Vox Romanica
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Francke Verlag Tübingen
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Kristol De StefaniMa Isabel Rodríguez Ponce, La prefijación apreciativa en español, Cáceres (Universidad de Extremadura, Servicio de Publicaciones), 2002, 217 p.
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D. Serrano Dolader
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Otra serie de estudios está dedicada al análisis de tipos onomásticos concretos que destacan por su recurrencia en la toponimia menor de la región: entre estos tipos cabe destacar los basados en los términos árabes jandaq ‘barranco’ (forma sobre la que versa el n° 8), hufra ‘fosa, hoya, hoyo’, hayar ‘piedra’, sajar ‘roca, peña’ (n° 7), h ra ‘barrio’ (n° 19), fad n ‘fanega de tierra, lo que un par de bueyes puede arar en un día’ (n° 22), ard ‘tierra’ y qatra ‘haza’ (n° 23); ‘andar ‘era’, ‘an dir ‘eras’ y ‘unaydar ‘erilla’ (n° 27), y los mozárabes cortina ‘tierra pequeña, cercada’ y mamola ‘montecillo aislado (en forma de teta)’ mammula, por mencionar tan sólo unos ejemplos. Sobre este último dialecto románico, el mozárabe, versan de forma monográfica los trabajos n° 9, n° 12 y n° 15, en los que se establecen con acierto las etimologías de numerosos nombres que constituyen preciosas reliquias del romance autóctono: [Gibral]pulpo populus ‘chopo’, Palopar ‘bosque de chopos’, Chircal quercus + -ale ‘carrascal, coscojar’, Cámara camara ‘bóveda, cuarto abovedado’, Lanba lamba ‘ciénaga, lodazal’, Láujar y Loja laus(i)a ‘losa’, Padul palude, Felchal filix ‘helecho’ + -ALE, Fornachir fornicarius ‘perteneciente al horno o la fragua’, Alpuchu podium, Ugíjar Uxícar hortum sacrum, Nívar nivalis ‘nevado’, entre otras muchas. Ofrecen un interesantísimo complemento dos trabajos sobre toponimia marroquí. En el n° 39 se interpreta la toponimia urbana de la barriada de los andalusíes de la ciudad de Fez según Rawd al-Qirt s, y el n° 3 analiza pormenorizadamente los nombres de lugar menor de la localidad de Yeb la. Las similitudes y los paralelismos entre la toponimia árabe de esta zona y la estudiada por Martínez Ruiz en la de Granada son considerables; la única diferencia entre las nomenclaturas de cada una de las zonas es que en la marroquí pervive un 60,5 % de topónimos beréberes no desplazados por el árabe. De gran utilidad es, finalmente, el índice toponímico que se ofrece al final del libro, índice que permite consultar cómodamente cada uno de los datos concretos estudiados, antes prácticamente ilocalizables debido a la dispersión de las publicaciones. En suma: estamos ante una valiosísima recopilación de los trabajos de quien con mayor rigor ha estudiado la toponimia granadina precastellana. Esperemos que el libro - ahora que el fundamento metodológico está firmemente establecido y los trabajos de su iniciador se han hecho fácilmente accesibles - consiga dar un nuevo impulso a una línea de investigación que resulta realmente apasionante y todavía brinda muchas posibilidades a los investigadores. S. Ruhstaller ★ M a Isabel Rodríguez Ponce, La prefijación apreciativa en español, Cáceres (Universidad de Extremadura, Servicio de Publicaciones), 2002, 217 p. Estamos ante una presentación descriptiva y eminentemente sincrónica (aun sin desdeñar las consideraciones diacrónicas sobre muchos aspectos) de la prefijación «apreciativocuantitativa» en español, denominación que la propia autora utiliza en algunos momentos y que - por motivos que más adelante señalaremos - parece más ajustada que la de la simple prefijación «apreciativa» que da título a la obra. En la Introducción que abre el estudio (15-34), y tras un breve recorrido por algunas teorías en torno a la ubicación de la formación de palabras entre las diversas disciplinas lingüísticas, la autora se decanta por una postura integradora y, hasta cierto punto, ecléctica: «La formación de palabras se establece en la encrucijada de las disciplinas gramaticales como un dominio propio que adapta a sus necesidades procedimientos de diverso origen» (19). Esa situación crucial se refleja muy claramente al repasar algunas opiniones sobre la 374 Besprechungen - Comptes rendus relación entre composición y derivación (19-28) y entre composición y prefijación (29-34). A este respecto, Rodríguez Ponce opta por describir la prefijación «como un tipo de afijación perteneciente al proceso derivativo» (35). La diferenciación entre los prefijos apreciativos y los prefijos no apreciativos o significativos no implica una simple delimitación de los respectivos listados de ambos tipos sino un cuidado estudio de su(s) comportamiento(s). Así, por ejemplo, el prefijo extrafuncionará unas veces como apreciativo (extraplano) y otras como no apreciativo (extraoficial) (no se olvide que muchos prefijos, como es el caso de extra-, tienen inicialmente un valor originario espacio-temporal que se va diluyendo y diversificando hacia muy variados subvalores creados por procesos de interpretación metafórica). Incluso un mismo término, por ejemplo superproducción, puede interpretarse con uno u otro valor (apreciativo en su significado de ‘producción importante en el cine’, no apreciativo en su sentido de ‘producción excesiva’) (cf. 39-43). Tras una breve reflexión sobre el complejo problema de la cuantificación, la autora delimita la parcela de estudio en la que va a centrarse: «A pesar de lo extenso del territorio sobre el que puede actuar la cuantificación-apreciación, nos ceñiremos a su expresión morfemática, y dentro de ella, al funcionamiento de los prefijos» (47-48). Antes de pasar a analizar los prefijos apreciativos, se advierte que quedarán fuera del estudio los prefijos negativos (al menos los propiamente negativos: a-, des-, in-, etc.) aun cuando es indudable que existen lazos de unión entre lo negativo y lo apreciativo ya que, al fin y al cabo, la negación no deja de ser sino un caso particular y extremo de disminución, concepto este último claramente enmarcable en el ámbito de lo apreciativo (49-54). Es ésta, en el fondo, una mera cuestión de perspectiva de estudio ya que las clasificaciones de los prefijos (como de otras tantas unidades en la lengua y en la lingüística) no existen per se sino que se crean por el investigador, de modo que cualquier reestructuración clasificatoria que propusiéramos podría encontrarse, por su parte, con nuevos problemas. Además, y como muy acertadamente apunta Rodríguez Ponce, no es sólo que los prefijos negativos-privativos (algunos de ellos, al menos) puedan interpretarse lógicamente como marcadores de una «intensidad cero» (como una especie, por lo tanto, de umbral en la apreciación) sino que se dan incluso lo que ella denomina «desvíos impropios» (49) de esos prefijos hacia valores apreciativos superlativos: deslenguado, desmelenado, descarado, inigualable, inimitable, insuperable, etc. No obstante, creemos que, en algunos de los ejemplos citados por la autora, los supuestos contenidos apreciativos superlativos no proceden exclusivamente del prefijo ni del mecanismo de la prefijación, sino también de las propiedades semánticas de las bases sobre las que se aplica el prefijo. En suma, las pocas páginas (49-54) que se dedican a la cuestión de las relaciones entre los prefijos negativos y la apreciación traslucen ya un minucioso trabajo y una exquisita finura analítica en el tratamiento de aspectos nada fáciles de abordar en el ámbito de la prefijación. Esa misma línea de análisis e interpretación se seguirá a lo largo de todo el libro. En el estudio de cada uno de los prefijos se abordan muy diversos aspectos: alomorfías de los prefijos, grado de productividad en diversas etapas del castellano, breve historia (en la medida de lo posible, ya que no disponemos de un completo diccionario histórico de prefijos españoles) de la evolución significativa del prefijo hasta llegar al valor apreciativo, operatividad del prefijo con diversas clases de palabras (sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios), posibles restricciones combinatorias, posibilidades (y limitaciones) de aplicaciones recursivas de los prefijos, delimitación de los diferentes registros de empleo (coloquial, periodístico, publicitario, etc.) de las formaciones prefijadas, riquísima ejemplificación, peculiaridades ortográficas (vacilaciones en la acentuación de los prefijos exentos, tipo de ligazón con la base léxica, etc.), posibilidad de que el prefijo actúe como elemento transcategorizador, contraste con prefijos (y sufijos) de valores parejos u opuestos, comparación 375 Besprechungen - Comptes rendus con la situación de los correspondientes prefijos en lenguas cercanas (francés, portugués, italiano, rumano, etc.). Ya señalamos más arriba la complejidad que trae consigo el intentar marcar límites entre valores apreciativos y no apreciativos; igualmente advertimos que, en bastantes casos, los matices apreciativos son fruto de desviaciones que parten de valores bien diferentes. En esta línea, y aunque en ciertos casos pudieran discutirse algunas de las consideraciones de Rodríguez Ponce para determinados prefijos, las descripciones que nos ofrece son sumamente informativas y condensadas. A modo de ejemplo, veamos un fragmento de lo que nos señala para el prefijo archi-: « . . . del uso especializado y técnico con un valor muy preciso en ciertos ámbitos donde imperaba el concepto de jerarquía, [el prefijo archi-] pasa a emplearse como un afijo apreciativo que imprime un valor de grado máximo en sus formaciones, y todo ello a través de una etapa intermedia en la que el uso popular lo adopta y lo prepara para su función actual mediante la expresión de matices irónicos y festivos. Sin embargo, su ubicación en un nivel de lengua coloquial no va parejo a su productividad . . . No ha dejado de crecer en el idioma, probablemente impulsado por el uso familiar, pero no se documenta en otros lenguajes, como el periodístico; y, desde luego, no puede compararse con la productividad de otros prefijos superlativos como superen cualquier registro idiomático, y sobre todo en algunos terrenos, como el publicitario» (60). Es evidente que no podemos entrar a analizar particularmente el tratamiento de todos y cada uno de los prefijos que se presentan en este interesante y cuidado estudio. Puesto que la calificación de «apreciativos» en el ámbito de la prefijación no ha sido tan frecuente como en el ámbito de la sufijación (donde, si bien sigue sin haber acuerdo definitivo, sí es comúnmente aceptada una lista más o menos flexible de sufijos apreciativos) 1 cuando menos debemos dejar constancia de los límites que la autora marca para su estudio. El cuerpo de la obra se dedica, así, al tratamiento exhaustivo de los dos grandes grupos de prefijos apreciativos: los prefijos aumentativos (54-155) y los prefijos diminutivos (156-81). Dentro de los denominados «prefijos aumentativos» destaca el grupo de «prefijos superlativos» (archi-, extra-, hiper-, re-, requete-, rete-, sobre-, super-, supra-, ultra-), muchos de ellos de procedencia espacial-locativa. También aumentativos se consideran otros subgrupos: «prefijos de tamaño» (macro-, maxi-, mega-), que «orientados inicialmente a una ponderación cuantitativa, van evolucionando, cada uno en distinta medida, hacia una ponderación cualitativa, fuertemente influidos por el alcance de los prefijos superlativos» (116); «prefijos de cantidad precisa», entre los que hallamos los «prefijos cardinales» (mono-, uni- , ambi-, anfi-, di-, bi-, tri-, tetra-, cuadri-/ cuatri-, penta, quinque-, hexa-, hepta-, octo-, enea-, endeca-, dodeca-), los «prefijos múltiplos decimales» (deca-, hecto-, kilo/ kili-, miria-) y los «prefijos totalizadores» (omni-, pan-); y «prefijos de cantidad imprecisa» (multi-, pluri-, poli-). Dentro de los «prefijos diminutivos» se incluye el grupo de «prefijos de inferioridad» (hipo-, infra-, sub-, vice-). También diminutivos se consideran otros subgrupos: «prefijos de tamaño» (micro-, mini-); «prefijos de cantidad precisa», entre los que hallamos los «prefijos submúltiplos decimales» (deci-, centi-, mili-) y los «prefijos fraccionarios» (hemi-, semi-); y «prefijos de aproximación-atenuación» (c(u)asi-, seudo-, semi-, entre-). 376 Besprechungen - Comptes rendus 1 Sin embargo, y como sucede con los prefijos en el libro que ahora reseñamos, la autora ha propuesto también para los sufijos una concepción amplia del concepto de apreciación. (cf. Mª I SABEL R ODRÍGUEZ P ONCE , «La apreciación de los sufijos no apreciativos», in: A. B ERNABÉ et al. (ed.), Presente y futuro de la lingüística en España (Actas del II Congreso de la Sociedad Española de Lingüística), Madrid 2002: 103-10. Dejando de lado la discusión sobre su carácter prefijal o temático (que sería también objeto de debate), parece evidente que la inclusión de todos los subgrupos de prefijos de cantidad en un estudio sobre prefijación apreciativa es, cuando menos, una apuesta arriesgada que la autora defiende explícitamente: «Hemos querido incluirlos en el presente trabajo ya que en él se considera una idea extensa de la cuantificación lingüística . . . Además, en algunos de estos elementos se aprecia, como en tantos indicadores de cantidad precisa («¡Te lo he dicho mil veces! »), una especial capacitación para la expresión de la intensidad o la ponderación. Así sucede con pan-, omnio miria-» (124). Quizás excesivamente imbuidos de la tradición, nos cuesta ver matices apreciativos en la mayoría de esos prefijos de cantidad ni aun en aquellos casos en los que la autora los señala expresamente: «monoactúa como un prefijo que ejerce una modificación apreciativo-cuantificativa: monoácido, monociclo, monocarril, monocristal, monocultivo . . . » (127). Aunque se amplíe la concepción de lo apreciativo para dar paso a ciertos valores cuantitativos, nos resulta algo forzado incluir prefijos tan inequívocamente numerales como hexa-, heptay octo- (por citar sólo algunos) en una perspectiva - por vasta que sea - de la apreciación (cf. la justificación teórico-epistemológica de la relación entre cuantificación y apreciación que aparece en 43-48). Es cierto, no obstante, que algunos de estos prefijos (la minoría, en nuestra opinión) sí pueden desplazarse hacia valores apreciativos: «multi- [puede adquirir] un valor ponderativo más o menos matizado a través de una idea de repetición (multigalardonado ‘galardonado muchas veces’ ‘muy galardonado’) o directamente superlativo, como equivalente de muy o super- (multirrico ‘muy rico’, ‘superrico’)» (151). Aunque efectivamente puedan darse a veces interferencias entre ponderación cuantitativa y ponderación cualitativa (en casos como supero mega-), no creemos que ello sea posible en cada uno de los prefijos analizados por la autora. El libro se cierra con un breve capítulo de «Visión de conjunto sobre la prefijación apreciativa en español» (183-87) y otro conclusivo sobre «Algunas reflexiones sobre prefijación y neología» (189-92). Dicho sea de paso, en el «Índice» (9) este capítulo de conclusiones aparece con título diferente: «Algunas reflexiones sobre neología y productividad». La bibliografía que cierra el trabajo, sin duda bien seleccionada, ha sido inteligentemente utilizada (y convenientemente citada) a lo largo de todo el libro. Nos permitimos apuntar tres pequeñas sugerencias que quizás podrán ser tenidas en cuenta para futuras ediciones de la obra. En primer lugar, extraña que, cuando aparecen listadas varias obras de un mismo autor en la «Bibliografía» (193-217), se haga en un orden aleatorio (sin respetar el criterio de año de aparición y sin diferenciar siempre con letras obras de un mismo año y autor; cf., por ejemplo, las obras citadas de Ignacio Bosque). Por otra parte, sería conveniente respetar la grafía mayúscula para el inicio de todos los sustantivos alemanes que se citan en el texto (por ejemplo, papierkorb, baum, gesundheit, wind, mühle; en 18, 21, 22 ó 26). Por último, el número de ejemplos de términos prefijados que aparece en el cuerpo del trabajo al analizar cada uno de los prefijos resulta con cierta frecuencia excesivo (nada aportan en su mayoría a la caracterización del correspondiente prefijo). Quizás hubiera sido más conveniente liberar el texto de esa excesiva ejemplificación, lo cual hubiera permitido trasladar esos ejemplos a un apéndice. En esta misma línea, resultaría en todo caso de utilidad haber incluido - como suele hacerse en trabajos morfológicos de este tipo - un índice de voces citadas con su correspondiente referencia a las páginas de aparición. Independientemente de nuestras discrepancias con la inclusión de prefijos claramente cuantitativos en un estudio que se presenta como centrado en la prefijación apreciativa, no cabe duda de que Rodríguez Ponce ha realizado un serio y acertado trabajo descriptivo, no exento, además, de tomas de postura teórico-metodológicas que ha apoyado en coherentes reflexiones sobre el complejo problema de la prefijación apreciativa en español. Sin duda, 377 Besprechungen - Comptes rendus éste es un paso más (y en una buena dirección) para acabar con lo que la autora denomina «injusticia bibliográfica» (192) que se cernía sobre la prefijación en comparación con la abundancia de estudios sobre sufijación y composición. D. Serrano Dolader ★ 378 Besprechungen - Comptes rendus