Vox Romanica
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0042-899X
2941-0916
Francke Verlag Tübingen
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1996
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Kristol De StefaniJACQUES BRES, La Narrativite, Louvain-la-Neuve (Duculot) 1994, 201 p. (Champs Linguistiques)
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1996
F. Gómez Redondo
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214 Besprechungen - Comptes rendus W. Berschin ist, bleibt für mich fraglich. Wie ich schon an anderer Stelle dargelegt habe 6 , halte ich es für durchaus möglich, daß Wetti und Walahfrid sich für die Hinweise auf die Herkunft von Gallus ausschließlich auf eine unrichtige, aber leicht verständliche -lokale Tradition sowie auf die Columban-Vita von Jonas stützten und die Vetustissima erst von dem Augenblick an als Quelle benützten, wo von den Geschehnissen in der «Altimania» 7 die Rede ist. Ein Letztes zum rezensierten Band: Die zum Teil anspruchsvollen Probleme der typographischen Gestaltung des Werks von W. Berschin sind in vorzüglicher Weise gelöst. G. Hilty * JACQUES BRES, La Narrativite, Louvain-la-Neuve (Duculot) 1994, 201 p. (Champs Linguistiques) Si un dominio ha sido frecuentado por los teorizadores de/ sobre la literatura en esta segunda mitad de siglo, este no ha sido otro que el de la narratologfa. Curiosamente, en la primera mitad de la centuria, el analisis del lenguaje literario se centr6 en el discurso de la poesfa, ambito en el que se podfan reconocer, con mayor facilidad, las valideces de los modelos te6ricos aducidos. Parecfa, asf, que los textos en prosa carecfan de principios o de rasgos formales que les permitieran reclamar una identidad literaria, precisa y coherente, que atrajera a los crfticos de la literatura (no asf, a sus historiadores, en cuyas taxonomfas tanto vale una obra en verso como en prosa). Es cierto que algunos formalistas - Tynjanov, Eichenbaum, Tomasevskij tendieron ya iniciales acercamientos al discurso prosfstico, pero en busca de verificaciones de otros conceptos: la qefinici6n de la «literaturidad», la delimitaci6n de los generos literarios, la propia configuraci6n lingüfstica de la prosa, en fin, su naturaleza estetica. Pero, hasta los afios cincuenta no puede hablarse de una direcci6n crftica, ocupada, exclusivamente, en dilucidar todos los fen6menos -16gicos, filos6ficos, discursivos y, por ello, lingüfsticos -atingentes a los textos narrativos. Corno es sabido, correspondera al estructuralismo frances («nouvelle vague», «nouveau roman», «nouvelle critique»: tanto da) tender las lfneas necesarias para convertir a la producci6n narrativa en un campo de estudio independiente de sus resultados: los textos considerados como objetos hist6ricos. Los fundamentos de esta nueva metodologfa reposan sobre la polemica pero necesaria -lectura que Levi-Strauss realiz6 de la Morfologfa del cuento de V. Propp y el paralelo redescubrimiento del legado formalista, impulsado por la labor de edici6n y de traducci6n a que el bulgaro Todorov se aplic6 a lo largo de los afios sesenta. Nacieron, asf, las primeras «gramaticas narratol6gicas», los primeros modelos actanciales, las primeras propuestas de «funciones» y de «acciones» narrativas. Una nueva ciencia, que iba mas alla de la crftica literaria, puesto que implicaba a otras areas epistemol6gicas, nacfa, en realidad, de los provocadores planteamientos con que los Barthes, Genette, Todorov, Bremond, Kristeva y Greimas (por citar solo a los mas conocidos) saltaron a la 6 G. HILTY, «Und wenn Gallus nicht Ire gewesen wäre? », in: Herausgeber Region St. Gallen '94, St. Gallen 1993: 133-44. 7 Mit diesem Namen, in dem sich ein bodensee-alemannisches Weltbild offenbart, bezeichnet die Vetustissima das Wirkungsfeld des heiligen Gallus von Tuggen bis Bregenz. W. Berschin kann zeigen, daß noch andere Werke anstelle von «Alemannia» diese etymologisch-gelehrte, doppelsinnige Variante (auch in den Formen «Altamania» und «Altemania») 'Hochland-Alemannenland' verwenden; cf. p. 79 N195. Besprechungen - Comptes rendus 215 palestra. En sus manos, el texto desaparecia, veia difuminar su identidad hist6rica y pasaba a convertirse en pieza de un engranaje discursivo que habia que definir, mediante Ja identificaci6n de sus eJementos esenciaJes. EI autor «muere» y la noci6n de textualidad deja paso a la de obra literaria. Esta primera generaci6n de especuJadores narratol6gicos lograra, cuando menos, devolver al discurso de la prosa la principal de sus dimensiones: Ja de ser soporte de la «narraci6n», es decir, de Ja «acci6n de contar», proceso que necesita de unas reglas, de unos principios y de unos mfnimos elementos para poder existir. Asegurada, en parte, esta «estructura» funcional (con dos planteamientos posibles segun se distinga entre «historia/ discurso» o entre «narraci6n/ relato/ historia») y verificada mediante un amplio conjunto de analisis (Decamer6n, Sarrasine de Balzac o A la recherche du temps perdu) surge, en Ja decada de los ochenta, si no una segunda generaci6n de estudiosos, sf unas diferentes preocupaciones sobre el valor de Ja narratoJogfa. Uno de los asuntos esenciales a que las revisiones de esta crftica ha atendido es eJ concepto de «ficci6n», al que se ha sometido a todo tipo de investigaciones, como 16gico fundamento que es de! universo narrativo, hasta llegar a equipararlo al mismo sentido de «literatura» (tal y como ha propuesto G. GENETTE en Ficci6n y dicci6n [1991)). EI otro aspecto sobre el que la crftica ha reparado se trata de la esencia misma de! proceso narrativo: o de «la narratividad», conforme a la denominaci6n que emplea J. Bres en este importante volumen. En principio, conviene sefialar las nuevas orientaciones de esta lfnea de investigaci6n. No se trata, sin mas ni mas, de una derivaci6n de la narratologfa francesa de las decadas de los sesenta y setenta, sino de una distinta reflexi6n sobre el acto de narrar, pero desde los presupuestos de la pragmatica lingüfstica (en concreto, las aportaciones de W. Labov); de este modo, se involucra todo el conjunto de valoraciones referidas a los sistemas de relaciones comunicativas y de situaciones intencionales que intervienen en el desarrollo mismo de Ja experiencia de la creaci6n literaria. En este sentido, sf parece cierto que los estructuralistas acaban siendo apresados por sus particulares concepciones de] fen6meno narrativo, siendo necesaria esa intervenci6n pragmatica para configurar un nuevo horizonte (tambien de expectativas) en el que Ja obra literaria pudiera recuperar su densidad textual. Todo esto se tiene aquf en cuenta, mas las consideraciones filos6ficas con que el prof. Paul Ricoeur cerca este ambito de lo narrativo, privilegiando el plano de la tempora- Jidad, como base de! analisis textual. La «estructura» de capftulos de La Narrativite obedece a este deseo de alinear estas tres visiones te6ricas en busca de un modelo comun. Bres examina, de este modo, las posibilidades de la «semantica estructural» de Greimas (cap.1), de la «temporalidad» de Ricoeur (cap.2) y de! funcionamiento de la «interacci6n verbal» de Labov (cap.3). El prop6sito de Bres no es otro que el de hallar un planteamiento global que pueda explicar el fen6meno de la producci6n de esa «narratividad» y el modo en que realmente funciona la narraci6n: «un acte par lequel le sujet construit et confirme son identite: narro, ergo sum» (6). El cap.1, «La narrativite et le sens. Du cote de la semiotique narrative» (7-41), se abre ya con una cita en la que se intenta precisar el sentido de «narratividad»: fen6meno estructurante de la significaci6n u organizaci6n «sintagmatica» de la misma. De la discusi6n a que son sometidos los asertos greimasianos de 1966, varias ideas se desprenden: la organizaci6n de esa significaci6n procede de la acci6n que el hombre ejerce sobre el mundo y no al reves, por lo cual un relato no es mas que la conversi6n, en praxis lingüfstica, de esa actuaci6n humana. 0 lo que es mas: un modo de actuar por el que se crea un conjunto de sentidos. Cree Bres, entonces, que todo acto puede ser convertido en relato, teniendo en cuenta que unos actos seran mas interesantes que otros, lo que autoriza ya a involucrar en el proceso de analisis principios pragmaticos: son factores culturales y situacionales los que deciden que relatos habran de ser operativos en un determinado contexto. Las teorfas de Labov permiten comprender los complejos fen6menos que ocurren en el 216 Besprechungen - Comptes rendus proceso de la narraci6n: unos receptores aceptan ser privados de su palabra en virtud de los efectos que ese relato va a causar en ellos (condiciones indispensables para hablar de «narrabilidad»). Sobre este orden, se instaura el verdadero valor del edificio narrativo: romper las relaciones del individuo con el mundo en el que habita, quebrar las normas que constituyen su pensamiento, privilegiar los «desvios» que obligan a adquirir una distinta visi6n de la realidad: en ese apartamiento de su «normalidad», propiciado por el relato, es donde el ser humano adquiere conciencia de si, aprende a construir su identidad. EI segundo capitulo, «La narrativite et le temps. Du cöte de l'hermeneutique» (43-72), plantea un novedoso acercamiento a la relaci6n que se constituye entre el sujeto y las narraciones de las que depende, puesto que son ellas las que producen un sentido, que acaba convirtiendose en base de «praxemas nominales», soporte a su vez de la representaci6n de objetos. Demuestra Bres que todo relato permite desplegar previsiones de sentido y convertirlas en pautas de actuaci6n, lo que verifica argumentando el papel que juega la epica en la construcci6n de las identidades sociales y politicas de los pueblos primitivos: una naci6n solo adquiere conciencia de lo que es cuando puede verse reflejada en lo que puede llamarse «roman d'origines». EI relato y esta es una de las ideas mas singulares de este libro es un proceso de recuperaci6n («mise en ascenda11ce») de! tiempo de! que se 11utre el sujeto. Se cue1 1 ta algo para 110 perderlo, para poseerlo, para restaurarlo. Todo relato tra11smite «pulsio11es de vida», fre11te a la precaria temporalidad e11 que el ser huma110 se ve ame11azado por las «pulsio11es de muerte». Bres acierta al sefialar que el relato, posibleme11te, 110 sea el u11ico medio de co11servar el pasado, pero si que es el u11ico que le permite al i11dividuo se11tirse parte de ese proyecto de co11servaci611 de u11a identidad (las teorias de Laca11 sobre el espejo image11 de la concie11cia y la valoraci611 de Lafo11t sobre sus aplicacio11es). Es mas: el relato es uno de los medios pri11cipales que le permite al i11dividuo estructurarse temporalme11te (tal y como los «cue11tos de hadas» demuestra11). Si Laca11 habla de «topothese», como parte de esa ubicaci6n espacial que el espejo (y la 11arraci611 lo es), proporcio11a, Bres sugiere hablar tambie11 de «chro11othese». EI tercer capitulo, «La 11arrativite da11s l'interactio11 verbale. Du cöte de la socioli11guistique pragmatique» (73-93), reflexio11a sobre el modo e11 que el i11dividuo se sie11te parte de! mismo proceso de comu11icaci611 que el co11struye en sus relatos, te11ie11do e11 cue11ta el grado de «co11cie11cia falsa» sobre la que se asie11ta11 esas 11arracio11es. Por ultimo, el cuarto capitulo, «La productio11 de la 11arrativite. Du cöte de la praxematique» (95-144), defi11e ya el modelo de «11arratividad» que Bres persigue, basada e11 la autonomia de la lingüistica como condici6n primera de la producci6n narrativa (por la actualizaci6n que impone el habla a los acontecimientos que transmite), en los programas frasticos (simbolizan la acci6n referencias y pueden ser considerados como matrices de la estructura narrativa) y en la representaci6n de! tiempo (desde esa valoraci6n recuperadora de lo efimero, de lo ilusorio), en la que reposa la universalidad de la narratividad. Importa esta consideraci6n: «Le recit libere l'agir humain. La praxis linguistique vient au secours de la praxis manipulative-transformatrice du monde, en accroit la puissance, Cette fonction anthropologique est souvent masquee dans le recit fictif dans la mesure ou elle n'y a pas cette acuite: la narratologie contemporaine l'ignore» (127). Pero, con mucho, importa destacar el criterio de la «ascendance du temps» como soporte de la esencia de la narratividad. Un ultimo capitulo, «Applications» (145-72), en el que destaca un somero analisis de Cr6nica de una muerte anunciada de Garcia Marquez, explora las posibilidades de esta nueva visi6n de la narratividad; tiene en cue11ta el transito que se produce entre los relatos orales y el espacio de la escritura. El metodo de analisis de Bres implica una valoraci6n de los programas narrativos y frasticos [a) el espaciamiento del relato, b) el relato infieri (es decir, en el conjunto de sus accio11es)], mas u11a indagaci6n de la actancialidad que pre- Besprechungen - Comptes rendus 217 senta, a fin de poder verificar el grado de funcionamiento de su construcci6n temporal (con los criterios de «ascendance/ descendence»). Corno ultima conclusi6n, la que cierra el libro: «Le recit permet a tout moment au sujet d'actualiser une image sinon coherente du moins tendant vers la cohesion de ce qu'il a ete a travers ce qu'il a fait, image a laquelle il s'identifie et sur laque! le il s'appuie pour conquerir son futur. Le recit est translation temporelle, recuperation qui permet la projection» (179). La Narrativite, en suma, es un libro que pertenece a ese segundo momento de investigaci6n posibilitada por los cauces que Ja narratologfa francesa habfa abierto en los afios sesenta fundamentalmente. Lo mejor de este volumen: la exploraci6n que ofrece sobre la identidad temporal en que se apoya todo relato, dimensi6n que es fundamentalmente lingüistica como recuerda, una y otra vez, J. Bres. Por ello, el acto narrativo es una «mise en intrigue» del pasado en el presente de Ja interacci6n verbal, proceso por el que el relato construye el sentido. F. G6mez Redondo * Studi Testuali 3, Alessandria (dell'Orso) 1994 Questa raccolta, ehe costituisce il terzo volume della collana «Scrittura e scrittori», inaugurata nel 1984, e aperta dall'articolo di MASSIMO BONAFIN «Note di filologia e critica sul testo di Trubert. A proposito di due nuove edizioni» (7-14). In esso l'autore mette a confronto Je due ultime edizioni del divertente testo di DourN DE LAVESNE, quella a cura di CARLO DoNA, pubblicata a Parma nel 1992, e quella di Luciano Rossi, pubblicata a Parigi nello stesso anno (e ! 'ultimo testo del volume dedicato ai Fabliaux erotiques 1 ). Bonafin analizza puntualmente i luoghi del testo nei quali le due edizioni divergono, mettendo cos1 in luce la diversita di impostazione filologica, dettata anche dalle differenti scelte editoriali: mentre, infatti, Rossi stampa un testo critico proprio, Dona riutilizza quello di Guy Raynaud de Lage, affidando solo alle note, e qualche volta alla traduzione, «i frutti del suo acume filologico» (13). Nell'articolo «Ecdotica minima rolandiana» (15-30) il compianto GroRGIO CmARINI illustra i possibili, minimi, ritocchi sul testo della Chanson de Roland magistralmente, e definitivamente (a meno di nuove acquisizioni manoscritte), stabilito da Cesare Segre; i luoghi d'intervento sono 35, ma questo saggio e solo la prima parte di un piu ampio studio. Vediamo qualche esempio. Al v.8 «Mahumet sert e Apollin reclemeit», Chiarini propone di ristabilire la forma reclaimet < RECLAMAT, poiche in afr. -aie l'esito normale di A tonica libera davanti a nasale (e offre a confronto il v. 2044, dove e appunto conservata questa forma). In effetti, e il commento dello studioso, «nei testi poetici gli elementi oggettivi deducibili dalla rima ... o ... dall'assonanza si devono ... restituire, anche se non possono autorizzare ad esperire un ripristino integrale» (22). Al v.39, «Serez ses hom par honur e par ben», honur, della cui autenticita dubitava anche Segre, va corretto con amur, come testimoniato da! ms. V 4. Per il v.141, «Sa custume est qu'il parolet a leisir», Segre proporrebbe, per sanare l'ipermetria, di espungere Ja -t di parolet, con conseguente sinalefe. In realta, il «contesto sintattico ... postula il verbo non all'indicativo ma al congiuntivo, quindi non parolet ma parolt» (24). Al v.314 «Co est Beldewin, c;:o dit ki ert prozdoem», «Ja parentetica ... sembra proprio una zeppa» (25), e in effetti si potrebbe correggerla, con l'aiuto del ramo ß della tradizione manoscritta della Chanson, in s'il vit. Per 1 Fabliaux erotiques. Textes de jongleurs des xn e et xrn e siecles, edition critique, traduction, introduction et notes par LucrANO Rossr, avec Ja collaboration de RICHARD STRAUB, Paris 1992.
