pierde en el ruido que producen presentaciones del ballet convencional y los eventos kitsch y de mal gusto folclórico promovidos por las instituciones del turismo. No es una novedad que el afán del arte por burlarse de la censura muchas veces fortalezca producciones refinadas y refuerce rasgos estéticos como la fragmentación, el flujo y la metaficción. Irónicamente la censura ha fomentado de esta manera la (pos)modernidad de la cultura en la Cuba interior. Eso, en la literatura, se traduce no sólo en estrategias particulares de narrar sino así mismo en la preferencia por géneros como la novela policíaca, la nueva novela historiográfica y la novela sucia. En este momento, sin embargo, la censura como institución que establece una frontera claramente marcada, aunque siempre controvertida en cuanto a su exacta ubicación, parece haber desaparecido. Hoy en día, la censura en Cuba es mucho menos concreta y directa, más bien se manifiesta como proceso institucional totalizador complejo que abarca tanto el poder como la internalización individual, un proceso que no sólo produce una zona de marginalidad sino asimismo un lugar de producción cultural cubano paradójico, dentro y fuera. La extraordinaria película Zona de silencio (2007) del joven realizador Karel Ducases, un documental sobre la censura, presentado en la Muestra de Nuevos Realizadores en 2008, 12 evidencia esta situación. La película misma es un ejemplo de una nueva manera de confrontar la censura. En la película se muestran entrevistas con los escritores Antón Arrufat y Pedro Juan Gutiérrez, con el trovador Frank Delgado y el cineasta Fernando Pérez, así como con el crítico de cine Gustavo Arcos. Ellos son representantes de la cultura cubana que tienen reputación y recepción internacional y también reciben reconocimiento por parte del sector intelectual en el país. Sin embargo, todavía tienen que luchar para poder presentarse con sus producciones. No sólo sus contribuciones a las entrevistas poco agitadas, más bien reposadas, indican que la censura hoy en día atemoriza menos, sino también con la articulación reflexiva de la existencia de la censura ya se transforma el discurso. La discusión no se deja limitar por la misma lucha de siempre por la ubicación de la frontera entre lo prohibido y lo permitido. El collage cinematográfico, formado por fragmentos de Fresa y chocolate indica a su vez el cansancio de la constelación continuamente reiterada. 10 Especialmente la compania ‘ Danza Contemporánea de Cuba ’ bajo la dirección de Julio César Iglesias (hijo del director Miguel Àngel Iglesias Ferrer) con piezas como Restaurante “ El Paso ” . 11 Presentados en el festival Muestra de Nuevos Realizadores del ICAIC. 12 Accesible en youtube: http: / / www.youtube.com/ watch? v=rA5cVkCvY6I, (7/ 04/ 10). Barbara Dröscher 117 No obstante, el espacio in-between no sólo es la base de la creatividad de los actores, sino al mismo tiempo es aprovechado por el sistema de manera paradójica. En el verano de 2009, Desiderio Navarro, uno de los intelectuales cubanos más destacados, tuvo que protestar públicamente en contra de la doble moral del periódico del partido, Granma. El Régimen se adornó, por un lado, en su página web internacional con el Premio Príncipe Claus que el crítico había recibido por su incansable afán por facilitar la entrada en la Isla de las contribuciones innovadoras de la teoría cultural a través de su revista Criterios. 13 Sin embargo, el premio fue totalmente silenciado en el discurso gubernamental dirigido al interior de la Isla. De manera inversa, en la novela La burbuja de Gleyvis Coro Montanet, Premio Cirilo Villaverde de la UNEAC 2006, se puede leer lo siguiente: “ El problema del realizador en Cuba hoy no es el mismo de hace seis o siete años, no es la batalla contra la censura, las cosas han cambiado. ” (2007: 22) En el texto perdura un resabio cínico. La declaración, con su eco entre artistas y el aparato político, es pronunciada aquí por el personaje “ IM ” dentro del equipo de los realizadores y es complementada por el argumento de que “ el problema aquí [. . .] es el de vivir sin dejarse afectar por los cánones del capitalismo ” (22). La cita es significativa: la delimitación actual entre compañeros y enemigos, establecida por el sistema totalitario, funciona en relación al acceso a las redes internacionales. La represión directa, tanto como la que funciona mediante los mecanismos de persecución por los agentes de la seguridad, se da siempre y cuando se trata de una voz independiente y/ o del espacio in-between que llega a tener un eco en el exterior y cuyo mensaje vuelve, a través de este desvío, a Cuba con cierta autorización y fama. El debate en Internet A principios del 2007 se formó un debate por correo electrónico que proliferó como un sistema de bolas de nieve. Un programa de Televisión Cubana había rendido homenaje a Luis Pavón, uno de los responsables de la política estalinista en los años setenta, sin mencionar su papel en este período. Con el nombre de Pavón se asocian el dogmatismo, la censura y la represión. El llamado “ quinquenio gris ” es recordado especialmente por la persecución de la diferencia sexual e ideológica. No fue la primera vez que se dio una provocación de este tipo, pero en este caso no quedaba claro si se debía a la ingenuidad o si formaba parte de una estrategia para avisar de una nueva coyuntura de represión. La reacción fue espontánea y parecida a una erupción. El escritor Jorge Ángel Pérez difundió masivamente un email en el cual 13 Más sobre Criterios véase: http: / / www.criterios.es/ 118 Espacios in-between protestó contra “ el dislate tan absurdo ” y el investigador y traductor Desiderio Navarro - mencionado ya anteriormente - envió, por su parte, otro mensaje en el que recordó los efectos destructivos de las persecuciones entonces y planteó la pregunta por la responsabilidad de los intelectuales. Dice: Sin el silencio y la pasividad de la casi totalidad de ellos [. . .] el “ quinquenio gris ” o el “ pavonado ” , como ya entonces lo llamaron muchos, no hubiera sido posible, o en todo caso, no hubiera sido posible con toda la destructividad que tuvo. Con contadas excepciones, entre los intelectuales, los heterosexuales (incluido los nohomofóbicos) se desentendieron del destino de los gays; los blancos (incluidos los no-racistas), de la suerte de los negros reivindicadores; los tradicionalistas, del destino de lo vanguardistas; los ateos (incluidos los tolerantes), de las vicisitudes de los católicos y demás creyentes; los prosoviéticos, de la suerte de los antirealistasocialistas y de los marxistas ajenos a la filosofía de Moscú, y así sucesivamente. (Navarro 2008: 8) El mismo día respondieron los reconocidos escritores Arturo Arango y Reynaldo González. Los mensajes fueren enviados a una larga lista de destinatarios e impulsaron un debate sin precedentes por su alcance público y por desarrollarse en un espacio no controlado por las instituciones pero tampoco marginalizado o excluido. Ya en los primeros dos meses hubo más de doscientas intervenciones. Los archivos pasaron de mano en mano por disquete, el medio usado antes de que entrara el pen drive en Cuba. Obtuve ciento veinte páginas impresas ya en febrero y, al leerlas, me pareció una de las novelas más interesantes de toda la literatura que había conocido en Cuba. Esto era la recuperación de la memoria, un movimiento de alud. De los participantes mayores se pudieron leer recuerdos hasta entonces nunca articulados públicamente, cejas oprimidas, autorreflexiones sobre la actitud personal, muchas veces autorreproches por haber callado durante tanto tiempo, reflexiones sobre las condiciones políticas en los años sesenta del siglo XX, críticas a la política estalinista con referencias en pro y en contra de las palabras de Fidel Castro. Argumentos que señalaban un cambio fundamental desde entonces y argumentos que apuntaban a los rasgos todavía persistentes de la política estalinista. En las contribuciones de autores de la generación posterior a la directamente afectada se discutió también sobre paralelismos con la situación actual. Era enero/ febrero del 2007. En este momento de transición del poder - Fidel Castro enfermo y retirado ya durante unos cuatro o cinco meses, la toma del poder por Raúl Castro todavía carente de claridad en cuanto a sus consecuencias - el aparato político reaccionó de manera más abierta de lo esperado. La protesta logró establecer un convenio sobre la apertura de la discusión, se acordó abrir el debate para un público más amplio y se proyectó una serie de conferencias sobre la política cultural, organizada por la revista Criterios. La primera reunión ya produjo problemas porque los funcionarios, representados por los responsables de La Casa de las Américas, se mostraron Barbara Dröscher 119 incapaces de abrir el espacio para los jóvenes. La participación era limitada a un auditorio invitado por la UNEAC. Los sectores académicos que yo pude observar en ese momento reaccionaron de distintas maneras. En mi departamento de Lengua Extranjera Alemana, por ejemplo, los colegas mayores - socializados en la RDA - se negaron a tomar nota de lo que conmovió a una gran parte del sector intelectual. Por lo contrario, en la Facultad de Artes y Letras se organizaron conferencias sobre el debate, omitiendo al mismo tiempo cuidadosamente el contacto hacia afuera. El debate no se limitó a trabajar la memoria de una época en el pasado, sino que llegó a articular una crítica fuerte de los efectos y las consecuencias actuales de una política totalitaria en el sector de la cultura, de la educación y en el ámbito académico. Hubo tres características que a mí me parecen claves: 1. El debate se abrió para cada cubano y/ o cubana, independientemente de si vivía en la Isla o en el exterior. Se insistió en la heterogeneidad y en la discusión abierta para todos, sin importar si se participaba desde dentro o fuera, desde el aparato o desde el exilio. 2. L@s participantes firmaron con nombre, es decir, el debate no fue anónimo. 3. La delimitación, marcada por Fidel Castro en 1971, a través de la consigna de que todo lo que sirviese a la Revolución estaba permitido, fue deconstruida a partir de este momento. Lo que en el pasado había sido aceptado por este sector como condición dada, aunque la ubicación concreta de la línea y su desplazamiento siempre fueron objeto de lucha en aquel momento, fue cuestionado. Con ello se disputó sobre la existencia de un límite político como tal, el cual fue analizado por los críticos más rigurosos como dispositivo de poder. El debate tuvo un impacto incluso en el congreso de la UNEAC en la primavera del 2008, donde en un espacio semi-público se discutió la situación desolada de la sociedad, se advirtió de una distancia de la generación joven al llamado “ proyecto revolucionario ” y se afirmó abiertamente el fracaso de la política cultural. Este debate se convirtió en un evento público, no sólo por la franqueza con la cual se habló, sino también por la vasta documentación en la televisión y por la importancia que se le otorgó en los medios oficiales así como por los intentos públicos de los seguidores de Fidel Castro de disminuir la importancia de su mensaje. En una de las pocas emisiones culturales de la televisión no totalmente oportunistas, el Diálogo abierto, la contribución al congreso del historiador de La Habana, Eusebio Leal, fue clasificada como la más importante por los nuevos representantes de la UNEAC, entre ellos el nuevo presidente de la UNEAC, Miguel Barnet, y Mariela Castro. Ella es una de 120 Espacios in-between las figuras centrales en el espacio entre aparato político y sector marginado. En su función como directora del Centro de Educación Sexual juega un papel clave para la difusión de las teorías más avanzadas sobre género y para la apertura de espacios para la diferencia sexual. Ella es además hija de Raúl Castro y aparentemente su interlocutora familiar. En la conferencia de Eusebio Leal - personaje siempre moderado en la manera de presentar su posición - se marcó uno de los cambios más importantes en los discursos públicos de entonces: el traspaso de la diferencia a las diferencias y la insistencia en la heterogeneidad de la sociedad en cuanto a preferencia sexual, etnicidad, convicción política o confesión religiosa. En este respecto, es sustancial también el reemplazo del criterio de la afirmación de la ‘ revolución ’ por la defensa de la independencia de la nación. Además me parece significativo que la palabra ‘ pluralidad ’ consiguiera obtener un papel central. Leal dijo: [Y]o no me avergüenzo de los que están afuera - siempre y cuando no hagan armas contra la patria que los vio nacer o levanten su mano contra el que les dio nombre, ¡siempre y cuando! Porque, de lo contrario, tendría que decir que son hijos míos todos los que luchan por la independencia de Cuba, como dijo una vez el Padre fundador. (2008) No es sólo significativo que el gran mito nacional, José Martí, figure esta vez como referencia central en un discurso sobre la pluralidad, sino también que en el contexto de la memoria nacional el historiador Leal evocara además a esas figuras que hasta pocos años anteriores habían sido marginales. Y asimismo insistió en el derecho a la diferencia y demandó: Es necesario que cuando vean pasar a uno cualquiera de nosotros, que sea singular, lo respeten y lo estimen; que no digan nunca, como afirmábamos al principio de la Revolución: “ Ahí va un negrito ” ; que no digan nunca más: Ahí va un homosexual [. . .]. Ya que tanto hemos luchado por la libertad, que se respete nuestra singularidad. Eso es lo que hemos logrado en esta reunión, y por eso hemos llegado hasta aquí. (2008) En los siguientes meses se podía tener la impresión de que también la nueva cúpula del régimen se apropió de este cambio de discurso, la aparición y desaparición de la palabra ‘ revolución ’ parecía marcar la respectiva posición en la lucha por el poder dentro del aparato entre los llamados Fidelistas y los afilados a Raúl Castro. Sin embargo, ya en ‘ el año 50 de la Revolución ’ esta diferencia se había borrado de nuevo y las señas apuntaban mucho menos en dirección de una apertura. Hoy en día, el espacio in-between parece otra vez más estrecho y precario. Bibliografía: Araújo, Nara (2007): “ Más allá de un cuarto propio: trece novelas en pugna en el siglo XXI ” , en: La Gaceta de Cuba. No. 000379, marzo/ abril 2007. Ediciones Unión. Barbara Dröscher 121 Campos, Julieta (2003): La forza del destino. México D. F.: Alfaguara. Coro Montanet, Gelyvis (2007): La burbuja. La Habana: Unión. Fernández M., Nicolás/ Flores A., Edwin/ Ramírez S., Ramiro (2008): Fidel, Bolivia y algo más . . . . La Habana. Glissant, Édouard (1996): Introducion à une poétique du diverse. Paris: Gallimard. Gutiérrez, Pedro Juan (1998). Trilogía sucia de La Habana. Barcelona: Anagrama. Leal, Eusebio (2008): Intervención de Eusebio Leal en el VII Congreso de la UNEAC, Palacio de las Convenciones, el 2 de abril de 2008, en: http: / / www.uneac.org.cu/ , (4/ 4/ 2008). Montero, Reinaldo (2004): Música de cámara. La Habana: Letras Cubanas. Montero, Reinaldo (2005): La visita de la Infanta. 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Y entonces todavía se podía constatar que los literatos de la primera y segunda generación solían proyectar desde fuera sus nostalgias e idealizaciones en escenarios de la Isla. Ahora en cambio, transcurrida una generación más de artistas y escritores, pongamos que la tercera postrevolucionaria, el alejamiento de la patria ha crecido desde la tradicional literatura de emigración, y como síntoma de tal cambio, aumentan los escenarios ficcionales situados en el país de acogida. Y tanto más en EE. UU. donde los cubano-americanos y Latinos, por su mera cantidad, cercanía geográfica y domesticidad continental, van conquistando terreno, cohesión y autoconfianza. No sólo llama la atención el cambio en la esfera espacial sino también en la temporal, en la nueva construcción de una tradición, una historia literaria latina de varios siglos. Son estos dos aspectos, uno topológico y el otro cronológico, los que me gustaría utilizar para señalar (o conjurar) aquí un reciente cambio paradigmático en la literatura y el arte latinos. Cabe subrayar la importancia del criterio generacional en el proceso migratorio y aculturativo, criterio que a pesar de su evidencia, se le olvidó por completo a Samuel Huntington en su polémico artículo “ The Hispanic Challenge ” (Huntington 2004) sobre los inmigrantes latinos, en el que el politólogo (fallecido en 2008) cometió dicho delito de omisión, al reprocharles, sobre todo a los inmigrantes mexicanos, su falta de voluntad asimilativa. Roberto G. Fernández, escritor bilingüe cubano-americano, que conmuta entre el castellano y el inglés como lengua de publicación de sus libros, 1 se refiere a la paulatina reducción de componentes latinoamericanos, según las capas generacionales, en el proceso de integración de los Latinos en el país de acogida. Siempre propenso a argumentos imaginativos, y carnavalescos, en su cuento “ Tatiana ” (Fernández 1997: 200), alude con una metáfora olfatoria a la lenta merma de referencias al suelo patrio cubano debida a dicha evolución generacional. 1 La vida es un special (1982); La montaña rusa (1985); Holy Radishes! (1995); Raining Backwards (1997); En la Ocho y la Doce (2001). El abuelo cubano ciego pregunta a su nieta en la playa de Miami por la dirección exacta en la que está posicionada la añorada, cercana e imaginaria Cuba, ya que le gustaría inhalar, movido por la nostalgia, la brisa que viene de su Isla. La niña, en cambio, ya únicamente asocia el nombre del lugar de origen de sus antepasados con el de otra Cuba, un restaurante playero de mala muerte en cuyos alrededores el aire apesta a ajo, cebolla y grasa. Éste es el tufo que le toca respirar al abuelo. Su fortalecida autoestima se transmite en tramas a menudo teñidas de humor, de distancia irónica hacia temas existenciales del grupo de la mayor minoría de EE. UU. cada vez más alejada de la región de origen. Además de la metáfora geológica de las capas y sedimentos que forman un sustrato y representan el paso evolutivo, linear de generación en generación, las hay más dinámicas que ilustran el cambio hacia la transculturalidad rizomática, hacia identidades en constante movimiento, fraccionadas, desy reterritorializadas, nunca intactas, que brotan del contacto cultural interamericano, cada vez más transhemisférico, incluso en el caso cubano. A partir de toda una serie de tales metáforas se tratará de pergeñar y fortalecer nuevos modelos espaciales en zonas de contacto. Sirvan las siguientes como ejemplo: el mangle 2 con sus raíces nómadas (y ampliamente conectadas) que sustituyen las estáticas del árbol bien arraigado y simétrico; el móvil de Calder cuya constelación o imagen cambia según su propio movimiento y el del espectador, perspectiva oscilante; el péndulo con su constante ir y venir; la figura retórica del palíndromo; o la banda o cinta de Moebius 3 . El masivo aumento de la inmigración latinoamericana en EE. UU. causa un vuelco demográfico cuestionando cualquier modelo clásico forjado en el país, en el que tantas olas o capas inmigratorias se han sedimentado ya. Además el modelo del crisol de razas u otras pretensiones asimilacionistas así como el multiculturalismo idealizador y homogeneizante o el mestizaje cultural sintetizador se ven disueltos por la presión de este fenómeno. Dichos modelos se sustituyen por fronteras que se funden y se abren a una pronunciada movilidad transterritorial y transidentitaria. Según las más recientes cifras (y especulaciones) demográficas que se barajan y que datan del 2008 - el censo del 2010 echará más luz sobre el asunto - viven en EE. UU. 46.7 millones de Latinos, más los 12 millones (muy aproximadamente) de indocumentados. He aquí además uno de tantos pronósti- 2 La analiza a fondo Ottmar Ette en su estudio Literatur in Bewegung de 2001. 3 Guillermo Gómez-Peña. La Pusmoderna 8, primavera de 1997: “ Pero la frontera no era una línea recta. Más bien se parecía a una cinta de Moebius. Sin importar donde estuviera, siempre me encontraba ‘ del otro lado ’ , fracturado e incompleto, añorando sin cesar mis otros rostros, mi otra casa, mi otra tribu. ” Citado de: http: / / www.jornada.unam.mx/ 2008/ 02/ 12/ trabajadores.html, (15/ 11/ 2009). 124 Relevo generacional en Miami cos: en el año 2042, un habitante de cada tres en EE. UU. será de origen latinoamericano. 4 Ya no podremos hablar - jerárquicamente - de una subcultura, sino más bien de una cultura paralela. La mayor minoría podría hacer de los EE. UU., a finales de este siglo, un país diferente, un continente diferente, transhemisférico, con una considerable cuota de ciudadanos bilingües. Por supuesto que en cuanto a su influencia política, financiera y jurídica cabe distinguir los Latinos del Suroeste de los del enclave de Miami, donde el legado de los adinerados exiliados cubanos, establecidos en la ciudad desde el 59 y portadores de sustanciosos capitales, se ha ido sedimentando y multiplicando durante este medio siglo. Cabe recalcar aquí que el poder de la mayoría hispana en Miami ya no queda limitado a cubano-americanos (como aún sucedía en los años ochenta y noventa), sino que la composición étnica de la ciudad se ha diversificado y expandido a Latinos de todos los orígenes nacionales de la parte meridional del continente. Little Havanna y su Calle Ocho pertenecen ya a otra época pasada, rodeada de un halo de mera nostalgia, con casitas pintadas y preparadas para visitas turísticas; la vida bullente se ha mudado a otros barrios. En 2007 vivían 1.6 millones de cubanos en EE. UU. (de los que un 68 % residía en La Florida), la mayoría con nacionalidad norteamericana; estimamos que actualmente o en un futuro cercano podrían ser 2 millones, es decir, la sexta parte de la población cubana. En Miami, aún en 1980, un 70 % de los Latinos, es decir, la cuarta parte de la población era cubana; a partir de mediados de los años noventa, en cambio, fueron disminuyendo, hasta llegar a un 52 % en 2006, equivalentes a unos 650 000 cubano-americanos. El “ gueto ” cubano (también la Cuban American National Foundation, CANF) va perdiendo terreno, lo que se pudo observar en los votos de las últimas elecciones presidenciales: el 84 % de los cubano-americanos mayores de 65 años votaron a McCain, el 55 % de menores a esa edad votaron a Obama. 5 Sus ingresos, la tasa de propiedad de vivienda y el nivel de educación están muy por encima del de los demás Latinos. 6 Miami representa hoy, entre las metrópolis latinas, una zona transcultural impresionante, quizás un modelo orientado hacia el futuro desarrollo de otras ciudades. En una óptica panamericana, Miami funciona como capital secreta 4 Cf. http: / / noticias.terra.com/ articulo/ html/ act1375089.htm, (15/ 10/ 2009). 5 Cf. http: / / murciaconfidencial.blogspot.com/ 2008/ 11/ barack-obama-nuevo-presidentede.html, (15/ 11/ 2009). 6 Por ejemplo, más del doble de los cubanos poseen un diploma universitario. Cf. http: / / www.abogada.com/ abogados/ cuba/ lawyer/ Cubanos_en_Los_Estados_Unidos, (15/ 11/ 2009) Yvette Sánchez 125 de Latinoamérica, 7 zona de tránsito, plataforma para el tráfico naval y aéreo, 8 además como centro bancario, turístico y de la industria recreativa. Hay dinero: se están construyendo nuevos edificios (condominios, por ejemplo) a un ritmo vertiginoso: las grúas se elevan por doquier. 9 Tras el éxodo de la minoría blanca, angloamericana (más de 100 000 se fueron en la pasada década), surgió aquella irónica pegatina de coche (tan citada, también por Samuel Huntington): Will the last American to leave Miami please bring the flag! El sobresalto demográfico ha aportado cambios en la cultura, primero en la popular: deporte, comida, música. En la industria recreativa, la ciudad bate todos los récords: la producción de música popular, de telenovelas, los medios de comunicación masiva, todo se concentra en Miami donde, en los pasados años, se produjeron, por ejemplo, más discos compactos que en toda Latinoamérica; 10 y no hay estrella de cine, de música popular o de deporte que no tenga su primera o segunda residencia en Miami. A base de una buena dosis de estereotipos, el negocio va viento en popa, y las celebridades aprovechan el valor mercantil de sus “ raíces ” latinas, sobre todo los tradicionales cubanoamericanos. 11 El hype latino se hace notar con creces también en la literatura, el arte o el cine. 12 La producción artística recibió nuevos impulsos especialmente desde que se estableciera en la ciudad la feria de Art Miami-Basilea y con ella un sinfín de galerías. En los barrios contiguos Design District y Wynwood (al norte de Midtown), se ha venido configurando una bullente escena de arte latina, donde, 7 Especialmente del Caribe y los países del subcontinente geográficamente más cercanos, Venezuela y Colombia, pero también van llegando muchos argentinos. 8 Lo ilustra muy visiblemente el Aeropuerto Internacional de Miami, enteramente en manos de Latinos. 9 Y los urbanistas se han dado cuenta de que cabe aprovechar también la dimensión vertical, para que no siga extendiéndose tan incontroladamente la superficie metropolitana, con lo que se cambia la arquitectura miamense tradicionalmente basada en casas de un piso o dos como máximo. 10 La industria musical en su fórmula actual se encuentra en declive, como bien se sabe, debido al auge de Internet, después de vivir su culminación en los años noventa. La producción latina aún crecía hasta el año 2004/ 05 y ocupa el 5 - 6 % del mercado de EE. UU. (Entrevista a George Yúdice, University of Miami, el 23 de marzo de 2010). 11 Gloria Estefan, Desi Arnaz, Celia Cruz, Cameron Díaz o Andy García, por nombrar sólo a unos pocos. 12 Dejo de lado, no sólo por razones de espacio, el cine y la música latinos. Las variantes artísticamente innovadoras se hallan más en el Suroeste, entre México y los EE. UU.: Molotov con su “ Frijolero ” , Los Tigres del Norte, Julieta Venegas ( “ Me voy ” ) o Café Tacuba. Y en el cine, ya no se difunde la imagen estereotipada de los latinos propia del Zorro, West Side Story o el héroe de dibujos animados Speedy Gonzales, sino que se presentan Amores Perros, Babel, Real Women Have Curves y Sleep Dealer o, en cómics, los dibujos complejos de Lalo Alcaraz. 126 Relevo generacional en Miami en antiguos almacenes de muebles y de hogar, se han montado talleres de artistas y galerías de importantes impulsores de arte contemporáneo, como la pareja coleccionista cubano-americana De la Cruz o la galerista neoyorquina Bernice Steinbaum, quien se mudó a Miami hace diez años. Esta última cuenta entre sus artistas latinos a María Magdalena Campos-Pons (*1959, La Vega/ Matanzas), radicada en Boston desde 1991. Campos-Pons trabaja la tradición caribeña transcultural, al integrar en su obra sus raíces negras y también chinas del lado de la abuela (Freiman 2007: 13), por las que aprendió la técnica de pintar porcelana china, pero utilizando motivos obviamente cubanos, aplicados en la instalación multimedia y fotos en formato polaroid, My Mother Told Me I Am Chinese (2008; figs. 1 - 4, fotos de la autora). La pujanza de la escena de arte cubano-americana en Miami se nota asimismo en la obra de otra artista, más joven (*1974, nacida y crecida en Miami, segunda generación de madre cubana y padre hawaiano-japonés), pero ya muy establecida profesionalmente. La escultora Cristina Lei Rodríguez domestica, en sus ensamblajes, una vegetación multicolor, barroca y kitsch, de flores, plantas y árboles de plástico, hiperartificiosos, cubriéndolos además de una capa gruesa de resina, oropeles, pintura, materiales industriales (plexiglás acrílico y PVS) y formando con esta yuxtaposición de lo orgánico con lo artificial eruptivas figuras grotescas (figs. 5 - 8). Según la Figuras 1 - 4: María Magdalena Campos-Pons, My Mother Told Me I Am Chinese (2008) (fotos: Yvette Sánchez) Yvette Sánchez 127 128 Relevo generacional en Miami artista, dicha combinación refleja el contraste de Miami situada en pantanos llenos de vegetación subtropical, pero donde, en ciertos barrios (por ejemplo de Miami Beach), se cultiva una marcada artificiosidad. 13 Figuras 5 - 8: Ensemblajes vegetales artificiales de Cristina Lei Rodríguez 13 Cf. http: / / www.teamgallery.com/ production/ 591/ CLR-944Miami.pdf http: / / artblog. net/ index.php? name=2005-03-01-06-37-rodriguez, (20/ 10/ 2009). Yvette Sánchez 129 Estas dos artistas coinciden, pues, en el concepto de hibridismo de técnicas y materiales, además de compartir una base biográfica transcultural en su calidad de Latinas de ascendencia cubano-asiática. La evolución de posiciones experimentales, innovadoras de recepción internacional de artistas radicados en Miami todavía resulta reciente. Hace una o dos décadas la producción de arte de la región podría haberse tildado de convencional o tradicionalista, basada en una iconografía popular, mítica y, desde el punto de vista de la recepción fuera de los confines de la ciudad, más bien insignificante en comparación, por ejemplo, con la promoción procedente de otros focos latinos en EE. UU., como Los Angeles o San Diego/ Tijuana. Pero ahora se van consolidando nuevas estéticas a un ritmo quizás incluso más veloz que el del Suroeste. Tan sólo la galería arriba mencionada de Bernice Steinbaum o el nuevo museo, con el que los De la Cruz hacen accesible al público su impresionante colección privada, muestran la atmósfera vigorosa en el sector del arte y la amplia atención brindada y bien merecida por parte de un público exigente (Figs. 9 - 10, fotos de la autora). Figura 9: El nuevo museo que alberga la colección De la Cruz en Miami Figura 10: Galería Bernice Steinbaum (fotos: Yvette Sánchez) Ahora bien, la escena literaria de Miami se demora más en establecerse mientras que en otras zonas latinas del país se señala ya un cambio paradigmático que esbozaría así: la clásica literatura de emigración se ocupaba de temas problemáticos y agravantes, del fracaso, de dramas migratorios, soledad, prejuicios, injusticia social, nostalgia de la tierra patria, cuya imagen se hallaba las más veces congelada, detenida por un lenguaje de colorido local; últimamente estos textos tradicionales de las letras latinas son relevados por poéticas más despreocupadas, artísticamente refinadas, experimentales y, como veremos ahora mismo, teñidas a menudo de humor y una marcada actitud carnavalesca. 130 Relevo generacional en Miami No resulta difícil establecer el nexo entre expresiones del nuevo arte latino y el principio estético carnavalesco 14 que favorece la movilidad identitaria, la polifonía, la ambivalencia, estructuras invertidas (el rey bufón o el obispo pecador) y que rechaza o suprime la norma unívoca, las ideologías dogmáticas, el orden histórico hegemónico, fosilizado, oficial, el canon literario estático y jerárquico, barreras sociales y oposiciones binarias. Se aplican recursos de placer subversivo, de juego, distancia irónica, comicidad, parodia, sátira, burla irreverente y lo grotesco y excéntrico (a través del disfraz y la máscara). 15 El autor cubano-americano Roberto Fernández ha llevado el lema carnavalesco del ‘ mundo al revés ’ a un extremo irónico en la siguiente visión o ficción. En su relato “ La gira ” , se ha montado, en un - ¿será casualidad? - manglar de South Miami y observa separado por una muralla, una reserva de angloamericanos blancos, expulsados por los hispanos que han conquistado el territorio. Guías bilingües llevan a los visitantes latinos a conocer el modo de vida de los anteriores habitantes de la ciudad. La reserva se describe, a la manera del discurso de crónicas de descubridores e historiadores, como un lugar misterioso e inquietante. A primera vista, la pareja de turistas exploradores, Barbarita y Manolo, no perciben huellas humanas en aquel denso manglar 16 ; de repente sí oyen un canto “ Sometimes I feel like a motherless child/ a long way from home and thirsty. . . ” (Fernández 2001: 91). Los cantantes tienen “ cabellos de color de sol ” y sus “ ojos lánguidos ” reflejan “ el dolor de su desplazada raza ” (Fernández 2001: 93). Una de las atracciones turísticas es el refresco hecho de jugos de mangle y servido en un templo de consumo de antaño, en el que los blancos solían pasar su tiempo de ocio: un antiguo shopping-mall, ahora “ el mercado de ostras y almejas ” (Fernández 2001: 94). El “ embargo al revés ” contra los angloamericanos, en reminiscencia irónica de la situación en Cuba, hace que reine en la reserva una escasez general de víveres, y la falta de repuestos impide el arreglo mecánico de los coches antiguos en desuso (Fernández 2001: 98). “ -Luego que Vds. nos expulsaron decretaron la prohibición del paso de mercancías a South Miami. Aquí no hay Coca-Cola a pesar de que nosotros la inventamos. ” (Fernández 2001: 94). Después de la ‘ gira ’ a los visitantes los espera el autobús para devolverlos a la ciudad. 14 Según Mikail Bajtin y su influyente obra de 1941: La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento: el contexto de François Rabelais. 15 “ Para Bajtin, como para Kristeva, la máscara, como la risa, se relaciona con la transición, la metamorfosis como presunción de múltiples identidades. La máscara es la encarnación del movimiento y el cambio. ” (Casos Iglesia 2008: 1) 16 Los manglares se asientan con preferencia en los pantanos de La Florida. Flagler trajo el ferrocarril a la región en 1896, y en 1916 Miami tenía 10 000 habitantes. Yvette Sánchez 131 Si echamos una ojeada al género de la performance nos saltarán a la vista actitudes estéticas parecidas: un arte dinámico, conmutante, transterritorial que comparte con Fernández la celebración bufa del mundo al revés, y con la escultora Lei Rodríguez, la artificiosidad grotesca. En octubre de 2009, asistí a una performance de Carmelita Tropicana en Ginebra; su figura ficticia y su personalidad, sin distinguirse siempre nítidamente, encarnan un prototipo de Latina y Latino en EE. UU. Tan sólo por el nombre y su extraordinaria habilidad de captar e imitar en ambas dimensiones un marcado y auténtico concentrado de Spanglish nos trasladó de la fría Ginebra directamente a las comunidades cubano-latinas en Miami o Nueva York. Además de la Tropic Ana (alias Alina Troyano), que hubiera podido salir directamente del famoso cabaret habanero, enriquecen el género intermedial de la performance, experimental, lúdica y carnavalesca, otras importantes artistas cubano-americanas, por ejemplo, Coco Fusco y la puertorriqueñacubana-americana Marga Gómez. Entre esta última y Carmelita se desarrolló una fructífera colaboración. Las performance de ambas mujeres en configuraciones queer y transgresivas respecto a género y cubanidad, cultivan un travestismo femenino-masculino y un humor extravagante. Diferentes sedimentos y fragmentos de una identidad hacen que una mujer lesbiana encarne a una Latina estereotipada, hiperfemenina. Y en Line, las dos artistas parodian un prototipo de hombre latino, disfrazándose con guayabera, cigarros y gafas de sol, parodiando la masculinidad cubana. La figura de Carmelita es Pingalito Betancourt, conductor de guagua de la ruta M 15 en La Habana, que se autodescribe como el Antonio Banderas cubano. Otra señal del relevo generacional, social y estético, que apunta hacia una configuración cohesiva, una consistencia cada vez más sólida y un establecimiento decisivo del arte y la literatura latinos la percibimos en el intento de construcción legitimadora de una tradición, una historia literaria propia. Ésta arrancaría en la era colonial, ya que se evoca con crecida frecuencia la crónica del descubridor español de La Florida, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, que practica cierta empatía con los indígenas y evoca (postcolonialmente) un canibalismo al revés, el de los conquistadores hambrientos españoles. Una función legitimadora parecida la cumple el pilar de la época de la Independencia, José Martí, como emigrante cubano en La Florida. Reinaldo Arenas ya pertenece a los emigrados (marielitos) de las últimas décadas del siglo XX, en Miami. 17 Esta tendencia reciente a idear una tradición literaria se nota nítidamente en el proyecto antológico de Recovering the U. S. Hispanic Literary Heritage (Poyo/ Ybarra-Frausto, 2009). 17 A mediados del siglo XX, se desarrolla el movimiento politizado chicano en California y aparecen algunas voces sueltas puertorriqueñas en Nueva York. 132 Relevo generacional en Miami Un filtro histórico que se aleja del enfrentamiento directo con los problemas existenciales inmediatos de la emigración actual, se acentúa con el dramaturgo cubano-americano Nilo Cruz y su pieza ganadora del Premio Pulitzer de 2003, Ana en el Trópico, traducida al castellano por el propio Cruz quien escribe en inglés. La pieza histórica nos devuelve a los orígenes de la emigración cubana en la Florida, en Tampa, en Ybor City, y destaca el importante papel de la literatura en el proceso configurador de la comunidad cubano-americana en EE. UU. Ana en el Trópico se sitúa en 1929, en una fábrica de tabacos cubanos exportada a Ybor City, incluyendo la institución del lector contratado para instruir y entretener a los empleados muchas veces iletrados. El lector suele leer en voz alta los clásicos de la literatura universal. Elige, por ejemplo, transportar a los trópicos de Tampa a Ana Karénina, con un efecto doble, evasivo y refrigerador. El invierno ruso ayuda a amainar el calor tropical: “ Es como tener un ventilador o una nevera a mano para aliviar el calor de la noche. ” (Cruz 2004: 28). En aquella época, el Norte de EE. UU. pertenecía aún a “ otro planeta ” (Cruz 2004: 43) y los emigrados cubanos lo cubrían de los estereotipos de una tierra lejana e intentaban congelar a toda costa la tradición de la lenta y manual producción del habano y también de su consumo lento (en oposición a los modernos cigarrillos). El conflicto entre el mundo tradicional cubano y la modernidad norteamericana se traslada a los años veinte del pasado siglo, con lo que Nilo Cruz precisamente muestra la historicidad del dilema asimilador. No sólo el propio exilio cubano en EE. UU. ha entrado en años, como afirmó uno de los más renombrados representantes de los Estudios Latinos, Gustavo Pérez Firmat, con ocasión de su conferencia “ La edad del exilio ” 18 , bromeando sobre las ‘ chicas García ’ 19 que ya iban perdiendo sus dientes, más que su acento. También ha madurado la literatura. A través de los Estudios Latinos y por el lado de la recepción comprobamos que la escena va creciendo y consolidándose, en un proceso imparable. Basta echar una mirada al proyecto de la página web del Cuban / Latino Theatre Archive de Lillian Manzor de la Universidad de Miami, que recoge un sinfín de piezas, autores, espectáculos de dramaturgos cubanos tanto de la Isla como de la Diáspora (incluyendo fotos y vídeos de espectáculos). 20 Registramos como marca de la generación de literatos y artistas francamente latinos su ostensible dinámica cultural, lingüística y estética, su crecida autoestima y el santo sentido del humor. 18 Dada en Florida International University (FIU), el 22 de marzo de 2010. 19 Se refiere a las protagonistas de la novela canónica del exilio dominicano de Julia Álvarez, How the García Girls Lost Their Accent (1991). 20 http: / / scholar.library.miami.edu/ archivoteatral/ , (30/ 10/ 2009). Yvette Sánchez 133 El tono lamentador de las clásicas sagas de emigrantes, de lucha de una existencia minoritaria (el asombro ante el primer copo de nieve) y la mantenida distancia hacia el país de acogida tuvieron que ceder el paso a una buena dosis de humor e irreverencia inspiradora, subversiva, anárquica, picaresca, experimentadora, que crea tramas que reflejan situaciones cotidianas y las tergiversa carnavalescamente. En el cuento “ Kon Tiki ” de Roberto Fernández, un yo narrador relata el intento de un equipo de hotel en Miami Beach de legalizar su residencia. Después de haberse enterado de una redada en un vecino hotel, en el que también trabajaban otras personas “ sin papeles ” , cinco empleados de origen haitiano, mexicano y hondureño deciden lanzarse a un proyecto transnacional, inventando nuevas y convincentes, verosímiles historias e identidades y nombres cambiantes que simulen la nacionalidad cubana. Durante tres días, se dejan quemar por el sol y aguantar picaduras de mosquitos, 21 diseñando con ambiciones perfeccionistas una balsa rudimentaria de troncos de palma real, llantas antiguas y botellas de plástico, para poder fingir una llegada a la costa de La Florida desde Cuba, después de haber realizado supuestamente la travesía con muchas penalidades. La trampa quiere aprovechar la política fijada por la Administración Clinton en 1995 de “ Cuban dry feet get to stay, Cuban wet feet go away. ” 22 Pero a la madera de palma le sobra algo de estereotipada simulación tercermundista: la balsa se hunde bastante antes de que llegue a la costa elegida, porque se empapa de agua inmediatamente. In that precise moment, the fucking stage for our American debut was sinking. The tires, tired of keeping the drenched royal palm trunks afloat were giving up. In my great quest for authenticity, I had selected the wrong tree. Our American dream was capsizing in front of our very eyes. 23 21 Jesús Díaz creó una ficción parecida en su novela Dime algo sobre Cuba (México, Espasa, 1998), al hacer que su protagonista sufra una quemadura de sol para poder conseguir la residencia. 22 Manuscrito inédito en inglés. El original castellano se publicó en La Gaceta de Cuba 5 (sept. - oct. de 2004) y también en la antología de cuentos de Fernández sacada en Cuba y titulada Entre dos aguas (Letras Cubanas, 2007). La ‘ wet foot, dry foot policy ’ introducida por Clinton había acordado con Cuba que los EE. UU. no podían acoger a los fugitivos hallados en alta mar ( “ wet feet ” ), sino que tenían que devolverlos a su patria o mandarlos a un tercer país. En cambio, si un fugitivo sí lograba pisar la costa norteamericana ( “ dry feet ” ), podía quedarse en EE. UU. y más tarde solicitar un permiso de trabajo y de residencia. 23 Excepcionalmente he preferido citar la versión inglesa, porque su retórica es algo más atractiva y los juegos se pierden en castellano, por ejemplo, la paronomasia tires / tired de las ‘ llantas cansadas ’ o la teatralidad de la simulación del “ stage of our American debut ” . Además en otro pasaje, cuando la falsa tripulación descubre el barco de la patrulla costera, percibe su estela como “ whirlpool ” , comparación natural en empleados de un hotel de lujo. El pasaje citado en inglés procede de un manuscrito inédito que me cedió el autor. 134 Relevo generacional en Miami Uno de los postizos fugitivos cubanos se preparó pragmáticamente, al haber cubierto sus pies con materiales más eficientes: dos bolsas de plástico “ Publix Supermarket ” fijados con dos gomas que normalmente atan manojos de broccoli. El final prosaico del cuento subraya lo absurdo de la ley estadounidense. Tales visiones ficcionales contribuyen a la conciencia de modificaciones descolonizadoras en contactos culturales transhemisféricos o panamericanizados. Kon-Tiki (antiguo nombre de la deidad solar incaica Viracocha) alude a la expedición famosa de Thor Heyerdahl quien, en 1947, quiso probar (y lo logró en 101 días) la posibilidad de que una simple balsa pudiera cruzar, en la era precolombina, los 7000 kilómetros del Pacífico entre Polinesia y el continente americano. Heyerdahl utilizó materiales locales siguiendo técnicas de construcción autóctonas transmitidas por los conquistadores españoles. Fernández impregna su narrativa de un discurso colonial burlándose de la expedición falsificada entre los dos hemisferios americanos y de la imagen romántica homogeneizante rotundamente fracasada del simulador yo mexicano. Las intransigencias del exilio se van superando en la así llamada Generación Ñ de Miami. Los bloques nacionales se han vuelto difusos, más contaminados y más “ hyphenated ” que nunca: ahora tenemos delante un compuesto de capas, en el que se alimenta y crece un nuevo organismo bajo la etiqueta de Latinos. Moraleja: el vicio, el ‘ vice ’ de Miami ya no lo aportan los cubanos exclusivamente. Bibliografía Álvarez Júlia (1991): How the García Girls Lost Their Accent. New York: Plume. Bajtin, Mikail (1941): La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento: el contexto de François Rabelais, Madrid: Alianza. Caso Iglesias, Javier (2008): “ Mijaíl Bajtin y Julia Kristeva: La lógica del carnaval y su base filosófica ” , en: http: / / www.wikio.es/ article/ 71447936, (22/ 10/ 2009). Cruz, Nilo (2004): Ana en el Trópico [2003]. Nueva York: Theatre Communications Group. Díaz, Jesús (1998): Dime algo sobre Cuba. México: Espasa. Ette, Ottmar (2001): Literatur in Bewegung. Raum und Dynamik grenzüberschreitenden Schreibens in Europa und Amerika. Weilerswist: Velbrück. Fernández, Roberto G. (2000): En la Ocho y la Doce. New York: Houghton Mifflin. Aquí va el original castellano: “ Efectivamente, aquella chingada [término mexicano estereotipado] plataforma se estaba hundiendo. Los troncos de palma se habían enchumbado, y las llantas, digo las gomas, no lograban mantenernos a flote. Parece que en mi afán perfeccionista había escogido la madera menos indicada. El Sueño Americano se nos iba a pique, y a pesar de que la corriente nos favorecía, los troncos se hinchaban cada vez más. ” (Fernández 2006: 90 - 91). Yvette Sánchez 135 Fernández, Roberto G. (1988/ 1997): “ Tatiana ” en: Raining Backwards. Houston: Arte Público Press, 200. Fernández, Roberto G. (2006): “ Kon Tiki ” , en: Entre dos aguas. La Habana: Letras Cubanas. 84 - 92. Freiman, Lisa D. (2007): María Magdalena Campos-Pons. Everything is Separated by Water. New Haven/ London: Indianapolis Museum of Art/ Yale University Press. 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Madrid/ Frankfurt: Iberoamericana/ Vervuert, 163 - 176. 136 Relevo generacional en Miami Revis(itac)iones literarias e intermediales Gesine Müller (Potsdam) Del pueblo al público o la revolución cubana revis(it)ada por parte de los autores del boom El boom y la revolución cubana “ [. . .] si en algo tuvo unidad casi completa el boom [. . .] fue en la primera fe en la revolución cubana ” (Donoso [1971] 1983: 46) 1 , dice el autor chileno José Donoso en su primera mirada retrospectiva sobre el boom de la literatura latinoamericana en su libro Historia personal del boom, del año 1971. No es una casualidad que la Revolución, en un principio, representara para todos estos autores del boom de la literatura latinoamericana de los años sesenta uno de los puntos de referencia más importantes, un punto de referencia que fue capaz de respaldar sus aspiraciones de representación en su calidad de portavoz intelectual de todo un continente. Ante estas consideraciones previas, quisiera concentrarme sobre todo en el llamado “ núcleo ” del boom de autores de los años sesenta, siempre bajo la premisa de que estos escritores han seguido escribiendo hasta el día de hoy, pretendiendo trazar una línea de desarrollo que, desde un punto de vista temporal y cronológico, se corresponda también con la evolución que tomó la revolución cubana. No es por lo tanto de extrañar que al año 1959 se lo considere a menudo como el “ acorde inicial ” del boom. Mi foco de atención se dirige sobre todo a la creación literaria y al posicionamiento político casi siempre asociado a autores como García Márquez, Carlos Fuentes y Vargas Llosa. A la vista de la ya mencionada obra, Historia personal del boom, debemos tener en cuenta también a un autor como Donoso. ¿En qué proceso 1 Si bien Donoso considera que las simpatías por la revolución cubana son el elemento de vínculo más importante (véase Donoso [1972] 1983: 56), desde el campo de la teoría literaria no hay, en este sentido, ningún consenso inequívoco. Ángel Rama destaca en El Boom en perspectiva el marco de tensión de las distintas posturas políticas de los autores del boom (véase Rama 1982: 242 s.). Esta edición motiva a Neil Larsen, sin embargo, a señalarnos lo siguiente: “ [. . .] there is a theory, which might be designated the revolutionary-historicist, that sees the boom-novel as the literary manifestation of the Revolution ” [Existe una teoría, a la que podríamos designar como revolucionaria e historicista, que ve la novela del boom como la manifestación literaria de la Revolución] (Larsen 1992: 776). El propio Larsen se opone atribuir a los acontecimientos en Cuba el factor de influencia central, aun cuando no niega esa influencia. Una posición más bien orientada hacia la de Donoso es la que representa Jaime Mejía-Duque (1977: 86). El cubano Fernández Retamar, por su parte, destaca que los autores del boom estaban demasiado distantes de los acontecimientos en la Isla y que, sólo por esa razón, no recibieron una influencia radical. participaron estos autores con sus obras? ¿En qué medida su escritura contribuyó en ese cambio que se produjo desde los años sesenta hasta el día de hoy? ¿Y qué papel desempeña, en ese posible cambio, su posicionamiento en relación con la revolución cubana? A fin de que, ante todo, sea la literatura la que hable por sí misma, podríamos citar varios ejemplos relacionados con Cuba en las novelas de los años sesenta. Por sólo mencionar dos, tenemos La muerte de Artemio Cruz (1962) de Carlos Fuentes, que concluye con un modelo programático de utopía que se concreta en la vida real: la esperanza que se cifra en la revolución cubana se pone claramente de manifiesto al final: “ La Habana, mayo de 1960. México, diciembre de 1961 ” . 2 También en El obsceno pájaro de la noche (1970) se nos revela el modelo de utopía que se materializa en la revolución cubana: Donoso prefiere usar juegos de palabras en lugar de expresarse de un modo programático. Es así como el bebé de Iris no es capaz de emitir los primeros fragmentos del “ lenguaje natural de un bebé ” , y en cambio sí que dice: [. . .] los americanos bombardean las cercanías de Hanoi, Onassis declara, Panagra la línea aérea del hombre moderno, Allende al poder, minifaldas expulsadas de la catedral metropolitana, intelectuales deben tomar parte en la zafra este año declara Fidel Castro, Fi-del Cas-tro, Castro, aprende bien las letras pues Iris: C-A-S-T-R-O, [. . .] (Donoso [1970] 1992: 131). Los autores del boom tienen que agradecer su éxito de ventas en los años sesenta, en primer lugar, a las estructuras europeas, y sobre todo a las instituciones españolas dedicadas a la literatura, especialmente a las editoriales. 3 No obstante, tanto desde el punto de vista argumental como formal, las obras relacionadas con la situación en América Latina tenían su propio cuño gracias a su contenido estético y político-social. La cuestión esencial es en qué consistía la fuente de esa nueva autoconciencia ética, con la cual se propagaron ciertas pretensiones emancipatorias tanto desde un punto de vista intraestético como extra-estético. Pues el éxito entre el público con sus respectivas consecuencias económicas para la independización de este campo literario - aunque fuese un éxito entre lectores europeos o latinoamericanos - podría sancionar, a fin de cuentas, sólo a posteriori, una ya postulada independencia ética de la literatura. ¿Cuál fue la base para esa amplia intervención estética y político-moral? En mi criterio, sólo pudo haber sido el pueblo: la población (oprimida), de la cual los autores se sentían llamados a convertirse en portavoces y que les sirvió 2 Con ello, al ajuste de cuenta con la revolución mexicana que tiene lugar en la novela se le opone la fuerza positiva de la revolución cubana (Meyer-Minnemann 1979: 295). 3 Sobre el tema de las novelas del boom en España, en un nivel relacionado con las estrategias de mercado y la recepción véase Dravasa 1991; Romero Downing 1992; Santana 1995; Prats Fons 1995. 140 Del pueblo al público como legitimación suficiente ante las esferas de la política y la economía. Para Fuentes el escritor era: [. . .] el portavoz de quienes no pueden hacerse escuchar, que siente que su función exacta consiste en denunciar la injusticia, defender a los explotados y documentar la realidad de su país. [. . .] Y su obra es definida en alto grado por un sentimiento, pagarle al pueblo el privilegio de ser escritor o de convivir con la élite. [. . .] Finalmente esa sospecha conduce a una decisión de abandonar las letras, o por lo menos compartirlas con la militancia política (Fuentes [1969] 1998: 12). 4 La idea de ser portavoz del pueblo oprimido tenía una referencia directa a la realidad: la existencia de Cuba fue la que otorgó a las novelas, ante todo, su fuerza motriz y su eficacia. La fuerza de la utopía se reveló dependiente, a fin de cuentas, de un modelo realmente existente, el cual se manifestó como quimera a raíz del caso Padilla y trajo a largo plazo (en el caso de Vargas Llosa de forma casi inmediata) como consecuencia la pérdida de la utopía (Kristal 1998: 70). La utopía de la revolución cubana consistía, para los autores del boom, en la idea de un pan-latinoamericanismo y, en esa misma medida, debía ser compensada por la Revolución como la ausencia de una síntesis cultural en Latinoamérica (Castro Gómez 1996: 96). Una vía para que América Latina pudiera construir una identidad colectiva era el triunfo de una revolución social, la cual, definitivamente, derogaría la contradicción entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas y pondría fin a la penetración imperialista en el continente. Sólo la Revolución podía otorgarle al pueblo latinoamericano una verdadera fuerza creativa y convertirlo en objeto de la historia; sólo esa Revolución preparaba el terreno para una integración de las distintas culturas que habitaban en el continente (ibíd.). Aunque el tenor principal de la ideología oficial de la Cuba revolucionaria estaba enfocado a la revolución mundial, el único país comunista del continente, con un discurso político y social orientado hacia una universalización (a diferencia de las distintas ideologías nacionales, que apostaban por una diferenciación cultural), representaba una especie de encarnación de la teoría de la interdependencia orientada a la acción y a la filosofía de la liberación, consolidada en una experiencia común de explotación e injusticia, así como en una (futura) materialización común en la revolución social(ista), veía la base de una identidad común latinoamericana. 4 De un modo comparable se expresa, por ejemplo, García Márquez en una conversación con Vargas Llosa, con su clara opción por los obreros oprimidos en las plantaciones bananeras de Cien años de soledad: “ Todo el drama de las bananeras está planteado en mi novela de acuerdo con mis convicciones. El partido que tomo es definitivamente en favor de los obreros. Eso se ve claramente. Entonces yo creo que la gran contribución política del escritor es no evadirse ni de sus convicciones ni de la realidad, sino ayudar que a través de su obra, el lector entienda mejor cuál es la realidad política y social de su país o de su continente, de su sociedad y creo que esa es una labor política positiva e importante y creo que ésa es la función política del escritor “ (García Márquez/ Vargas Llosa 1967: 43). Gesine Müller 141 El papel de la existencia de la Cuba revolucionaria para esos proyectos utopistas, sociales e identitarios de los años sesenta y el de la literatura surgida a partir de esa base “ conceptual ” , se pone de manifiesto, con absoluta claridad, en las consecuencias del “ caso Padilla ” para la literatura latinoamericana en general y en sus efectos en la posición literaria y social de los autores del boom, en particular. El hecho de que la mayoría de los intelectuales (así como de los autores del boom, con la excepción de García Márquez y de Cortázar) fueran distanciándose poco a poco, a partir de 1971, del “ modelo Cuba ” , no es algo que pueda extrañarnos. Lo decisivo en cuanto a la cuestión del cambio de paradigmas después del boom es que, con el “ modelo Cuba ” , parece venirse abajo también la utopía social-identitaria; además, la literatura va perdiendo su carácter visionario y, en lugar de diseñar una realidad literaria “ alternativa ” , empieza más bien a reproducir la realidad social o algunos componentes individuales de la misma. El descrédito de la “ utopía institucionalizada ” llamada Cuba conduce, por lo visto, a que ya no sólo no se oponga ningún ideal a la pésima realidad con vistas a un cambio, sino a que el propio ideal pierda su sustancia (es decir, su relación con la realidad) y a que, sin ese ideal que antes había estado en condiciones de oponerse a la realidad, ésta ya no fuera percibida como pésima, lo cual, a su vez, conllevaba una afirmación literaria de esa realidad no transformada pero tratada desde un nuevo punto de vista conceptual. En este contexto aparece la existencia de una Cuba idealizada y la fe en su universalidad potencial, la cual fue el motor de grandes proyectos que tuvieron lugar en los años sesenta y cuyo fracaso acarreó la desilusión. De forma muy definitoria, el “ caso Padilla ” significa para Donoso, directamente, el final del boom, cuyos autores habían conseguido unirse a través de una ideología política común como factor unitario. No es con “ el caso Padilla ” que se plantea la cuestión sobre en qué medida el “ modelo Cuba ” se corresponde con ese ideal social identitario común a los autores (lo cual no hubiera minado en ningún modo todo consenso político-ideológico), sino con la propia Cuba como ideal convertido en realidad, cuya aceptación o no aceptación resulta decisiva; y no sólo para la cohesión de un pequeño grupo socio-profesional que se sabía unido gracias a ciertos objetivos (revolucionarios) comunes, sino también para la posición que la literatura adoptará en el futuro con respecto a la realidad empírica. “ El después del boom ” y la revolución cubana Si la existencia de la Cuba revolucionaria (para continuar con esta imagen elegida) fue el motor más o menos inconfesado de las grandes utopías sociales y los proyectos identitarios construidos sobre esa base, tal vez podríamos calificar al “ régimen revolucionario ” de México y el socialismo de Allende como las muletas que, casi al mismo tiempo, se doblegan con el fracaso del 142 Del pueblo al público motor cubano: en México con la represión de las protestas estudiantiles de Tlatelolco 5 (1968) y en Chile con la dictadura militar de Pinochet (1973). Con la crisis de los proyectos revolucionarios, la idea de una Latinoamérica unida perdió su fuerza de atracción. Aquella dimensión referencial otrora positiva tuvo que sacrificar su carácter unitario. Es cierto que, hacia finales de los años sesenta, los cuatro autores mencionados viven en un exilio 6 más o menos voluntario y adoptan una posición distanciada hacia sus respectivos países de origen; no obstante, algunos acontecimientos decisivos no pasaron inadvertidos para ellos. 7 El cambio de Vargas Llosa, que pasó de ser un utopista marxista a un reformador económico neoliberal, es casi un tópico del proceso de desilusión latinoamericano y del adiós a todas las utopías. 8 Mientras que el autor peruano, en su bien conocido discurso pronunciado con motivo del otorgamiento del Premio Rómulo Gallegos ( “ Literatura es fuego ” , Vargas Llosa [1967] 1971) todavía abogaba en 1967 por una literatura del cambio social bajo el sello 5 El 2 de octubre de 1968 el gobierno del presidente Díaz Ordaz provocó una masacre de estudiantes en una manifestación en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, una masacre en la que murieron también varios viandantes ajenos a la manifestación. Thies ha señalado que aquella masacre afectó particularmente a la población, ya que la clase media, la clase con mayor peso político, se vio afectada directamente por la arbitrariedad del Estado (Thies 1998). 6 En el exilio, los escritores experimentaron un doble límite hacia lo Otro; lo Otro del país anfitrión y lo Otro del país natal transformado. La lucha por la identidad se convirtió en un programa de conflicto individual en cada uno de aquellos lugares ajenos. Es obvio que esas formas de confrontación con la identidad personal tuvieron que tener cierta repercusión en las construcciones identitarias colectivas (Herlinghaus 1994: 46). 7 José Donoso se retiró en 1964 a un exilio voluntario, primero a México, más tarde a Estados Unidos y finalmente a España. La dictadura militar de Chile provocó a que su exilio español se extendiera hasta el año 1980 (Herlinghaus 1994: 94). En cuanto a la situación del exilio en Europa es preciso señalar que allí se descubrió particularmente la cohesión de la cultura latinoamericana. 8 A diferencia de los otros tres autores analizados en este trabajo, el cambio en la obra y en la autopercepción política de Mario Vargas Llosa es un hecho ya reconocido tanto en la crítica como en la teoría literaria. El propio autor lo admite sin cortapisas y menciona para ello la influencia de nuevas lecturas que siguen otra línea ideológica: “ Probablemente, las propuestas de Friedman y Von Hayek, los filósofos y economistas que reemplazaron en la atención pública a Keynes y Sartre, lo atrajeron con igual intensidad sin considerar, igual que antes, la distancia entre las utopías y los modelos reales y entre éstos y las situaciones sociales ” (Béjar 2001: 109). Lo que entusiasma a Vargas Llosa de Isaiah Berlin es, sobre todo, su escepticismo en relación con la compatibilidad de ciertas ideas directrices. Las verdades contradictorias contienen reflexiones sobre el ensayo de Berlin Against the current. “ Con la lectura de la obra de Berlín sobre la historia de las ideas, vio con claridad lo que hasta entonces sólo había sospechado de una manera vaga e intuitiva, que el verdadero progreso sólo surge cuando las ideas políticas, sean del color que sean, se llevan a la práctica únicamente de manera parcial, heterodoxa y transformada. [. . .] A partir de entonces [. . .], en el fondo, ya no le importa el contenido, sino el management de las ideas ” (Kleinert 2000: 192). Gesine Müller 143 de un socialismo fuertemente orientado hacia Cuba, en la década de los noventa se declara abiertamente partidario - en explícito distanciamiento de sus posiciones de ayer - de un liberalismo irrestricto que no sólo garantice el progreso económico, sino también un desarrollo de la democracia y el respeto a los derechos humanos. Si antes, para él, la literatura era todavía “ discrepancia y rebelión ” (Vargas Llosa 1986: 44) y la “ raison d ’ être del escritor era la protesta, la oposición y la crítica [contra la injusticia social universal] ” 9 , en la actualidad Vargas Llosa crea, con los difamadores del neoliberalismo, una nueva imagen del enemigo a los que equipara con los defensores del autoritarismo y el totalitarismo (Vargas Llosa 1999). En el caso de García Márquez, esto, a primera vista, puede parecer distinto, ya que es él, junto con Cortázar, el único que no se distancia explícitamente del sistema político en Cuba, que no firmó la declaración de protesta de 1971 contra la difamación de Padilla y quien mantiene una relación de amistad hasta hoy con Fidel Castro. Sin embargo, su amistad con Castro no le impide a García Márquez cultivar al mismo tiempo el contacto permanente con Bill Clinton o con el conservador presidente colombiano Andrés Pastrana (cuya elección apoyó públicamente en 1998) ni cantar himnos laudatorios en sus artículos periodísticos a la “ personalidad extraordinaria ” de estos hombres de Estado. Es cierto que el Premio Nobel colombiano, antes de recibir esa distinción internacional por su obra principal en 1982, ya había abjurado de los ideales de la claridad y la coherencia conceptual en favor de lo que él llama la “ fascinación de narrar ” , sin embargo, su rumbo político en los años sesenta y setenta fue mucho más lineal, exclusivamente pro-comunista y claramente partidista. Así vemos como, en su artículo “ Vietnam por dentro ” , García Márquez nos presenta por qué la tragedia de los boat-people no puede atribuirse al gobierno comunista (García Márquez 1979), o vemos también como intenta en “ Chile, el golpe y los gringos ” (García Márquez 1974) desvelar la manera en que los Estados Unidos estaban involucrados en el derrocamiento del presidente Salvador Allende en 1973 o como hace “ propaganda belicista ” abierta (Sütterlin 2000: 59) en algunos artículos sobre la intervención militar de Cuba en Angola. En la década de los noventa, en cambio, García Márquez parece verse, en primer lugar, como un diplomático y un intermediario cuando les propone a los jefes de Estado de Estados Unidos y Cuba que se sienten a la mesa para, de ese modo, “ resolver aquellos problemas de este mundo ” que ningún otro estaría en condiciones de resolver. 10 Si bien el significado sobredimensionado que Márquez otorga a la personalidad puede estar relacionado en parte con su obsesión narrativa, en la actualidad son, por lo 9 “ [. . .] la literatura es fuego, que ella significa inconformismo y rebelión, que la razón de ser escritor es la protesta, la contradicción y la crítica ” (Vargas Llosa [1967] 1971: 19). 10 “ Si Fidel y usted pudieran sentarse en una mesa a hablar, no quedaría ningún problema por resolver ” (García Márquez 1999). 144 Del pueblo al público general, otros los individuos a los que García Márquez dedica su interés narrativo. Sus grandes retratos de políticos, como por ejemplo, el del presidente venezolano Hugo Chávez en Le Monde Diplomatique (García Márquez 2000: 13), con quien estuvo conversando durante un vuelo a Caracas y en cuyas manos - según el propio García Márquez - están los destinos de ese país sacudido por sucesivas crisis, se corresponden más con su círculo de trato cotidiano en la actualidad, que ya no está formado, como en los años cincuenta y sesenta, por las clases bajas y medias colombianas o mexicanas, sino por las élites literarias y políticas, sobre todo de América Latina y de América del Norte. No es mucho lo que ha quedado de la autonomía del literato que interviene en la esfera de la política sobre la base de una convicción ética en lo relativo a su misión intelectual y emancipatoria; aunque, a decir verdad - o precisamente debido a ello - , el escritor actual adopta una postura respecto de los temas más disímiles y está presente en todos los acontecimientos de importancia. Así, vemos a García Márquez como invitado de honor en las negociaciones sostenidas entre Clinton y su homólogo colombiano Pastrana, 11 negociaciones en las cuales se anduvo el camino en aras del llamado Plan Colombia, que incluía la destrucción de los campos de coca con la ayuda de las “ bombas pesticidas ” estadounidenses, un proyecto ruinoso para los campesinos colombianos y catastrófico para el medio ambiente. Concediendo al otrora escritor rebelde y militante comunista el honor de pedirle consejo constantemente sobre los más disímiles temas, al mismo tiempo, por lo visto, se lo “ neutraliza ” con éxito en la medida en que, con su presencia en determinadas decisiones políticas, se le compromete y es identificado por los medios como el garante de esas decisiones. El uso del mascarón de proa que representa el Premio Nobel de Literatura para la mayoría de los colombianos (y tal vez también de los latinoamericanos), 12 contribuye en una medida nada despreciable a otorgar incluso cierta popularidad a medidas políticas drásticas o por lo menos a restarle impulso a una oposición potencial. Resistirse a ese uso político significaría para el escritor prescindir del honor que le confieren los poderosos de este mundo, un sacrificio que por lo visto el renombrado autor no está en condiciones o no está dispuesto a hacer. Por consiguiente, algunas iniciativas aparentemente independientes parecen bastante inofensivas, como por ejemplo, la petición que García Márquez, junto con otros intelectuales latinoamericanos y europeos, hizo llegar a los presidentes George Bush y Pastrana, a fin de hacer propaganda en favor de alternativas “ ecológicas y culturales ” más sostenibles 11 El apoyo estadounidense de 280 millones de dólares para combatir el narcotráfico debería concretizarse sobre todo en la fumigación desde el aire de las plantaciones ilegales de coca con herbicidas (Ritterband 1998: 3). 12 Colombia ha exhortado a García Márquez a abandonar su exilio voluntario en México y regresar a su patria. El ministro del Interior Horacio Serpa dijo que García Márquez es una figura de identificación para los colombianos. Véase “ Identifikationsfigur ” 1997: 46. Gesine Müller 145 en la lucha contra el tráfico de drogas (y es que en ese documento apenas puede hablarse de exigencias) (García Márquez 2001: 13). Una vez llegado al estatus de figura prominente, en su condición de autor nacional de Colombia y autor de la novela de culto Cien años de soledad, ya no hay nada que pueda dañar su popular imagen, ni siquiera los talleres de escritura más esnobs, para los cuales el novelista ha establecido un claro numerus clausus social por medio de las cuotas de pago de las matrículas 13 , ni tampoco su compromiso empresarial como accionista principal del semanario Cambio. 14 Del pueblo al público En la década de 1990, los autores del boom rechazan el papel de ser creadores de identidades culturales, portadores de utopías o de valores universales (Herlinghaus 1997: 276). Tampoco intentan legitimarse como representantes de los oprimidos, del pueblo. La problemática aquí presentada del arraigo institucional de los literatos en Europa - sobre la base de una motivación originaria, la autotrazada misión de ser portavoz del pueblo “ periférico ”- conlleva una erosión de ese propio concepto de pueblo. Ya que, a fin de cuentas, la independencia económica habrá de revelarse como dudosa en cuanto se descubre que, en realidad, se depende del hegemonismo, del enemigo imperialista de su “ defendido ” original (el pueblo) no sólo desde un punto de vista financiero, sino también, y cada vez en mayor medida, desde un punto de vista moral. También se presentan ciertos cambios dentro del campo meramente literario: después que la literatura avanzara hasta convertirse de una vez en un factor social a tomar en serio, las inversiones no sólo se dirigen hacia esa dirección. Del mismo modo que los escritores intervienen en otros ámbitos políticos y económicos partiendo del suyo propio, se inician desde los terrenos del poder político y económico algunos contraataques, para los cuales tales intervenciones, en la mayoría de los casos, son mucho más sutiles y en raras ocasiones pueden atribuirse a una responsabilidad personal claramente definida. A esas intervenciones en la dirección contraria las favorece una 13 La fundación creada por García Márquez para un Nuevo Periodismo Iberoamericano se esfuerza desde 1995 por fomentar el trabajo de las nuevas generaciones; cada seis meses, el propio autor ofrece un taller de reportaje para colegas más jóvenes. Por el pago de unas cuotas que ascienden a 700 dólares estadounidenses y observando ciertas normas muy estrictas - que prohíben grabar o intentar realizar entrevistas - algunos reporteros profesionales pueden tomar clases durante tres días. Véase “ Noble Schreibwerkstatt ” 1997: 45. 14 En noviembre de 1998, García Márquez compró por un millón de dólares el 50 % de las acciones del semanario colombiano Cambio; la otra mitad está en manos de un grupo de renombrados periodistas. Véase: “ Zurück zu den Wurzeln. Gabriel García Márquez kauft sich eine Wochenzeitschrift ” , 1999: 25. 146 Del pueblo al público paulatina independización de las nuevas bases económicas autónomas, de las infraestructuras de las instituciones dedicadas a la literatura; 15 y esto se produce independientemente de dónde esté anclada esa infraestructura desde el punto de vista geográfico. Ya en los años sesenta, se empieza a honrar a los autores con numerosos premios literarios, y este proceso se intensifica sobre todo a partir de los años ochenta, para lo cual los propios autores se dejan involucrar como miembros de jurados o, en parte incluso, como iniciadores de las convocatorias. También las posturas políticas de los escritores van institucionalizándose con la colaboración de los medios masivos de comunicación, convirtiéndose finalmente en un rasero social y apartándose tendenciosamente de su motivación original. A los literatos se les pregunta su opinión, y éstos se van integrando cada vez más en los círculos del establishment político, sin que por ello tengan que sacrificar su terreno literario autónomo. Han alcanzado un estatus, no en última instancia gracias a su propio éxito literario. Es cierto que en los años noventa se produce una diferenciación aún mayor de esos ámbitos parciales y el terreno cultural/ intelectual goza en México, en cierto sentido, de una independencia más sólida respecto a la política oficial. Esta tendencia general no excluye, sin embargo, que el camino individual de los autores del boom dé cada vez una mayor certeza de que los escritores que han conseguido la celebridad se dejan usar por distintos mecanismos estatales o de la economía de mercado. Aun cuando sigan abogando por las necesidades reales o supuestas del pueblo, su defendido original, se van alejando cada vez más de esas necesidades en su realidad material vital a través de los ambientes que frecuentan. En esta situación se produjo un cambio de concepción del pueblo, un cambio que ya se vino preparando con el surgimiento y la popularización de los medios de comunicación. Si antes el concepto de pueblo era sostenido por concepciones teóricas y emancipatorias, los medios de comunicación pusieron frente a este concepto ideal al lector real, el cual fue jugando un papel cada vez más importante en los cálculos económicos de la oferta y la demanda. Los mismos desplazamientos demográficos y político-educativos de los años cincuenta y sesenta que ayudaron al despegue del boom, dieron lugar también al nuevo campo de los medios de comunicación al que se fueron acercando cada vez más los autores, además de su actividad puramente literaria. Bajo las premisas de una coyuntura política distinta, con las decepciones provocadas por acontecimientos como el de Tlatelolco y la desilusión que provocó la nueva 15 Sobre la importancia de los premios literarios, Antonio Skármeta ha opinado lo siguiente: “ ganar el premio no significa que los libros de uno colmarán las existencias de las librerías a lo largo de América Latina - ya que el bloqueo comercial que se le hace a esos pequeños detalles es negocio también - , pero sí le permite al libro ganador llegar a manos críticos, periodistas, escritores y profesores interesados. Miles de ejemplares volaron a través del correo, constituyendo una especie de mapa clandestina de la nueva narrativa y la poesía del continente ” (Skármeta 1988: 252). Gesine Müller 147 tendencia de la revolución cubana, no estaba lejos el paso que sustituiría el concepto de pueblo, un concepto anquilosado en la categoría de un mero conceptualismo y llevado a una esfera autónoma, por otro concepto más oportuno, el de público (Hohendahl 1990: 83) 16 y el de la opinión pública, para los cuales también había sólidos indicadores sociológicos y estadísticos. Los grandes proyectos de una identidad colectiva se desplazaron hacia la cuestión de las identidades individuales y fueron quedando cada vez más despolitizados, con lo cual el pueblo, en su condición de unidad colectiva y, no obstante, emancipatoria, cayó en descrédito (apoyado por los “ datos ” que aportan los estadísticos y los encuestadores). En el lugar de este constructo ahora desenmascarado como ideológico apareció el público, pero ya no como un colectivo emancipatorio, sino como la mera suma de individuos, de lectores, oyentes y televidentes. Traducción: Aníbal Campos Bibliografía Béjar, Héctor (2001): “ Vargas Llosa ciudadano ” , en: Forgues, Roland (ed.): Mario Vargas Llosa. Escritor, ensayista, ciudadano y político. Encuentro Internacional Pau-Tarbes (Francia) del 23 al 26 de octubre de 2001. Lima: Minerva, 103 - 118. Castro Gómez, Santiago (1996): Crítica de la razón latinoamericana. Barcelona: Puvill Libros. Donoso, José ([1970] 1992): El obsceno pájaro de la noche. Barcelona: Seix Barral. Donoso, José ([1972] 1983): Historia personal del boom. Barcelona: Seix Barral. Dravasa, Maider (1991): El “ boom ” y Barcelona. Literatura y poder. Ann Arbor: UMI. Fuentes, Carlos ([1969] 16 1998): La nueva novela hispanoamericana. México, D. F.: Joaquín Mortiz. García Márquez, Gabriel/ Vargas Llosa, Mario (1967): La novela en América Latina: diálogo. Lima: Universidad nacional de Ingeniería. García Márquez, Gabriel (1974): “ Chile, el golpe y los gringos ” , en: García Márquez, Gabriel (1982): Por la libre. Obra periodística 4. 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Más adelante, llamará la atención sobre los estudios de Sarlo acerca de Argentina: “ Sostiene que una importante y decisiva fracción del campo intelectual argentino vuelve a consolidarse en esos momentos en torno a estrategias populistas, pero ya no dentro del discurso nacionalista sino neoliberal: el pueblo es reemplazado por el público como instancia de legitimación ” (Pagni 1995: 293). 148 Del pueblo al público García Márquez, Gabriel (1979/ 1980): “ Vietnam por dentro ” , en: García Márquez, Gabriel (1982): Por la libre. Obra periodística 4. (1974 - 1995). Bogotá: La Oveja Negra, 235 - 256. García Márquez, Gabriel (1999): “ Mi comida con el presidente. Bill Clinton, político consumado y amante ridículo ” , traducido del español por Clementine Kügler, en: Frankfurter Allgemeine Zeitung, (29/ 01/ 1999). García Márquez, Gabriel (2000): “ L ’ enigme des deux Chávez ” [El enigma de los dos Chávez], en: Le Monde diplomatique, agosto. 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Ponte desvaloriza este ingreso a la política y lo confronta con el inicio a la cultura, con el diálogo filosófico entre los adolescentes, así la política como “ ruido ” puede entorpecer la destreza de la reflexión: Se ha dicho que el episodio de esa manifestación y su final en diáspora resultan la iniciación de José Cemí en la acción política. Pero ¿qué será más tarde esa acción política sino la interruptora de diálogos o el fondo esfuminadamente histórico de la novela? ¿Qué representa luego la acción política sino ruido? (Ponte, Un seguidor: 29) Esta escena de rechazo hacia la política (hacia una política radicada en la praxis, situada en una manifestación) bien puede servirnos como un signo del cansancio frente a la penetración de la política en todos los ámbitos de la vida cubana, como una toma de distancia y una voluntad por limitarla, desplazarla, olvidarla para abrir un mayor espacio a la cultura. Implica un debilitamiento del peso de lo político que en los años sesenta y al calor de la reciente revolución cubana, impregnó la vida cultural y literaria. Ese mandato político en los escritores e intelectuales si bien tuvo variadas respuestas y sentimientos encontrados entre la autonomía del arte y la responsabilidad política, si bien exhibió zonas de conflictos y encontronazos, primó en la década de los sesenta como precepto indiscutido a lo largo de América Latina (De Diego 2003; Gilman 2003). Aunque tantas veces citadas, resulta apropiado recordar aquellas palabras de Fidel Castro en sus conocidas “ Palabras a los intelectuales ” : “ Dentro de la Revolución, todo: contra la Revolución, nada ” (1961), con las cuales intentó encauzar los trazos de la cultura en los andariveles de lo político y que dieron lugar a diversos enfrentamientos que han marcado las relaciones entre el Estado y los escritores e intelectuales desde el comienzo mismo de la Revolución. Basta recordar la prohibición del film P.M de Sabá Cabrera (1961) o el escandaloso caso Padilla (1968) y las cartas presentadas por los intelectuales a Fidel Castro; o las denuncias en torno a la revista Mundo Nuevo (1966) entre otros casos que dieron cuenta de una creciente puja entre el estado y la cultura (Gilman 1997; Mudrovcic 1997). Sin embargo, la escena de rechazo a la iniciación política que citamos al comienzo, no alcanza para acercarnos a los textos de Ponte, ya que lo político atraviesa su escritura, se encuentra a cada paso, se percibe su interés; resulta difícil considerarlo un escritor apolítico o antipolítico. Si para Jorge Fornet una parte importante de los “ novísimos ” escritores cubanos, es decir aquellos que, como Ponte, nacieron ya iniciada la Revolución, se sacudieron “ viejos tabúes para caer subyugados, tal vez con demasiada frecuencia, ante el socorrido trío de sexo-drogas-rock & roll, la prostitución, el homoerotismo o la emigración ” , o realizan una “ literatura posrevolucionaria en el sentido de que la historia y el destino de la Revolución misma no parece preocuparles ” (Fornet 2005: 99 - 100), Ponte parece situarse lejos de estas elecciones. Sus textos se encuentran sacudidos por una tensión paradojal: ni la política ni la antipolítica, sino la configuración de una mirada crítica frente a la politización de la vida cubana, ante la injerencia de la política en los diversos espacios de la existencia humana, tal como se advierte en esta cita referida al estado revolucionario: “ Único patrono en la economía, único partido en la política, único proveedor de víveres y único mecenas cultural, pretendía aún más. Totalizaba ” . (Ponte, Fiesta: 126). Para el filósofo italiano Roberto Esposito, lo impolítico se ofrece como una perspectiva demoledora tanto de las certezas apodícticas de la ciencia política como del carácter normativo de las éticas públicas. Distante de lo político y de lo antipolítico (su reverso), lo impolítico se ocupa de advertir los límites de lo político, de señalar su finitud cortando el hilo que ata lo político a fines que le son trascendentes, quebrando el nexo entre bien y poder, consignando el “ fin de todo fin de la política ” . Desde allí, lo impolítico deconstruye la matriz teológica, mítica, sagrada que reviste lo político: mostrando la pérdida de su telos trascendente, con lo cual orada la plenitud mítico-operativa empleada en su función representativa (tanto la representación que el poder hace del bien, como la que el mandatario hace de los ciudadanos). Lo impolítico quiebra asimismo la unidad de la comunidad al mostrar que la modalidad de la representación es la de la reductio ad unum, incapaz de representar la pluralidad, expulsando las alteridades, “ lo que queda obstinadamente fuera de la política ” , lo “ irrepresentable ” , el “ silencio que envuelve al poder ” (Esposito 2006: 7 - 43). 152 Confines y sinfines de la revolución cubana La Revolución como totalidad / La indisponibilidad del arte Las comidas profundas (1997) puede leerse como una crítica al carácter totalizador de la política ejercida por el gobierno revolucionario, que termina por invadir todas las esferas de la vida cubana, y a la vez como un señalamiento de los límites de la política, de aquello que la excede. El arte, la literatura, el deseo, las “ comidas profundas ” emblematizadas en el primer relato a través de la piña cubana, constituyen un terreno ajeno a la política estatal, marcan la imposibilidad última de subsumirse en el espacio del poder, su indisponibilidad a la política, aún cuando ésta avance en su intento por fiscalizar la producción de escritores y artistas. 1 En este primer relato de Las comidas profundas se presenta el emperador Carlos V en el Alcázar de Sevilla recibiendo con un banquete al rey o reina “ que le debe vasallaje ” y que viene del Nuevo Mundo con su séquito compuesto de “ guacamayos vivos y gentecita de color cobrizo y hay alforjas de oro y de piedras preciosas ” : se trata de la llegada de la piña cubana, de la reina de las frutas. Es el encuentro entre el monarca y la piña, es el desafío de conquistarla, de comerla, de saborearla para el “ monarca de apetito más desmedido ” . Pero la “ fruta más suntuosa entre todas las frutas del Nuevo Mundo ” resulta peligrosa, amenazante y perturba al rey, lo marea con su “ olor tan penetrante ” , con su índole “ demasiado trascendente ” , “ un placer, si no pecaminoso, tan semejante al pecado ” ; “ es un placer que bordea el dolor por la fiereza y locura de su goce ” ; “ demasiado impar ” (comidas: 7 - 12). La piña deviene un objeto suntuoso, se recubre de las más altas significaciones y atractivos, se vuelve tesoro del Nuevo Mundo y símbolo del arte: la piña ha sido emblema del arte en la tradición poética cubana (Vintier 1998). 2 En esta escena del encuentro conflictivo y perturbador entre Carlos V y la piña, entre el poder y el arte, se resuelve el impulso de conquista del emperador que se frustra ante la resistencia de la piña anclada en su imparidad: “ un estratega de la voracidad como él tuvo que sentir [. . .] su imposibilidad frente a la piña ” . La piña es a la vez el objeto del deseo del monarca y su término 1 Dice Esposito: “ Lo impolítico no es distinto de lo político, sino que es lo político mismo observado desde un ángulo de refracción que lo “ modera ” frente a lo que él no es ni puede ser ” , (2006: 18); “ La política no siempre tiene conciencia de su propia finitud constitutiva y lo impolítico se lo recuerda ” (14). 2 Pero es en Lezama en quien la “ piña ” se recubre de una significación política semejante a la que aparece en este relato. Lezama respondió a quienes en los inicios de la revolución lo acusaban de apolítico, torremarfilista y poco revolucionario con su polémico “ Corona de frutas ” y allí distingue entre dos bandos, el uno a favor del mamey telúrico (antepone la praxis revolucionaria al arte) y el otro representado por la piña lunar (preeminencia del arte por sobre la política). Lezama declara su pertenencia a la piña en tanto defensa de la labor poética frente a la acción revolucionaria. Véase: Montero 1991. Teresa Basile 153 imposible, la piña se muestra en su indisponibilidad ante la invasión de la política, aún - y sobre todo - cuando procura controlarla. 3 En El libro perdido de los Origenistas (2004) Ponte se pregunta “ ¿Cómo lograr obra que no alcance a ser utilizada por las esferas gubernamentales? ” (Origenistas: 11). La búsqueda de un espacio autónomo para el escritor, ajeno al calendario político, fuera de la vigilancia y control estatal, así como la crítica a los diversos modos en que la administración cultural penetra el terreno de la literatura, censurando o cooptando a escritores, integrándolos a las instituciones estatales o “ desactivándolos ” de las mismas, constituyen preocupaciones constantes que recorren diversos textos de Ponte. La teleología de la Revolución / La Revolución como accidente En una de las recientes entrevistas, Ponte afirma: “ Muchas veces el llenado del vacío me deja más insatisfecho que el propio vacío. Prefiero el vacío a las trampas para llenar el vacío. Las teleologías me parecen objetables no tanto por el pasado que fabrican, no tanto por los orígenes falsos que procuran - todos los orígenes son más o menos falsos - sino por el futuro a que obligan ” . 4 Esta cita afirma dos cuestiones: el rechazo a las narrativas teleológicas, a los sistemas cerrados, a los cánones, y la resistencia a la fragua de otros que vengan a ocupar ese vacío. Si Las comidas profundas adelanta un cuestionamiento a las finalidades que la política revolucionaria atribuye a la vida de los ciudadanos, el Libro perdido de los origenistas (2002) extiende esa crítica a la forja de cánones literarios y narrativas identitarias de lo cubano de matriz teleológica, abarcando varios ejemplos, desde el llamado de Lezama Lima a fundar una Teleología Insular o el canon origenista que Cintio Vitier vuelca en Lo cubano en la poesía (1958) hasta los cánones promovidos por la administración cultural, en especial aquel que comenzó a diseñar al filo de los noventa - ante la pérdida del vínculo políticoeconómico y cultural con la URSS - revalorizando la cultura nacional y celebrando a escritores cubanos que antes habían sido rechazados, como el caso de Lezama Lima. Es decir impugna la fabricación de cánones, sistemas, métodos, técnicas, narrativas rígidas y totalizadoras que terminan por imponer sistemas de exclusión e inclusión, de pertenencia y extranjería, de aceptación y censura. 3 Analizo más detenidamente Las comidas profundas en Teresa Basile (2008): “ Interiores de una isla en fuga. El ‘ ensayo ’ en Antonio José Ponte ” , en: Teresa Basile (ed.): La vigilia cubana. Sobre Antonio José Ponte. Rosario: Editorial Beatriz Viterbo. 4 Entrevista de Juan Carlos Rodríguez: “ Tiene que suceder algo, tiene que destriunfar la revolución: una conversación con Antonio José Ponte, en: La Habana Elegante 46, otoñoinvierno 2009, en: http: / / www.habanaelegante.com/ Fall_Winter_2009, (20/ 06/ 2010). 154 Confines y sinfines de la revolución cubana No sólo deconstruye las técnicas de canonización y de elaboración de grandes narrativas, sino que - como adelantamos - se resiste a diseñar un canon alternativo, un contracanon, o una narrativa otra. Su mirada impolítica lo alerta ante las “ trampas para llenar el vacío ” . 5 Sólo se arriesga a anotar las faltas, los negativos de las fotos, las tradiciones del “ no ” , y a urdir el relato de la pérdida de los libros que insistían en lo esencial cubano. Así aparece una galería de escritores perdedores, expulsados, como Lezama en sus “ años de castigo ” , opositor al régimen, castigado por haber publicado Paradiso, “ ese monumento al maricón ” , desilusionado de su propia teleología, crítico de la Revolución y pobre. Junto a él, Virgilio Piñera también ha perdido su reino, acusado de homosexual, sumido en el temor, en la soledad, en la miseria moral, o Eliseo Diego quien se queja: “ Tampoco puedo ir al Reboredo, ni tomar una 30, ni comprarme un libro en La Económica ” (Origenistas: 155). Los “ negativos ” de la foto son aquellos escritores cuya literatura desiste de la búsqueda afirmativa de lo cubano: “ En Virgilio Piñera, oscura cabeza negadora, y en Lorenzo García Vega, jesuita protestante como alguna vez lo llamara Lezama, están los negativos ” (102). Estos ensayos abundan en retratos de escritores, que no sólo han sufrido la vigilancia y el control, sino sobre todo el abandono, la desidia, la apatía, la indiferencia de las instituciones del gobierno (de diversas épocas), tal como se percibe en los perfiles tristes, cansados, envejecidos como por ejemplo el de Casal a quien “ una vez lo encontraron zurciéndose el traje y otra vez martillaba un sillón desfondado ” (40), o el de Lezama pidiendo “ ropa interior ” y “ aceite ” , o el de Virgilio Piñera, en la noche antes de morir llevando su jaba cargada de dulces, precario y efímero. A las teleologías insulares y revolucionarias, Ponte les opone la fragua de las “ tradiciones del No ” y una narrativa de las pérdidas de los libros que sellaban la identidad cubana. Si Lezama perseguía el diagrama de una Teleología Insular que dotara de sentido a la historia entera de Cuba; si Cintio Vitier obedeciendo al maestro da cuerpo en varios de sus textos a esa Teleología; si Fina García Marruz recupera ese mandato cincuenta años después en La familia de Orígenes (1994); Ponte teje la contracara de esta imago y la urde enlazando textos de los mismos origenistas: la destrucción de la “ Súmula, nunca infusa, de excepciones morfológicas ” que se lleva a cabo en Oppiano Licario, junto con el poema que falta en los manuscritos dejados por Lezama, y la pérdida de un extenso poema en la Historia de un inmortal de Eliseo Diego, así como la página arrancada del último diario de Martí. Estos textos perdidos son blancos en el canon, se encuentran fuera del sistema y ni siquiera puede fraguar un contracanon, pero sí consignan el “ vacío de nuestra 5 Para Roberto Esposito, lo impolítico no se propone “ llenar de formas el vacío originario ” , (2006: 16). Insistentemente Ponte describe la compulsión origenista - Vitier y Lezama - por llenar y dotar de sentido las fracturas históricas. Teresa Basile 155 expresión ” ya entrevisto por Lezama en su última época. 6 Aquí podemos detectar el punto de mayor fuga del canon cubano y una retracción a erigir un contracanon. Esta (im)política de la escritura de Ponte señala los límites de las políticas culturales de la administración revolucionaria, descubre las técnicas de mitificación empleadas, y al mismo tiempo procura abrir las fronteras de lo cubano a los expulsados, a los ignorados, a los exiliados: “ García Vega entrega una era imaginaria más, la del exilio ” (Origenistas: 110); arma un espacio mayor para la nación, ya que “ Un país, un nacionalismo son soportables sólo si cobijan lo negador, las destrucciones. Un país y un nacionalismo no pueden ser proyectos monolíticos ” (Origenistas: 112). Una de las metáforas que se opone al dispositivo mítico de la narrativa revolucionaria, es la imagen del accidente, la Revolución como un accidente, tal como se va anudando a lo largo de La fiesta vigilada. Por un lado, la idea de accidente desarma la conceptualización de la Revolución como necesidad histórica que supo dar un nuevo origen y una meta al destino de Cuba ( “ Una edad nueva, la más verdadera de todas, la que acarreaba más justicia, había empezado allí ” , Fiesta: 120). Por el otro lado deconstruye el relato teleológico de la Revolución, lo desacraliza para poder intervenir críticamente en su estatuto sagrado. La Revolución del 59 continuó, reforzó y dotó de un desenlace final al mito-historia (Lefort 1983: 15) de la “ Revolución inconclusa ” (Rojas 1998: 73 - 104/ 2006: 51 - 92) que establecía una continuidad de fracasos revolucionarios entre el levantamiento inicial de 1868 encabezado por Carlos Manuel de Céspedes, la Revolución independista de 1895 que se vio manchada por la intervención norteamericana, la Revolución de 1933 finalmente “ traicionada ” . En esta línea de intentos fallidos, de búsquedas interrumpidas, la Revolución del 59 aparece como la concreción final de una historia largamente anhelada, como su final feliz, como el arribo del Mesías en este relato redentorista. 7 Se trata del principio de “ consignación ” que Derrida señala como principal función del Archivo del Estado, del Arkhé como origen único y telos del relato y la “ consignación ” como aquella función que dota de orden, sentido, sistematicidad, unidad a un relato de la Nación procurando eliminar toda fisura (Derrida 1997). Rafael Rojas describe la imagen sobre la Revolución como “ accidente ” y como “ ilegítima ” por parte de sectores del exilio y la oposición (2006: 6 Cf.: “ La teleología origenista [. . .] no nos sirve de mucho, nos parece que no va a ningún lado. Según ella, lo esencial ocurrió ya y sólo queda revivirlo, reescribirlo, reanimarlo (otra vez palabras prefijadas, ahora para un agotamiento bastante estéril). Preferimos a los origenistas en el descampado, a la intemperie, arañando en la piedra del sinsentido y de la nada, angustiosamente perdidos y boqueando ” . Ponte, Origenistas: 115. 7 Tal como sostienen Cintio Vitier en Ese sol del mundo moral y Fina García Marruz en La familia de Orígenes (1994), donde la Revolución aparece como la culminación y realización del destino de la historia cubana, antes inconclusa. 156 Confines y sinfines de la revolución cubana 378 - 413). En el caso de Ponte, la Revolución como “ accidente ” no implicaría un posicionamiento entre una Revolución “ ilegítima ” y otra “ legítima ” , o una Revolución traicionada y otra no, creo que sus ensayos se colocan por el afuera de esta disputa entre diversas versiones del nacionalismo cubano, de allí como señalé al comienzo, su mirada impolítica. La Revolución como un accidente, además de trozar el principio arcóntico de la teleología insular, usufructúa un segundo significado que hace del accidente una catástrofe de variado tipo, guerras inminentes, derrumbamientos, ruinas, basurales, apagones, accidente aéreo, del cual se conserva la “ caja negra ” o el “ Cabinet Noir ” que contiene los relatos de las pérdidas acaecidas - la fiesta, el dinero, la libertad - y los expedientes secretos, las políticas ocultas, las persecuciones, las delaciones, las infracciones a los derechos humanos que caracterizan a un estado totalitario. A la salida del Museo de la Inteligencia, donde el protagonista procura encontrar aquellos expedientes ocultos, las huellas de las políticas que no pueden salir a luz, lee en las páginas del álbum del Museo, la inscripción hecha por una pareja de extranjeros sobre “ lo onírico de la revolución. Según ellos, los cubanos tenían la generosidad de soñar ese sueño por gente de otras latitudes ” (Fiesta: 239). En esta oposición de las dos miradas y lecturas: la de la caja negra, y la del sueño-utopía revolucionaria, en esta contraposición radica el intento por desmitificar la Revolución, que también encontramos en El libro perdido de los origenistas cuando se describe la pérdida de la Atlántida relatada en el cuento de Eliseo Diego: “ la isla perdida de la Atlántida, el continente perdido. Historia de la Atlántida que es la historia de Utopía que es la historia de Cuba ” (26). La Revolución como cambio / Fijeza de la temporalidad revolucionaria Toda revolución implica un cambio que refiere a un nuevo origen político, tal como Hannah Arendt explica en Sobre la revolución: “ sólo cuando el cambio se produce en el sentido de un nuevo origen [. . .] para dar lugar a un cuerpo político nuevo ” (Arendt 1992: 36). Los textos de Ponte colocan en el nuevo origen revolucionario, el inicio de la inmovilidad, la detención del tiempo histórico. En La fiesta vigilada, la cita de un fragmento de Walter Benjamin sobre los disparos revolucionarios a los relojes de fachada durante la Comuna, que terminaron detenidos por las balas, es la metáfora primera para exponer la idea de origen como detención del tiempo que supone la revolución cubana (Fiesta 2007: 119 - 128). La constitución de un nuevo origen, un principio de los tiempos, un nuevo fundamento, despierta otro sentido de la Revolución como regreso (re-volución) a ese punto inicial, como temporalidad circular que viene a sustituir la sucesión lineal: “ se intenta fijar una hora para siempre, se le corta el paso al Tiempo ” . Esta circularidad, este retorno da lugar a la conmemo- Teresa Basile 157 ración que cita las fechas importantes del calendario revolucionario: “ Desatarían una campaña de conmemoraciones en desagravio, y los discursos oficiales harían continuos llamados al instante preciso e inolvidable del triunfo ” . 8 Esta reificación del origen es, además, el punto inicial de la macronarrativa revolucionaria. La inmovilidad, el estancamiento, la fijeza de la Revolución apunta en primer lugar a la extensa permanencia de una revolución que se iniciara en 1959 y que si bien ha logrado sobrevivir durante décadas, también ha padecido un proceso de desgaste y burocratización: “ Lo que fuera aventura abierta, ya se institucionalizaba ” (121); “ el tedio de burócrata ” (122). En segundo lugar, 1989 fue un momento decisivo para Cuba por las perspectivas de cambio que se perfilaban. La caída del Muro de Berlín, la paulatina desintegración del bloque socialista de la URSS y la implementación de la perestroika y glasnost como vías de renovación política, aparecieron en el horizonte cubano como alternativas de transformación en el régimen revolucionario, como paso hacia la democracia, hacia la descentralización del Estado, hacia una mayor apertura. El vislumbre de esta oportunidad de ensanche dio lugar a un intenso y fuerte despertar de proyectos culturales y artísticos de diversas tendencias. Muchos, sin embargo terminaron consignando el fracaso y la desilusión de las esperanzas puestas en un cambio. Algunos cuentos de Ponte, en especial “ Una tirada del libro de los cambios ” ( “ Estación H ” refiere directamente a la inmovilidad) 9 alude a esta posibilidad de un cambio que se frustró. De un modo más central, la Revolución como punto de inicio y a su vez meta final de un macrorrelato teleológico, supone haber arribado a un destino, haber alcanzado el telos, haber obtenido una certeza, un punto inmóvil desde la cual construir el futuro. “ Una tirada del libro de los cambios ” metaforiza, entonces, la necesidad de transformación en el curso de la Revolución a través del juego de cambiar los muebles de lugar que realizan dos hermanos. En la casa de la playa, el hermano mayor y el menor, fuera de la vigilancia de los padres ausentes, juegan a cambiar los muebles de lugar en un cuarto a oscuras: “ La noche anterior han hecho un juego raro: uno cambia de sitio los muebles [. . .] para cuando el otro 8 Varios textos de Ponte emplean una estructura temporal circular, que se cierra en sí misma como un tiempo estancado y sin salida: el final de Las comidas profundas reenvía al inicio, y especialmente el cuentario Corazón de skitalietz, en el cual el protagonista del primer relato ( “ Viniendo ” ) que llega a La Habana luego de una estadía de estudios en Rusia e intenta encontrar un lugar propio, puede vincularse con el protagonista del último cuento ( “ Corazón de skitalietz ” ) quien finalmente reconoce que está fuera de La Habana, como si se encontrara en el punto de partida, ya que no ha logrado hallar un espacio propio: “ Escorpión tuvo la sensación de que alguien lo miraba, de que pertenecía a un rodaje de exteriores. No sabía qué hacer frente a Dios o a la cámara ” . 9 Ambos cuentos pertenecen al cuentario Corazón de skitalietz, publicado en el volumen Un arte de hacer ruinas y otros cuentos (2005), con prólogo de Esther Whitfield, FCE, México. 158 Confines y sinfines de la revolución cubana vuelva. El hermano mayor deja la bicicleta afuera, entra a la casa completamente oscura y tiene que encontrar el camino entre los muebles ” (Ruinas: 129). Juegan, así, a alterar el registro de lo “ previsible ” , a contravenir el orden de lo dado, a interrumpir, ya que la meta es alcanzar el “ interruptor ” de la luz: “ Consigue al fin llegar a la meta, que es el interruptor en la pared ” (130). Así, para prender la luz, hay que interrumpir. El relato insiste en reflexionar desde varios ángulos sobre el juego de “ los cambios ” hasta convertir al cuento en una disquisición filosófica. En este juego con los muebles, la casa se vuelve borgeanamente un tablero de ajedrez, el escenario máximo de los cambios posibles, el ejercicio de una voluntad de transformación. El texto alerta y especula sobre la índole de los cambios: los que apenas son un giro de las cosas, una movida de los muebles para conservar el orden, y aquellos que procuran un cambio real. 10 La escritura del cuento juega con la ironía ya que por un lado exaspera barrocamente los términos que aluden a la Revolución como cambio (el “ cambio ” , la “ transformación ” , la “ rotación ” , el “ giro ” ) y por el otro, elide la palabra “ revolución ” . La elipsis de la “ revolución ” , entonces, despliega una ironía: la Revolución es aquello que no cambia. El relato apunta tanto a una reflexión sobre la posibilidad de un giro, un cambio decisivo que abra nuevas puertas dentro de la Revolución; como asimismo a explorar aquellos cambios que terminan por reponer el mismo orden. El reclamo de un viraje dentro de la Revolución auspiciado por el nuevo contexto que se abría a inicios de los noventa con el fin de la Guerra Fría, con la desarticulación de la Unión Soviética y el derrumbe del comunismo, fue clave para esta generación. Varios artistas y escritores cubanos jóvenes terminaron consignando el fracaso y la desilusión de las esperanzas puestas en un cambio. Algunos, como Ponte, percibieron las transformaciones y giros que la Revolución implementó en los noventa para adecuarse a los nuevos tiempos (en especial la desovietización de la cultura y su renacionalización) como otros tantos modos en que el régimen revolucionario se adaptaba para sobrevivir. Señalan el gatopardismo y sus políticas culturales centradas en el uso de un nacionalismo reciclado. También Iván de la Nuez consigna el fracaso de esta apertura en la Isla, la frustración de la generación de los noventa: Así que 1989 se saldó con la clausura de los proyectos más interesantes de los intelectuales que habían nacido con la Revolución y que, a través de la cultura y el arte, habían pedido desde varios proyectos la unificación del crecimiento cultural 10 Confrontar las siguientes citas “ Quien lo ha hecho a menudo conoce que esos cambios consisten principalmente en un giro de las cosas: las paredes de la habitación permanecen fijas y lo que contienen adentro rota [. . .]. La ilusión termina al fin de ese plazo. Después las cosas vuelven a lucir como antes [. . .]. Resulta muy difícil desarticular el orden que hemos dado a los muebles. Ellos no parecen dispuestos a permitir que las antiguas relaciones se rompan ” ; “ El verdadero cambio consistiría en un cambio en las paredes. O en dejarlo todo e irse de la habitación ” (Ruinas: 130 - 131). Teresa Basile 159 bajo el socialismo cubano con la posibilidad de una apertura democrática (de la Nuez 1999: 165). Por su parte, el cuento “ Estación H ” convierte a una estación de ferrocarril, a los trenes que la cruzan, en espacio de estancamiento, de inmovilidad. En esta estación no sucede nada, casi nada. Un “ señor mayor ” baja del tren con una caja de madera, un juego de ajedrez, para encontrarse con otro jugador - quien resulta ser un niño de siete años acompañado por su padre - que debe venir del tren que cruza en sentido contrario, pero que llega tarde, cuando ya el señor mayor se ha recostado en el banco de afuera a esperarlo, se duerme y la partida no tiene lugar. Apenas si juegan el viejo con un empleado a las “ damas ” ( “ Le cansaba estropear el ajedrez con una partida de damas ” , Ruinas: 138). El juego de ajedrez no tiene lugar, el desafío entre el viejo y el niño no se produce, porque en esta Estación casi nada sucede. Aquí, a pesar del cruce de trenes, la inmovilidad es la nota central de la Estación H. El título elide la letras de la ciudad de La Habana en la H de la Estación, reconvirtiendo su nombre en una letra muda, en el enmudecimiento de la ciudad. Como en los relatos de Kafka, este cuento trabaja con el desencuentro, con la dilación, con la espera, con el aplazamiento. La prosa incluso adquiere un tono moroso, lento, reiterativo, estático, pausado, tardo, el relato se arrastra. 11 Esta inmovilidad que corta el flujo temporal hacia el futuro, detiene a la Isla en el pasado, habitada por ancianos que aún ven con los mismos anteojos previos a la Revolución, tal como asegura la anciana en “ De este lado del Muro ” : “‘ ¿Sabes que conservo la misma graduación del año cincuenta y siete? ’ , preguntó a propósito de sus gafas. ‘ Veo todas las cosas exactamente igual que entonces ’” (Muro: 38). Los niños, los jóvenes, los adolescentes (siempre presentes en los textos de Ponte) no pueden jugar, y constituyen el mayor porcentaje de los que abandonan la Isla, según las estadísticas del exilio cubano. El hombre nuevo / Conducta impropia En el capítulo tres de Las comidas profundas es el ser humano el que se tensa entre los requerimientos de la política revolucionaria y aquellos del individuo para cuestionar los alcances del “ hombre nuevo ” que la Revolución elevó a modelo de la eticidad ciudadana. A partir de los diversos significados del verbo “ comer ” , se oponen dos concepciones: una política, la otra literaria. Por un lado, la instrumentalización del ciudadano por parte del Estado, que obliga a servirlo constantemente, y que supone “ la desaparición del individuo por 11 Véase también Basile, Teresa (2010): “ Estación Habana. Sobre Corazón de skitalietz de Antonio José Ponte ” en que analizo estos cuentos desde otros ángulos. En prensa. 160 Confines y sinfines de la revolución cubana requerimientos históricos ” (comidas: 21). Para el Estado revolucionario comer se vuelve sinónimo de incorporar “ no podía ser otra cosa que volverse sumando de organizaciones políticas, entrar a la obligatoriedad del servicio militar o marchar a cortes de caña ” (ibíd.). En cambio Lezama enriquece el comer con el templar, con el acto de amar. De este modo, si para el arte comer implica recolocar al hombre, su boca, su deseo en el centro de la polis; en cambio, para el Estado, el hombre es un medio para el proyecto comunitario, más que un fin en sí mismo. El Che Guevara describe para Cuba y para América Latina el modelo de hombre que la Revolución proyecta como herramienta para la construcción del socialismo, explica el nuevo concepto de individualidad superadora de las “ lacras ” del capitalismo. Este hombre nuevo construye su individualidad en el proceso de concientización de la Revolución y en el trabajo para el bien de la comunidad, con lo cual se vuelve agente de la historia y escapa a la enajenación propia del capitalismo (Guevara 1965). Las comidas profundas ilumina los costos de la imposición de este “ hombre nuevo ” : la pérdida de la libertad del hombre para elegir su destino, la reducción de la compleja individualidad del ser humano en la “ entrega total a la causa revolucionaria ” , en la plena identificación de la masa con el líder, en el adoctrinamiento por parte de los aparatos ideológicos del Estado y especialmente en el sacrificio que cercena las necesidades individuales, los deseos personales, las libertades de elección y la variedad múltiple de experiencias posibles en pos de los ideales revolucionarios. La vida privada no sólo se achica, se encoge, se reduce ante el avance de lo público-estatal, también se deprecia. La insignificancia de lo personal queda opacada frente a los alcances de los ideales revolucionarios. Dice Guevara: “ Nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos, a las causas más sagradas y hacerlo único, indivisible. No pueden descender con su pequeña dosis de cariño cotidiano hacia los lugares donde el hombre común lo ejercita ” (1965). La Revolución y sus ideales, el trabajo en común, la estatización de las propiedades privadas conducen necesariamente a un menoscabo de lo familiar, a una devaluación de la vida individual, privada; tal como dice el Che “ existe el peligro de las debilidades [. . .] la preocupación de que a un hijo le falte determinado producto, que los zapatos de los niños estén rotos, que su familia carezca de determinado bien necesario, bajo este razonamiento deja infiltrarse los gérmenes de la futura corrupción ” (ibíd.). Los textos de Ponte parecen recoger y hacerse cargo de estos objetos mínimos, cotidianos, terrestres y devaluados por la ética revolucionaria. En el reverso de esta crítica, Las comidas profundas expande una erótica de la vida que se propone reintegrar la totalidad del hombre, la multiplicidad de sus facultades, la diversidad de sus deseos a través del arte del buen comer, de una erótica del gusto y de una política gastronómica, todo lo cual presupone otro modelo de subjetividad y otro cuadro de valores. Las “ comidas profundas ” Teresa Basile 161 exigen el concurso de todas las facultades del ser humano, ponen en juego el cuerpo, el deseo, la muerte, el amor, la memoria, el gusto, la libertad, el disfrute; requieren de un lento aprendizaje; trasuntan las más diversas experiencias y acompañan la vida entera. Repone la imagen de Cuba como Utopía del deseo, como República de las letras. Así, responde al control ejercido por el gobierno sobre los escritores y artistas con la impugnación del paradigma ideológico como medida para calibrar la vida humana y con la defensa del gusto, el de las comidas y el del arte. La exigencia de un sujeto pedagógico (Bhabha 2002: 175 - 209) de la Nación revolucionaria en la figura del hombre nuevo, de un modelo de escritor ejemplarizado en el sacrificio a la patria de Martí, de una “ eticidad ” que Cintio Vitier rastrea en Ese sol del mundo moral, es decir, el seguimiento de una jerarquía estricta de valores impuesta a la sociedad, se articuló a través de una serie de leyes, instituciones y políticas de control y persecución acompañados de un discurso higienista, que la película Conducta impropia (de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal, 1984) sintetiza y recorre desde su título. Varios de los entrevistados en el film describen los diversos modos en que la conducta impropia se hizo efectiva desde la “ ley de extravagancia ” en el comportamiento de los ciudadanos, la “ ley contra la vagancia ” , la “ ley del diversionismo ideológico ” , la “ protección sexual y normal del desarrollo de la familia ” , que se ejercían contra hippies, homosexuales, prostitutas, testigos de Jehová, artistas, opositores políticos, todo aquel que mostrase una conducta impropia o fuese un antisocial. Eran detenidos bajo estas leyes e ingresaban en un plan de rehabilitación y de reeducación, podían ser llevados a un retiro psiquiátrico o a los campos de la UMAP (Unidades militares de ayuda a la Revolución) o ser sometidos a las depuraciones morales que tenían lugar en la Universidad y en otras instituciones educativas, entre otras políticas. Esta ética revolucionaria, austera y militar, se hizo visible también, en - para decirlo en palabras de Ponte - la clausura de la fiesta desde los primeros tiempos de la Revolución, con el cierre de bares, cabarets, night clubs, restaurantes, hoteles, cines, clubes, con la censura del film P. M. por “ obsceno y contrarrevolucionario ” , con la campaña de las tres P: contra prostitutas, proxenetas y pederastas, con el despliegue de “ la inquina revolucionaria contra la fiesta ” (Fiesta: 124). La fiesta vigilada contrapone el discurso ético, higienista, pedagógico, las políticas de control y el sistema punitivo-correctivo, a la fiesta como un escenario que permite la convivencia de las diversas subjetividades, el ingreso de los otros, tal como aparece en la cita de un párrafo de Elías Canetti: “ En las antípodas de los disparos a relojes, la fiesta no pretendía fijar ninguna hora, sino dejar que corrieran todas. Canetti haría notar que en ella no existía meta única para sus participantes, ni objetivo que debieran alcanzar todos juntos como masa. ‘ La fiesta es la meta y ya la han alcanzado ’” (126). Así la fiesta aparece como un dispositivo, como un escenario des-totalizador de la cultura, abierto a las diferencias. 162 Confines y sinfines de la revolución cubana Ponte recupera y profundiza cierta conceptualización de la fiesta vinculada a la tradición lezamiana, a la fiesta del arte, al banquete de los sentidos y de las diversas culturas, al eros relacionable, a la fiesta innombrable que era nacer en Cuba. La fiesta en el texto de Ponte supone, entonces, políticas alternativas al régimen estatal, convoca a los cubanos de afuera, tal como sucede con la música que en tanto esperanto se vuelve una lengua capaz de establecer vínculos entre la isla y el exilio (aún cuando la música no esté al margen de las peleas político-ideológicas) introduciendo la errancia dentro del nacionalismo: “ La música, lo mismo que el amor, pasa por encima de cualquier diferencia ” (Fiesta: 129). El texto revisa diversas manifestaciones del arte, como la literatura, la música, el cine, la arquitectura, cuyas prácticas desbordan los límites de los valores del discurso revolucionario, tal como se advierte en el dictamen que detuvo y paralizó la construcción de la Escuela de Arte Cubanacán: Si la sensualidad corresponde al mundo erótico, que se genera en el ocio, en la vida contemplativa y coincide con el impulso irreflexivo, la irracionalidad, el espíritu representativo de la Revolución es totalmente diferente: el rigor impuesto por la lucha permanente contra el enemigo, el duro y tesonero trabajo necesario para salir del subdesarrollo, la educación científica necesaria para dominar los recursos disponibles en el mundo contemporáneo y proyectar así la sociedad hacia el futuro, postulan la integración social activa y no el aislamiento individual contemplativo (Fiesta: 187 - 188). Luego de la clausura de la fiesta se inicia la guerra, lo que dará lugar a un discurso sobre la inminencia de la guerra por parte del gobierno cubano, que instala un régimen de plaza sitiada: El país clausuró sus playas y concentró toda su atención en los arsenales secretos: misiles o radares. La industria de la guerra vino a reemplazar a la industria del turismo, preparativos bélicos relevaron al trapicheo turístico. La fiesta fue sustituida por arengas, la prostitución por otras fanfarronerías del cuerpo. Y La Habana fue declarada campo de guerra que duraría décadas. (66) El sistema correccional, educativo, punitivo, de vigilancia y control, que recorre los textos de Ponte, constituye un cuestionamiento a la pérdida de libertad dentro del estado revolucionario. Hannah Arendt (1992) explora el lugar problemático de la libertad dentro de los procesos revolucionarios, advirtiendo la primacía de la “ liberación ” , es decir la importancia de la “ cuestión social ” con su reclamo de liberación de los sectores oprimidos, de igualdad con el resto de los ciudadanos, de un bienestar que permita la satisfacción de las necesidades básicas del ser humano. En esta preeminencia de la “ liberación ” por encima de una “ libertad ” - que requiere el establecimiento de instituciones democráticas firmes para resguardar los derechos de los individuos, para asegurar un espacio público y una participación en la política - Arendt encuentra el riesgo del despotismo, las políticas de perse- Teresa Basile 163 cución y de exclusión, justificadas a través de los relatos de la liberación y de la utopía como única verdad. La fiesta vigilada marca en los primeros días de la Revolución triunfante, una división de poderes que fractura el poder entre los ministros que procuran resguardarse en la ley, y el poder de los revolucionarios fundado en su calidad de ejército: Luego del triunfo revolucionario el poder político parecía haberse dividido en dos. En el palacio presidencial, enclavado en la ciudad vieja, se reúne el consejo de ministro. Preside ese consejo un hombre de leyes. “ La legalidad misma en su universalidad más formal y más tiránica ” , lo describe Sartre. Y en una suite del recién inaugurado hotel Havana Hilton planta campamento la comandancia del ejército revolucionario (Fiesta: 79). La comunidad revolucionaria / Las nueve Troyas La ejemplaridad del “ hombre nuevo ” , la postulación de una ética revolucionaria, el extenso sistema de vigilancia sobre la población, las políticas correctivas frente a las “ conductas impropias ” , las ideas revolucionarias que el ciudadano debía compartir para el bien común, todo ello postulaba la idea de una comunidad regida por determinados valores éticos, ideas políticas y elecciones culturales que le dieran unidad, coherencia y pertenencia. El primer cuento de Corazón de skitalietz, “ Viniendo ” (Ruinas: 109 - 124), explora el conflicto entre una identidad singular y otra comunitaria, a través del intento del protagonista por configurar un lugar propio en La Habana. Comienza con el regreso de Rusia a La Habana de un estudiante cubano luego de una estadía de cinco años en la universidad soviética, pero ya desde su título -“ Viniendo ”- , se nos anuncia un problema con la experiencia del regreso: el gerundio borronea el sitio de llegada, lo desdibuja como lugar de arribo, de fin del viaje, así el vector de esta temporalidad progresiva no alcanza la meta final. El aoristo se sustituye por el estado durativo del gerundio, el cual además es una forma no personal del verbo - ¿quién está viniendo? Como dispone uno de los textos mayores sobre el regreso a la patria, la Odisea de Homero, el retorno (nóstos) “ dulce como la miel ” implica una serie de ritos en torno al reconocimiento, al pasaje del afuera al adentro, del extranjero al ciudadano, del desconocido al familiar, de lo ominoso a lo propio, así Nadie (outis) como lo llama Polifemo podrá volver a ser Ulises (Hartog: 1999). Todo regreso activa una serie de procesos, pruebas, actos, pasajes, ceremoniales de llegada, reconocimiento e ingreso al lugar de lo propio. “ Viniendo ” interfiere esos rituales e interrumpe la esperada anagnórisis final. El regreso aparece entonces como un exilio, como un naufragio, una deportación ( “ Es una deportación ” ); se arriba a un país extraño, a la intemperie (en Rusia estaba “ abrigado ” ); el protagonista deviene un extranjero perdido en su propia 164 Confines y sinfines de la revolución cubana ciudad ( “ tuvo la sensación de estar perdido en La Habana ” ), o un espía que no encuentra su contacto ( “ no alcanzaba a encontrar su contacto ” ). En lugar del ritual del reconocimiento, el joven enfrenta una serie de escenas de des-conocimiento en su intento por buscarse “ a sí mismo ” ( “ Supo entonces que se buscaba a sí mismo ” , ibíd.). Procura reencontrase en los espacios de la vida cotidiana, en el interior del ámbito familiar, entre los amigos, y también intenta descubrirse en las escrituras del yo, en las letras de lo privado: así revuelve las fotografías familiares en casa del abuelo, recibe las cartas de amor de su ex novia, y rastrea incansablemente su “ diario ” . Pero no logra verse en su diferencia, el yo sólo se muestra en los “ parecidos ” con los demás. Así la profesora lo encuentra parecido a su nuevo alumno ( “ ¿Sabes que a veces me recordaba a ti? ” ); él mismo equipara al alumno con su hermano ( “ Él recordó al alumno [. . .] en las fotografías su hermano se le había parecido un poco a él ” ); el abuelo lo confunde en unas fotografías con el hermano muerto ( “‘ Pues creí que eras tú ’ , fue su disculpa ” ). El parecido obtura la singularidad del yo. El ciclo se cierra en el final del relato cuando el protagonista se reconoce - irónicamente - en una grupo de reses - en el rebaño - al detenerse el tren de noche en medio del campo, allí oye no sólo los gritos de las reses, también los “ nombres ” de las reses cantados por los reseros. El “ nombre ” de las reses viene a mostrar una de las elisiones que atraviesa este cuento: el nombre propio. Sobre todo no hay reconocimiento porque no hay nombre: quizás podemos postular que el principio articulatorio de varios de los cuentos de Corazón de skitalietz, uno de sus nudos centrales está en la anonimia, la falta de un nombre; así tenemos: el “ protagonista ” , el “ compañero de habitación ” , la “ novia ” , la “ profesora ” , el “ abuelo ” , el “ hermano ” , la “ amiga ” entre tantos otros. Esta búsqueda de la identidad en los espacios de lo privado y en los lugares de lo cotidiano, rehuye y se distancia de los procesos de identificación en los territorios de lo público, esquiva las formas de pertenencia ancladas en lo ideológico, lo político, lo estatal. No es posible extraer de estos cuentos algo que se acerque a una propuesta identitaria o política de signo definido y delimitable, por el contrario sería más acertado pensar en la posibilidad de una pertenencia de la “ impertinencia ” como propone Agamben, es decir una “ singularidad ” que no se define respecto a “ una propiedad común (a un concepto, por ejemplo: ser rojo, francés, musulmán), sino sólo a su ser tal cual es ” (Agamben 1996: 9). Si para Agamben las banderías del rojo, francés y musulmán suponen un empobrecimiento del plural “ ser cualsea ” (ibíd.) en los relatos de Ponte no parece asomar ninguna voluntad de asumir una identidad pública, ningún deseo por reconocerse en los sitios institucionales, sino su vaciamiento. Estado e individuo como polos extremos que tensan ese contexto de los noventa y deshabitan la esfera pública, saturada por las redes estatales. Varios personajes se distancian de una “ voluntad de nacionalidad ” (Renan 2000) no tienen deseo de regresar, todos fantasean con la idea de poder quedarse en Rusia: el protagonista piensa antes de partir para La Habana Teresa Basile 165 “ Tendría que quedarme en Rusia ” (Ruinas: 110); su compañero elige el camino más largo - por Odessa - y especula con un naufragio; y la ex novia finalmente logra encontrar la fórmula para quedarse. Ella, la única que consigue no regresar, exhibe una decidida voluntad de extranjería que la lleva a desfigurarse en un proceso de des-identidad: así engorda hasta casi volverse irreconocible, mira películas indias dobladas al ruso, rompe con su grupo de amigos, se muda de habitación, se viste con ropas que “ la volvían árabe o algo así ” (122), niega su identidad y su lengua, habla en una lengua extranjera, irreconocible, intraducible: la ex novia es un destilado del deseo de convertirse en extranjera. Lo que no significa en el interior del texto que el exilio aparezca como una solución sencilla o una alternativa sin problemas: “ Deja tu nostalgia ” , le pidió en tono cortante, “ que aquello tampoco era una maravilla ” (23). “ Viniendo ” , entonces, obtura los procesos de arribo, reconocimiento y pertenencia. El único vínculo posible de identidad se articula en término de “ reses ” , del “ uno como muchos ” : entre el interior del individuo y el exterior de las reses, entre la identidad singular y la comunitaria, entre el espacio de lo privado y el territorio de lo público, no se vislumbra un sitio para habitar, a lo sumo un puro deambular. Este relato interroga así las metáforas de la cohesión social que la Revolución instauró. Una de las inquietudes que recorre varios cuentos de Corazón de skitalietz es el difícil intento de habitar en “ comunidad ” : desde el protagonista que arriba de Rusia en el primer cuento hasta el “ skitalietz ” del último, todos buscan modos alternativos de vida que no se anclen en las grillas ofertadas desde el Estado, ni en sus redes institucionales, pero que tampoco signifiquen la pertenencia a una bandería contraria o diversa, por minoritaria que sea. En esta línea, cierto debate en torno a la “ comunidad ” explora nuevos modos de articulación del ser humano con la comunidad que no supongan la fusión o comunión íntima de una serie de miembros como un modo de fraguar un vínculo común; ni la necesidad de compartir una identidad, un proyecto, una mitología, una teleología, un macrorrelato o una obra (la comunidad desobrada); ni la ocupación de un espacio común delimitado por fronteras; sino que procuran pensar una comunidad abierta a la diferencia más radical, a la alteridad, al afuera y a lo inconmensurable; que sustituya la figura del individuo (lo indiviso) por la del ser singular (siempre plural); que abandone la instancia de una fusión o comunión por una partición, conexión, comunicación o “ ser-con ” ; que habite un “ lugar común múltiple ” con espacios adyacentes y vicarios; es decir, que se articule en términos de una comunidad “ inesencial ” no sujeta por la “ unión de esencias ” , sino por la “ dispersión de la existencia ” , en definitiva “ una comunidad sin presupuestos y sin sujetos ” , irrepresentable, inidentificable. 12 La fiesta vigilada habla sobre la permanencia 12 Cf. las reflexiones en torno a la comunidad que se fraguaron desde comienzos de los años ochenta, algunos de cuyos principales textos (de los cuales he citado los términos 166 Confines y sinfines de la revolución cubana de un muro en Cuba cuando ya ha caído el de Berlín: “ Cayó un muro, pero cuántas fronteras no permanecen en pie ” (Fiesta: 40). La exigencia de deconstruir este muro y su ideología, y rearticular las memorias dispersas de los extramuros será una de las respuestas de Ponte, no una sola muralla, sino las nueve Troyas sepultadas: En sus excavaciones Schliemann descubrió nueve ciudades sobrepuestas, sucesivas Troyas. La más reciente arqueología habanera, toda esa memorabilia en paredes recuperadas de bar, no ocultaba su predilección por una sola Troya y se desentendía de las otras ciudades que fueron La Habana (97). Épica / Ironía La ironía en los textos de Ponte contamina las promesas de la Revolución y las devuelve como incumplidas, retoma las palabras del relato emancipatorio para mostrar sus límites, sus fallas, sus fracasos, sus contradicciones. El regreso de la fiesta en los años noventa, el retorno de aquella fiesta que la Revolución en sus inicios estigmatizó desde su ética de la austeridad, prohibiendo la fiesta, cerrando los bares, educando a las prostitutas, es uno de los momentos en que la ironía se hace más poderosa. Todo aquello que la Revolución se ocupó de desterrar, regresa como una nueva versión de la Cuba “ prostibularia ” al alcance de los ricos turistas norteamericanos, similar a aquella que el film P. M. de Sabá Cabrera testimonió en los comienzos de la Revolución y que desde la ética revolucionaria recibió censura por propagar una imagen hedonista y corrupta de una Cuba que comenzaba a ensayar otro destino para sí misma. Es el regreso - extemporáneo - de la Cuba de los cincuenta bajo el gobierno de Batista, representada por su vida nocturna, por Tropicana y los night-clubs, sensual y venal, entregada al capital yanqui, es también la Cuba alegre de Tres Tristes Tigres de Cabrera Infante. Pero regresa vigilada; esta “ fiesta ” se inserta en el orden frugal y severo de la Revolución, lo que da lugar a los desajustes - casi promiscuos - entre ambos órdenes: si los hoteles se llenan de luces, el afuera de La Habana se encuentra a oscuras por los apagones. La fiesta, entonces, tiene como telón de fondo la miseria, los apagones, la carestía en la que siguen viviendo la mayoría de los cubanos; se sabe, a las fiestas no ingresa cualquiera. Richard Rorty nos describe el perfil del ironista como aquel que deconstruye las fundamentaciones trascendentes de las narrativas nacionales y en su lugar coloca la contingencia. Rorty propone sustituir al metafísico con el ironista: entrecomillados) son: Jean-Luc Nancy, La comunidad desobrada, Madrid, Arena Libros, 2007; Jean-Luc Nancy, Ser singular plural, Madrid, Arena libros, 2006; Maurice Blanchot, La comunidad inconfesable, Madrid, Arena Libros, 2002; Giorgio Agamben, La Comunidad que viene, Valencia, Pre-Textos, 2006; Roberto Esposito, Communitas: origen y destino de la comunidad, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 2003; entre otros. Teresa Basile 167 mientras el primero sostiene la existencia de una realidad única; el ironista conoce la contingencia de lo real y su instancia lingüística, retórica; mientras el metafísico postula una unidad entre lo público y lo privado; el ironista separa ambas esferas y contrapone valores (Rorty 1991). El ironista se confundirá en Ponte con el ruinólogo, el excavador, el arqueólogo en la común tarea de socavar la arquitectura metafísica del relato revolucionario, y devolvernos la imago de los derrumbes, las ruinas, los naufragios, la caída de Ícaro, el basural, la carestía, el hambre, los apagones, desde una escritura que se hace cargo del “ apagón de las metáforas ” como marca de una estética capaz de traducir la crisis del relato emancipatorio, tal como Ponte señala en una de sus entrevistas: “ Un apagón no sólo literal sino también metafórico, el apagón de las metáforas ¿Cómo utilizar esas grandes metáforas de mis antecesores literarios [Carpentier y Lezama Lima], cómo sostenerlas en la crisis? ” 13 Bibliografía Agamben, Giorgio (2006): La Comunidad que viene. Valencia: Pre-Textos. Arendt, Hannah (1992) Sobre la revolución. Buenos Aires: Alianza. Basile, Teresa (2008): “ Interiores de una isla en fuga. 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Su particular interés en el género, afirmaba Padura, radicaba en el hecho de que “ la novela policial ha demostrado ser, en efecto, el género de nuestro tiempo ” , prestándose en sus diversas ramificaciones “ hoy, más que nunca, como una valiosa posibilidad literaria de penetrar en el mundo de la violencia, la política, la guerra y la muerte: es decir, en el mundo contemporáneo ” (1988: 55, 57). En cuanto al concepto del género y sus posibles reglas o fórmulas, Padura sigue, por de pronto, la línea poco formal de Raymond Chandler, quien destacó su exceso de fluidez y variedad “ como para admitir una fácil clasificación ” , concluyendo: “ Nadie sabe exactamente qué es lo que la hace funcionar, y con frecuencia algunas novelas policiacas famosas carecen de una u otra de las cualidades estimadas esenciales ” . 1 Más adelante, Padura se decide por adjudicarle a la novela policial “ determinadas características diferenciadoras y tipificadoras ” , que sí permitirían su “ clasificación ” ; sin embargo, no le interesa el género en cuanto concepto universal, sino “ como una manifestación más, interdependiente, de la literatura nacional o regional en que se produjo o se está produciendo ” , ya que “ su nacimiento se debe a un contexto histórico, social y literario específico ” (ibíd.: 57 - 58). Una constatación que en su evidencia pueda parecer trivial, pero que es especialmente válida en el caso específico de la novela policial cubana, teniendo que ser enjuiciada - tanto la “ revolucionaria ” de los años setenta y ochenta como la “ nueva ” que nace a finales de los ochenta - desde dentro de la Revolución y del momento histórico que le dio su razón de ser. 1 Raymond Chandler: “ Apuntes para la novela policial ” ( “ The Simple Art of Murder ” ), en: Padura Fuentes 1988: 56. Antecedentes a contrapelo: la novela policial “ revolucionaria ” El contexto histórico de la novela policial “ revolucionaria ” se remonta al primer lustro de los años setenta, el aciago “ quinquenio gris ” , que a raíz de una situación política incierta y una grave crisis económica acabó con las amplias libertades de expresión que habían gozado los escritores y artistas hasta entonces. Como se declarara en el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura, celebrado en La Habana en abril de 1971: El arte es un arma de la Revolución. Un producto de la moral combativa de nuestro pueblo. Un instrumento contra la penetración del enemigo. [. . .] Nuestro arte y nuestra literatura serán valiosos medios para la formación de la juventud dentro de la moral revolucionaria, que excluye el egoísmo y las aberraciones típicas de la cultura burguesa (Política cultural 1977: 57 - 58). Nace entonces el género policial “ revolucionario ” como “ arma de la Revolución ” e instrumento de educación en el sentido del “ hombre nuevo ” de Guevara, impulsada y promovida por el concurso anual “ Aniversario del Triunfo de la Revolución ” , convocado por la Dirección Política del Ministerio del Interior (MININT). 2 En el prólogo a la novela La ronda de los rubíes de Armando Cristóbal Pérez, que en la segunda edición del concurso, en 1973, ganó el primer premio de novela, Francisco Garzón Céspedes precisa lo que se espera en concreto de las narraciones policiales; tendrán (cita el texto de la convocatoria) “ un carácter didáctico y serán un estímulo a la prevención y vigilancia de todas las actividades antisociales o contra el poder del pueblo ” (1979: 5 - 6). Los delitos enfocados serán por consiguiente los que se dirigen tanto contra la sociedad como contra el Estado: por un lado la delincuencia común, producto de las “ deformaciones inherentes al sistema capitalista actuante sobre Cuba con anterioridad a 1959 ” (ibíd.: 6) y los problemas inevitables en una sociedad que, como la cubana, se encuentra en una fase dinámica de transición; por otro lado, las actividades contrarrevolucionarias, 2 En 1971 había salido - sin ninguna promoción oficial, pero resultando un verdadero bestseller - la novela Enigma para un domingo, de Ignacio Cárdenas, obra escrita ya en 1968, que tiene poco en común con lo que sería luego el modelo de la novela policial “ revolucionaria ” . La acción está situada principalmente en el ambiente de corrupción, prostitución y violencia de La Habana de los años cincuenta, y la investigación criminal está llevada por un detective privado, quien, como era de esperar, fracasa. Bien es verdad que la solución del caso (y la redención del detective) sólo se producen después de y gracias a la Revolución; pero el modelo que sigue Cárdenas es el de la hard-boiled school norteamericana, el cual resurgirá en la producción policial cubana sólo a partir de los policiales “ duros ” de fines de siglo. 172 La “ nueva ” novela policial cubana cuyos protagonistas son, evidentemente, los gusanos de Miami junto con agentes de la CIA. 3 En su gran mayoría, las novelas policiales (o detectivescas) publicadas durante los años setenta y ochenta siguen el modelo clásico de la “ novelaenigma ” o “ inductiva ” , pero con un afán marcadamente renovador; como explica Luis Rogelio Nogueras, el que fuera hasta su muerte, acaecida en 1985, uno de los más destacados autores y promotores del género en Cuba 4 : “ [. . .] la novela policial cubana surge, indudablemente, como fruto de la asimilación de lo mejor de la novela policial clásica, pero también como reacción contra la decadencia de la escuela inductiva y la degeneración de la escuela ‘ dura ’” (1982 a: 28). Según ese modelo, la médula del argumento la constituye un crimen misterioso, aparentemente insoluble, o sea, “ el enigma y su desciframiento ” , con un “ final inesperado ” que “ debe sorprender al lector más avisado ” , y un final “ cerrado ” , ya que (dice Nogueras) “ partimos del principio de que el criminal no puede quedar impune, puesto que atentó contra los intereses del pueblo ” (1982 b: 33). El insistir en el “ final cerrado ” , que implica el castigo del criminal y con ello la victoria de la justicia impartida por las instancias legales del Estado, asemeja la novela policial “ revolucionaria ” a la - tan repudiada - novela policial “ burguesa ” , ya que persiguen una misma intención, como bien destaca Heike Malinowski: “ la de intranquilizar primeramente y de modo pasajero al lector, para después al final darle la seguridad de que este orden está capacitado para resolver todos los problemas ” (1986: 258). La disposición y actuación del investigador ejemplar es la correa de transmisión decisiva cuando se trata de llevar a efecto los fines educativos de la novela policial “ revolucionaria ” . Es, de manera infalible, miembro de un cuerpo policial, representa la justicia legalmente instituida y se distingue menos por su individualidad que por su función y representatividad. Trabaja en equipo, apoyado en su labor investigativa por órganos populares, como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), convirtiéndose esa labor “ en un esfuerzo colectivo por restaurar una justicia que representa los intereses de la sociedad ” (Rodríguez Coronel 1983: 62). Actúa dentro de una absoluta 3 La incorporación de argumentos sustentados por la confrontación entre Cuba y Estados Unidos llevó a la novela denominada “ de (contra)espionaje ” , a ser considerada como subgénero de la novela policial. Fue particularmente esa variedad la que tuvo un éxito enorme en la Isla, máxime cuando el relato estaba basado en hechos reales, lo que era frecuentemente el caso; de modo que Rodríguez Coronel pudo afirmar con razón: “ Aparece con vigor partidista y logra una efectiva comunicación con un amplio público lector ” (1983: 72). 4 Para una (modesta) apreciación de la labor del que fuera también un poeta reconocido, véase mi nota necrológica que se publicó junto con extractos de una entrevista que “ Wichy ” Nogueras me concedió en La Habana un año antes de su muerte (Gewecke 1985). Frauke Gewecke 173 legalidad, de modo eficiente y cumplidor; es, amén de eso, cabalmente integrado en la sociedad y de una moral intachable: aquella que Fidel Castro llamara “ la acrisolada honestidad de nuestros combatientes ” (cit. en: Nogueras 1982 a: 28). Hasta 1986 fueron publicadas cerca de 40 novelas policiales, junto con unas 35 obras del mismo género, entre colecciones de cuentos, testimonios, libros para niños y piezas de teatro (Wilkinson 2006: 110). 5 Sin duda alguna, la gran mayoría de las novelas - publicadas (y vendidas) con tiradas de varias decenas de miles y hasta superiores a 100 000 ejemplares - cumplieron en gran parte con su función apelativa, que denotaba una “ componente de signo optimista-progresista ” (Franzbach 1984: 68), y con el cometido de crear y/ o reforzar la conciencia revolucionaria, junto con una actitud de vigilancia frente al enemigo interior y, sobre todo, exterior; como plantea, de modo acertado, Persephone Braham: “ The socialist detective novel was part of an institutional program of nation building and national defense ” (2004: 39). Sin embargo, ya a partir de comienzos de los años ochenta, el mismo auge del género provocó su decadencia, debida en gran parte a la fuerte presión editorial por satisfacer a los lectores ávidos de una lectura amena y fácil, pero debida también al creciente rechazo por parte de aquellos lectores que ante el esquematismo y simplismo de argumentos y personajes veían incumplidas sus exigencias más sofisticadas. Fueron varias las críticas que se le han hecho a la novela policial “ revolucionaria ” : amén de una deficiente elaboración formal - no pocos autores eran escritores aficionados, miembros ellos mismos de los cuerpos policiales o funcionarios de algún ministerio - , la igualmente deficiente profundización psicológica, con los personajes que funcionan como “ entelequias significativas - más cercanas en su esencia deductiva a Holmes y Poirot que en su esencia humana a Marlowe o Maigret ” (Padura Fuentes 1988: 67); el maniqueísmo pronunciado, que opone “ de un lado los órganos cubanos de investigación policial o de la seguridad del Estado - la encarnación del sistema y, por tanto, del bien - y del otro la delincuencia contrarrevolucionaria o los agentes de la CIA - la encarnación del imperialismo y del mal ” (Padura Fuentes 2000: 152); y, junto con ello, la fuerte carga de un didactismo triunfalista y panfletario, el famoso “ teque ” , que según José Antonio Portuondo supone “ la exposición apologética de la ideología revolucionaria, la propaganda elemental y primaria, el elogio desembozado de los procedimientos revolucionarios ” 6 . Además, durante los años ochenta la situación económica y social había ido cambiando, y para los intelectuales iba quedando atrás el “ sinflictismo ” del “ quinquenio gris ” , época 5 Clemens A. Franken, citando a José M. Fernández Pequeño, aporta los siguientes datos: entre 1971 y 1978 se publicaron 12 novelas policiales, y tan sólo entre 1980 y 1983 “ la friolera ” de 22 novelas del género (2009: 3). 6 José Antonio Portuondo (1973): “ La novela policial revolucionaria ” , en: Astrolabio. La Habana: Ed. Arte y Literatura; cit. según Padura Fuentes 2000: 151 - 152. 174 La “ nueva ” novela policial cubana que para Padura equivalía más bien a la década “ del setenta, toda ” (2000: 152). Ahora, la novela policial “ revolucionaria ” o “ socialista ” , cuya retórica era tan burda como ajeno a la realidad lo narrado, ya no podía satisfacer a un público lector más avisado y culto, el cual exigía lecturas más idóneas para captar la realidad inmediata: la “ realidad-real ” , como diría Padura Fuentes (1988: 67). En ese sentido, la novela policial había sido, siempre según el mismo Padura, un fracaso, ya que se presentaba como “ una literatura apologética, esquemática, permeada por concepciones de un realismo socialista que tenía mucho de socialista pero poco de realismo ” (2000: 153). 7 Crónica del desencanto: “ Las cuatro estaciones ” de Leonardo Padura Fuentes Las novelas que constituyen la tetralogía titulada “ Las cuatro estaciones ” 8 - Pasado perfecto (PF, 1991), Vientos de Cuaresma (VC, 1994), Máscaras (M, 1997) y Paisaje de otoño (PO, 1998) - tienen todas el mismo marco espacio-temporal: la ciudad de La Habana y el año de 1989, año que ya acusa todos los síntomas del “ Período especial en tiempos de paz ” decretado un año después y que fuera, como Padura Fuentes declaró en una entrevista, un año particularmente crítico en la historia reciente de Cuba: “ Muchas esperanzas, ilusiones, maneras de ver el mundo fueron abruptamente abortadas, o dejaron de tener sentido [. . .] ” (Díaz/ Cicero Sancristóbal s. a.). Sin embargo, continúa Padura, no quiso hacer “ la crónica de lo que sucedió en Cuba en ese momento ” , pero sí - a través del personaje central, el teniente Mario Conde - una investigación de cómo se pudo asumir el presente frente a un pasado que parecía estar errado; visto desde la perspectiva del mismo personaje: ¿Qué has hecho con tu vida, Mario Conde? , se preguntó como cada día, y como cada día quiso darle marcha atrás a la máquina del tiempo y uno a uno desfacer sus propios entuertos, sus engaños y excesos, sus iras y sus odios, desnudarse de su existencia equivocada y encontrar el punto preciso donde pudiera empezar de nuevo (PP, 56). 7 Padura Fuentes, como otros críticos cubanos, exceptúa de esta censura algunas novelas consideradas particularmente logradas; entre ellas figuran No es tiempo de ceremonias (1974) de Rodolfo Pérez Valero, El cuarto círculo (1976; primer premio de novela del concurso “ Aniversario del Triunfo de la Revolución ” ) de Luis Rogelio Nogueras y Guillermo Rodríguez Rivera y, entre las novelas de (contra)espionaje, particularmente debido al empleo de técnicas narrativas innovadoras, Y si muero mañana (1978; Premio UNEAC de novela “ Cirilo Villaverde ” ) de Luis Rogelio Nogueras y Joy (1978; primer premio de novela del concurso “ Aniversario del Triunfo de la Revolución ” ) de Daniel Chavarría. Para más títulos y una valoración positiva desde la perspectiva de la “ nueva ” novela policial cubana, véase Padura Fuentes 1988: 73 ss. 8 Se dan entre paréntesis, junto con la fecha de la primera edición, las siglas que remiten, en las citas subsiguientes, a las novelas respectivas. Frauke Gewecke 175 Esa indagación se realiza valiéndose Padura, para la estructura argumental, del modelo clásico de la novela policial o detectivesca. 9 Comienza el relato con la presentación de un crimen misterioso (o la sospecha, luego confirmada, del mismo), a la que sigue una investigación acerca de la identidad y los posibles motivos del criminal. Esta investigación es llevada por el policía Mario Conde, que en cuanto a su proceder no se diferencia en mucho de sus predecesores de la novela policial “ revolucionaria ” . Trabaja en equipo, asistido en sus pesquisas, según el caso, por colegas de diferentes departamentos, y por el sargento Manuel Palacios, que le sirve de Watson, confidente y colaborador más cercano a la realidad inmediata. Sigue el método inductivo, confiando empero menos en el principio de la racionalidad -“ Olvídate de la lógica ” , le aconseja Conde a Palacios (PP, 36) - que en su intuición, sus “ presentimientos, prejuicios y chispazos ” (PO, 114). Al final de cada novela el caso investigado se resuelve, y se aplica la ley haciendo justicia, aun cuando la detención del culpable (o de los culpables) no es forzosamente presenciada por el teniente ni se da al lector la seguridad de que en circunstancias análogas el crimen no vuelva a ocurrir. En cuanto a los hechos criminales, las novelas de Padura tampoco se diferencian mucho de la novela policial “ revolucionaria ” en el sentido de que, en última instancia, se dirigen también contra el Estado y la sociedad. Acontecen diariamente robos y asaltos, pululan por el escenario jineteras, bisneros y traficantes de todo lo que escasea o promete dólares; pero los casos investigados son de una envergadura mucho mayor: además del creciente consumo y tráfico de drogas, la criminalidad relacionada con los llamados Delitos Económicos “ gordos ” , debidos a una corrupción generalizada, en la que están implicadas las más altas esferas del poder económico y político, y hasta el mismo cuerpo policial, que se ve investigado por la Policía Interna. No son casos aislados sino deformaciones inherentes al sistema, que llevaron a una (nueva) división de las clases sociales, patente en la geografía urbana - por una parte La Habana que se derrumba y por la otra los barrios que son “ coto pasteurizado ” del nuevo establishment (VC, 52) - y que resultan en un comportamiento colectivo saturado de simulación e hipocresía, encubriendo cada cual su egoísmo con una “ máscara ” que al final se convierte “ en su propio rostro ” (M, 212). 10 9 Para las novelas de Padura Fuentes tanto la crítica como el mismo autor emplean indistintamente los términos de “ (nueva) novela policial ” o “ policiaca ” , “ neopolicial ” y “ novela negra ” ; para una (necesaria) diferenciación de “ novela policial/ policiaca ” y “ novela negra ” véase Gewecke 2010. 10 El travestismo y el enmascaramiento son temas centrales en Máscaras, la tercera novela de la serie y la más comentada por la crítica (últimamente, Buckwalter-Arias 2010), debido en gran parte al hecho de que se denuncia, con un desenfado particular, la “ parametración ” de la que fueron víctimas, durante el “ quinquenio gris ” , escritores y artistas homosexuales, entre ellos Virgilio Piñera. (Para un análisis más detallado de la entera tetralogía véase, entre las publicaciones más recientes, Uxó 2006; Viala 2007; Vizcarra Gómez 2010.) 176 La “ nueva ” novela policial cubana Sin embargo, el elemento que más fascina y al que Padura debe su consagración como iniciador de la “ nueva ” novela policial cubana, no son ni los casos criminales con su carga de crítica social (y política) - tópico recurrente en la literatura cubana tanto de la isla como del exilio y de la diáspora 11 - ni la investigación que éstos encadenan - el suspenso tiene sus límites - sino el personaje protagónico Mario Conde, que a pesar de su parentesco con el Pepe Carvalho de Vázquez Montalbán y el Héctor Belascoarán Shayne de Taibo II sintetiza de modo original los rasgos del detective “ posmoderno ” , con una idiosincrasia cabalmente cubana. Es a través de su propia perspectiva, sus monólogos interiores, recuerdos y reflexiones - lo que Néstor Ponce llama “ les ‘ temps morts ’” , “ qui se glissent dans la diégèse et interrompent la continuité de l ’ enquête ” (2010) - como el personaje se descubre a sí mismo (y al lector) en toda su complejidad y vulnerabilidad. En el cargo que desempeña desde hace diez años en la Central de Policía, Mario Conde es capaz y eficiente, aunque no “ ejemplar ” : no viste de uniforme, es indisciplinado y contestatario (aunque no disidente ni tampoco militante); pero es honesto y actúa dentro de la más estricta legalidad, aborreciendo cualquier presión o fuerza física en los interrogatorios. Su “ vocación ” de policía es una incógnita tanto para su jefe como para él mismo; pero da prueba de un espíritu justiciero o “ código ético ” , ya que “ no [le] gusta que los hijos de puta hagan cosas impunemente ” (PP, 90). Al iniciar la serie está integrado al grupo (las cosas se complicarán después), y hasta hace su trabajo con gusto; pero fuera del círculo laboral, en la dimensión humana de su existencia, está hecho un desastre. Después de dos divorcios, a la edad de 35 años, es un ser “ triste y solitario y sentimental, sin mujer ni hijos tal vez para siempre ” (PP, 142), conviviendo con Rufino, “ el pez peleador ” , que “ en la redondez de su pecera ” , cual su doble, ejecuta “ su eterno baile circular ” (VC, 86). Fuera del trabajo lleva una vida rutinaria, entregándose con devoción a fumar, a beber - tanto café como ron, con excesos etílicos que le llevan a frecuentes resacas y la subsiguiente ingestión masiva de duralginas - y, por el poco éxito en sus relaciones sentimentales, a masturbarse. Parte de esa rutina son los momentos que pasa en casa de su amigo Carlos, inválido de la guerra de Angola, donde celebran sesiones interminables de música, borracheras y comidas pantagruélicas (por cuya procedencia en tiempos de escasez Conde nunca pregunta): como él sabe, “ reiteración morbosa ” (M, 18) de un ritual, el cual no obstante corresponde a un código sagrado, cumpliendo con “ una necesidad invencible que a falta de mejor nombre se conoce como amistad ” (VC, 39). Esa amistad que le une a un reducido grupo de coetáneos, radica en un pasado compartido; en concreto, los años que estudiaron juntos en el Pre, 11 Véase, entre las últimas publicaciones al respecto, el libro monográfico de Esther Whitfield (2008), que se centra en la ficción que refleja particularmente los problemas surgidos a raíz del “ Período especial en tiempos de paz ” . Frauke Gewecke 177 después de haber ingresado en septiembre de 1972: “ un pasado donde todo fue simple y perfecto ” (PP, 84), tiempos “ en que todos eran muy jóvenes, muy pobres y muy felices ” (VC, 28). Ante el vacío de su presente, Mario Conde, melancólico y nostálgico, se sumerge en ese pasado, cual “ cabrón recordador ” , como le dice su amigo Carlos. Pero, a la vez resentido y rencoroso, le salen también “ los demonios del pasado ” (PP, 24): sus ambiciones truncadas de escritor y editor de una revista literaria (por haber escrito un cuento no acorde con las pretensiones ideológicas del momento); su amor frustrado por su condiscípula Tamara, de la que sigue entrañablemente enamorado (y cuyo esposo será el criminal cuya desaparición y muerte tiene que investigar); en suma, los “ viejos sueños ” , las “ olvidadas promesas de la vida ” (VC, 153), “ aquella larga cadena de errores y casualidades que habían formado su existencia ” (PP, 28). En este sentido, la tetralogía es un ajuste de cuentas con varios pasados: el del propio Conde (también, en parte, del mismo Padura) y el de la ciudad, sinécdoque del país y de la Revolución, que en el presente del año de 1989 - desde el invierno de la primera novela hasta el otoño de la última - vive un deterioro progresivo: escasez más aguda, brotes de agresividad en la calle, aumento de la criminalidad y violencia gratuita, y con el avance del turismo extranjero avance también de las drogas ilícitas y de la prostitución. El barrio en el que vive Mario Conde, con el que le ligaba una “ comunión sentimental ” (VC, 85), se convierte en un espacio al que se siente “ ajeno, forastero, distinto ” (M, 17). Pero mientras la ciudad devastada está amenazada de ser definitivamente borrada del mapa por el ciclón “ Félix ” , él se salva. Ha renunciado a su puesto para sentarse a escribir: [. . .] escribiría una historia de la frustración y el engaño, del desencanto y la inutilidad, del dolor que produce el descubrimiento de haber trastocado todos los caminos, con y sin culpa. Aquélla era su gran experiencia generacional, tan bien plantada y alimentada que seguía creciendo con los años, y concluyó que valdría la pena ponerla en blanco y negro, como único antídoto contra el más patético de los olvidos y como vía factible para llegar, de una vez, al núcleo difuso de aquella equivocación inequívoca: ¿cuándo, cómo, por qué, dónde había empezado a joderse todo? (PO, 26). Cuba apocalíptica: el “ falso policial ” del nuevo milenio Contra todo lo que podían esperar los incondicionales del teniente Mario Conde, que en la última entrega de “ Las cuatro estaciones ” da al traste con su cargo y oficio para convertirse en escritor, éste hace su reaparición como investigador de casos criminales a través de dos novelas: Adiós, Hemingway (AH, 2001) y La neblina del ayer (NA, 2005). En el presente de las novelas - estamos, en la primera, en 1997 y en la segunda, en 2003 - el ex policía sigue 178 La “ nueva ” novela policial cubana siendo un escritor en ciernes y sin publicar; vive de la compra-venta de libros antiguos, 12 reincidiendo en los mismos vicios y ritos que el lector ya conoce. Sigue siendo el mismo “ cabrón recordador ” , indagando “ la neblina de su propio ayer ” (NA, 102 y 104); y en compañía de sus amigos de siempre sigue insistiendo en “ rastrear en un pasado de rostro amable, cuando los alentaban sueños, proyectos y deseos hacía tiempo triturados por la realidad ” (NA, 196). A instancias y con la ayuda de su antiguo asistente, Manuel Palacios, promovido primero a teniente y luego, a capitán, Conde actúa ahora en una “ nueva condición ” de “ cabrón detective privado ” a lo Marlowe (AH, 59), mejor dicho, en cuanto “ caricatura de un cabrón detective privado en un país sin detectives ni privados, o sea, una mala metáfora de una extraña realidad ” (AH, 106). El caso del que se hace cargo Mario Conde en Adiós, Hemingway - la aparición de los restos de un sujeto no identificado en la finca habanera de Hemingway, asesinado (por el mismo Hemingway) en una noche de octubre de 1958 - le lleva antes que nada a la reconstrucción (ficticia, pero ampliamente documentada) de los últimos años, más bien turbios, del autor norteamericano. 13 En cambio, el caso investigado en La neblina del ayer es mucho más intrigante e intrincado, enmarañándose varios asesinatos del presente, que oponen a los miembros de una familia respetable, con acontecimientos del pasado: los negocios sucios de la mafia de los años cincuenta y la muerte sospechosa de una cantante de cabaret poco después del triunfo de la Revolución. Mientras Conde intenta sobrevivir a la crisis -“ aquella Crisis galopante que pronto haría palidecer a todas las anteriores, las de siempre, las eternas, entre las cuales se habían paseado por décadas ” , la que ahora “ tiene el derecho a la personificación terrible de una mayúscula ” (NA, 16) - , se adentra progresivamente en los bajos fondos de La Habana, que hasta entonces le habían sido desconocidos: el ambiente sórdido y violento de los barrios marginados con su fauna de putas descaradas y chulos pendencieros, “ un mundo al borde de un Apocalipsis difícilmente reversible ” (NA, 314 y 208). Y mientras le exasperan cada vez más la decrepitud y desolación del mundo 12 Entre sus escritores favoritos, “ autores de absoluta cabecera ” , Padura Fuentes destacó, amén de Hammett y Chandler, a Manuel Vázquez Montalbán, constatando un claro paralelismo: “ De alguna manera lo que yo he hecho es una visión cubana de lo que ha hecho Vázquez Montalbán en la España postfranquista con su Pepe Carvalho ” (Clark 2000). Hay, sin embargo, una diferencia nada casual entre Mario Conde y Pepe Carvalho: mientras que éste, desencantado de su propio pasado, va quemando diariamente los libros de su biblioteca, el Conde de La neblina del ayer se torna bibliófilo e incluso rehúsa vender valiosos libros cubanos a extranjeros, considerándolos parte del patrimonio nacional inalienable. 13 Como explica Padura Fuentes en una “ Nota del autor ” , escribió esta novela por encargo, para contribuir a una serie de novelas que debían desarrollar la trama en torno a un escritor conocido. Se decidió por Hemingway debido al hecho, confiesa, de que por años había tenido con él “ una encarnizada relación de amor-odio ” (2006: 10). Frauke Gewecke 179 circundante junto con la degradación e infamia de aquellos que lo habitan, Mario Conde, por convicción enemigo del empleo de la fuerza física, se vuelve, como constatan sus amigos, “ un tipo duro ” (NA, 274), apelando él mismo a la violencia. En esa línea de una propuesta “ dura ” seguirá la mayoría de los novísimos entre los que se valen del género de la “ nueva ” novela policial, siendo Padura Fuentes, como afirmara Amir Valle (que prefiere hablar de “ novela negra ” ) en una entrevista, “ un eslabón esencial para lo que vino después ” (García Rojas 2008). Para Padura, lo esencial de la novela policial - tanto en su vertiente de “ novela enigma ” o “ inductiva ” de tradición inglesa como en la de la llamada hard-boiled school de tradición norteamericana - sigue siendo “ la creación de un enigma, alrededor del cual gira la trama ” (Sierra 2005). Sin embargo, hablando de su tetralogía, admite que en muchos casos “ la trama policíaca es muy endeble ” (Clark 2000), y para La neblina del ayer, confiesa, se había sentido aún “ más libre a la hora de asumir lo genérico ” , “ posponiendo y minimizando la importancia de la investigación policial ” (Sierra 2005). Por ende, Padura prefiere hablar de “ falsos policiales ” , en los que trata “ de tener una postura utilitaria hacia los recursos del género y de distancia respecto de lo que habitualmente han sido sus intereses ” , siendo lo policial mero “ pretexto ” para entrar “ en el lado más oscuro y sórdido de nuestras realidades ” (ibíd.). Entre los novísimos que iban a servirse del (neo)policial con aún mayor “ distancia ” , Amir Valle es el más asiduo e internacionalmente más visible cultivador del género, con (hasta ahora) cinco novelas publicadas, las cuales ha reunido bajo el título de serie de “ El descenso a los infiernos ” , 14 título que desde Las puertas de la noche le parecerá al lector de lo más atinado. Los casos investigados - en esta primera novela la desaparición y muerte de varios niñas y niños prostituidos y violentados en las más abyectas prácticas sexuales - se sitúan históricamente en aras y a comienzos del nuevo milenio y tienen como escenario el submundo de los solares, “ las cuarterías miserables y enmierdadas ” (Valle 2002 a: 11) de Centro Habana, donde pululan prostitutas y proxenetas, maricones y travestis junto con traficantes de drogas y toda una fauna de aprovechados que intentan sobrevivir de cualquier manera a través del mercado negro. Este mundo paralelo, ignorado por el turista extranjero - cuyas pretensiones (y dólares) proveen, no obstante, el caldo de cultivo para todas las aberraciones imaginables - es escenificado en un tono desenfadado, 14 Estas novelas son, por orden de su publicación (que corresponde a la sucesión de los hechos narrados): Las puertas de la noche (2001), Si Cristo te desnuda (2001), Entre el miedo y la sombra (2003), Santuario de sombras (2006), Largas noches con Flavia (2008). (Desde 2008 Valle ha anunciado en varias ocasiones la inminente publicación de una sexta entrega, titulada Los nudos invisibles, la cual no ha podido ser rastreada.) No se ha tenido en cuenta, dentro de esa serie, la “ noveleta ” Últimas noticias del infierno, publicada junto con novelas cortas de Juan Madrid y Marco Aurelio Carballo en 2005 por la editorial EDAF (nº. 2 de la colección “ La casa ciega ” ), ya que ha sido imposible de conseguir. 180 La “ nueva ” novela policial cubana con un lenguaje decididamente soez y descripciones exhaustivas en particular de templaderas orgiásticas con detalles de lo más sórdido y escabroso. El escenario de todas las novelas está impregnado por la miseria y la podredumbre, pero también por el miedo y la desesperación, siendo la delincuencia (como explica un personaje en Santuario de sombras) “ una bacteria que se transforma, como dicen en la tele, muta, y está llamada a ser el gran negocio del futuro ” (Valle 2006: 49). Quien se encarga de investigar los casos criminales, que - exceptuando Santuario de sombras, cuya trama gira en torno al tráfico de personas entre Cuba y Miami - radican todos en el negocio de la prostitución (femenina y masculina) y del tráfico de drogas, es el teniente Alain Bec, héroe en serie como el teniente Mario Conde. A semejanza de aquél, Alain Bec es un empecinado fumador y bebedor de café (y, con mayor discreción, de ron); pero al contrario de Mario Conde lleva, fuera del mundillo de su trabajo, una vida estable y colmada de satisfacciones, con un hijo y una mujer que lo aman y que él ama (lo que no le impide aventurarse en relaciones eróticas ocasionales); amén de eso, pertenece por su padre, que fue diplomático, “ a la high ” y por su mujer, que trabaja en un hotel turístico, a “ aquella nueva clase que había surgido en los últimos años - los que tenían acceso al dólar ” (Valle 2002 a: 54). En su trabajo - ha sido transferido de la Sección de Delitos Económicos a la de Delitos Comunes - es cumplidor, “ un fan al sobrecumplimiento de las metas ” (25); y trabaja (por de pronto) en equipo, recurriendo para datos personales incluso a los CDR. Le hubiera gustado tener el “ talento deductivo ” de Sherlock Holmes (68); no teniéndolo confía en su intuición, su “ olfato de viejo perro policía ” (60), que no le lleva forzosamente por la buena pista, siendo racista y clasista a la vez. De ahí que, encaminado por sus prejuicios, sea absolutamente lógico que en el caso de la prostitución infantil, en Las puertas de la noche, sospeche en el acto de algún sujeto entre la “ comedera de mierda de negros brutos ” (10), pues: “ A los negros les encanta coger culos ajenos ” (23). 15 15 No es mi intención tachar de racista a Amir Valle, quien en múltiples entrevistas ha criticado los prejuicios raciales o racistas que siguen existiendo en Cuba; tampoco se le puede reprochar, por supuesto, el haber creado un personaje racista. Lo que sí me parece susceptible de ser criticado en ese contexto es el manejo poco convincente tanto de la psicología del personaje como de las técnicas narrativas que vendrían al caso. A través de una tirada de páginas interminable el lector tiene que digerir afirmaciones racistas de la peor calaña, supuestamente atribuibles al héroe-detective; sin embargo, el autor no domina (todavía) en esa primera novela de la serie la técnica del estilo indirecto libre, de modo que a la perspectiva del personaje se superpone, constantemente, la del narrador extradiegético (confiable). Y la presunta “ conversión ” del personaje - después de que su mujer le ha reprochado “ esa jodedera [suya] con los negros ” (145) - carece totalmente de una fundación psicológica. Uno de los pocos momentos en que el tema del racismo en Cuba aparece en una forma convincente, además acorde con el ambiente y tono de la serie, es cuando (en Santuario de sombras) se dice, desde la perspectiva de un negro, que Cuba sería “ un país donde el racismo está y no está, pues los negros son racistas, los blancos son Frauke Gewecke 181 Al teniente Alain Bec, “ blanquito vivebien ” (28) y “ niñito mimado de Miramar ” (44), le es completamente ajena e inaccesible la lógica de la marginalidad y de la delincuencia que reina en los solares de Centro Habana. Para contrarrestar sus deficiencias se le une entonces otro personaje, que, al ser parte de ese mismo mundo, le va a proporcionar las claves necesarias para encaminar su investigación: el viejo negro Alex Varga, personaje ambiguo, que en los años cincuenta fue hombre de confianza del (histórico) mafioso Meyer Lansky “ haciendo ciertos trabajitos sucios para las clases del poder de esa Habana a la que se conocía como ‘ Las Vegas del Caribe ’ o ‘ El Burdel de las Américas ’” (2008: 85) y que en la actualidad, cual “ cacique de la marginalidad ” (14), controla el barrio, rigiendo “ los destinos ocultos, los recovecos secretos de la sobrevida marginal ” (13). Socorre al que le pide su protección, y castiga al que atenta contra las leyes impuestas por él mismo, contra lo que llama la “ ética de la marginalidad ” (101), leyes “ que permitían la supervivencia de la gente de los barrios bajos en una sociedad que apenas se ocupa de ellos, salvo cuando necesitaba engrosar las filas de las marchas por el socialismo ” (14). En Las puertas de la noche, Alex Varga le sirve al teniente, por de pronto, tan sólo como informante y guía ocasional, teniendo una mayor presencia a partir de la segunda novela, Si Cristo te desnuda, en la que está directamente afectado por los hechos narrados: la muerte de su hija (que ejercía de jinetera), asesinada junto con el amante (que ejercía de puta maricona) en el momento preciso del coito (en cuya posición permanecen, misteriosamente, hasta después de muertos). A raíz de la investigación conjunta se entabla una amistad entre el teniente y el cacique, adquiriendo este último, sucesivamente, mayor protagonismo en la investigación de los casos criminales, mientras que la actuación de Alain Bec como teniente investigador queda cada vez más relegada a un segundo plano (y hasta puede ser nula, como acontece en la tercera novela, Entre el miedo y las sombras). Al mismo tiempo el teniente se aleja de su propio entorno profesional, investigando casos en su tiempo libre o estando temporalmente fuera de servicio; y sucesivamente se despide de sus principios de policía cumplidor de la ley, abogando por la impunidad -“ ¿qué justificación moral lo obligaba a perseguir a unos pobres diablos para quienes el robo era un intento desesperado de vivir con un poco menos de miseria? ” (2008: 169) - o la justicia propia, impartida unas veces por Alex Varga y otras por el mismo teniente. El haber inventado aquel dúo de investigadores fue un acierto original por parte del autor; y tanto la relegación sucesiva del teniente-investigador como su progresiva contaminación por el medio ambiente tiene su lógica. Sin racistas, los perros son racistas, y hasta las hormigas negras discriminan a las hormigas rojas y a las albinas, pero todo el mundo: negros, blancos, perros y hormigas, juran ante el mismísimo Dios y las once mil vírgenes putas que el racismo es una cosa del pasado ” (2006: 48 - 49). 182 La “ nueva ” novela policial cubana embargo, para detectar la cualidad intrínseca y el funcionamiento de esa lógica no se le dan muchas pistas al lector; y la filosofía o “ ética ” de Alex Varga, quien a lo largo de la serie está diseñado para captar la simpatía del lector en favor de su causa, parece cuanto menos sospechosa cuando no vacila en despachar a los que intentan usurpar su feudo o cuando evoca de modo nostálgico “ los tiempos de Meyer Lansky y Lucky Luciano en aquella misma Habana ” para “ reconocer que esa ética era la misma de los primeros mafiosos en los Estados Unidos, cuando más que mafia eran grupos que ayudaban a que los emigrados italianos sobrevivieran en un mundo que los discriminaba y quería eliminarlos ” (2006: 158). Tanto la argumentación de los personajes como su desarrollo psicológico a través de las tramas narradas carecen de profundidad y consistencia, sirviendo ante todo como soporte o pretexto para ilustración del entorno en el que se mueven. En una entrevista reciente, Amir Valle se ha manifestado acerca de lo que, según él, le diferenciaría de Padura Fuentes: “ Él busca la parte visible del tema y hace un esquema bastante aéreo del tema en cuestión. Él no profundiza totalmente en el asunto puesto que la perspectiva que él tiene de la novela es que sus personajes son más importantes que el tema mismo que él está tratando ” . Frente a ello, su propio proyecto: [. . .] a mí lo que me interesaba era poner a vivir al barrio [. . .] con toda su podredumbre, con todas sus miserias, con el tráfico de droga, con la prostitución, con la gente de la doble moral, con el discurso cotidiano que tiene la gente. Yo creo que ahí es donde está la diferencia. Esa imagen es la que generalmente no se le quiere dar al extranjero y por eso yo creo que molesta (Fernández/ Offerdahl 2009: 155). 16 Si se leen las novelas de Amir Valle como una radiografía del microcosmo de Centro Habana - y, desde luego, del macrocosmo que alberga la Cuba “ apocalíptica ” entera - el autor fue particularmente exitoso en su empeño; sin embargo, numerosos episodios y pasajes se leen como la versión (apenas) ficcionalizada y vulgarizada de una investigación científica o periodística, con largas disertaciones o testimonios sin conexión con la trama respectiva, puestos en boca del “ patriarca ” Alex Varga o de algún pobre negro, que relata su historial delictivo. De hecho, esa investigación existe y sirve, desde la 16 Aparte de que no concuerdo con el juicio que Amir Valle expresa acerca de la poca “ profundización ” del tema por parte de Padura Fuentes - crítica solapada que se le hace a Padura desde el exilio interpretando esa supuesta falta de “ profundización ” como estrategia de cautela de un autor que quiere seguir viviendo y publicando en Cuba - Valle tiene razón en señalar y censurar la actitud por parte de las autoridades cubanas frente al “ realismo sucio ” de la producción literaria cubana reciente. Esa actitud tuvo para Amir Valle consecuencias: al querer regresar a Cuba después de un viaje de promoción a España en 2005, las autoridades migratorias le impidieron la entrada al país; desde entonces vive en el exilio (involuntario) en Alemania. (Para ese caso de una “ parametración ” reciente véase, con más detalles, Henkel 2007.) Frauke Gewecke 183 primera novela, de punto de referencia para autentificar lo narrado 17 : se debe a un cierto Justo Marqués, periodista y escritor - e inequívocamente el doble del mismo autor - , al que el teniente Alain Bec, según el consejo de su mujer, debería consultar para su caso, ya que: “ En todo el país no hay tipo que sepa más del mundo del jineterismo y de los niños de la calle que Justo Marqués ” (Valle 2002 a: 93). Y agrega que “ está terminando un libro sobre las jineteras ” , el cual (seguirá aprendiendo el lector de las novelas posteriores) se titula “ Habana Babilonia o Prostitutas en Cuba ” , título que remite a un libro publicado por el mismo Amir Valle, Habana Babilonia. La cara oculta de las jineteras. 18 En Largas noches con Flavia, el teniente Alain Bec, que es un lector apasionado de novelas policiales, apreciando, junto con Daniel Chavarría, particularmente a Justo Vasco, 19 evoca uno de los preceptos de este último: “ llevar la marginalidad a sus novelas a partir del propio lenguaje marginal ” (Valle 2008: 106). Amir Valle cumple ampliamente con ese requisito a la par que utiliza - primordialmente en las dos últimas novelas - técnicas narrativas que 17 Valle ha insistido en muchas ocasiones que tanto los casos narrados como sus protagonistas se basan en hechos y personas reales; entre éstos figura Francisco Alexander Vargas Machuca, alias “ Alex Varga ” , quien murió en 2002 a la edad de 92 años y quien fuera su principal informante acerca del submundo de los marginados en La Habana ( “ Nota del autor ” para Entre el miedo y las sombras). 18 Bajo ese título el libro, que se basa en investigaciones periodísticas y entrevistas realizadas durante los años noventa, se publicó en 2008 (Ediciones B), después de una primera edición, publicada bajo el título de Jineteras por Planeta en 2006. Según el mismo autor, envió una primera versión (con el título Sade nuestro que estás en los cielos o Prostitución en Cuba) en el género “ Testimonio ” al premio “ Casa de las Américas ” del año 2000, el cual no le fue concedido. Luego, a partir de una copia que circuló clandestinamente en Internet, se convertiría en uno de los autores más leídos en Cuba y hasta en “ un mito ” (Valle 2008). En las novelas, la alusión periódica a Habana Babilonia - obra que por su asunto candente de las jineteras le valió al autor, internacionalmente, mayor publicidad que sus novelas - no es la única señal de intratextualidad, que resulta ser una especie de autopromoción; para dar algunos ejemplos: se citan los títulos de novelas anteriores (con la recomendación al lector para leerlas); se menciona el premio que le dio (a Justo Marqués) “ una editorial alemana ” por “ una novela policíaca ” , que se revela siendo la primera de Amir Valle (2002 b: 74 - 75); o se menciona que Justo Marqués fue “ despojado de un importante premio nacional [el de Casa de las Américas] porque su libro Habana Babilonia o Prostitutas en Cuba, sobre el rebrote de las putas en la Isla, ‘ no resulta conveniente para la realidad política que vive el país ’ , según las palabras de uno de los jurados ” (2006: 136). Para el jineterismo como tópico de la literatura cubana reciente, véase últimamente Catoira 2010. 19 El “ dúo ” Daniel Chavarría (uruguayo de nacimiento, pero residente en Cuba desde hace décadas) y Justo E. Vasco había publicado novelas policiales o de contraespionaje “ a cuatro manos ” durante los años ochenta (Completo Camagüey, 1983; Primero muerto, 1986); sus últimas entregas, individuales, Adiós muchachos (La Habana: Editorial Letras Cubanas 2001) de Chavarría y Mirando espero (San Juan, PR: Plaza Mayor 2004) de Vasco, tratan, con el mismo enfado, los mismos temas que acostumbra tratar Amir Valle. 184 La “ nueva ” novela policial cubana denotan la influencia de Mario Vargas Llosa (que él mismo confiesa): ante todo en el manejo del tiempo, que rompe con el orden cronológico presentando, de modo a veces ambiguo, fragmentos de historias cruzadas, y el cambio constante de voces y perspectivas, que si bien corresponde a la plurivocidad del barrio evocado, provoca, por la misma ambigüedad creada, no pocas irritaciones (no facilitando, forzosamente, la lectura). Lorenzo Lunar, cuyo nombre figura junto al de Amir Valle cuando se señalan los más representativos entre los novísimos del género, se sirve también de un lenguaje coloquial y desenfadado, pero renuncia en su mayor parte a estrategias consideradas “ posmodernas ” , como la discontinuidad del discurso y el multiperspectivismo. Su trilogía - Que en vez de infierno encuentres gloria (2003), La vida es un tango (2005) y Usted es la culpable (2006) - se presenta bajo muchos aspectos como un proyecto antitético al de Amir Valle. Privilegia un estilo llano y sobrio, con el texto impregnado de signos de oralidad, como frases cortas, paralelismos y repeticiones, unas veces entre irónico y burlesco (como ya señalan los títulos de boleros que llevan las novelas) y otras veces como una modalidad que le confiere al texto el sello de poema en prosa. Los casos delictivos presentados, históricamente ubicados (como en las novelas de Amir Valle) en los primeros años del nuevo milenio en un barrio marginal - no de La Habana, sino de Santa Clara - tratan de la misma miseria y de la misma delincuencia, que el protagonista (y narrador) encargado de su investigación, al iniciar un nuevo día de trabajo, resume con displicencia: “ Putas, drogas, negocios, maricones, proxenetas. Viejas y nuevas cuentas. Nuevas y viejas historias desperdigadas por mi barrio. Una piscina llena de mierda otra vez frente a mí, para zambullirme en busca de la verdad ” (Lunar 2006: 27). Las mayores lacras de la comunidad - desde el punto de vista oficial, pero soberanamente toleradas por la gente del barrio - son, junto a la prostitución, los negocios ilícitos, medio imprescindible para sobrevivir: negocios que van del contrabando de harina, carne de vaca o gafas de sol hasta el tráfico de drogas o cualquier cosa que puede producir una peseta, ya que “ [h]asta hacer colas para venderle los turnos a los que no quieren pasar la madrugada en vela es un negocio ” . De modo que la frase “ negocio ilícito ” resulta ser una rotunda “ redundancia ” (2005: 111). De estos negocios se derivan los crímenes de mayor impacto: asesinatos que prescinden de esa cruda violencia gratuita y escenificación espeluznante que encontramos en las novelas de Amir Valle, cometidos aquí mayoritariamente no por sujetos depravados y perversos, escoria humana, sino por pobres tipos, ellos mismos tan desgraciados como sus víctimas. El que lleva la investigación, Leo Martín, es, como Mario Conde y Alain Bec, un héroe en serie, que tiene más parecido con el personaje de Padura Fuentes que con el de Amir Valle. Tiene 35 años, vive en el mismo barrio donde nació, junto con su madre, que lo cuida (como la madre de Carlos a Mario Conde) con comidas sabrosas, más bien improvisadas (y por cierto no tan Frauke Gewecke 185 exquisitas a causa de la mayor escasez); es divorciado, bebe y cambia de amante a cada rato sin poder decidirse por formalizar una nueva relación estable. Recuerda de modo entrañable el pasado y cuida la amistad con un círculo de amigos de la infancia en el barrio, sus socios y hermanos, ante cuyos desvanes hace la vista gorda siempre que no lleguen a mayores. Como Mario Conde sigue preguntándose, después de tantos años de servicio como jefe del Sector de la Policía en el barrio, “ por qué cojones me metí en la policía. Diez años en eso y todavía no lograba a responderme la pregunta ” (2003: 120). No está muy convencido de su efectividad, considerándose un “ policía comemierda ” (2005: 158); no obstante tiene también él un código ético, el cual no tiene que ver sólo con su deber de impartir justicia, siendo lo esencial el tener que aprender a ser no macho ni bravo sino hombre: “ Ser ‘ hombre ’ en el barrio es una carrera. Una carrera que [. . .] se estudia en ‘ la escuela de la vida ’ , en ‘ la Universidad de la calle ’ . En la barra, en la cantina, copa tras copa tras el fondo musical de una victrola que dice tantas cosas, y de unos labios que mienten al besar. . . ” (45). Sus dotes no son, digamos, de alta calidad intelectual, lo que no parece preocuparle demasiado, pero de vez en cuando siente la necesidad de pensar, lo que consigue únicamente bajo la ducha: Llegué a mi casa y enseguida me metí en el baño. Necesitaba una buena ducha. [. . .] Y mientras destilaba mis miserias y suciedades debajo de la ducha, comencé a pensar. Pensaba en varias cosas al mismo tiempo. Estaba pensando que hacía mucho tiempo que no pensaba tanto en un solo día. Pensaba que a veces me paso demasiado tiempo sin pensar, haciendo las cosas por inercia: informe de prevención contra la prostitución y el proxenitismo, informe de potencial delictivo, informe de ciudadanos de posible “ peligrosidad ” [. . .] Y no pienso. Y no tengo tiempo para pensar que no estoy pensando. Y se va el día, la semana y el mes sin pensar en nada, sin que el cerebro funcione . . . Hasta un día que las cosas son diferentes, porque algo diferente pasó y entonces uno se pone a pensar que tiene que pensar en hacer algo y resulta que no puede pensar en nada porque ha estado tanto tiempo sin pensar que ya no sabe pensar en la más mínima cosa (2003: 79 - 80). Y mientras que Mario Conde se siente progresivamente ajeno al barrio de su infancia y Alain Bec sigue viviendo, feliz, en su propio “ coto pasteurizado ” de la gente “ vivebien ” , Leo Martín, incauto e ingenuo, a la vez aprensivo y solidario con “ su gente ” , está - a pesar de su oficio de representante de la autoridad - totalmente integrado en la comunidad que es al mismo tiempo el escenario de los crímenes. Paseándose continuamente por las plazas y calles del barrio, observa y escucha, captando o adivinando lo que dicen los “ chismosos ” : “ Esos que prentenden esclarecer el crimen antes que la policía. Esos que [. . .] se piensan que ya lo saben todo - y que es posible que lo sepan - , 186 La “ nueva ” novela policial cubana pero que se callan ” (2005: 54). Y en sus elucubraciones se hace eco de esos “ chismes ” , figurando como portador de la voz del barrio: “ un coro gigante del que ni siquiera yo, por enajenado que esté, estoy exento ” (116). El barrio, con toda su fauna de buscavidas y pícaros maliciosos, es el legítimo protagonista de las novelas de Lorenzo Lunar: un “ monstruo ” , “ una mezcla de pulpo y dragón de mil cabezas y un millón de tentáculos [que] se alimenta de sí mismo, comiéndose sus propias cabezas, pero éstas se regeneran ” (27). Leo Martín ejerce de policía cuya misión es esencialmente cortar las cabezas que descuellan, eliminar a los que con sus tentáculos extendidos por todo el barrio atrapan cualquier negocio y paisano, como Chago el Buey, “ el hijoeputa más grande que ha vivido en el barrio en toda su historia ” (2003: 65), al que Leo Martín se enfrenta a través de toda la serie sin lograr sacarlo de circulación. Al mismo tiempo tiene la función de cronista e historiador del barrio, que con una mezcla de desprecio, comprensión y hasta ternura investiga, y graba en la memoria - la suya propia y la colectiva - los historiales de la gente del barrio: (entre otros) la del viejo limpiabotas y “ alcohólico profesional ” Pedrusco, “ el Rey del Brillo ” , que cada mañana se prepara “ para saludar la bandera, como le dice él al acto solemne de tomarse el primer trago del día ” (2006: 13); Cucaracha, “ un loquito que improvisaba simpáticos y fervorosos discursos antiimperialistas por el precio de una peseta ” (89); Pedro Pochoemulo, que “ siempre tuvo un sueño: irse para los Estados Unidos y entrar en una familia de la mafia ” (2003: 72); y, entre las mujeres, la alcohólica y demente Blanquita, la “ maestra de la singadera ” , “ que no era mujer de nadie y había sido puta de todos ” , “ puta pesetera, democrática, popular ” , con su hija Rosa María, de quince años, “ no menos puta ni menos alcohólica, sólo que joven, todavía ” (19 - 21); o Maggie, que “ se había metido a tortillera porque de tan puta que era llegó a aburrirse de los machos ” (84); y Tania, de una categoría bien distinta, ejerciendo de “ jinetera prepotente que andará cada día por las calles del barrio oponiendo su belleza y su altanería como escudo al montón de miserias que le acompañan ” (2005: 121). “ Vivir en este barrio le ronca los cojones ” : así empieza Que en vez de infierno encuentres gloria, la primera novela de la trilogía. Y la tercera, Usted es la culpable, comienza así: En el barrio la muerte es algo cotidiano. Morirse en el barrio es una cosa natural. La gente se muere en el barrio a cualquier hora: de mañana, de tarde, de noche. [. . .] De cáncer, de leucemia, de cirrosis, de tisis, de anemia, de SIDA . . . De una borrachera, de frío, de viejo . . . [. . .] La gente del barrio se mata a puñaladas. Se tasajean a machetazos. Se entran a pedradas, a ladrillazos, a tiros. Y nadie se extraña, porque la muerte en el barrio es algo cotidiano. Un lugar común (2006: 11). Pero el barrio, a pesar de ser un “ monstruo ” , es también la comunidad que le Frauke Gewecke 187 pertenece a uno, y donde cada cual tiene el derecho a “ levantarse ” y “ hacerse hombre ” o a dejarse “ pisotear ” y devenir un “ traste ” , pues: En el barrio tu vida es parte de la vida del barrio. 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Sea el blanco en la página de Mallarmé o de Guillermo Cabrera Infante, sean las páginas negras de Laurence Sterne o de Guillermo Cabrera Infante - son el vacío, lo elíptico, la intermitencia los que ponen de relieve una presencia inasequible. El exilio, una de las experiencias paradigmáticas de la pérdida, se basa en la ausencia casi por definición: la ausencia del país y de su gente, del pasado personal y cultural, de la lengua materna. Es un modo existencial altamente paradójico: Si, por un lado, constituye la falta como base de toda autodefinición, por el otro, brinda un punto de referencia o foco de atención que sin el exilio quizás no existiera. Así, el exilio equivale a una vida en espera, concentrada en un más allá que trasciende su propio estado: espera de la vuelta al punto de partida, retorno eternamente imaginado, y espera del fin del régimen que fue origen y causa de la expulsión. De este modo y a pesar de todo su horror existencial, el exilio también brinda una posibilidad: la posibilidad de multiplicar los focos, de superponerlos, de establecer otro punto de vista que nunca es propio e inmediato sino siempre ajeno, y un punto de referencia siempre desplazado y alejado del lugar desde el que se mire. El punto o lugar que enfoca el exiliado, lugar vacío y prohibido, hueco que se abrió dentro del ámbito de una cotidianidad anterior, siempre ya pasada, se hace escenario para el espectáculo fantasmal y ‘ unheimlich ’ de algo que ya no está pero que por su insistencia irreprimible sigue apareciendo y doblando la nueva realidad vivida. Lugares predilectos para este espectáculo son, por supuesto, el subconsciente, pero también la memoria. Como se sabe, la memoria siempre es tanto mimesis como simulacro, traducción y traición de un ‘ original ’ perdido en el pasado. En el caso del exilio, sin embargo, se agudiza el aspecto falsificador de la memoria por la lejanía no exclusivamente temporal, sino también espacial del centro de atracción. Este centro doblemente inalcanzable se erige siempre en un lugar de falta donde el ‘ yo ’ no está y de esta manera tergiversa la atención del que mira: Nunca es el aquí y ahora de un centro alcanzado, sino el desplazamiento continuo hacia tiempos y lugares diferentes y nunca obtenibles. Considerado de esta manera, el exilio parece prestarse como metáfora para describir la condición posmoderna del sujeto, una condición si se quiere de deterritorialización generalizada. Pero al revés del sujeto nómada de la posmodernidad, el sujeto nómada del exilio se constituye justamente en relación al lugar o centro de enfoque del que fue desplazado, al que dirige toda su atención y que es el telos inalcanzable de todas sus aspiraciones. Es el exilio el que produce la identidad, una identidad de pérdida, de ausencia, de vacío. Como lo dice Amy Kaminsky, “ [e]xile identity - the sense that one is deeply marked, known to oneself and others, as an exile - is a function of the self's being tied to a particular place where it belongs ” (Kaminsky 1999: 22). Pero, como se sabe, no todos los exilios son iguales, y la situación concreta del exiliado depende fundamentalmente de la extensión temporal de su errancia. Cuanto más se dilata el exilio, más el exiliado se instala en el espacio nuevo no tan de paso como había parecido al principio; el espacio del exilio se vuelve a su vez continuo, duradero, a veces definitivo. El exiliado toma lugar, se instala y desarrolla este segundo centro desde el que seguirá pensando su ‘ vuelta a Itaca ’ que quizás nunca ocurra. 1 Otra vez en palabras de Kaminsky: As Entrikin says, “ place represents both a context for action and a source of identity. ” 2 For exiles, place is most certainly, even doubly, so. First, there is the place of origin, now split into the mental projection of the exile ’ s memory and the geopolitical space the exile knows to exist and change even in her absence. Second, there is the still space - y [sic] place of exile, the new place the exile knows, at least at first, as undifferentiated strangeness, against which, not through which, he identifies himself. Moreover, the nature of action changes as its spatial context shifts. The space the exile militates from, or survives in, is not the meaningful space, and may not yet have become place, as it slowly achieves that name and meaning. (Kaminsky 1999: 46). No obstante, una vez el espacio del exilio convertido en lugar familiar y lleno de sentido, el exiliado vive en dos lugares a la vez y redobla su centro de enfoque e incluso su personalidad. Desde una posición de fuera enfoca lo otro, 1 Aunque entre Guillermo Cabrera Infante y Mario Benedetti se abran brechas tanto ideológicas como estéticas, este proceso que se da tan claramente en Guillermo Cabrera Infante concuerda bastante con las tres etapas del exilio descritas por Benedetti en Andamios: “ La primera, ésa en que te negás a deshacer las maletas [. . .] porque tenés la ilusión de que el regreso será mañana. Todo te parece extraño, indiferente, ajeno [. . .]. La segunda etapa es cuando empezás a interesarte en lo que sucede a tu alrededor [. . .]. [P]or fin se borran las vedas políticas que te impedían el regreso. Sólo entonces se abre la tercera y definitiva etapa, y ahí sí comienza la comezón lujuriosa y casi absurda, el miedo a perder la bendita identidad [. . .]. [L]a vuelta a casa se te va volviendo imprescindible ” (Benedetti 1997: 21 - 22; citado según Kaminsky 1999: 39 y 158). 2 Entrikin 1991: 12. 192 Escribir (d)el exilio o La literatura como experimento ecológico lo perdido que paulatinamente se convierte a su vez en algo ajeno. Mientras por un lado, enfoca simultáneamente dos lugares y los superpone en un palimpsesto donde superficie y fondo, exterioridad e interioridad, lo ajeno y lo propio no se dividen claramente y donde los niveles intercambian continuamente las posiciones, por el otro, enfoca siempre un espacio vacío, un tiempo y un lugar que se hicieron inalcanzables y se convirtieron en la gran ausencia que predetermina todo. Considerada desde esta problemática, no sorprende la obsesión monotemática de los autores del exilio. Más que a nadie al escritor, que vive de la lengua, el exilio representa los peligros, pero también las posibilidades de luchar contra y con la ausencia. Y así tampoco asombra que la escritura del gran autor Guillermo Cabrera Infante, exiliado durante exactamente cuarenta años, retorne siempre al mismo lugar: a la Isla, a Cuba, a La Habana. Lo que al principio solamente pareció ser una obsesión, efectivamente lo fue: la obsesión del eterno retorno al paraíso perdido a través de la palabra. Opuso su pun (con u), “ el pun nuestro de cada día ” , a la opresión y parodió las estructuras del poder al transformar la lengua en arma siempre a mano ( “ In riso veritas ” [Cabrera Infante 1993 a: 397]). ¿Una broma? ¿Y qué otra cosa fue si no la literatura de GCI? “ ¿Una broma? ¿Una broma dentro de una broma? Entonces, caballeros, la cosa es seria ” (Cabrera Infante 1991: 254). Sus experimentos con sonidos, formas y estructuras verbales, tan propios al ‘ choteo ’ , lo inscriben para siempre en la literatura universal y lo acercan a Shakespeare, a Sterne y a Joyce, su stella polaris. “ El primer autor inglés que escribió en cubano ” , como le gustaba definirse, este alquimista del lenguaje transformó los recursos retóricos como la aliteración en persecución erótica de las palabras, a las que personificó y disecó, siempre buscando la palabra justa, su quintaesencia. Tanto como Bustrófedon de los Tres tristes tigres, liberó las palabras, las hizo jugar en espejos, en asociaciones libres, en anagramas, palíndromos o paronomasias. Pero a pesar de su esteticismo, su obsesión por la forma, estos experimentos lingüísticos nunca fueron ‘ arte por el arte ’ , sino que siempre hicieron y siguen haciendo palpable la búsqueda metafísica que impulsaba las transformaciones verbales. Esta escritura del espejo, que se desdobla, se refleja en y traspasa el espejo, era un círculo mágico que cifra y descifraba la vida [. . .] y era una rueda de la infortuna [. . .], rodando y rodando y rodando hasta ir al Rastro del Holvido desde donde podía contarnos su historia (oyentes del Alma de las Cosas). (Cabrera Infante 1991: 213 - 214). Así, este genio siempre ya escapado de la botella, que pretendió no ser culto, sino oculto - tras sus espejuelos, tras el puro humo, tras su nombre y abajo de sus palabras - , siempre se expuso y puso el ejemplo de una estética que quiere ser al mismo tiempo ética de la escritura. Claudia Hammerschmidt 193 El “ arte de la fuga ” , el viaje interminable de Silvestre y Arsenio Cué por el Malecón, se hizo metáfora de una odisea sin retorno posible para muchos de sus lectores. También a su autor, tal un Proust cubano en su búsqueda del tiempo perdido, sólo le quedaba la posibilidad de la vuelta a su Itaca a través de la memoria y de la escritura. Ya Silvestre lo sabía: [M]e gusta acordarme de las cosas más que vivirlas o vivir las cosas sabiendo que nunca se pierden porque puedo evocarlas [. . .] puedo vivirlas de nuevo al recordarlas y sería bueno que el verbo grabar (un disco, una cinta) fuera el mismo que en inglés, recordar. (Cabrera Infante 1991: 297). Para Guillermo Cabrera Infante, escribir fue un “ palindrama ” que dio vuelta alrededor de sí mismo, fue una manía de repetir lo perdido, fue un exorcismo de fantasmas que no llamó, pero que siempre volvieron a obsesionarlo: recuerdos, voces del pasado, imágenes tal como fotografías que ganan en precisión y enfoque cuanto más reposen en la oscuridad. El gran Maestro, el exiliado para el que la literatura constituyó “ un experimento ecológico ” , un “ ejercicio constante en nostalgia activa ” (Cabrera Infante 1968: 48) y que conservó la fauna nocturna de una Habana desaparecida con la Revolución, dejó en herencia un álbum de fotos hechas por palabras en el que se conservan tiempos pasados, espacios desaparecidos y personajes que, como él mismo, fueron víctimas de lo que llamó “ una larga castritis ” . Son archiconocidas las causas que lo llevaron al exilio: En 1961, la prohibición de P. M., cortometraje del hermano de Cabrera Infante, Sabá, y Orlando Jiménez Leal sobre la vida nocturna y la música cubana que inauguró la larga tradición de la censura en la Isla, provocó la ruptura de Guillermo con la Revolución y - después de un primer alejamiento de Cuba en 1962 - su exilio definitivo a partir de 1965. Después de una odisea por Bélgica y España, en diciembre de 1966 se instala con su familia en Londres donde habrá de permanecer para siempre; en 1979 hasta consigue la nacionalidad británica y, según sus propias palabras, se convierte en “ el único escritor inglés que escribe en cubano ” . De todos modos, el destierro de Cuba no sólo significó un traslado espacial. Mientras que los primeros textos de Cabrera Infante, todavía escritos en La Habana desde finales de los años cuarenta hasta principios de los sesenta, o son críticas de cine, sobre todo del cine europeo y norteamericano, o son cuentos que tratan aspectos de la vida si se quiere ‘ universal ’ o de la vida cubana en general, no específicamente habanera - como por ejemplo primeros amores adolescentes o la violencia dictatorial de Batista - , desde el momento de su exilio se produce un cambio de género y sobre todo de referente: A pesar de que sigue escribiendo críticas de cine y textos sobre la violencia en Cuba como es el caso con Cine o sardina (Cabrera Infante 1997 b), Vista del amanecer en el trópico (Cabrera Infante 1984) o Mea Cuba (Cabrera Infante 1992), se hace fundamentalmente el autor novelista y ensayista de La Habana perdida. Esta 194 Escribir (d)el exilio o La literatura como experimento ecológico Habana perdida siempre es necesariamente pasada y ausente: una Habana de los años cuarenta y cincuenta como en la novela autobiográfica La Habana para un Infante difunto (Cabrera Infante 1993 b), una Habana de los años inmediatamente anteriores a la Revolución como en su novela experimental Tres tristes tigres (Cabrera Infante 1991), o una Habana visible a través de su ausencia como en El libro de las ciudades donde Cabrera Infante dice en su “ Elogio a la ciudad ” en forma de prólogo: La Habana guarda una extraña belleza entre las ruinas. Aunque, como Horacio, digo que las ruinas me encontrarán impávido. Es así que he buscado en otras ciudades el esplendor que fue La Habana. (Cabrera Infante 1999: 14). A pesar de la neblina constante será sobre todo en Londres donde encontrará este esplendor: Ubicado en el barrio tradicional y elegante de South Kensington, pero en una casa dominada por un gran ficus recordatorio de un lugar abandonado para siempre, Cabrera Infante tratará de construirse otra identidad, de constituirse otro centro o lugar que se establecerá sobre el vacío causado por el exilio. Lo que hasta su exilio y la pérdida de La Habana había parecido puro juego formal de un joven obsesionado por los mitos y desmitificaciones del proceso creador - la manía de los seudónimos, los juegos de palabra interminables que vacían el lenguaje de su significado hasta constituir un lenguaje particular y secreto - , desde 1962 y sobre todo desde 1965 se transforma en una necesidad existencial para un autor en busca de su ambiente vital, su hábitat, su genius loci perdidos para siempre. Desde Bruselas, desde Madrid y sobre todo desde Londres empieza a crear sus personajes ficticios dobles, reflejados en el espejo, siameses, como el dúo inseparable Silvestre, el escritor, y Arsenio Cué, el actor, de Tres tristes tigres (Cabrera Infante 1991) o como el mismo escritor Guillermo Cabrera Infante que en Un oficio del siglo veinte (Cabrera Infante 1993 a) mata a su alter ego, el crítico de cine G. Caín, para constituirse así tanto en autor como justamente en aquel Caín bíblico que mata a su otro y es desterrado para siempre (compárese al respecto Hammerschmidt 2001). Es a partir de entonces que Cabrera Infante construye su otro yo, un Walter Ego 3 que no solamente viene a ser portavoz de sus textos, sino su doble del exilio, el personaje imaginario salido tanto de Conan Doyle llevado al cine con 3 Cf. Guillermo Cabrera Infante que proclamó: “ mi genio es un enano llamado Walter Ego ” (Cabrera Infante 1982: 54). Ya en Tres tristes tigres Silvestre había constatado: “ Me miro al espejo. ¿Soy yo quien me mira a través del espejo? ¿O es mi alter ego? Walter Ego ” (Cabrera Infante 1991: 349). Para un análisis más desarrollado de este aspecto, compárese mi libro “ Mi genio es un enano llamado Walter Ego ” . Strategien von Autorschaft bei Guillermo Cabrera Infante (Hammerschmidt 2002). Claudia Hammerschmidt 195 Basil Rathbone en el papel de Sherlock Holmes como de los films noirs de los años cuarenta y cincuenta - es decir un personaje anglosajón nacido imaginariamente durante su adolescencia en La Habana como producto de sus consumos culturales de esos momentos, pero recién llevado a la realidad de su propio cuerpo en Londres. Lo que nace es un ente híbrido, un caribe inglés que se burla de su disfraz pero que se sabe dependiente de él, un ser compuesto, un monstruo mítico que, según la definición del propio Cabrera Infante, siempre es más y menos que las partes que le componen: [P]ara decirlo con una paradoja repetida, un centauro es un hombre que es algo más y algo menos que un hombre y un caballo que es algo más y algo menos que un caballo: es lo que le falta sumado a lo que le sobra lo que hace al centauro mayor que la realidad. (Cabrera Infante 1987: 22). Esta transformación en un personaje doble, compuesto, en un monstruo mítico del exilio que se constituye por lo que le falta y por lo que le sobra, es descrita brillantemente por su amigo Javier Marías en el ensayo “ Guillermo Cabrera Infante dinamitero ” (Marías 1997). Marías nos presenta la metamorfosis basándose en tres fotos: Figura 1: Guillermo Cabrera Infante 1 En ésta [foto], Guillermo Cabrera Infante debe conservar todavía mucho de aquel ‘ G. Caín ’ que se pasaba la vida en los cines tanteando imágenes y tocando carnes (o preparándoselas) para escribir de inmediato sobre las primeras y siglos después sobre las segundas, tras mudar de continente [. . .]. [L]o más poderoso es la mirada, tan meditabunda que casi parece un reflejo de desolación. Tal vez ayude a explicársela pensar que acaso la foto no fue tomada en La Habana, sino después de salir de ella para aún no volver. 196 Escribir (d)el exilio o La literatura como experimento ecológico Figura 2: Guillermo Cabrera Infante 2 En el segundo retrato Cabrera Infante [. . .] da la impresión de haber alterado deliberadamente su aspecto [. . .] hasta convertirse en personaje [. . .]. En la boca sujeta una pipa, parece, aunque le pegaría más un habano, por filiación y por afición. [. . .] [L]as mejillas han cobrado vigor, dejan adivinar el hueso de la tensión asomando desde un cuello de gabardina inequívocamente europeo, casi de Sherlock Holmes. [. . .] 4 Figura 3: Guillermo Cabrera Infante 3 En la última foto [. . .] [e]l ceño está más fruncido, los pliegues bajo los ojos dinamiteros se han hecho bolsas, y sin embargo, si uno insiste en mirar la foto, acaba teniendo una sensación de farsa. Es un rostro que, como los de algunos abuelos de tiempos remotos, está jugando a asustar a los nietos durante un instante para que aprendan las emociones y luego estallar de risa cuando ya no pueda aguantar más su ficción. Pero esa carcajada ha quedado fuera de la foto siempre, quizá porque su jocoso dueño también ha pasado demasiado tiempo ensayando la desolación (Marías 1997: 67 - 74). 4 En Holy Smoke, la historia del tabaco y de su representación en el cine y al mismo tiempo el único libro que Cabrera Infante escribió en inglés antes de hacerlo traducir al castellano, casi parece que él mismo comenta esta foto: “ Big cigars and small men go together, cigarettes are for tall men and the pipe is usually associated with the man in the middle: middle hight, middle age and middle class ” (Cabrera Infante 1997 a: 190). Claudia Hammerschmidt 197 Desde el exilio todo se redobla: El escritor cubano exiliado se inventa a sí mismo, se duplica convirtiéndose en otro, asesino o detective que persigue su propia sombra dejada atrás en una Habana remota tanto en el tiempo como en el espacio. Desde que el espacio del exilio se hace familiar y casi se convierte en segundo hogar, Caín alias Cabrera Infante vive en dos lugares a la vez y duplica su centro de enfoque. Desarrolla la mirada torcida del exilio: una mirada que superpone dos lugares de manera que superficie y fondo se confunden y que lo propio, el centro desde el que se percibe, nunca se enfoca sin lo supuestamente ajeno o periférico con lo que cambia de posición. Lo que Cabrera Infante alias Caín escribe desde Londres siempre es lo otro, The Lost City (García 2005) que desde su pérdida se convirtió en protagonista permanente de sus textos y que a su vez hace de su autor desterrado un monstruo con los pies en Europa y la cabeza (y el corazón) en la isla del Caribe. Así, la literatura escrita desde Londres y orientada siempre hacia la lejana ciudad de las ciudades cuyo acceso le es vedado, se hace exorcismo de una obsesión. A pesar de mezclar permanentemente la llamada cultura culta con la llamada ‘ pop ’ , a pesar de manejar todos los requisitos de un arte autorreflexivo y de liberar los significantes del significado anquilosado en una cadena interminable de juegos de palabra, de puns y de parodias, su escritura tan jocosa deviene necesidad existencial, un - repito - “ ejercicio constante en nostalgia activa ” que trata de impedir el derrumbe completo de un pasado sólo recuperable por partes en su recreación simbólica. Escribir se convierte en un “ experimento ecológico ” (Cabrera Infante 1968: 48), en un intento de repetición literal en forma de eco, pero también en el reciclaje ecológico de los restos, de los fragmentos de un gran continuo que se deshizo y se rompió para siempre. Especialmente sus Exorcismos de esti(l)o (Cabrera Infante 1976) se mueven entre eco y ecología, entre mimesis y reciclaje de restos. Pero tanto como la mimesis nunca se logra por la traición inherente a cada intento de fiel traducción, el reciclaje no se termina en reciclaje de una vida pasada: Desde la lejanía temporal y espacial del exilio, la vida pasada a su vez se convierte en ficción, en producto del lenguaje que a su vez es reciclaje y eco de lecturas pasadas. Vida, lectura y escritura se mezclan permanentemente, formando un gran tejido donde cada núcleo de significación depende de la obsesión por lo perdido. Así, el texto fragmentado desde su título establece un doble código, una doble escritura que se divide en una estrictamente formal e intertextual que parte del hipotexto evidente − los Exercices de style de Raymond Queneau (Queneau 1995) − , y otra existencial, autobiográfica, que continuamente hace alusión al centro perdido: La Habana y la vida pasada del autor. Según este segundo código, el título que explícitamente se propone doble a través de la inserción de un paréntesis, puede leerse como otras tantas Confesiones de agosto: agosto, mes de verano o estío en el que Cabrera Infante escribió tanto sus Exorcismos como La Habana para un Infante difunto (Cabrera Infante 1993 b), su 198 Escribir (d)el exilio o La literatura como experimento ecológico novela autobiográfica que originariamente tuvo como título de trabajo nada menos que Confesiones de agosto. Éstas, a su vez, ya desde el título resuenan con referencias intertextuales y citas de la autobiografía de San Agustín. De esta manera, Cabrera Infante se aprovecha de la dimensión retórica del lenguaje que mantiene el enunciado entre la significación literal y la otra, figurativa, literaria, siempre a la deriva. Como el título de los Exorcismos, la mayoría de los textos heterogéneos reunidos en el volumen se mueve entre estos dos registros, uno formal, lúdico, paródico de reciclaje y otro que trata de inscribir una y otra vez la gran obsesión del autor en forma de eco. Las letras y hasta los signos de puntuación se mueven entre el juego de palabra y el drama existencial del exiliado, como por ejemplo las comas: Levantarse para caer enseguida [. . .] y en vez de suicidarse, sentarse a la máquina de bordar bellas letras y ver lo poco que duran las cacamoscas mecánicas al levantarse súbitas y pretensiosas creyéndose preciosas para caer enseguida en su estado de coma , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , (Cabrera Infante 1976: 27 - 28). También las conjunciones se emancipan de su función gramatical para conjugar lo supuestamente opuesto en un ‘ yo ’ nunca idéntico consigo mismo, sino dividido por una barra imborrable: And/ or se traduce al español por y/ o. Es decir, yo. Yo se divide en y/ o para enseñarnos que el yo está hecho de una conjunción copulativa y de una disyuntiva, mostrando nuestro origen de una cópula y nuestro destino disyuntivo. Y/ o es mucho más que and/ or, mucho más que yo. (Cabrera Infante 1976: 94). Así, los ejercicios de estilo de Queneau en el caso de Cabrera Infante se hacen imperativos existenciales: En su “ Disquisición ” pide al lector que “ [e]xplique los casos de asíndeton y polisíndeton que se haya encontrado en la vida ” (Cabrera Infante 1976: 31), y el palíndromo se convierte en el temido Palindrama: “ Nada, yo soy Adán ” (Cabrera Infante 1976: 46). Pero es sobre todo el último fragmento de los Exorcismos, “ Epilogolipo ” , el que mejor pone en escena la poética ecológica de Cabrera Infante, una poética bifocal que se sitúa entre el experimento formal, la cita paródica y la inscripción de la pérdida como causa existencial de las proliferaciones delirantes alrededor de una ausencia. Otra vez, todo ya está en el título, puesto que “ Epilogolipo ” es el resultado de la contracción y combinación del “ Epílogo ” de Borges a El hacedor 5 y de la denominación OuLiPo, es decir Ouvroir de littérature potentielle 5 Cf. Jorges Luis Borges, “ Epílogo ” : “ [. . .]. Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara ” (Borges 1974: 854). Claudia Hammerschmidt 199 cuyo fundador entre otros fue justamente el Queneau de los Exercices de style. En esta yuxtaposición de la literatura europea y latinoamericana y en la variación que se produce en su confrontación experimental, Cabrera Infante subvierte la jerarquía tanto entre centro y periferia como entre texto copiado, texto parodiado y texto propio. Pero las cosas se complican todavía más si se toma en consideración a otro autor oulipien, Georges Perec, que en 1969 escribió su novela La Disparition (Perec 1969) sin utilizar nunca la vocal “ e ” - lo que le hace dedicar una novela posterior a lo ausente y escribir W ou le souvenir d'enfance (Perec 1975) “ Pour e ” o “ Pour eux ” con lo que dedica el libro a las vocales desaparecidas del texto anterior o a sus padres desparecidos durante la ocupación nazi. Como la Disparition, también el “ Epilogolipo ” de Cabrera Infante es un lipograma, pero omite la “ a ” en vez de la “ e ” , haciéndola de esta manera ostensible justamente a causa de y en su ausencia. Epilogolipo [. . .] Un hombre se propone el empeño de escribir el mundo. En el discurrir del tiempo construye un volumen con trozos de pueblos, de reinos, de montes, de puertos, de buques, de islotes, de peces, de cubiles, de instrumentos, de soles, de equinos y de gentes. Poco tiempo previo del morir, descubre que ese minucioso enredo de surcos en dos dimensiones compone el dibujo de su rostro. (Cabrera Infante 1976: 259). Así, en “ Epilogolipo ” se superponen varias escrituras que enfocan al mismo tiempo superficie y fondo, presencia y ausencia, escritura y vida: la cita y la parodia tanto de un autor latinoamericano, Jorge Luis Borges, como de autores europeos, Queneau y Perec, hechas por un “ escritor inglés que escribe en cubano ” desde Londres; un juego de palabras que consiste en una restricción autoimpuesta que se apropia de lo ajeno por la puesta en escena de una ausencia; y la inscripción de algo que falta, la “ a ” , que en su omisión circunscribe la falta existencial de la que todo emana, La Habana, la ciudad en que todo comenzó, hasta el alfabeto, el centro eterno del autor. Bibliografía Benedetti, Mario (1997): Andamios. Santiago: Alfaguara. Borges, Jorge Luis (1974): “ Epílogo ” a El hacedor, en: Borges, Jorge Luis: Obras completas I, ed. Carlos V. Frías. Buenos Aires: Emecé. 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Claudia Hammerschmidt 201 Andrea Gremels (Fráncfort del Meno) “ No rompas mi silencio de isla remota ” : El tema del silencio en la poesía cubano-parisina Es el privilegio del poeta el encontrar palabras para expresar lo indecible. “ En la voz del silencio escucho tu nombre ” 1 es el título de un poema de la autora cubano-parisina Eyda Machín que se dirige a un amor perdido. Normalmente, el silencio se caracteriza por la ausencia de voces al igual que por la presencia de voces se desvanece el silencio. ¿En qué caso se convierte el silencio en voz para el poeta? O viceversa: ¿Cuándo enmudece la voz del poeta y se cae en silencio? A continuación se tratará de analizar las voces cubanas que vienen desde París. El propósito es enfocarme en el tema del silencio en los poemas “ Elegía sin flor ” de William Navarrete y “ Testigo mudo ” de Miguel Sales, publicados en la segunda edición de Ínsulas al pairo (IP, Valencia 2007), una antología que reúne doce autores cubanos residentes en París y que fue editada por William Navarrete. 2 Parto de la tesis de que el tema del silencio está relacionado con la situación de exilio en la que se encuentran los poetas. “ No rompas mi silencio de isla remota ” , dice el primer verso de “ Elegía sin flor ” de William Navarrete. Este verso muestra que “ caer en el silencio ” no significa necesariamente callarse. Porque el silencio se transmite a través de este poema como tema literario. Se observa una relación paradójica entre la pérdida de la voz y su rescate en el exilio. En relación a las diferentes apariencias de silencio quiero desarrollar cuatro aspectos importantes: en primer lugar, se destaca la pérdida de la voz por la exclusión de Cuba. En segundo lugar, se trata de analizar la pregunta, si los poemas son escuchados y recibidos. Luego, en tercer lugar, enfocaré el enmudecimiento de la voz causado por la frustración de la esperanza en el exilio y concluiré con el tema del rescate de la voz en el contexto transcultural del exilio. Además, quiero enfatizar que el derecho de tener voz para expresarse libremente es la condición necesaria de la existencia del autor. En la actualidad 1 Véase Machín, Eyda (2008): En la voz del silencio . . . / Dans la voix du silence. . . TheBookEdition, 44. 2 La antología incluye entre otros a los autores José Triana, Nivaria Tejera, Eduardo Manet y Gina Pellón. En el congreso, Cuba 50 años después: la Revolución revis(it)ada, en el marco del cual fue realizada esta presentación, estaban presentes tres de los autores de la antología: Eyda Machín, William Navarrete y Miguel Sales. cubana la censura aún prohíbe la publicación de muchas obras. 3 Es decir, el problema del silencio afecta a los autores tanto dentro como fuera de Cuba. La pérdida de voz en el exilio Los 50 años de revolución en Cuba significan para muchos autores cubanos toda una vida de condena en el exilio. La Revolución, en su condición real bajo el régimen castrista, ha excluido a muchos intelectuales de la Isla. Eyda Machín salió de Cuba en 1966 por los Vuelos de la Libertad 4 , mientras que Miguel Sales abandonó la Isla en 1978, después de haber sido prisionero político durante ocho años. William Navarrete vive en el exilio parisino desde 1991. El abandono de la Isla significa en la mayoría de los casos una partida sin vuelta. Karl Kohut distingue entre el exiliado político, forzado a abandonar su país por causas políticas, y el exiliado cultural que se va voluntariamente porque no tolera el clima represivo de su país que le impide expresarse libremente como persona y como artista (Kohut 1983: 13). La distinción entre ambas formas de exilio es problemática porque suelen entrecruzarse. Éste es el caso de William Navarrete que abandonó Cuba como exiliado cultural - teniendo en cuenta que el abandono comprende también causas políticas - y que se convirtió en exiliado político durante su estancia en París. 5 Por consiguiente, no puede regresar a Cuba y se encuentra actualmente en una situación de destierro definitivo. En todas sus formas el exilio, como ruptura del lazo con el país natal, es una condición anómala. Esto significa, según Rebeca y León Grinberg, el desarraigo de tres vínculos integradores de la identidad personal: el desarraigo territorial, el temporal y el social (Grinberg 1984: 156). Cualquiera de ellos llevan a una inseguridad identitaria y pueden incluso abocar en una sensación de pérdida total de la identidad. Esta última se expresa en la primera parte de “ Elegía sin flor ” (IP, 134): 3 Un ejemplo reciente es Antonio José Ponte que cuenta su experiencia de autor silenciado en la película Habana - Arte nuevo de hacer ruinas (2006), dirigida y producida por Florian Borchmeyer. 4 Vuelos desde Cuba a Miami aprobados por el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson entre 1965 y 1973. Véase: http: / / www.elnuevoherald.com/ 2008/ 12/ 16/ 340999/ tras-las-huellas-de-los-vuelos.html, (10/ 04/ 2010). 5 Navarrete es muy activo como disidente que lucha por una Cuba democrática. En el año 2003 fundó la asociación no gubermental ATREC - Asociación Tercera República Cubana, cuyos objetivos son el establecimiento de una futura sociedad civil en Cuba basada en principios democráticos. ATREC se dedica a la representación de prisioneros políticos en la opinión pública y se posiciona contra la perpetuación del régimen totalitario castrista. Véase: http: / / www.miscelaneasdecuba.net/ web/ article.asp? artID=3026, (10/ 04/ 2010). 204 El tema del silencio en la poesía cubano-parisina Elegía sin flor No rompas mi silencio de isla remota. En él se refugian las miradas de los hombres de mar, la sal de las tinieblas, el brillo de las escamas de los peces, el horizonte infinito, el alma endeble, la grandeza de la tierra, la paz que lleva mi cautiverio dentro. No busques mi nombre. Ya no existo. Soy pacto después de la batalla, reposo de la lanza, el pájaro sin canto, la tregua de las Furias. No seques tu flor en mi memoria, te prohíbo que penetres el hechizo de las piedras, las brumas del océano, mi santuario de hombre perseguido por el fatídico destino de las islas. Ofrécele tu flor a quien ignore por qué me has dedicado una elegía. Con los versos centrales “ No busques mi nombre./ Ya no existo ” (v.7 - 8), que son los versos más cortos del poema, Navarrete expresa la pérdida de identidad por medio del anonimato. La pérdida del nombre significa la imposibilidad de reconocerse a sí mismo, siendo el nombre la prueba de la propia existencia. El oxímoron de la existencia inexistente remite a la muerte viva, o sea a la vida muerta, una metáfora que se encuentra frecuentemente en los poemas de la antología Ínsulas al Pairo. 6 En “ Elegía sin flor ” el sentimiento de la propia inexistencia corresponde al enmudecimiento de la voz. El tema del silencio se expresa antes que nada en la metáfora “ el pájaro sin canto ” que aparece en el décimo verso. El poema está construido a través de un lenguaje que visualiza el mar, como se lee en “ escamas ” , “ peces ” , “ horizonte infinito ” . Con ello, Navarrete evoca imágenes de su tierra natal Cuba, la “ isla remota ” . Destaca una ambivalencia fundamental en el poema: Por un lado el silencio se presenta como un refugio llevando paz (cf. v. 6). Por el otro lado el yo lírico es cautivo de las imágenes que le perturban. Se siente perseguido por el “ fatídico destino de las islas ” . No hay consuelo, por eso la paz parece inquietante. 6 Hay un vínculo intertextual muy próximo en el poema “ Un espacio en la distancia ” de la poeta y pintora cubano-parisina Gina Pellón en que dice: “ Tu universo está perdido/ yo no existo, [. . .] ” (IP, 28: v. 20 - 21). En comparación a los versos de Navarrete se destaca el uso del adverbio “ ya ” que remite a nivel temporal al estado antes de la pérdida existencial en el sentido de “ he existido pero ya no existo ” . Compárese también el título del poema “ Bajo tu ventana lo enterraron vivo ” (IP, 21) y “ Luz de madrugada ” de Gina Pellón, en que usa la metáfora “ cadáver vivo ” (IP, 19). La metáfora de la muerte viva domina también la poesía de Nivaria Tejera, exiliada cubana en París desde 1964. En “ Rueda del exilado ” (IP, 43 - 47) habla del “ mar muerto de nuestra vida ” (ibíd. 44). Andrea Gremels 205 En el contexto del exilio, el motivo de silencio indica la pérdida del pasado que corresponde paradójicamente a la evocación de los paisajes perdidos. Los recuerdos reviven en el momento en que se les da una voz, lo que Navarrete hace mediante su poema. Considerando el nivel pragmático del poema hay otro aspecto que llama la atención: La voz enmudecida del yo lírico se articula y se muestra mediante el diálogo y no de forma monológica. Los versos “ No rompas mi silencio de isla remota ” y “ No busques mi nombre ” indica a nivel textual que la pérdida del yo y su silencio son comunicados a un interlocutor. A nivel extratextual el interlocutor sería el lector. Por lo cual surge la pregunta, a quién se dirigen las palabras del silencio. Esta pregunta me permite considerar el contexto tanto de la recepción como de la producción de los poemas aquí analizados. Ser escuchado Al desarraigo territorial, temporal y social es indispensable añadirle una cuarta categoría: el desarraigo lingüístico. La voz callada se origina en el fenómeno del aislamiento lingüístico de la poesía cubano-parisina. Por la ruptura territorial existe una falta de contacto físico y sensorial con la isla de Cuba. Navarrete, que hace 19 años vive fuera de Cuba, se refiere a este fenómeno diciendo: La Cuba física, las calles de las ciudades, la vegetación, los olores, las sensaciones vinculadas al clima, los colores e incluso el nombre de ciertas cosas se van esfumando lentamente. En ello no veo más que un simple desgaste de la memoria que no se renueva por ausencia de contacto sensorial con la isla. (Alcobar 2005) 7 El autor dice que olvida el nombre de ciertas cosas. Paralelamente, la ausencia de un contacto sensorial con la isla va acompañado por la falta de contacto lingüístico con el habla de Cuba. El desgaste de la memoria puede terminar finalmente en el silencio de la voz del autor que no consigue revivir las imágenes perdidas ya que se olvida de las palabras adecuadas para describirlas. No obstante, Navarrete emplea su voz y escribe sus poemas en español, su lengua materna. Pero justamente por ser escritos en español los poemas cubanos se encuentran en un estado de aislamiento lingüístico dentro de su 7 Compárese también la constatación que Navarrete hace en una entrevista posterior: “ En cuanto a aquellas sensaciones que pudieran recordarme en algo a Cuba, he ido borrándolas todas de mi memoria. ” (Armando Chávez 2009: 384). Aquí el olvido aparece como una forma de acto voluntario: “ El simple desgaste de la memoria ” como proceso natural, debido al tiempo transcurrido fuera de Cuba, contradice al acto activo de “ borrar los recuerdos ” voluntariamente. 206 El tema del silencio en la poesía cubano-parisina ámbito francófono. 8 Se dirigen a lectores hispanohablantes, precisamente, a lectores cubanos. Navarrete constata en una entrevista con Armando Chávez Rivera: “ En realidad el público ideal sería el de la gente sensible de mi país, o sea, el lector cubano en general, si pudiera comunicar, en condiciones normales, con él. ” (Chávez Rivera 2009: 380). Una poesía que “ se refiere en su núcleo a la isla Cuba ” (Ette 2006: 47) pero que nunca llega hasta allá por las fronteras impuestas es prisionera en un estado de inmovilización. Es una poesía al pairo como dice el título de la antología. 9 Por lo tanto, en el prólogo Navarrete habla de “ versos varados en una ciudad sin puerto a la espera de un milagro o a la espera de nada ” ( “ Prólogo ” , IP: 12). Eso muestra la situación desesperada en la que se encuentran los poetas exiliados: están excluídos del “ allá ” (Cuba), por lo que escriben y están aislados en el “ aquí ” (París) por la falta de un auditorio. El enmudecimiento de la voz por la frustración de la esperanza El poema “ Testigo Mudo ” de Miguel Sales (IP, 92), escrito en estilo conversacional, termina con los versos “ Quizá mañana deba/ comprarme un diccionario. ” La mención del diccionario deja asumir que aquí se trata de la traducción de una lengua a otra y que el yo lírico transmite sus experiencias en un ambiente lingüístico ajeno del suyo. Pero el poema contradice esta suposición lo cual quiero mostrar a continuación. 8 Hay que tomar en cuenta que París siempre ha sido un lugar atractivo para exiliados latinoamericanos por el prestigio cultural y la escena literaria que la ciudad ofrece (cf. Kohut 1983: 14). Kohut sostiene incluso que “ prácticamente todos los autores del llamado boom han vivido algún tiempo en Francia ” (ibíd.: 16). París se convirtió en plataforma de entusiasmo por la revolución cubana en los años sesenta, siendo Julio Cortázar como autor argentino-parisino uno de los portavoces en favor de la revolución que abocaba en la idea de un pan-latinoamericanismo (veáse el artículo de Gesine Müller en este libro). El mito de la revolución y la imagen romántica del socialismo cautivan todavía a los intelectuales de izquierda. Además, la “ Revolución se ha dado cuenta del valor mercantil de sus símbolos históricos ” (Ette 2006: 52) que el régimen usa para generar el boom turístico en la isla de Cuba. Junto a la imagen estereotípica de una cultura frívola y alegre, se les hace difícil a los autores cubanos en el exilio parisino encontrar un editor que publique sus obras (cf. Navarrete 2006: 761). Quiero añadir que las dificultades de encontrar un editor aumentan en el terreno de la poesía siendo ésa un género marginal en comparación con la narrativa. Por ejemplo, las novelas de Nivaria Tejera fueron publicadas primero en francés mientras que su poesía todavía no está traducida. 9 Advierta la definición del término “ estar al pairo ” en el Diccionario de la Real Academia Española: “ Estar a la expectativa, para actuar cuando sea necesario. ” http: / / buscon.rae. es/ draeI/ SrvltConsulta? TIPO_BUS=3/ LEMA=pairo, (17/ 04/ 2010). Andrea Gremels 207 El poema está introducido por los versos “ De repente / caigo en la cuenta/ de que he hablado poquísimo ” . En la parte siguiente está descrito lo que ha intentado decir: A lo sumo dije palabras de aliento a un amigo lejano; ensayé susurros de amor que se perdieron en el oleaje de unas sábanas; perpetré frases trémulas contra el estruendo de la Historia. A nivel semántico se destacan términos que se refieren al discurso, como “ dije ” , “ palabras ” , “ susurros ” , “ frases ” . El yo lírico dirige sus “ palabras de aliento ” , “ sus susurros de amor ” y sus “ fráses trémulas ” a un “ amigo lejano ” que no las puede escuchar porque las palabras se pierden contra el “ estruendo de la Historia ” . Aquí se refiere al tiempo histórico y asimismo a la situación en su país. La historia ruidosa le impone fronteras que el yo lírico no puede traspasar con sus palabras. Queda claro en la tercera estrofa que el “ amigo lejano ” representa la patria personificada: Cuba. Para ser hijo de esta isla pródiga en cotorras y asesinos elocuentes, casi me siento testigo mudo de mi tiempo, convidado de piedra. En estos versos las palabras y la mudez son contrastadas. El yo lírico permanece inmóvil como un “ convidado de piedra ” 10 , es “ testigo mudo ” delante de las palabras prodigadas. 11 El poema remite a una frustración: Todas las palabras están perdidas porque no existe la posibilidad de intervenir en el curso de la historia ni de cambiarla participando en la realidad cubana. Con las “ cotorras y asesinos elocuentes ” (v.16) se refiere, en mi opinión, al discurso político omnipresente en los medios dentro de Cuba pero también fuera de la Isla. Una gran parte de los intelectuales cubanos se encuentran actualmente fuera del país por lo que la cultura y la literatura cubana están 10 Aquí se hace alusión a la estatua del comendador de Calatrava Don Gonzalo de Ulloa, en El burlador de Sevilla y convidado de piedra, comedia de Tirso de Molina http: / / buscon.rae. es/ draeI/ SrvltConsulta? TIPO_BUS=3/ LEMA=convidado, (17/ 04/ 2010). 11 El encabalgamiento del segundo verso indica semánticamente no solo una isla pródiga sino también una isla que prodiga sus palabras. 208 El tema del silencio en la poesía cubano-parisina diseminadas 12 por el mundo. En los nuevos núcleos cubanos que se han formado, por ejemplo en Miami, Nueva York o Madrid, se han establecido varios discursos. Las voces se entremezclan mientras que las posiciones con respecto a Cuba son contradictorias. Los discursos del exilio están determinados por un carácter moral que exige cambios políticos en Cuba. Sin embargo, todos estos discursos no han llevado a los cambios reclamados. Por lo tanto, la inmovilización de “ estar al pairo ” va acompañado por una frustración de la esperanza. Navarrete articula su frustración en cuanto a la “ verborrea sobre la política cubana, ese chapoteo incesante en las mismas aguas. ” (Armando Chávez 2009: 392). El yo lírico en el poema de Miguel Sales toma una posición semejante: es observador de su gente juzgándola al mismo tiempo. No entiende sus “ cotorras y los asesinos elocuentes ” y por eso se ha callado. En este sentido “ comprarse un diccionario ” se remite irónicamente a un malentendido: porque lo que realmente expresa el yo lírico en “ Testigo Mudo ” es el amor imposible, un amor silenciado a su patria perdida. 13 Así, el yo lírico representa al hijo pródigo 14 anhelando poder rescatar lo que ha perdido. El rescate de la voz en el contexto transcultural del exilio En el análisis de los poemas se destaca una contraposición dialéctica entre los fenómenos del enmudecimiento y el silencio por un lado y la toma de palabra y la articulación por otro lado. El silencio está verbalizado. Desde el silencio surgen las palabras. En este caso el exilio sirve como un motor para rescatar la propia voz. Cito a Navarrete nuevamente: “ Parte de la memoria histórica de nuestro país se halla depositada en quienes desde su exilio intentan, contra vientos y mareas, remediar la amnesia colectiva que cunde la Isla. ” (Chávez Rivera 2009: 389). Las voces del silencio son realmente voces contra el silencio, fungiendo como portavoces contra el olvido que buscan sus caminos para ser 12 En cuanto a la diseminación, término procedente del posestructuralista Jacques Derrida, véase el juego con el término que propone Homi Bhabha en The Location of Culture en que un capítulo lleva el título DissemiNation, lo que Bhabha define como el desplazamiento cultural de exilados, emigrantes y refugiados originando la hibridización del “ modern Western nation ” cuya auto-concepción de lo homogéneo se vuelve cuestionable frente a la presencia de tantas culturas extranjeras (cf. Bhabha 1994: 139). La dissemiNation describe adecuadamente la situación de la cultura cubana en movimiento. 13 Este amor imposible se transmite también en el poema “ Basta de consignas y reuniones ” de Miguel Sales (IP, 90 - 91). La última estrofa dice: “ Porque yo también soy muy cobarde e inculto/ y quiero, a más no poder,/ con un amor desesperado/ esta pobre, triste y desdichada isla/ que es mi patria. ” (IP, 90 f). Observe que este poema es una paráfrasis de “ Assaig de cantic en el temple ” del autor catalán Salvador Espriu. 14 Aquí se hace alusión a la parábola del hijo pródigo en el Evangelio de San Lucas del Nuevo Testamento. Andrea Gremels 209 escuchadas y superar las fronteras impuestas. La antología Ínsulas al pairo sirve como un buen ejemplo: los poemas fueron escritos y compilados en París, publicados en España y presentados en Alemania. La diáspora cubana, que desde la Revolución se ha puesto en marcha, crece continuamente. 15 La consecuencia es una transplantación y una movilización de la cultura cubana: “ Ningún otro país de este tamaño ha expuesto y expatriado en tan gran medida [. . .] música y arte, literatura [. . .] ” (Ette 2006: 49). Publicar y ser escuchado fuera de Cuba ya forma parte de la identidad de los autores cubanos. 16 La diseminación de la cultura cubana dio vida a una literatura cada vez más transculturalizada, surgiendo así constantemente nuevas constelaciones culturales. 17 Por lo tanto, la identidad cubana se constituye en un contexto transterritorial, llevando así a que la expresión de la propia voz siempre esté relacionada con el contacto con otras culturas. Por ejemplo, desde su vida en Francia, Navarrete descubre otro espacio francófono, Marruecos, a quien dedica los poemas de su última antología Lumbres Veladas del Sur (Valencia 2008), en la que resuena la voz cubana del autor entre lazos arábicos, francófonos, hispánicos y latinoamericanos. Entonces, se puede hablar, en el caso de Cuba, de una cultura en proceso de un “ incesante devenir ” (Ortiz 2002: 138) que ya no se puede localizar en un determinado lugar que sea la isla de Cuba. 18 Sus múltiples voces consiguen ser escuchadas por el mundo entero como también se las escucha desde París. A medida que la pérdida de voz resulta en su rescate, el exilio significa no sólo una condición de pérdida total, de “ desgarre y amputación ” (Ortiz 2002: 259), sino que también significa una ganancia. 19 Eyda Machín dice a menudo: “ [M]i exilio ha sido una riqueza, porque yo perdí una patria y gané el mundo. Por eso, no hablo nunca de exilio, yo hablo de amor. ” 20 La pérdida 15 Cuba es el país con el porcentaje más elevado de emigrantes mesurado por su población total: entre 15 y 20 % de los cubanos viven fuera de la Isla, entre ellos aproximadamente un tercio son intelectuales (de la Nuez 1998: 22). 16 Esto vale para autores tanto fuera como también dentro de la Isla. Por motivos de la escasez de papel y de la censura, un gran número de autores dentro de la Isla intentan que lleguen sus manuscriptos a España, “ la Meca para todos ” (Strausfeld 2000: 22). Por lo tanto, existe una movilización de manuscriptos que circulan en un contexto transterritorial (ibíd.). 17 Véase el artículo de Yvette Sánchez en este libro. 18 Véase el artículo de Ottmar Ette en este libro. 19 Aquí se puede referir también a la posición de Edward Said que enfatiza en su ensayo “ Reflexions on exile ” la “ originality of vision “ que los exilados pueden desarrollar por causa de su experiencia existencial de vivir entre (por lo menos) dos culturas (Said 2000: 186). No obstante, Said describe el exilio como una experiencia contrapuntual situada entre la conciencia de pérdida y de ganancia al mismo tiempo (ibíd.). Del mismo modo, Fernando Ortiz recurre al contrapunteo para describir el contacto entre las culturas en el caso de Cuba. Véase Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar ([1940] 2002). 20 Transcripción de la pág. 9 de una entrevista realizada por Andrea Gremels a Eyda Machín el 31/ 05/ 2007 en París. Entrevista inédita. 210 El tema del silencio en la poesía cubano-parisina por un lado es dialécticamente la ganancia por otro lado. Para Machín, el amor universal es la fuerza integradora que transforma el silencio en palabras. Para Miguel Sales es el amor oculto a Cuba, un amor condenado al silencio, que le da una voz a sus palabras. Bibliografía Alcober, Perla Marina (2005). Entre-Visto: William Navarrete. En: http: / / www.atrec.info/ Miscelaneas/ Entre-visto_001.htm, (10/ 12/ 2009). Bhabha, Homi (1994): The location of culture. Nueva York: Routledge. Chávez Rivera, Armando (2009): Cuba per se. Cartas de la diáspora. Cincuenta escritores cubanos responden sobre su vida fuera de la Isla. Miami: Ediciones Universal. Ette, Ottmar (2006): “ Cuba, isla de las islas ” , en: Berg, Walter Bruno/ Borsó, Vittoria (eds.): Unidad y pluralidad de la cultura latinoamericana: géneros, identidades y medios. Fráncfort del Meno/ Madrid: Vervuert/ Iberoamericana, 43 - 57. 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Como la Cigarra, María Elena Walsh La révolution n'est plus ce qu'elle était. Henri Lefèbvre 1 “ [. . .] porque para la Revolución todo, y para el pueblo nada [. . .] ” , Porno para Ricardo, “ Mi balsa ” I La frecuencia histórica de las revoluciones en América Latina se debe al colonialismo y al consiguiente imperialismo. 2 “ Pensar ” América Latina significa, realizar la descolonización, la autonomía, la independencia (Scharlau 1994). Este “ pensamiento ” incluye una conciencia de la propia posición científica y un conocimiento de la violencia y las asimetrías en las relaciones de poder, en los discursos y en todos los ámbitos y prácticas de la vida social, política, económica y cultural. Pensar y revis(it)ar la revolución cubana en el año 2010 significa enfrentarse con la cuestión del cambio social e histórico, con la lucha por la liberación del pueblo y el “ hombre nuevo ” y por ende con la amarga ironía de la historia. Ninguna otra revolución ha suscitado tanta esperanza, tanta fe, tanta expectativa y al mismo tiempo tanto desencanto, tanto desengaño y frustración. ¿Es que el fracaso del castrismo representa el 1 Así reza el título del estudio publicado por uno de los grandes teóricos de la revolución junto con Catherine Regulier, (1978): París: Libres-Hallier; traducido al alemán por Burkhart Kroeber (1979) bajo el título: Die Revolution ist auch nicht mehr, was sie einmal war. Múnich: Hanser. 2 Los sistemas coloniales se superponen con los sistemas imperiales, una distinción no es siempre posible; véase: do Mar Castro Varela/ Dhawan 2005: 13ss. supuesto fin de las utopías? Para responder a esta pregunta se precisa una perspectiva histórica amplia, que toma en cuenta la violencia colonial y neocolonial. El siguiente análisis se basa por lo tanto en la crítica postcolonial incluyendo los procesos de hibridización intercultural e intermedial. 3 Esto significa que la revolución como instrumento político que caracteriza la modernidad está puesta en tela de juicio. En el año 2010 muchos países africanos festejaron cincuenta años de su independencia y en América Latina se recordó el bicentenario de la independencia que en el subcontinente es sinónimo de revolución. Un sinónimo presupone que se pueda hacer la prueba y verificar la inversión: en América Latina la revolución es sinónimo de la independencia. Es en el ámbito del Caribe donde encontramos el ejemplo primordial. La revolución haitiana constituye el modelo para toda la zona. Textos literarios como El reino de este mundo del cubano Alejo Carpentier, Cahier d'un retour au pays natal, del martinicano Aimé Césaire y Les Jacobins noirs, de C. L. R. James (Trinidad) ponen de manifiesto la dimensión caribeña de la revolución. Para Césaire, Toussaint Louverture es el primero en rescatar la dignidad de los negros en Haití y en el mundo. El ejemplo de Haití, un resultado inmediato de la revolución francesa, muestra ya la separación de mensaje revolucionario y práctica política. En el siglo XIX, Francia lejos de ceder su posición imperial de Grande Nation, no realizó los postulados de la libertad, la igualdad y fraternidad con su ex colonia. La independencia haitiana tampoco resolvió el racismo ni comprobó la inversión mencionada arriba. 4 Ni en Haití, ni en México y tampoco en Cuba o en Nicaragua, los sistemas revolucionarios lograron la independencia del pueblo supuestamente soberano. Todos sustituyeron una dependencia por otra. El ejemplo cubano es, después de Haití, el más importante de la serie. La revolución cubana del 59 tiene sus antecedentes en la lucha por la independencia del colonialismo español. 5 La marca histórica decisiva constituyen los modelos de la revolución (norte-)americana y francesa, porque se asocian implícitamente con la modernidad. La primera revolución de 1868 fracasó, sin ser un fracaso absoluto. En 1895 fue retomada con la segunda guerra de liberación nacional encabezada y llevada a cabo por José Martí, el fundador del Partido Revolucionario Cubano (1892). El “ apóstol ” cubano representa como ningún otro personaje histórico la dimensión latinoamericana si no universal de la revolución como movimiento de indepen- 3 La crítica postcolonial abarca tanto la revisión de la literatura e historia colonial, como los fenómenos neocoloniales en la época postcolonial. 4 En cuanto a la complejidad del ejemplo haitiano en el marco de la globalización, véase el estudio de Nesbitt (2006): “ Penser la Révolution haïtienne ” . 5 Según Francisco López Segrera, en su estudio e investigación de las raíces históricas de la revolución cubana: “ La idea de que la Revolución cubana es el resultado de un largo y heroico proceso histórico que arranca de las luchas de 1868, ha sido reiterada en varios discursos por Fidel Castro ” (López Segrera 1980: 10). 214 Naufragio con espectadores o como d / escribir el fracaso del castrismo dencia, autonomía y soberanidad en una red de otras naciones independientes, autónomas y soberanas. La instrumentalización ideológica de Martí ha sido analizada detalladamente por Ottmar Ette. Sobre todo la izquierda política suele equiparar la lucha cubana con lucha antiimperialista. Su muerte a comienzos de la guerra le impidió ver realizado su proyecto de una Cuba democrática y libre, independiente de España y de los Estados Unidos. Cuba no obtuvo la independencia hasta 1898 con la intervención de los Estados Unidos, pasando así de la dependencia colonial de España a una dependencia neocolonial. 6 Por lo tanto, conviene hablar de la revolución en plural: las revoluciones cubanas y latinoamericanas como fenómenos interrelacionados. 7 Basándome en investigaciones anteriores (Sánchez/ Spiller 2009) quisiera elaborar la noción del fracaso: ¿Por qué y a partir de qué momento fracasan las revoluciones? O mejor dicho: ¿Cuándo conviene hablar del fracaso de una revolución? ¿A partir de la conversión al socialismo en el año 1961 o con la muerte del Che, que representa mucho más el mito de la revolución que Fidel Castro, en el 1967? Para poder responder uno tiene que diferenciar y revisar los ejemplos históricos más representativos. La revolución francesa, el modelo de la época moderna por antonomasia, tuvo éxito en una primera fase y con su primera prolongación transatlántica de 1804 en Haití. Más tarde también en México, Cuba y Nicaragua se alcanza la meta de derrocar un sistema dictatorial. Como la francesa, tampoco las revoluciones latinoamericanas lograron establecer un nuevo sistema socio-político duradero basado en las ideas revolucionarias. Esto origina la consiguiente pregunta: ¿Cómo se puede concebir el fracaso de las revoluciones? ¿Por qué los comienzos bien intencionados en favor de la soberanía del pueblo llevan al o incluso en un sistema aún más represivo? Intentaron dar una respuesta Theodor W. Adorno y Max Horkheimer. En La dialéctica de la Ilustración analizan el proceso histórico de la inversión inmanente de la Ilustración en su contrario preparando el camino al fascismo. Para terminar esta parte introductoria remito a la situación actual en Cuba. ¿Cómo terminar con la dictadura castrista? ¿Con otra revolución? Si las revoluciones se convierten en su opuesto, más bien hace falta una revisión del concepto de la revolución como instrumento de cambio socio-político 6 Con respecto a la independencia López Segrera clarifica que “ Cuba obtuvo su independencia formal pero no real ” (ibíd.: 53). EE. UU. se garantizaron el dominio neocolonial de Cuba con la Enmienda Platt y luego con el Tratado de Reciprocidad Comercial. Estos tratados, por un lado, no sólo entregaron parte del territorio cubano a los Estados Unidos, sino que también legitimaron su intervención en los asuntos de la Isla cuando lo entendieran conveniente. Por otro lado, EE. UU. se aseguraban el control del mercado cubano y la consolidación de la estructura monoproductora de la economía cubana. 7 Véase al respecto el artículo de Max Zeuske que abarca el tema en “ un sentido amplio ” (1987: 26): “ Reflexiones sobre el ciclo revolucionario cubano entre 1790 y 1959 ” . Y también el estudio de Christine Pic-Gillard (2007) que comienza con José Martí: Révolutions à Cuba. Roland Spiller 215 (Lefèbvre 1978; Amin 2006). De ahí se deduce una de las preguntas centrales de este coloquio: ¿Qué métodos y prácticas de resistencia y de rebelión se manifiestan en la sociedad cubana actual? II La historia literaria y cultural de este fracaso queda aún por escribir. 8 La crítica postcolonial todavía no ha podido analizar el caso cubano en su complejidad histórica. Para una crítica con posiciones ideológicas postcoloniales, la crítica imprescindible al sistema dictatorial castrista constituye un desafío. En este estudio quisiera presentar algunos ejemplos recientes de resistencia cultural poniendo de relieve sus aspectos intermediales. Tratando textos literarios y un ejemplo musical, el grupo punk Porno para Ricardo, enfocaré los usos de un leitmotiv del fracaso: el naufragio. Otra metáfora recurrente del fracaso es la ruina. El “ ruinólogo ” Antonio José Ponte desarrolló en varios textos, también en La fiesta vigilida (2007), todo un concepto filosófico-existencial basado en el derrumbe de la ciudad de La Habana. 9 El cineasta alemán Florian Borchmeyer rodó con Matthias Hentschler una película con Ponte como protagonista sobre las ruinas de la capital cubana: Habana - Arte nuevo de hacer ruinas. 10 La metáfora de la ruina representa la decadencia del país y en última consecuencia a Fidel Castro como ruina humana. La temporalidad lenta de esta metáfora corresponde al castrismo que parece frenar el tiempo. 11 La metáfora del naufragio en cambio se distingue por una temporalidad veloz. En relación con Cuba contiene la esperanza de un fin rápido en un porvenir cercano. Por eso, se encuentra en todos los discursos y medios. Como historia - en el sentido narratológico - su semántica está determinada por el viaje, cuyo imprevisto fin o interrupción constituye el esquema básico a partir del cual se podría concebir una tipología. 12 Los modelos con supervivientes como los Naufragios de Cabeza de Vaca o el Robinson Crusoe de Daniel Defoe implican la posibilidad de crear modelos culturales porque conciben un inicio nuevo. Como recurso poético el naufragio puede representar los procesos o de 8 Existen ejemplos aislados como el estudio de Joan del Alcázar Garrido y Sergio López Rivero sobre el cineasta Tomás Gutiérrez Alea (2009). 9 Para más informaciones sobre la obra completa de Ponte véase el libro compilado por Teresa Basile (2009). 10 Borchmeyer (2009) expuso el concepto de la ruinología con muchos ejemplos ilustrativos en “‘ Este fracaso privado garantiza el fracaso público ’ . Apuntes sobre la estética de palacios y de héroes en ruinas ” . 11 Teresa Basile detectó con suma lucidez la relación temática entre el fracaso y el naufragio (2009: 211; 217). 12 Ottmar Ette (2009) resume sucintamente los naufragios coloniales en el marco de la globalización para reflexionar sobre la relación entre el fracaso en y de la globalización en relación con la globalización del fracaso. 216 Naufragio con espectadores o como d / escribir el fracaso del castrismo la pérdida o de la creación de sentido y de esperanza. El naufragio cubano representa el eclipse del sentido incluyendo el propio proceso metafórico. Como realidad social forma parte de la globalización y de sus distintas fases. 13 Los naufragios actuales constituyen el perfil de la mueca de la exclusión que se manifiesta en la construcción de muros o barreras que desde la caída del muro de Berlín se expanden cada vez más en el mundo globalizado. Los muros y barreras más conocidos se encuentran en la frontera mexicana con EE. UU., en Israel, en Ceuta y Melilla; también el Mediterráneo sirve de “ muro ” europeo frente a la migración africana. También en Cuba ni siquiera el muro natural del mar alcanza su función de frontera. Millones de balseros arriesgan sus vidas para llegar de Cuba a Florida o Puerto Rico. 14 Lo mismo acontece en las aguas del Mediterráneo que ya no sirven como frontera natural entre África y Europa. Lo simbólico y lo real se entremezclan, metáfora y experiencia se superponen en un proceso complejo de mediatización. El escritor cubano Neltón Pérez (2001) ficcionalizó los mensajes de balseros en: Apuntes de Josué 1994. 100 relatos de balseros. Los relatos de náufragos constituyen un subgénero nuevo en los blogs cubanos. Los noticiarios presentan las imágenes de la caza de emigrantes clandestinos, el “ rescate ” de los náufragos es solamente una consecuencia de ella. En el contexto de la crisis financiera mundial, la metáfora del naufragio está omnipresente en los medios, también en los reportajes económicos. Maite Rico, en un artículo publicado en El País (5/ 1/ 2009), informa bajo el título: “ El naufragio cubano ” sobre la bancarrota del estado cubano. 15 El naufragio como tema literario, filosófico y artístico se remonta a la Antigüedad. En la Odisea de Homero, Odiseo encuentra, como único superviviente del naufragio, salvación y amor por la ninfa Calipso en una isla. Dante había concebido la Divina comedia como empresa marítima. Como marinero experto en el mar de las palabras invita al lector a participar en su navegación. Esto significa también compartir enteramente, con la vida propia, el riesgo de este viaje que para Dante se dirigió hacia el cielo. En la historia de la literatura latinoamericana el naufragio forma parte de los riesgos del viaje transatlántico, como experiencia biográfica y también como metáfora o alegoría. El último de los dieciocho tomos de la Historia general y natural de las Indias de Gonzalo Fernández de Oviedo se titula: Libro de 13 Ette, en el artículo mencionado (2009), distingue cuatro fases que conciernen también la historia cubana. 14 El escritor cubano Jesús Díaz, quien dirigió la revista Encuentro de la cultura cubana en Madrid, utiliza en su novela Dime algo sobre Cuba la estrategia picaresca de un balsero fingido en Miami. 15 El subtítulo reza: “ Después de medio siglo de revolución, la economía de la isla está en bancarrota ” . Disponible en: http: / / www.elpais.com/ articulo/ internacional/ naufragio/ cubano/ elpepiint/ 20090105elpepiint_8/ Tes, (12/ 08/ 2010). Roland Spiller 217 los naufragios. Otro hito histórico son los Naufragios de Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, inagotable fuente de inspiración para escritores y directores de cine. 16 Daniel Defoe cuestiona en Robinson Crusoe (1719) la relación entre civilización y barbarie. Para terminar la lista que continúa y para volver al Caribe remito al clásico The Tempest (1623) de William Shakespeare. El filósofo alemán Hans Blumenberg en su estudio “ Naufragio con espectadores ” pasa revista la historia del tópico filosófico que comienza con Lucrecio: el filósofo observa desde la tierra firme las tempestades de alta mar y los naufragios que representan la vida. 17 Con Blumenberg podemos preguntar por la posición del observador: ¿Cómo y dónde se encuentra esta posición libre de tormentos, anhelada por Lucrecio, que libera al hombre del miedo (a los dioses y a la muerte), una de las fuentes de la infelicidad humana? Revisando la cultura cubana actual salta a la vista el uso creciente del tema. Un rasgo característico en los distintos usos es la tendencia intermedial. El naufragio se construye en un sistema de relaciones entre artes y medios. III Comencemos con algunos ejemplos literarios: Antonio Álvarez Gil, 18 escritor cubano residente en Estocolmo, en su novela Naufragios (Sevilla 2002) transpone el tema filosófico estudiado por Blumenberg con los medios de la ficción a la realidad cubana. El relato comienza con el naufragio de un barco de recreo y acaba con el naufragio de una lancha de balseros. Los habitantes de un pueblo se ven obligados a delinquir para sobrevivir. Naufragios enfoca a los supervivientes, que han aprendido que vivir es sobrevivir y tratar de ser felices. Entre los dos naufragios que constituyen el marco del texto se describe el fracaso metafórico no solamente del pueblo sino del país entero. En poesía encontramos Cronología del vértigo y del naufragio, de Luis Marimón, publicado en Cuba (La Habana 2007), que reúne cincuenta poemas de ocho libros, en su mayoría inéditos. Eyda Machín es otra escritora cubana residente en París. Incluso en sus poemas reunidos bajo el título Soy mucho más (2004), tan saturados de felicidad no se ignora la experiencia del fracaso transmitido en términos marinos. El poema “ Nunca más ” termina con una imagen de la inmovilidad que incluso supera el naufragio por su inmovilidad insoportable: 16 Cabe mencionar también los Comentarios reales del Inca Garcilaso de la Vega y los Infortunios de Alonso Ramírez de Carlos de Sigüenza y Góngora. 17 Un resumen más detallado se encuentra en Spiller 2009: 147ss. 18 V Premio Ciudad de Badajoz, Antonio Álvarez Gil, nacido en La Habana en 1947. En 1983 recibió el premio ‘ David ’ de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) por los cuentos Una muchacha en el andén (1993). Otras obras: Del tiempo y las cosas (1993), Fin del capítulo ruso (1997) o Las largas horas de la noche (2000). Desde 1994 reside en Estocolmo. 218 Naufragio con espectadores o como d / escribir el fracaso del castrismo Un vacío infinito me circunda. La frágil barca Sin timonel ni remos Se pierde lentamente En el vientre de la noche. El mar sólido y quieto, Semeja una gran piedra, Una gran piedra de mármol negro. (99 s.) Entre los cubanos parisinos se encuentra también Jacobo Machover, escritor y periodista, nacido en La Habana que vive desde 1963 en Francia. 19 Su libro compilado: Cuba: Mémoires d ’ un naufrage (2009) reúne textos testimoniales con la intención de, cito: “ [. . .] salvar sus vivencias del naufragio de la revolución cubana, para que no queden enterradas en un silencio eterno ” (2009: 7). 20 Entre los naufragólogos cubanos sobresale Iván de la Nuez. Su ensayo La balsa perpetua. Soledad y conexiones de la cultura cubana (1998) fue traducido por Hans-Joachim Hartstein al alemán como: Das treibende Floß. Kubanische Kulturpassagen (2001). El título original señala la conexión mencionada entre la función metafórica y la realidad de los balseros. El autor explica en el prólogo: Quizá la tragedia de los balseros sea la más absoluta metáfora de Cuba y, a la vez, de las utopías y frustraciones que han mareado el Atlántico. La balsa como una isla flotante, como esa pieza perdida en el puzzle del mundo que cada cual quiera insertar a su manera y según su propio mapa. (17) La isla de Cuba como balsa remite al éxodo bíblico, a los argonautas contemporáneos, postnacionales y transterritoriales. Cuba, como país con una tasa elevada de exiliados - una quinta parte de la población vive fuera de la Isla - es protagonista de la globalización. De la Nuez esboza una posición transterritorial de la cultura cubana, para indicar que la cultura nacional ya no se limita al suelo de la patria. La cubanidad se encuentra en el movimiento de la balsa flotante. Desde esta posición móvil, ya no desde la tierra firme como el filósofo lucreciano, se percibe la vida con el riesgo del naufragio implícito. Desde esta balsa de la Nuez realiza una crítica del nacionalismo cubano, tanto de las posiciones fundamentalistas en Miami como de la izquierda europea. Este lúcido ensayo escrito desde el exilio desarrolla una perspectiva transcultural que será una referencia imprescindible para el tiempo postcastrista y postnacionalista. 19 William Navarrete ofrece en “ La littérature cubaine en France ” también un panorama de los escritores cubanos residentes en París (2006: 751 - 763). 20 Véase también: http: / / www.rfi.fr/ actues/ articles/ 109/ article_10388.asp, (12/ 08/ 2010). Roland Spiller 219 William Navarrete, historiador de arte, poeta, infatigable viajero y mediator de la cultura cubana, recoge en La canopea del Louvre (2007) otra faceta de la dispersión. También fruto del exilio, en este caso parisino, este libro escrito en cooperación con Regina Ávila reúne la descripción de cuadros históricos expuestos en el museo del Louvre. La perspectiva del naufragio se intermedializa a través de una relación creativa entre pintura clásica y una escritura fresca e irreverente. Navarrete elige seis cuadros de Jacques Louis David, Eugène Delacroix, Agnolo di Cosimo, Théodore Géricault, Georges de la Tour y Quentin Metsys del período entre 1514 y 1828. En La balsa de la Medusa (Le radeau de la Méduse, 1819) Géricault se refiere al naufragio de la “ Meduse ” , un barco francés, ante la costa africana. Figura 1: Théodore Géricault, Le radeau de la Méduse (1819), en Navarrete (2007, final de la primera parte, gentileza del autor) El texto se titula “ Hundimiento de la isla ” . Las primeras frases rezan: Nuestra isla se hunde. Los últimos sobrevivientes del cataclismo nos hemos puesto a salvo. A nuestras espaldas han quedado las pesadillas que como cadenas arrastramos desde el día de nuestro nacimiento. (213) Navarrete, nacido bajo el régimen castrista, adopta la simbiosis ya observada en de la Nuez: la isla como sinónimo de balsa. Sin embargo en sus textos, la unión de lo simbólico con lo real se desdobla. Pasando por la historia del naufragio histórico de la “ Medusa ” ante la costa del Senegal pintada por 220 Naufragio con espectadores o como d / escribir el fracaso del castrismo Géricault, el escritor entra en el cuadro para adentrarse en los balseros cubanos. En el segundo párrafo dice así: “ La isla se hunde. Poco a poco, día a día, como los barcos que encallan en un banco de arenas y el peso de los años y el embate de las olas terminan por hundirlos para siempre ” (213). La posición narrativa de un nosotros colectivo pronto será enfocada en la voz de un narrador único, identificado con un personaje del cuadro. Los náufragos de Géricault se convierten en “ prófugos ” y “ autómatas ” que huyen por instinto “ como los animales que presienten la hecatombe ” (214). En este éxodo no se abre ningún mar, el exilio es una fuga existencial, un sálvese quien pueda: la vida desnuda en un estado postapocalíptico. Más tarde la metáfora se explicita en forma exclamativa: Me pregunto cuántas pruebas más de nuestra fe y resistencia necesita Dios. ¡Cómo si la isla entera no fuera también un barco que naufraga, con hombres a bordo que se delatan, se humillan, se rehuyen, o intentan, como nosotros, ponerse a salvo sin importarles lo descabellado de la empresa! (214 s.) Al final del texto, se plantea ya, desde una perspectiva de la superviviencia, la tarea del duelo que estará por venir después del castrismo. El personaje narrador, imaginando un futuro en libertad, piensa en los muertos, en los que perdieron sus vidas en el camino. En sus pensamientos el cadáver del náufrago muerto está destinado a desaparecer sin otra sepultura que las olas del mar. Todos los textos breves de Navarrete eliminan la distancia lucreciana entre el observador en tierra firme, segura y tranquila y los náufragos luchando con las olas del mar. El historiador de arte cubano convierte el ekphrasis clásico en un intercambio permanente entre las posiciones del observador y de los observados. En “ Hundimiento de la isla ” el narrador no solamente se identifica con el náufrago, sino habla desde su posición angustiada, reducida al espacio de la balsa, pensando en los tiburones y la muerte inminente. Al igual que de la Nuez en el ensayo, Navarrete practica un pensamiento más allá de las oposiciones binarias. Narrando y reinventando las historias de las pinturas revisita los resultados devastadores de la Revolución en un palimpsesto intermedial. Seguramente se dejarán hallar muchos ejemplos literarios más, sin embargo, me detengo aquí, porque en el caso de Cuba me parece imprescindible incluir otro registro cultural: la música. Además quisiera incluir también una revisión desde el interior de la Isla después que los textos literarios aquí citados provienen todos del exilio. Para enfocar el aspecto de las posibilidades de la crítica desde dentro hay que tomar en consideración el progreso tecnológico y medial. El internet y las cámaras digitales han permitido una oposición política anteriormente imposible e impensable. La época digital engendra nuevas formas de participación política, crítica y rebeldía para la aldea global. Aunque los cubanos no tienen acceso directo, con el internet surgió una oposición abierta. Su representante más conocida es Yoani Sánchez que exige el Roland Spiller 221 cumplimiento de los derechos humanos y la libertad de expresión. La bloguera cubana es el modelo y el faro para las nuevas formas de la crítica al régimen y de resistencia. En su libro, Cuba libre. Vivere e scrivere all ’ avana (Milano 2009), 21 Sánchez reúne los saberes y las estrategias de la supervivencia en la Isla. Con ello aprecia la increíble creatividad, la fantasía y también el humor de muchos cubanos. IV Una oposición y una crítica no menos abiertas pero más vehementes, a veces groceras, nos ofrece el grupo punk Porno para Ricardo. Gorki Luis Aguila Carrasco (guitarra y voz) creó la banda en 1998 con Ciro J. Díaz (bajo y voz), y Luís David Gonzáles (batería). El cantante de esta autonominada “ Agrupación Musical No Gubermental ” , presenta su historia y su discografía en un sitio internet bien cuidado. Mientras que el libro de Yoani Sánchez describe con minuciosa exactitud el ingenio cubano y las increíbles estrategias cotidianas para sobrevivir, Gorki Aguila transpone esta creatividad ingeniosa a la música. A menudo se sirve de todos los registros del humor y de la comicidad, desde la sátira implacable hasta la parodia a veces sumamente sutil y otras veces exacerbada. La música forma parte en la constitución de la memoria colectiva. No hemos analizado en este volumen la instrumentalización ideológica de la música por el régimen. Por eso, quisiera presentar por lo menos este ejemplo de crítica política en forma musical. 22 La pregunta inicial es: ¿Cómo se puede utilizar el naufragio y otras metáforas gastadas después del eclipse del sentido producido por un sistema totalitario? Porno para Ricardo recurre al método eficaz de la parodia. El principio del contra-canto caracteriza en alta medida su representación intermedial. La reinterpretación de la canción “ Don ’ t cry ” de Guns N ’ Roses provoca por su capacidad paródica una risa liberadora que se burla de los intentos hagiográficos de las grandes estrellas en el ámbito del rock duro. Encontramos esta mordacidad paródica también en muchas otras canciones. Me limitaré a presentar algunos ejemplos del albúm “ A mí no me gusta la política pero yo le gusto a ella compañeros ” (2006) que se distingue por su crítica política implacable pero no exenta de humor. 21 En la traducción alemana (Múnich 2010) el subtítulo reza: Von der Kunst, Fidel Castro zu überleben [ “ Del arte de sobrevivir a Fidel Castro ” ]. 22 En cuánto a la función de la música para la memoria cultural y colectiva, véase Spiller (2008: 8). 222 Naufragio con espectadores o como d / escribir el fracaso del castrismo Figura 2: El álbum A mí no me gusta la política pero yo le gusto a ella compañeros salió en el año 2006 (reedidato por La Paja Records en 2010; foto RS) Gorki no evita las invectivas más fuertes posibles contra una sociedad patriarcal y machista. En la canción “ El Comandante ” que se deletrea “ Coma Andante ” se ataca el culto del líder en su punto más sensible. La música punk, anti-autoritaria por antonomasia, no es compatible con el culto al “ máximo líder ” , que corresponde a la imagen del caudillo carismático tan difundida en la historia latinoamericana, he aquí el texto: El comandante El comandante, quiere que yo trabaje Pagándome un salario miserable El comandante quiere que yo lo aplauda después de hablar su mierda delirante. No comandante, no coma uste´ esa pinga comandante No coma tanta pinga comandante No coma tanta pinga comandante Si quiere que trabaje pasme un varo por delante No coma tanta pinga comandante Roland Spiller 223 No coma tanta pinga comandante No coma tanta pinga comandante Usted es un tirano y no hay pueblo que lo aguante No coma tanta pinga comandante. El comandante, hace unas elecciones que las inventó el pa´ perpetuarse El comandante quiere que vaya y vote para él seguir jodiéndome bastante. No comandante, no coma uste´ esa pinga comandante No coma tanta pinga comandante No coma tanta pinga comandante Si quiere que yo vote ponga un barco pa´ pirarme No coma tanta pinga comandante No coma tanta pinga comandante No coma tanta pinga comandante Usted y sus hermanos esos viejos petulantes No coma tanta pinga comandante. Existen varias versiones del videoclip que no solamente en el nivel lingüístico constituyen un desafío inaudito, sino también en el discurso pictural de las imágenes. El videoclip del punk cubano constituye una nueva práctica de crítica al sistema, de otra índole, antes inimaginable e imposible. Gorki Aguila pasó dos años en la cárcel y sufre represiones perpetuas por el régimen. 23 En febrero de 2010 volvió a la Isla después de una estadía en México. El tema del naufragio asociado con los “ balseros ” se halla en canciones como “ Porno para Fidel ” y “ Mi balsa ” . En el videoclip de “ Mi balsa ” encontramos cuatro cuadros históricos del naufragio. 24 Integrado en una estética del hiperkitsch, de lo hipercursi, el primer cuadro es el de Géricault, utilizado también por Navarrete (min. 1.34 - 1.56). 25 Entiendo por hiperkitsch la parodía de los registros tradicionales de lo cursi que se basan en una discrepancia entre ser y aparecer o querer ser. Porno para Ricardo exagera el refinamiento buscado y fracasado con una maliciosa intencionalidad. El 23 Gorki es liberado en el 2005 después de una campaña internacional. Los otros miembros participaron en la película Habana Blues (2005) dedicada a Gorki por el director Benito Zambrano. 24 El cuadro ficcionaliza por primera vez un ataque de un tiburón en el arte. Según la anécdota, la escena tuvo lugar en la bahía de La Habana en 1749. Copey, que nunca había visitado Cuba, usó grabados del siglo XVIII de artistas franceses y holandeses que tampoco habían estado en La Habana. Este cuadro se halla en la National Gallery of Art de Washington. 25 En cuanto a la historia y las definiciones de lo cursi véase Dorian Occhiuzzi (2009: 99ss.) 224 Naufragio con espectadores o como d / escribir el fracaso del castrismo segundo cuadro del pintor norteamericano John Singleton Copey, se titula Watson and the shark (min. 1.57 - 2.19). Por el motivo del tiburón se establece una conexión con el texto de la canción que parodia el lugar común del temor frente a este animal. Figura 3: John Singleton Copey, Watson and the shark (1778), http: / / commons.wikimedia.org/ wiki/ File: Watsonandtheshark-original.jpg La estrategia intermedial, por cierto menos refinada artísticamente que la de Navarrete, da a reconocer una hibridez en todos los niveles. La integración de lo cursi constituye una transgresión de la tradición punk. Los modelos de Gorki Aguila son The Clash, The Sexpistols, y otros, todos provenientes de la cultura occidental, principalmente británica. La estética de la banda se caracteriza por una poética que se quiere directa, no velada, no poética. Considerando más de cerca las relaciones entre los distintos medios - texto, música, imagen - uno se da cuenta de que la estrategia central es la hibridez: todo se relaciona permanentemente con todo, la música con el texto, el texto con las imágenes, las imágenes con la música sin anhelar ninguna perfección. La función principal de esta estética anti-poética de reciclaje sin embargo es la realidad cubana bajo el régimen castrista. Refiriéndome al video-clip de la canción “ Mi balsa ” reproduzco aquí su texto: Roland Spiller 225 Mi balsa (2007) Música y texto: Porno para Ricardo Animación: Charlie Bravo Ya mi balsa se va a hundir, a nadar hasta Miami, ya mi balsa se va ha hundir, oh yeah, y que rico está el oleaje. El pinche carpintero me timó con esta balsa, me dijo que era buena que flotaba que flotaba, y ahora que me he roto y mi balsa va pa´l fondo no sé si estoy nadando pa´ Miami o para el morro. Ya mi balsa se va a hundir igualito que el Titánic, ya mi balsa se va ha hundir, oh yeah, que linda la noche cae. El pinche carpintero esta gozando mi dinero, mas que le ruegue a Dios que yo no llegue a Cayo Hueso, lo voy a reclamar y el dia que llegue su vuelo, le voy a disparar na´má que ponga un pie en el suelo. Ya mi balsa se va a hundir, ahí vienen los tiburones con varias filas de dientes, oh yeah, a morderme los cojones, se va a hundir, ya mi balsa se va a hundir y el tiburón me muerde a mí. Ya mi balsa se va a hundir, ese azulito se lleva mi carcañal, ya mi balsa se va a hundir. Con una sola pierna no puedo nadar, ya mi balsa se va a hundir, no, mi brazo no te lo comerás, ya mi balsa se va a hundir. Porque nuestro futuro será por entero del socialismo, porque en la medida en que seamos conscientes de la disciplina que tenemos que tener y la UNIDAD sobre todo que tenemos que tener para construir una sociedad mejor esta sociedad será INVENCIBLE . . . además es una sociedad se lo aseguro, MEJOR que todas las demás habidas y por haber. . . porque para la Revolución todo, y para el pueblo nada, . . . no, me equivoqué, pérate, otra vez, bueno, . . . con el socialismo, todo camino es posible . . . unámonos y sigamos apoyando a nuestro Invencible, porque sólo con él adelante, guiando nuestro ominoso camino. El socialismo es el único camino para la libertad y el bienestar de todo nuestro pueblo . . . El pueblo está contigo, Fidel . . . bravito, bravito. 226 Naufragio con espectadores o como d / escribir el fracaso del castrismo El videoclip y la canción comienzan y terminan con el sonido de las olas del mar acompañado visualmente por dos crepúsculos, el primero en un rojo rosado, hipercursi y el segundo en un tono azul. Antes del fin se parodia una perorata de Fidel Castro. Su comicidad culmina en un lapsus freudiano: “ . . . porque para la Revolución todo, y para el pueblo nada, ” seguida por la corrección inmediata: “ . . .no, me equivoqué, pérate, otra vez, bueno,. . . ” . Este clip se distingue por una intermedialidad que jamás se pierde en la estética exagerada y exasperada, sino que siempre persigue su meta de crítica política. La creatividad recurriendo a sus fuentes anárquicas e incontrolables cumple una función subversiva. Esta creatividad subversiva caracteriza esta banda musical, que como muchos otros jóvenes han inventado nuevas formas de resistencia. Su figura de proa es la ya mencionada Yoani Sánchez. Al final el discurso castrista se hunde literalmente en un coro de voces, compuesto por comentarios sarcásticos y el refrán “ Mi balsa se va a hundir ” repetido incesantemente antes de disolverse - el fading tan apreciado por Roland Barthes - por fin, en el sonido de las olas del mar. El recurso del contra-canto asocia la voz del máximo líder con el naufragio inminente. El fin del dictador se aproxima. Las nuevas formas artísticas de resistencia política en Cuba muestran que el tema del naufragio no solamente tiene una faceta utópica, sino que también es una práctica subversiva de participación política directa. Resumiendo estos pocos ejemplos, puedo contestar la cuestión inicial si el fracaso del castrismo representa el fin de las utopías con una negación rotunda y positiva: todo al contrario, muestra que en las ruinas cubanas crece la esperanza. Sus manifestaciones más aparentes no se encuentran ni en la política, ni en la economía, sino en la cultura o mejor dicho en los interfaces de música, escritura, pintura y cine, en los nuevos medios artísticos que surgen en la época digital. Visto dentro del marco macrohistórico, la revis(itac)ión de la revolución cubana lleva a la conclusión que en el año del bicentenario la independencia real (política, económica e identitaria) de América Latina aún está por venir. 26 Por lo tanto, la Cuba postcastrista podrá devenir un ejemplo para una auténtica descolonización en un sistema geopolítico de las relaciones multipolares. Bibliografía Textos primarios: Álvarez Gil, Antonio (2002): Naufragios. Sevilla: Algaida. Ávila, Regina/ Navarrete, William (2007): La canopea del Louvre. La Canopée du Louvre. Valencia: Aduana Vieja. Cabeza de Vaca, Álvar Núñez (42 000/ 1542): Naufragios. Madrid: Cátedra. 26 Lo mismo vale para el continente africano en los 50 años de su independencia. 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Camilo Cienfuegos pensó en utilizarlo en beneficio de sus tropas, en su mayoría compuestas por campesinos analfabetos, y organizó la Dirección Nacional de Cultura del Ejército Rebelde y dentro de ésta, la Sección de Cine. De forma paralela en el Monasterio de La Cabaña, cuartel general del ejército comandado por Che Guevara, se había ido gestando desde enero la ley que dio origen al ICAIC, fundado el 24 de marzo de 1959. El aparato cinematográfico cubano fue absorbido desde el primer momento por el proceso de cambio y transformación que inauguraba así la década de los sesenta en el país. La producción realizada en esos años estuvo sujeta a tantas tensiones, éxitos y fracasos como el resto de los desafíos enfrentados por la Revolución. La crítica ha destacado el carácter propagandístico de las películas de la década 1959 - 1969, o por el contrario ha subrayado su innegable vocación vanguardista a la hora de adaptar las líneas que marcaron la “ modernidad fílmica ” , esta también otra pequeña revolución contra la hegemonía del paradigma clásico de representación impuesto desde los grandes centros de producción cinematográfica. El presente artículo se concentra en Preludio 11 u Operación Cucaña, títulos alemán y cubano respectivamente, una coproducción del ICAIC con la DEFA. Estrenada en 1964, la cooperación no satisfizo las expectativas de ambos países y tuvo una corta vida en las pantallas. La revisión del film hoy invita a reflexionar sobre los parámetros ideológicos y culturales en los que se desarrolló el entrecruzamiento de miradas germanocubano y a analizar las razones de su aparente insuficiencia o fracaso. 1 Abreviaturas usadas en todo el texto. ICAIC: Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos. DEFA: Deutsche Filmgesellschaft A. G. Órgano cinematográfico estatal de la extinta República Democrática Alemana. ICAIC: el primer paso para descolonizar el cine latinoamericano La ley 169 del 20 de marzo de 1959 es el texto fundacional de la primera institución cultural creada por los revolucionarios. Respondía a la ansiedad por generar una cinematografía nacional y también a la necesidad de llegar a la población de forma inmediata y eficaz para mantener vivo el espíritu que había de cambiar el país. Dirigido por Alfredo Guevara, amigo personal de Fidel Castro, entre sus integrantes iniciales se encuentran Tomás Gutiérrez Alea y Guillermo Cabrera Infante. La creación del ICAIC no fue bien recibida en todos los ámbitos relacionados con el cine en Cuba. De vocación exclusivista, dejó de lado a importantes figuras del panorama cinematográfico en la Isla y prefirió optar por hombres jóvenes y comprometidos con el nuevo proyecto político. Una de las voluntades inherentes al organismo era la de respaldar la causa revolucionaria y apoyar la intención general de reformar el país para lo que se realizan documentales propagandísticos y didácticos. Otra, la consecución igualmente de una revolución audiovisual destinada a desmontar los modos de representación del dispositivo cinematográfico dominantes y a crear un cine autóctono que posibilitara la creación y el desarrollo de discursos fílmicos antihegemónicos y de autoría propia. La declaración programática de “ descolonizar las pantallas ” (Fornet 2007: 41), supuso no sólo el inicio de la búsqueda de nuevas formas cinematográficas que poner en práctica para producir imágenes cubanas sino también la negación de toda la actividad cinematográfica realizada hasta entonces en la Isla. La ausencia de referentes estéticos hizo necesario, según Ambrosio Fornet, “ salir al mundo y tocar todas las puertas, recorrer todos los caminos con la mayor humildad: neorrealismo italiano, la Nueva Ola francesa, el cine independiente norteamericano, los clásicos soviéticos. ” (ibíd.: 42). El primer año de existencia del Instituto sirvió para asentar su autoridad en Cuba. Respaldado por Che Guevara y Castro, su director comenzó a centralizar todas las actividades relacionadas con el cine. En 1960 se funda la Cinemateca de Cuba y se inicia la edición de la revista Cine Cubano. Un año más tarde se supedita la “ Comisión de Estudio y Clasificación de Películas ” al ICAIC, quedando así bajo su control la censura general de los filmes exhibidos en el país. 2 Los enfrentamientos entre los diversos grupos ideológicos que tratan de encontrar su posición en el primer periodo de la Revolución se viven con especial virulencia en el seno del Instituto y alcanzan su punto álgido con la prohibición del cortometraje P.M de Saba Cabrera Infante y Orlando Jiménez, pocas semanas después del fracaso de la invasión norteamericana en Bahía Cochinos en abril de 1961. La amenaza exterior y la tensión interna 2 Para una descripción detallada del proceso paulatino de toma de control de las actividades cinematográficas en Cuba por el ICAIC véase García Borrero, Juan Antonio (2007): Cine Cubano de los sesenta: mito y realidad. Madrid: Ocho y medio. 232 Viendo las cosas como son Preludio 11/ Operación Cucaña que generaron los sucesos de Playa Girón propiciaron el carácter definitivo de estas querellas. 3 La adhesión al movimiento liderado por Fidel Castro se resquebrajó con las primeras disidencias. La vocación de resistencia alentada por el gobierno provocó al mismo tiempo la desaparición del pluralismo y la divergencia de opiniones, entendidos como armas puestas en mano del enemigo. El ICAIC no estuvo a salvo de dogmatismos y sin embargo consiguió mantener su autonomía y gracias a ella su autoridad en el espectro cultural cubano. En la década de los setenta confirmará su posición central en el panorama cinematográfico latinoamericano. 4 La ayuda socialista El Instituto Cubano del Cine enfrentó desde sus inicios dos problemas fundamentales. El primero lo provocaba la carencia de material y equipo cinematográficos. Los aparatos requisados por decreto en los primeros meses de 1959 eran insuficientes para generar una producción continua y eficaz y los bancos controlados desde los EE. UU. se negaban a conceder créditos a la joven institución. La ruptura de las relaciones diplomáticas con los EE. UU. el 3 de enero de 1961 y el posterior inicio del embargo acabaron dando lugar a una situación aún más precaria. El segundo problema se fue incrementando con la progresiva nacionalización de las grandes empresas de distribución y exhibición cinematográficas extranjeras a partir de 1960. Con ellas también salieron de la Isla valiosos profesionales que dejaron huecos importantes. Michael Chanan, en su libro The Cuban Image: Cinema and Cultural Politics indica que la orientación socialista del gobierno revolucionario se había mantenido en un segundo plano frente a la opinión pública pero que “ era un secreto a voces entre grupos como el ICAIC. ” (Chanan 2004: 27) El acercamiento cubano a la Unión Soviética quedó sellado con la firma en febrero de 1960 de primeros acuerdos comerciales y crediticios a los que siguieron algunos más con otros países de la Europa socialista. En el ámbito de la cinematografía, las relaciones con el bloque oriental se inauguraron en mayo de 1961 durante la celebración de la Semana de Cine Checoslovaco a la que 3 Un estudio del caso P.M y sus implicaciones políticas en relación al momento de crisis que supuso la fracasada invasión ofrece el artículo de María Luisa Ortega (2006): “ La chispa en el polvorín: una experiencia de cine espontáneo en tiempos de revolución ” , en Amiot- Guillouet, Julie/ Berthier, Nancy (eds.): Cinema et Revolution. Lyon: Le Grimh-LCE Grimia, 33 - 43. 4 El crítico y periodista Ignacio Ramonet apunta en relación a los logros del ICAIC en la década de los sesenta: “ Se hablará pronto de un ‘ nuevo cine cubano ’ [. . .] El ‘ cinema novo ’ brasileño de Glauber Rocha y Nelson Pereira do Santos, el nuevo cine chileno de Miguel Littin o el joven cine boliviano de Jorge Sanjinés no hubieran sido concebibles sin el impulso decisivo otorgado por el renacimiento artístico cubano, favorecido por la Revolución. ” Amiot-Guillouet/ Berthier 2006: 9. Marta Muñoz-Aunión 233 siguió un mes más tarde la de la República Democrática Alemana. El Instituto confiaba en que la colaboración con estos países permitiría paliar tanto la inexperiencia de los profesionales cubanos como la permanente carencia de aparatos y película. En opinión de Chanan, no se deben descartar, además, consideraciones de tipo político pues “ las coproducciones contribuirían a quitar viento a las críticas formuladas contra el ICAIC desde las posiciones más sectarias. ” (Chanan 2004: 167) Los países europeos aportaban el director junto a otras figuras esenciales como el operador de cámara o el iluminador. Desplazaban también a la Isla sus equipos y vehículos propios. Buena parte de esta infraestructura pasaría tras la firma de acuerdos informales a formar parte del inventario del ICAIC. Y aún así, las películas coproducidas con los países de la Europa oriental no fueron bien recibidas por el público ni la crítica. Los profesionales cubanos valoraron los conocimientos técnicos adquiridos y la tecnología recibida, pero se rechazó el tutelaje que su aprendizaje y dominio exigía, así como las directrices estéticas de un estilo impuesto por los colegas europeos comunistas. En palabras de Tomás Gutiérrez Alea: “ [. . .] la experiencia duró poco porque nos dimos cuenta que no era posible hacer películas cubanas con directores extranjeros [. . .] ” . 5 Michael Chanan resume la clave del conflicto en los siguientes términos: “ los directores extranjeros no estaban mejor equipados para responder a las necesidades expresivas de la revolución cubana que los ingenieros de sus países para enfrentarse a la demanda de proyectores utilizables en un clima tropical. ” Es decir, la incapacidad técnica para adaptarse a las condiciones meteorológicas de una isla caribeña corría paralela a la ineficacia a la hora de desarrollar una mirada singular y auténtica, capaz de mostrar la realidad, plagada de contradicciones, de la vida en un país descolonizado y embarcado en un proceso revolucionario. Ambrosio Fornet lo califica como un problema “ de óptica ” por parte de los profesionales extranjeros, “ que apelaron a las más diversas modalidades dramáticas para tratar de dar una nueva visión de Cuba o América Latina - el drama psicológico, la sátira fantástica, la epopeya socialista . . . - y todo resultó ser tan esquemático o exótico que no lograron convencer a nadie. ” (Fornet 2007: 45) Preludio 11 / Operación Cucaña: un análisis 46 años después La coproducción resultante del trabajo conjunto, oficial o privado, entre equipos cinematográficos de dos o más países ha sido considerada con frecuencia como un género menor, de escasa importancia en el conjunto de la producción nacional. Los argumentos esgrimidos en su contra varían según 5 Para más datos sobre la presencia de directores extranjeros en Cuba en el periodo 1959 - 1969 véase García Borrero, Juan Antonio (2009): Intrusos en el paraíso. Los cineastas extranjeros en el cine cubano de los sesenta. Granada: Festival Cines del Sur, Filmoteca de Andalucía. 234 Viendo las cosas como son Preludio 11/ Operación Cucaña la posición desde la que se formulen. Una, la del contexto productor marcado por la abundancia y las posibilidades técnicas y otra, proclamada desde la escasez y caracterizada por la falta de tecnología y conocimientos. En el primer caso, la coproducción es vista como el resultado de múltiples negociaciones y de concesiones hechas al país cooperante. En el segundo, es entendida como una operación necesaria que exige un tutelaje tanto técnico como estético, y que por esta razón implica la imposición de determinadas formas de trabajo y sobre todo de una mirada concreta, de un criterio visual ajeno a la realidad nacional. Ambas posturas se definen por la jerarquía que establece el control de los medios de producción y hacen evidente el carácter industrial del cine. Sin embargo, este tipo de filmes también ofrecen claves y detalles interesantes si se sortea el habitual discurso sobre la carencia y el compromiso. Por un lado, focalizar los modos de producción cinematográfica que genera la cooperación entre profesionales de varios países supone cuestionar el planteamiento habitual que caracteriza al discurso típico de la cinematografía nacional, expresado en la aspiración de un cine de producción exclusivamente autóctona. Por el otro, permite identificar los procesos de intercambio y las posibles influencias que pudieran haberse dado entre los miembros de los países implicados en el rodaje. Preludio 11 está marcado por un contexto político, ideológico y cultural poco investigado en la variante de la coproducción cinematográfica: el mundo comunista. A la hora de revisitarlo es conveniente tener en cuenta las directrices ideológicas que regían en este parámetro político, definido por la oposición a un contrario capitalismo considerado explotador, injusto y desigual. La cinematografía de los países comunistas alardeó de estar en el lugar idóneo desde el que observar la realidad, de ser más justo y correcto, de estar más cercano a los individuos y sus vivencias. La primera pregunta que surge al enfrentarse a uno de los ejemplos de la actuación foránea en la Cuba revolucionaria la formula en términos precisos García Borrero cuando escribe: Estos profesionales venidos de fuera, ¿hicieron sus películas para dar a conocer una Cuba real (saturada de los antagonismos típicos en toda revolución), o arribaron con el fardo de sus propias expectativas, determinando a priori el contenido de las ideas que pondrían en pantalla? (García Borrero 2009: 34) Preludio 11 fue dirigida por uno de los directores más representativos de la República Democrática Alemana: Kurt Maetzig. Éste pertenece al grupo de fundadores de la DEFA y entre sus primeras obras se encuentran dos películas sobre la figura de Ernst Thälmann de marcado carácter propagandístico. 6 El guión de Preludio 11 fue redactado por los alemanes Wolfgang Schreyer y 6 Se trata de las películas Ernst Thälmann, Sohn seiner Klasse (1954) y Ernst Thälmann, Führer seiner Klasse (1955). Para más información sobre este director véase www.filmportal.de, (20/ 03/ 2010). Marta Muñoz-Aunión 235 Gerhard Hartwig y asesorado por el escritor cubano José Soler Puig. 7 Entre los intérpretes se encuentran dos actores masculinos aún no tan conocidos en la época del rodaje, pero famosos años después en sus respectivos contextos culturales: Armin Mueller-Stahl y Roberto Blanco. 8 Destacar que la época de filmación en Cuba coincide con la crisis de los misiles rusos en octubre de 1962, ya que la tensa situación política se hace notar en el equipo conjunto de cubanos y alemanes del este y se producen algunos incidentes que obligan incluso a concluir el rodaje antes de lo previsto (Habel 2000: 461). El primer montaje no convence a la DEFA y finalmente la película se estrena el 19 de marzo de 1964 en el cine Colosseum/ Babylon de Berlín oriental, tras retocarse la primera edición con la colaboración del vicepresidente del ICAIC, Roberto Fandiño 9 y con el siguiente argumento según el Große Lexikon der Defa- Spielfilme de Habel: Cuatro cubanos exiliados y un guatemalteco acompañados del oficial americano McLash arriban a la costa cubana para preparar una invasión con el nombre ‘ Preludio ’ . Quieren explotar un puente importante. El comandante Palomino es un traidor y aliado de los invasores. En su regimiento trabaja Daniela, cuyo antiguo novio Miguel es uno de los mercenarios. A éstos se les ha dicho en Florida (USA) que el pueblo cubano los recibirá como libertadores. Pero una vez allí sólo encaran hostilidad. Daniela confiesa a Palomino la presencia de Miguel y el comandante la utiliza, sin que ésta lo note, para ayudar a los contrarrevolucionarios. Pero el ejército cubano reacciona con rapidez. El teniente Quintana pone fin a la invasión y salva a Daniela que se desentiende finalmente de Miguel. Palomino se suicida. (Habel 2000: 460 - 461) El guión del film se construye a partir de una estructura que contrapone dos polos opuestos. Por un lado, el grupo de los siete invasores y por el otro el de los defensores de la Revolución. Esta división también se advierte en la población civil, mostrándose a cubanos contrarios al proceso revolucionario y dispuestos a apoyar el intento de derrocar a Castro y a sus oponentes, partidarios de los cambios realizados por el nuevo régimen. Definido como un film “ político de aventuras ” , 10 es una historia protagonizada por figuras masculinas entre las que destaca una protagonista femenina. El carácter excepcional de su posición en la trama narrativa como agente del que depende el éxito o fracaso de la invasión, así como la peculiar combinación de roles que encarna como madre y soldado del ejército revolucionario reclaman una observación más detenida. La crítica formulada por Fornet en relación al 7 Ganador en 1960 del primer premio Casa de las Américas con la novela Bertillón 166. 8 No confundir con el cantante y actor cubano-germano del mismo nombre, famoso en el panorama mediático alemán. 9 Preludio 11: http: / / www.staat-kirche-forschung.de/ seiten/ eBooks/ RSimon/ Preludio% 2011.pdf, (22/ 03/ 2010). 10 Así se define la película en el artículo publicado en www.filmportal.de sobre la biografía de Kurt Maetzig. (20/ 02/ 2010). 236 Viendo las cosas como son Preludio 11/ Operación Cucaña carácter esquemático o éxotico de la mirada extranjera sobre la Cuba revolucionaria abre la posibilidad de analizar la figura femenina bajo esta premisa y de identificar los elementos y aspectos que puedan poner de relieve la presencia de un modo determinado de ver las cosas. La actriz cubana Aurora Depestre interpreta a Daniela, una mujer cuya biografía está íntimamente relacionada con el periodo histórico que atraviesa el país. Tanto su condición de madre soltera, como su actividad militar se deben a los cambios políticos y sociales provocados por la Revolución. La convulsión generada ha trascendido el ámbito de lo público y ha penetrado en lo privado, trastocando órdenes tradicionales y estructuras rígidas. Surgen entonces nuevas formas de organización en las que se potencian modelos de desarrollo individual y realización personal hasta ese momento tabuizados. En el caso de Daniela, la combinación madre/ soldado propuesta en el guión se resuelve a favor del rol social y colectivo en el ejército revolucionario. Esta solución exige masculinizar al personaje, tránsito simbolizado en la pistola que cuelga de su uniforme militar y que se evidencia en la posición de autoridad e independencia que asume frente a las críticas procedentes del orden tradicional, representado por su madre, el cura o Miguel, antiguo novio y padre del hijo de la protagonista. La masculinización de la figura femenina, mostrándola en el ejercicio de profesiones predominantemente masculinas, es una estrategia habitual en la cinematografía de los países comunistas destinada a fomentar la incorporación de la mujer como fuerza de trabajo al servicio de los planes económicos. El carácter igualitario, justo y moderno del sistema lograría de esta manera suprimir la cuestión femenina, poniéndola al servicio del esfuerzo colectivo. Se trata de una propuesta distinta al esquema tradicional representado por la familia patriarcal burguesa que recluye a la mujer en el hogar. La fórmula comunista permitiría su liberación y realización personal frente al fracaso que se atribuye al modelo capitalista. 11 La figura femenina incorpora un carácter ejemplar en el que se encuentran las virtudes revolucionarias. Su función propagandística se refuerza además con la identificación que el film hace entre el cuerpo de la mujer y el cuerpo de la nación. La amenaza a Cuba que representan los contrarrevolucionarios es, al mismo tiempo, una amenaza para la posición de autonomía de la mujer. Los mercenarios intentan someter a la Isla con violencia, igual que Miguel acabará disparando contra Daniela cuando ésta salte del camión para huir de sus secuestradores. La recurrencia a personajes femeninos en los que se hace coincidir un momento de crisis privado con una situación de peligro nacional es otra de las estrategias narrativas usuales en el cine del comunismo. En Preludio 11 provoca una alegorización que contribuye a frenar la completa 11 La literatura referida a esta temática es muy abundante, tanto en inglés como en alemán. Para la realización de este texto se han empleado los textos de Bethina Mathes (2007), Katrin Sell (2009) y Daniela Berghahn (2005). Marta Muñoz-Aunión 237 “ masculinización ” de la mujer, convirtiéndola en objeto de disputa de dos voces y actitudes masculinas: la de Miguel, traidor a la patria y con ello represor de la voluntad de Daniela y la de Ramón Quintana, defensor de la Revolución y de los logros que representa. Ambos hombres desean a Daniela y la mujer se hace depositaria de una mirada que la erotiza y la coloca en una posición pasiva, típicamente atribuida a lo femenino en el cine. Esta estructura binaria que opone lo público y masculino frente a lo privado y femenino encuentra su reflejo en la visualización que la película ofrece de Daniela. Los momentos en los que la mujer actúa como soldado aparecen encuadrados en planos generales y planos de tres cuarto, en los que la protagonista está rodeada de hombres o desempeñando su función como maestra. Por el contrario, las situaciones relacionadas con los asuntos privados del personaje se enmarcan en planos medios o primeros planos que acercan al espectador a la subjetividad y los afectos de la figura, contribuyendo también a suavizar la masculinización que implica su uniforme militar. Por último, a lo largo de la película se advierte la presencia de una instancia anterior y superior a los personajes cuya visión tamiza y filtra la realidad en la que éstos interactúan. Se identifica, por ejemplo, en el tratamiento visual reservado para la naturaleza de una isla caribeña, connotada como salvaje, abundante, agresiva, sólo asequible para los hijos de la tierra y sin piedad para los extranjeros. La puesta en escena de la tierra cubana se lleva a cabo con una mirada que la engrandece y al mismo tiempo la exotiza, aplicándose los mecanismos habituales de la literatura colonial. El ojo que guía la cámara se detiene también en la figura femenina con este filtro, recreándose en sus características étnicas y celebrando la opulencia de sus rasgos físicos, representados bajo el patrón habitual que satisface una mirada masculina y en este caso a la vez europea. Conclusiones Nos referíamos al comienzo a la necesidad de considerar los parámetros ideológicos y culturales en los que se produjo Preludio 11 / Operación Cucaña para proceder después al análisis de la película y su puesta en escena. En 1962 el ICAIC cumplía tres años y aún adolecía de los profesionales experimentados que sembrarían la siguiente década de un nuevo cine cubano. La hostilidad norteamericana y el embargo propiciaron el acercamiento del país al bloque comunista y la cinematografía nacional también pasó a nutrirse de aparatos y material producidos en fábricas europeas así como a experimentar con las propuestas estéticas e ideológicas exportadas por el socialismo. La coproducción cinematográfica contribuía no sólo a dar imagen a la causa revolucionaria, sino que a la vez funcionaba como escuela de aprendizaje para el inexperto equipo del primer instituto de cine latinoamericano. La descripción realizada 238 Viendo las cosas como son Preludio 11/ Operación Cucaña de los ejes dramáticos y los personajes más relevantes, así como el análisis crítico de las posiciones y valores que representan, han puesto de relieve los trazados ideológicos que subyacen a la estructura narrativa de la película. El intento por empaquetar la complejidad política y social de un proceso revolucionario en una isla descolonizada desde la óptica germano-oriental ofrece una visión esquemática de los hechos, en la que se advierte una distancia con respecto al objeto observado. El discurso fílmico se articula en función de una dinámica binaria que opone el nuevo y el antiguo régimen, lo público y lo privado, lo masculino y lo femenino, el plano general y el primer plano. Además, nutre un placer visual masculino europeo en el modo en que presenta y monta las imágenes del “ otro ” , centralizado en el exotismo de la naturaleza de la isla y de la belleza de sus mujeres. No obstante, se hacía igualmente referencia en el texto al valor de las coproducciones contempladas como proyectos que posibilitan el intercambio y en cuyo desempeño se generaban relaciones, discursos y prácticas con posibles consecuencias posteriores para el propio devenir personal y profesional de los cineastas. Kurt Maetzig se refiere a Preludio 11 como un film “ muy cercano ” , con el que quería demostrar su simpatía por la Revolución y en el que trabajó intensamente. Hoy reconoce en la película razones, entonces ocultas, que más tarde se le revelarían durante la producción de Das Kaninchen bin Ich, y que influirían en su escéptica postura frente al régimen político a partir de la prohibición de esta cinta. 12 En cuanto a los profesionales cubanos, la experiencia de las coproducciones les brindará en primer lugar la certeza de la imposibilidad de crear algo propio a partir de una mirada ajena. El proyecto cinematográfico nacional se afrontará desde la conciencia del déficit profesional y técnico pero con la vocación de convertir la carencia en parte inherente de un discurso fílmico que reafirme la independencia y la identidad. El cine cubano adoptará una vía vanguardista en la que experimentará con modos de producción baratos y estéticas imperfectas, cuyos resultados contribuirán a perfilar los contornos de un cine descolonizado en Latinoamérica. Datos de la película Título: Preludio 11, Operación Cucaña Año: 1962/ 63 Dirección: Kurt Maetzig Guión: Wolfgang Schreyer, Gerhard Hartwig, José Soler Puig Cámara: Günther Haubold 12 La película fue prohibida en 1965 por el partido oficial de la República Democrática Alemana por su tendencia desmoralizadora y la representación negativa de las autoridades. Para más información consultar www.filmportal.de. Marta Muñoz-Aunión 239 Intérpretes: Roberto Blanco, Aurora Depestre, Günther Simon, Armin Mueller-Stahl, Gerry Wolf, Carlos Moctezuma, entre otros. Coproducción: DEFA, ICAIC Blanco y negro, 91 minutos Bibliografía Amiot-Guillouet, Julie/ Berthier, Nancy (eds.) (2006): Cuba. Cinéma et Revolution. Lyon: Le Grimh-LCE-Grimia. 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Sell, Katrin (2009): Frauenbilder im DEFA-Gegenwartskino. Marburg: Tectum Verlag. Direcciones consultadas en la red: http: / / www.filmportal.de/ df/ index.html http: / / www.staat-kirche-forschung.de/ seiten/ eBooks/ RSimons/ Preludio%2011.pdf http: / / www.kurt-maetzig.de/ indexn.html 240 Viendo las cosas como son Preludio 11/ Operación Cucaña Revis(itac)iones de los escritores Miguel Sales (París) Revolución, cultura y libertad La revolución que en 1959 instauró en Cuba al régimen actual fue un fenómeno histórico sumamente complejo, cuyas reverberaciones se sienten todavía en la Isla y en varios países del continente. Concurrieron en aquel suceso múltiples factores políticos, sociales, económicos y, en particular, ideológicos que venían operando desde mucho antes, algunos desde la fundación misma de la República en 1902. Pero aun a riesgo de incurrir en una simplificación excesiva, el acontecimiento podría resumirse así: Fue la respuesta de una parte de la población a las deficiencias que padecía una parte de la cultura nacional. Esta formulación insiste en el carácter doblemente parcial del suceso. Una fracción minoritaria de la sociedad reaccionó ante la crisis que afectaba principalmente al ordenamiento político del país. Esto equivale a afirmar que ni la mayoría de la población ni la mayor parte de la cultura nacional estuvieron involucradas inicialmente en el pugilato revolucionario. Pero, una vez instaurado el nuevo régimen, ambas se verían arrastradas por el vendaval de discordia y violencia fratricida que se apoderó de la Isla. Ya en 1793 el naturalista y jacobino alemán Georg Forster señalaba que la revolución es como una majestuosa corriente de lava que no respeta nada y que nadie puede detener. En ese caudal ardiente, la sinécdoque revolucionaria, consistente en tomar la parte por el todo, suele ser también inexorable. La crisis de la política nacional hizo posible que una minoría violenta llegara a apoderarse del aparato del Estado. En eso consiste básicamente toda revolución. Un grupo minoritario, animado de un ideal más o menos compartido o aceptado por buena parte de la población, derroca al gobierno vigente y asume el mando de la nación. En el caso de Cuba, en 1959 esa minoría traía un programa explícito que proponía, en primer lugar, la renovación de la vida política: restablecimiento de la Constitución de 1940, elecciones libres, eliminación de la censura, y otras medidas destinadas a elevar el grado de honradez y eficacia de la gestión gubernamental. O sea, un recetario para hacer frente a los males que el país venía padeciendo. Pero traía también un programa secreto, que consistía en conservar el monopolio del poder político, centralizar la economía y desarrollar la confrontación con Estados Unidos como estrategia para debilitar a la burguesía y azuzar el nacionalismo de las masas. Las decisiones basadas en este segundo programa pronto adquirieron prioridad y su aplicación hizo que la crisis que al principio afectaba exclusivamente a la política llegara a contaminar a los demás ámbitos de la sociedad. La crisis de la cultura republicana que sirvió de marco al movimiento revolucionario de 1957 - 1958 era a la vez un tópico y una realidad. Desde principios de siglo, cada cierto tiempo los intelectuales levantaban acta de las frustraciones y los desengaños generados por un régimen que no alcanzaba a concretar “ el sueño de José Martí ” . En 1919, Fernando Ortiz publicó un artículo titulado “ La crisis política cubana: sus causas y remedios ” , en el que desarrollaba un análisis minucioso del problema. En la extensa nómina de soluciones que proponía, la cultura ocupaba el primer párrafo: “ El más grave peligro de Cuba es el de la incultura de sus clases directoras, más aún que el de su corrupción ” , afirmaba el célebre antropólogo. 1 Pocos años después, en 1925, Jorge Mañach definía a la República como un predio donde medraban políticos venales, escribas oportunistas y militares de opereta, en un ambiente de “ choteo, irresponsabilidad individualista y prurito adquisitivo [. . .] tres agentes sutiles de amoralización [que] se combinaron para retardar el resurgimiento de nuestra cultura ” . 2 Tras la revolución de 1959, los cubanos tuvieron ocasión de comprobar que un contexto en el que la adusta seriedad del “ patria o muerte ” remplazó al choteo, el colectivismo generado por el intervencionismo estatal ocupó el lugar de la irresponsabilidad individual y la austeridad, consecuencia del racionamiento y la demonización del consumo, sustituyó al prurito adquisitivo, tampoco resultaría muy propicio para el anhelado renacimiento cultural. Pero por entonces el nuevo gobierno ya había decretado que el asunto estaba resuelto y, de hecho, no volvería a plantearse hasta tres décadas después, cuando el hundimiento del mundo soviético quebrantó todas las certezas ideológicas del sistema. Entre la clase letrada de la época, era un lugar común la idea de que los éxitos económicos de la primera mitad del siglo no iban acompañados de un desarrollo social y cultural suficiente. La República había sido, en palabras de José Lezama Lima, “ una era de locura que fue la etapa de la disipación, de la falsa riqueza ” ; la revolución, en cambio, traía “ de nuevo el espíritu de la pobreza irradiante, del pobre sobreabundante por los dones del espíritu ” . 3 El memorial de agravios que los intelectuales acumularon en esos años aportó agua al molino de la revolución, al reforzar la ilusión teleológica de un destino nacional incumplido, que sólo podría realizarse mediante un cambio brusco y total de las instituciones y la cultura. Si el baremo que se usó para medir el desempeño de la República hubiera sido más prosaico, quizá la evaluación habría sido menos desfavorable. Una 1 Ortiz, Fernando (1973): “ La crisis política cubana: sus causas y remedios ” , en Obras. La Habana: Ed. Unión. 2 Mañach, Jorge (1991): La crisis de la alta cultura en Cuba. Indagación del choteo. Miami: Ed. Universal. 3 Lezama Lima, José ([1960] 1974): “ A partir de la poesía ” , en: La cantidad hechizada. Madrid: Ed. Júcar. 244 Revolución, cultura y libertad comparación con países homologables (Honduras o Uruguay, por sólo citar dos ejemplos latinoamericanos) hubiese arrojado un saldo más indulgente para una nación relativamente joven e inexperta. Pero desde los primeros años de vida republicana se había entronizado “ el pensamiento de Martí ” como ideología oficial y las cotas fijadas eran inalcanzables. La tarea de llevar a vías de hecho criterios poéticos tan vagos como “ una república con todos y para el bien de todos ” o de dar contenido concreto al “ decoro del hombre ” que habría de ser su cometido fundamental, era de antemano una misión imposible. Medida con la vara de los nebulosos ideales martianos, la República estaba condenada ab initio a certero fracaso. Pero esa situación no desagradaba del todo a los intelectuales, que solían erigirse en “ conciencia crítica ” de la sociedad, se autodesignaban portavoces de la opinión pública y basaban buena parte de su obra, reputación y peculio en la labor de dibujar con vitriolo un retrato, a veces justo, a veces caricaturesco, de la nación y sus instituciones. El aspecto más flagrante del fracaso republicano fue sin duda la incapacidad de organizar el Estado y la vida pública, de manera que la administración fuera honrada y razonablemente eficaz, las autoridades respetasen las libertades y los derechos fundamentales, las principales corrientes de opinión hallaran cauce en dos o tres grandes partidos estables y la trasmisión del poder político se llevara a cabo periódicamente por medios pacíficos. Aunque se trataba de un asunto medular, este déficit democrático no impidió que el resto de la cultura nacional se desarrollara ubérrima en los años que mediaron entre 1902 y 1958. Comparada con el medio siglo de socialismo castrista, la República aparece hoy, con sus luces y sombras, como una etapa de éxitos muy estimables en ese ámbito. Tanto si se considera la cultura en sentido lato - corpus de conocimientos y grado de desarrollo intelectual, científico, social y económico de la época - , como si se aplica su definición más estricta y aristocrática de “ conjunto organizado de manifestaciones superiores del entendimiento ” (Mañach), el balance de medio siglo de vida republicana supera con creces al de medio siglo de “ vida revolucionaria ” . Sobre todo cuando se tiene en cuenta el punto de partida de cada periodo. A finales del siglo XIX, al concluir la guerra independentista, Cuba era una isla devastada por la tea incendiaria, el hambre y las enfermedades. Contaba apenas con millón y medio de habitantes (se calcula que el conflicto diezmó al 10 % de la población) y la producción de azúcar y tabaco, los dos pilares de la economía, había mermado considerablemente. Hasta 1904 la zafra no recuperó el millón de toneladas (nivel de 1895) y las exportaciones de tabaco eran en 1898 la cuarta parte de lo vendido a principios de la década. La mayoría de la población era analfabeta, no existía enlace ferroviario entre La Habana y Santiago, y todavía en 1900 la fiebre amarilla se cobró 1400 víctimas entre los 200 000 vecinos de la capital. 4 4 Cf. Thomas, Hugh (1973): Cuba: La lucha por la libertad. Barcelona: Ed. Grijalbo. Miguel Sales 245 A partir de esa fecha la Isla experimentó un desarrollo económico, social y cultural sin precedentes: se amplió y renovó la industria azucarera, cuya producción llegó a multiplicarse por más de siete enteros en 1952; se generalizó el uso de la electricidad, el teléfono, la radio y la televisión; se mejoraron espectacularmente el transporte y las viviendas; se lograron avances notables en materia de alimentación, educación, higiene y asistencia sanitaria; se fomentó la publicación de libros, revistas y periódicos; se extendió la prensa electrónica y, en términos generales, el país conoció una modernización y un aumento de riqueza acelerados. Este resultado es aun más notable si se considera que en ese periodo se asentaron en la Isla más de un millón y medio de inmigrantes. Además, hay que tener en cuenta que esa evolución socioeconómica ocurrió en un contexto internacional a veces muy desfavorable (guerras mundiales, crisis de 1929), con mercados más lentos y menos organizados que hoy, muy poca ayuda directa, medios de comunicación rudimentarios y políticas proteccionistas que perjudicaban a los países exportadores. En un plazo histórico comparable, el régimen instaurado en 1959 presenta un balance mucho menos exitoso. Cuba es hoy una nación escindida, con dos millones de exiliados. En la Isla perdura un Estado hipertrófico, fósil y represivo, dotado de una ideología arcaica, que monopoliza el 95 % de la economía, exige un simulacro de adhesión permanente e impide el resurgimiento de la sociedad civil. En su Constitución están enquistadas múltiples violaciones de los derechos humanos fundamentales, como las cláusulas que obstruyen el ejercicio de la libertad de expresión, asociación y movimiento, o el derecho a la propiedad. La ideología del partido único - el comunista - es todavía artículo de fe en la enseñanza, el arte y la literatura. El Estado conserva el monopolio, entre otros, de la educación, la prensa escrita, el cine, la radio y la televisión. Esta estructura totalitaria, que se resquebrajó un tanto tras la desaparición del bloque soviético, ha acarreado el empobrecimiento material y espiritual del país hasta simas sin precedentes. Cuba malvive ahora con una economía precaria, pésimamente gestionada por equipos de burócratas ineptos, y padece una de las tasas de endeudamiento per cápita más altas del mundo. Incluso la administración de los cuantiosos recursos dedicados a la educación, la asistencia médica y los deportes - vitrinas de la propaganda gubernamental - ha sido tan desacertada que hasta la prensa oficial ha empezado ya a reconocer la pésima calidad de la docencia, las carencias del sistema sanitario y el escaso rendimiento de los atletas. Las consecuencias más evidentes de todo ese fracaso son la emigración masiva, la crisis demográfica - la población disminuye y envejece aceleradamente - y las cárceles llenas de opositores pacíficos. Cabe señalar que, a diferencia de los gobiernos republicanos, el régimen castrista ha tenido a su disposición todos los recursos del país y un volumen de ayuda exterior - primero de la URSS, luego de Venezuela - que sus predecesores jamás soñaron. Además, se ha desempeñado en una época y un contexto 246 Revolución, cultura y libertad internacional mucho más propicios al desarrollo, gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, la mundialización de los mercados y la tendencia general al multilateralismo. Estos factores hacen aun más notable el contraste entre los logros de la República burguesa y los del sistema socialista. Tanto si se la considera en sentido lato como sensu stricto, la cultura cubana ha sufrido un deterioro notable bajo el régimen actual. Pese a los esfuerzos que el gobierno ha realizado para extender la enseñanza y la concentración de recursos en sectores específicos (el cine, el ballet), la Isla es hoy más pobre, en lo físico y en lo moral, que hace 50 años, cuando la victoria de la insurrección antibatistiana pareció despejar finalmente el camino para superar la crisis parcial de la cultura y realizar el destino excepcional que aguardaba al país, el sino nacional grandioso que había sido el combustible ideológico de las tres revoluciones precedentes de 1868, 1895 y 1933. Porque si en vísperas de la revolución de 1959 una parte de la cultura estaba en crisis, el resto del organismo nacional conservaba todavía una extraordinaria vitalidad creadora. La implantación de un sistema totalitario de corte soviético provocó la metástasis al resto del cuerpo social. Desde entonces, la nación vive un prologando periodo de decadencia, agravado por el desencuentro entre un régimen anacrónico que no acaba de morir y una sociedad civil que no logra renacer. Cultura es claridad - escribió José Ortega y Gasset en 1914 - luz derramada sobre las cosas. La cultura auténtica, que no se decreta, es a la vez resultado de la libertad e instrumento de su consecución. El apotegma positivista que Martí repite con frecuencia en su obra y que presidía las escuelas de la República -“ ser cultos para ser libres ”- puede leerse también a la inversa: ser libres para ser cultos. El auge cultural que la Isla experimentó en la primera mitad del siglo XX fue fruto dual de la libertad: de la soberanía nacional, al separarse de la Corona española, y de la soberanía personal, al alcanzar cada cubano la plena ciudadanía en un sistema democrático que, con todas sus lacras e imperfecciones, ha demostrado ser infinitamente superior a la tiranía cuartelaria y miserabilista que vino después. La renovación y el aumento de esa cultura, hoy menoscabada por la sombría vivencia del tardocastrismo, sólo se lograrán cuando los cubanos todos, los de la isla y los del exilio, puedan abrazarse de nuevo, sin miedo y sin rencor, bajo el fulgor de la libertad recobrada. También publicado en: Revista Hispano Cubana 32 (Octubre / Noviembre 2008), 26 - 32. Miguel Sales 247 Daína Chaviano (Miami) La fantasía y la ciencia ficción como espacios de libertad La imaginación ha sido refugio del hombre a lo largo de la historia, especialmente en sociedades represivas. Y no hablo de escapismo o enajenación - aunque esas opciones pudieran ser válidas y justificables en un ambiente de asfixia social - , sino de su papel como herramienta de conspiración. Los géneros fantásticos, con su carga de elementos simbólicos, actúan como valiosos camuflajes para conservar o diseminar ideas que el ser humano intenta salvaguardar en medio del caos social o político, adverso a la libertad. En el caso de Cuba, mi país de origen, las restricciones impuestas a la libertad de pensamiento y de creación propiciaron una relación particular entre la fantasía y la ciencia ficción (CF) tradicionales. Elementos como la metáfora, la parábola y la fábula enriquecieron y transformaron ambos géneros. Para entender esta evolución, es necesario hacer un poco de historia. Antes de que yo tuviera conciencia de lo que me rodeaba, la Isla había pasado por una breve etapa de euforia imaginativa en los años sesenta. A mediados de esa década, se publicaron los primeros títulos de CF cubana, entre ellos, La ciudad muerta de Korad, 1 de Oscar Hurtado, El libro fantástico de Oaj, 2 de Miguel Collazo, ¿Adónde van los cefalomos? , 3 de Angel Arango, y otros más que hoy son considerados clásicos de la CF cubana. Es significativo que el nacimiento del género coincidiera con ese fugaz período en que la mayoría de los cubanos se mantenía a la expectativa de los cambios que el nuevo gobierno anunciaba como verdaderamente prodigiosos. Fue una breve etapa de euforia imaginativa que no duró mucho. En 1968 se inició la “ ofensiva revolucionaria ” , que puso fin a las pequeñas empresas independientes y dio comienzo a una campaña de persecución contra quienes no aceptaban la nueva ideología. La literatura, como otras formas de pensamiento creador, sucumbió ante esa ola de represión. Se desterró toda obra que oliera a espiritualidad, fantasía o alteración de la realidad, por mínima que fuese. Eso incluyó desde los cuentos de hadas tradicionales hasta las películas de Walt Disney. El filme Fantasía, por ejemplo, estuvo prohibido durante muchos años. Y cuando finalmente volvió a 1 La Habana: Cuadernos R, 1966. 2 La Habana: Ediciones Unión, 1966. 3 La Habana: Cuadernos R, 1966. exhibirse, fue convenientemente “ editado ” para eliminar la pieza final con su procesión de almas y su consiguiente alusión a ciertas cuestiones religiosas como el infierno y el paraíso. Por otra parte, movimientos vanguardistas del siglo XX, como el surrealismo o el simbolismo, fueron considerados decadentes. En las escuelas se enseñó que obras de gran carga romántica o gótica poseían valores endebles o dudosos, porque estaban vinculadas de algún modo con el pensamiento burgués. Por esa época, yo no tenía una idea muy clara del aspecto político de las prohibiciones. Era apenas una niña que siempre se había refugiado bajo las alas de las hadas y soñaba con explorar otros mundos. Pero de algún modo sentí la falta de oxígeno imaginativo y, para no morir de asfixia, comencé a escribir mis propios cuentos. Sin proponérmelo, comencé a defender mi derecho a soñar como si se tratara del aire que respiraba. Por eso creo que aquella década negra marcó mi identidad como escritora. No quiero decir que, de no haber existido aquellas restricciones, yo hubiera escrito otro tipo de literatura. Pero sin duda, gran parte de mi pasión definitiva por esos géneros se acrecentó a consecuencia de lo ocurrido en aquella época. Finalmente, tras una década de severas restricciones, la fantasía volvió a hacer su entrada en la Isla con un disfraz nuevo: la CF proveniente del bloque comunista europeo. Por aquellos años, la idea oficial era que todo lo que viniera de la Unión Soviética se encontraba a salvo de los vicios del capitalismo y, por tanto, no podían contener ningún germen fatal para la sociedad cubana. Quizás una de las obras que más contribuyó a esta apertura fue La Nebulosa de Andrómeda, de Iván Efrémov. La novela se desarrolla en una Tierra comunista del futuro, donde la guerra y la violencia han sido desterradas, el dinero no existe y el trabajo es un placer. Dicho de otro modo, la novela reflejaba el ideal de la utopía comunista. Otras obras como Aelita, de Alexei Tolstoi, o ¡Qué difícil es ser dios! , de los hermanos Strugatsky, por citar sólo dos ejemplos, mostraban historias donde se reflejaba la lucha de clases o la superioridad del héroe comunista frente a tareas tan arduas como una revuelta en el planeta Marte o el espionaje en una sociedad feudal. Apoyándose en ese criterio de garantía ideológica, que aflojó un poco la repulsa oficial contra los géneros imaginativos, la Unión de Escritores de Cuba decidió convocar al primer concurso literario de CF en la historia de Cuba. El premio fue otorgado a Los mundos que amo, 4 escrito por una joven estudiante universitaria. Este fue mi primer libro impreso. Luego siguió Amoroso planeta, 5 que incluía cuentos anteriores al libro premiado y revelaba mi ruptura con los cánones de la CF socialista. Siempre 4 La Habana: Ediciones Unión, 1980. 5 La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1983. 250 La fantasía y la ciencia ficción como espacios de libertad me negué a lanzar mis hadas y mis duendes en aquella hoguera inquisidora que ardía a los 451° Fahrenheit. Por eso, pese a la fuerte influencia soviética del entorno, Bradbury aparecía como la presencia más obvia de aquel libro. El concurso permitió que comenzaran a abrirse los canales editoriales hacia una literatura más cercana a la fantasía. Fue un proceso lento, porque los escritores sabían que era imposible romper ciertas reglas. Esta dificultad hizo que algunos autores comenzaran a experimentar con la mezcla de géneros, saltando de uno a otro para evitar meterse en honduras peligrosas y, a la vez, a manera de rebeldía contra el canon realista que había permeado la literatura cubana durante una década. Uno de aquellos libros, titulado Strip Tease: cuentos de mal humor, 6 fue escrito por Antonio Orlando Rodríguez, un autor de mi generación, y giraba en torno a personajes inmersos en ambientes opresivos donde la incomunicación, la ausencia de libertad y la cosificación social, eran los elementos más significativos. En una obra suya posterior, titulada Querido Drácula, 7 el tono variaba. Su autor abandonaba la fantasía para mezclarla con la CF, pero se trataba de una CF donde el absurdo transformaba ese género - que suele ser muy racional - en una sátira extravagante. Por ejemplo, su relato “ Ánima de la lluvia ” 8 es una narración en dos planos donde la CF se mezcla con una fantasía al estilo de Las mil y una noches. Uno de los planos transcurre en un planeta donde, cada tarde, los exploradores observan una bandada de objetos insólitos que sobrevuelan el cielo como aves migratorias. El otro plano es el monólogo de un espíritu acuático que habita en un estanque. Esos dos mundos nunca llegan a tocarse, aunque se insinúa que los objetos migratorios que los astronautas ven cruzar sobre sus cabezas pueden provenir de aquel otro donde habita el espíritu acuático. Es un cuento sobre la incomunicación entre dos universos cercanos que nunca pueden interactuar; y también una metáfora sobre las maravillas que se hallan al alcance de la mano, pero que jamás pueden conseguirse. Aclaremos que éste es un relato escrito en los años ochenta, cuando por primera vez los cubanos pudieron reencontrarse con familiares que habían emigrado a Estados Unidos dos décadas atrás. La población, sumida en la miseria, se había sentido deslumbrada ante los exiliados, cuya llegada derrumbó una percepción de miseria y fracaso que había sido el principal sostén de la ideología para quienes habían nacido después de los años sesenta. El impacto del encuentro fue mayor entre los jóvenes, que no tenían ningún patrón de referencia anterior. 6 La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1985. 7 La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1989. 8 Op. cit.,14 - 22 Daína Chaviano 251 Otro relato del mismo autor, titulado “ Salchichas vienesas ” , 9 ilustra el desprecio de toda aquella generación ante la propaganda ideológica que había dejado de surtir efecto. La historia es deliciosamente absurda. Cinco personajes - una Madonna de Rafael, un león, una princesa egipcia, un seminarista y un licántropo - se reúnen a cenar. Todos son grandes amigos y su mayor placer es devorar las comidas que prepara el león, casado con la etérea Madonna. El banquete, compuesto por una suculenta crema de relojes, teléfonos cocinados con mantequilla y yogurt, y una tarta hecha con un televisor relleno de natilla y frutas, es el ambiente donde transcurre la velada. Mientras se extasían ante los platos, comentan con desapego la noticia de que, en una hora, el mundo puede llegar a su fin, debido a una guerra nuclear entre dos potencias cósmicas que han elegido la Tierra como campo de batalla. La indiferencia de los personajes reflejaba la actitud de la población cubana, harta de escuchar anuncios similares sobre un supuesto ataque del “ enemigo del Norte ” . Los personajes del cuento toman esa advertencia a la ligera, como si no tuviera nada que ver con ellos. El cuento usa el propio banquete, confeccionado con equipos imprescindibles en las comunicaciones y la propaganda, para destruir esos elementos que contribuyen a la planificación y al control de una sociedad. Los protagonistas, literalmente, se los meriendan. Y al prescindir de su utilidad primaria, no sólo se burlan de su función primordial, sino que ponen de manifiesto el hambre de una población capaz de devorar cualquier cosa. Otro ejemplo lo hallamos en el matrimonio de escritores formado por Chely Lima y Alberto Serret, quienes crearon Terra Uno, un mundo que les sirvió de base para innumerables relatos. Los libros inspirados en Terra Uno muestran claves para comprender el mundo interior y espiritual de gran parte de la población cubana. Uno de esos libros fue Consultorio Terrícola, 10 de Alberto Serret, que comienza con el relato “ Aquí nunca nos pasa nada raro ” . 11 En el cuento, una pareja decide asentarse en Terra Uno, atraída por la promesa de que allí le sucederían las cosas más extraordinarias. Pero lo cierto es que nada ha ocurrido. Sólo cuando los personajes reconocen que han sido engañados, comienza a producirse una metamorfosis en ambos. La habitación donde conversaban se transforma en un paisaje al aire libre y, de manera significativa, ellos mismos se convierten en aves que vuelan hacia la libertad. A lo largo del mismo libro, hay una serie de relatos-poemas donde aparece un personaje que se llama a sí mismo el Poseído, capaz de interpretar el silencio de unas criaturas múltiples y misteriosas que viven en Terra Uno. Tales 9 Op. cit., 32 - 42. 10 La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1988. 11 Op. cit., 7 - 12. 252 La fantasía y la ciencia ficción como espacios de libertad criaturas parecen ser los marginados sociales y todos aquellos que no se atreven a hablar en la Isla. La alegoría del Poseído - al que todos toman por un loco - es clara: en un país donde la diferencia es políticamente censurable, donde todos deben vivir igual, votar igual y pensar igual, sólo un loco puede servir de canal a estos disidentes sin voz. Además, cuando el Poseído se contempla en un espejo, ve lo contrario a su verdadera apariencia. Se trata de una metáfora muy clara para cualquier cubano: nadie es realmente lo que parece. Las personas pueden pensar de una manera, pero se ven obligadas a expresarse de otra. Este personaje refuerza la alegoría de la doble moral y el doble comportamiento que debe mantenerse en una sociedad donde uno debe conducirse de una manera en público, aunque piense y actúe de otra manera en privado. El Poseído es la imagen de la esquizofrenia social cubana. Hace poco releí varios textos de aquella época, y repasé lo que la crítica había dicho de ellos. Nadie mencionó nunca - ni siquiera insinuó - lo que es evidente que dicen esos relatos. ¿Sería posible que nunca los entendieran? Tal vez. Pero sospecho que muchos críticos prefirieran callar por temor a quedar marcados como herejes, sólo por interpretar unos textos de cierta manera. Recuerdo un chiste que circulaba por la Isla cuando aún vivía allí. En una esquina de La Habana había un borracho gritando: “ Yo sé bien quién es el culpable de esta miseria [. . .]. Yo sé bien quién es el culpable de esta hambre . . . ” Un policía lo oye y le empieza a dar una paliza hasta que el borracho grita: “ Espera, espera, el culpable de esta miseria es el imperialismo yanqui ” . “ Ah, muy bien ” , dice el policía. “ Entonces puedes irte ” . A lo cual el borracho replica: “ Oye, ¿y quién creías tú que era el culpable, que me entraste a palos? ” . El chiste refleja la noción de que interpretar el pensamiento ajeno puede ser un ejercicio peligroso, porque el intérprete, al asumir la existencia de una herejía, también se convierte en copartícipe de ésta. Quizás por eso fue un escritor colombiano quien interpretó por primera vez ciertos detalles de mi novela Fábulas de una abuela extraterrestre. 12 Poco después de su primera edición cubana, el ensayista y escritor colombiano Antonio Mora Vélez escribió un análisis sobre esta obra para un concurso de ensayos en Cuba. Antes de enviarlo, me hizo llegar a La Habana una copia de su trabajo. Cuando lo leí, de inmediato le escribí para rogarle que eliminara varios fragmentos que podían ser peligrosos para mí, si llegaban a ser leídos por las autoridades culturales en Cuba. Él entendió mi petición y retiró los párrafos comprometedores. Sólo después que llegué a Estados Unidos, el artículo se publicó completo. 13 12 La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1988. 13 Mora, Antonio (1996): Ciencia Ficción: el humanismo de hoy. Sincelejo: Cecar - Corporación Universitaria del Caribe. Daína Chaviano 253 La trama de la novela se desarrolla en tres mundos paralelos. En el primero, llamado Rybel, una raza de seres alados posee la visión psíquica del tercer ojo y alcanza la madurez después de una ceremonia que les permite tener acceso a lo que ellos llaman Fronteras Transdimensionales. Los protagonistas de este hilo narrativo son una abuela y su nieto. La novela comienza en el instante en que la aldea huye de unos seres con los que jamás han logrado comunicarse y que cada cierto tiempo se acercan a la aldea por motivos que todos suponen hostiles. En medio de ese éxodo, la abuela comienza a narrar las aventuras de una joven astronauta que, debido a un accidente, se refugia en un planeta tecnológicamente inferior al suyo. En ese mundo existen dos talismanes mágicos, cada uno en poder de un grupo distinto. Según la leyenda, si alguna vez ambos talismanes se unieran, sería posible tener acceso a cualquier punto del universo. Poco a poco, la astronauta va comprendiendo que aquellos talismanes son mecanismos que permiten el viaje espacio-temporal, y se enfrasca en una aventura para conseguirlos. También allí vive un hechicero, que tiene visiones sobre una extraña joven que vive en otro mundo . . . No voy a contar toda la trama. Sólo añadiré que gira en torno al contacto entre esos tres mundos y a la posesión de los talismanes mágicos, cuya unión permitiría abrir las fronteras espacio-temporales, selladas milenios atrás. Cuando comencé a escribir la historia, nunca me propuse hacer una alegoría, ni pensé en cómo podrían interpretarse esas fronteras, ni lo que estaban reclamando mis personajes al querer abrirlas. Sólo me di cuenta de lo que había hecho al leer el ensayo de Mora Vélez, que establecía un vínculo entre la apertura de las fronteras y el aislamiento de Cuba. Aquello me tomó desprevenida. De nada me valía el disfraz de la fantasía, porque el análisis de Mora no dejaba otra interpretación cuando añadía: El hombre de Daína es el hombre real del mundo contemporáneo, con sus conflictos y sus metas; es el cubano de hoy enfrentado a la crisis de un sistema y al despotismo de un régimen político que no le permite proponer alternativas [. . .]. Toda la novela es una propuesta cifrada a la solución de la crisis. Abrir las fronteras, no en Rybel sino en Cuba, es reconocer el fracaso del modelo y salir a la búsqueda de soluciones no dogmáticas. 14 Ya sabemos que existen dos niveles de creación. Por un lado, se encuentran los elementos que un autor utiliza con plena lucidez de lo introduce en la historia. Es la parte de la creación consciente. Pero en ciertos casos, hay ideas y símbolos que escapan a ese control. Son deslices del subconsciente. Sin duda, el significado oculto de las fronteras fue uno de esos deslices. Pero yo había incluido otro mensaje, esta vez del todo consciente, en la imagen de aquellos esos seres supuestamente monstruosos con los que los nativos de 14 Op. cit., 25. 254 La fantasía y la ciencia ficción como espacios de libertad Rybel nunca habían logrado comunicarse. La analogía que establecí era peligrosa, porque esos seres - a la larga - no eran lo que decían las leyendas, y porque quienes evitaban el contacto eran los propios rybelianos. Su lectura era la siguiente: el aislamiento o el bloqueo de ese pueblo era autoinflingido, y no producto de las acciones de un supuesto enemigo exterior. Y ese enemigo, además, ni era tan monstruoso ni tan inhumano como lo pintaban. Con ambas ideas (una consciente y otra involuntaria), era claro que el mundo de la abuela - aislado por un peligro fabricado desde adentro - representaba la propia mitología del embargo que el gobierno cubano había estado alimentando y reforzando para impedir el acceso del pueblo al mundo exterior. No sé si hubo lectores en Cuba que comprendieron ambas alusiones, pero lo cierto es que la novela se convirtió en el mayor best-seller de ese año. Debo aclarar que Fábulas es una novela donde prevalece la aventura y donde la suerte de sus protagonistas pende constantemente de un hilo. Esa es su lectura más evidente. Existe una segunda lectura, más soterrada y universal, sobre los peligros de la intolerancia y la incomunicación social. Pero en el contexto cubano, los lectores pudieron adjudicarle una interpretación más específica. Tal vez no la comprendieran a plenitud, pero la alegoría estaba allí. De todos modos, los lectores no son tan inocentes como uno pudiera pensar. El último libro que publiqué antes de abandonar la Isla, titulado El abrevadero de los dinosaurios, 15 asumía que los dinosaurios nunca se extinguieron, como siempre se creyó, sino que habían evolucionado y vivían en una dimensión paralela a la nuestra, bajo preceptos sociales muy distintos a los humanos. Compuesto por 70 relatos cortos, cada uno narra alguna anécdota que muestra los choques entre las dos culturas. Su tono es humorístico, porque se trata de una sátira llena de situaciones absurdas que ridiculizan y ponen en tela de juicio los valores más tradicionales de nuestra civilización. Trabajé este libro con plena conciencia de lo que estaba haciendo. Años después, no he podido descubrir nada que se hubiera filtrado en los cuentos sin que yo me percatara. Y es que, para entonces, ya estaba realmente harta de la situación en Cuba, y no había manera de que pudiera sustraerme a esa idea, a ningún nivel de conciencia. El abrevadero de los dinosaurios fue un reflejo de mi rebeldía ante el forzado igualitarismo estatal y mi resistencia a obedecer ciertas normas sociales. Nunca me han gustado los cánones de obligada igualdad. Creo que cada ser humano es una criatura única, y esa diferencia nos enriquece. Pero en mi país, la igualdad psicológica y emocional es la meta obligada y diaria. Ser o pensar diferente puede marcar como un estigma. 15 La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1990. Daína Chaviano 255 De ahí que yo convirtiera a unas criaturas, que se suponían desaparecidas, en representantes de valores que todos habían creído extintos o inexistentes. Dicho en pocas palabras, los dinosaurios simbolizan la ruptura con algunos prejuicios y tabúes esenciales de nuestra civilización. Un dinosaurio jamás renuncia a sus sentimientos, a la espiritualidad o a la justicia, por mucho que lo presionen. Ama la libertad en todas sus formas, pero esa libertad debe conquistarse sin violencia. La violencia resulta un concepto repulsivo y totalmente ajeno a su naturaleza. Por eso doté a estas criaturas de una filosofía y comportamiento completamente pacifistas. Ante las presiones externas, los dinosaurios actúan siempre de la manera más inocente . . . Esa había sido mi actitud - y la de muchos cubanos - en los últimos años: una resistencia pasiva ante el entorno violento y opresivo. Era un mensaje demasiado claro. “ No te enfrentes, no pelees abiertamente con nadie ” , parecían decir los dinosaurios. “ Pero haz sólo lo que tu corazón te dicte ” . Después que salí de Cuba, recibí la carta de un lector desconocido que me llegó desde la Isla. En esa carta me contaba que un grupo de jóvenes había fundado un club clandestino con el nombre del libro. Sus miembros se consideraban criaturas que defendían cada resquicio de su personalidad como hacían los dinosaurios de mi libro. Ya sabemos que ninguna obra de arte puede cambiar el mundo; pero si navega con suerte, es posible que toque alguna cuerda sensible en el lector y encienda en él una luz que antes no estaba o que aún no había hallado estímulo suficiente para crecer. Conservar la idea de la libertad y la rebelión, aunque éstas sean interiores, es una de esas posibles luces. El modo en que los textos de corte fantástico permiten hilvanar las ideas más herejes, forma parte de esa defensa de la libertad. Por eso creo que una de las funciones vitales de la fantasía es salvaguardar la propia esencia del ser humano: esa que le permite rebelarse contra las ataduras y los prejuicios de cualquier tipo. Una sociedad que no limita la imaginación también permite el desarrollo del espíritu. Las infinitas opciones que brinda una historia fantástica en la que pueden explorarse todas las realidades posibles e imposibles, hilvanar las ideas más descabelladas o herejes, y apelar a recursos que no existen en la vida real ni en la literatura convencional, sigue siendo el mayor regalo de la literatura al hambre emocional del hombre. Jamás deberíamos olvidar el don preciado de la transgresión imaginativa. Por eso, cuando acudo a la fantasía, siento que defiendo algo vital para la especie; algo que trasciende las fronteras de un país y abarca el estado mental y espiritual de toda una civilización. La libertad es un concepto mutable, frágil y muy manipulable. Los pueblos pueden perderla, por accidente o por decreto, pero los creadores no deberíamos olvidar que siempre queda la fantasía, capaz de eludir cualquier 256 La fantasía y la ciencia ficción como espacios de libertad barrera física y establecer vínculos improbables que pueden burlar la más atroz censura. Enero 2004 Leído por la autora en el 25to Congreso Internacional del Arte Fantástico, 2004, Fort Lauderdale. Publicado en: Journal of the Fantastic in the Arts 15: 1 (Primavera 2004), 4 - 11. Daína Chaviano 257 Eyda Machín (París) Pasarelas Al llegar a París, ¿podía prever que sería mi ciudad y Francia, mi patria de adopción? Mi destino ha estado siempre marcado por los viajes, unos forzados, otros escogidos. De todos los países atravesados, Francia es el único elegido de forma adulta, deliberada. Nunca he renegado mis orígenes. Mis más hermosos recuerdos de infancia fueron arrullados por ese mar azul del Caribe, por esas palmeras majestuosas y ondulantes erguidas como gigantes, listas a detener el ataque de enemigos visibles o invisibles. Esa isla encantadora, “ La Perla de las Antillas ” , “ el largo lagarto verde ” cantada por los poetas y los músicos. ¡Cuán dulce era entonces mi vida! Todo mi ser parecía estar envuelto en una atmósfera colorida, rítmica y festiva. Por mi propia voluntad, nunca hubiera abandonado a mi país natal. La isla de mis antepasados venidos de España, la Madre Patria colonial y conquistadora. Como un huracán tropical, un cataclismo se abatió sobre ese estallido de estrellas, sobre esa isla prisionera de la voluntad de un tirano déspota y sanguinario. Impotente, asistí durante siete años a la destrucción sistemática y despiadada de todo lo que había constituído mi universo. ¿Cuáles serían las consecuencias de ese maremoto que se abatía sobre mi pobre Patria? La mayoría de mis compañeras de clase partían. Familias enteras se destrozaban mutuamente: de un lado los adeptos a la Revolución, del otro los tenaces opositores a la creación de un estado comunista. Vi algunas madres denunciar a sus hijos, cuyo único crimen era desear huir. Otros fueron encarcelados por el sólo hecho de criticar, en una cola de distribución de alimentos, los escasos productos que podían comprar con la libreta de racionamiento. A ojos vistas, la isla se transformaba en un territorio donde el odio, la violencia y la delación estaban a la orden del día. Durante los primeros tiempos después del triunfo de la Revolución, el país vivía una especie de delirio amoroso. Todas las esperanzas estaban cifradas en aquél que había desafiado al dictador de pacotilla. El pueblo soñaba con las promesas hechas por el Máximo Líder de restablecer la paz social, la justicia y la democracia. La población creía firmemente que el “ Mesías ” iba a restablecer el orden en ese país que había conocido, desde 1898, fecha de su independencia de España, una serie innumerable de dictadores, de golpes de estado, de gobernantes electos, en su mayoría, en comicios fraudulentos. ¿Cómo imaginar que ese frenesí revolucionario hundiría el país en tal marasmo? La pena de muerte fue decretada de inmediato. Los primeros fusilados fueron los miembros del antiguo régimen dictatorial. Las estaciones de televisión difundían los juicios públicos realizados por tribunales revolucionarios. Terrible reedición del circo romano y de las persecuciones de los primeros cristianos. Nadie osaba alzar la voz para defender a aquellos que, según los dictámenes de la Revolución, habían cometido crímenes infames. La luna de miel entre una gran parte de la población y los revolucionarios duró apenas un año. Durante la primera mitad del año 1961, el régimen que negaba enfáticamente toda adhesión a un movimiento marxista-leninista, terminó por quitarse la careta. Antes de anunciar su verdadero color, el Comandante en Jefe (que no lo era todavía) comenzó, en estrecha colaboración con sus hombres de confianza, a nacionalizar las empresas extranjeras. Después, las medianas y pequeñas empresas con capital cubano fueron el blanco ideal de la furia del tirano. La familia, la iglesia, la escuela, los pilares esenciales de la sociedad cubana, fueron aniquilados. Todo se convirtió en la propiedad absoluta y total del Estado. Su Líder Máximo se convertía así en el Gran Amo. El que decidiría, desde ese mismo instante, del destino del pueblo que le pertenecía. Después de haberse declarado “ marxista-leninista ” hasta el fin de sus días, instó a sus oponentes a abandonar el país de inmediato. Una ráfaga de pánico estremeció la isla. Familias enteras decidieron enviar a sus hijos solos al exilio, para ponerlos a salvo de las garras revolucionarias. Una verdadera hemorragia humana comenzó el éxodo, arriesgando la vida, atravesando por centenas el estrecho de la Florida ya sea nadando, en neumáticos de automóviles, en embarcaciones improvisadas, en dirección de las costas de los Estados Unidos situadas a noventa millas de las cubanas. Mi padre, su esposa y mis dos hermanitos formaron parte de los últimos grupos autorizados a dejar la isla legalmente. Mi padre deseaba que me fuera con ellos. Acepté, con la condición que Mami 1 saliera también con nosotros. Las autoridades cubanas rechazaron la solicitud. ¿Por qué? Porque Mami no formaba parte de los miembros autorizados a beneficiar del reagrupamiento familiar. Mi decisión fue inmediata. Si Mami no podía partir, yo tampoco. Estaba lejos de imaginar que la cortina de hierro caería sobre la isla cautiva. Que todos los puentes y todas las pasarelas hacia la libertad serían brutalmente cortados. Esos años fueron para todos una verdadera pesadilla. Estábamos irremediablemente condenados a permanecer prisioneros. Asistíamos impotentes a la destrucción despiadada de un país, otrora faro cultural para la América Latina. Una fuerza solapada se dio a la tarea de destruir, maquiavélicamente, cuanto unía a Cuba con su pasado. Había que destruirlo todo, con el fin de reconstruir 1 Adelaida, alias Mami, es la tía de Nina, la protagonista de la novela. Es su madre adoptiva, quien jugó un papel fundamental en su vida. 260 Pasarelas una nueva sociedad donde el único dios sería Fidel y donde sólo se alabarían los valores de la Revolución. Durante todo el día se vociferaba la propaganda revolucionaria por los altoparlantes situados en lugares estratégicos de la ciudad: “ ¡Patria o Muerte, Venceremos! ” , “ ¡Hasta la Victoria Siempre! ” Nuevos cartelones gigantes, hechos por los miembros de los “ Comités de Defensa de la Revolución ” , proclamaban sobre los agrietados muros de la ciudad ultrajada la nueva y única ley de esa isla a la deriva: “ ¡Con la Revolución todo, sin la Revolución nada! ” Atrapada en esa locura colectiva que se había apoderado de gran parte de la población, mi única idea, mi obsesión era huir. ¡Huir! Lejos de ese mundo en descomposición que se desmoronaba ante mis ojos. Lejos de esa guerra fratricida y aterradora que devoraba, a un ritmo desenfrenado, lo que quedaba de esa tierra. Lejos de ese mundo atiborrado de traidores. Lejos de esos discursos interminables y repetitivos eructados por el Amo. Lejos de ese odio que se enraizaba en el corazón de todos sus habitantes, que hacía metástasis como un cáncer de rápida evolución. Necesitaba urgentemente respirar un aire que no estuviera viciado por la desconfianza. Bañar mi espíritu de armonía, de dulzura y de belleza. ¿Cómo hacer para escapar de ese infierno? Todas las salidas estaban bloqueadas. Nadie podía salir legalmente de la isla. La mayoría de las embajadas estaban cerradas, pues sus países habían roto relaciones con Cuba. El gobierno cubano había cerrado radicalmente todas las fronteras. De repente, tuvo lugar un milagro. Algo inimaginable: la creación de un puente aéreo entre Cuba y Estados Unidos, “ El Puente de la Libertad ” . Las compuertas de la represa se abrían ante mí. Un camino hacia la añorada libertad. El precio que tendría que pagar: partir sin nada, sin dinero, sin joyas, sin documentos. Sólo con un pasaporte sellado: NULO. En mi corazón, los tesoros de mi primera vida: mis lecturas, mi música, mis amistades y mis recuerdos. Ese bendito día de un mes de abril en que volaba hacia un nuevo mundo, lloré de alegría. Lloré de alegría de estar viva, de poder comenzar de nuevo de cero, de renacer. ¡No! Yo no pertenezco a ese país que dejé. Al que fuerzas maléficas aniquilaron para transformarlo en uno de los más pobres y destruidos del planeta. A ese país, convertido en el burdel del mundo, donde una parte de la población se prostituye para sobrevivir. A esa isla donde la esperanza ha sido asesinada, donde Caín y Abel se matan sin tregua. La isla donde la doble moral, la delación y la traición son monedas corrientes. En esta fecha, cincuenta años después del secuestro de la isla por manos traidoras, bodas de sangre y no bodas de oro, el balance del régimen cubano y de su jefe supremo es catastrófico: unos veinte mil cubanos fusilados o asesinados después de procesos expeditivos. Más de ciento cincuenta mil muertos en intentos fallidos para huir del gulag castrista. Más de dos millones Eyda Machín 261 de exiliados: la diáspora, diseminada por el mundo entero. Unos trescientos mil cubanos actualmente detenidos o en campos de trabajo forzado o bajo libertad condicional desde 1959. Más de ochenta periodistas encarcelados. Su único crimen: pensar, poseer una máquina de escribir, un fax, un teléfono celular o simplemente hojas de papel. (64 - 69) El recuerdo de Madrina 2 , tan ligado al de Mami, me invade. Flora fue la otra amazona que enriqueció con su ternura, con su inteligencia y con su apertura hacia el mundo el paisaje de mi infancia. Me parece escuchar su voz rauca y queda contarme sus peregrinaciones como corresponsal de un prestigioso periódico de La Habana. Su encuentro con Edith Piaf en Nueva York. Su entrevista a Evita Perón en Buenos Aires. La canción “ Volver ” de Carlos Gardel, ese cantante de tangos argentino nacido en Tolosa, en el sur de Francia, me obsede día y noche. “ Volver. . . con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien . . . Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada . . . ” . En mi caso, es mucho más que veinte años. Han pasado treinta años desde nuestra separación que creíamos definitiva. La vida lo decidió de otra manera. Pude al fin regresar un día a ese país que ya no es mío, a esa tierra en donde lancé mi primer grito. Mi único objetivo era verla de nuevo, abrazarla, confiarle todas esas palabras prisioneras de mi corazón. Ardía de deseos de compartir con ella mi jardín secreto. Mi recién adquirida nacionalidad francesa había hecho posible el viaje a Cuba. Disponía con gran orgullo de ese nuevo pasaporte. Sin embargo, no me sentía completamente tranquila. A pesar de mi nueva nacionalidad, tuve que obtener una visa del consulado cubano. Los franceses por nacimiento están exentos de visado. Esta formalidad dejaría libre curso a las autoridades cubanas para hurgar en mi pasado y para vigilarme durante mi estancia. Tenía que aceptar esta condición si quería ir a esa isla, convertida en el paraíso de los turistas ávidos de sol, de ron, de playas doradas y de bellas pieles tropicales y ambarinas. Después de treinta años de ausencia, estoy de nuevo en La Habana. Reconozco a duras penas esa ciudad otrora cantada por los poetas, dibujada por artistas venidos de diversos horizontes, capital de “ La Perla de las Antillas ” . Sólo veo miseria y destrucción. Las casas coloniales, que en otros tiempos fueron la riqueza arquitectónica de la Habana Vieja, están transfor- 2 Flora es la madrina de Nina, la protagonista de la novela. “ Madrina ” es uno de sus personajes principales. Periodista, publicista, locutora será una de sus dos “ amazonas ” , de quien estuvo separada por mas de treinta años. La protagonista regresa a Cuba para rencontrarse con ella y con su Patria destruida. 262 Pasarelas madas en ruinas. Paredes agrietadas, ventanas y puertas desmembradas, calles horadadas. Alucinante espectáculo de desolación y de muerte. ¿Dónde están las avenidas umbrías, los parques floridos por donde paseaban las jovencitas los domingos, vestidas con sus más bellos atuendos? ¿Adónde podría ir hoy la niña que recogía coquitos? ¿En qué se transformaron esos hermosos carnavales de febrero? ¿Y las carrozas y las comparsas que desfilaban del Capitolio nacional, copia del de Washington, hasta el monumento al Maine en el Vedado? ¿Y los bailes de disfraces de los prestigiosos centros culturales a los cuales Mami llevaba a la niña disfrazada de china, de andaluza, de bailarina húngara . . .? Y pensar que Nina vería más tarde todos esos países, sin disfraz. Esa ciudad que reía, cantaba y bailaba se había convertido en un fastasma sepultado entre sus propias ruinas. Una ciudad herida, apuñalada y asesinada. Una isla prisión. Algunos automóviles, las “ bellas americanas ” como los llaman los franceses, circulaban aún por el Malecón, la avenida costera. Altivo e inmutable, el Castillo del Morro se yergue a la entrada de esa espléndida bahía que Alejandro de Humboldt describió como “ uno de los lugares más risueños y más pintorescos que puedan existir en el litoral de la América equinoccial . . . ” . ¡Pobre Humboldt! Tu desilusión igualaría a la mía al contemplar el cataclismo producido por cincuenta años de comunismo. Una gran cantidad de rikshas conducidas por hombres sudorosos y carretas tiradas por famélicos caballos, constituyen la nueva red de transportes de La Habana. Las antiguas “ guaguas ” , el transporte popular tradicional, fueron reemplazadas por los “ camellos ” , extraña mezcla de autobús y de ciempiés en metal, sin ventilación, donde una hormigueante población se amontona después de una espera interminable. En ruta hacia el hotel donde Madrina me esperaba, una ciudad espectral desfilaba ante mis ojos aterrorizados. Me invadió una sensación de fin de mundo. ¡Una implosión! Eso fue exactamente lo que sucedió. La ciudad se había tragado a sí misma. No había ninguna mejoría, ningún progreso en treinta años de ausencia. Tuve impresiones de bombardeo, de ciclón y de cataclismo. ¿De qué sirvieron todos esos años de privaciones, de familias destrozadas, de lágrimas y de sufrimientos? El corazón se me salió del pecho cuando el transporte turístico que me conducía al hotel Capri (no olvidemos que soy turista) se acercó a su entrada principal. Antiguamente famoso por su Casino, sus rutilantes salas de juego, sus fastuosos espectáculos a los cuales asistían personalidades de la farándula y de la jet-set internacional, hoy es sólo un mediocre hotel de dos estrellas. Sus ventajas: la proximidad del mar, del Malecón, de los lugares de mi infancia y de la residencia de Madrina. En el vestíbulo del hotel, acurrucada en una inmensa butaca que la hacía parecer aún más minúscula, percibo el fantasma de Madrina. Está tan agrietada, envejecida y destruida como mi pobre Habana. Pero hay una Eyda Machín 263 diferencia: Madrina ha preservado su alma. Sus ojitos, escondidos detrás de enormes lentes, no pueden retener las lágrimas. Caemos una en brazos de la otra. Un instante de eternidad nos reúne finalmente. Tiempo y espacio desaparecen. ¡Solas, ella y yo! ¡Yo y ella! Después de minutos o de horas, me dirijo hacia la recepción, firmo el registro y pido la llave. Madrina se aferra a mi brazo, temiendo perderme de nuevo. Ante el ascensor, un empleado nos cierra el paso. - ¡Oiga, la señora que la acompaña no puede subir a la habitación! - Yo soy una turista francesa. Ella, una simple cubana. Los cubanos no tienen acceso a las habitaciones. Primer choque frontal con los dictámenes de la Revolución. Esta isla revolucionaria que hace alarde de libertad, de democracia y de derechos humanos prohibe a su pueblo penetrar en el espacio reservado a los extranjeros. Estallo de indignación. ¡Quiero hablar con el director, con el gerente, con el camarada jefe, con el coordinador, con el diablo si es necesario! El camarada jefe llega. Le hago mi primera pregunta: - ¿Usted tiene madre? ¿Nació usted del vientre de una mujer? - Desconcertado, turbado, me mira fijamente. - Desde luego, señora. ¿Cuál es el problema? - Ninguno - digo irónicamente. - ¿Ve usted esta viejecita a mi lado? Tiene setenta y ocho años. A la muerte de mi madre, yo tenía apenas dos años y medio. Ella la reemplazó, me amó y protegió. Yo salí de Cuba hace treinta años. Nunca más nos habíamos visto. Hoy, después de todos esos años, puedo al fin regresar para pasar unos días con ella, quizás por última vez. ¿Puede usted impedirnos compartir algunas horas juntas en mi habitación? ¡Tenemos tantas cosas que contarnos! Un largo silencio sigue a mi alegato. De pronto, el camarada jefe toma mis maletas, indicándome con un gesto que entre al ascensor. Una vez dentro me pide disculpas. No hace más que cumplir ciegamente las consignas. Para mí, haría una excepción. Una vez en el dormitorio, Madrina comienza a verter un torrente de palabras, a veces incongruentes, a veces pertinentes y lúcidas. Desde hace treinta años no habíamos escuchado el sonido de nuestras voces. Físicamente separadas, nuestras almas y nuestros corazones habían permanecido fusionados. Nunca dejé de escribirle, de enviarle paquetes por intermedio de amigos próximos que iban a mi isla mártir. Le contaban mis aventuras. Gracias a esas historias, Madrina vivía un poco mi vida, saboreando golosamente las barras de chocolate que le enviaba. “ Algunos gramos de fineza en un mundo de brutos ” . Yo era su abastecedora oficial de placer. Casi la totalidad de mis dos maletas eran para ella. Para mí, dos blusas, dos pantalones, un vestido, una bata de dormir, un par de zapatos y mi bolsita de maquillaje serían más que suficiente para una semana en esa ciudad lacerada, ultrajada. Convulsivamente, como una niñita, Madrina se prueba todos los atuendos, algunos usados, otros nuevos comprados expresamente para ella. Ante ese tesoro, sus ojos inmensamente abiertos lloran y 264 Pasarelas ríen. Así una simple maleta puede transformarse en un cofre mágico de las Mil y Una Noches. Es una niñita de setenta y ocho años desbordante de dicha. Desde luego, no había olvidado traerle su regalo preferido, sus barras de chocolate negro, con leche, blanco, con almendras, con nueces, con pasas . . . Le di una sola, por miedo de que se muriera de indigestión. Se la tragó como si temiera que alguien se la robara. Su actitud revela sus sufrimientos, esa falta permanente de las cosas más insignificantes a las cuales está sometido el pueblo cubano. Nuestra conversación se eterniza hasta la madrugada. A pesar de la fatiga, de la somnolencia, nos contamos sin cesar miles de historias. Terminamos desplomándonos como muñecas desarticuladas. Nos despertamos, sobresaltadas, por el timbre del teléfono. ¿Será la recepción para exigir la salida inmediata de la cubana? No. Es una vecina de Madrina anunciándole que Milagros, su compañera desde hace varios años, acaba de sufrir un accidente cerebrovascular. Hay que transportarla de urgencia al hospital. Salimos de la habitación con la maleta más grande. Debo justificar su contenido ante la empleada de la recepción. Me parece percibir en sus labios una sonrisa cómplice. ¿Simple impresión? Los taxis esperan a los turistas a la entrada del hotel. Con dólares en la mano, el billete verde, odiado y adorado (fórmula mágica de las Mil y Una Noches: ” ¡Ábrete, Sésamo! ” ) nos dirijimos hacia su domicilio. Me recordaba de su bello apartamento del Vedado. Múltiples fruslerías traídas de todos sus viajes fascinaban a la niñita. Me parece ver una pareja de muñecas japonesas, vestidas de rojo, con cabellos negros y lacios. A cada visita, mis primeros pasos me conducían directamente hacia mi pareja favorita. Con mirada atenta, Madrina me vigilaba cuando me ponía a peinarlas. ¿Por qué tanto cuidado con esas muñecas? Comprendí años más tarde que se trataba de muñecas de colección. Un día, en una tienda de antigüedades en París, me topé de bruces con unas muñecas idénticas. No pude retener mis lágrimas. Asombrado por mi emoción y conmovido por mi relato, el comerciante me las propuso a un buen precio. ¿Un precio barato? Por esa suma hubiera podido comprar un automóvil. Qué choque y qué tristeza ver su nuevo espacio de vida, tan pobre y despojado. Ningún libro sobre los estantes. Esos libros que ella amaba tanto. Ante mi desconcierto, Madrina me cuenta todo. Para sobrevivir, tuvo que vender sus objetos de valor: artísticos, joyas, muebles. Le confieso entonces cuánto amaba sus muñecas japonesas. - Popita (sólo ella me llamaba así), si lo hubiera sabido antes, te las habría guardado. Pero creía no verte nunca más. En la pequeña habitación, hay una enorme cama de hospital para Milagros y otra minúscula para Madrina. Una mecedora, dos sillas y una mesa completan este triste mobiliario. Un radio, encendido en permanencia, salvo cuando hay apagones. Mención especial y documento importante: una banquetita artesanal y una bolsita de tela que Madrina llama “ porsiaca ” . Eyda Machín 265 La banquetita le permite sentarse durante las interminables colas que hace para comprar los alimentos autorizados por la libreta de racionamiento. En cuanto a la bolsita de tela, Madrina me explica la etimología de esa extraña palabra: se trata de la contracción de “ por si acaso ” se encontrara un artículo en venta libre. Decididamente, ¡qué progreso desde el triunfo de la Revolución! La miseria en los países del antiguo bloque de la Unión Soviética se queda pálida en comparación con la miseria que existe hoy en “ La Perla de las Antillas ” . La invito a almorzar en el restaurante “ La Bodeguita del Medio ” , antiguo lugar de encuentro de artistas, de intelectuales y de la vida bohemia local e internacional. Durante mi infancia, ella me invitaba a menudo. Hoy es mi turno. Madrina no había vuelto allí desde hacía veinte años. Por primera vez veo un lugar que no ha cambiado. El restaurante de mis recuerdos está intacto. Sobre las paredes hay fotografías en blanco y negro. Madrina conoce a todos los personajes. Yo conocí allí a artistas famosos de paso por La Habana. Lucho Gatica, el cantante chileno que cantó para mí. Me veo a su lado, radiante adolescente, con su mano sobre mi hombro. Encargo el menú típico cubano: arroz blanco, plátanos fritos, lechón, yuca con mojo, frijoles negros. Al ver los platos, Madrina se pone a llorar. Si hubiera podido sospechar su reacción, le hubiera ahorrado esa pena. Como un ogro hambriento se precipita sobre esos platos deliciosos. Tengo miedo de que se ahogue. Después de haberlo devorado todo, me confiesa llorando que no se imaginaba que existiera aún una comida así en Cuba. Además, poder pagar un menú semejante en dólares sería casi un milagro para un cubano. Hoy Madrina es la invitada de una turista extranjera. Después del almuerzo, decido alquilar un riksha. El dichoso elegido será un joven llamado Eduardo. Este ingeniero cubano está obligado, por culpa de la miserable situación económica del país, a pedalear y sudar bajo un sol implacable. La tragedia de este país, en el cual un ingeniero está forzado a hacer un trabajo tan ingrato, me pone fuera de mí misma. Quisiéramos hacer un recorrido especial. Ver de nuevo los lugares de mi infancia: mi escuela primaria, el liceo, el convento de San Francisco de Asís con sus campanas, la Habana Vieja, mis domicilios . . . los de Madrina, los parques adonde iba los domingos con tío Herminio, el puerto, el mar. . . Apretadas una contra la otra, temblamos de emoción al contemplar esas ruinas. Difícil encontrar mis verdaderos recuerdos. “ Tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve a enfrentarse con mi vida ” . Miedo del encuentro con ese pasado que regresa, con ese tiempo perdido para siempre y que ya no me pertenece. Tengo aún otra cita: Varadero, la playa más bella del país. Una playa de arena blanca que se extiende por más de dieciocho kilómetros, con aguas serenas y 266 Pasarelas transparentes de tonalidades infinitas, desde el turquesa hasta el azul marino. Un mar siempre caliente. Acompañada por mis dos amazonas, había contemplado esa maravilla meses antes de mi salida de Cuba. Desde entonces he buscado en vano, en todas las playas del mundo, ese mar materno donde poder lanzar mi grito primordial. Me dirijo a la oficina de turismo del hotel para comprar los billetes. Hay que calcular, para una excursión de un día, transporte ida y vuelta con el almuerzo incluído, cincuenta dólares por persona. Y pensar que el sueldo mínimo de un médico equivale en pesos cubanos a diez dólares. Armada con un billete de cien dólares en la mano, como una verdadera millonaria, le pido a la empleada dos tickets. - ¡Sus pasaportes, por favor! - Le entrego el mío. - ¿Y el otro pasaporte? - pregunta la empleada. - La otra persona no tiene. - ¿Es cubana? - insiste la empleada. - Sí. - Lo siento mucho, pero las excursiones a Varadero se venden sólo para los turistas extranjeros. - Ultrajada, me insurjo: - ¿Qué, los cubanos no tienen derecho de ir a Varadero, inclusive si son invitados? - ¡No! De regreso a casa de Madrina, le cuento el incidente de Varadero. No parece sorprendida. Son los dictámenes de la Revolución y no se puede hacer nada. Con firmeza, le aseguro que no iré sin ella. Me persuade para que vaya, sabiendo que ese regreso a Varadero es para mí una especie de peregrinación. La entrada del peaje en Varadero. Presentación de una constancia de identidad. Sólo pueden penetrar los cubanos miembros del personal, fiables, irreductibles e integrados al sistema. Al ver las calles floridas y asfaltadas, las amplias avenidas, los lujosos hoteles, los restaurantes con sus mesas desbordantes de mariscos, de carnes, de frutas tropicales o importadas, comprendo demasiado bien por qué esta ciudad vitrina está prohibida para los cubanos. Si pudieran entrar en Varadero, se produciría un saqueo peor que el de Roma. La miseria y el abandono en el cual viven sería como una bofetada ante tanta opulencia desvergonzada. Sumergida en las aguas de Varadero, lloré lágrimas amargas. Tuve vergüenza al estar allí, de bañarme en esas aguas prohibidas para los cubanos, de disfrutar como los turistas extranjeros, en ese país que era un paraíso y que la voluntad de un solo hombre ha transformado en un infierno. (103 - 113) Extractos de la novela Pasarelas . Valencia: Aduana Vieja, 2009. Eyda Machín 267 William Navarrete (París) II [Pigalle, París] C'est là que j'ai vécu dans les voluptés calmes, Au milieu de l'azur, des vagues, des splendeurs [. . .] La vie antérieure, Charles Baudelaire. Está pasando algo bajo un toldo. Son las cuatro. Sol fugaz y gotas de sudor que nos anuncian un verano como arena movediza escapando veloz entre las manos. La alameda central está desierta, los listones de metal de los canteros descansan del que vende lo que sea por tal de vender algo y meterse en el vientre, en el bolsillo, un billete o media caja de cigarros. Tal vez se han ido todos al lugar de donde vienen: al famoso bled, siempre me dicen, que yo imagino como esos pueblos fantasmas de La Mancha o como aldeas tragadas por raíces en las tierras misteriosas de los mayas. Un Más-Allá donde gozar no esté prohibido siempre y cuando no se abra, de golpe, la ventana severa del orden celestial. Si me pregunto por qué no fui tras ellos, es porque no tengo bled, ni raíz, ni otra geografía del otro lado de la puerta, porque se van borrando mis recuerdos para que el aire que respiro no me asfixie al contemplar en las márgenes del paso el precipicio de mar a mis espaldas. En esta tarde de engañoso sudor sólo se ve de banco en cuando un fantasma, alguna sombra, un viejo cabizbajo, la estoica figura de una puta . . . mesopotámica, una loca de argollas hasta el pelo, un chulo con tatuajes en la lengua y la mirada triste de perros vagabundos como mujeres sedientas de marinos en el muelle incierto de la vida. En esta tarde de engañosa muerte (y de pasado) es mejor comprar un diario y abanicarme el rostro con todas las noticias. 270 II [Pigalle, París] XII [Biscayne, Miami] Los que venden minutos de placer se suben las camisas: ofrecen la tersura de su piel y nos enseñan que andan desarmados, que no hay más cuchillo al filo de la noche ni otro cañón que la vara de todos los espamos, que siempre se sacuden sin vergüenza sabiéndola mirada de reojo. Los veo cuando paso en esta centella metálica rentada. Centella-caparazón contra los hombres, contra el olvido, el miedo y los fantasmas de esta ciudad rosada, algamarina que viola con su imagen la poesía y violenta hasta la magia de los sueños con ridículos cintillos pegados a los ojos que dicen Sorento, Pajero, Cuchitrero, y el coño de la madre e hilera interminable de tramposos vendedores de necesidad. ¿Cómo la geografía inhóspita de este sitio - en que la noche se une con el día - se ha vuelta Meca y meta del futuro de unas gentes que vivían en Dorados buscados por dioses de barbas rojas? ¿Cómo me atrevo a lanzar diez versos a este lugar que trasciende por el brillo metálico de cuentas, de negocios que suben y bajan como espuma, bancarrotas, suicidios y vidas prestadas? Los que venden minutos de olvido están ahí y miden el esplendor de la noche por la marca de la centella fulgurante, ajenos al nombre de cualquier Dorado. Los que venden minutos de placer están ahí para indicarnos con sonrisas que debajo de las ruinas de este mundo sobrevive un poco de poesía. William Navarrete 271 XIV [Overtown, Miami] Si me bajo de este lince de dos puertas en este descampado de ciudad en que existe la presunción del delito vendrán con uniformes, agendas electrónicas y faros que encandilan hasta el tuétano a ver qué hace este francés de puro papelito en la boca de lobo, en sus parques muertos. Es medianoche y un huracán ha doblado como arcos las palmitas del jardín y nadie debe salir de esta pecera sobre ruedas porque la prensa dijo ayer que un afroamericano salió de abajo de los puentes con un revólver bajo el brazo, y, digo yo, un matavacas, colgándole seguro, aunque la prensa nunca diga negro ni hable de eso, de aquello o de lo otro. La libertad nos dura aquí el tiempo de comernos las tarjetas y la tregua dictada por banqueros ojerosos desde los nuevos minaretes de cristal, detrás de pantallas insomnes, de murallas de plomo, que juegan a matar toda ilusión después de fabricarla como balas o como cuentos de hadas para niños. Entonces levanto los seguros y dejo que se siente en la pecera que me cuente del calibre del revólver que me invite, cañón en boca, a la ruleta de la suerte, al tiro de gracia que deja sin aliento, a comprobar en carne propia que el papel de los periódicos no sabe, ni nos cuenta, por qué le temen tanto la gente de su barrio. Poemas inéditos del libro Esos parajes de lobos solitarios 272 XIV [Overtown, Miami] Antonio José Ponte (Madrid) Tres poemas I Coronación Suda su fiebre la lata de cerveza. La avispa carga otra vez contra el cristal. Fabricar mantequilla no es trabajo de hombres. No es trabajo para hombres de esta época. Frente a cada relámpago la avispa insiste, heroica. Suda la lata su fiebre razonable. No hay en toda la casa una pizca de sal. Lloverá, va a llover, llueve. La puerta se abre a un par de gotas últimas. Lo mismo que un rebaño, aparecen delante las nubes de hace poco: “ ¿Dónde está nuestro rey, que venimos a traerle corona? ” Fabricar mantequilla no es trabajo de hombres. No es trabajo para hombres de esta época. “ ¿Dónde está nuestro rey, portero borrachín, incapaz de sacar mantequilla de las natas? ” Sale, por fin, la avispa. Bueno es contar ovejas, ver formarse las nubes, juntar latas vacías. La avispa sale al mundo para ser aclamada. Publicado en la revista Letras Libres , noviembre de 2009. II Un atisbo Creí acordarme anoche de las constelaciones. Acordarme, saberlas. Saber el nombre de cada uno de los árboles. No enebro a secas, sino tal enebro. Alcancé a distinguir cada cinta de hierba que el viento removía, y en el viento leí por lo que había pasado: camino, casas, gente, los rebaños en marcha. Una brizna era un mundo mecido por el viento. Movía al mundo el mundo. No hallé existencia alguna que fuera indistinguible, y dolía en los ojos. Dormí, soné. Ahora el chorro de agua fría cae sobre estos huesos de los que no sé nombre. III Epílogo Quedaron por leer las reseñas de libros de todo un año. Una tarde de lluvia en un museo volvió a pensar en él. Por escorzo en un cuadro. Por el olor a semen de la lluvia sobre césped cortado. 274 Tres poemas El aire entraba desde un jardín de leche y pensó sin dolor en él, sin alegría. Con el juicio en suspenso, igual que en las reseñas. Vió pequeña la casa, el salón poco claro. Las sábanas surcadas por polillas como trazas de avión en un cielo sin nubes. La propiedad pasó, finalmente, a un vecino. Pero el fallecimiento de la hija menor canceló aquella casa de muñecas. Fue abandonada. Llegó a ser el límite del mundo en tantas expediciones de colegio. Del roble, de los perros, nada dicen las páginas finales. Poemas inéditos Antonio José Ponte 275 Reseñas biográficas Teresa Basile (Córdoba, Argentina) es profesora de literatura latinoamericana, Investigadora del Centro de Teoría y Crítica Literaria (CTCL) y miembro del Comité de la Maestría en Historia y Memoria, de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina). Sus trabajos abordan los vínculos entre literatura, política y memoria en las literaturas de las últimas décadas, focalizando por un lado en el Cono Sur, y por el otro en Cuba. Ha publicado (como compiladora) La vigilia cubana. Sobre Antonio José Ponte (Beatriz Viterbo, 2008), el Posfacio a la edición de Corazón de skitalietz (Beatriz Viterbo, 2010); y Literatura, archivo y memoria en la posdictadura uruguaya (en prensa). Es directora y editora, junto con Enrique Foffani, de la revista Katatay. Revista crítica de Literatura latinoamericana. Karl Buck (Bruselas). Estudió ciencias políticas, lenguas e historia en Tubinga (Alemania), Lyon (Francia), Santiago de Chile (Chile) y la Universidad de Florida (EE. UU.). Trabajó en el Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Tubinga entre 1972 y 1978. Escribió su doctorado sobre El partido socialista de Chile 1933 - 73. Desde 1978 es funcionario europeo en la Secretaría General del Consejo de Ministros de la Unión Europea: Relaciones con el Parlamento Europeo (1978 - 84), Presupuesto (1984 - 87), Relaciones con el Mediterráneo (1987 - 91) Relaciones con América Latina (1991 - 99), Relaciones con África, Caribe, Pacífico (ACP, 1999 - 2001). Libros publicados: La adhesión de Grecia a la CE, 1976 (en alemán y griego), Eurocomunismo y Eurosocialismo, 1977 (en alemán). Además ha publicado numerosos artículos sobre la integración e instituciones europeas, así como temas políticos, culturales tanto de Francia como de Latinoamerica. Daína Chaviano (Miami). Es licenciada en lengua y literatura inglesa en la Universidad de La Habana. Cuando aún vivía en la Isla, publicó varios libros de fantasía y ciencia-ficción, convirtiéndose en la autora más reconocida dentro de ambas vertientes en la historia de su país. En 1991 abandonó Cuba y se estableció en los Estados Unidos. Desde entonces se ha destacado por sus novelas contemporáneas e históricas que se funden con elementos mitológicos y fantásticos. En 1998 alcanzó reconocimiento internacional cuando recibió el Premio Azorín de Novela en España, por El hombre, la hembra y el hambre. Esta obra forma parte de su ciclo novelístico La Habana Oculta, al que también pertenecen Casa de juegos, Gata encerrada y La isla de los amores infinitos. En el 2004 fue invitada de honor al 25° Congreso Internacional del Arte Fantástico, el mayor evento académico del mundo dedicado a la literatura y al arte de ciencia ficción y fantasía que se celebra anualmente en los Estados Unidos. En el 2007, su novela La isla de los amores infinitos, recibió la Medalla de Oro en el certamen Florida Book Awards en la categoría: mejor libro en lengua española. En el 2008 la misma obra fue finalista del Prix Relay du Roman d'Évasion en Francia. Sus cuentos y novelas han sido traducidos en casi treinta idiomas. La isla de los amores infinitos, publicada en 25 idiomas, es la novela cubana más traducida de todos los tiempos. Barbara Dröscher (Rostock). Es profesora de literatura latinoamericana, teoría cultural y literatura comparada en la Universidad Libre de Berlín y la Universidad de Rostock. Vivió y trabajó dos años en La Habana (2006 - 2008) como docente del DAAD. Desde su estancia en Cuba está estudiando la reconstrucción del proceso de construcción de nación cubana después del 1959. Su investigación actual se centra en la integración de la Transculturación y el sexo en las literaturas alemanas y de América Latina de la modernidad. Sus obras son: Mujeres letradas. Fünf zentralamerikanische Autorinnen und ihr Beitrag zur modernen Literatur: - Carmen Naranjo, Ana María Rodas, Gioconda Belli, Rosario Aguilar und Gloria Guardia im Portrait., 2004 y Subjektive Authentizität: Zur Poetik Christa Wolfs zwischen 1964 und 1975. Ediciones en colaboración con Carlos Rincón: Carlos Fuentes' Welten., 2003; La Malinche - Übersetzung, Interkulturalität und Geschlecht., 2001; Acercamientos a Carmen Boullosa - Actas del Simposio “ Conjugarse al infinitivo ” , 1999. Ottmar Ette (Potsdam). Es catedrático de letras románicas en la Universidad de Potsdam desde 1995. Estudió la carrera de románicas y geografía en las universidades de Friburgo y en la Complutense de Madrid. Entre 1987 y 1995 fue docente en el Instituto de Románicas de la Universidad Católica de Eichstätt y hasta 1995 fue miembro del Instituto Central de Estudios Latinoamericanos con sede en la misma ciudad. En 1987 recibe el premio Heinz- Maier-Leibnitz del Ministerio Federal de Educación por su edición Alexander von Humboldt's Reise in die Äquinoktial-Gegenden des Neuen Kontinents. Doctorado en Románicas en la Universidad de Friburgo en 1990. En 1991 obtiene el premio de la Universidad de Friburgo por su doctorado sobre José Martí. Ha ejercido docencias en diversas universidades de América Latina y de Estados Unidos. Su tesis de habilitación sobre Roland Barthes fue presentada en 1995 en la Universidad Católica de Eichstätt y publicada en 1998. Por esta obra recibe el Premio Hugo Friedrich/ Erich-Köhler. Es co-fundador de la revista Iberoamericana. Sus publicaciones más recientes son: Literatur in Bewegung 2001, traducción al español: “ Literatura en movimiento ” , 2008; Weltbewusstsein, 2002; ÜberLebenswissen, 2004; ZwischenWeltenSchreiben 2005; Alexander von Humboldt und die Globalisierung, 2009 y Del macrocosmos al microrrelato. Literatura y creación - nuevas perspectivas transareales, 2009. 278 Reseñas biográficas Frauke Gewecke (Heidelberg) es profesora (emérita) de literaturas románicas de la Universidad de Heidelberg; sus campos de investigación son las culturas lationoamericanas, particularmente las del Caribe (hispano y francófono), así como las de México y los Latinos en Estados Unidos. Entre sus libros figuran: Wie die neue Welt in die alte kam 1986, en libro de bolsillo 1992; Der Wille zur Nation. Nationsbildung und Entwürfe nationaler Identität in der Dominikanischen Republik 1996; Puerto Rico zwischen beiden Amerika 2 tomos, 1998; Christoph Kolumbus 2006, Suhrkamp BasisBiographie y Die Karibik. Zur Geschichte, Politik und Kultur einer Region 3 a ed. revisada y actualizada 2008. Andrea Gremels (Fráncfort del Meno). Estudió lenguas y literaturas románicas, sociología y americanística en Fráncfort. Desde octubre del 2008 es docente en la cátedra de literatura latinoamericana y francófona en el Instituto de Filología Románica de la Universidad Goethe en Fráncfort del Meno. Su enfoque de investigación son las literaturas caribeñas y la crítica literaria postcolonial. Es participante del Frankfurt Research Center for Postcolonial Studies (FRCPS) en el coloquio de doctorandos. Claudia Hammerschmidt (Tréveris). Desde el 2009 es profesora de literatura española, latinoamericana y francesa en la Universidad de Tréveris. Estudió romanística y germanística en las universidades de Colonia, Burdeos y Buenos Aires. Desde el 2000 al 2006 fue docente en el Instituto de Romanística de Jena. En el 2006 terminó su trabajo de habilitación sobre Autoría como censura en d'Urfé, Rousseau y Proust. Desde el 2006 hasta principios del 2009 ejerció en la cátedra de literatura francesa y española en Jena. Sus publicaciones incluyen varios trabajos y entrevistas sobre Cabrera Infante. Ha traducido Cine o sardina, el último libro sobre el cine de Cabrera Infante, al alemán (con Gerhard Poppenberg): Nichts als Kino. Actualmente está traduciendo Delito por bailar el chachachá. Eyda T. Machín (París). Poeta y novelista con maestría en lingüística y doctorado en literatura. En 1990 creó la Asociación de Libros y Lugares (Livres et Lieux). Como fotógrafa, ha expuesto sus fotografías con textos poéticos en París (Francia), Maracaibo (Venezuela), Santa Bárbara (Estados Unidos), Erlangen (Alemania) y Poznan (Polonia). En el 2007 fueron publicados en Francia sus libros de fotografías con textos poéticos Murmures du monde y Murmullos del mundo y en el 2008 se publicó su tercer poemario En la voz del silencio / Dans la voix du silence. En el 2008 se publicó su primera novela escrita en francés Passerelles. Pasarelas. Günther Maihold (Berlín). Doctorado en sociología y ciencias políticas en la Universidad de Ratisbona. Entre 1988 y 1999 fue representante de la Fundación Friedrich Ebert en México y Centroamérica. Entre 1999 y 2004 fue director Reseñas biográficas 279 del Instituto Ibero-Americano Fundación Patrimonio Cultural Prusiano, Berlín. Desde el 2004 es sub-director del Instituto Alemán para Política Internacional y Seguridad/ SWP en Berlín y profesor de ciencias políticas en la Universidad Libre de Berlín. Sus últimas publicaciones son: ed. con Walther L. Bernecker: España: del consenso a la polarización. Cambios en la democracia española, 2007; Venezuela en retrospectiva. Los pasos hacia el régimen chavista, 2007; El negocio transatlántico de la cocaína: opciones europeas ante las nuevas rutas del narcotráfico, 2009. Gesine Müller (Potsdam). Estudió filología hispánica, teología y germanística en las universidades de Friburgo, Münster y Bogotá. Terminó su doctorado en la Universidad de Münster en el 2003 titulado: El proyecto de una identidad latinoamericana - ¿un intento abandonado? Los autores del ‘ boom ’ hoy en día. Del 2005 al 2008 trabajó como docente en el Instituto de Lenguas Románicas en el área de estudios culturales de la Universidad de Halle. Desde el 2008 dirige investigaciones dentro del marco del programa Emmy Noether de la Fundación Alemana de Investigación (DFG) sobre literaturas caribeñas del siglo XIX en la Universidad de Potsdam. Es co-editora con Susanne Stemmler de Raum - Bewegung - Passage. Postkoloniale frankophone Literaturen, 2009. También publicó diferentes artículos en varias revistas. Marta Muñoz-Aunión (Fráncfort del Meno) es licenciada en ciencias de la información por la Universidad de Sevilla y doctora en filología por la Universidad Autónoma de Madrid. Entre 2005 y 2007 fue becada postdoctoral del Ministerio de Educación y Ciencia para participar en el programa de investigación “ Mediale Historiographien ” de la Universidad Bauhaus de Weimar. Desde 2007 es lectora de español en la Universidad Goethe de Fráncfort. William Navarrete (París). Poeta, crítico de arte, narrador y ensayista. Estudió historia del arte en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y civilización, lengua y literatura hispanoamericana en la Universidad La Sorbonne. Reside en París desde 1990. Sus publicaciones son: La chanson cubaine, 2000, Centenario de la Rep. Cubana, 2002, Cuba: la musique en exil, 2003; Edad de miedo al frío (poemas) 2005; Versi tra le sbarre, 2006; Catalejo en lontananza, 2006; Canti ai piedi dell'Atlante (poemas), 2006; Visión crítica de G. Pellón 2007; La Canopea del Louvre, 2008; Aldabonazo en Trocadero 162, 2008; Visión crítica de Humberto Calzada, 2008; Lumbres veladas del Sur, 2008. Antonio José Ponte (Madrid). Poeta, ensayista y narrador. Ha publicado, entre otros títulos, Las comidas profundas, 1997; Asiento en las ruinas, 2005; In the cold of the Malecón & other stories, 2000; Cuentos de todas partes del Imperios, 2000; Un seguidor de Montaigne mira La Habana / Las comidas profundas, 2001; Contrabando 280 Reseñas biográficas de sombras, 2002; El libro perdido de los origenistas, 2004; Un arte de hacer ruinas y otros cuentos, 2005 y La fiesta vigilada, 2007. Es co-director de la revista Encuentro de la Cultura Cubana que se publica en Madrid. Miguel Sales (París). Poeta, ensayista, periodista, traductor e intérprete residente en París desde 1994. Fue prisionero político en Cuba, indultado en 1978 cuando se fue a vivir a los Estados Unidos. Reside en Europa desde 1984. Ha publicado artículos de opinión en docenas de periódicos y revistas de Europa, América Latina y Estados Unidos. Ha publicado: Desde las rejas, 1976; Cinco poetas disidentes, 1978; Poetas cubanos en España, 1984; Desencuentros (poesía), 1985; Nacionalismo y revolución en Cuba, 1998; El poscastrismo y otros ensayos contrarrevolucionarios, 2007. Roland Spiller (Fráncfort del Meno). Estudió en Erlangen, Granada, Buenos Aires y París. Es catedrático de literatura latinoamericana y francófona en la Universidad Goethe de Fráncfort del Meno. Su doctorado trata la representación de la identidad en la literatura argentina contemporánea: Zwischen Utopie und Aporie. Die erzählerische Ermittlung der Identität in argentinischen Romanen der Gegenwart, 1993. Su segundo libro es Tahar Ben Jelloun. Schreiben zwischen den Kulturen, 2000. Sus campos de investigación son las literaturas iberoamericanas de los siglos XIX y XX, literaturas francófonas, cuestiones teóricas en las encrucijadas de crítica cultural y literaria. Algunas publicaciones: (ed.), La novela argentina de los años '80, 1991, (ed.); Culturas del Río de la Plata (1973 - 1995). Transgresión e intercambio, 1995; con Susi Igler (eds.), Más nuevas del Imperio: Estudios interdisciplinarios acerca de Carlota de México, 2000; con Yvette Sánchez (eds.), La poética de la mirada, 2004; con R. Freiburg/ M. May (eds.), Kultbücher, 2004; con W. Muno, Diskurse rund um den Fußball in Lateinamerika, 2007; con Yvette Sánchez, Poéticas del fracaso en las literaturas iberoamericanas, 2009. Yvette Sánchez (San Gallen). Estudió en la Universidad de Basilea y escribió su doctorado sobre Religiosidad privada en la narrativa hispanocaribeña (1987). El título de su tesis de habilitación es Coleccionismo y literatura, 1999. Es profesora asociada de la Universidad de Nancy (2000/ 01). Desde 2004 es catedrática de lengua y literatura hispánicas de la Universidad de San Gallen. Proyectos de investigación: Cultura hispánica en EE. UU., el tema del fracaso en la literatura, Enrique Vila-Matas. Editora de Cuentos de humo (2001); La poética de la mirada (2004) y Poéticas del fracaso (2009) (con Roland Spiller); Die Schweiz ist Klang (2007) (con Joseph Jurt/ Ottmar Ette); Fehler im System (2008) (con Felix Philipp Ingold). Michael Zeuske (Colonia). Estudió filosofía, historia general, latinoamericana y española en Leipzig. Entre 1992 y 1993 fue profesor de historia en Leipzig. Reseñas biográficas 281 Desde 1993 es profesor y catedrático de historia ibérica y latinoamericana en la Universidad de Colonia. Investigó en Cuba, Venezuela, México, Perú, Colombia, Brasil, Estados Unidos, España, Francia y Portugal. Sus publicaciones más recentes son: Schwarze Karibik. Sklaven, Kulturen der Sklaverei und Emanzipation, 2004; Kleine Geschichte Kubas, 2007; Insel der Extreme. Kuba im 20. Jahrhundert, 2004; Von Bolívar zu Chávez. Die Geschichte Venezuelas, 2008. 282 Reseñas biográficas Narr Francke Attempto Verlag GmbH + Co. KG Postfach 25 60 · D-72015 Tübingen · Fax (0 7071) 97 97-11 Internet: www.narr.de · E-Mail: info@narr.de En medio del crack de la bolsa de valores, editamos este libro sobre la poeticidad del fracaso, tema cuya brutal y siempre humillante esencia, con espacio propio en la literatura de todos los tiempos, se neutraliza estéticamente en dicho arte. Teniendo en cuenta la productividad creadora (textual, autobiográfica, estética y discursiva) que ha provocado la relación íntima establecida entre fracaso y literatura, no parece sin embargo que la crítica le haya prestado la atención que se merece, déficit éste que los 17 autores del presente tomo se han propuesto compensar. Yvette Sánchez Roland Spiller (Eds.) Poéticas del fracaso Frankfurter Studien zur Iberoromania und Frankophonie 1 2009, 272 Seiten, €[D] 68,00/ SFr 115,00 ISBN 978-3-8233-6464-1 019609 Auslieferung Ma rz 2009.indd 15 26.03.2009 11: 03: 46 Uhr Narr Francke Attempto Verlag GmbH + Co. KG Postfach 25 60 · D-72015 Tübingen · Fax (0 7071) 97 97-11 Internet: www.francke.de · E-Mail: info@francke.de Gustav Siebenmann kann auf ein er fülltes Gelehr tenleben zurückblicken. Darüber hinaus aber hat er sich bei einer breiteren Öffentlichkeit auch einen Namen gemacht als Verfasser stilistisch geschliffener Feuilletons, die in den besten deutschsprachigen Zeitungen und Zeitschriften erschienen. Siebenmanns Anliegen war dabei stets, die mitteleuropäischen Leser mit der spanischen und lateinamerikanischen Literatur und Kultur vertraut zu machen. Yvette Sánchez hat hier die besten Artikel aus der Feder Gustav Siebenmanns zusammengetragen. Angeordnet sind sie wie die Assemblagen in einem gut sor tier ten Weinkeller: dieselben Sorten liegen nebeneinander. Der Genuss beim Betreten dieser Bodega ist garantiert. Gustav Siebenmann Aus meiner Bodega Hispanistische Feuilletons aus sieben Jahrzehnten Herausgegeben von Yvette Sánchez 2008, VIII, 278 Seiten, €[D] 24,00/ SFr 39,00 ISBN 978-3-7720-8299-3 094208 Auslieferung Oktober 2008.indd 33 22.10.2008 12: 17: 56 Uhr