eJournals Vox Romanica 83/1

Vox Romanica
vox
0042-899X
2941-0916
Francke Verlag Tübingen
10.24053/VOX-2024-021
0217
2025
831 Kristol De Stefani

Steven N. Dworkin/Gloria Clavería Nadal/Álvaro S. Octavio de Toledo y Huerta (ed.), Lingüística histórica del español. The Routledge handbook of Spanish historical linguistics, London/New York (Routledge Spanish Language Handbooks. Library) 2023-2024, xx + 592 p. (Routledge Spanish Language Handbooks 4).

0217
2025
Francisco Alonso de la Torre Gutiérrezhttps://orcid.org/0000-0002-3141-0147
vox8310269
269 DOI 10.24053/ VOX-2024-021 Vox Romanica 83 (2024): 269-277 Besprechungen - Comptes rendus tellana y Literatura» en los cursos de la ESO de IES públicos de Andalucía (p. 47) -. Ante los resultados, Villegas Portero concluye que, aunque parece que se garantiza una proyección didáctica de Nebrija mayoritaria, «un no despreciable 36,4% del alumnado puede acabar la etapa obligatoria de Secundaria sin haber leído una sola mención al gramático» (p. 490). Finalmente, considero reseñable la siguiente reflexión de la autora, con la cual coincido: «No parece desatinado, por tanto, que desde el punto de vista lingüístico, el alumnado de ESO cuente con referentes históricos de la gramática, al igual que los libros de matemáticas incluyen - por indicación expresa de la misma normativa - contenidos de Gauss o Pitágoras, entre otros» (p. 475). En definitiva, en este libro el lector encontrará tanto aspectos ya analizados sobre Antonio de Nebrija o con relación a él, pero esta vez desde nuevas perspectivas teóricas o metodológicas, como otras cuestiones no (tan) investigadas. La unidad temática, más allá del título, se ve reflejada en las numerosas concomitancias entre los trabajos: la influencia de su estancia en Bolonia, la polémica en torno a la publicación de algunos textos, la concepción del uso lingüístico, la Gramática sobre la lengua castellana como texto iniciático de una nueva tradición discursiva, la particular historia editorial y reelaboraciones de los textos latinos, la condición de autoridad del andaluz, su legado... forman parte, cada uno de estos temas, al menos, de dos de las dieciocho contribuciones que constituyen este volumen, como así se ha señalado aquí en alguna ocasión. Me permito finalizar como comencé esta reseña, manifestando mi acuerdo, esta vez hacia los editores, con la siguiente cita extraída de la presentación de este Antonio de Nebrija en la historia de la lingüística : [en este volumen se repasa] «un conjunto de cuestiones que, estamos seguros, contribuirán ampliamente al desarrollo y profundización de nuestros conocimientos sobre Antonio de Nebrija, su obra, el marco histórico cultural de su tiempo y la historia de la lingüística, general e hispánica» (p. 12). Carolina Martín Gallego (Universidad de Salamanca) http: / / orcid.org/ 0000-0002-2230-828X ★ S teven n. d WoRKin / g LoRia C LaveRía n adaL / á LvaRo S. o Ctavio de t oLedo Y h ueRta (ed.), Lingüística histórica del español. The Routledge handbook of Spanish historical linguistics , London/ New York (Routledge Spanish Language Handbooks. Library) 2023-2024, xx + 592 p. ( Routledge Spanish Language Handbooks 4). Siempre resulta estimulante leer un nuevo manual sobre cuestiones atingentes a la disciplina que uno trabaja. El libro titulado Lingüística histórica del español , editado por Steven N. Dworkin, Gloria Clavería Nadal y Álvaro S. Octavio de Toledo y Huerta, se integra en la colección de manuales sobre lingüística hispánica cuya publicación auspicia la prestigiosa editorial inglesa Routledge con el fin de actualizar las áreas de investigación en esta especialidad. Desde la segunda edición en 2005 del manual Historia de la lengua española , coordinado por 270 DOI 10.24053/ VOX-2024-021 Vox Romanica 83 (2024): 269-277 Besprechungen - Comptes rendus Rafael Cano Aguilar 1 , nuestra disciplina ha experimentado un notable desarrollo en el estudio de diversos fenómenos y épocas, abordados desde enfoques innovadores. En este contexto, la publicación de una nueva obra de referencia para los estudios de diacronía hispana se hacía, sin duda, necesaria. Este nuevo compendio de capítulos de libro, escritos por lo más granado de la lingüística diacrónica hispánica, conecta con sus predecesores 2 en el respeto a las enseñanzas de la Escuela de Filología Española, tal y como se declara en el prólogo: se procura entrelazar la evolución lingüística con datos sociohistóricos, políticos y culturales. Sin embargo, se echa en falta la inclusión de capítulos dedicados exclusivamente a la situación histórica de cada época, un enfoque común en otros manuales de la materia que contribuye a ligar la historia interna con la historia externa. La obra de Routledge destaca, por otro lado, gracias a la decidida apuesta por construir una historia de la lengua que trascienda la atención exclusiva al texto literario canónico al abarcar una gran variedad de productos textuales, tanto literarios como no literarios, una tendencia ya observable en el manual coordinado por Rafael Cano. Otro aspecto notable del libro es la amplia red internacional de autores que contribuyen a escribir los capítulos, especialmente desde Estados Unidos e Hispanoamérica, quienes aportan nuevos enfoques a los temas tradicionales de la lingüística histórica. Este hecho permite afirmar que este manual representa un cambio cualitativo en comparación con otros anteriores. Además, la obra no se concibe únicamente como un manual de historia del español; incluye, en efecto, un apartado exhaustivo de aproximaciones metodológicas sobre cómo estudiar la historia del español que precede a un bloque dedicado a la «gramática histórica del español», dentro del cual los editores han decidido incluir, con buen tino, capítulos novedosos como el dedicado a la historia de la arquitectura discursiva de los textos en español, otro a la estructura informativa, y un capítulo programático sobre la necesidad y las formas de estudiar la fraseología en español, aspectos habitualmente ignorados en los manuales canónicos de historia del español y de gramática histórica. En cuanto a la estructura del libro, si bien esta ya ha sido más o menos esbozada, el manual se organiza en torno a cinco bloques no homogéneos. La primera parte, titulada «Perspectivas metodológicas y horizontes de Investigación», consta de 12 capítulos. La segunda parte, que aborda los «[g]randes procesos evolutivos», está conformada por 14 capítulos. La tercera parte, «Historia lingüística desde la época prerromana al español europeo actual», es, por otro lado, la más extensa, dado que cuenta con 18 capítulos, lo cual contrasta con los 8 capítulos que integran la cuarta parte, organizada en torno a la «Historia de las variedades no europeas del español». A pesar de la diversidad temática, todos los capítulos comparten una estructura similar: se inician con un recorrido bibliográfico sobre los antecedentes del tema, seguido de un análisis del estado actual de la investigación, para terminar con una sección de conclusiones y posibles líneas futuras de estudio. La bibliografía, generalmente selecta, incluye lecturas recomendadas que constituyen la base de los temas tratados en cada capítulo, lo 1 C ano a guiLaR , R. (coord.) 2005: Historia de la lengua española , Barcelona, Ariel. 2 L aPeSa , R. 1981: Historia de la lengua española , Madrid, Gredos; m enéndez P idaL , R. 2005: Historia de la lengua española , vol. I, Madrid, Fundación Ramón Menéndez Pidal y Real Academia Española. 271 DOI 10.24053/ VOX-2024-021 Vox Romanica 83 (2024): 269-277 Besprechungen - Comptes rendus cual resulta sumamente útil para estudiantes de máster (y en menor medida, de grado), jóvenes investigadores y expertos que deseen acceder a una selección actualizada de trabajos sobre nuestra disciplina. Respecto de la sección metodológica, esta se abre con los tipos de fuentes directas, los corpus, e indirectas, los juicios metalingüísticos objetivados en las gramáticas y diccionarios, así como con los problemas y precauciones que deben ser considerados a la hora de extraer e interpretar los datos. Esta sección, de carácter profiláctico, presenta de manera cuidadosa y ordenada las técnicas de la crítica textual aplicadas a ejemplos de la historia del español, como se expone en el capítulo de Pedro Sánchez-Prieto Borja. Andrés Enrique-Arias evalúa, asimismo, las ventajas e inconvenientes del uso de corpus electrónicos en la investigación histórica. Considero que habría sido especialmente provechoso incluir en esta sección un capítulo en que se discutiesen los problemas y beneficios del estudio de la lengua antigua a través de topónimos y antropónimos. La segunda sección de este primer gran bloque se orienta hacia el estudio de la lengua española desde la variación diasistemática, intrínseca a toda lengua y presente en toda sincronía. Inés Fernández-Ordóñez inaugura esta sección con una exposición de algunos fenómenos dialectales desde una perspectiva histórica, un campo que ha experimentado un notable auge desde la lectura de su discurso de ingreso en la Real Academia Española, La lengua de Castilla y la formación del español , cuyos resultados se reflejan con nitidez en este capítulo y en otros de la tercera parte, en especial en los relativos a la lengua del XV, a cargo de Lola Pons Rodríguez, y al de los Siglos de Oro, escrito por Florencio del Barrio de la Rosa. José Luis Blas Arroyo aborda, en el segundo capítulo de esta sección, el estado de la sociolingüística histórica, y en él repasa las investigaciones sociolingüísticas existentes y algunos fenómenos que pueden ser interpretados en clave diastrático-diafásica, así como los géneros en que estos suelen aparecer: documentación privada, actas capitulares, diarios, memorias, entre otros. Es importante destacar, como lo señalan más adelante Silvia Iglesias Recuero y Eugenio Bustos Gisbert al tratar la variación concepcional entre oralidad y escrituralidad, que «no basta con catalogar un género como potencialmente de «impronta oral», sino que es fundamental considerar sus condicionamientos discursivos y retóricos» (p. 93). Estos autores abogan por un enfoque no solo metodológico sino también teórico, proponiendo el estudio histórico de todo el diasistema de la lengua, regido por la variación universal concepcional. Finalmente, el capítulo de Araceli López Serena, en el que se explora el extraordinario potencial metodológico de la noción de ‘tradiciones discursivas’ - nacida en la lingüística de variedades de filiación coseriana y no exenta de polémica en cuanto a su estatuto teórico - y su necesaria reivindicación en los estudios sobre historia del español para evitar una concepción lineal de la evolución lingüística, cierra estas dos subsecciones metodológicas de manera magistral. Considero, por todo ello, que este capítulo podría haberse ubicado después del de Iglesias Recuero y Bustos Gisbert. Si bien estas advertencias metodológicas sobre el comportamiento de las estructuras en los distintos discursos se han expuesto con meridiana claridad en los dos capítulos anteriores, la tercera sección de esta primera parte comienza con un capítulo sobre los procesos de gramaticalización, escrito por Rena Torres Cacoullos y Carlos I. Echeverría, el cual, aunque destaca 272 DOI 10.24053/ VOX-2024-021 Vox Romanica 83 (2024): 269-277 Besprechungen - Comptes rendus por su nitidez en la definición de conceptos y en la presentación de datos, además de ofrecer sugerentes orientaciones de investigación, como el estudio de la pasiva perifrástica como un proceso de gramaticalización inacabado, adolece, a juicio de quien reseña, de cierta abstracción y linealidad en la exposición del cambio lingüístico al no introducir la variación textual en los procesos de gramaticalización, una perspectiva que ha sido considerada esencial en los estudios sobre la gramaticalización de perífrasis verbales, como lo han demostrado las investigaciones de Mar Garachana y su equipo. Esta última autora es la responsable del siguiente capítulo, que versa sobre la creación de marcadores discursivos en español. En él se puede apreciar la misma orientación textualista antes mencionada. No comparto, sin embargo, su postura acerca de la naturaleza de operador que esta autora otorga a de hecho , ya que este marcador cumple con las pruebas sintácticas para ser considerado conector (cf. Fuentes Rodríguez 2003) 3 . Es, por otro lado, muy interesante que la autora consigne un espacio en el capítulo para hablar de la variación diatópica de los marcadores discursivos, y a este respecto señala que esta es más palpable en el oriente peninsular, por ejemplo, si se atiende al operador epistémico se ve que , cuyo correlato occidental, creo yo, puede ser se conoce que / se conoz que (al menos, es citado como típico del leonés por Borreguero Nieto 1996) 4 . Los dos últimos capítulos que cierran esta tercera sección y el apartado metodológico están dedicados a la exposición de los conceptos de koineización y criollización, así como a su aplicación a cuestiones vinculadas con la historia del español por parte de Donald N. Tuten, y a las diferentes etapas de la estandarización del español, de lo cual se encarga Sebastian Greusslich. Este último autor introduce en su explicación un término controvertido, «Hispanofonía», que no es asimilable al de «Francofonía», al menos en el contexto en que lo utiliza. López García (2007) 5 sostiene, de hecho, su inadecuada aplicación a la realidad lingüística hispánica, pues, aunque el término «Francofonía» sirve para ilustrar países que tienen el francés como lengua vehicular, en las repúblicas hispanoamericanas el español es, en cambio, lengua materna y oficial, no vehicular. Se podría aceptar, según este autor, el uso de «Hispanofonía» en el contexto de Filipinas y Guinea Ecuatorial, donde el español ha sido o es una lengua vehicular, pero su aplicabilidad más allá de estos casos es cuestionable. Por otro lado, este concepto de Hispanofonía parece rezumar una orientación político-cultural y mercantil, más que lingüística. La segunda parte del libro se organiza en torno a la evolución fonético-fonológica, morfológica, sintáctica, pragmático-discursiva y léxica del español. Los capítulos iniciales, a cargo de César Gutiérrez y André Zampaulo, abordan los cambios fonológicos y cuestiones fonéticas desde una metodología innovadora, que combina enfoques cognitivos y experimentales. Gutiérrez subraya la necesidad de un cambio metodológico, que contemple «la consideración 3 F uenteS R odRíguez , C. 2003: «Operador/ conector, un criterio para la sintaxis discursiva», RILCE 19/ 1: 61-85. 4 b oRRegueRo n ieto , J. 1996: «Leonés», in: m. a LvaR (coord.), Manual de dialectología hispánica. El español de España , Barcelona, Ariel: 139-58. 5 L óPez g aRCía , Á. 2007: El boom de la lengua española. Análisis ideológico de un proceso expansivo , Madrid, Biblioteca Nueva. 273 DOI 10.24053/ VOX-2024-021 Vox Romanica 83 (2024): 269-277 Besprechungen - Comptes rendus primaria de los datos fonético-fonológicos y su conciliación ulterior con los datos gráficos» (p. 153), ya que estos últimos están influenciados por las tradiciones gráficas de los textos, la formación del escriba y la cultura escritural de la época, en la línea de lo que defiende María Jesús Torrens Álvarez en el capítulo sobre la lengua de la época de orígenes. El segundo autor no menciona, por otra parte, los nuevos hallazgos de la Escuela de Alcalá sobre un posible seseo en Madrid y en el centro peninsular en los siglos XVI-XVIII y sobre sus vestigios en áreas dialectales castellanomanchegas, como las realizaciones seseantes de la palabra gazpacho (cf. Vázquez Balonga/ Sánchez-Prieto Borja 2015) 6 . Además, aunque abanderen una metodología distinta a la estructural, alcanzan la misma conclusión a la que ya había llegado Alarcos en su Fonología española en relación con las causas que están detrás del reajuste de sibilantes medievales. En cuanto a los capítulos dedicados a la morfología histórica del español, Paul O’Neill la estudia desde perspectivas novedosas en la filología hispánica, basándose en las teorías generativistas de modelos morfológicos abstractivos. Según estas teorías, los hablantes almacenan en su mente una colección de paradigmas parciales que permiten extrapolar y crear formas novedosas, a diferencia de la teoría morfológica tradicional, que asigna un significado a cada parte de la palabra. O’Neill ilustra esta idea con la evolución histórica entre el pretérito perfecto simple y el imperfecto y futuro de subjuntivo. En cuanto a la morfosintaxis nominal, Joel Rini se basa en la hipótesis del sincretismo de casos postulada por Ralph Penny para la explicación del derrumbe del sistema de declinaciones latino en Hispania, una hipótesis que Javier Elvira (2000) 7 ha cuestionado por falta de respaldo documental. Por su parte, este autor defiende la existencia de indudables muestras de una declinación bicasual en la época preliteraria del castellano, particularmente en categorías tendentes al conservadurismo (artículo, relativos y demostrativos), surgida de complejos procesos analógicos en las declinaciones latinas posteriores al siglo V que no permiten probar un sincretismo de todos los casos en el latín vulgar de Hispania. Finalmente, Javier Elvira se ocupa de los grandes procesos evolutivos de la morfosintaxis verbal, ofreciendo explicaciones coherentes y bien argumentadas que conectan los cambios del latín al romance con tendencias evolutivas heredadas del indoeuropeo. Además, incorpora terminología y conceptos del análisis sintáctico a la descripción de los cambios en la gramática histórica, lo que resulta más adecuado que explicarlos únicamente por causas fonético-fonológicas o de nivelación/ analogía. Entre la morfosintaxis y la pragmática se encuentra el capítulo de Miguel Calderón Campos y María Teresa García-Godoy, quienes presentan una síntesis clara y completa de la evolución de las fórmulas de tratamiento, superando lo que ofrecen las gramáticas históricas tradicionales. Hay que consignar, sin embargo, que el equipo de Carlota de Benito ha descubierto recientemente la pervivencia de zonas voseantes en Canarias (cf. la web del proyecto 6 v ázquez b aLonga , d./ S ánChez -P Rieto b oRJa , P. 2015: «¿Seseo en el centro peninsular? », Revista de Historia de la Lengua Española 10: 201-07. 7 e LviRa , J. 2000: «Observaciones sobre la hipótesis de una declinación bicausal en la última etapa del latín en Hispania», in: b. g aRCía h eRnández (coord.), Latín vulgar y tardío: homenaje a Veikko Väänänen (1905-1997) , Madrid, Ediciones Clásicas: 31-43. 274 DOI 10.24053/ VOX-2024-021 Vox Romanica 83 (2024): 269-277 Besprechungen - Comptes rendus Rurican) 8 . Francisco Javier Herrero Ruiz de Loizaga y Rafael Cano Aguilar se ocupan, por otro lado, de trazar los principales cambios en la construcción de relaciones interoracionales y en la estructura textual a lo largo de la historia del idioma. Ambos coinciden en que este tipo de investigación requiere una mayor dependencia del texto y de los entornos enunciativos que de los corpus informáticos. Finalmente, Miriam Bouzouita e Ioanna Sitaridou investigan los cambios en el orden de palabras y la estructura informativa entre el castellano medieval y el español actual, aunque aún no se han abordado los cambios de épocas intermedias. Las autoras desafían la idea de que el español es una lengua V2, ya que se observan otras distribuciones en los que el verbo aparece al final (V1) o al principio de la oración. Al análisis de la historia léxica del español se dedican, por otra parte, cinco capítulos. Franz Rainer ofrece un recorrido sobre la historia de la formación de palabras, un campo poco explorado en nuestro idioma. María Teresa Echenique Elizondo realiza un nutrido estado de la cuestión sobre los avances en fraseología histórica y sugiere amplias y fundamentadas vías de investigación futura. Steven N. Dworkin, María Jesús Mancho Duque y Josefa Gómez de Enterría abordan la historia del léxico en español en el período medieval, premoderno y los siglos XVIII-XIX, respectivamente. Todos coinciden en la necesidad de un tratado sobre la evolución léxica del español y un diccionario histórico. Además, incorporan nuevas técnicas de análisis léxico, como las tradiciones discursivas, a menudo entendidas como sinónimo de «género». Dworkin subraya igualmente «la urgencia de determinar cómo se mide la vitalidad real de una palabra dentro de la comunidad lingüística» (p. 280), una cuestión planteada ya por Oesterreicher (1998) 9 y que aún no ha sido resuelta del todo. La tercera y más extensa parte del libro reúne capítulos que exploran la Historia lingüística desde la época paleohispánica hasta el español actual. Al igual que las partes precedentes, esta se puede dividir asimismo en varias secciones. La primera de ellas, que funciona como capítulo propedéutico a la sección, está a cargo de Rolf Eberenz, quien nos invita a reflexionar sobre los factores externos e internos que condicionan la periodización de una lengua. El catedrático de Lausana concluye que, en lo que respecta al castellano antes del XV, es adecuado segmentar nuestra materia de estudio en los siguientes periodos: castellano primitivo, castellano del siglo XIII o de la época de Alfonso X y castellano bajomedieval, según la división establecida en la Historia coordinada por Rafael Cano. A partir de esa fecha, es recomendable, no obstante, trazar las mínimas divisiones posibles, de ahí que en el manual que reseñamos se presenten las características del español clásico y del español de los siglos XVIII y XIX, seguidas de las del español actual. Como corolario de la afirmación de Eberenz surge el cuestionamiento de marbetes tan asentados en la periodización del idioma como «primer español moderno». Por otra parte, creo que, en algunos de los ejemplos que Eberenz aduce para establecer los periodos antes reseñados, ha habido alguna errata que puede ser subsanada en las siguientes reediciones. En primer lugar, se declara que «[l]os posesivos pierden sus 8 b enito , C.: https: / / dlf.uzh.ch/ sites/ rurican/ [19.08.2024]. 9 o eSteRReiCheR , W. 1998: «Bloqueos epistémicos en la lexicología histórica o el miedo a la variación: considerando el español en América (siglo XVI)», in: W. o eSteRReiCheR et al. (ed.), Competencia escrita, tradiciones discursivas y variedades lingüísticas: aspectos del español europeo y americano en los siglos XVI y XVII , Tubinga, Gunter Narr Verlag: 37-82. 275 DOI 10.24053/ VOX-2024-021 Vox Romanica 83 (2024): 269-277 Besprechungen - Comptes rendus formas del femenino to y so (siglo XIII)» (p. 323), cuando esas dos formas son masculinas. Asimismo, el empleo de « [q]uien , al principio también usado con referencia a cosas, se va limitando a antecedentes de persona (siglo XVI)», aunque todavía se documentan, en distintos entornos sintácticos, casos de quien con antecedente inanimado en el siglo XVIII, una posibilidad que, a finales de dicha centuria, parece quedar abolida (cf., para todo ello, Octavio de Toledo y Huerta 2020 y Méndez Orense y Carmona Yanes 2023, entre otros) 10 . Los siguientes cuatro capítulos heredan la presentación de las épocas lingüísticas que habían trazado Ramón Menéndez Pidal y Rafael Lapesa en sendas historias de la lengua, la cual ha continuado Rafael Cano, por ejemplo, en el manual que coordinó. En primer lugar, Eugenio R. Luján sostiene el necesario estudio del contacto lingüístico en la Antigüedad a la luz de la nueva metodología sobre este tema, a la par que aclara con precisión los posibles fenómenos resultantes de dicho contacto. En la misma estela de innovación metodológica se articulan las tesis que defiende Santiago del Rey Quesada, para quien el latín, como cualquier lengua, conoció un espacio variacional regido por la dimensión concepcional inmediatez-distancia comunicativas. Esta perspectiva teórico-metodológica permite una mejor comprensión de los marbetes de latín clásico y latín vulgar en la bibliografía. Isabel Velázquez, en el tercer capítulo de esta sección, destaca que durante la época visigoda existían marcadas diferencias diastráticas y diafásicas en el latín, en un contexto de diglosia según la teoría de Juan Gil, aunque la comunicación vertical seguía siendo posible. Velázquez señala que en las centurias estudiadas no se aprecian tendencias definitorias en las diferencias dialectales que más tarde formarían los dominios lingüísticos peninsulares. En el cuarto capítulo, Patricia Giménez-Eguíbar reivindica un enfoque que combine la información extraída de textos literarios y documentales para estudiar los arabismos, especialmente aquellos que ingresaron por vía oral y fueron excluidos en los discursos formales de la Edad Media. Finalmente, Laura Minervini ofrece una explicación clara sobre la realidad sociolingüística en Al-Ándalus y en los reinos cristianos hasta el siglo XV. El conocido proceso de escisión latín-romance es descrito, desde su particular óptica, por el catedrático de Liverpool Roger Wright, a pesar de que sus teorías han sido matizadas en la Filología Hispánica, al menos en la ensayada en España. La otra cara de la moneda de este proceso, la caracterización lingüística de la época de orígenes, es abordada por María Jesús Torrens Álvarez, quien aporta una revisión actualizada de este periodo al tocar cuestiones que no están planteadas con suficiente nitidez en manuales anteriores. Torrens defiende, por un lado, que el surgimiento de la escritura en romance está relacionado con un proceso creciente de laicización de la sociedad y que en la documentación notarial es común encontrar un hibridismo latín-romance, lo que no debe ser interpretado solo como una falta de pericia por parte de los escribanos, sino muy especialmente como un código escrito, desarrollado por ellos y variable en virtud de la parte del documento y de la finalidad de este (cf. Calleja Puer- 10 m éndez o RenSe , m./ C aRmona Y aneS , e. 2023: «Tradicionalidad discursiva y variación morfosintáctica en la prensa económica de la Ilustración española», ZrP . 139/ 1: 88-123; o Ctavio de t oLedo Y h ueRta , á. S. 2020: «La lengua en la corte de Carlos IV. Rasgos morfosintácticos de la novela culta en los albores del siglo XIX», in: a. L óPez S eRena et al. (ed.), Tradiciones discursivas y tradiciones idiomáticas en la historia del español moderno , Berlín, Peter Lang: 52-134. 276 DOI 10.24053/ VOX-2024-021 Vox Romanica 83 (2024): 269-277 Besprechungen - Comptes rendus ta 2004 para apreciaciones parecidas desde el análisis diplomático de documentos en la escritura asturiana prenotarial) 11 . Por otro, minimiza el alcance de las comúnmente citadas scriptae , de las que solo se puede hablar a partir del siglo XIII, dado que antes de esta fecha lo único que encontramos son usos gráficos individuales no vinculados a ninguna escuela. Los siguientes capítulos ofrecen una perspectiva concisa del castellano de los siglos XIII y XIV, a cargo de Javier Rodríguez Molina, y del siglo XV, redactado por Lola Pons Rodríguez. Ambos, ejemplos de excelente didactismo, están precedidos por un capítulo de Marta López Izquierdo sobre las relaciones entre romance y latín en la Edad Media. Asimismo, el recorrido por el español clásico, realizado por Florencio del Barrio, y el estado de la cuestión sobre el español europeo de los siglos XVIII y XIX, descrito por Álvaro S. Octavio de Toledo, siguen al capítulo de Christopher J. Pountain, quien explora la relación entre el español y el latín entre 1450 y 1700. Pountain sostiene, en otro orden de cosas, que el único nombre apropiado para el español en la Edad Media es «castellano» (p. 439). He observado que algunos autores del libro utilizan, sin embargo, de manera sistemática o como variatio estilística de «castellano medieval» el término «español medieval», un uso que considero desafortunado en una obra científicamente encomiable. La historia del español concluye con un capítulo de Francisco Moreno Fernández sobre los cambios en la lengua moderna, considerando, como propone Pons Bordería (2014) 12 , que el español del siglo XX representa un nuevo espacio de diacronía. La historia lingüística de la península ibérica se cierra con tres capítulos actualizados sobre el español en contacto con otras lenguas peninsulares: el gallego, el vasco y el catalán. Se echan en falta, no obstante, capítulos dedicados a la historia lingüística del asturleonés y del (navarro)aragonés, a pesar de los avances en la investigación, especialmente sobre la construcción histórica del asturleonés en la Edad Media. De hecho, estas lenguas han estado presentes en las historias de Menéndez Pidal y Lapesa, así como en la excelente exposición de la historia interna y externa de todos los iberorromances realizada por Lleal (1990) 13 . Esta exposición sobre el contacto de lenguas en la Península no se traslada al estudio de la compleja situación multilingüe de América, donde el español estuvo y sigue estando en contacto con numerosas lenguas. Una modificación significativa con respecto a otros manuales es la inclusión de un bloque - aunque más reducido y con capítulos más breves que los de las secciones anteriores - dedicado al estudio del español fuera de Europa. Este bloque se centra principalmente en la génesis y desarrollo del español en América (tanto en los territorios hispánicos como en lo que más tarde serían los EE.UU.), y también incluye capítulos sobre el judeoespañol, situado en un lugar más adecuado que en el manual de Rafael Cano, y sobre el español en África 11 C aLLeJa P ueRta , m. 2004: «Un escribano ovetense de principios del siglo XIII: el presbítero Pedro Bono», in: C entRo de e StudioS e i nveStigaCión S an i SidoRo (ed.), Orígenes de las lenguas romances en el reino de León: siglos IX-XII , vol. 2, León, Centro de Estudios e Investigación San Isidoro: 465-90. 12 P onS b oRdeRía , S. 2014: «El siglo XX como diacronía: intuición y comprobación en el caso de ‹o sea›», RILCE 30/ 3: 985-1016. 13 L LeaL , C. 1990: La formación de las lenguas romances peninsulares , Barcelona, Barcanova. 277 DOI 10.24053/ VOX-2024-021 Vox Romanica 83 (2024): 269-277 Besprechungen - Comptes rendus (norte de África, incluyendo Argelia y Guinea). Los editores no han incluido, aunque lo mencionan en la introducción, un estudio histórico del casi desaparecido español en Filipinas. Algunos autores de esta parte (Sonia Kania, Miguel Gutiérrez Maté y Elena Diez del Corral Areta) destacan que la investigación en áreas americanas, como EE.UU. y la zona andino-caribeña, se ha basado principalmente en documentación literaria, lo cual contrasta con el enfoque empleado en el estudio del español europeo. A lo largo de los capítulos, se observa una cierta falta de uniformidad en la presentación de los datos, lo que resulta en una cierta asimetría: mientras que algunos autores (Concepción Company Company, José Luis Ramírez Luengo, Virginia Bertolotti y Magdalena Coll, Sonia Kania, David M. Bunis, John Lipski y Lotfi Sayahi) incluyen fenómenos lingüísticos en la descripción de las variedades, Gutiérrez Maté y Diez del Corral Areta los tratan brevemente en su explicación metodológica sobre el español caribeño y andino. Además, en consonancia con las conclusiones sobre la génesis del español en el Cono Sur que ensayan Bertolotti y Coll, quienes matizan una supuesta norma lingüística virreinal propuesta por Sánchez-Méndez debido a la llegada tardía de hablantes de segunda o tercera generación a estos territorios australes, habría sido beneficioso, creo, que el capítulo del catedrático de Neuchâtel hubiese incluido, en relación con las teorías de la génesis del español en América, una referencia a la explicación de este proceso desde las comunidades comunicativas, tal y como propone Bertolotti (2022) 14 , dado que, según la autora, ello habría contribuido a arrojar luz sobre cuestiones clásicas del tema y habría incorporado, como factor clave desde el que iniciar este estudio, la complejidad social, cultural y lingüística en la que se encontraron y de la que formaron parte los hablantes que fueron gestando el español en América en determinadas situaciones comunicativas. Antes de concluir, me gustaría señalar algunas erratas ortográficas que podrían ser corregidas en futuras ediciones de esta monografía. En primer lugar, es de notar una inconsistencia en el uso de mayúsculas y minúsculas en el sintagma «península ibérica», que, según la Ortografía de la lengua española de 2010, debería ser escrito con minúscula. En segundo lugar, en el tercer párrafo de la página 23 se prescinde del punto final de oración después de «(OSTA)». En conclusión, los capítulos de este nuevo manual reflejan la historia del español basándose en las investigaciones más recientes desde 2005. Expreso mi agradecimiento a los coordinadores por haber tenido una idea tan acertada y por haberla llevado a buen puerto con diligencia y excelencia académica. Si en algunos capítulos los lectores, como en mi caso, notan la ausencia de alguna investigación reciente, debemos considerarlo como señal de la vitalidad de nuestra disciplina y felicitarnos por ello. Francisco Alonso de la Torre Gutiérrez (Universidad de Sevilla) http: / / orcid.org/ 0000-0002-3141-0147 14 b eRtoLotti , v. 2022: «Derroteros y rumbos en los estudios sobre la historia del español en América: de la lengua a las comunidades comunicativas», in: S. i gLeSiaS R eCueRo (ed.), Pragmática histórica del español: formas de tratamiento, actos de habla y construcción del diálogo , Sevilla, Editorial Universidad de Sevilla: 61-84.