Vox Romanica
vox
0042-899X
2941-0916
Francke Verlag Tübingen
10.2357/VOX-2022-005
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2022
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Kristol De StefaniTres siglos de reflexión sobre el significado léxico
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2022
Stefan Ruhstallerhttps://orcid.org/0000-0003-2131-938X
Die vergleichende Analyse der fünfundzwanzig Ausgaben des Wörterbuchs der Real Academia Española ermöglicht es, drei Jahrhunderte kontinuierlicher und intensiver lexikographischer Tätigkeit zu rekonstruieren. Ein zentraler Aspekt sind hierbei die Definitionen, welche ein enormes diachrones – und bislang ungenügend untersuchtes – Korpus bieten. Die vorliegende Studie konzentriert sich auf die Definitionen von Tierbezeichnungen, welche, ausgehend vom Diccionario de autoridades (1726-1739), wiederholt überarbeitet worden sind. Die Reformen betrafen zum einen die Einordnung der Arten: Während in den frühen Ausgaben die in der Gemeinsprache verfügbaren Archilexeme und die in der naturkundlichen humanistischen Literatur gebräuchlichen Begriffe griechisch-römischen Ursprungs verwendet worden waren, traten 1899 die neu geprägten Taxa der Wissenschaftssprache an ihre Stelle. Andererseits wurden die Merkmale, mit denen die Vertreter innerhalb derselben Kategorie voneinander abgegrenzt werden, nach den vorherrschenden Kriterien der jeweiligen Epoche in Bezug auf den enzyklopädischen Inhalt und die lexikografische Technik erweitert, reduziert, präzisiert, korrigiert und perfektioniert. Schließlich zeigt die Untersuchung der Entwicklung der bei der Abfassung der Definitionen verwendeten Sprache ein unermüdliches Streben nach sprachlicher Aktualisierung und Verbesserung, sowie die Suche nach stilistischer Anpassung an den spezifischen diskursiven Rahmen, den ein einsprachiges, von einer Institution mit normativem Auftrag veröffentlichtes Wörterbuch der Allgemeinsprache darstellt.
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111 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico La evolución de las definiciones de los zoónimos en el diccionario de la Real Academia Española Stefan Ruhstaller (Universidad Pablo de Olavide, Sevilla) https: / / orcid.org/ 0000-0003-2131-938X Zusammenfassung: Die vergleichende Analyse der fünfundzwanzig Ausgaben des Wörterbuchs der Real Academia Española ermöglicht es, drei Jahrhunderte kontinuierlicher und intensiver lexikographischer Tätigkeit zu rekonstruieren. Ein zentraler Aspekt sind hierbei die Definitionen, welche ein enormes diachrones - und bislang ungenügend untersuchtes - Korpus bieten. Die vorliegende Studie konzentriert sich auf die Definitionen von Tierbezeichnungen, welche, ausgehend vom Diccionario de autoridades (1726-1739), wiederholt überarbeitet worden sind. Die Reformen betrafen zum einen die Einordnung der Arten: Während in den frühen Ausgaben die in der Gemeinsprache verfügbaren Archilexeme und die in der naturkundlichen humanistischen Literatur gebräuchlichen Begriffe griechisch-römischen Ursprungs verwendet worden waren, traten 1899 die neu geprägten Taxa der Wissenschaftssprache an ihre Stelle. Andererseits wurden die Merkmale, mit denen die Vertreter innerhalb derselben Kategorie voneinander abgegrenzt werden, nach den vorherrschenden Kriterien der jeweiligen Epoche in Bezug auf den enzyklopädischen Inhalt und die lexikografische Technik erweitert, reduziert, präzisiert, korrigiert und perfektioniert. Schließlich zeigt die Untersuchung der Entwicklung der bei der Abfassung der Definitionen verwendeten Sprache ein unermüdliches Streben nach sprachlicher Aktualisierung und Verbesserung, sowie die Suche nach stilistischer Anpassung an den spezifischen diskursiven Rahmen, den ein einsprachiges, von einer Institution mit normativem Auftrag veröffentlichtes Wörterbuch der Allgemeinsprache darstellt. Palabras clave: Lexicografía del español, diccionario monolingüe, Real Academia Española, definición lexicográfica, zoónimo, taxón, registro lingüístico 1. Introducción El diccionario de la Real Academia Española, cuya realización se inició en 1713 y cuya última edición impresa data de 2014, sigue constituyendo, tras más de tres siglos de historia, en su esencia una misma obra. Podríamos llamarlo también un único e ingente proyecto lexicográfico, pues, a pesar de varios cambios de título y de modificaciones técnicas y de contenido de mayor o menor entidad que se han 112 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 introducido en momentos concretos, cada nueva edición constituye una reelaboración de la precedente, en la que se añaden, suprimen, corrigen y perfeccionan datos, sin que hasta ahora se haya producido nunca una verdadera ruptura con la tradición. Las sucesivas ediciones, consideradas en su conjunto, permiten estudiar, por una parte, cómo ha evolucionado el léxico del español desde principios del siglo XVIII hasta hoy y, por otra, cómo se ha desarrollado en este período la técnica de la descripción lexicográfica. De particular interés es el ingente corpus diacrónico de definiciones, aún poco investigado: si tenemos en cuenta que ya la obra con que se estrenó la RAE, el Diccionario de autoridades (citado en adelante DA ), incluía 42.368 lemas (Rojo 2014: 145), y la edición más reciente, según se informa en el preámbulo (Real Academia 2014: V), un total de 93.111 entradas (195.439 acepciones), podemos hacernos una idea del potencial de información susceptible de ser investigado: las definiciones, una y otra vez reelaboradas, reflejan la evolución de las técnicas empleadas en la redacción, del concepto de significado léxico, del saber objetivo acerca de los referentes de las palabras, y de la ideología que en diferentes momentos históricos ha inspirado a los lexicógrafos. En el presente estudio quiero centrarme en un conjunto de definiciones perfectamente delimitado: las relativas a los zoónimos. El tratamiento que a este tipo de voces se dispensa en los diccionarios monolingües generales no podría ser más dispar, según revela inmediatamente una comparación de un artículo cualquiera - pongamos por ejemplo el dedicado a la noción ‘cerdo’ - de obras destacadas: cerdo ‘mamífero artiodáctilo del grupo de los suidos, de cuerpo grueso, cabeza y orejas grandes, hocico estrecho y patas cortas, que se cría especialmente para aprovechar su cuerpo en la alimentación humana’ (rae 2014) porc ‘mammifère domestique omnivore de la famille des Suidés, élevé essentiellement pour sa chair et qu’on appelle aussi cochon domestique ou, simplement, cochon’ (Académie Française 2022) pig ‘an omnivorous domesticated hoofed mammal with sparse bristly hair and a flat snout for rooting in the soil, kept for its meat’ (Oxford Lexico) pig ‘a large pink, brown, or black farm animal with short legs and a curved tail, kept for its meat’ (Cambridge Dictionary) Schwein ‘kurzbeiniges Säugetier mit gedrungenem Körper, länglichem Kopf, rüsselartig verlängerter Schnauze, rosafarbener bis schwarzer, mit Borsten bedeckter Haut und meist geringeltem Schwanz’ (Duden) Aunque todas estas definiciones comparten una misma estructura básica - se componen de un término clasificador al que se añaden diversos rasgos diferenciadores -, la elección de los elementos concretos varía enormemente. El clasificador puede ser desde el archilexema de la lengua común animal hasta un taxón tomado del tecnolecto de la Zoología, y en cuanto a los rasgos diferenciadores encontramos selecciones muy variadas de referencias al aspecto exterior del animal, a su conducta y a su aprovechamiento por parte del humano. Aún mayores son las discrepancias si incluimos en nuestro cotejo obras de épocas pasadas. Basta con señalar tan solo los dos 113 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 diccionarios monolingües más antiguos, el Tesoro de la lengua castellana o española de Covarrubias y el Vocabolario de la Crusca, para encontrar posturas diametralmente opuestas: aunque ambos coinciden en no dar una definición propiamente dicha, el segundo despacha porco con sus equivalentes latinos porcus y sus y la observación «animal noto» (Accademia della Crusca 1612: 637), mientras que el primero aprovecha la ocasión para especular sobre la etimología y anotar, en tono en parte humorístico, una serie de asociaciones espontáneas que evoca la idea del animal: Pverco , Latine porcus, dictus ab eo quod porrecto victu pascitur. Del puerco no tenemos ningun prouecho en toda su vida, sino mucho gasto, y ruido, y solo dà buen dia aquel en que le matamos. Muy semejante a este animal es el auariento: porque hasta el dia de su muerte no es de prouecho. El puerco dizen auer nacido para satisfacer la gula, por los muchos bocadillos golosos que tiene. Vnos son domesticos, que llamamos absolutamente puercos, ò lechones; otros saluajes, dichos puercos monteses, ô jaualies. (Covarrubias 1611: 150v) La cuestión de cómo definir este tipo de léxico en el diccionario monolingüe de la lengua general ha sido ampliamente debatida en los estudios metalexicográficos, especialmente en relación con el problema de la delimitación entre la información propiamente semántica y la enciclopédica que deben incluirse en el enunciado definicional. En el ámbito hispánico podemos mencionar, a título representativo, los estudios de Bosque 1982 (el tema se trata específicamente en las p. 111-16), Ahumada Lara 1989 (esp. cap. 3) o Gutiérrez Cuadrado 2010 (esp. p. 127-33), así como la extensa exposición en Borràs Dalmau (2004: 9-113). En el marco del presente trabajo no entraremos en esta discusión teórica, sino que nos limitaremos a analizar cómo han variado las definiciones zoonímicas desde el DA hasta hoy. Dada la importancia de la obra con la que se inició la Academia en materia lexicográfica hace trescientos años - en ella se marcan las pautas que han determinado la evolución posterior del diccionario académico, y sus materiales han perdurado en las ediciones posteriores décadas y aun siglos 1 - dediqué un estudio monográfico a las definiciones zoonímicas contenidas en el DA (Ruhstaller 2022). Las conclusiones alcanzadas allí servirán de punto de partida en el presente trabajo. 2. La evolución de los términos clasificadores Para averiguar cómo ha evolucionado a lo largo de los siglos el elemento clasificador contenido en la mayoría de las definiciones que aquí nos interesan, he examinado un corpus de 40 artículos en el que están representadas denominaciones de muy diversas especies. La siguiente tabla recoge los cambios observados: 1 Como se afirma explícitamente en el preámbulo a la última edición del diccionario académico (Real Academia Española 2014: IX), el DA «está en la base de toda la lexicografía académica posterior, y por tanto también del diccionario que tiene el lector en sus manos». 114 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 DA De 1770 a 1884 1899 De 1914 a 2014 abeja insecto 1770: insecto con alas 1817: insecto insecto himenóptero abubilla ave pájaro insectívoro alacrán (desde 1992: definido s. escorPión ) insecto, ò animaléjo ponzoñoso 1770: animalejo ponzoñoso 1817: animal muy común en España arácnido pulmonado 1956: arácnido con tráqueas en forma de bolsa armiño animál blanco pequeño 1817: animal cuadrúpedo mamífero del orden de los carniceros 1956: Zool. mamífero del orden de los carnívoros 2014: mamífero carnívoro asno animál quadrúpedo 1817: animal cuadrúpedo con casco animal solípedo avestruz ave mui grande, y tan pesáda, que apénas tiene vuelo 1770: ave muy grande que no vuela 1817: ave de dos varas de altura ave del orden de las correderas 1992: ave del orden de las estrucioniformes ballena pescádo de monstruoso tamáño 1770: pez muy grande del mar 1817: especie de cetáceo cetáceo 1956: cetáceo caballo animal quadrúpedo 1817: cuadrúpedo de pies con casco animal solípedo 1956: Zool . mamífero del orden de los perisodáctilos, solípedo caimán béstia Amphibia [no incluido en las eds. de 1780 a 1803] 1817: animal anfibio reptil del orden de los saurios 1956: Zool . reptil del orden de los emidosaurios camaleón animal del tamáño de un lagarto común 1817: especie de lagarto reptil del orden de los saurios 1936: saurio 1992: reptil saurio 115 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 DA De 1770 a 1884 1899 De 1914 a 2014 camello animal quadrúpedo 1856: animal cuadrúpedo rumiante 1956: artiodáctilo rumiante cangrejo cierto género de animalejo, que se cría en el mar, y en los rios 1780: animal anfibio 1822: animal crustáceo crustáceo fluvial 1936: crustáceo 1956: Zool . cualquiera de los artrópodos crustáceos del orden de los decápodos chinchilla animaléjo pequeño 1817: animal quadrúpedo mamífero roedor ciervo animal quadrúpedo 1869: animal mamífero rumiante cuclillo ave 1817: pájaro 1832: ave de paso ave del orden de las trepadoras 1992: ave trepadora culebra/ serpiente animal […], el principal de los que arrastran por la tierra 1817: animal sin pies que anda arrastras 1837: animal sin pies que anda á la rastra reptil sin pies 1936: reptil ofidio sin pies delfín pescado cetáceo 1791: pescado de mar de la familia de los cetáceos 1884: cetáceo cetáceo carnívoro 1956: Zool . cetáceo piscívoro elefante animal quadrúpedo mamífero del orden de los proboscídeos 1956: mamífero del orden de los probóscidos 1970: mamífero del orden de los proboscidios gallo ave doméstica ave del orden de las gallináceas 1992: ave del orden de las galliformes gato animal doméstico 1817: animal cuadrúpedo y doméstico mamífero carnicero 1956: mamífero carnívoro, digitígrado 1992: mamífero carnívoro de la familia de los félidos, digitígrado 116 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 DA De 1770 a 1884 1899 De 1914 a 2014 gaviota ave 1869: ave marina ave del orden de las palmípedas 1992: ave palmípeda hormiga insecto pequeño insecto himenóptero lechuza ave especie de buho 1803: ave nocturna parecida al buho 1817: ave de rapiña ave rapaz y nocturna león animal ferocíssimo, y mui generoso y de noble condición 1803: animal quadrúpedo, feroz y carnívoro 1817: cuadrúpedo mamífero carnicero 1956: Zool . mamífero carnívoro de la familia de los félidos leopardo animal, que algunos quieren sea hijo de Pardo y de Leona, aunque otros son de sentir procede de León y Panthera 1803: animal quadrúpedo 1817: cuadrúpedo mamífero carnicero 2014: mamífero carnívoro félido lobo animal quadrúpedo 1837: cuadrúpedo vivíparo 1852: animal cuadrúpedo bravío, carnicero mamífero carnicero mochuelo ave del tamaño de la paloma casera 1817: ave nocturna ave rapaz y nocturna 117 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 DA De 1770 a 1884 1899 De 1914 a 2014 mono animal mui parecido al hombre 1869: animal cuadrumano, del género de los mamíferos nombre genérico con que se designa á cualquiera de los animales cuadrumanos 1956: Zool . nombre genérico con que se designa a cualquiera de los animales del suborden de los simios 2014: animal del suborden de los simios mosca insecto volátil 1817: insecto insecto díptero murciélago ave mui semejante al ratón 1817: animal que se distingue de todos los cuadrúpedos, con los cuales tiene mucha analogía 1869: animal mamífero mamífero del orden de los carniceros 1936: quiróptero insectívoro orca mónstruo maríno, especie de Ballena 1817: cetáceo pavón (desde 1817: definido s. Pavo real ) la más hermosa de las aves 1817: ave ave del orden de las gallináceas 1992: ave del orden de las galliformes perro animal doméstico y familiar 1817: cuadrúpedo, que no se encuentra sino domesticado ó nacido de castas domésticas 1832: cuadrúpedo vivíparo, carnívoro mamífero carnicero, doméstico 1956: Zool . mamífero doméstico de la familia de los cánidos piojo insecto pequeño, asqueroso y molesto 1817: insecto sin alas insecto hemíptero, sin alas 1925: insecto anopluro 1956: Zool . insecto hemíptero, anopluro 2014: insecto anopluro puerco (desde 1956: definido s. cerdo ) animal doméstico, immundo y sucio mamífero paquidermo doméstico 2001: mamífero artiodáctilo del grupo de los suidos 118 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 DA De 1770 a 1884 1899 De 1914 a 2014 rana insecto amphíbio 1817: reptil batracio 1956: Zool . batracio del orden de los anuros rinoceronte animal quadrúpedo indomable 1817: cuadrúpedo mamífero paquidermo 1956: Zool . mamífero del orden de los perisodáctilos sanguijuela insecto largo y delgado 1817: animal que consta enteramente de una sustancia muelle, sin hueso ni otra ninguna parte dura. 1832: animal de sangre roja y cuerpo oblongo, compuesto de anillos, sin miembros 1899: anélido casi cilíndrico 1992: anélido acuático topo animalejo semejante al raton mamífero roedor 1914: mamífero insectívoro zorra animal astutissimo 1817: cuadrúpedo mamífero carnicero 1992: mamífero cánido En el corpus analizado observamos un total de 116 modificaciones del término clasificador, lo cual equivale a un promedio de 2,9 modificaciones por lema. Dicho de otro modo: en las 24 ediciones posteriores al DA se introduce aproximadamente una modificación cada 8 ediciones. No obstante, los cambios no se han producido de forma paulatina, sino que se han concentrado en momentos muy concretos. Destacan especialmente las ediciones de 1817 (con cambios en 27 de los 40 artículos analizados), 1899 (38 de 40) 2 y 1956 (14 de 40). Digna de mención es también la ed. de 1770: dado que la 2ª ed. del DA se limita a las letras a y b , los 4 cambios (en 7 artículos analizados) indican que se estaba llevando a cabo una revisión sistemática que afectaba a más de la mitad de los artículos. Frente a esto, hay 5 ediciones (1783, 1843, 1884, 1947 y 1984) en las que se reimprime sin modificación alguna la información de la edición anterior. Más relevante que este aspecto puramente cuantitativo del análisis del corpus es el cualitativo. En lo que se refiere al empleo de términos clasificadores podemos distinguir de forma tajante dos etapas: la primera incluye las ediciones publicadas 2 Los cambios introducidos en general en la ed. de 1899 han sido estudiados monográficamente por Clavería (2003: 305-10). 119 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 hasta 1884, la segunda las aparecidas desde 1899. En la primera etapa continúa aplicándose el criterio adoptado ya en el DA : se toma como elemento clasificador de la especie la característica subjetivamente más llamativa - generalmente se mantiene la elegida ya en el DA -, sin que se establezca una jerarquía clara entre rasgos fundamentales y rasgos secundarios, y, además, se consideran igualmente válidos como clasificadores básicos ciertas propiedades físicas - como la forma ( sanguijuela ), el tamaño ( piojo ), el color ( armiño ), extremidades u órganos destacados ( caballo ) - o relacionadas con la locomoción ( mosca , avestruz ), el carácter ( león ), el medio en el que vive la especie ( cangrejo , rana ), su inteligencia ( zorra ) o su belleza ( pavón ). Los cambios introducidos en la primera etapa pueden sintetizarse como sigue: - Se evitan los términos tomados del lenguaje cotidiano espontáneo que a menudo empleaba el DA (Ruhstaller 2022: 518): en lugar de calificar de «animalejos» al alacrán , al cangrejo o a la chinchilla , desde 1817 se les describe de forma más neutra como «animales»; en lugar de llamar al caimán «bestia amphibia», desde 1817 se le llama «animal anfibio». - Se extiende el uso de los tecnicismos del lenguaje de los naturalistas, que los autores del DA conocían, pero apenas empleaban en la redacción de sus definiciones (Ruhstaller 2022: 517-18). Así, la orca (antes categorizada como «bestia marina») se incluye a partir de 1817 entre los «cetáceos». El cangrejo es clasificado como «crustáceo» 3 desde 1822; el ciervo y el murciélago , como «mamíferos», y el mono , como «cuadrumano», desde 1869 4 ; así como el perro y el lobo , como «vivíparos» (el primero desde 1832, y el segundo, desde 1837) 5 . - Se corrigen ciertas clasificaciones que han resultado erróneas a la luz del avance del saber zoológico: la ballena , antes considerada «pescado» o «pez», se clasifica como «cetáceo» desde 1817; el leopardo deja de definirse como híbrido entre el pardo y la leona (o el león y la pantera) en 1803, el murciélago como un tipo de «ave» en 1817, y el lagarto , la rana y la sanguijuela como «insectos» en ese mismo año. Un radical cambio de rumbo se produce con la edición de 1899. A finales del siglo XIX ya no podía cuestionarse seriamente la necesidad de clasificar las especies animales (incluido el ser humano) tomando como criterio el parentesco (filogenia). En la revisión de los materiales heredados de generaciones anteriores de cara a la última edición del siglo, los académicos decidieron incorporar al diccionario sistemáticamente la nueva taxonomía científica. De este modo se lograba que la información ofrecida al lector acerca de cada especie fuera impecable desde el punto de vista enciclopédico; no obstante, se introducían en el diccionario términos técnicos y 3 Este tecnicismo figuraba como lema ya en la ed. de 1803. 4 Ambos términos, mamífero y cuadrumano , fueron lematizados por primera vez en esa misma ed. 5 Esta tendencia, no obstante, no está generalizada: en el caso de serpiente se mantiene la paráfrasis «que anda a rastras» o «que anda a la rastra» en lugar del tecnicismo [animal] reptil a pesar de que este figuraba como lema ya en el DA . 120 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 conceptos de la Biología totalmente ajenos al saber del hablante común (como anélido , anapluro , artiodáctilo , perisodáctilo , proboscidio , acantopterigio , etc.). El carácter extremadamente técnico que adquieren muchas definiciones por la inclusión de tales términos procedentes de un lenguaje especializado llevó a los lexicógrafos a agregar, en la ed. de 1956, una marca Zool. a gran parte de los lemas constituidos por denominaciones de animales, entre ellas muchas voces de uso general ( camello , cangrejo , león , mono , perro , piojo , rana , sanguijuela , topo ). Esta marca evidentemente no se refería a la voz lematizada, sino únicamente a la definición que ofrecía el propio diccionario, paradoja que perduraría hasta la supresión de la marca en la ed. de 1992. El uso de los tecnicismos de la Biología, no obstante, sigue siendo una constante en el diccionario académico hasta hoy, si bien periódicamente se actualizan los términos de acuerdo con el avance de la ciencia (el elefante , por ejemplo, es clasificado como «proboscídeo» en 1899, como «probóscido» en 1956, y como «proboscidio» en 1970). 3. La evolución de los rasgos diferenciadores 3.1 Etapas en el proceso de reelaboración de las definiciones No menos interesante que el estudio de la evolución de los rasgos clasificadores es el de la evolución de los rasgos diferenciadores. La siguiente lista refleja en qué momentos se produjo una renovación completa de los artículos examinados que conforman nuestro corpus: 1770: abeja , abubilla , armiño , avestruz 1780: camaleón , cangrejo , ciervo , cuclillo 1783: ― 1791: delfín , elefante 1803: gallo , gato , hormiga , lechuza , león , leopardo , lobo , topo 1817: abeja , abubilla , alacrán , armiño , asno , avestruz , ballena , caballo , caimán , camaleón , camello , chinchilla , cuclillo , culebra , delfín , elefante , gallo , gato , gaviota , hormiga , lechuza , león , leopardo , mochuelo , mono , mosca , murciélago , orca , pavón , perro , piojo , rana , sanguijuela , zorra 1822: abeja , cangrejo , ciervo , gato , rinoceronte 1832: cuclillo , lechuza , murciélago , perro 1837: lobo , sanguijuela 121 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 1843: abeja 1852: lobo 1869: camello , ciervo , mono 1884: abubilla , gallo 1899: abeja , abubilla , alacrán , armiño , asno , avestruz , ballena , caimán , camaleón , cangrejo , chinchilla , cuclillo , culebra , delfín , gallo , gato , gaviota , hormiga , lechuza , leopardo , lobo , mochuelo , mono , mosca , murciélago , orca , perro , piojo , puerco , rinoceronte , sanguijuela , topo , zorra 1914: ― 1925: ciervo 1936: camaleón , hormiga , murciélago 1947: ― 1956: alacrán , ballena , rana , mono 1970: ― 1984: ― 1992: avestruz , camaleón , pavo real (antes s. Pavón ), sanguijuela , zorra 2001: puerco/ cerdo 2014: avestruz , caballo , elefante , gallo , gato , lechuza , leopardo , lobo , mochuelo , cerdo (antes s. Puerco ), rinoceronte Observamos, nuevamente, una actividad muy desigual en las distintas épocas. Destacan de forma especial las ediciones de 1817 y de 1899, en las que la gran mayoría de los enunciados definicionales son objeto de una reelaboración total o casi total (34 en 1817, 33 en 1899). Merecen mención también las ediciones de 1803 (8 reelaboraciones) y 2014 (11 reelaboraciones), así como la 2ª ed. del DA (limitada a las letras a y b ) 6 . Frente a esto, hay cinco ediciones en las que no se produce cambio alguno, pues se reimprime la información de la edición anterior literalmente. No carecen de relevancia tampoco los casos de reelaboración parcial de las definiciones: a menudo se respeta la definición de la edición anterior en parte, pero se modifican ciertos pasajes. La siguiente lista muestra en qué momento se ha introducido una ampliación (AMPL), una supresión (SUPR) o una reformulación (REF) de una o varias informaciones contenidas en el texto de la edición anterior: 6 Si tenemos en cuenta que la revisión en esa ocasión afectó solo a una sexta parte de la obra, cabe sospechar que, de haberse reeditado el DA completo, se habrían reelaborado más de la mitad de las definiciones del tipo que aquí nos interesa. 122 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 1770: alacrán (SUPR, REF), asno (SUPR) 1780: caballo (SUPR), camello (SUPR, REF), chinchilla (SUPR), culebra (SUPR) 1783: ― 1791: culebra (AMPL) 1803: ciervo (REF), puerco (SUPR) 1817: ― 1822: alacrán SUPR, culebra (SUPR) 1832: cangrejo (SUPR), elefante (SUPR), gaviota (SUPR), león (SUPR), mochuelo (SUPR), mono (SUPR), orca (SUPR) 1837: gallo (SUPR) 1843: alacrán (SUPR), hormiga (SUPR) 1852: leopardo (SUPR) 1869: pavón/ pavo real (SUPR), puerco (REF) 1884: abeja (SUPR, REF), caballo (SUPR), delfín (SUPR), hormiga (REF) 1899: caballo (AMPL), elefante (REF), león (REF) 1914: armiño (REF), ballena (AMPL), topo (REF), zorra (REF) 1925: elefante (REF), lechuza (SUPR), lobo (REF), rinoceronte (REF), sanguijuela (SUPR) 1936: cangrejo (SUPR), culebra (REF), delfín (REF), perro (SUPR) 1947: ― 1956: abeja (AMPL), camello (REF), cangrejo (SUPR), delfín (REF), gato (REF), hormiga (AMPL), lechuza (SUPR), león (REF), mosca (SUPR), perro (SUPR), rinoceronte (REF), sanguijuela (REF) 1970: ― 1984: sanguijuela (REF) 1992: caballo (SUPR), ciervo (REF), elefante (REF), gato (REF) 2001: alacrán (SUPR), ballena (SUPR), caballo (SUPR), murciélago (SUPR), perro (SUPR) 2014: abeja (SUPR), camaleón (SUPR), chinchilla (SUPR, REF), serpiente (SUPR; antes s. culeBra ), hormiga (SUPR), león (SUPR), mosca (SUPR), piojo (SUPR), topo (SUPR) Todos estos datos confirman que la actividad revisora no ha cesado nunca en los tres siglos de historia del diccionario académico, lo cual refleja un deseo constante de actualizar y mejorar la obra. Además, revelan en qué momentos históricos fue más intenso el afán reformador de los académicos. Veamos ahora en qué consisten los cambios introducidos y qué tipos pueden distinguirse. 123 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 3.2 Revisión del contenido enciclopédico de las definiciones 3.2.1 Ampliación de la información enciclopédica En muchas definiciones observamos un incremento de la información enciclopédica respecto de la edición anterior, motivado sin duda alguna por el deseo de lograr una descripción más completa de la especie en cuestión y de no limitarse a expresar lo trivial y evidente, lo sabido por todos 7 . La escueta definición de abeja que encontramos en la ed. de 1770 - ‘insecto con alas muy conocido, especie de mosca, que fabrica la cera y la miel’ -, por ejemplo, se completa en 1817 añadiendo información sobre el tamaño del referente («de tres a cuatro líneas de largo»), su etología («vive en sociedad con los de su especie»; saca «una sustancia […] de las flores de las plantas»), su reproducción («carece de sexo, y así muere sin dejar posteridad») y su relación con el hombre (su cría es «objeto de industria en varios países»). En 1843 se precisa que habita «en su estado silvestre los huecos de los árboles ó de las peñas, y en el doméstico las colmenas que el hombre les prepara á fin de aprovecharse de la cera con que fabrica sus panales, y de la miel que depositan en ellos». En 1884 se especifica que el insecto tiene «cuatro alas», y en 1899, que es «de color pardo negruzco y con vello rojizo» 8 . Los datos añadidos a menudo reflejan la voluntad de incorporar a la obra nuevos conocimientos, y son fruto de la ambición de satisfacer al lector desde el punto de vista del progreso científico. Así, la capacidad del camaleón de cambiar de color según las condiciones del entorno - que el DA se limitaba a describir: «muda continuamente el color, recibiendo el que tiene mas cerca, o sobre que se assienta» - intenta explicarse más tarde exponiendo el estado del saber científico alcanzado en cada época: - en 1817 se sostiene que los colores dependen de «donde se cría y las agitaciones que padece»; - en 1899, que el animal «puede hincharse, por dilatación del pulmón, hasta llegar a transparentarse en algunos puntos y dejar ver los cambios de color que la respiración produce en la sangre»; - en 1936, que «cambia de color a causa de unos cuerpos pigmentarios de diverso matiz que encierra su piel, la cual al dilatarse a voluntad del animal ofrece a la vista dicho fenómeno»; - y en 1956, que «cambia de color en virtud de los movimientos de expansión y retracción que ciertas células cutáneas, cargadas de pigmentos negros, pardos o rojos, verifican, principalmente por el influjo de las condiciones del medio (frío, calor, luz)». 7 Los académicos manifestaron sus preocupaciones a este respecto explícitamente, por ejemplo, en el prólogo a la ed. de 1817 (Alvar López 1992: 10-11). 8 Ampliaciones de este tipo aparecen en todas las épocas: en 2001, por ejemplo, se puntualiza la descripción del grajo con el detalle de que «la base del pico [está] desprovista de plumas». 124 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 Muy reveladora acerca del genuino interés de los lexicógrafos por los fenómenos biológicos resulta la observación, que encontramos en la ed. de 1899, de que el gato tiene «el pelaje espeso, suave, de color negro, amarillo, blanco ó mezclado de estas tintas, con la particularidad inexplicable de que sólo se reunen los tres colores en las hembras». 3.2.2 Rectificación de información imprecisa o errónea sobre el referente El saber zoológico al alcance de los académicos en la primera mitad del s. XVIII era bastante modesto, y ello, por una parte, porque aún no existía una investigación sistemática basada en la observación empírica y objetiva, y, por otra, porque muchas especies eran poco conocidas por su hábitat alejado de la esfera vital de los intelectuales de la época, así como, en algunos casos, por su exotismo. De ahí que, en posteriores revisiones de la información contenida en el DA , a menudo se detectaran afirmaciones insostenibles a la luz de los nuevos conocimientos. He aquí algunos ejemplos de cómo se rectificaron en diferentes momentos los datos heredados: - Si a la lechuza se le atribuye en el DA tener «los ojos zarcos», ello se debe a una información tomada de los tratados naturalistas que remonta a los autores griegos (Funes 1621: 97). En 1803 ya solo se habla de «ojos grandes», y desde 1899 se especifica: «ojos grandes, brillantes y de iris amarillo». - Una creencia popular (debatida igualmente en los tratados; Funes 1621: 99) refleja la afirmación de que la lechuza «gusta mucho del aceite, que chupa á veces en las lámparas de las iglesias después de apagarlas», que figura desde 1817 hasta 1925. Un hábito similar se atribuye al murciélago ya en el DA , si bien en este caso el dato se suprime en 1817. - Del leopardo se afirma en 1817 que «es de costumbres crueles y sanguinarias: se alimenta de cuadrúpedos; acomete y devora al hombre, y se dice que prefiere el etíope al blanco de Africa, y este al europeo»; en 1832 ya solo se dice: «Es cruel y sanguinario». - El DA sostiene que el avestruz «apenas tiene vuelo»; ya en 1770 se corrige: «no vuela» (en 1817 se especifica que el ave tiene «alas muy cortas e inútiles para volar»). - En el DA se afirma que el cuclillo tiene en la cabeza «un copete como el de la cugujada». Esta descripción errónea indujo a los autores de la ed. de 1817 a confundir esta ave con la abubilla («Pájaro. Lo mismo que ABUBILLA.»). El error fue advertido en 1832, fecha en que se ofrece una descripción que revela un buen conocimiento del aspecto del animal. - Entre el DA y 1853 no se diferencia anatómicamente entre el dromedario y el camello : el DA sostiene que el segundo «tiene sobre el espinazo una corcova circular, y algunos dos», y que el primero no es sino una «especie de camello mui corpulento», y en 1817, que el camello tiene solo «una corcoba en el lomo». El asunto 125 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 finalmente se aclara en 1869, ed. en la que se explica que el camello tiene «dos gibas en el dorso», y que el dromedario se distingue de él principalmente «por no tener más que una giba en el dorso». - La información objetiva de que disponían los autores de las eds. más tempranas acerca de los cetáceos era escasa, según revelan las descripciones de especies como la ballena o el delfín . De la primera se afirma en el DA que «su cuero tiene pelo como el Vítulo, y lobo maríno», y en 1817, que «vive en la mar; pero sale a la playa en donde la hembra pare sus hijuelos». A la segunda especie se atribuye además en la misma ed. el hábito de vivir «mucho tiempo fuera del agua». Todos estos datos terminan por suprimirse: el que remonta al DA , en 1770, y los introducidos en 1817, en la última ed. del siglo XIX. - Quizá a la escasa familiaridad con la gaviota , ave de la costa, del académico encargado de definir la voz en el DA se debe su muy imprecisa descripción como «ave parecida a la Cigüeña». Encontramos información más clara y exacta desde la ed. de 1817. 3.2.3 Reducción del sesgo antropocéntrico En las definiciones zoonímicas contenidas en el DA , aunque predomina claramente la descripción de características observables objetivamente 9 , encontramos - especialmente en las referentes a animales con los que los lexicógrafos no estaban familiarizados - no pocos datos que reflejan, como reminiscencia de los antiguos tratados naturalistas, una visión acusadamente antropocéntrica. A lo largo de la evolución del diccionario académico se percibe una tendencia a dotar las definiciones de una mayor objetividad, reduciendo (o incluso suprimiendo) los elementos antropocéntricos en favor de una descripción que enfoca la especie como realidad biológica independiente del ser humano. Así, son cada vez menos frecuentes las referencias a los beneficios o los perjuicios que se derivan para el ser humano del contacto con ciertas especies: - En el DA la abeja se valora positivamente porque «labra […] la miel dulcissima, útil, y saludable»; ya en 1770 se informa de manera mucho más distante: «fabrica […] la miel». - En cuanto a las plumas del avestruz , si en 1726 aún se explicitaba que las «de las alas curadas y teñidas de vários colóres sirven para diferentes plumáges y adornos, por lo que son mui estimadas», en 1770 ya desaparece toda referencia a su aprovechamiento por parte del hombre. 9 Un análisis cuantitativo realizado (Ruhstaller 2022: 520) ha revelado que más del 88% de los datos incluidos en las definiciones zoonímicas del DA corresponden a la descripción basada en la observación objetiva directa y reflejan una visión independiente del ser humano. Los rasgos más frecuentemente señalados son los que describen el aspecto exterior (este tipo de información supone el 68,5% del total), la conducta y el hábitat. 126 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 - El lobo es caracterizado en el DA como «animal mui cruel, astúto y cauteloso, y arremete a todo género de ganado: y hallándose hambriento no perdona los hombres»; desde 1803 ya solo se le clasifica como «carnicero», aunque en 1851 se vuelve a insistir al menos en la amenaza que supone para las propiedades del ser humano al afirmar que constituye «el más terrible enemigo del ganado». A partir de la 20ª ed. el foco se aleja aún más de los intereses humanos (1992: «dañino para el ganado»; 2014: «ataca al ganado»). De manera análoga se va reduciendo (muchas veces hasta desaparecer por completo) la manifestación de las emociones e impresiones, del agrado o desagrado que causan en el ser humano determinados animales: - La abubilla tiene para los autores del DA una «voz desgraciada y triste, pues su canto se reduce a solo bu, bu, bu»; en 1770 se prefiere hablar de «canto desapacible»; y en 1899, de forma mucho más neutral, de «canto monótono». - El sonido emitido por la rana , especie «sumamente vocinglera y gritadora», es para los autores del DA «áspero y desapacible, especialmente en las noches del Estío»; en 1817 se afirma que es «desagradable»; y en 1956, finalmente, se suprime cualquier juicio. - La descripción en el DA de la mosca como insecto «sumamente importuno y molesto», y del piojo como «asqueroso y molesto», desaparece por completo en 1817 10 . - La valoración del cerdo desde la óptica de la higiene humana se hace cada vez más tenue. El DA lo calificaba de «immundo y sucio», y aun insistía en que se trataba del «más súcio y indocil de los animales» (s. Puerco ); la ed. de 1803 mantiene todavía la primera apreciación («inmundo y sucio»), mientras que en 1899 ya solo se habla de su «jeta casi cilíndrica, con la cual hoza la tierra y las inmundicias». Desde 2001 no encontramos referencia alguna al respecto. La atribución a ciertas especies de un carácter similar al humano (recuerdo, de nuevo, de los antiguos tratados naturalistas; Ruhstaller 2022: 523-25) generalmente desaparece ya en ediciones bastante tempranas. - Si en el DA se categoriza en este sentido al avestruz («es sumamente bobo y estólido»), al ciervo («es alegre, sagáz»), al mochuelo («acompaña a la codorniz y otras aves, y por esso le llaman necio»), estos juicios se suprimen con motivo de la primera revisión del material lexicográfico (en 1770 y en 1780, respectivamente). - La humanización del león («animal […] mui generoso y de noble condición, por lo qual es tenido y reputado por Rey de todos los brutos. […] Es tan generoso, que nunca come todo lo que caza, dexando gran parte de ello para que lo gocen otros»), en cambio, aunque omitida en 1803, vuelve a introducirse parcialmente en 1817: 10 Curiosamente, en 1899 el adj. molesto es reintroducido en referencia al primero de estos insectos, para ser eliminado de nuevo en 2014. 127 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 «Es de índole generosa; reconoce y paga los beneficios recibidos». En la misma ed. se valora de forma bien distinta a otro felino: el gato , al que se tacha de «poco agradecido» (información suprimida ya en 1822). - De modo análogo, desaparece pronto la referencia a presuntas emociones humanas atribuidas en el DA a la lechuza («deleitase mucho de oír las voces humanas»; eliminado en 1803) o al delfín («ama al hombre, y gusta de la música, con otras propriedades que le atribuyen los Naturales»; suprimido en 1791). Igual de efímera es la interpretación de ciertas conductas animales como amistades o enemistadas análogas a las humanas, pues se suprimen por regla general antes de finalizar el siglo XVIII. Así, por ejemplo, las referencias a la enemistad entre el camaleón por una parte, y las culebras (y también los cabrahígos ), por otra, se eliminan ya con la revisión de la obra en 1770, mientras que las simpatías y antipatías atribuidas a la lechuza («persiguenla las otras aves; y solo el Azor la defiende») perduran al menos hasta 1791. Finalmente, también el valor simbólico que se asocia en la cultura tradicional a ciertas especies es destacado únicamente en las eds. más tempranas. La presentación de la hormiga como «símbolo de la providencia» no llega hasta la ed. de 1803, y la del armiño como «symbolo de la puréza, pues por no manchar su piél se dexa coger de los cazadóres» ni siquiera hasta la 2ª ed. del DA . 3.2.4 Modificaciones de la información enciclopédica requeridas por cambios culturales Algunos datos contenidos en las definiciones fueron modificados porque habían quedado obsoletos a consecuencia de cambios culturales o sociales producidos en el intervalo entre dos ediciones: - En el DA encontramos una referencia al aprovechamiento gastronómico del grajo , cuya carne, se afirma, «es de buen gusto; pero se ha de desollar como conejo o liebre». En 1803 la información se reduce a «su carne suele comerse», para desaparecer por completo en 1817. Sin duda, el ave había dejado de ser considerada una exquisitez culinaria. - El DA alude a los presuntos beneficios que, según la medicina tradicional, aporta la carne de rana : la de sus ancas, leemos, «(especialmente de las que se crían en los rios) es blanca, limpia y hermosa, y de substancia fría y húmeda, por lo qual es alimento acomodado para los héticos, y para todos los que padecen calentúras». En 1817 la información se reduce a una alusión vaga - «su carne se reputa un manjar sano y delicado» -, y en 1956, finalmente, se suprime toda referencia a una relación entre el hombre y el animal. - Otro cambio en la relación entre el ser humano y los animales se aprecia en la evolución de la descripción del gato . Si desde el DA se da como razón de su convivencia con el hombre su utilidad para mantener las casas libres de ratones, en 128 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 2014 se señala este hecho como cosa del pasado: «se empleaba en algunos lugares para cazar ratones». Es cierto que en la actualidad la relación entre humanos y gatos por lo general ha cambiado; en todo caso podría completarse la información añadiendo una referencia acerca de la función de animal de compañía, mucho más habitual en la sociedad actual. - En el artículo dedicado a ballena se afirma en las ediciones de 1914 a 1992 que «su pesca es una industria importantísima»; este dato fue suprimido por obsoleto en la ed. de 2001 debido a la moratoria internacional para la caza y la comercialización de ballenas aprobada algunos años antes. 3.3 Cambios en la técnica lexicográfica 3.3.1 Reducción de la carga enciclopédica Las definiciones zoonímicas contenidas en el DA generalmente llaman la atención por su gran extensión. La correspondiente a alacrán , por ejemplo, contiene 159 palabras, frente a una media de 29,3 palabras en las cien definiciones siguientes 11 . A los académicos encargados de revisar los materiales de cara a la 2ª ed. del DA debió resultarles chocante esta desproporción, y excesiva la cantidad de datos de carácter enciclopédico expuestos. De ahí que en la totalidad de las definiciones presentes en nuestro corpus que fueron revisadas en esta ocasión se llevara a cabo una reducción, a veces drástica, de la extensión, como refleja la siguiente tabla: número de palabras en 1726 número de palabras en 1770 abeja 55 15 abubilla 71 44 alacrán 160 118 armiño 81 20 asno 50 9 avestruz 105 27 ballena 110 62 11 Excluyo de este recuento las demás definiciones de animales y las basadas en sinónimos o en simples remisiones (como aladro ‘lo mismo que Arádo’). 129 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 Como ejemplo representativo de cómo se sacrificaron datos por el mencionado motivo pueden servirnos las definiciones dedicadas en las dos eds. del DA a la voz avestruz 12 : 1726 1770 Ave mui grande, y tan pesáda, que apénas tiene vuelo. En el cuerpo, cabeza, y pico es mui parecída al Pato, y el cuello es en su proporción mucho mas largo: las piernas son largas, y los piés hendidos como los del ciervo: el colór de la pluma es blanco y mezclado de ceniciento. Las de las alas curadas y teñidas de vários colóres sirven para diferentes plumáges y adornos, por lo que son mui estimadas. Come de todo quanto le dán, ò encuentra, sin tener diferéncia ni gusto en uno mas que en otro, y lo digiere con facilidád. Es sumamente bobo y estólido. Ave muy grande que no vuela, es larga de piernas y cuello, algo parecida al camello. Tiene los pies hendidos y las plumas blancas, negras y cenicientas. Un similar esfuerzo por reducir la información enciclopédica - sentida sin duda como lastre en un diccionario monolingüe de la lengua general - se comprueba también en parte de las ediciones posteriores. Como se desprende de los datos expuestos en 3.1, destacan, además de la 2ª ed. del DA que acabamos de comentar, especialmente las de 1832, 1956, 2001, así como la de 2014. Como ilustración de la actividad reductora llevada a cabo de cara a la ed. actualmente vigente, reproduzco las definiciones correspondientes al lema piojo : 2001: 67 palabras 2014: 23 palabras Insecto hemíptero, anopluro, de dos a tres milímetros de largo, con piel flexible, resistente y de color pardo amarillento; cuerpo ovalado y chato, sin alas, con las patas terminadas en uñas y antenas muy cortas, filiformes y con cinco articulaciones, y boca con tubo a manera de trompa que le sirve para chupar. Vive parásito sobre los mamíferos, de cuya sangre se alimenta; su fecundidad es extraordinaria. Insecto anopluro, de dos a tres milímetros de largo, que vive parásito en el hombre y en otros animales alimentándose de su sangre. 12 Freixas (2018) expone el debate académico que originó estos cambios y analiza casos similares (véanse especialmente las p. 144-46). 130 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 3.3.2 Reducción de la dependencia entre las definiciones Un recurso para limitar la extensión de las definiciones zoonímicas empleado con frecuencia ya en el DA consiste en establecer una semejanza entre el referente del término que se trata de definir y otro señalado explícitamente; se trata de las llamadas por Bosque (1982: 111) «definiciones analógicas». La gineta , por ejemplo, se caracteriza como ‘especie de hurón o fuína, que tiene el color castaño obscuro, y por debaxo del cuello blanco. El pellejo huele como almizcle, y aderezado sirve para aforrar las ropas, como las martas o armiños’. De este modo, la descripción del animal puede limitarse a los rasgos que lo diferencian principalmente de las otras especies invocadas, el hurón y la fuina 13 . El inconveniente de este procedimiento es que la definición termina dependiendo de otras dos del mismo conjunto. Y debido a que estas igualmente están formuladas como definiciones analógicas el asunto se complica aún más: hurón […] Especie de comadreja, algo mayor de cuerpo, de color claro, que tira a bermejo… Fuina […] Especie de marta o raposa del tamaño de un gato, de color rubio que tira algo a negro… Con el fin de facilitar al lector una identificación más ajustada a la realidad del animal se sustituye en posteriores ediciones el término de comparación: en 1817, la gineta pasa a compararse con el gato algalia («bastante parecido al gato algalia»); en 1869, con la comadreja («especie de comadreja»; la cola, no obstante, se compara con la del gato : «cola larga como de gato»); y en 1884, con la civeta («parecido a la civeta»). Las definiciones correspondientes a estos nuevos términos de comparación presentan, al menos en parte, igualmente estructura analógica: la marta se caracteriza en el DA como «animal especie de comadreja, del tamaño de un gato»; la fuina , desde 1791, como idéntica a la garduña ; el gato de algalia , como «del tamaño de un gato grande»; y la civeta , en 1884, como idéntica al gato de algalia 14 . Para acabar con este tipo de interdependencias - que, en teoría, obligan al usuario del diccionario a consultar varios artículos para comprender una concreta definición que busca -, los académicos decidieron - en unos casos antes, en otros después - sustituir las fórmulas analógicas por descripciones independientes de cada animal. 13 Este recurso resultó especialmente útil para presentar animales apenas conocidos y de características difíciles de describir. Para ayudar a los lectores a hacerse una idea del aspecto del avestruz , por ejemplo, se compara esta exótica ave con diversas especies más conocidas: la 1ª ed. del DA , como vimos, la describe en cuanto a su «cuerpo, cabeza, y pico» como «mui parecida al Pato» y con «los pies hendidos como los del ciervo», mientras que los redactores de la 2ª ed. ven semejanzas más bien con el camello : «Ave muy grande que no vuela, es larga de piernas y cuello, algo parecida al camello». Algunas décadas más tarde, el animal debió ser ya ampliamente conocido; de ahí que en la ed. de 1817 pueda ofrecerse una descripción más realista sin necesidad de recurrir a dudosas analogías con otras especies: «Ave de dos varas de altura, que se distingue por tener solo dos dedos en los pies, las piernas muy largas, el cuello, la cabeza, el pecho y vientre desnudos enteramente de plumas, y las alas muy cortas e inútiles para volar». 14 Gato de algalia es explicado en el artículo algalia (sustancia que produce el animal) desde 1726 hasta 1783. 131 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 La correspondiente al hurón llegó en 1817; y las correspondientes a gineta , a marta y a gato de algalia , en 1899. Algunas definiciones analógicas no solo daban lugar a consultas en cadena, sino incluso a círculos viciosos. Por ejemplo, para explicar la voz castor se hace referencia a la nutria , y para explicar esta, se remite nuevamente a castor : castor […] animal amphíbio, cuyo cuerpo semeja al de la Nútria. La piel es blanca, y tan suave, que parece de pluma. nutria […] animal amphibio, que se sustenta de los peces. Es del tamaño de un gato grande, y parecido al Castor, menos en la cola, que es larga y gruessa. El pelo es más corto, y por esso menos estimado. Más tarde, con motivo de la revisión de los materiales heredados de ediciones anteriores, esta circularidad sin duda fue percibida como insuficiencia de la técnica lexicográfica. Aun así, la sustitución de las dos definiciones analógicas por descripciones independientes se llevaría a cabo en momentos distintos: en la definición de castor desaparece la referencia a nutria en 1780, y en la de nutria se suprime la alusión a castor en 1817. La analogía no siempre se establece en relación con el aspecto general del animal, sino a veces solo respecto de una característica concreta. El movimiento del camaleón , por ejemplo, se describe en el DA como «tardo como el de la tortúga» (fórmula que se sustituye en 1817 por otra no analógica: «es […] pesado para andar»). O para expresar en el DA el tamaño de la abubilla se afirma que el ave es «poco mayor que un tordo»; en 1817, en cambio, se prefiere una unidad de medida estandarizada 15 - «ave de medio pie de larga» -, con lo que, una vez más, se logra aumentar el grado de independencia de la definición 16 . Cabe señalar, finalmente, que no solo las referencias analógicas dan lugar a definiciones circulares. La relativa a perro reproducida desde el DA hasta 1803 - ‘animál doméstico y familiár, de que hai muchas especies y todos ellos ladran. Unos sirven para la guarda de las casas y ganádos, y otros para la caza: y segun sus calidades, tamaños y propriedades, tienen diversos nombres, que se explican en sus lugares’ - no debió satisfacer a los académicos encargados de preparar la ed. de 1817, pues la sustituyeron por una extensa descripción de las características del animal (173 palabras). El motivo que impulsó este cambio es, sin duda, el carácter circular de la definición inicial: para comprenderla cabalmente es preciso consultar, por una parte, las correspondientes a las diferentes razas caninas (cuyo núcleo, a su vez, es la voz perro ), y, por otra, la relativa al verbo ladrar , inteligible únicamente si conocemos el 15 No todas las unidades de medida empleadas en el diccionario constituyen referencias independientes. Para expresar el tamaño de la abeja , por ejemplo, se crea ad hoc una unidad «línea» en 1817: «de tres a cuatro líneas de largo». Al cambiar la tipografía en 1884, la unidad ha de adaptarse, por lo que ahora la longitud del insecto pasa a ser «de seis a ocho líneas». 16 No obstante, en 1899 se vuelve a la comparación con otra especie - «del tamaño de la tórtola» -, que se mantiene hasta la ed. actual. 132 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 significado de perro : ‘formar y despedir el perro una voz fuerte, con la qual regularmente se irrita, y amenaza à alguno’. 3.4 Revisión del lenguaje empleado en las definiciones La comparación de las definiciones que figuran en las sucesivas ediciones revela también la existencia de una constante labor de revisión de carácter lingüístico 17 . Un ejemplo representativo nos lo ofrece la descripción de la trompa del elefante : DA tiene por naríz una trompa mui larga, que la tuerce y mueve, y en el remate de ella, dos agujeros por donde respíra, y en su movimiento tiene grande fuerza y virtúd 1791 tiene por nariz una trompa muy larga y sumamente flexible, y en el remate de ella dos agujeros por donde respira 1817 el labio de arriba prolongado en forma de trompa, que extiende y recoge a su arbitrio y le sirve como de mano 1899 la nariz muy prolongada en forma de trompa, que extiende y recoge á su arbitrio y le sirve como de mano 1992 la nariz y el labio superior unidos y muy prolongados en forma de trompa, que extiende y recoge a su arbitrio y le sirve de mano 2014 nariz y labio superior unidos y muy prolongados en forma de trompa prensil Observamos cómo el órgano se explica anatómicamente de forma sucesiva como «nariz», como «labio de arriba» y como «nariz y labio superior unidos»; cómo su extremo se denomina inicialmente «remate», término que desaparece en 1817; cómo su tamaño se describe al principio como «largo», y luego como «prolongado»; y cómo su flexibilidad y funcionalidad se caracterizan con las fórmulas «la tuerce y mueve» con «grande fuerza y virtud»; «sumamente flexible» y «le sirve como de mano»; la «extiende y recoge a su arbitrio»; y, finalmente, con el tecnicismo «prensil». El análisis de ejemplos como este revela la existencia de diversos tipos de modificaciones claramente distinguibles en el proceso de reelaboración lingüística de las definiciones, tipos que vamos a estudiar a continuación de forma individualizada. 3.4.1 Modernización del lenguaje En una obra lexicográfica con una tradición de tres siglos, la necesidad de mantener actualizado el lenguaje ha sido y es constante. De hecho, en el trabajo de revisión de las definiciones transmitidas desde ediciones anteriores, los académicos detectaban 17 En diversos prólogos al diccionario académico encontramos reflexiones explícitas acerca de los requisitos lingüísticos que debían cumplir las definiciones, según ha señalado Alvar López (1992: 20-21). 133 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 una y otra vez elementos que habían quedado anticuados. Los siguientes ejemplos muestran cómo sustituían estos elementos por fórmulas más modernas: - La característica melena del macho del león se denomina en el DA «greñas o melenas ensortijadas»; en 1803, simplemente «melena»; en 1817, «larga guedeja». En 1956 se retoma «melena», la forma que definitivamente se había impuesto en el uso. - Los ojos de la rana se describen como «saltados» en el DA ; en 1817, en cambio, se prefiere «saltones», más habitual en la lengua moderna. - La cola del perro se caracteriza en 1817 como «más o menos rollada hacia el lomo»; en 1832 se opta por «encorvada», y en 1899 por «más o menos enroscada a la izquierda». - El rasgo anatómico más llamativo del camello se describe en el DA como «corcova circular» que el animal «tiene sobre el espinazo». En 1869, en cambio, se opta por la fórmula más moderna «dos gibas en el dorso». - El adj. grasiento empleado en el sentido de ‘graso’ en la ed. de 1869 para calificar, por una parte, la carne del puerco , y, por otra, las gibas del camello , se considera inapropiado en revisiones posteriores: en el primer caso se sustituye por graso en 1899 18 , y, en el segundo, por el tecnicismo adiposo en 1956. - Para hacer referencia a la toxicidad del alacrán se califica este arácnido en el DA de «insecto, ò animalejo ponzoñoso» que «pica è introduce el venéno en un humorcillo»; en 1803 se prefiere hablar de «humor venenoso». Según la ed. de 1899, el animal «introduce en la herida una ponzoña irritante». La adaptación al uso moderno se produce en la ed. de 1956, que habla de un «aguijón curvo y venenoso que el animal clava en el cuerpo de sus presas». 3.4.2 Esfuerzos por aumentar la precisión de las descripciones Como ya señalamos, los autores del DA habían optado - desmarcándose así tanto de los tratados naturalistas como de otros diccionarios monolingües anteriores - por centrar sus definiciones zoonímicas en la descripción de los rasgos objetivamente observables en los referentes. Dado que muchos animales - por la dificultad de su observación directa - aún no habían sido estudiados a fondo desde una perspectiva empírica, los académicos dependían de su propia pericia en la materia, así como de los escasos recursos lingüísticos disponibles en la lengua del momento; de ahí que muchas definiciones contengan expresiones y términos que al lector de épocas más modernas le resultan poco objetivos o inexactos. Para mejorar la obra a este respecto, los responsables de las ediciones posteriores han introducido una y otra vez 18 Los dos adjetivos se habían diferenciado semánticamente ya en los correspondientes artículos de la ed. de 1780, donde graso se define como ‘pingüe, mantecoso y que tiene gordura’, y grasiento como ‘lo que está untado y lleno de grasa’. 134 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 descripciones más precisas y ajustadas a la realidad. Veamos algunos ejemplos representativos. - La descripción de los ojos del topo - «animalejo semejante al raton, el qual tiene sobre los ojos continuada la piel, de modo, que no puede vér» - en el DA , adoptada casi literalmente de Covarrubias, fue reemplazada por «ojos pequeños y casi ocultos por el pelo» en 1899. - La materia que la abeja extrae de las flores es denominada - por falta de un término preciso - rocío («cogiendo el rocío de las flores») en el DA ; en la ed. de 1817, en cambio, se prefiere hablar de «una sustancia que saca de las flores de las plantas». - El hocico del camaleón se describe en el DA como «sacado algo afuera»; en 1780 se prefiere la fórmula «tiene el hocico puntiagudo». - Los sonidos emitidos por el grajo se describen en las eds. más tempranas con términos aplicados normalmente al ser humano: «es ave mui vocinglera» ( DA ), que «grita mucho» (1803). En 1817 en cambio se prefiere el verbo graznar , sin duda más apropiado en referencia a un ave («grazna mucho»). Como herramienta al servicio de la precisión descriptiva, se ofrecían sobre todo los términos del lenguaje especializado de la Biología, tecnolecto que, como es evidente, ha experimentado un notable desarrollo desde la época en que se inició el diccionario académico. - En el DA se indica como rasgo descriptivo de la araña el tener «junto à la boca dos como cuernecillos, ò garfios con que agarra las moscas»; en 1780 se prefiere hablar de «dos brazuelos, ó tenacillas, que les sirven para asir la presa». En 1914, finalmente, se introduce el término técnico palpo : «boca con dos palpos ganchudos». - El DA se refiere a las extremidades del pulpo como «ocho brazos o piernas gruessas, que acaban en punta, con una especie de bocas repartidas por ellas, con que se agarra a las peñas, y con ellas anda y nada, y llega a la boca lo que quiere comer». En 1899 se recurre a los términos específicos tentáculo y ventosa («ocho tentáculos provistos de dos filas de ventosas para adherirse á los objetos»), y en 1956, además, al tecnicismo octópodo . - Para caracterizar con mayor precisión el penacho de la abubilla , se añade en 1899 el tecnicismo eréctil («un penacho de plumas eréctiles»). - La conducta social de la abeja es descrita sucesivamente con las fórmulas «vive en sociedad» (1817), «vive en unión con otros individuos de su misma especie» (1822), «vive siempre en laboriosa sociedad» (1843), «vive en enjambres» (1899) y «vive en colonias» (1956). 135 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 3.4.3 Esfuerzos por mejorar la claridad e inteligibilidad de las definiciones El deseo de ofrecer al usuario descripciones lo más precisas posible de los referentes a menudo dio lugar a una redacción de notable complejidad y no siempre fácil de entender por parte de un público lector de cultura media. De este modo, la comprensión de buena parte de las definiciones resultaba más difícil que la del propio lema, cuya explicación semántica buscaba el usuario. Para resolver esta paradoja, al reexaminar las definiciones heredadas, los académicos se han esforzado en numerosas ocasiones por hacer más inteligibles los enunciados definicionales. En algunos casos, se lograba un lenguaje más fácil de entender simplificando la sintaxis. La descripción del color de las alas de la gaviota - imprecisa en el DA («de color blanco, con extremos negros en las alas»; realmente, es al revés: las alas son negras, y únicamente los extremos son blancos) -, por ejemplo, se sustituye en 1817 por la fórmula sintácticamente compleja «los extremos de las plumas grandes de las alas negros»; en 1899 se rectifica el dato enciclopédico y se simplifica la construcción («negras pero de extremo blanco las tres penas mayores de las alas»), y en 1914 se mejora la inteligibilidad delimitando el sintagma incrustado mediante comas: «negras, pero de extremo blanco, las tres penas mayores de las alas». También el léxico empleado resulta a menudo problemático. Un factor que dificulta especialmente la comprensión de muchas definiciones zoonímicas son los tecnicismos, introducidos - como vimos en el apartado anterior - con la intención de lograr descripciones científicamente más convincentes 19 . Por ejemplo, en la definición de la sanguijuela que ofrece la última ed. del siglo XIX se recurre a los términos mandíbulas córneas , disco membranoso , piel coriácea y viscosa ; en 1956 se añade cuerpo muy contráctil . En la reelaboración del enunciado definicional de cara a la ed. de 1992, se decide renunciar a esta terminología, sin duda por considerarse innecesaria en un diccionario de la lengua general (o incluso un obstáculo para su comprensión por parte de la mayoría de los lectores). En el caso de la definición de gallo , el término carúnculas introducido en 1899 se elimina en la ed. de 2014, si bien se mantienen otros como visos irisados , cobijas o tarsos . Observamos, pues, no una eliminación sistemática de la jerga técnica, sino una tendencia a su evitación (que, desde luego, en ningún caso afecta a los taxones científicos que, como vimos en el cap. 2, constituyen desde la ed. de 1899 el elemento nuclear de las definiciones zoonímicas). 3.4.4 Cambios estilísticos: la búsqueda del registro más adecuado Las definiciones del DA a veces llaman la atención por su lenguaje cercano a la expresión cotidiana espontánea, al estilo familiar. Este hecho se manifiesta tanto en la elección del léxico como en el uso de elementos ponderativos y apreciativos, como 19 Para la actitud de la RAE en diferentes épocas ante la inclusión de tecnicismos véase Alvar López (1992: 10-12). Garriga Escribano (2019) describe la paulatina apertura de la Academia hacia el léxico técnico a lo largo del s. XIX. 136 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 diminutivos o superlativos. A juzgar por ciertos cambios introducidos, parece que a los lexicógrafos encargados de revisar el material de cara a nuevas ediciones del diccionario estos rasgos estilísticos les parecían poco apropiados al marco discursivo de un diccionario académico - obra, al fin y al cabo, a la que se atribuye una función modélica -, de manera que los sustituían por otros pertenecientes a un registro más formal. - El alimento de la rana se describe en el DA como «gusanillos, gusarapas, sanguijuelas y otros insectos que halla en las aguas». En 1817 se opta por un lenguaje mucho más formal, pues se habla de «insectos acuátiles o terrestres». - El mono , según el DA , «remeda o imita mucho» las acciones del hombre; en 1869 se prefiere hablar de su «notable […] instinto de imitación». - Las alas de la abeja son en el DA unas «alillas delicadas», y el extremo posterior del insecto, un «piquillo»; en 1770, el primero de estos diminutivos se sustituye por «alas», y el segundo desaparece del todo. - La zorra es calificada de «animal astutissimo» en el DA , mientras que en 1817 se le atribuye una «extremada astucia», y en 1899, simplemente «astucia». - La sencilla caracterización de la abubilla como ave «sucia y de mal olor» en el DA se reemplaza por un mucho más formal «de olor fétido» en 1899. - La utilidad médica de la sanguijuela se expresa en 1817 con la indicación de que sirve «para disminuir la sangre»; en 1899, en cambio, se prefiere la fórmula más culta «para conseguir evacuaciones sanguíneas». Si consultamos esta última voz, sanguijuela , en la ed. de 1992, no obstante, observamos que la tendencia a imprimir al lenguaje definicional un carácter más formal a veces fue revertida, pues en ella se opta por una fórmula mucho menos marcada, que refleja un estilo más sencillo 20 : «para sangrar a los enfermos». Esta misma preferencia por un registro más sobrio, menos formal, puede ilustrarse igualmente con otros numerosos ejemplos: - El pelaje de la chinchilla es descrito a partir de 1899 como «de una finura y suavidad extraordinarias»; en 2014, en cambio, se prefiere un sencillo «muy suave». Con ello, el estilo se acerca nuevamente al que había caracterizado la misma definición en las eds. más tempranas, pues en el DA leemos que el animal «tiene el pelo muy blando», y en 1817, que lo tiene «muy espeso y suave». - El camello se caracteriza anatómicamente como «de grande corpulencia» y con el «cuello largo, la pierna dilatada» en el DA . En 1780 se reformula el pasaje: «de gran corpulencia» y con «las piernas y el cuello muy largo[s]». - Mientras en 1817 se dice del rinoceronte que «gusta de revolcarse en el cieno», en 1899 se opta por «prefiere los lugares cenagosos». 20 Alvar López (1992: 20) señala cómo en el prólogo a la ed. de 1925 se plantea la necesidad de adaptar las definiciones «al lenguaje moderno, hacerlas claras, concisas y llanas». 137 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 Una tendencia similar hacia un estilo más sencillo y, en cuanto al contenido, más objetivo, se observa también en lo referente a ciertas secuencias en tono literario (o incluso poético) que encontramos en las ediciones más tempranas. La descripción que nos ofrece el DA del jilguero , por señalar un ejemplo representativo, se sustituye por otra mucho más fría y distante en 1817: DA Paxarito pequeño, y hermoso de plumas de varios colores bien conocido, y aunque encerrado en breve prission de una jáula, canta dulce, y alegremente. 1817 Pájaro indígeno de España, de unas tres pulgadas de largo, de color pardo por el lomo y blanco por el vientre: tiene el encuentro de las alas amarillo, las plumas de estas manchadas de blanco y la cabeza de encarnado. Se amansa con facilidad, se cruza con el canario, y es apreciable por su canto. 4. Conclusiones A lo largo de sus tres siglos de existencia y sus veinticinco ediciones 21 el diccionario académico ha estado inmerso en un constante proceso de reelaboración. En nuestro estudio de la evolución de las definiciones zoonímicas hemos puesto de relieve cómo numerosas generaciones de académicos han hecho un interminable esfuerzo por actualizar la obra y mejorarla desde el punto de vista de su contenido y desde el de la técnica lexicográfica. Ciertamente, el trabajo no ha avanzado a un ritmo uniforme. Mientras que en algunas ediciones los lexicógrafos prácticamente se limitaron a reproducir la información contenida en la edición anterior (así ocurre en las eds. de 1783, 1914, 1947, 1970 y 1984), en otras la reforma llegó a ser profunda: destaca especialmente la de 1899, momento en que se decidió incorporar sistemáticamente la taxonomía científica en sustitución de los archilexemas en uso en la lengua común y de los términos clasificadores que remontaban generalmente a los tratados antiguos (términos que en ese momento ya debían sonar anticuados y aun diletantes). Con ello se logró una descripción objetiva, y, desde el punto de vista científico, impecable; no obstante, las definiciones ahora reflejaban el saber enciclopédico existente en la época acerca de los referentes, en lugar de dar cuenta de las asociaciones que evoca el significante en la mente del hablante general, carente de conocimientos especializados en la materia: es decir, del contenido semántico propiamente dicho. De este modo, la obra se acercaba - al menos en lo que concierne al aspecto que aquí nos interesa - más a una enciclopedia o un repertorio terminológico que a un dic- 21 Al cifrar el número de ediciones en veinticinco evidentemente estoy incluyendo también las dos correspondientes al DA . De hecho, los cambios introducidos para transformar este en el diccionario llamado «usual» en 1780 no afectaron apenas a las definiciones, sino que se centraron en la eliminación de las autoridades y en la sistematización de las marcas (pues el objetivo que se perseguía era una rápida reducción del volumen de la obra; Ruhstaller 2003: 250-52). 138 Stefan Ruhstaller DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 cionario monolingüe de la lengua general, y muchas definiciones resultaban bastante más difíciles de entender para el usuario mayoritario que el propio lema definido 22 . Esta decisión - discutible desde el punto de vista lexicográfico 23 - ha marcado el diccionario académico hasta hoy. La evolución de los demás elementos integrados en las definiciones igualmente ha sido constante, si bien en este caso la dirección de los cambios no siempre ha sido la misma. Así, el contenido enciclopédico adicional al término clasificador en muchas ediciones ha ido aumentando en detalle, en cantidad y en calidad y actualidad científicas, y ello debido a la necesidad de corregir datos erróneos o imprecisos, así como al deseo de integrar en la obra conocimientos nuevos; en otras, en cambio, dicho contenido ha sido reducido, a veces drásticamente - destacan las ediciones de 1770, 2001 y 2014 -, sin duda por considerarse un lastre innecesario en un diccionario monolingüe de la lengua general. En lo concerniente a la técnica lexicográfica, se percibe un esfuerzo por aumentar la coherencia de las definiciones en su conjunto, por equilibrarlas en cuanto a su extensión, así como por dotarlas de una mayor independencia respecto de otras de contenido afín y respecto de referentes externos, y así eximir al usuario de consultas ulteriores (y, en muchos casos, circulares). Muy intensa ha sido, finalmente, también la actividad reformadora en lo que atañe al lenguaje empleado en las definiciones. Muchas han sido reformuladas en reiteradas ocasiones. La razón más evidente de ello es la necesidad de actualizar elementos que han quedado anticuados. Otro motivo es el deseo de aumentar la precisión de las descripciones con el fin de que reflejen mejor la realidad biológica de los referentes; para ello no se dudó en introducir numerosos tecnicismos. Estos, al igual que un léxico marcadamente culto y construcciones sintácticas complejas, no obstante, a menudo han sido considerados un obstáculo para la fácil comprensión, por parte del usuario, de los enunciados definicionales, por lo que han sido reemplazados por formulaciones más sencillas y de uso más general. Finalmente, la comparación de las definiciones en su diacronía ha revelado una constante búsqueda del estilo más adecuado al marco discursivo, la búsqueda de un lenguaje lo más apropiado posible al género de texto que constituye el diccionario monolingüe de la lengua general, obra de consulta que debe, al mismo tiempo, resultar práctica en su manejo y cumplir - en su calidad de diccionario académico - la función de modelo del buen uso. 22 Otra consecuencia de esta decisión fue la necesidad de lematizar los numerosos taxones empleados en las definiciones, términos altamente especializados cuya presencia en la macroestructura de una obra de estas características resulta igualmente cuestionable. 23 De hecho, como vimos en la introducción, hay diccionarios prestigiosos que optan por una categorización basada exclusivamente en términos pertenecientes a la lengua común. Para un análisis del problema puede verse Petrecca (1992). 139 Tres siglos de reflexión sobre el significado léxico DOI 10.2357/ VOX-2022-005 Vox Romanica 81 (2022): 111-140 Bibliografía a cadéMie F rançaise 1694: Le Dictionnaire de l’Académie Françoise dédié au Roy , París, J.-B. Coignard. a cadéMie F rançaise 9 2022: Dictionnaire de l’Académie française . URL: https: / / www. dictionnaire-academie.fr [20.4.2022] a ccadeMia della c rusca 1612: Vocabolario degli accademici della Crusca, con tre indici, locuzioni e proverbi latini e greci posti per entre l’opera , Venecia, Giovanni Alberti. a huMada l ara , i. 1989: Aspectos de lexicografía teórica , Granada, Universidad de Granada. a lvar l óPez , M. 1991: «El caminar del diccionario académico», in: Actas del IV Congreso Internacional de EURALEX , Barcelona, Biblograf: 3-27. B lecua P erdices , J. M. 1990: «Diccionario y enunciación», in: Homenaje a Francisco Marsà , Barcelona, Universidad de Barcelona: 61-74. 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The evolution of the definitions of zoonyms in the dictionary of the Royal Spanish Academy Abstract: The comparative analysis of the twenty-five editions of the dictionary of the Real Academia Española allows us to reconstruct the evolution of three centuries of continuous and intense lexicographical activity. One aspect of particular relevance is the definitions, which constitute an enormous diachronic corpus that is still insufficiently researched. The present study focuses on the definitions dedicated to zoonyms, which, starting from those initially formulated in the Diccionario de autoridades (published between 1726 and 1739), have been repeatedly revised. The reforms have affected, on the one hand, the classificatory elements of the species, constituted in the earliest editions by an archilexeme available in the common language or a term of Greco-Roman origin in use in naturalist doctrine, which were replaced in the last edition of the 19th century by the taxa coined shortly before in the scientific technolect. On the other hand, the differentiating features that delimit each representative from others within the same category have been extended, reduced, clarified, corrected and perfected according to the predominant criteria of each period in terms of encyclopaedic content and lexicographical technique. Finally, the study of the evolution of the language used in the writing of the definitions reveals an indefatigable desire for linguistic updating and improvement in the search for stylistic adaptation to the specific discursive framework that constitutes a monolingual dictionary of the general language published by an institution with a normative vocation. Keywords: Spanish lexicography, Monolingual dictionary, Royal Spanish Academy, Definition, Animal designations, Taxon, Speech register