eJournals Vox Romanica 52/1

Vox Romanica
vox
0042-899X
2941-0916
Francke Verlag Tübingen
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1993
521 Kristol De Stefani

Tres nuevas enmiendas al Libro de Apolonio

121
1993
Gerold Hilty
vox5210230
Tres nuevas enmiendas al Libro de Apolonio 1. Libro de Apolonio 519c Un error que, sin lugar a dudas, se ha introducido en la transmisi6n de nuestro texto por un descuido de uno de los copistas es el que encontramos en la copla 519. La septima de las famosas adivinanzas de Tarsiana dice asi (estrofa 518) 1: De dentro so vellosa e de fuera raida, siempre trayo en seno mi erin bien eseondida; ando de mano en mano, traenme esearnida; quando van a yantar neng(m non me conbida. La respuesta de Apolonio es inmediata y esta expresada en forma narrativa (519): Quando en Pentapolin entre desbaratado, si non.fuesse por essa andaria lazdrado; fuy de! rey Arehitrastres por ella onrado, si no, non me oviera a yantar eonbidado. El lector no puede comprender cual es la soluci6n del enigma, a menos que recuerde lo ocurrido en Pentapolis a una distancia textual de unas 370 estrofas (o 1500 versos) entre Apolonio y Architrastres, su futuro suegro, antes de que los dos fueran a comer al palacio (coplas 144-51). La mayoria de los editores que ofrecen un comentario ha optado por explicar de que se trata, ya que no queda claro: la soluci6n es la pelota 2• Sin embargo, parece haber quedado fuera de la atenci6n de los investigadores un hecho que, gracias a una lectura atenta, resulta evidente: Tarsiana, contrariamente al lector (ayudado por el editor de turno), de ninguna manera puede interpretar correctamente la soluci6n propuesta por Apolonio, a partir de la «definici6n perifrastica» que este formula. Por supuesto, la muchacha conoce la soluci6n del enigma, siendo ella 1 Cito por la ediei6n de CARMEN MoNEDERo 1987, de la que difiero en puntos aislados, que mareo en eursiva. 2 Cf. las notas relativas a este pasaje en las edieiones de DE CESARE 1974, ALVAR 1976 y 1984, MoNEDERO 1987 y CARAFFI 1991. Resulta signifieativo el heeho de que, en su edici6n monumental (1976), Manuel Alvar ponga aqui'. una nota aclaratoria de! eontenido, la uniea de esta i'.ndole (las demas solo informan aeerea de las intervenciones en el texto). En la nota de la edici6n de PATRIZIA CARAFFI, la explieaci6n de que se trata de la pelota esta impli'.cita: «Ne! gioeo di riferimenti e rimandi eontinui la palla rieorda l'arrivo di Apollonio a Pentapoli, ma anehe la deliziosa sfida di Tarsiana ehe ogni volta <lancia> la sua demanda, per riaverne da Apollonio la giusta risposta, in un ,duello> intellettuale alla pari e ehe solo la stanehezza di Apollonio puo interrompere» (233). Tres nuevas enmiendas al Libro de Apolonio 231 quien lo plantea, pero la respuesta de Apolonio no le ofrece ningun elemento que le permita identificar inequfvocamente el objeto en cuesti6n. La continuaci6n del texto, tal como lo leemos en el unico manuscrito conservado, no es 16gica: Tarsiana, sin pedir mas detalles ni la denominaci6n del referente, sigue inmediatamente con la octava adivinanza, segura de haber entendido la soluci6n de la septima 3• lC6mo explicar esta situaci6n de incongruencia? Creo, como he adelantado, que se trata de un error imputable al copista, quien se equivoc6 en la transcripci6n del verso 519c. Para llegar a corregir nuestro texto, puede ser util recordar la fuente del Libro de Apolonio, la Historia Apollonii Regis Tyri, en cuyo capitulo XLIII la adivinanza dice asf 4 : Non sum compta comis et non sum compta capillis. Intus enim mihi crines sunt, quos non videt ullus. Me manibus mittunt, manibusque remittor in auras. En la respuesta de Apollonius, proporcionada bajo forma narrativa como la de nuestro Libro, la soluci6n es explfcita 5 : ...hanc ego Pentapoli naufragus habui ducem, ut regi amicus efficerer. Nam sphaera est, quae non est vincta comis et non est nudata capillis, quia intus plena est; haec manibus missa manibusque remittitur. Tambien aquf Tharsia propone en seguida la pr6xima adivinanza («item ait ad eum puella»), pero si no tiene dudas acerca de la soluci6n propuesta por Apollonius es porque este la ha formulado explfcitamente. Ahora bien, estoy convencido de que en el Libro de Apolonio, tal como fue compuesto, la respuesta de Apolonio inclufa tambien, como el modelo latino, la expresa menci6n de la pelota 6 • EI verso 519c, en su forma original, debi6 de decir asi: 3 En un intento de defender la 16gica de la narraci6n dejando intacto el texto, se podria opinar que Tarsiana podia conocer la escena de Pentapolis, ya que en las coplas 356-62 su ama Lic6rides, antes de morir, le habia revelado detalladamente la historia de su proveniencia real (361d: «Cont6le la estoria toda de fundamenta»), incluyendo quizas lo acontecido en Pentapolis, es decir que Apolonio y Architrastres jugaron a la pelota. Sin embargo, esta hipotetica argumentaci6n no podrfa satisfacer en absoluto, dado que, si Tarsiana estuviese realmente enterada de los acontecimientos de Pentapolis, deberfa tambien darse cuenta de que el peregrino, cuyo nombre desconoce, es su padre Apolonio. Pero no lo hace, de modo que la anagn6risis se produce s6lo mas tarde (528-47). Si cabrfa preguntarse, en cambio, por que motivo Tarsiana no reacciona al ofr por boca de Apolonio el nombre de su abuelo Architrastres (519c) y de su patria Pentapolis (519a), que Lic6rides habia mencionado en su narraci6n (359ab). 4 ALVAR 1976: 11, 259. 5 ib. 6 N6tese que, dejando el texto tal como esta, serfa la unica respuesta de Apolonio sin menci6n del objeto buscado (cf. las otras respuestas en 506b, 508a, 509d, 512c, 513d, 514d, 521a y 523b). 232 Giovanni Bruno fuy del rey Architrastres por la pella onrado. La errata por ella en lugar de la lectura correcta por la pella se justifica por la semejanza grafico-f6nica de los dos sintagmas. EI castellano antiguo conocia dos terminos sin6nimos para «pelota»: pellota (o pelota) y pella, ambos atestiguados en el propio Libro de Apolonio: pellota en 144c y 150b; pella en 148b (precisamente en la escena de Pentapolis)7. Ademas de ofrecer una restituci6n correcta del texto desde el punto de vista de la 16gica (ahora nos resulta claro por que Tarsiana queda satisfecha ante la respuesta de Apolonio), la propuesta de enmienda dara satisfacci6n a quienes como yo mismo creen, a partir del incipit del Libro de Alexandre, en la absoluta regularidad metrica de los versos del «mester de clerecia»: el segundo hemistiquio recobra la septima sflaba, que se habia perdido por el error del copista 8• 2. Libro de Apolonio 576c Otro lugar del texto en el que hay que introducir una correcci6n es el versa 576c: «cremar a Dionisa, su marido prender» Despues de la reunificaci6n de su familia, Apolonio decide pasar por Tarso, donde quiere castigar a los ayos de Tarsiana. El castigo previsto para los dos traidores es el descrito en el versa citado. En la nota respectiva de su edici6n, Carmen Monedero, planteando una cuesti6n que vamos luego a discutir, observa que el autor «parece hacer aqui distinci6n entre el castigo a la instigadora y al mero encubridor, pero ambos fueron muertos». De hecho, resulta dificil comprender por que motivo se especificaria el castigo de Dionisa (cremar), limitandose en el caso de Estrangilo a decir que fue apresado (prender): es evidente que ella tambien tuvo que ser capturada antes de ser quemada, como expresan los versos 606ab: Fue presa Dionisa e preso el marido, metidos en cadenas, el aver destruido. No creo que la investigadora mentada acierte al expresar su perplejidad ante el versa en cuesti6n: a mi modo de ver, esta corrompido. En realidad, no se distingue en la gravedad del delito, sino en la ejecuci6n. 7 Dentro de! «mester de clerecia», encontramos pella (en parte en locuciones, con sentido metaf6rico) tambien en el Libro de Alexandre 783b, 2409c; BERCEO, Vida de Santo Domingo 250b; m., Milagros de Nuestra Seiiora 86a, 256c; m., Martirio de San Lorenzo 48d; y Poema de Ferndn Gonzdlez 290c, 316d. Ademas, por la misma epoca, el termino esta documentado, en prosa, en el Libro de los doze sabios (WALSH 1975: 79) y en Calila e Dimna (CACHO BLECUAI LACARRA 1984: 218). s Resulta innecesario, entonces, el intento de Alvar de regularizar el verso «pasando fui al segundo hemistiquio ( ... ) y afiadiendo buen a un sintagma que suele admitirlo» (ALVAR 1976: 11, 193). Tres nuevas enmiendas al Libro de Apolonio 233 La muerte, en el Libro de Apolonio, es el castigo «normal» para los malos (cf. Antioco y su hija en 248c 9 y el duefio del burdel en 567c-68c 10). En 61lbc se dice explfcitamente c6mo muere el matrimonio: fue luego Dionisa levada a quemar, levaron al marido <lesende a enforcar 11 . Creo que en el original habia paralelismo perfecto entre 611bc y 576c, diciendose en ambos casos: primero, que la mujer es quemada y, despues, que el esposo es ahorcado. Para restablecer el paralelismo, reconduciendo el texto a su forma original, hay que enmendar el versa 576c de la manera siguiente: «cremar a Dionisa, su marido pender» Pender, que tiene aqui el sentido de 'ahorcar', es verbo atestiguado en BERCEO, Vida de San Mil/ an 485a; rn., Loores de Santa Maria 90d; rn., Milagros de Nuestra Senora 906c, y corresponde al sin6nimo enforcar de 611c. 9 Para los incestuosos, tanto el hombre seductor como la mujer condescendiente, las Siete Partidas (part.VII, tit.18, leyes 1 y 3) preven la pena capital. 10 Es sumamente interesante el hecho de que nuestro autor no siga fielmente la fuente en cuanto a los castigos que reciben el len6n y los esposos Strangullio y Dionysia por un lado, y los atribuidos al «seiior de soldaderas» (396a) y a Dionisa por el otro (para Estningilo esta prevista una pena distinta, como veremos).Veanse las respectivas soluciones en los siguientes pasajes de la Historia Apollonii Regis Tyri, respecto de los cuales el poeta castellano invierte perfectamente los terminos: cap.XLVI (ALVAR 1976: 11, 261): At vero omnes una voce clamaverunt dicentes 'leno vivus ardeat et bona omnia eius puellae addicantur! ' Atque his dictis leno igni est traditus. (cf. Libro de Apolonio 516c, 611b); cap.L (ALVAR 1976: 11, 263s.): Tune omnes cives, sub testificatione confessione facta, et addita vera ratione confusi rapientes Strangullionem et Dionysiadem tulerunt extra civitatem et lapidibus eos occiderunt et ad bestias terrae et volucres caeli in campo iactaverunt, ut etiam corpora eorum terrae sepulturae negarentur. (cf. Libro de Apolonio 561d, 568c). 11 Se trata de dos tipos de castigo que aparecen nombrados juntos, como modalidades de penas capitales posibles, en las Siete Partidas, y que estan previstos para personas de bajo nivel social, como muestran estos dos pasajes de la obra alfonsi: - Otrosi dezimos, que la pena de la muerte principal (...) puede ser dada al que la mereciere, cortandole la cabe�a con espada, o con cuchillo, e non con segur, ni con foz de segar: otrosi, puedenlo quemar, o enforcar, (...) (part.VII, tit.31, ley 6); - (...) que maguer el fidalgo, o otro ome que fuesse honrrado por su sciencia, o por otra bondad que oviesse en el, fiziesse cosa por que oviesse a morir, non lo deven matar tan abiltadamente como a los otros, assi como arrastrandolo, o enforcandolo, o quemandolo, o echandolo a las bestias bravas; mas devenlo mandar matar en otra manera, assi como faziendolo sangrar, o afogandolo, o faziendolo echar de la tierra, si le quisieren perdonar la vida. (part.VII, tit.31, ley 8). 234 Giovanni Bruno 3. Libro de Apolonio 405c Un error inaudito es el del versa 405c: fue con gran pro�esi6n al apostol enviada. Corno justamente opina MARDEN 1937: II, 75, apostol es «errata del copista por alguna palabra que signifique 'burdel'». El mismo investigador propone las enmiendas espital y ostal (II: 58), siendo la segunda aceptada por DE CESARE 1974 y MoNEDERO 1987. Esta ultima erudita afirma, sin embargo, que «tambien podria pensarse en deformaci6n de puesto, con el sentido de 'lugar sefialado para hacer algo'» 12• La propuesta de ALVAR 1976, avol, y toda su justificaci6n (ad notam) no convencen en absoluto. A mi modo de ver, ninguna de las propuestas presentadas es satisfactoria. Es evidente que la palabra deformada tiene que ser un sin6nimo de burdel (o, por lo menos, un termino del mismo campo semantico). Contribuye a esta convicci6n el hecho de que en el lugar correspondiente, el capitulo XXXIV, la Historia Apollonii Regis Tyri pone ad lupanar 13 • Ahora bien, en el capitulo precedente de la Historia, el XXXIII, aparece dos veces el sin6nimo prostibulum 14 : en la especulaci6n econ6mica de Athenagora, que le induce a dejar que sea el len6n quien compre a Tharsia, saliendole a el mucho mas barato el negocio: cum ille [el duefio del burdel) eam [Tharsia) in prostibulo posuerit, intrabo prior ad eam et eripiam nodum virginitatis eius vili pretio; en el ruego de Tharsia, echada a los pies del rufian: Et rogo te, ne velis hoc corpusculum tu sub tarn turpiprostibulo constituere! 15 12 Definici6n sacada del DcECH IV: 607. 13 ALVAR 1976: 11, 253. 14 loc. cit. 1s Lo encontramos ademas en el capftulo XLVI: «[el alcahuete] qui (...) emit filiam [Tharsia] et in prostibulo posuit. » (ALVAR 1976: II, 261). El conocimiento de esta palabra por parte de los letrados de la epoca parece seguro, habiendo sido esta utilizada en una de las obras mas leidas de la Edad Media, el De Amore de Andreas Capellanus: - 1/ 9: «Sed si aliqua mulier avaritiae tanto detineatur ardore ut muneris gratia se ipsam largiatur amanti, haec a nemine reputetur amatrix sed falsificatrix amoris et immundarum mulierum prostibulis adiungenda.» (CREIXELL VrnAL-QUADRAS 1985: 270); - 1/ 9: «Si enim tanta corporis te petulantia cogat, ut soldatas quaerere velis feminas, magis tibi expedit cum mulieribus publice in prostibulo commorantibus negotiari et earum pretio corpus parvo mercari, quam sub amoris figmento ab aliqua se dominam simulante meretricio more velle propriis exspoliari divitiis. » (CREIXELL VrnAL-QUADRAS 1985: 272); - 11/ 6: «Istud quod hie de meretricibus indicamus non solum eas quae in prostibulis commorantur attingit, sed etiam omnes quae pro cuiuscunque muneris exspectatione se largiuntur amanti. » (CREIXELL VIDAL-QUADRAS 1985: 320). Tres nuevas enmiendas al Libro de Apolonio 235 Teniendo en cuenta esta circunstancia, propongo la enmienda postrfbol 16 • Este termino, no documentado-que yo sepa-en los textos coetaneos 17, no solo encaja muy bien en el nivel semantico, sino que ofrece ademas la posibilidad de explicar de manera plausible el error de copia, debido o bien a la identidad de a-post-ol en los grupos al apostol y al postr(bol, o al hecho de que el copista, no entendiendo el latinismo, escribiera una palabra que le era familiar, estropeando el verso de manera ininteligible. La raz6n mas valida para preferir postrfbol, dejando al lado las otras propuestas de correcci6n, es que-y esto ya es indudable-prostibulum esta presente en la fuente. Ademas, en un afän de corroborar esta tesis, nos podriamos imaginar perfectamente que la palabra postrfbol figurase bajo forma abreviada en el manuscrito copiado 18, facilitando el error, o que el copista tuviese delante una forma ya corrompida. Por lo que ataiie a la metrica, el primer hemistiquio corresponde perfectamente a los canones del «mester de clerecia» 19, leyendose pr0f;;esi6n como trisflabo (cf. Libro de Apolonio 296b y BERCEO, Milagros de Nuestra Seiiora 56b, 169b), mientras que para enviada del segundo notamos una cierta vacilaci6n (las formas nooxftonas de este verbo se leen casi siempre con dieresis en BERCE0 20 , dependiendo 16 Esta forma, con metatesis de r, es preferible a prost[bol, de acuerdo con la explicaci6n practica del error cometido por el copista, que voy a exponer en seguida.N6tese que la metatesis se ha producido en italiano: «postribolo » , forma atestiguada ya a finales del siglo XIII en La Bibbia volgare: «Non porre la tua figliuola al postribolo, accio ehe la terra non si contamini ed empiasi di peccato. » (NEGRONI 1882-1887: I, 546). 11 En el castellano antiguo, el burdel se llamaba puter[a, como se desprende de las Siete Partidas, part.IV, tit.22, ley 4 y part.VII, tit. 22, ley 1. EI Glosario de El Escorial (no posterior a finales del siglo XIV, segun AMERrco CASTRO 1936: VI), no s6lo confirma el uso de este termino, sino que tambien proporciona otra documentaci6n de prostibulum en el dominio hispanico: - «lupanar, -ris, por puteria» (glosa 1360, p.107); - «[p]ro[st]ibulum, -i, por puteria» (glosa 1770, p.113). Cabe sefialar que, ademas de puteria y prostibulum, el Universal vocabulario en latfn y en romance de Alonso de Palencia atestigua, aunque ya a finales de! siglo XV, los terminos latinos prostibula, prostibulata y prostituta (resuelvo las abreviaturas sin ninguna indicaci6n): - «Prostibulum: la puteria do las mundarias se echan de baxo de los varones por que ! es den dineros; y es prostibulum casa de fornica(,ion: et la mundaria se puede dezir prostibula o prostibulata; et prostituta, que echando se yaze baxo de! varon pora usar de luxuria.» (PALENCIA 1490: 392); - «Meretrix, -cis: (...) Meretrix tiene esta diferen(,ia de prostibula, que meretrix, que es ramera, no es tan publica, et gana mas ocultamente; la prostibula, que es mundaria, esta de dia e de noche ante su botica presta a todos (...).» (PALENCIA 1490: 277). 1s Los articulos meretrix y prostibulum de! Universal vocabulario de Alonso de Palencia (cuyas partes castellanas estan citadas en la Nl7) revelan un hecho interesante al respecto, aunque no se trata de un documento manuscrito. Mientras que el texto latino pone de forma integral los terminos prostibulum, prostibula, prostibulata y prostituta, la traducci6n castellana presenta las siguientes formas abreviadas: pstibulum, pstibula, pstibulata y pstituta (el signo de abreviaci6n esta conformado por una prolongaci6n hacia abajo del cabo inferior de! semicfrculo de la p). 19 Resumidos en HrLTY 1989 (en particular 187-89). 20 Cf. NELSON 1991: 61. 236 Giovanni Bruno a veces de eventuales intervenciones en otras partes del verso), asf que puede admitirse la sineresis, como en Libro de Apolonio 48c y 119c 21• En definitiva, es muy probable que el autor castellano escribiese el verso 405c de la manera siguiente: «fue con gran profesi6n al postrfbol enviada» 22• Zürich Bibliografia ALVAR, M. (ed.) 1976: Libro de Apolonio, Madrid, 3 vol. ALVAR, M. (ed.) 1984: Libro de Apolonio, Barcelona Giovanni Bruno CACHO BLECUA, J. M./ LACARRA, MARIA JEsus (ed.) 1984: Calila e Dimna, Madrid CARAFFI, PATRIZIA (ed.) 1991: Libro de Apolonio, Parma CASTRO, A. (ed.) 1936: Glosarios latino-espafioles de la Edad Media, Madrid CoRBELLA DfAz, DoLORES 1985: Estudio de! lexico del Libro de Apolonio, La Laguna, 2 vol. CREIXELL VmAL-QUADRAS, lNES (ed.) 1985: ANDREAS CAPELLANUS, De Amore [ANDRES EL CAPELLAN, Tratado sobre el amor], Barcelona DcECH: Diccionario critico etimol6gico castellano e hisptinico, por J. CoROMINAS, con la colaboraci6n de J.A. PASCUAL, Madrid 1980-1991, 6 vol. DE CESARE, G.B. (ed.) 1974: Libro de Apolonio, Milano HILTY, G. 1989: «l,Es posible recuperar Ja lengua del autor de! Libro de Apolonio a traves de Ja unica copia conservada? », VRom. 48: 187-20 7 MARDEN, C.C. 1916: «Unos trozos oscuros de! Libro de Apolonio», RFE 3: 290-97 MARDEN, C.C. (ed.) 1937: Libro de Apolonio. An Old Spanish Poem. Part I, Baltimore / Paris 1917; part II: Princeton-Paris 1922; corrected reissue 1937 (reprint New York 1965), 2 vol. MoNEDERO, CARMEN (ed.) 1987: Libro de Apolonio, Madrid NEGRONI, C. (ed.) 1882-1887: La Bibbia volgare, Bologna, 10 vol. NELSON, D.A. 1991: Gonzalo de Berceo y el Alixandre: Vindicaci6n de un estilo, Madison Siete Partidas: Las Siete Partidas del sabio rey don Alfonso el IX (...), Barcelona 1843-1844, 4 vol. WALSH, J.K. (ed.) 1975: Libro de los doze sabios o Tractado de la nobleza y lealtad, Madrid 21 Hace falta mucha cautela cuando se utilizan las concordancias de! Libro de Apolonio que tenemos a disposici6n. Desgraciadamente, ALVAR 1976: III toma como base su propia reconstrucci6n ciitica de! texto, de manera que, por ejemplo, enviara de 119c no figura en la lista, porque el fil6logo ha corregido en envi6, que en cambio si figura.Las concordancias de DoLORES CORBELLA DfAz 1985: II siguen fielmente las lecciones de! manuscrito.Esta soluci6n, por supuesto, tampoco es satisfactoria, puesto que la investigadora incluye en su lista todas las erratas que la critica, en cuidadosa y necesaria labor, ha eliminado de nuestro texto. l,Podemos renunciar a las magistrales enrniendas de CHARLES CARROLL MARDEN 1916 o las de otros investigadores? Es absurdo, por ejemplo, registrar ceteo para el versa 190 b y elayco para 68a, despues del citado articulo de Marden, o para el versa 30 0 d odir; enpcon, exigiendo la rima claramente odi<; enp,;6n o odi,;enp,;i6n (para este terminoadmitiendo que no sea una erratala seiiora Corbella, en las paginas 378 a 380 del primer tomo, proporciona unos datos interesantes que podrian contribuir a explicar su significado ). 22 Agradezco al profesor Gerold Hilty su generosa ayuda en el arreglo de! presente articulo y su amable interes por la publicaci6n de! mismo.- Cuando vi la edici6n de DoLORES CoRBELLA (Libro de Apolonio, Catedra, Madrid 1992), este articulo se encontraba ya en prensa. Las enmiendas que propongo siguen siendo necesarias. Un episodio enigmatico del Libro de buen amor Las coplas 945 a 949 del Libro de buen amor, que hablan «De la vieja que vino a ver al aryipreste e de lo que le contesvi6 con ella», han desafiado a los criticos por su aparente falta de coherencia y claridad. Varias son las preguntas que ellas han suscitado y varios son los intentos de explicaci6n.Ami modo de ver, el episodio sigue siendo enigmatico. He aqui el texto en cuesti6n, tal como aparece en la edici6n de GERALD B. GYBBON-MONYPENNY (1988: 304s.): 945 EI mes era de mar90, salido el verano: vino me ver una vieja, dixo me luego de mano: «jM090 malo, mo90 malo, mas val enfermo que sano! » Yo trave luego della e fable Je en seso vano. 946 Con su pesar Ja vieja dixo me muchas vezes: «Ar9ipreste, mas es el rrofdo que las nuezes. » Dixel yo: «Dio me el diablo estas viejas rrahezes; desque han bevido el vino dizen mal de las fezes. » 947 De toda esta lazeria e de todo este coxixo fiz cantares ca9urros de quanto mal me dixo; non fuyan dello las duefias, nin los tengan por lixo, ca nunca los oy6 duefia que dellos mucho non rrixo. 948 A v6s, duefias sefioras, por vuestra cortesfa, demando vos perd6n, que sabed que non querrfa aver safia de v6s, ca de pesar morrfa. Consentid entre los sessos una tal bavoqufa. 949 Por me lo otorgar, sefioras, escrevir vos he grand sa96n, de dicho e de fecho e de todo cora96n, non puede ser que non yerre omne en grand rra96n; el oidor cortes tenga presto el perd6n. Aestas coplas el editor dedica la nota siguiente: «Este pequefio episodio no ha sido explicado bien por nadie.lDe que vieja se trata? ...lEn que consiste el seso vano de 945d? ...En 946b, la vieja parece quejarse porque el protagonista ha resultado decepcionante (lcomo amante, o como diente que no paga? ...), y el la maldice por haber tomado y despues haberse quejado de lo dado (946d).Se ha sugerido que 945d cuenta un intento de seducir a la vieja, y que podria ser una alusi6n ir6nica al episodio de la vieja en la De Vetula («Ovidio, creyendo haberse citado con la 238 Gerold Hilty amada, se mete en la cama en tinieblas, para encontrarse abrazado por la vieja). Pero es solamente una posibilidad» (304). En este articulo me propongo dar una interpretaci6n nueva y coherente al pequefio episodio. Conviene fijar primero la situaci6n. En su autobiograffa amorosa imaginaria el arcipreste de Hita ya ha hablado de cuatro aventuras amorosas 1 • Tres veces el protagonista no logra conquistar a la dama requerida. La cuarta vez en el caso de la «apuesta duefia» que vio «ser en su estrado» (910b) gracias a la ayuda de Dofia Urraca, obtiene el exito. EI amor se consuma. Pero la felicidad es breve. La duefia muere inesperadamente y el arcipreste cae enfermo. En esta situaci6n viene a visitarle una vieja y empieza el episodio que nos interesa. Vamos a analizar el texto de las estrofas 945 y 946, transmitido por el unico manuscrito de Salamanca. En primer lugar insisto en que el manuscrito dice inequfvocamente «una vieja», lo que, para mf, excluye la posibilidad de identificar a la vieja con Dofia Urraca. En segundo lugar nos preguntamos que quiere decir el verso 945c. Creo que J. CoROMINAS (1967: 368) esta en lo cierto cuando lo interpreta de la manera siguiente: «l,Asi que solo cuando estas enfermo muestras buenos prop6sitos morales? » Me parece que JACQUES JosET (1974: 27) no ha entendido bien esta propuesta de Corominas cuando la rechaza diciendo: «estar sano no puede corresponder a mostrar 'buenos prop6sitos morales'». Claro que no: La idea de valores morales esta expresada por el verbo valer. En un punto, sin embargo, J. Joset esta de acuerdo con J. Corominas: La vieja se burla del arcipreste. Y creo que hay mas. Sus palabras, segun las cuales el arcipreste solo es bueno, es decir no peca, cuando esta enfermo (porque entonces no tiene fuerza para pecar), ademas de ser una burla contienen tambien una provocaci6n. La vieja intenta provocar al arcipreste a que sea malo, a que peque, realizando con ella el acto sexual. Estamos, pues, ante la situaci6n siguiente: Una vieja voluptuosa, lujuriosa, lasciva, se ofrece a un hombre para satisfacer sus propios apetitos carnales. Esta situaci6n aparece ya como motivo en ciertos generos de la literatura griega (Arqufloco, Arist6fanes, producci6n epigramatica 2 ), y en la literatura latina existe toda una tradici6n de este motivo, llamado el motivo de la vetula. Baste con mencionar los epodos 8 y 12 de Horacio y numerosos epigramas de MarciaP. Digo entre parentesis que la situaci6n es diferente en la escena de la obra pseudo-ovidiana De Vetula, mencionada por G. Gybbon-Monypenny. Alli la vieja no se le ofrece desvergonzadamente al hombre joven para satisfacer sus propios 1 No cuento la aventura narrada en la parafrasis del Pamphilus, que, para mi, no pertenece a la autobiograffa ficticia. 2 Cf. BRECHT 1930: 55, 65s.; GRASSMANN 1966: 1-22. 3 Cf. GRASSMANN 1966, sobre todo p. 1-34 y 47-90. Un episodio enigmatico de! Libro de buen amor 239 apetitos, sino que se sustituye a la muchacha para engafiar al protagonista enamorado. Con esta afirmaci6n no quiero negar el influjo ejercido por la obra pseudoovidiana sobre el Libro de buen amor, influjo demostrado magistralmente por FRANCISCO Rico (1967: 311-25). Insisto s6lo en el hecho de que nuestro episodio contiene elementos procedentes de otra tradici6n. La reacci6n del arcipreste ante la provocaci6n de la vieja es clara: «Yo trave luego della», dice el primer hemistiquio del versa siguiente.En cuanto al segundo hemistiquio de este versa creo que, introduciendo unas ligeras enmiendas, hay que leer: «... falle le el seso (sexo) en vano». Es fäcil explicar una confusi6n entre fablar y fallar, dos verbos que en castellano antiguo presentan la variante grafica falar 4 • Las demas enmiendas son pequefias y se justifican fäcilmente por razones semanticas, con tal de que se interprete seso como sexo, con el sentido de 'vulva'. Tal interpretaci6n no me parece demasiado osada.Precisamente en la acepci6n de 'vulva', bien atestiguada en latin, la palabra sexus ha seguido una evoluci6n popular en las lenguas romanicas, como lo demuestran el judeo-espafiol seso y formas correspondientes en el italiano antiguo, el siciliano y el sardo. EI versa 945d, diria, pues: 'Yo la agarre y le encontre la vulva, pero fue en vano.' Las dos ultimas palabras aluden a la impotencia momentanea del arcipreste y esta alusi6n se explicita en la estrofa siguiente con el proverbio «Mas es el ruido que las nueces», citado por la vieja, desilusionada al ver que su apetito sexual no se satisface. Creo, ademas, que la expresi6n «con su pesar» del versa 946a alude explicitamente al apetito sexual de la vieja. Corno ha demostrado V1cENTE REYNAL en su libro El lenguaje er6tico medieval a traves del Arcipreste de Hita, en la descripci6n de la tienda de don Amor, Juan Ruiz emplea el verbopesar con claro sentido sexual (1988: 102s.).Describe alli «tres fijos dalgo» (1278a), que simbolizan los meses de Ja primavera.EI segundo, que corresponde al mes de marzo («EI mes era de mar�o ...» dice el autor en el primer versa de nuestro episodio), «a omnes, aves e bestias mete los en amores» (1281d), y continua diciendo Juan Ruiz: 1282 Este tiene tres diablos presos en su cadena: el uno enbiava a las duefias dar pena; pesa les en el lugar do Ja muger es buena; desde enton�e comien�a a pujar el avena. He aqui el comentario que dedica V. REYNAL a los tres ultimos versos: «Darpena es lo mismo que sentir pasi6n, referencia, por tanto, al estado de excitaci6n pasional que se le despierta a la mujer, en especial ... en esta epoca. Es una afecci6n corporal <pasiva> mas que activa, segun atribuci6n tradicional a Ja hembra. Ya los 4 Falar en lugar de fablar lo encuentro, por ejemplo, en el Libro de Alexandre y en el Libro conplido; falar en lugar de fallar en el Auto de los Reyes magos, el Fuero de Madrid y el Libro de! cauallero et del escudero de D. JuAN MANDEL. 240 Gerold Hilty latinos empleaban la palabra poena para referirse, en ciertos contextos, al acto sexual ...El siguiente verso es uno de los mas eufemfsticos, a la par que significativos, de todos cuantos hasta ahora ha usado el Arcipreste: <do la muger es buena> no es otra cosa que sus 6rganos sexuales ... <Pesa les> es toda una metafora del efecto (el peso fisiol6gico y psicol6gico ) que la pasi6n produce en el organismo, en un sentido receptivo. La <avena> a la que alude el poeta es metafora del 6rgano femenino. » (1988: 102s.) El motivo de la impotencia, expresado por el proverbio del verso 946b, es parte integrante de las situaciones creadas por las vetulae en las literaturas clasicas. El languor del hombre contrasta a menudo con el Juror Venereus de la vieja y se habla de membrum languidum, de mentula iners, non surgens, etc.En parte, la impotencia momentanea del hombre se justifica explfcitamente por el escaso atractivo de la vieja. Otro elemento tradicional es la burla de la vieja al ver que el hombre no puede cumplir el acto sexual. Nuestro texto parece estar integrado, pues, en una tradici6n antigua, y no veo argumento alguno para no admitir que Juan Ruiz conociera tal tradici6n. Ella nos da tambien la clave para comprender los versos 946c y 946d.El primero de ellos, de todas maneras, contiene un error. El manuscrito de Salamanca presenta como penultima palabra la forma vieja. Todos los editores corrigen en viejas. Pero, este error evidente l,no podria ser indicio de un cambio mas sustancial, provocado por la no-comprensi6n de un copista? Yo creo que hay que leer aquf vergas. La enmienda, graficamente insignificante, se impone por razones semanticas. El autor habla de la verga en el sentido de 'miembro viril'.En esta acepci6n, la palabra verga (y su variante latinizante virga) aparece ya en un pasaje del Libro conplido (1254). Bajo el tftulo «En saber en que logar es la sennal en el cuerpo del omne » , se dice entre otras cosas: Por la uista del omne e por las sennales que · l parecen puedes saber las sennales que a por los mienbros encubiertos.Cata el omne, e si · l fallares sennal en la nariz, otra sennal a en 1a uirga uiril e otra en los costados de la parte siniestra e otra en el logar o son los cabellos en el pendil ( = pubis) ...E si · l uieres la sennal en las manos, otra sennal a en la uerga e otra en el pendil. (HILTY 1954: 70) Hay que recordar tambien el juego de palabras obsceno que hace el mismo Juan Ruiz en la estrofa 384 con la expresi6n bfblica «virga virtutis» 5 • El epfteto de vergas, a saber, rrahezes, cuadra perfectamente con este contexto. El adjetivo arabe ra"/Jf�, base del adjetivo espafiol, tenfa el sentido de 'barato, vil, de poco valor', pero significaba tambien 'blando'.Creo que en nuestro texto tenemos un reflejo de este sentido y que las vergas rrahezes corresponden exactamente a las membra languida de los textos latinos. s Cf. tambien REYNAL 1988: 72s. Un episodio enigmatico del Libro de buen amor 241 Pero, lP0r que el arcipreste habla de estas vergasen plural? El mimero se puede explicar por el hecho de que el autor piensa en los estados de la verga y que de manera ligeramente metonimica expresa la pluralidad de los estados por el plural de la palabra verga. Nos queda el versa 946d. Estoy de acuerdo con J. CoROMINAS (1967: 370) en atribuir este versa a la vieja, que, probablemente, alude aqui por segunda vez a la aventura anterior del arcipreste en la cual ha bebido el vino del amor, pero que le ha dejado convertido en un enfermo, un agotado, un impotente. Si se acepta mi interpretacion, el episodio de la vieja que de ninguna manera es Dofia Urraca tiene una funcion importante en la estructura del Libro de buen amor. Preceden cuatro aventuras en las cuales el arcipreste, el hombre, lleva el papel activo, con o sin exito. Con el breve episodio compuesto con elementos de la tradicion de la vetula, de la vieja voluptuosa y provocadora, cambia la perspectiva, y en las cuatro aventuras que siguen son las acaecidas con las serranas la mujer lleva el papel activo. En estas cuatro aventuras, la sexualidad femenina, que al principio es muy fuerte, va disminuyendo hasta llegar a la feminidad virginal, pura, de Santa Maria del Vado. Que el breve episodio con la vieja sea el punto de partida para el viaje imaginario por la sierra, puede probarse aun por otro elemento. Despues del encuentro con la vieja, el autor dice haber escrito «cantares ca9urros de quanto mal me dixo» (947b). Estoy convencido de que estos cantares no se han perdido, como se cree en general, sino que son las cuatro canticas de las serranas. Aiiado entre parentesis que convendria preguntarse, con vistas a toda la obra, si efectivamente se han perdido composiciones liricas en el Libro de buen amor. Si para los «cantares ca9urros» del versa 947b se acepta mi interpretacion, se puede afirmar que en cuanto a las canciones lfricas hay una biparticion clara: No faltan, despues del anuncio, trovas o cantares cazurros, composiciones burlescas o parodicas, ni faltan composiciones religiosas; faltan solo canciones amorosas, que serian imitaciones de la lfrica cortesana. lY si Juan Ruiz, con su ironia y su ambigüedad consabidas, hubiera anunciado tales composiciones sin haberlas escriro jamas? Pero volvamos a las canticas de las serranas, integradas en el viaje por la sierra. Falta por mencionar un elemento que confirma su identidad con los «cantares ca9urros» de la copla 947. «El mes era de mar90, salido el verano», dice el autor cuando empieza el episodio con la vieja (945a). «El mes era de mar90, dia de San Meder», dice al empezar su viaje por la sierra (951a). Ya que la festividad de San Emeterio se celebra el 3 de marzo, en ambos casos el autor se refiere a los primeros dias de dicho mes. La aventura con la vieja y el viaje imaginario por la sierra forman, pues, una unidad tanto exterior como interior. Esto tiene sus consecuencias tambien para el problema de la composicion del Libro de buen amor. Si mi interpretacion es acertada, el episodio con la vieja, conservado solo en el manuscrito de Salamanca, no es una afiadidura posterior, 242 Gerold Hilty sino una charnela estructuralmente muy importante, suprimida en una rama de los manuscritos por un copista que no entendi6 o no quiso entender el texto bastante obsceno y que no se dio cuenta de la importante funci6n del episodio en el conjunto del Libro de buen amor 6 • Zurich Bibliografia BLECUA, A. (ed.) 1992: Libro de buen amor, Madrid Gerold Hilty BRECHT, F.J. 1930: Motiv- und Typengeschichte des griechischen Spottepigramms, Leipzig CoROMINAS, J. (ed.) 1967: Libro de buen amor, Madrid GRASSMANN, V. 1966: Die erotischen Epoden des Horaz. Literarischer Hintergrund und sprachliche Tradition, München GYBBON-MONYPENNY, G. B. (ed.) 1988: Libro de buen amor, Madrid HrLTY, G. (ed.) 1954: ALY ABEN RAGEL, EI Libro conplido en los iudizios de las estrellas. Traducci6n hecha en la corte de Alfonso el Sabio. Introducci6n y edici6n por G. H., Madrid JosET, J. (ed.) 1974: Libro de buen amor, Madrid REYNAL, V. 1988: EI lenguaje er6tico medieval a traves del Arcipreste de Hita, Madrid Rrco, F. 1967: «Sobre el origen de la autobiograffa en el Libro de buen amor,>, Anuario de Estudios Medievales 4: 301-25 6 La interpretaci6n que precede se present6 como ponencia en el III Congreso Internacional de la Asociaci6n Hisptinica de Literatura Medieval (Salamanca, Octubre de 1989). Se publica aqui porque las Actas de dicho Congreso tardan en publicarse o a lo mejor no se publicariin nunca. - Entretanto ha aparecido Ja edici6n del Libro de buen amor de ALBERTO BLECUA (1992). En sus notas, a pie de piigina (229) y suplementarias (531), el editor intenta aclarar algunos aspectos de nuestro episodio. Tiene que confesar, sin embargo, que el verso 945d, por ejemplo, constituye un «pasaje (. . .) confuso» (229).