Vox Romanica
vox
0042-899X
2941-0916
Francke Verlag Tübingen
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Kristol De StefaniAproximación a la apócope de los pronombres personales en testimonios poéticos del siglo XIV: la Vida de San Ildefonso y los Proverbios morales
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Francisco P. Pla Colomer
vox7510224
Vox Romanica 75 (2016): 224-238 Aproximación a la apócope de los pronombres personales en testimonios poéticos del siglo XIV: la Vida de San Ildefonso y los Proverbios morales Abstract: Research by Rafael Lapesa and Diego Catalán shed light on the maintening of the vowel loss process - in non-natural syllabic contexts of the Spanish language - during the 13 th century, which led to the survival of the syllabic type CV → CVC. In the following century, the linguistic tendency was the progressive recovery of the final vowel followed by consonant. Nevertheless, there are many documented cases that reveal the survival of apocopated forms until the end of the 14 th century. From the study of metrics and rhymes it is possible to reconstruct historical morphophonological processes. From this conviction, the present research has the objective to provide new data of the vowel loss process concerning the Spanish personal pronouns. It is based on two poetical texts corresponding to the second cycle of the mester de clerezía: the Vida de San Ildefonso of the exbeneficiado de Úbeda and the Proverbios morales of Sem Tob. The metric analysis of their verses allows us to describe the real influence of metrics and rhymes in the evolution of the Spanish pronominal forms. Keywords: Historical linguistics, Historical morphology, Personal pronouns, Metrics, Mester de clerecía 1. A modo de introducción: punto de partida El estudio de los pronombres personales en la historia de la lengua castellana ha recibido atención merecida desde las investigaciones de Menéndez Pidal, Rafael Lapesa 1985 ( 1 1951), 1985 ( 1 1975) y 1985 ( 1 1982) o Diego Catalán 1989 ( 1 1971), hasta las más recientes de M.ª Teresa Echenique 1981, en prensa a y en prensa b, M.ª Jesús López Bobo 1991, Inés Fernández-Ordóñez 1994 y 1999, Margarita Freixas 2001, Cristina Matute 2004 o Carlos Folgar 2005 y 2012, entre otros muchos. De la lectura de todos ellos se constatan dos líneas fundamentales de investigación que vertebran el estudio morfofonológico del paradigma pronominal, esto es, el establecimiento de una cronología absoluta de la evolución de las variantes apocopadas, siempre en estrecha relación con la naturaleza silábica de las lenguas romances, por un lado, y la distinción irregular de las funciones de objeto directo e indirecto por parte de las variantes átonas de tercera persona, hecho que resultó en el fenómeno conocido como leísmo, laísmo y loísmo 1 , por otro. 1 Panorama científico que describe minuciosamente Echenique en prensa b en lo referente a los enfoques y presupuestos metodológicos ensayados sobre los orígenes y formación de los incrementos átonos: «A la apertura de la indagación histórica de conjunto iniciada por Rafael Aproximación a la apócope de los pronombres personales en testimonios poéticos 225 Lapesa en 1968 ... Echenique ofreció una aportación principalmente cuantitativa a la formación y consolidación del leísmo, laísmo y loísmo mediante la aplicación de principios de mediación estadística en forma sistemática, que había sido ensayado parcialmente por Marcos Marín. El tratamiento cuantitativo ha tenido amplio desarrollo con posterioridad ... y se ha incrementado en los años recientes debido a la trascendencia contenida en el principio según el cual los aumentos de frecuencia textual deben ser interpretados como indicio de la existencia de un proceso de gramaticalización, que, en el caso de los clíticos, ha consistido en pasar de ser morfemas libres a convertirse en afijos verbales de concordancia». 2 Sirva como ejemplo la investigación llevada a cabo por Sanchis Calvo 1992: 805, quien ofreció algunos datos sobre la distribución de lo, le y l’ objeto directo masculino en textos del siglo XIII, como, entre otros, el Auto de los Reyes Magos, la Disputa del alma y el cuerpo, las sesenta primeras páginas de la Fazienda de Ultramar, algunos textos bíblicos y fragmentos de la Primera Crónica General. 3 Idea compartida por Folgar 2012: 333 N6: «La adaptación a las necesidades métricas es en este caso más importante, puesto que, cuando la lengua y la versificación entran en conflicto, Juan de Mena sacrifica siempre la primera, en beneficio de la segunda». La mayor parte de estos estudios filológicos han tomado como corpus de análisis los textos del siglo XIII, tanto aquellos insertos en la tradición prosística (General Estoria y Primera Crónica General) como los compuestos en verso (Historia troyana, Libro de Alexandre, Razón de amor, etc.). Todo ello ha conducido a establecer excelentes hipótesis de reconstrucción sobre los orígenes de los procesos de confusiones leístas o loístas, al tiempo que, en justa adecuación con la teoría de Lapesa 1985 ( 1 1951), 1985 ( 1 1975) y 1985 ( 1 1982) y Catalán 1989 ( 1 1971) sobre el desarrollo de la apócope extrema y su remisión en el reinado de Alfonso X el Sabio, ha permitido fijar sólidos índices proporcionales de incremento y descenso de las variantes apocopadas 2 . No parece haber sido de la misma manera en lo concerniente al estudio de los testimonios de la siguiente centuria. Desde la detallada investigación de Lázaro Carreter 1972 sobre la variante apocopada <nol> en el Laberinto de Fortuna de Juan de Mena, en contraste con las poesías cultas del Marqués de Santillana, parece haberse consolidado la idea de que estas formas respondían a los imperativos métricos de la estilística poética castellana cuatrocentista 3 : Y he aquí cómo todas las convenciones expuestas, todos los artificios, ardides, ajustes y desajustes del arte mayor, parecen susceptibles de ser solidariamente explicados por una poética que removía el material lingüístico mediante la rígida palanca del verso y debilitaba su ordinaria función referencial para atraerlo a «la gran disciplina» del rimo (Lázaro Carreter 1972: 378). Sin embargo, con la finalidad de complementar la afirmación traída a colación por Lázaro Carreter, se hace necesario recurrir a testimonios poéticos del siglo XIV para arrojar luz a la historia de la apócope, entendida como característica propia del paradigma morfofonológico en esta época. Con ello, se pretende llegar a matizar el carácter artificial del empleo de estas variantes lingüísticas en la lengua castellana, ya que: «para decidir con seguridad si se pronunciaba o no realmente la <-e> Francisco P. Pla Colomer 226 4 La lengua hablada, anterior al proceso de escritura (Alarcos 1990 [ 4 1965]), supone la existencia de cierto grado de conciencia fonológica, por lo que se hace necesario recurrir a una serie de instrumentos que permita la correcta interpretación de las grafías en su contexto fónico más adecuado. Desde esta perspectiva, la métrica y la rima se erigen como instrumentos filológicos esenciales para inferir los rasgos evolutivos del componente fónico del castellano y la cronología absoluta que de ellos emana (Echenique 2013). 5 Como ya he indicado en anteriores trabajos (Pla 2014a, 2014b, 2015a y 2015b) la escuela del mester de clerezía sobrepasó los límites cronológicos del siglo XIII y alcanzó, a modo de aprendizaje teórico-práctico, a los poetas del siglo XIV. Si bien es cierto que existen diferencias que separan los textos de ambos siglos, las semejanzas que los aproximan son, por otro lado, innegables: el uso de los mismos pies métricos que confieren al poema un ritmo encabalgado, el empleo de rimas suprimida en la escritura en registros como <noch> será absolutamente necesario recurrir a las implicaciones de métrica y rima en la poesía castellana medieval» (Echenique en prensa b) 4 . El interés filológico por parte de los investigadores que han abordado el estado de la lengua castellana en el trescientos se ha centrado en la obra paradigmática de Juan Ruiz, como así muestran los estudios de López Bobo 1991, Freixas 2001 u Omar Sanz 2008, que han abordado con maestría el estudio de la apócope, la conjunción copulativa o el uso del artículo determinado, en estrecha relación con los rasgos métricos documentados en los tres manuscritos (S, T, G) del Libro de Buen Amor: A veces, en los poemas del mester de clerecía, ... se sospecha que la modernización de la lengua por parte de los copistas ha provocado las anomalías ... Pero sólo si se conoce el sistema lingüístico de una obra es posible realizar este tipo de enmiendas, contando con la ayuda de la métrica (Freixas 2001: 393). Desde esta misma convicción metodológica, parece necesaria la aportación del análisis textual de otros poemas contemporáneos que permita delinear con mayor precisión la evolución del empleo de las variantes apocopadas a lo largo de esta centuria, puesto que, a partir de una primera lectura de los documentos conservados, no parece satisfactoria la afirmación de que «la apócope de la vocal átona presenta una gran incidencia en los textos del siglo XII y XIII, y se pierde en un período bastante corto, en el siglo XIV» (Romani y González 2008: 246). Por ello, este estudio ha tomado como base el análisis de la Vida de San Ildefonso del exbeneficiado de Úbeda, compuesto aproximadamente hacia 1302, y los Proverbios morales de Sem Tob, escrito hacia finales del reinado de Alfonso Onceno (1312-1350) y comienzos del de Pedro I (1350-1369). El objetivo principal consiste en mostrar, por un lado, la evolución de las formas apocopadas de los pronombres personales de primera, segunda y tercera persona del singular a lo largo de la primera mitad de siglo y, por otro, intentar matizar si este uso se encontraba en estrecha dependencia con las exigencias métricas, en otras palabras, tratar de matizar la supuesta artificiosidad en el empleo de estas variantes debido a las estrictas exigencias métricas de esta escuela poética 5 . Aproximación a la apócope de los pronombres personales en testimonios poéticos 227 consonantes en estrofas monorrimas, así como la estrecha relación entre significante y significado poético. Por estas razones, la Vida de San Ildefonso, el Libro de miseria de omne y, más adelante, el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita, los Proverbios morales de Sem Tob y el Rimado de Palacio de Pero López de Ayala, entre otros, constituyen un conjunto de poemas configuradores de un segundo ciclo de la escuela del mester, más innovador y abrupto, reflejo de un siglo en crisis y testimonios de las variantes en convivencia como resultado de la evolución de la lengua castellana a lo largo de esta centuria. 6 «Dado que esa variante solamente podía aparecer en combinación con un acusativo, en el orden dativo + acusativo (gelo/ gela/ gelos/ gelas), nunca hay circunstancias combinatorias que hagan posible la apócope de ge, independientemente de que esa secuencia de dos átonos esté en posición proclítica ... o enclítica ... con respecto al verbo» (Folgar 2012: 331 N3). 7 «El clítico singular que termina en vocal ... presenta necesariamente la forma silábica cuando se encuentra entre dos consonantes ... o entre una consonante y la pausa» (Romani y González 2008: 247). 2. Parámetros teóricos previos Para llevar a cabo satisfactoriamente el análisis de las variantes apocopadas y su relación con la métrica es necesario establecer unos parámetros teóricos previos sobre la naturaleza del verso castellano durante la primera mitad del siglo XIV, así como resulta primordial tener en cuenta el estado del componente morfofonológico de la lengua durante el reinado de Fernando IV (1295-1312) y Alfonso Onceno (1312-1350): 1) Se prescinde del estudio de las variantes pronominales en plural y la variante <ge> 6 , ya que todas ellas se documentan en su forma plena y constituyen sílaba métrica en su correspondencia con la sílaba fonológica: «el pronombre plural que termina en consonante / s/ conserva siempre su forma silábica, cualquiera que sea el contexto en el que se encuentre» (Romani y González 2008: 247). 2) Se contabiliza como una única sílaba métrica, en relación con una sílaba fonológica, el desarrollo de un pronombre personal en forma plena (me, te, le, lo, la y se) cuando se encuentra en posición inicial de verso o hemistiquio y en posición postconsonántica, antes de una palabra que empieza por consonante 7 : nin sé cuál me val más: si prieta o si blanca (oóo ooó(o) / oóo ooóo) Proverbios morales, 90b 3) Es fundamental distinguir entre dos tipos de sinalefa como proceso métrico. En primer lugar, aquella que une dos vocales del mismo timbre y apertura y que permitía el mantenimiento de las formas pronominales plenas, aunque la vocal final de las mismas se fundiera en la oralidad con la vocal de la palabra siguiente: sotil, yo le enbiava escripto de tisera (oó óooóo / oóo ooóo) Proverbios morales, 40b Francisco P. Pla Colomer 228 8 Más recientemente, Loporcaro 2008: 342, a partir de un estudio dialectal del italiano, llega a conclusiones similares a aquellas que años antes expuso Catalán 1989 ( 1 1971), autor al que no cita: la tendencia en protorromance a la sílaba cerrada (CVC): «il latino tardo/ proto-romanzo dové conoscere, almeno per la posizione tonica, una tendenza alla sillaba chiusa» y la progresiva expansión, a lo largo de la Baja Edad Media, de la tendencia hacia la sílaba abierta (CV). Según los datos aportados por los textos poéticos en lengua castellana (Pla 2014a), se constata la total inclusión de este rasgo a lo largo de la primera mitad del siglo XIV. 9 «Las formas analíticas son consecuencia de la ley de Wackernagel o ley de enclisis del indoeuropeo, que impedía a los clíticos ocupar la posición inicial absoluta de oración, por lo que los dos componentes de la construcción verbal se escindían para que el pronombre se situara entre ellos apoyándose en uno de los dos formativos» (Romani y González 2008: 247). 10 En palabras de Folgar 2012: 331: «en el caso específico de los pronombres átonos ... la apócope, tanto si es extrema (me . m’, te . t’) como si es normal (le . l’, lo . l’, se . s’), genera alguna modificación adicional, de cierta relevancia». Y, en segundo lugar, la sinalefa, en su concepción más amplia, como unión de vocales de distinto timbre y apertura, que llegó a afectar de manera completa al texto de la Vida de San Ildefonso, cuyo autor seguía como precepto generalizado la norma de la dialefa de la primera escuela del mester; sin embargo, es necesario tener en cuenta la introducción de este mecanismo en los textos poéticos del reinado de Alfonso Onceno, en el momento en que se consolidaba la tendencia lingüística a la sílaba abierta 8 , hecho significativo para el devenir de la apócope en castellano, ya que, como afirma acertadamente el reciente estudio de Folgar 2014: 29: «el diferente comportamiento evolutivo de la vocal final / e/ según sea libre o trabada la sílaba en que se encuentra es uno de los fenómenos más significativos de la historia de nuestra lengua». En lo concerniente a los versos de Sem Tob, ante cualquier palabra que empieza por vocal, puede darse, por tanto, una forma plena con sinalefa o apocopada con dialefa. En el recuento cuantitativo se ha tomado en consideración estas variables. 4) Como han señalado convincentemente investigadores como Freixas 2001, Moreno Bernal 2004a, Nieuwenhuijsen 2006, Romani y González 2008, Folgar 2012 o Echenique en prensa a y en prensa b, la apócope de los pronombres personales acaece en posición enclítica de las voces léxicas (verbos, sustantivos) y gramaticales (conjunciones, preposiciones) que terminan en vocal y se encuentran inmediatamente antes del pronombre 9 , sin tener en cuenta el contexto fónico de la palabra siguiente, ya empiece por vocal, ya por consonante. 5) En justa adecuación con la teoría de Lapesa, entendemos por apócope extrema la pérdida de la vocal tras pronombre personal de primera persona <me>, en tanto la pérdida de <-e> y <-o> de los pronombres de segunda y tercera persona <te, le, lo y se> se corresponden con los sonidos que la lengua castellana toleraba en posición implosiva de sílaba o final de palabra, por lo que constituyen apócope regular 10 , como ya han recordado en sus estudios Nieuwenhuijsen 2006, Folgar 2012 y Echenique en prensa b. Aproximación a la apócope de los pronombres personales en testimonios poéticos 229 11 Los versos citados proceden de la edición de Walsh 1992. 3. Análisis del corpus poético seleccionado Es importante señalar como apriorismo que en el caso de la Vida de San Ildefonso, los manuscritos A y J presentan, generalmente, las variantes plenas desarrolladas, producto de la intervención de los copistas posteriores que sentían como anticuadas las formas apocopadas, a pesar de que cayeran en hipermetrías y desconfigurasen la métrica isosilábica pretendida por el autor. Para los Proverbios morales, sin embargo, es el manuscrito C el que documenta generalmente las variantes apocopadas, en tanto los copistas de MNE ponen de manifiesto la preferencia por las formas plenas, transformando los hemistiquios heptasílabos originales en octosílabos (rasgo que se encuentra en consonancia con la disposición estrófica en columnas de cuatro versos, concepción inserta en la incipiente cultura cancioneril). Recurrir a los testimonios manuscritos es interesante para estudiar los fenómenos de laísmo, loísmo y leísmo; sin embargo, no resulta de gran ayuda en la precisión de la forma lingüística de estos pronombres, por lo que la decisión de fijar la forma plena o apocopada queda determinada por las posibilidades métricas que configuran los versos de Sem Tob. 3.1 Vida de San Ildefonso del exbeneficiado de Úbeda (c. 1302) La Vida de San Ildefonso se sustenta en la cuaderna vía de la escuela palentina 11 . Es bien sabido que la métrica de estos poemas no responde al patrón de la «rítmica pura», es decir, la que se configura al margen de las unidades léxicas, sino que responde, más bien, a los patrones de la «métrica sintagmática», a saber, las cláusulas rítmicas están formadas por una o varias palabras que se destacan mediante pausas rítmico-melódicas que las separan. La escansión de los versos de la obra del exbeneficiado debe partir de las premisas compartidas, en parte, con el primer ciclo del mester: cada hemistiquio (7+7) se compone de un acento principal en la sexta sílaba y cada uno de ellos, debido a su independencia métrica, pueden verse afectados por la regla del esdrújulo y los agudos. La preferencia por la dialefa es notoria a lo largo de las estrofas del poema, sin embargo, como signo de cierta modernidad, la introducción en algunos casos de la sinalefa, parece otorgar rasgos de modernidad al texto. A continuación se procederá con el análisis de los versos que presentan ambigüedad en cuanto a decidir con precisión si en el arquetipo se trataban de formas plenas o apocopadas. Francisco P. Pla Colomer 230 12 Compárese en este caso con los resultados obtenidos en los textos de la centuria precedente: «Por lo que se refiere a la apócope del pronombre acusativo la, parece inexistente» (Romani y González 2008: 254). Los únicos casos documentados de l(a) son elipsis, ya que la pérdida de la vocal del clítico antecede a la vocal a de la palabra siguiente, exactamente igual que en los versos Verso Escansión Variantes 36a Mió señor e mió tío me embió castigado óoó ooóo / ooó ooóo - 63b vesitome e dixome en aquesta manera ooóo oóo[o] / ooóo oóo - 29b Ve para Sant Ysidro, presénta’l estas cartas óoo òoóo / oóo òoóo AJ: presentale 134d Pero consolola anteVirgen Santa María óo oòoóo / óo òooóo - 7d Como le semejava salió’l a resçebir óoó ooóo / oóo ooó(o) AJ: saliola [a Luzía] 51a despidio’s el desçípulo con mui grand ooó ooóo[o] / oóo ooó(o) - humildat 216a Metió’s en el sepulcro la virgen gloriosa oó oòoóo / oóo ooóo - Los ejemplos seleccionados presentan casos de sinalefa entre dos vocales concurrentes, por lo que parece preferible mantener los pronombres personales en su forma plena. Los ejemplos 36a y 63b, para <me>, en 29b, para <le>, en 134d y 7d, para <la> y en 51a y 216a, para <se>, comparten un mismo contexto fónico. Resulta complicado establecer una variante definitiva, ya que la tendencia a la dialefa podría haber obligado a nuestro autor a rechazar cualquier tipo de unión vocálica y, de esta manera, preferir la sílaba trabada. Walsh 1992, en este caso, no mantiene una decisión homogénea, ya que mantiene con forma plena los pronombres de primera persona y tiende a apocopar, en este contexto, los de tercera persona, incurriendo en contradicciones como la del pronombre de tercera persona en función de objeto directo femenino <la> 12 . Se han mantenido estos casos como variables en el cómputo final, ya que las dos opciones conducen a un mismo resultado en la escansión acentual. Verso Escansión Variantes 1a Si’m ayudare Christo e la Virgen sagrada oòoóo óo / ooóo oóo AJ: si me 19c e dio’l a un maestro que’l bezasen leer oó oòoóo / ooóo oó(o) AJ: diolo AJ: que lo 106d Por Dios que’m lo mostredes, rescebir lo oóo ooóo / ooó ooóo AJ: me lo hé’n grado Aproximación a la apócope de los pronombres personales en testimonios poéticos 231 7d y 134d seleccionados, por lo que es preferible mantener los dos casos como variables posibles en el cómputo final. 13 Se cita por la edición de Díaz-Mas y Mota 1998. 14 Resultado de que el texto no presenta el mismo aspecto en la totalidad de los manuscritos conservados es la variabilidad en las decisiones tomadas en el proceso de reconstrucción métrica. Sin embargo, los pareados alejandrinos con rima interna se insertan en el marco evolutivo de la escuela del mester del siglo XIV, bañada por la tradición de raigambre semítica. Si aceptamos que la sinalefa podría ser recurso incipiente en la época del exbeneficiado de Úbeda, además de rasgo impregnado de modernidad, en 1a y 19c, los pronombres <me> y <lo> mantendrían la vocal final con sinalefa con <ayudare> y <a>, respectivamente. Soy de la opinión, como Walsh 1992, que dadas las tendencias métricas de este texto es mejor reconstruir estos casos con apócope. Caso diferente es el verso 106d, en que el pronombre <me> podría ir apocopado con la conjunción <que> o en forma plena con el pronombre de tercera persona en función de objeto directo masculino apocopado <me’l>, en lugar de <me lo>. Este es el único caso prototípico de variable, pues las dos opciones traen consigo el mismo cómputo silábico-acentual. 3.2 Proverbios morales de Sem Tob (c. 1350-1360) Este texto 13 presenta una dificultad métrica que debe ser considerada con precaución. Se trata de la introducción de la sinalefa como herramienta relacionada estrechamente con la evolución de la estructura silábica de la lengua, pues permite la articulación del tipo CV, abandonando la concepción más antigua de la sílaba trabada. Sem Tob, influido por la tradición poética semítica y latina, devuelve al alejandrino su condición más primitiva con hemistiquios isosilábicos heptasílabos distribuidos en dísticos (7+7), forma predilecta del verso moralizante, con una fuerte cesura acentuada por la introducción de una rima secundaria. En final de verso, los elementos fónicos coincidentes sobrepasan, en la mayoría de los casos, la última sílaba y, por tanto, podrían ser interpretadas como rimas consonantes en que tiene cabida el tipo homoioteleuton 14 . De igual modo que con el texto del exbeneficiado de Úbeda se analizarán los versos que presentan ambigüedad. Verso Escansión Variantes 18b teníame por muerto, mas vínom al talante oóoo oóo / oóoo oóo - 443a Entrégom en nomrarlas como si las sopiese oóoo oóo / óoo ooóo C: entregom MNE: entregome Francisco P. Pla Colomer 232 Es precisamente en el reinado de Alfonso Onceno (1312-1350) cuando la estructura del castellano medieval se estabiliza en el modelo CV. Por ello, en los versos 18b y 443a parece recomendable mantener el pronombre personal de primera persona en su forma plena con sinalefa entre <me> y <al> y <me> y <en>. Verso Escansión Variantes 298a Fi d’omre, ¿qué te (1) querellas cuando oóo òoóo / óoo ooóo CMN: que te (1) lo que te (2) plaze 192a dar l’ha su gualardón bueno, e su destajo óoo ooó(o) / óoo ooóo MNE: le ha 231a quien lo que’l cumple quiere, poco’l óoo òoóo / óo oòoó(o) CMNE: poco le abondará 247a e fázel bienandante, dal onra e valía oóo ooóo / oóo ooóo NE: dale 264a Fincar l’ha buena fama cuando fueren oóo òoóo/ òoóo oóo M: fincarle ha perdidos 645b de lo que entendió que’l era más forçado oóo ooó(o) / oóo òoóo ME: que le 559b e querría ser sordo antes que’l entender ooóo oóo / óoo ooó(o) C: que le M: lo E: le entender El análisis métrico de 298a, sin embargo, obliga a mantener apocopado el pronombre <te> del primer hemistiquio (1), como elemento clítico de la conjunción anterior, y optar por la forma plena en el segundo (2). A su vez, los casos recogidos de apócope del pronombre de tercera persona (192a, 231a, 247a, 264a, 645b y 559b), en función de objeto indirecto y objeto directo, permanecen como variables o bien apocopadas o bien con el mantenimiento de la vocal final <-e> y <-o> con sinalefa con la vocal de la palabra siguiente. Representan un total de 6 casos de las 725 estrofas totales de la obra. Verso Escansión Variantes 83a Cuand viento se levanta - ya apelo, oóo ooóo / ooóo ooóo MN: se leuanta ya aviengo - òoóo oóo / ooóo ooóo 126a non se pued coger rosa sin pisar las espinas ooó ooóo / ooó ooóo C: pued oóo ooóo / ooó ooóo MNE: puede 155a Bien está el perdón al que se pued vengar ooó ooó(o) / oooó oó(o) C: pued ooó ooó(o) / ooóo oó(o) MNE: puede Aproximación a la apócope de los pronombres personales en testimonios poéticos 233 15 En 653a parece coherente la decisión de apocopar el pronombre se del primer hemistiquio, dado el pie trisílabo en el que se inserta. Verso Escansión Variantes 155b e sofrir el baldón cuan se puede negar ooó ooó(o) / òoóo oó(o) CMN: se E: le 582b mas lo que oy fablare ya non se pued callar òooó oóo / oòoó oó(o) C: pued òooó oóo / ooóo oó(o) MNE: puede 675a ca non se tien por farto sinon con famre oòoó oóo / oòoóo óo CN: se tyen d’otro ooóo oóo / oòoóo óo N: siente Caso distinto son los ejemplos seleccionados para el pronombre <se>. Los versos 126a, 155a, 155b, 582b y 675a permiten una doble interpretación, ya que el pronombre puede mantenerse en su forma plena con apócope de <pued, cuan(d) y tien> o, por el contrario, se puede optar por fijar el pronombre apocopado y recuperar la vocal final de las otras voces. El análisis métrico-acentual de estos hemistiquios parece asegurar que es preferible mantener el pronombre apocopado, pues los pies métricos que se obtienen encajan a la perfección con el ritmo de la escuela del mester: tetrasílabos y trisílabos llanos (segundo análisis acentual). Sin embargo, por precaución, se ha preferido mantener las dos posibilidades como dos variables en el cómputo final. Verso Escansión Variantes 177b quien quier tomar la trucha, aventures al río oòoó oóo / ooóo oóo - 287a Su revés del villano: baxase a los mayores ooó ooóo / oóo ooóo C: baxas M: baxandose N: baxasse E: baxarse 653a ni’s paga ni se ensaña, nin ama nin desama oóo ooóo / oóo ooóo MN: nin se paga E: non se paga El análisis métrico de 177b, 287a y 653a 15 no contribuye a establecer una decisión estable sobre el mantenimiento de la forma apocopada o plena de se. En el caso de fijar la variante con vocal restituida, se presupone sinalefa con la vocal de la palabra siguiente; en tanto si se opta por la forma apocopada, siempre y cuando se acepte la tendencia de Sem Tob a la dialefa, no sería necesario ningún reajuste métrico. La posibilidad de coexistencia de ambas variantes ocasiona el mantenimiento de estas como variables en el cómputo total. Francisco P. Pla Colomer 234 4. Resultados del análisis en su contexto filológico Tabla 1. Resultados porcentuales del análisis métrico Vida de San Ildefonso Proverbios morales Plena Apo- Porcentaje apóc. Plena Apo- Porcentaje apóc. copada copada ME 36 7 (1) 16,27 % (13,95 %) 27 3 10 % TE 14 3 17,64 % 30 7 18,9 % LE 50 21 (1) 29,57 % (28,17 %) 54 46 (5) 46 % (41 %) LO 86 21 19,62 % 90 16 (1) 15,09 % (14,15 %) LA 23 3 (1) 11,54 % (7,69 %) 18 0 0 % SE 46 21 (2) 31,34 % (28,35 %) 115 (7) 22 16,05 % (21,16 %) LE + LO + LA 159 45 (2) 60,73 % (55,48 %) 162 62 (6) 61,09 % (55,15 %) Según los datos expuestos, los resultados porcentuales de las formas apocopadas en la Vida de San Ildefonso y los Proverbios morales no parecen casuales. El poema del exbeneficiado de Úbeda y el de Sem Tob comparten una misma tendencia articulatoria en los mismos contextos morfofonológicos: mayor tendencia al empleo de formas apocopadas del pronombre de tercera persona de singular <’l>, del 55 % al 60 % de las variantes totales, seguido de la apócope del pronombre <se>, en torno al 30 % en la Vida de San Ildefonso y el 20 % en los Proverbios morales, hecho coincidente con los resultados obtenidos, entre otros investigadores, por Folgar 2012: 337: «Eliminación, durante el siglo XV, de la apócope normal de l’ y s’, la cual, aunque no violentaba los patrones silábicos de la lengua castellana, sí implicaba una anormalidad por la ausencia de sonido vocálico en esos clíticos». Del mismo modo ocurre con la variante apocopada del pronombre de segunda persona del singular <te>, que oscila entre el 17,6 % y el 19 %. Todas estas variantes forman parte de las posibilidades fónicas que permitía la lengua en posición implosiva de sílaba y final absoluto de palabra. Sin embargo, si se toma en consideración la apócope del pronombre personal de primera persona, se constata un descenso notable del 16,27 % al 10 %, fenómeno inserto en el progresivo rechazo de la apócope extrema y su continuo abandono a lo largo de la primera mitad del siglo xiv. No resulta arbitrario, por tanto, que el Arcipreste de Hita mantuviera las variantes apocopadas de estos pronombres en la recreación variacional diafásica, en personajes como las serranas, y diatópica, propia de personajes como Pitas Payas 16 Aproximación a la apócope de los pronombres personales en testimonios poéticos 235 16 Sobre las intervenciones del pintor de Bretaña afirma Freixas 2012: 413: «Mediante la apócope de corder y carner Juan Ruiz consigue que estas palabras suenen a provenzal ... Son habituales trax, dix, aqués y la apócope de los pronombres átonos me y te». 17 Loporcaro 2008: 340, siguiendo de cerca el estudio de Vennemann 1988, postula la tendencia a la sílaba cerrada en latín tardío según la escala de fuerza consonántica de los elementos en los márgenes implosivo y explosivo de sílaba: vocali basse . vocali alte . approssimanti (w, j) . vibranti (r) . laterali (l) . nasali (m, n) . fricative (s, z, f, v) . occlusive (b, d, g, p, t, k) Desde este punto de vista, nuestros resultados parecen adecuarse a cierta tendencia de recuperación de la vocal final de palabra dada la fuerza articulatoria de la consonante del margen implosivo. El mantenimiento de la sílaba cerrada es mayor en los casos en que el último elemento consonántico conservado es una consonante líquida y, menor, en aquellos correspondientes con una oclusiva: le . se . te / / me. El mantenimiento de las formas apocopadas de los pronombres personales átonos, según el corpus poético seleccionado, sigue la misma constante articulatoria que la tendencia fónica de las voces léxicas. Del mismo modo, recientemente Folgar 2014: 28 recoge la jerarquía de la apócope, diseñada por Sánchez Miret en 2001, para aplicarla al dominio de la lengua castellana medieval. Según los datos obtenidos en este trabajo, se constata que la evolución del fenómeno de la apócope en los pronombres personales parece responder a las mismas tendencias articulatorias panrománicas: «1) la probabilidad de apócope es mayor si la vocal ocupa posición final absoluta que si se encuentra en posición final no absoluta ... 2) la probabilidad de apócope es mayor si la consonante precedente es alveolar (o dental) que si es labial ... 3) la probabilidad de apócope es superior si la vocal final sigue a una consonante simple que si sigue a un grupo consonántico». Esto justifica satisfactoriamente el orden jerárquico me . te en el proceso de recuperación de la forma plena pronominal. (Pla 2012, 2014a y 2015b). Además, este condicionante lingüístico se ve complementado por la presión métrico-estilística conducente al empleo de las variantes apocopadas, es el caso del metro breve de composiciones como los Gozos de Santa María, así como en el proceso de creación de rimas ingeniosas. Estudiar la convivencia de variantes en los versos del Libro de Buen Amor, además de tener en cuenta los manuscritos conservados (López Bobo 1991, para el estudio del leísmo, loísmo y laísmo), requiere precaución en cuanto a la propia finalidad estilística en las distintas partes que vertebran la obra. Desde este punto de vista, los testimonios conservados de la obra del Arcipreste no se apartan de las tendencias generales de la lengua en la época de Alfonso Onceno, como tampoco lo hacen los textos del exbeneficiado de Úbeda y de Sem Tob: «la apócope normal estaba consolidada en los sustantivos y en los adjetivos proclíticos, y se mantenían algunas apócopes en determinadas formas verbales y en ciertos pronombres átonos (le y, en ocasiones, se)» (Freixas 2001: 414). Hasta ahora parece mantenerse la cronología relativa de la incidencia de la apócope en estas formas pronominales según la jerarquía le . se . te / / me, coincidente con los resultados de otras investigaciones basadas en corpus textuales del siglo XIII 17 y obras contemporáneas como el Libro de Buen Amor, en que la apócope de l’ es realmente productiva, frente a me y te, siempre y cuando se consideren las variantes apocopadas en la obra del Arcipreste de Hita en su contexto lingüístico-estilístico adecuado. Francisco P. Pla Colomer 236 5. Conclusiones provisionales Con esta primera aproximación se han detectado datos suficientes para afirmar que, a pesar de los imperativos métricos propios de la estilística textual, los poetas medievales empleaban las variantes fónicas que realmente existían en la lengua oral: «Recurrir a estas apócopes ... reflejaba sin duda un rasgo vivo en el habla» (Freixas 2001: 412). Este estudio debe complementarse con el análisis de la distribución de las formas apocopadas en los pronombres le, la y lo, tomando en consideración los fenómenos de laísmo, loísmo y leísmo y, asimismo, contrastar estos datos con otros textos poéticos como el Libro de miseria de omne y el Rimado de Palacio. Con ello, se establecería una cronología absoluta de los cambios de estas variantes a lo largo del siglo XIV desde la perspectiva de una misma escuela poética, cuyos patrones métricos aclararían el grado de artificiosidad en el empleo de estas variantes. Por ahora, en el caso de estos testimonios, como en el Libro de Buen Amor, no parece posible afirmar con rotundidad que las formas pronominales apocopadas hayan sido empleadas generalmente por imperativos métricos. ¿Acaso sería posible mantener esta afirmación en la concepción lingüística de Juan de Mena como apuntaba Lázaro Carreter? La consideración de otros factores estilísticos, así como la diferencia del espacio cultural, dejan todavía entreabierta esta pregunta. Augsburg Francisco P. Pla Colomer Bibliografía Alarcos Llorach, E. 1951: «La lengua de los Proverbios morales de don Sem Tob», RFE 35/ 1: 249-309 Alarcos Llorach, E. 1990 [ 4 1965]: Fonología española, Madrid Ariza, M. 2012: Fonología y fonética históricas del español, Madrid Catalán, D. 1989 [ 1 1971]: «En torno a la estructura silábica del español de ayer y del español de mañana», in: El español. Orígenes de su diversidad, Madrid: 77-104 Corominas, J./ Pascual, J. 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