Vox Romanica
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0042-899X
2941-0916
Francke Verlag Tübingen
10.2357/VOX-2022-009
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Kristol De StefaniEugenio Coseriu/Wolf Dietrich (ed.), Geschichte der romanischen Sprachwissenschaft. Band 2. Von Nebrija (1492) bis Celso Cittadini (1601). Die Epoche des Humanismus, Tübingen (Narr/Francke/Attempto) 2020, 293 p
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Araceli López Serena
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209 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus Besprechungen - Comptes rendus Philologie et linguistique romane générales - Allgemeine Philologie und Romanische Sprachwissenschaft E ugEnio C osEriu / W olf D iEtriCh (ed.), Geschichte der romanischen Sprachwissenschaft. Band 2. Von Nebrija (1492) bis Celso Cittadini (1601) . Die Epoche des Humanismus , Tübingen (Narr/ Francke/ Attempto) 2020, 293 p. El segundo volumen de la Historia de la lingüística románica - Geschichte der romanischen Sprachwissenschaft - de Eugenio Coseriu, editado por Wolf Dietrich, está dedicado a la época del humanismo, acotada, tal y como reza el subtítulo de la obra, por las figuras de Antonio Nebrija, autor, como es bien sabido, en 1492, de la primera gramática de una lengua romance, la castellana, y Celso Cittadini, responsable de la acuñación en 1601 del concepto, clave para la lingüística histórica románica, de latín vulgar. Este segundo tomo sucede al primero de esta serie, editado por Reinhard Meisterfeld, con la supervisión, en aquella ocasión, del propio Coseriu, y publicado en 2003, también por la editorial Narr, que una vez más abandera el proyecto de dar a la luz, en forma de libros, los contenidos de las lecciones magistrales impartidas por Coseriu durante los años en que fue profesor de la Universidad de Tubinga. El proyecto comprende dos volúmenes adicionales, que deberán seguir a este, centrados, el tercero de ellos, en la fonética, gramática e historia de la lengua de los siglos XVII y XVIII ( Das 17. und 18. Jahrhundert. Teil 1: Sprachgeschichte - Phonetik - Grammatik ), y el cuarto y último, en la lexicología, la dialectología, el cambio lingüístico y la atención a nuevas lenguas en esas mismas dos centurias ( Das 17. und 18. Jahrhundert. Teil 2: Lexikologie - neue Sprachen im Blickfeld - Dialektologie - historischer Sprachwandel ). Tal y como expone Dietrich en el prólogo de la obra que se reseña aquí, el arco temporal comprendido por la Historia de la lingüística románica coseriana, iniciada con el volumen aparecido en 2003 y subtitulado Von den Anfängen bis 1492 , podría parecer excesivamente amplio para el lector acostumbrado a considerar que la lingüística propiamente dicha arranca su andadura científica con el desarrollo del método histórico-comparativo. Sin embargo, para el maestro rumano lo decisivo a la hora de tener en cuenta, en las clases que se encuentran en el origen de estas páginas, a unos u otros autores era el hecho de que estos se hubieran formulado las preguntas correctas. Para Coseriu, que, como he expuesto en otras ocasiones 1 , entiende que la teorización lingüística es indisoluble de la reflexión filosófica, lo 1 Cf. l ópEz s ErEna , A. 2019a: La lingüística como ciencia humana. Una incursión desde la filosofía de la ciencia , Madrid, Arco/ Libros; l ópEz s ErEna , A. 2019b: «La interrelación entre Lingüística y Fi- 210 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus determinante para considerar lingüística o no la contribución de un determinado autor a la descripción del lenguaje y las lenguas no deriva de la noción de ciencia con que se ha establecido comúnmente la frontera entre el interés precientífico por el lenguaje y el acometimiento científico del estudio lingüístico, una noción de ciencia subsidiaria de la perspectiva metodológica propia del campo de las ciencias naturales, sino de su propia consideración de la existencia de tres posibles vías legítimas de aproximación a cualquier materia de estudio, incluido el lenguaje: la de las preguntas históricas, la de las preguntas científicas generales y la de las preguntas filosóficas 2 . En los fonetistas, gramáticos y lexicólogos de los que se ocupa en este libro, predominan fundamentalmente las preguntas históricas relativas a las diferentes lenguas que se proponen describir y sus acercamientos se consideran, por tanto, como resultado del mismo interés que guía nuestras actuales incursiones científicas en estos mismos dominios. Geschichte der romanischen Sprachwissenschaft. Von Nebrija (1492) bis Celso Cittadini (1601) se divide en seis grandes capítulos, dedicados, respectivamente, a «Las primeras gramáticas de las lenguas romances» (§ 1), «La continuación de la descripción de las lenguas romances en el siglo XVI» (§ 2), «Las obras didácticas y de lingüística comparativa» (§ 3), «El desarrollo de las perspectivas históricas» (§ 4), «La etimología» (§ 5) y «La gramática histórica» (§ 6), a los que sigue una síntesis final (§ 7), previa a la bibliografía y los índices temático, terminológico y onomástico de gran utilidad para la consulta puntual de la obra. En el breve espacio al que necesariamente habrá de ceñirse esta recensión, trataré de poner de relieve los aspectos más sustanciales de cada uno de estos seis capítulos principales. Sin lugar a dudas, de mi recorrido a vuela pluma por ellos se inferirá que el impulso que mueva al lector a acudir a sus páginas difícilmente podrá ser el del interés por obtener información pormenorizada y actualizada sobre la ingente nómina de autores en los que Coseriu va posando - a veces solo un instante, durante unas pocas líneas - su atención. Más bien al contrario, entiendo que es importante advertir, de forma general, que, en su abordaje, Coseriu no se caracteriza, en absoluto, por llevar a cabo una descripción exhaustiva de las contribuciones a la historia de las ideas lingüísticas realizadas por los gramáticos o eruditos de la época renacentista cuyas obras comenta, o por efectuar grandes esfuerzos que sirvan para contextualizar histórica e historiográficamente a los diferentes pensadores humanistas que le interesan. Lo que sí hace Coseriu constantemente - y esto convierte su Historia de la lingüística románica en el siglo XVI en una historia singular - es entablar un diálogo de tú a tú con esos autores, a resultas del cual no duda en señalar tanto sus aciertos como sus errores desde el punto de vista de la lingüística contemporánea , es decir, considerando en qué medida sus aportaciones continúan siendo válidas o no en la actualidad. En este sentido - recuérdese también lo que ya se dijo al final del segundo párrafo de este artículo -, vale la pena tomar conciencia de que el título que escoge para la publicación de este recorrido histórico no es losofía en Sincronía, diacronía e historia de Eugenio Coseriu», Onomázein 45: 1-30; l ópEz s ErEna , A. 2021: «En torno al edificio filosófico-científico de la teoría lingüística coseriana. Reflexiones sobre ‹Logicismo y antilogicismo en la gramática›», Rilce 37/ 2: 709-27. 2 Cf. l ópEz s ErEna , A. 2019b: «La interrelación entre Lingüística y Filosofía en Sincronía, diacronía e historia de Eugenio Coseriu», Onomázein 45: 8. 211 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus Historia de la rEflExión lingüístiCa románica , Historia de la DEsCripCión lingüístiCa románica o Historia de las iDEas lingüístiCas en la Romania , sino Geschichte der s praChWis sEnsChaft , es decir, Historia de la CiEnCia lingüístiCa . De hecho, Coseriu justifica la adopción de Nebrija como punto de partida para el periodo en que se centra el libro que nos concierne en estas páginas porque en su obra se reúnen prácticamente todos los aspectos que han interesado a la lingüística románica tal y como esta se practicaba aún en el mundo universitario alemán en el que, tras su fecunda etapa en Montevideo (1951-1963), recaló el maestro rumano: fonética, ortografía, gramática, lexicología y lexicografía, gramática histórica e historia de la lengua (p. 29). De acuerdo con este planteamiento - y con ello nos sumergimos ya de pleno en el capítulo 1 -, para Coseriu, la gramática de Nebrija reviste un extraordinario interés no solo por tratarse de la primera gramática realmente descriptiva de una lengua romance, sino también por ser el primer libro propiamente científico sobre una lengua romance («ein wirklich wissenschaftliches Werk», nos dice Coseriu; cf. p. 15), cuya calidad no se vería igualada hasta las gramáticas de la RAE (1771), Salvá (1830) y Bello (1847) en época moderna 3 . Específicamente, Coseriu pondera el uso crítico de las fuentes latinas que hace Nebrija en su Gramática castellana , a partir de los avances que había realizado previamente en su gramática del latín, y ensalza las adaptaciones castellanas que acuña para introducir en esta lengua la terminología gramatical de la Antigüedad. Asimismo, pone de relieve cómo, a diferencia, por ejemplo, de L. B. Alberti, de quien Coseriu se había ocupado en el primer volumen de la Geschichte der romanischen Sprachwissenschaft , Nebrija ya no busca demostrar que es posible establecer reglas para una lengua romance. Toda vez que da esto ya por supuesto, el objetivo de Nebrija es, más bien, fijar, mediante su descripción, la lengua castellana en la que él creía la «cumbre» de su desarrollo y facilitar, a través del conocimiento de la gramática de la propia lengua, el acceso al latín por parte de sus estudiantes universitarios. Aunque consciente también de sus debilidades, que identifica con el excesivo apego al modelo latino y la prevalencia del enfoque logicista medieval en su pensamiento - un enfoque que lleva a Nebrija a rechazar la norma del uso cuando no es lógicamente congruente (cf. § 1.1.3) -, así como con sus erróneas consideraciones históricas, por ejemplo acerca del origen árabe o hebreo de algunas formas castellanas (cf. § 1.16), entre los avances principales que Coseriu reconoce al humanista sevillano se encuentran el establecimiento del inventario de fonemas del castellano, las consideraciones sobre la pluralización de nombres propios o incontables, la descripción de las valencias de algunos verbos, o la identificación de la existencia de una correlación entre la primera persona y el deíctico esso y la segunda persona y el deíctico aquesto . 3 r Eal a CaDEmia E spañola 1771: Gramática de la lengua española , Madrid; s alvá , V. 1830: Gramática de la lengua castellana según ahora se habla , París. Véase la edición moderna editada por M. Lliteras, Madrid, Arco/ Libros, 1988. B Ello , A. 1847: Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos , Santiago de Chile. Nueva edición en el volumen IV de Obras completas de Andrés Bello, Gramática , Prólogo de Amado Alonso, Caracas, La Casa de Bello, 1995 (4.ª ed.). 212 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus Aparte de a Nebrija, en este primer capítulo Coseriu atiende también a los primeros gramáticos italianos, franceses y portugueses. En relación con los primeros, se presta atención a autores como Marcantonio Sabellico, Raffaele Maffei, Paolo Cortese, Vicenzo Colli o Giangiorgio Trissino. Frente al reducido espacio que Coseriu les dedica a estos nombres - baste a este respecto indicar que, tal y como había hecho a propósito de Nebrija, Coseriu gusta de evaluar el acierto con que Maffei o Cortese ponen al descubierto la etimología griega o germana de algunos vocablos italianos -, el catedrático de Tubinga manifiesta una absoluta predilección por Maquiavelo, cuya contribución a la questione della lingua estima como la más importante de esta época, y de cuya tardía impresión en 1730, debido a la inclusión de este autor en el Index librorum prohibitorum , se lamenta, puesto que impidió la difusión de la modernidad de sus consideraciones, entre las que Coseriu destaca dos: (i) el tratamiento no normativo, sino descriptivo, de la lengua empleada por Dante, Petrarca y Boccaccio y (ii) la convicción de que lo determinante de una lengua no es su léxico, sino sus rasgos fonéticos y gramaticales (p. 31). Asimismo, pondera esencialmente de este autor su negativa a aceptar la existencia de un italiano literario y la constatación de que la variedad literaria que había emergido en Italia coincidía con el florentino que Bocaccio, Petrarca y Dante habían vertido a la escritura. Con todo, Coseriu tampoco duda en señalar que Maquiavelo interpretó erróneamente el florentino de las tre corone como una lengua «natural», especialmente propicia en sí misma para el verso y la prosa, y no, como diríamos hoy, siguiendo a Heinz Kloss y a Peter Koch y Wulf Oesterreicher 4 , como una variedad lingüística intencionadamente elaborada a fin de cumplir con los requisitos propios de la distancia comunicativa. Sin abandonar aún este primer capítulo, también hay en él espacio para las gramáticas de Fortunio y Bembo, 24 y 33 años posteriores, respectivamente, en su edición, a la de Nebrija, cuya altura considera Coseriu que no alcanzan, en la medida en que no describen un sistema lingüístico, sino el uso de los tres autores literarios más destacados del Trecento. Con todo, merece la pena echar un vistazo a la enumeración, absolutamente sintética, de los aciertos de las consideraciones gramaticales de Bembo (p. 38). Por lo que respecta a Francia, Coseriu atiende al Champfleury (1529) de Geoffroy Tory, que califica de elogio de la lengua francesa acorde - como el diálogo de Bembo - con el Zeitgeist de la época, y que entiende que no cabe considerar como obra gramatical propiamente dicha, como sí son las de Palsgrave (1530), en inglés - cuyos conocimientos sobre francés antiguo ensalza Coseriu -, Dubois (1531), en latín - y muy latinizante -, o Meigret (1550), por fin en 4 K loss , h. 1978 2 : Die Entwicklung neuer germanischer Kultursprachen seit 1800 , Düsseldorf, Schwann; K oCh , p./ o EstErrEiChEr , W. 1985: «Sprache der Nähe - Sprache der Distanz. Mündlichkeit und Schriftlichkeit im Spannungsfeld von Sprachtheorie und Sprachgeschichte», Romanistisches Jahrbuch 36: 15-43; K oCh , p./ o EstErrEiChEr , W. 1990: Gesprochene Sprache in der Romania: Französisch, Italienisch, Spanisch , Tübingen, Niemeyer; K oCh , p./ o EstErrEiChEr , W. 2007: Lengua hablada en la Romania: español, francés, italiano , Madrid, Gredos. Versión Española de A. López Serena; K oCh , p./ o EstErrEiChEr , W. 2011: Gesprochene Sprache in der Romania: Französisch, Italienisch, Spanisch , Berlín, De Grutyer. 213 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus francés (p. 40), cuyos mayores logros tienen que ver, para Coseriu, con las reflexiones histórico-gramaticales que subyacen a sus reconstrucciones etimológicas. El capítulo concluye con las primeras gramáticas del portugués, debidas a la pluma de Fern-o de Oliveira y Jo-o de Barros. Del primero, a quien Coseriu dedicó un artículo en 1975, y que escribió su gramática en España citando profusamente en ella a Nebrija, dice Coseriu que es un mal etimólogo y un mal historiador, que llega a sostener que la relación entre el latín y el portugués en cuanto al préstamo léxico no es unidireccional sino recíproca (p. 52), pero un excelente gramático y buen observador de las variedades internas de su lengua. Destaca, sobre todo, su discernimiento fonético y fonológico, ámbitos en los que supera a Nebrija, dada su perspicacia para identificar la existencia de ocho fonemas vocálicos subyacentes a solo cinco grafías y la precisión de sus descripciones articulatorias de los distintos fonos del portugués, incluido el fenómeno de la nasalización de vocales ante -m o -n. Sin embargo, frente a Oliveira - de quien Coseriu escribe que se trata del gramático más original y con más talento de todo el Renacimiento, solo por detrás de Nebrija, y superior, por tanto, a Palsgrave y Meigret, a quienes concede la tercera y cuarta posición en este «ránking» -, Barros se presenta como un imitador de Nebrija, autor de una gramática que constituye una mera adaptación al portugués de la del sevillano, hasta el punto de que en muchas ocasiones no solo traduce el contenido de las disquisiciones de Nebrija, sino también sus propios ejemplos. El segundo capítulo aborda separadamente la descripción fonética y ortográfica (§ 2.1), gramatical (§ 2.2) y lexicológica y lexicográfica (§ 2.3) que del español, el francés, el italiano y el portugués se sigue llevando a cabo durante el s. XVI. Los autores ya tenidos en cuenta en el primer capítulo comparten ahora protagonismo con figuras como Giorgio Bartoli, Claudio Tolomai, Lodovico Dolce, Leonardo Salviati y Rhoesus (en Italia), Guillaume des Autels, Petrus Ramus y Honorat Rambaud (en Francia), Duarte Nunes de Le-o (en Portugal), y Alexo Vanegas, Bernabé de Busto, Miguel Salinas, Juan de Robles, Pedro de Madariaga, Antonio de Torquemada, Fray Juan de Córdoba y Juan de la Cuesta (en España), en lo concerniente a la fonética y la ortografía; con Nicolò Liburnio, Marco Antonio Ateneo Carlino, Alberto Acarisio, Tizone Gaetano Libero di Pofi, Giacomo Gabriele, Rinaldo Corso, Mario Arezzo - cuya gramática no describe el toscano, sino el siciliano -, Pierfrancesco Giambullari, Matteo Conte di San Martino e di Vische, Franceso Sansovino, Girolamo Ruscelli, Lodovico Castelvetro y Leonardo Salviati (en Italia), así como con Jean Pillot, Robert Estienne, Petrus Ramus, Antoine Cauchie y Henri Estienne (en Francia) por lo que respecta a la gramática, y con Luigi Pulci, Nicolò Luburnio, Lucilio Minerbi, Fabricio Luna, Alberto Acarisio, Francesco Alunno, Giovanni Marinello, Guivanni Stefano da Montemerl y Giacomo Pergamino (en Italia), Alfonso de Palencia, Pedro de Alcalá, Hugo de Celso, Lorenzo Palmireno, Miguel Navarro, Alfonso Sánchez de la Ballesta, Diego García de Palacio y Eugenio de Salazar (en España), y Robert Estienne, Jehan Lefevre, Jean Nicot y Guillaume Morel (en Francia), en lo tocante a la lexicología y la lexicografía, a la que apenas se dedican cuatro páginas, en las que no merece la pena profundizar en este contexto, donde nos limitaremos a mencionar la fundación, en 1583, de la Accademia della Crusca y el impulso que para la lexicografía 214 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus hispánica supuso la redacción de diccionarios de las lenguas amerindias tras la conquista del «Nuevo Mundo». En cuanto al primero de los niveles de análisis lingüístico mencionados, Coseriu observa cómo en esta época el tratamiento de la fonética está más bien centrado en la problemática ortográfica que entraña la necesidad de reflejar gráficamente sonidos palatales y africados romances con que el latín no contaba; de ahí que considere que solo en el caso del italiano Giorgio Bartoli - o cuando se busca, bien ilustrar, en manuales para extranjeros, la pronunciación específica de cada romance, bien examinar cambios lingüísticos en marcha como los que afectan al castellano en el Siglo de Oro - estamos ante una verdadera fonética. Comenzando por Bartoli (§ 2.1.1.4), a quien Coseriu juzga como el único fonólogo propiamente dicho del Humanismo - junto con Rhoesus (§ 2.1.1.5), que, frente al anterior, se decantó por el latín para escribir su fonética toscana, llamada por Coseriu comparativa porque coteja los sonidos del toscano con los de otras variedades intrao interlingüísticas -, en lo referente a Italia cabe destacar su sistema binario de clasificación de las consonantes toscanas, que prefigura intuitivamente las correlaciones fonológicas estructuralistas (p. 63-64). Frente a estos avances, el acercamiento fonético y ortográfico al francés en el Quinientos - centuria en la que, pese a sus limitaciones si se lo compara con Bartoli, Rhoesus u Oliveira, sobresale únicamente el gramático Louis Meigret - decepciona, a todas luces, a Coseriu (§ 2.1.2), quien se duele de que esta lengua no haya llegado a desarrollar nunca un sistema ortográfico coherente y sistemático, realmente basado en el principio de un fonema-una grafía, en el que sí se inspiró el propio Coseriu en un trabajo de 1982 5 que le sirvió para dar a conocer una propuesta - que por cierto nunca se ha llegado a aplicar - de ortografía «racional» para el catalán, a la que Dietrich dedica el breve epígrafe § 2.1.2.3 de este capítulo. En cuanto a España, que Coseriu bautiza como el país de la fonética en el siglo XVI (p. 71) (cf. supra la extensa nómina de autores que se enumeran, al final del párrafo inmediatamente anterior a este, para España a este respecto), el resultado de sus consideraciones se puede sintetizar en la idea de que, pese a no contar con fonetistas tan extraordinarios como Oliveira, Rhoesus o Bartoli, el nivel general de las descripciones fonéticas y fonológicas - que son un excelente punto de partida para la exploración de la revolución fonológica del Siglo de Oro, de la que Coseriu se hace eco (p. 72) y de cuyos efectos dan testimonio las obras de Madariaga, Torquemada o de la Cuesta por ejemplo (p. 74-77) - es muy superior al que se observa en los otros tres romances analizados. En relación con la gramática, con respecto a la producción italiana, Coseriu reivindica la necesidad de estudios pormenorizados de esta época, con los que superar el sesgo croceano de la obra de Trabalza (1908) 6 , en la que el interés por lo estilístico se antepone a las consideraciones propiamente gramaticales (p. 79), y que, pese a su mayor exhaustividad, considera definitivamente mucho menos recomendable que la, en su opinión, altamente juiciosa 5 C osEriu , E. 1982: «Algunes propostes per a una (eventual) reforma de l’ortografia catalana», Boletín de Filología XXXI (1981-1982) [= Homenaje a Ambrosio Rabanales ]: 461-64. 6 t raBalza , C. 1908: Storia della grammatica italiana , Milán, Hoepli. Última edición en Bolonia, Nabu Press, 2011. 215 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus de Brunot (1906) 7 . De su propio abordaje del prolijo número de gramáticos italianos que se mencionan en § 2.2.1, se colige fácilmente que, como él mismo pone explícitamente de manifiesto, para Coseriu cantidad no equivale a calidad. No en vano, al referirse a las gramáticas españolas posteriores a Nebrija - que, una vez hecha abstracción de los manuales de español para extranjeros y de las gramáticas latinas redactadas en castellano, quedan reducidas a tres: la Útil y breve institution , la Gramática de la lengua vulgar de España (Lovaina 1555 y 1559 respectivamente) y la de Cristóbal de Villalón (Amberes, 1558), de las que Coseriu se ocupa tras hacerlo también del Diálogo de la lengua de Valdés (§ 2.2.2.1) -, no duda en afirmar que, pese a su inferioridad cuantitativa, las descripciones gramaticales del español son mucho más interesantes y originales que las del país mediterráneo-adriático (p. 83). A este respecto, al tiempo que se determina la ausencia, en el Anónimo de Lovaina, de las conquistas gramaticales nebrisenses, también se destaca cómo el autor de la Útil y breve institution , que Amado Alonso atribuía a Francisco Villalobos 8 , justifica la elección de la expresión lengua española en el título de su obra «no porque en toda España se hable una sola lengua que sea universal, porque hay otras muchas lenguas, sino porque la mayor parte de España la habla» (Anónimo 1555, A II v, apud Coseriu/ Dietrich 2020: 87), así como su interpretación del pretérito perfecto simple castellano como aoristo y su observación sobre el frecuente empleo del diminutivo en esta lengua, formado «de ciento y seis ó más maneras» (Anónimo 1555, H II v, apud Coseriu/ Dietrich 2020: 89). En relación con Villalón, a quien afea sus injustas críticas a Nebrija, amén de señalar los errores en los que Villalón incurre en varios puntos de su tratado (p. 91-94), Coseriu también aprecia cómo, sin embargo, el afán por distanciarse de la doctrina de su predecesor le permite negar con rotundidad la pertinencia de postular declinación alguna para el castellano, «porque para ninguna clausula ni proposito se varia el nombre o vocablo por letra final por ninguna manera de decir» (Villalón 1558, cap. II, s. p., apud Coseriu/ Dietrich 2020: 91). También de la otra gramática anónima castellana publicada en Lovaina le interesan a Coseriu las observaciones de lingüística externa que se realizan en ella, en relación con la existencia de cuatro lenguas en España - el vasco, el árabe, el catalán y el castellano -, con respecto a las cuales señala, por un lado, que estamos ante la primera diferenciación rotunda históricamente atestiguada entre catalán y castellano; por otro lado, el hecho de que el autor reconozca que se llama a la última de ellas «Lengua Vulgar de España porque se habla, i se entiende en toda ella generalmente» (Anónimo 1559, a II v, apud Coseriu/ Dietrich 2020: 95), «en lo qual, a mi parescer erraron, pues vemos que en España ha mas de una lengua; i otras mas antiguas que no es esta, i de mas lustre, por los mas escritores, que han tenido» (Anónimo 1559, a III r, apud Coseriu/ Dietrich 2020: 96), y, en tercer lugar, su consideración unitaria del castellano y el portugués, idea que esta gramática sostiene por primera vez en la historia del pensamiento lingüístico. 7 B runot , F. 1906: Histoire de la langue française des origines à 1900 . Vol. 2. Le Seizième Siècle , París, Colin. 8 Cf. a lonso , a. 1967: De la pronunciación medieval a la moderna . Ultimado y dispuesto para la imprenta por R. Lapesa, Madrid, Gredos. 216 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus En una posición cuantitativamente intermedia entre la ebullición de la producción gramatical en Italia y la contención que a este respecto se observa en España se encuentra Francia. A los autores galos ya estudiados en el primer capítulo, se añaden en § 2.2.3 los nombres - que ya habíamos mencionado más arriba - de Jean Pillot, Robert Estienne, Petrus Ramus, Antoine Cauchie y Henri Estienne. De Pillot (§ 2.2.3.1), autor de una gramática destinada a extranjeros, fundamentalmente alemanes, se destacan la distinción entre los dos valores del passé défini e indéfini , la inclusión del artículo determinado como parte de la oración y el establecimiento del orden, en la enumeración de las cuatro conjugaciones del francés, que prevalece hasta la actualidad. Con respecto a Estienne padre (Robert) y Petrus Ramus, Coseriu se adhiere al juicio de Brunot, mientras que de Estienne hijo (Henri) afirma que pese a que este se limita a traducir al francés la gramática francesa escrita en latín por su progenitor - quien a su vez se había limitado a dar por bueno lo ya hecho por la tradición anterior y, fundamentalmente, por Meigret -, sus obras, sobre todo el Hypomneses de Gallica lingua (1582), contienen observaciones valiosas por su perspicacia y originalidad. Por lo que concierne a Cauchie, de nuevo una gramática para alemanes, Coseriu acentúa que contiene la primera presentación de la sintaxis del francés, en la que su autor se aparta intencionadamente del latín, cuyas diferencias con el romance señala - lo que no le impide, sin embargo, incurrir en errores por seguimiento del modelo latino como el de postular la existencia de declinaciones o de modo operativo en francés -, y concede también un gran valor a sus presentaciones en forma de tabla de los usos del artículo y el género, así como al hecho de que su clasificación de los seis tipos de palabras compuestas posibles en esta lengua siga siendo en gran medida válida actualmente. El capítulo tercero indaga en la eclosión de obras de didáctica del francés, el italiano y el español que produjo la coincidencia en el s. XVI del crecimiento del comercio internacional y de las disputas religiosas que condujeron al exilio de protestantes originarios de la Romania, convertidos en profesores de lenguas en los países de acogida. La producción lexicográfica y gramatical derivada de ambos hechos - que da origen a los primeros diccionarios multilingües y que pese a su orientación pedagógica Coseriu considera valiosa por la información, en ocasiones contrastiva, que ofrecen para el conocimiento actual de los estados de lengua del pasado - se organiza de acuerdo con los países en que esta se lleva a cabo (Inglaterra, Flandes, Alemania, Italia, España o Francia) y atendiendo a las lenguas que se enseñan en cada uno de estos territorios, que son, respectivamente, francés, italiano y español en Inglaterra y Flandes (§ 3.1 y 3.2), francés e italiano en Alemania (§ 3.3), español y francés en Italia (§ 3.4) y francés e italiano en España (§ 3.5). Con todo, en las escasas 17 páginas que ocupa este capítulo rara vez se va más allá de proporcionar un catálogo de títulos y autores, sobre los que se ofrecen algunos breves apuntes biográficos. Cuando Coseriu se desvía de este tratamiento prácticamente archivístico es bien para mencionar, muy someramente, el aliciente de que Jean Garnier, artífice de la primera gramática del francés publicada en Alemania, reflexione sobre el diferente orden de palabras del que hacen uso la lengua gala y germana, la aparición, en Colonia, en 1568, de la mano del flamenco Gerard du Vivier, de una de las tempranas compilaciones de sinónimos del francés con que contamos (p. 115), o la ausencia de documentación que avale que efectivamente existieron, como señala La Vi- 217 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus ñaza (1893, col. 511) y recogen Esparza Torres/ Niederhe (1999) 9 , unas Reglas para pronunciar, leer i escribir el castellano de Cristóbal de las Casas (Venecia 1576 y 1588) - que el propio Las Casas no cita en su diccionario - (p. 121); bien para coincidir con Amado Alonso (1967: 142, apud Coseriu/ Dietrich 2020: 120) en que Giovanni Mario Alessandri es «uno de los más cuidadosos, agudos, abundantes y certeros informadores del siglo XVI»; bien para resumir el panorama de la enseñanza de lenguas románicas a no nativos diciendo que el francés fue objeto de la producción de obras específicas para extranjeros durante todo el siglo, primero en Inglaterra y los Países Bajos y seguidamente, también en la segunda mitad de la centuria, en Alemania, mientras que el español y el italiano gozaron de menor presencia y solo a partir de 1550, en un itinerario de propagación del interés por ambas lenguas similar al seguido por el francés: primero Inglaterra y después los Países Bajos y Alemania, aunque en este último país la atención hacia el español fue prácticamente inexistente, circunstancia que Coseriu atribuye a la identificación de España con la Contrarreforma (p. 118-19). También dedica cierto espacio a hacerse eco de la comparación entre la pronunciación italiana y castellana que lleva a cabo, en sus Osservationi della lingua castigliana , Juan de Miranda (1567) (p. 121), de las razones políticas por las que en todo el siglo se publica una sola gramática francesa en Italia - la de Lentulus y Madius (Padua, 1590) - y ninguna gramática italiana en Francia, del hecho de que Las Casas, en su Vocabulario de las dos lenguas toscana y castellana (1576), aún describa como sonoros los sonidos correspondientes a las grafías {g} y {x}, o de la primera compilación de sinónimos de la lengua española que se ofrece en la célebre gramática de Oudin (p. 124). Por último, dentro de la Romania, Coseriu constata que en el XVI hubo en España instrumentos para el estudio tanto del francés como del italiano; que en Italia se dispuso de obras para el aprendizaje del castellano, pero apenas para el del francés, y que en Francia surgieron solo, y además muy tardíamente, en la última década de la centuria, algunas obras para el acercamiento a la gramática, el vocabulario o los refranes y proverbios castellanos (para una visión sinóptica, cf. la tabla con que se cierra el capítulo en la p. 125). El capítulo 4 alberga noticias sobre las primeras obras en las que podemos localizar consideraciones histórico-lingüísticas que conciernen, en general, a tres aspectos: el origen de las lenguas romances, la etimología y la gramática histórica. En primera instancia, se hace referencia a aquellas en que se contraponen el latín y los romances, como el Dialogo delle lingue de Sperone Speroni (1542), La Deffence, et Illustration de la langue françoyse de Joachim Du Bellay (1549) y el Dialogo em louvor da nossa linguagem de Jo-o de Barros (1540). Además, Coseriu alude también (p. 128) a la primera mención a la oposición entre lenguas vivas y muertas que se documenta; concretamente en la Lettera in difesa della lingua volgare de Alessandro Citolini (1540). En las reflexiones sobre el origen del italiano, el francés o el español, Coseriu incide en lo sorprendente que resulta la mayor claridad con que los autores castellanos postulan la continuidad entre latín y romance, si se los compara con la búsqueda, por parte de los italianos, 9 E sparza t orrEs , m.a./ n iEDErEhE , H.-J. 1999: Bibliografía Nebrisense: Las obras completas del humanista Antonio de Nebrija desde 1481 hasta nuestros días , Ámsterdam, Benjamins. 218 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus de las raíces de su lengua en el etrusco o el griego, entre otras. Así, Nebrija afirma con rotundidad que «la lengua Española no es otra cosa que latina corrupta» (citado a partir de La Viñaza 1893, col. 472, apud Coseriu/ Dietrich 2020: 132); y otro tanto hace Valdés: «la lengua latina es el principal fundamento de la castellana» (cf. Montesinos 1964: 30, apud Coseriu/ Dietrich 2020: 134), quien postula la siguiente cronología lingüística histórica para la península ibérica: griego-latín-gótico-árabe. De la producción lingüística en castellano, Coseriu destaca (p. 135) la primera distinción de registros que ha conseguido documentar históricamente: se trata de las «maneras de hablar» diferenciadas «de los hombres de ciencias y letras», «de los cavalleros y de la gente principal cortesana y ciudadana» y «de los villanos y gente común» que menciona Rafael Martín de Viciana en su Libro de alabanças d’las lenguas Hebrea Griega Latina: Castellana y Valenciana (1574) (p. 134), autor que con su distinción entre lengua latina y lengua romana latina - de la que se vale para sostener la superioridad del valenciano con respecto al castellano, debido a la mayor proximidad del primero a la lengua latina y a la probable derivación del segundo, no de esta, sino de la lengua romana latina - se acerca, para Coseriu, al reconocimiento de la oposición entre latín clásico y latín vulgar. Con todo, la verdadera historia de la lengua no comenzó hasta los acercamientos de Bernardo de Aldrete y de Duarte Nunes de Le-o, ambos de 1606, y, por tanto, atingentes al periodo que se examina en el tercer volumen de la Historia de la lingüística románica coseriana (cf. p. 139). El consenso imperante en España acerca de las raíces latinas de sus romances contrasta con las polémicas sobre el origen del francés que alimentan la cincuentena de obras destinadas a esclarecer esta cuestión que ven la luz en el país galo durante el s. XVI. Coseriu aborda por extenso (les dedica nada menos que 60 páginas) las diferentes hipótesis en liza a este respecto, entre las que sobresalen las que apuntan a las siguientes diferentes lenguas madres posibles: el griego (§ 4.2.1), el hebreo (§ 4.2.2), el celta (§ 4.2.3); incluida la variante que considera (así lo hacen, por ejemplo, Guillaume des Autels o Abel Matthieu) el francés una lengua independiente (§ 4.2.4), coincidiendo con la postura que Leonardo Bruni (cf. § 4.1.1) había defendido también para el italiano, Oliveira (cf. § 1.4.1) para el portugués y Gregorio López Madera y Luis de la Cueva (cf. § 4.1.2) para el español (p. 169). En cualquier caso, el verdadero núcleo de este cuarto capítulo está constituido por la exposición de los argumentos, en defensa del origen latino del francés, de François Hotman, Claude Fauchet y su discípulo Estienne Pasquier (§ 4.2.5.3) y de Joseph-Juste Escalígero, para quien se reserva un epígrafe propio (§ 4.2.5.4). Coseriu también aprovecha otro de los epígrafes de este capítulo, concretamente el 4.5.2.1, para desmentir la importancia que en el establecimiento de una relación de filiación entre latín y francés se ha atribuido 219 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus tradicionalmente a Henri Estienne, por parte de autores como M. Vitale (1955) 10 , J. Gerighausen (1963) 11 , P. Ruelle (1959) 12 e incluso del «sonst so genaue» Brunot (1906) 13 (p. 175). Aunque se reproduce un número considerable de pasajes originales - en francés y traducidos al alemán - de los cuatro autores mencionados, nos centraremos en Fauchet y Escalígero. De Claude Fauchet, el primer gran filólogo francés, Coseriu destaca que en sus reflexiones se apoya en documentación conservada en bibliotecas y archivos - lo que le permite entrar en mucho más detalle que Hotman, aunque también comete, en algunos puntos, más errores que él (p. 195) -, así como sus pioneras elucubraciones acerca de las posibles causas del cambio lingüístico, la mayoría de las cuales aún se esgrimen en trabajos contemporáneos de lingüística histórica (p. 189-90), y el establecimiento de la distinción entre latín y romance - fr. roman , it. volgare - (p. 193). Por lo que respecta a Joseph-Juste Escalígero, hijo del humanista italiano emigrado a Francia Giulio Cesare Scaligero, Coseriu pasa revista a su pionera clasificación de las lenguas de Europa en once linguas matrices (Escalígero escribe en latín), cuatro maiores (latín, griego, germánico y eslavo) y siete minores (albano, tártaro, húngaro, finés, irlandés, indio antiguo y vasco), que identifica de acuerdo con la palabra prevista en cada de ellas para ‘dios’; así, las lenguas románicas serían la matrix DEus (p. 201). Al extenso capítulo cuatro sobre consideraciones histórico-lingüísticas siguen dos muy breves dedicados a la etimología y la gramática histórica, sucedidos, a su vez, por un capítulo final de resumen de la obra, cuya autoría corresponde en exclusiva a Wolf Dietrich. En el primero de ellos, Coseriu destaca que el interés por la etimología es común a todos los autores de este periodo, independientemente de que se centraran en cuestiones gramaticales, de teoría del lenguaje o de historia lingüística, y señala tres posibles abordajes en el interés por el origen de las palabras: (i) el que busca la procedencia de determinados vocablos en otros términos de la misma lengua, tal y como hacía Platón en el Crátilo ; (ii) el que trata de identificar de qué lengua toma tales o cuales voces el idioma cuya etimología interesa, y (iii) el que rastrea no solo el origen primigenio de cada palabra, sino también las fases intermedias de su evolución histórica hasta alcanzar su forma y significado actuales. De acuerdo con Coseriu, el Renacimiento supone el avance desde el primero de estos tres enfoques al segundo, pero, a falta de un desarrollo metodológico similar al que en el s. XIX pondría en práctica la gramática histórica, no se llega a alcanzar el tercer punto de vista posible, por lo que, junto a una gran cantidad de descubrimientos etimológicos certeros, nos toparemos también con no pocos errores. 10 v italE , M. 1955: «L’origine dei volgari romanzi e le ricerche linguistiche in Italia, in Francia e in Spagna durante il Sec. XVI», in: A. v isCarDi et al. (ed.), Preistoria e storia degli studi Romanzi , Milán etc., Cisalpino: 21-47. 11 g ErighausEn , J. 1963: Die historische Deutung der Nationalsprache im französischen Schriftum des 16. Jahrhunderts , Bonn, tesis doctoral. 12 r uEllE , p. 1959: «L’évolution des idées relatives à la grammaire historique du français», Revue de l’Université de Bruxelles 11: 309-25. 13 B runot , f. 1906: Histoire de la langue française des origines à 1900 , op. cit . 220 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus Al igual que había hecho ya en los capítulos anteriores, en las escasas ocho páginas y media que ocupa este quinto capítulo Coseriu menciona nombres relevantes en relación con el interés por las etimologías del italiano (§ 5.1), el español (§ 5.2) y el francés (§ 5.3) y se entretiene en contar, en algunos casos determinados, en cuántos aciertos o errores incurrieron algunos de estos autores, entre ellos Raffaele Maffei, Paolo Cortese, Pietro Bembo o Rhoesus para el italiano, y Juan de Valdés, Martín de Viciana, Francisco López Tamarid, Bartolomé Valverde, Diego de Guadix o Francisco del Rosal para el español. Un reconocimiento especial merecen para Coseriu tres figuras de la época: Nebrija, Gianbullari y Dubois, a los que consagra un epígrafe diferenciado (§ 5.4), en el que de nuevo se complace en computar, incluso porcentualmente, aciertos y desaciertos. Entre los primeros pondera, por ejemplo, el descubrimiento, por parte de Nebrija, de algunas de las leyes fonéticas que operaron en el paso del latín al castellano (p. 210-11). Finalmente, en el último epígrafe de este capítulo (§ 5.5), Coseriu destaca cómo Valdés y H. Estienne también se interesaron por la etimología de ciertas expresiones hechas o refranes, ámbito que la investigación contemporánea aún debe esforzarse por atender. El capítulo que antecede a la recapitulación final, el número 6, versa sobre la gramática histórica avant la lettre que practicaron Tolomei y Castelvetro. Este último es considerado un auténtico precedente de la disciplina que no emergería como tal hasta finales del s. XVIII y principios del XIX y Coseriu destaca de su contribución que tuvo la clarividencia de aplicar el método de la reconstrucción para hipotetizar el posible étimo no documentado textualmente de algunas palabras italianas. De acuerdo con el procedimiento, tan caro al maestro rumano, de evaluar los logros del pasado desde el punto de vista de la ciencia lingüística contemporánea, y de indagar en los factores que pueden explicar los errores, Coseriu articula este último capítulo teniendo en cuenta en qué medida se avanzó o no en esta época hacia la consolidación de determinados presupuestos irrenunciables hoy en día. Muchas de las consideraciones que realiza Coseriu se podrían formular a modo de pregunta. ¿Era posible poner en práctica una visión adecuada de la gramática histórica en la Romania en tanto en cuanto no se detectara que el origen de las lenguas romances no es el latín clásico, sino el latín vulgar, cuya postulación no tuvo lugar aún en el periodo que aborda el segundo tomo de esta Historia de la lingüística románica ? ¿Podía abordarse de forma adecuada la gramática histórica sin caer en la cuenta de que la pronunciación del latín clásico era distinta a la fonética romance que se aplicaba en el s. XVI a la lectura de los textos latinos? ¿En qué medida se percatan - lo hace, por ejemplo, Tolomei - o no - esto será la generalidad en la época - los autores renacentistas de que la evolución de voces patrimoniales y cultismos no puede ser coincidente en sus resultados? ¿Se puede ir, en el periodo que estamos considerando, más allá de la convicción de que el cambio lingüístico deriva, fundamentalmente, de procesos de corrupción , y defender - como se comprueba que hacen Tolomei, Castelvetro y Varchi - que se trata, en realidad, de un aspecto inherente al funcionamiento de las lenguas? Junto a estas reflexiones, en este sexto capítulo recibe también mención aparte la acertada descripción que Nebrija y Castelvetro hicieron del origen de dos formas verbales en las que el castellano y el italiano se distanciaron de la morfología de la lengua madre: el futuro, que, como señala Nebrija, el 221 Vox Romanica 81 (2022): 209-221 DOI 10.2357/ VOX-2022-009 Besprechungen - Comptes rendus castellano dice «por rodeo del infinitivo y del presente desde verbo he , has » (p. 223) y el condicional. Para concluir, una ojeada a la recapitulación final que hace Dietrich en el capítulo 7 nos servirá para cerrar esta reseña pasando revista a los seis hitos principales de la descripción lingüística del Quinientos que interesaron a Coseriu. En primer lugar, el avance en la descripción gramatical de las lenguas romances, terreno en el que sobresale, sin lugar a dudas, la obra de Nebrija. En segundo lugar, el protagonismo de la questione della lingua en Italia. En tercer lugar, el desarrollo de la fonética, con o sin relación con preocupaciones ortográficas, que condujo, entre otros avances, a la diferenciación nebrisense entre la figura (grafía) y el oficio (sonido) de las letras. En cuarto lugar, el crecimiento del trabajo lexicográfico, cuyos mayores exponentes no se producirán, sin embargo, hasta el s. XVII. En quinto lugar, la proliferación de manuales para la enseñanza de español, francés e italiano como lenguas extranjeras. Y, en sexto y último lugar, la curiosidad por la etimología, que corre en paralelo con las primeras tentativas en el ámbito de la gramática histórica y con la postulación de orígenes absolutamente extravagantes para las lenguas que protagonizan esta obra. Su recensión se ha escrito en español, con el propósito de contribuir a la difusión, siquiera parcial, de sus contenidos entre quienes no manejen suficientemente la lengua alemana, idioma de publicación de esta contribución coseriana a la recuperación de la tradición lingüística, que se encuentra, por tanto, en consonancia, como destaca Johannes Kabatek en la reseña de este mismo libro que ha realizado por encargo de la revista Göttingische Gelehrte Anzeigen , con uno de los principios enarbolados sistemáticamente por Coseriu, el principio de la tradición , de acuerdo con el cual, en las entrevistas que le realizaron Adolfo Murguía y el propio Johannes Kabatek, cuya versión española ha publicado, con motivo de la celebración del centenario del nacimiento del maestro rumano, en la Editorial Universidad de Sevilla, Coseriu afirmaba lo siguiente: tengo que asumir que todos los científicos antes de mí también quisieron lo mismo. No puedo dar por sentado que ellos no estuvieran de buena fe y que solo quisieran confundir, incluso si puedo descubrir que lo hicieran. Y si parto del hecho de que las personas siempre fueron inteligentes, tendré que preguntarme con respecto a los errores por qué erraron, qué querían decir en realidad y qué contestaron que sí estaban bien. Con respecto a los problemas y a las preguntas hay que decir que siempre estuvieron allí. También en la llamada lingüística precientífica. Y muchas veces las soluciones también eran análogas. En la historia de la lingüística mostré que, muchas veces, el mismo tipo de preguntas llevaba a las mismas soluciones, tanto en la descripción como en la historia de las lenguas 14 . Araceli López Serena (Universidad de Sevilla) https: / / orcid.org/ 0000-0001-6987-6551 ★ 14 K aBatEK , J./ m urguia , a. 2021: «Decir las cosas como son…». Conversaciones con Eugenio Coseriu . Versión española de C. Bleorţu, A. García Rodríguez, B. Garrido Sánchez-Andrade y J. Kabatek. Sevilla: Editorial Universidad de Sevilla, 2021: 231.
